
Jodidos magos
Tan fácil como fue caer en una rutina, también llegó rápidamente un momento en el que ambos se frustraron con la falta de flujo de información y avance, conforme más fácil se volvía se acto para camuflarse menos pistas de a dónde se dirigían surgían.
Pasaban una semana en algún hotel medio decente, buscando cualquier rastro, antes de determinar que nuevamente no parece haber nada nuevo, volver a cambiar de lugar y repetir el proceso se estaba volviendo todo lo que hacían con frustración creciente.
Hughes empezó a trabajar en un mapa de acontecimientos de los periódicos que podría dar cualquier indicio de su investigación al mismo tiempo que hacía una lista de personas de interés que podría ayudarles más tarde, mientras Roy deambulaba la mitad del tiempo buscando alguna nueva fuente de información y la otra mitad desarrollando un nuevo par de guantes de ignición.
Para cuando llegaron a Londres empezaban a considerar si usar una táctica más llamativa para cambiar el rumbo y obligar a alguien a tener que intervenir, lo cual era más tentador de lo que debería haber sido.
Hughes tenía una lista decente de personas con poder político, militar e incluso social, para las primeras semanas en Inglaterra, así como un mapa con algunos puntos marcados con colores según qué tan relacionados podían estar conectados con eventos inexplicables.
Roy por otro lado se sentía particularmente orgulloso con su nuevo par de guantes*, eufórico de lograr hacerlo a prueba de agua y capaz de usarlos de forma más “práctica” por si llegara a ser necesario, usando el conocimiento de la puerta y nuevos recursos del mundo, esperando que fuera suficiente para lo que la verdad determinó como “magia”.
Del mismo modo tuvo que arreglar sus guantes ensangrentados para ser más discretos al ver la carencia de alquimia en los lugares por los que pasaban, donde ambos agradecieron que el no estuviera familiarizado con el uso constante de alquimia de forma cotidiana, eso les podría haber dado problemas inesperados.
Fue el mismo día en que consideraban entre causar un escándalo de incógnitos o irse a otra zona de Londres, cuando al entrar en lo que parecía un bar cualquiera que se dieron cuenta que algo era distinto.
Su primera señal fue el uso de lo que solo se podía ver como la ropa más impráctica que ambos habían visto en un tiempo, su primer pensamiento fue que había un evento cercano, pero cuando no parecían coincidir lo suficiente para ser algo así la sospecha creció, analizando más de cerca el sombrío lugar. En silencio, ambos salieron esa noche del bar y de forma discreta coincidiendo en volver a intentar entrar el día siguiente.
Dos días pasaron, fingiendo ser turistas que disfrutaban de la tranquilidad de ese lugar andrajoso, cuando vieron el primer ser que les puso los pelos de punta, claramente no humano, al menos así parecía por las orejas puntiagudas.
Con un plan formándose entre ambos, se prepararon para su última noche antes de actuar, guardando todo y organizando el sencillo departamento que ocuparon esa semana. Su ropa estaba lista y todo en orden, fue Roy quien pagó por el hospedaje dejando la mejor impresión que pudo al viejo casero jubilado, elogiando y despidiéndose con una sonrisa, era una buena idea dejar un lugar al que pudieran volver de necesitar un escondite temporal.
Al acercarse a su amigo ambos se veían ansiosos de comenzar con algún tipo de reto que pudiera venir, cualquiera, ninguno pudo aguantar estar tanto tiempo sin resultados o información nueva, caminando relativamente rápido a lo largo de las calles iluminadas por el sol de la tarde.
“Sabes, aun creo que podrías haber fingido un ataque de dragón” Hughes dijo en broma mientras avanzaban al pub a través de las calles tranquilas de Londres.
“Como dije, eso sucederá si aceptas vestirte como una cría” el le contesta mientras ajusta sus guantes blancos con una sonrisa.
Ambos caminan con calma, sin necesidad de fingirla después de asimilar el exceso de energía, a excepción del hecho de que Hughes pudo notar que era más difícil que nunca ver Mustang sin usar sus guantes, solo quitándoselos por la noche, pero nunca dejándolos lejos.
