Condenados al fuego

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Condenados al fuego
Summary
Ser el único humano que no busco ver la verdad, Roy Mustang no es una alquimista común, aun sabiendo que esta siendo usado y todo es mas complicado que lo que afirma la verdad el acepta, no busco hacer una transmutación humana y nunca se atrevería a intentar hacerlo, pero el universo da vueltas extrañas y el necesita recordar que aunque es solo un hombre aun puede continuar, dejando de verse como un monstruo y aceptar que es humano... pero necesita un empujón.
Note
Llevo años literales sin escribir, es algo lindo volver, mi primer pensamiento fue escribir en ingles, pero realmente espero que el traductor pueda cubrirme en eso.Si tienes dudas de tiempo o algo mas seré feliz de contestarlas en su momento, por ahora espero que disfrute por que hice caldo de pollo para mi alma que aun duele con la perdida de Roy.
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Los magos son un enigma... para niños

Tan pronto como el año escolar terminó recibieron una carta del director de Hogwarts, pareciendo ansioso por hablar, lo que no sería raro, de no ser por que pidió ir a una segunda entrevista con algunos profesores presentes y, no conforme con eso, era para esa misma tarde.

Con resignación decidieron que no, no podían simplemente dejar pasar la oportunidad, entonces su plan fue sencillo, en la mañana irían a dar una vuelta rápida por un callejón alterno al callejón Diagon que encontraron de casualidad y si salían vivos irían a ver al director, plan sencillo y eficiente… algo así.

Saliendo con prisa ante el poco tiempo disponible apenas unos minutos después de recibir el aviso, esta vez, tomaron esto como una misión que calificaba lo suficiente como para camuflarse con túnicas improvisadas de algunas mantas y pintura, ninguno estando dispuesto a gastar los escasos fondos en algo así.

Se apresuraron en su camino, discretos y cautelosos, con las túnicas en sus brazos hasta llegar al inicio de un callejón sombrío, con una última mirada se hicieron a un lado cubiertos por las sombras para colocarse las oscuras túnicas y cubrieron su cabeza con capuchas empezando a avanzar lentamente

Camuflados perfectamente, se dieron cuenta casi de inmediato, nadie daba una segunda mirada y el color negro de sus túnicas no resaltaba en el lugar, lo tomaron como una gran victoria tan pronto como superaron el sentimiento de que eso no lo hacia muy fiable.

“Yo creo sinceramente que consiguieron un libro de cuentos y copiaron a los secuaces de algún villano de cuento de hadas” susurra Hughes cerca de su amigo, ganándose un pequeño temblor de él, tratando de contener la risa.

Ellos se dieron cuenta de que este podía considerarse el mercado negro, cosa extraña estando a tan fácil acceso, pero acordaron que seguro a su gobierno no le importaba. Oh, sabes que si caminas suficiente conseguirás objetos y materiales ilegales, seguro la única razón por la que no funciona es por que los magos son incapaces de hacer ejercicio, quería escribir Roy a William cuando tuviera tiempo, quizá volviendo, decidió.

Revisar las tiendas fue más sencillo de lo que se sentían cómodos, llevándolos a pensar seriamente en cuántos sujetos extraños entraban, veían y se iban sin decir palabra en esas tiendas con inquietud.

Dejándolo al fondo de su mente al entrar a una tienda particularmente prometedora, sí bien el hombre les dio una mirada eso fue todo lo que obtuvieron hasta que Hughes se acercó al mostrador.

“Buscamos algunos libros ¿tendrá algunos interesantes?” dijo con voz ligeramente baja y grave, claramente fingida para roy, pero no para el vendedor, que señaló una estantería al fondo de la tienda sin inmutarse.

Conteniendo sus comentarios, avanzaron con precaución, tomando su tiempo para mirar la sección, no muy grande, pero si variada.

Escucharon a alguien entrar pero no se molestaron en voltear, si no lo reconocen es posible que tampoco lo haga con ellos, continuando con su intercambio de señas ante los libros que pasaban por sus manos como si de cartas se trataran, apresurándose a escoger los mejores títulos y disminuir el tiempo que permanecen en la tienda.

