Luz Verde (Green Light)

Harry Potter - J. K. Rowling
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Luz Verde (Green Light)
Summary
Hermione Jean Grange fue abandonada por alguna razón desconocida en el mundo muggle a corta edad y posteriormente fue adoptada por el matrimonio Granger, quienes le dieron su apellido y una verdadera familia.Una década más tarde, a la edad de once años, ella es visitada por un par de extraños, dos magos que le cuenta la verdad de su origen mágico y le ofrecen la posibilidad de asistir al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería para convertirla en una gran bruja.En el trancurso de los días previos al inicio escolar se relaciona con Albus Dumbledore, la familia Malfoy y el profesor Severus Snape, que se convierte en su tutor legal para todo fin relacionado con el mundo mágico. Hermione forjará poco a poco una amistad con Draco Malfoy luego de un encuentro que, tal vez, cambie sus vidas para siempre.
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Callejon Diagon

CAPÍTULO 3:  CALLEJÓN DIAGON

POV HERMIONE

Estoy asombrada con todo lo que veo a mi alrededor mientras caminamos por la calle de adoquines, las tiendas no son lo que yo imaginaba, aunque no estaba segura que iba a encontrar cuando acepté venir, y hay lugares para conseguir de todo, mascotas, lechuzas, producto para hacer pociones, tiendas de uniformes y ropa, una gran librería. El bar parecía muy tranquilo en comparación con este lugar, lleno de ruidos, voces y movimientos.

−Tengo que ir a Gringotts, Hermione. Pero antes te ayudaré a hacer algunas compras. Dejaré lo que toma más para que tú lo hagas por tu cuenta y me dé tiempo de alcanzarte. No quiero que te alejes demasiado.

Yo asiento y él me lleva a la tienda de calderos y pociones. El olor del local me descompone, pero trato de soportarlo, hay muchos productos que huelen a podrido. Severus por suerte no me hace leer la lista, él sabe lo que debo comprar y no hay muchos clientes en este momento. Él pide un caldero de peltre de medida dos, un set de ampolletas de cristal, una balanza y un surtido con todos los elementos que necesitaré para pociones. El que creo que es dueño del local, guarda todo en varias cajas protegido y me lo entrega en una bolsa, deseándome un buen comienzo de año. Severus paga con algunos galeones y sickles; en otra tienda compra un telescopio y permite que yo elija el modelo que deseo entre las opciones que tienen, escojo uno de tono bronce, que tiene un diseño muy lindo; me pregunta si falta algo del equipo y le digo que solo la varita mágica, por lo que me lleva a Ollivander, una tienda que según la leyenda existe desde 382 antes de Cristo y promete fabricar las mejores varitas.

−¿382 antes de Cristo?

−Así es. Ollivander es la única tienda de varitas aquí y ha pasado de generación en generación desde esa fecha.

−Es sorprendente.

En el mundo muggle es todo un logro si una empresa sobrevive tres generaciones con los mismos dueños de la familia sin quebrar y ellos… Simplemente supera todos los límites con sus milenios de existencia. La tienda no es atractiva a la vista, de hecho, en la vidriera del frente solo hay una varita apoyada en una base y encerrada en un cristal. El interior es muy oscuro y me cuesta ver algo hasta que mis ojos se acostumbran a la escasa iluminación.

Un hombre mayor se acerca a nosotros apenas entramos, nos observa fijamente sonriente. Sus ojos grises tan acuosos, por partes más blancos me indican que puede estar sufriendo de cataratas y por ende no tener tan buena visión.

−Severus Snape, que placer volver a verlo.

−El placer es mío, señor Ollivander.

−¡Qué casualidad! Si hubiera venido diez minutos antes se hubiera encontrado con su ahijado. Encantador niño. No tardó mucho en encontrar su varita ideal y se fue feliz. Fabricada con madera de espino, de veinticinco centímetros de largo, con núcleo de pelo de unicornio y elástica. En tonos negros, de aspecto clásico bastante elegante.

−Parece que es adecuada para Draco. –Comenta Snape con una sonrisa.