Hughes se dio cuenta de los cambios en su amigo, era difícil no notarlos y dolorosos de ver a veces, pero cada vez que considero mencionarlo decidió darle un poco de tiempo para contarle, contrario a la creencia popular, el puede esperar para presionar a veces.
Su entrada al pub fue tranquila, dejando sus cosas a sus pies mientras se sentaban en la barra con algunos ojos viéndolos, la razón aun no la lograron deducir, pero tuvieron cuidado de mantener su conversación en un estricto inglés para evitar malos entendidos.
“sabes, encontrar a Vanessa está siendo realmente un poco más complicado de lo que esperaba” comentó Hughes en código después de pedir un par de bebidas “¿estás seguro de las indicaciones?”
“en este momento no estoy del todo seguro, me contactaría, pero es complicado dar con ella cuando se pone así” él contestó apoyando su codo el la barra viendo al barman acercarse, dejando un par de tragos para ambos, exclamando con un suave “disculpe” que lo detiene antes de que vuelva a lo que sea que haga el hombre, muy seguro de no haberlo visto limpiar ningún vaso antes.
“extranjero ¿eh?… ¿Qué buscas aquí?” pregunta cortante el hombre.
Esto no intimida a Roy quien mantiene una sonrisa amistosa que Hughes vio como su sonrisa de vete a la mierda “verá vengo a ver a alguien pero sus instrucciones son confusas, ¿es posible que sepa donde puedo preguntar por su dirección o en su defecto algún lugar donde pueda comprar algunos libros raros?”
“¿Libros raros?” preguntó con desconfianza.
“Tiende a ser un tema con ella” contesta sin perder el ritmo.
“Si van al callejón Diagon podrían preguntar en el ministerio o buscar alguna librería en el mismo” le contesta con desde mientras rueda los ojos.
“¿Y cómo llegamos ahí?” interviene Hughes con su propia sonrisa.
El barman señala a una pared cercana, dejando a ambos con una mirada ligeramente confusa en sus rostros, haciendo que suspire caminando sin importarle si lo seguían.
Con una mirada ambos recogieron sus cosas de la forma más indiferente que pudieron, quedando detrás del hombre mientras golpeaba la pared con un… ¿palo? otra mirada entre ellos en una charla silenciosa de ¿Qué mierda? ¿Está cuerdo o…?
un movimiento y el sonido de los ladrillos moviéndose los regresa al frente, viendo la pared reestructurarse, tensando a ambos, el hombre se movió dejándolos pasar mientras volvía a la barra.
“eh, ¿gracias?” comentó Hughes mirando con duda, recibiendo un gruñido, ambos entraron lentamente, con sus ojos agudos a los alrededores.
La pared se cerró un momento después de su entrada, forzándolos a tomar un respiro.
“¿Alquimia?” preguntó Hughes en amestrian mirando a Roy en busca de algún razonamiento.
“No lo parece, si bien es posible no vi marcas en los ladrillos y la energía de una transmutación no se mostro” le contesta del mismo modo pasando su mirada por el lugar, se veía realmente llamativo, todo se mantenía en movimiento y no parecía haber un solo rincón tranquilo en aquel callejón mientras aves volaban encima de ellos, velas y luces iluminaban los establecimientos tanto por dentro como por fuera y gente caminaba ajena a ellos de un lado a otro, con algunas miradas de curiosidad hacia ellos aquí y allá.
Y con un movimiento de cabeza el le indico que comenzaran a caminar para no llamar más la atención.
Aun con su mejor esfuerzo, la tensión no abandonaba los hombros de ambos, notando las miradas no muy disimuladas de las personas alrededor de ellos, mirando la diferencia en sus ropas como la principal distinción, pero no muy seguros de sí esa en la razón exacta.
Parando sus pasos un momento, ambos miran alrededor, con Hughes señalando un vivero no muy lejos, encargándole usar su encanto contra la persona trabajando en el, Roy asintió caminando con Maes a un par de pasos atrás de él.