Si bien en su mayoría los libros hablan de maldiciones, lograron encontrar algunas joyas enterradas, temas solo mencionados de pasada en otros libros, de modo que satisfechos, sólo sintieron un poco de pena por el precio, pero podían vivir con ello decidieron restando importancia.

Alegremente saliendo con tres libros, uno sobre animagos, el segundo puramente de legimense y finalmente otro explicando las maldiciones más comunes y mortíferas. Guardando los libros entre sus túnicas decidieron que era suficiente y podrían volver en unos días, cuando no tuvieran que ver a un director para una entrevista de trabajo a poder ser.

El cambio fue rápido a su ropa casual de la misma manera que antes, pero tan paranoicos como se sentían cuando interactúan con magos, se aseguraron de ocultar los libros debajo del piso con alquimia y proteger el lugar tan pronto como llegaron al departamento.

Perdiendo los pocos minutos que podrían haber llegado temprano sin gran arrepentimiento, llegando un poco tarde por la necesidad de indicaciones. Descubriendo que tendrían que usar por primera vez un medio de transporte mágico.

Con todo el auto control que pudieron aceptaron esto sin mostrar demasiado su descontento, consiguiendo ser aparecidos en el pequeño pueblo de Hogsmeade a cambio de un par de galeones, fácilmente pasado por alto con su excusa de ser extranjeros.

 

Al llegar a la taberna de las tres escobas ambos estaban de mal humor y mareados, pero tuvieron que mantenerse centrados y casuales en su mejor intento de no levantar sospecha.

La posada era acogedora a pesar de no estar tan iluminada como podría haber sido, con mesas de madera de distintos tamaños esparcidas por el piso principal, bastante rústico que les recordó ligeramente a algunos pueblos en el oeste de Amestris.

El lugar parecía reservado, pues al entrar no tardaron en ser recibidos y llevados a una mesa mediana de madera a un extremo del piso, donde vieron al director con una mujer algo mayor en la esquina mas alejada y un hombre de pelo negro a su derecha, así como otro hombre al lado del director que lucia demacrado y paranoico.

¿Ojo de automail? pensaron pero no dijeron nada mientras tomaban asiento frente a su nuevo jurado.

“Veo que lo lograron ¿fue difícil llegar?” pregunta el director alegremente mientras sus compañeros no parecen cambiar su expresión e incluso lucen irritados por los minutos de tardanza.

“Solo un mal cálculo, no pensamos que tendríamos tantos problemas con venir, nos tomó un momento deducir cómo llegar” contesta Hughes animado.

Roy mira la mesa, fingiendo su sonrisa, aprovecha un momento para mirar al hombre demacrado demasiado tenso, nos ve como amenazas o ve todo como una amenaza, toma nota en su mente.

“Esperemos no se repita señor Mustang, señor Hughes” insinúa la mujer con voz autoritaria.

“Me asegurare de que no se vuelva un hábito” contesta aun con su sonrisa “¿puedo saber a qué se debe esta reunión?” pregunta Roy casualmente.

“Como dije joven, solo una entrevista un poco más exhaustiva, me temo que la ultima vez no pude profundizar y me gustaría una segunda opinión, un profesor de alquimia es una adición impresionante para la escuela, pero con los eventos recientes, espero que comprenda” le explica con serenidad.

Él asiente inocentemente, apoyando sus manos juntas sobre la mesa “en ese caso, adelante, pregunte lo que necesite”

“Le tomaré la palabra señor Mustang, en primer lugar, supongo que ¿está al tanto de los eventos recientes?”.

“¿Sobre Voldemort?” pregunta Hughes dándose cuenta de la tensión de los profesores ante sus palabras.

“En efecto, me pregunto cómo piensas lidiar con eso durante su estancia en la escuela”

Ambos se dan una mirada antes de contestar “no puedo decir que sea nuestro asunto, pero si tuviéramos que involucrarnos no lo vemos como un gran problema” contesta Mustang cauteloso.