El se acerca con una sonrisa inocentes a la mujer que regaba un par de flores fuera de su tienda “Buenas tardes, espero que pueda tomar un minuto de su tiempo señorita”.
La mujer da un pequeño salto regresando la mirada, tomando un momento para poder devolver la sonrisa “oh vaya joven, claro, no es un problema” ella contesta con una dulce voz.
“genial, seré breve, seguro tiene mucho más en lo que ocupar su tiempo” él comenta alegre “si es posible ¿sería capaz de decirme que moneda usan y dónde podría encontrar alguna librería?”
“¿no eres de aquí?... puedo notar el acento pero me temo que no soy capaz de ubicarlo” ella dice ligeramente sorprendida antes de darle una respuesta “oh cariño, usamos los galeones, Sickle y Knut. y si vas hacia el banco de gringotts deberías encontrar una librería de camino”
Roy oculta su confusión por el uso de moneda, con Hughes detrás de él seguramente en la misma situación “Vengo a ver a una vieja amiga, pero me temo que nos perdimos un poco” el comenta señalando a su amigo “Venimos de Alemania y a sido un largo tiempo desde la última vez que estuvimos en Inglaterra”
“Un gusto señorita, le agradezco la información ¿pero sería tan amable de decirnos hacia dónde se encuentra este banco?” le pregunta mientras alza su mano en un saludo amistoso.
“Por supuesto, por supuesto, está por allá” contestó ella con la misma alegría señalando el camino del callejón “solo vayan derecho, es difícil perderse”
Ambos miran en la dirección indicada, viendo un gran edificio al final del camino, casi demasiado excéntrico para ambos, Roy se pregunta por que el edificio es un banco, luciendo demasiado imponente en comparación a los edificios cercanos, seguro de que este debería ser un edificio gubernamental en lugar de un banco, desestimando a solo el pensamiento de “magos” para dejarlo pasar.
con una última mirada entre ellos, se despidieron amablemente de la mujer antes de caminar al lugar.
“Creo que me dará dolor de cabeza” comentó Roy entrecerrando los ojos una vez que avanzaron lo suficiente para no ser escuchados por la mujer, saturado por la actividad alrededor de ellos.
“Amargado”
“No, solo tienes gusto de que este lugar se adapte a tu locura”
“¿Cuándo te volviste cascarrabias? ¿es por ser padre de dos rubios hiperactivos?” le pregunta juguetón rodeando sus hombros con su brazo.
Maes está seguro de que sintió el escalofrío que provocaron sus palabras, siendo registrado como otras de las nuevas rarezas de las que hablarán cuando él logre acorralarlo en un lugar sin espectadores ni cosas urgentes que tratar.
Por ahora solo se limitó a arrastrarlo por el camino tambaleándose entre un par de risas al verlo tropezar tratando de seguir su ritmo irregular.
Finalmente soltándolo una vez que ambos estaban frente al gran edificio, dando un último respiro para mentalizarse, avanzando lentamente, el lugar se veía relativamente despejado pero imponente, con algunas personas caminando y viviendo su día.
Un pasillo ligeramente estrecho se extendía frente a ellos con una gran altura, el brillo y los grandes pilares resaltan el lugar dándole la ilusión de poder y haciéndolos lucir pequeños.
Eso no fue lo que los hizo dudar en sus pasos, lo que lo hizo fue la vista de las criaturas no naturales que parecían estar por todo el lugar, haciendo que ambos hombres tuvieron que recomponerse después de que Hughes soltara una maldición en amestrian y Roy ocultara sus manos para poder apretarlas en sus bolsillos.
Esta vez fue Hughes quien se acercó a un hombre que estaba por salir del lugar, hablando como si todo fuera normal mientras almacenaba la molestia al fondo de su mente. “hey, disculpa ¿crees que me puedas guiar un segundo?”