Eso gana un resoplido del hombre de pelo negro “¿no un gran problema? lo hacen lucir como un problema menor, no me parece que el desconocimiento del contexto justifique una respuesta tan ignorante”

“¿Deberíamos estar preocupados?” pregunta Hughes acusadoramente, viendo los labios de la mujer aplanarse y la mirada de disgusto del hombre de negro.

“Me temo que podría ser un tema delicado, puede que no lo sepan pero es una amenaza real que debemos tomar seriamente” explica el director ajeno a la conducta de sus allegados.

Una mirada rápida entre ellos hace que ambos tengan que respirar para no responder con burla “¿y si pudiéramos hacer eso podríamos considerar un puesto de profesor o hay algo más?”

Tanto los profesores como el llamado amigo del director parecen tener algo que decir, pero permiten que el director hable por ellos, tanto Hughes como Roy se desconciertan con esa interacción, pero tampoco pierden las miradas de disgusto del profesor así como la más cautelosa del otro hombre, a pesar de eso el director parece relativamente honesto al contestar con las manos extendidas sobre la mesa “Sería feliz de tener un profesor de alquimia, pero no descarta que me gustaría poder confiar con un poco más de deber a usted”.

“¿Y cuál podría ser este deber?” pregunta Hughes en nombre de los dos, casi seguro de que no les dirán la verdad.

Así eso queda casi confirmado cuando la respuesta es tan sencilla como la dice el director “Mantener seguros a los estudiantes sería un buen inicio”.

Ellos miran un momento entre los cuatro, viendo que todos lucen principalmente serios y cautelosos, intercambian una mirada, Hughes alza una ceja, pero Roy puede ver como la comisura de sus labios se quiere levantar, tiene que retirar la mirada para evitar que tengan un ataque de risa histérico.

Ambos llegan a una conclusión similar: cuidar a los alumnos, se traduce en; nos pueden atacar en cualquier momento y necesitamos carne de cañón dispuesta a serlo.

Tomando un respiro, Roy se da cuenta de cuánto tardaron en contestar y decide ser evasivo, regresándole el favor al director “¿Hay alguna razón por la que no lo serían conmigo?”.

“En realidad, quiero asegurarme de que considere esto un buen trato, usted gana mucho, yo estoy invirtiendo al final en usted, pero todo depende de una respuesta” le explica Dumbledore sin nunca dejar de mirarlos, si no lo supieran mejor, dirían que luce irritado, pero la razón está más allá de ellos.

“¿Y cuál es la pregunta?” Le pregunta Roy, analizando la conversación en su mente mientras espera la respuesta.

De forma cortante el Director le pregunta “¿Tienes interés en la piedra filosofal?” ante la mirada penetrante de sus compañeros contra Maes y Roy.

Traicionados por su reacción ambos se tensan ligeramente, los pensamientos de Mustang se cortan de inmediato, dando una mirada a su amigo que se encoge de hombros de forma casi imperceptible, diciéndole con la mirada que se relaje.

“Creí que el único creador de esta estaba muerto” Dice con cautela, volviendo su vista al director.

Las miradas de ambos parecen competir, el director entrecierra los ojos, pareciendo precavido al recibir esa reacción “Entonces ¿hubo interés?” Intuye casi acusador.

“Soy alquimista, como usted dijo, y toparse con la mención de esta es solo algo natural, no significa que tengamos interés” El defiende, obligando a su cuerpo a relajarse.

“Eso no contesta mi pregunta señor Mustang” Acusa el viejo mientras el hombre del ojo raro parece listo para saltar como un gato rabioso contra ellos.

“No, no tenemos interés en investigarla o recrearla” Interrumpe Hughes con voz firme.

Ante la ceja alzada de incredulidad del director y sus compañeros, Albus cuestiona “¿Entonces por qué el interés en la energía?” mientras sus compañeros tienen una variedad de reacciones desde incomodidad de la mujer, desprecio del hombre de negro y la mas pura y sincera desconfianza del ultimo integrante.