El hombre parece saltar sobre sus pies regresándole una mirada exaltada antes de responder dudoso “eh, claro ¿en qué puedo ayudar?…”
“No somos de aquí, pero tenemos que cambiar un poco de dinero y sería bueno entender un poco antes”.
“¿Viajeros? ¿Vinieron a ver el torneo de los tres magos?”
Hughes tomó nota mental antes de contestar “no, no, nada de eso, venimos a ver a alguien, pero quizá podríamos tomarnos un momento si no tenemos nada más que hacer ¿Qué clase de evento es?”
Desconcertando al hombre antes de que tome un tono parecido a un maestro dando una explicación “Es un gran evento donde unos estudiantes de último año concursan entre escuelas para mostrar todo su conocimiento, me sorprende que no vengan por eso, todo el mundo ha estado animado últimamente debido al evento”
“Ya ves, estuvimos un poco distraídos últimamente, Maes Hughes” el extiende su mano con una gran sonrisa “no hemos estado en Londres antes”.
“Remus Lupin ¿Nosotros?” él contesta tomando su mano torpemente antes de mirar atrás de Hughes.
Roy toma eso como una señal, habiendo disfrutado estar al margen para tomarse el tiempo de tomar nota del hombre, desde su vestimenta hasta su postura nerviosa, sus ojos dorados ¿Serán más comunes aquí que en casa? él solo recuerda a los Elric con ese color particular, así como su mirada contemplativa.
Dejando eso como notas para hablar después con Hughes, él extiende su mano con una sonrisa cordial “Roy Mustang, un placer, gracias por tu tiempo”.
Es recibido de una forma similar a Hughes antes de recibir respuesta “un placer, no es problema, en realidad es un tema del que yo mismo tengo interés personal, pero primero podría decirles cómo cambiar el dinero” el comenta soltando su mano y señalando a una de las criaturas en un escritorio “pueden ir con él y pedir el cambio del tipo de moneda que tengan”
Con un intercambio rápido, Roy se cubre con el cuerpo de su compañero y hace un par de señas rápidas fuera de la vista de Remus, señalando a Hughes quedarse mientras él va a hacer el cambio, evitando que escuche más de lo que ambos están dispuestos a compartir con un desconocido.
Con un asentimiento imperceptible de parte de Hughes, el vuelve a mirar al frente y Roy se despide para caminar hacia la criatura.
Remus mira el intercambio que dura segundos sin lograr distinguir nada en particular, pero con una ligera desconfianza. Hughes se da cuenta de esto con ojos calculadores pero su rostro nunca deja de sonreír mientras decide continuar la charla.
“Me contabas sobre el torneo ¿Por qué no me cuentas más mientras espero a mi amigo?”.
Remus se ve un poco incómodo, pero es notorio que se relaja mientras comenta sobre el evento ante la mirada de un Hughes alegre.
Roy por otro lado esta mas que feliz de aprovechar la distracción, acercándose sin problemas al escritorio “Buen día ¿sería posible que me ayudara con un cambio de moneda?”.
Él pregunta tranquila pero firmemente, no dejando que la incomodidad de ver a la criatura se muestre mientras su mente sigue procesando si se trata de una quimera.
“¿Moneda?” le pregunta la criatura sin impresionarse.
“Euro” le contesta extendiendo un fajo de billetes separado anteriormente.
“Un momento” dice la criatura, contando el dinero rápidamente antes de alejarse del escritorio, volviendo con una bolsa ligeramente grande “el cambio sería de 316 galeones, 13 Sickle y 5 Knut ¿algo más?” pregunta dejando la bolsa en el escritorio para que la tome.
“En realidad si ¿podrías explicarme como funciona?” le pregunta amablemente.
El duende alza la ceja, pero después de una mirada aguda toma la bolsa para sacar tres monedas diferentes “este es un galeón que equivale a 17 sickle, un sickle equivale a 29 knut” el comenta señalando cada moneda.
Roy toma el galeón, entrecerrando los ojos con una mirada analítica antes de comentar “¿es oro puro?”