“Solo una teoría mía que, si me permite, quiero mantener privada hasta tener algo sólido en lo que trabajar” Informa Roy muy consciente de la soga que se coloca en sus cuellos.

El silencio que siguió fue tan tenso que estaba seguro que podría haber sido cortado con un cuchillo de mantequilla, Hughes, quien se mantuvo al margen lucía entretenido, habiendo tomado tiempo para mirar a los profesores durante el intercambio, se divirtió teniendo un concurso de miradas contra el hombre paranoico.

Fue cuando el hombre parecía listo para saltar encima de la mesa que Hughes decidió interrumpir la conversación con una sonrisa “estás preguntando si somos de fiar por que quieres reestructurar la orden del fénix y buscas candidatos ¿no es así? pero temes que nuestra relación con la alquimia sea inconveniente por que podríamos movernos de lado”

La sorpresa fue clara en los 4 magos, con Roy conteniendo su sonrisa, siendo Dumbledore el único que parecía esconderla adecuadamente.

“Muy observador joven” dijo dándole una larga mirada, pareciendo que sus ojos brillaron más amenazadoramente antes de negar con la cabeza “creo que tienes una idea cercana”.

“Bueno, somos capaces de proteger a tus estudiantes, pero no estoy muy seguro de que necesitas para considerarnos de confianza” le comentó sin inmutarse.

“Creo que lo que más me tranquiliza es si tienen algo por lo que luchar, algo que proteger” les indica, sonando triste ante esa posibilidad, con un algo que perder implícito al final.

Ambos se miraron considerando eso, no deseaban la muerte de un mundo diferente, pero lo único familiar en ese lugar eran el uno para el otro.

“No es que no lo tengamos, pero realmente creo que somos más felices siendo vagos con nuestras aspiraciones” le explica lentamente Hughes, cuidando palabra por palabra.

“Quieres decir que no están aquí, en Reino Unido… ¿se retiraran si llega el momento?”.

Roy resopla, pero su voz sale firme y seria “Me gustaría decir que no lo haremos, por un deseo de proteger a algunos, pero no es la verdad, la realidad es que si nos quedamos va a ser por mero egoísmo, con puro deseo completar nuestros objetivos”.

“¿Y si el otro lado parece más tentador para esto?” insinúa con desconfianza el hombre rabioso al lado del director.

“No lo tomaríamos, quienes nos esperan en casa se verían perjudicados” contesta Hughes, cruzando sus brazos.

“¿Tu esposa muggle e hija?” preguntó con cariño el viejo.

Hughes pone los ojos en blanco, pues a pesar de hablar constantemente de ellos sin filtros, de alguna manera se sentía incorrecto que los magos lo mencionaran primero “En parte” dijo tenso.

Dejando pasar la respuesta cortante, la atención vuelve al alquimista , siendo la mujer quien pregunta “¿Pero qué hay de usted señor Mustang?”.

“... Mis… Colegas” contesta finalmente haciendo alzar la ceja al director.

“¿Por qué sería eso?” le pregunta con genuina curiosidad.

“Debo volver con ellos, no llegamos a donde lo hicimos para que los abandone luego de que me apoyaron en mis objetivos” relata ambiguamente, .

No del todo convencido el viejo mago murmura “Ya veo…”

El viejo mira a los hombres a sus lados, ambos frunciendo el ceño, pero dando un asentimiento forzoso de parte del hombre de pelo negro, en comparación de un gruñido del otro y un silencio sin emociones en el rostro de la mujer.

“Bien si ese es el caso, ¿Qué les parecería si el señor Mustang se vuelve el profesor de alquimia… mientras ambos se unen a la orden del fénix?” dice con clara implicación, ser parte del plan del hombre o no podrá ser profesor en su escuela.

Tanto Hughes como Mustang comprenden de inmediato, acostumbrados a ese tipo de negociación fue fácil dar una respuesta con una sonrisa falsa “Será un placer”.

“En ese caso permítame presentar a la profesora Mcgonagall de transfiguración y subdirectora, profesor Snape de pociones y Alastor Moody un amigo mío”

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