“Por supuesto” contesta con lo que podría ser burla en su voz.
“¿Cómo consiguen que el peso sea menor?” le pregunta con sincera curiosidad pasando la moneda por sus dedos.
“Así que te diste cuenta, tiene un hechizo para hacerlos más ligeros, resistentes y mantenerlos limpios” le comenta con una sonrisa satisfecha.
“¿Por qué decidieron ponerle el valor designado?”
El duende alza la ceja antes de contestar “los magos gustan de complicar las cosas sencillas y simplificar las complicadas… o son estúpidos”
Roy resopla, pero terminó asintiendo antes de hacerle un par de preguntas más, solo volteando rápidamente su mirada para ver a su amigo aun distrayendo a Remus, él le alza la ceja, haciendo que el mire con una sonrisa un poco culpable antes de regresar su atención a la criatura.
“¿No eres un mago?” le pregunta de repente el duende.
Roy se tensa ligeramente, pero mantiene la compostura a duras penas “disculpa, más bien es la primera vez que interactúo con uno de los tuyos… ¿te molesta si pregunto lo que eres y tu nombre? creo que podría tener que retirarme para no dejar solo a mi amigo” le contesta señalando hacia los dos hombres hablando acaloradamente del torneo.
“... Un duende, puedes llamarme Bogrot” finalmente contesta con ligera sospecha.
Roy solo le da un asentimiento, tomando el saco con monedas antes de extender su mano “Roy, espero poder volver para hablar un poco más en el futuro”.
En consideración, él toma la mano, dejando pasar el tema en afán de tener alguien con genuino interés por un tema de su profesión. Mirando a Roy volver al grupo antes de volver a su trabajo.
Para cuando volvió estaba muy tentado a reír al ver la cara de Remus, arrinconado viendo las fotos de Hughes mientras él hablaba apasionadamente de su esposa e hija, con curiosidad de si las acababa de sacar.
Pero al final decidió tener piedad antes de que el pobre colapsara "lamento la tardanza, me deje llevar" dice interrumpiendo la diatriba de Maes.
"No es... problema" le contestó Remus mirando de reojo a Hughes "¿tienen planeado algo? bueno ¿además de ver a su conocido?".
Roy no pierde su sonrisa pero finge una mirada de pena "me temo que al menos por hoy estaremos un tanto ocupados, pero si gustas podemos acordar algún otro día".
"Si, por que no nos das algún lugar al que escribir, podríamos intentar algo la próxima semana" complementa con alegría, poniéndose al lado de Roy.
El les da una pequeña sonrisa antes de sacar un palo y aparecer un papel, escribiendo en él antes de entregarlo, ajeno a la reacción de Roy, que es cubierta por Maes tomando el papel con entusiasmo, viendo el nombre y dirección escrito en él.
Para cuando Remus se retiró solo quedaron ellos dos, con Roy frunciendo el ceño "odio la magia" susurro en amestrian.
"Dejémoslo por ahora, al menos dijiste que tenía una explicación".
"No significa que me tenga que gustar" contesta viendo con odio el papel en la mano de Hughes "bien, vamos ¿Qué sigue?".
"¿Te diste cuenta verdad?".
"Definir".
"Los palos que usan".
"Por supuesto, todos parecen tenerlos a la mano... ¿podría ser que lo consideran una herramienta de uso diario?"
"Probablemente, de ser así, también tendremos que conseguir unos".
"Podríamos verificar en algunos libros" le dice mientras avanza a la salida "aquella mujer dijo que debería estar cerca y creo tener idea de cual es".
Hughes se encoge de hombros, siguiéndolo sin prisa mientras caminan por la concurrida calle, a pesar de su calma superficial, sus ojos buscan cada detalle de los que los rodean, entrecerrando los ojos cuando ver a algunas personas que parecen tener un porte más autoritario y ansioso.
Otra nota para después acordar los dos en silencio con una mirada.
Entre ambos ya tenían bastante que analizar una vez que consiguieron un poco de material con el que trabajar de la librería.