−La varita elige al mago, ya lo sabe de sobra. Aún recuerdo cuando vino usted hace muchas décadas atrás. La suya también tiene el mismo estilo clásico y completamente negro. Una sólida varita de 34 centímetros, hecha con pino y con nervio de corazón de dragón en el núcleo. Excelente para hechizos. Nunca necesito cambiarla, ni la perdió.

−Afortunadamente, señor Ollivander, sigo usando la misma desde los once años.

−Me alegro por usted, profesor Snape.

Yo siempre creí tener buena memoria, pero este hombre, estoy segura que me supera. Aunque una parte de mi mente también piensa en sus descripciones. Los dragones y los unicornios existen, no son un invento de las obras de fantasía.

El hombre se inclina para estar un poco a mi altura.

−¿Cómo te llamas?

−Hermione Jean Granger –responde.

−No me suena tu apellido, linda.

−Hermione fue adoptada legalmente por muggles cuando aún era muy pequeña. No tiene el apellido de ningún mago conocido –aclara Severus.

−Oh, entiendo. Tiene sentido eso.

El hombre se pone de pie, busca lo que creo que es una cinta métrica y vuelve hasta mí.

−¿Cuándo descubriste la verdad?

−Ayer mismo –confieso.

El hombre me mira algo apenado. No siento que sea lástima, sino compasión.

−Es muy reciente. ¿Estás asustada? Nadie te culparía si lo estuvieras.

−No, señor Ollivander. No tengo miedo.

−Eres muy valiente y segura de ti. Me gusta eso. Bien, empecemos.

Él se concentra en cada parte de mi cuerpo, me pide que me relaje y estire todo lo que pueda mis extremidades. Primero mide mi brazo diestro de hombro a dedos y de muñeca a codo; dl hombro al suelo, de la rodilla a la axila, también toma medidas de la circunferencia de mi cabeza. He estado antes con modistas particulares, pero no entiendo que tiene que ver esto con la elección de las varitas. ¿Buscará alguna que me resulte cómoda para sostener y que no sea pesada? El momento incómodo termina y él guarda la cita nuevamente en el bolsillo de su pantalón. Luego busca seis cajas alargadas de los estantes y las coloca sobre la mesada, pidiendo que nos acerquemos.

−Creo que alguna de estas funcionar contigo, Hermione. Aparte son estéticamente hermosas para una bruja como tú.

−¿Cómo voy a saber que es la indicada?

−En el momento que la tengas en su mano, la varita se vinculará contigo y será una extensión de la magia que está dentro de ti. Todas las varitas mágicas son únicas, especiales para cada mago en particular. No hay ninguna igual que otra, del mismo modo que no podrás hacer magia de forma tan eficaz con la varita de otro mago, si ésta no ha cambiado de dueño. Porque la que los elige a ustedes, solo responde a su dueño original, a quien la haya heredado o ganado en un duelo. Tengo tres opciones de núcleos aquí. Te daré la oportunidad de elegir con cual empezar. ¿Pelos de unicornio, plumas de fénix o fibras de corazón de dragón?

−Plumas de fénix…

Digo solo por tirar una opción. Él separa dos de ese material y yo tomo la primera caja cerrada.

−Adelante, toma una. –Me sonríe amablemente.

No me importa el diseño femenino que tenga o no porque aparentemente la decisión final no está en mí. Entonces, el juego comienza, mientras los dos hombres me observan con gran concentración y expectativa por descubrir cual me pertenecerá por el resto de mi vida. No siento nada especial con las primeras tres varitas, a pesar de su belleza y sus detalles delicados. Es entonces me decido por una hecha con fibra de corazón de dragón que él me extiende en cuanto se la pido y siento de inmediato una sensación casi inexplicable y fuera de toda lógica. Mi mano agarra la varita e inmediatamente el calor empieza a expandirse desde mis dedos hasta el brazo. Por instinto, apunto en dirección opuesta a la de los hombres mientras veo chispas de fuego, rojas, anaranjadas y doradas que parecen fuegos artificiales y parecen chocar contra la pared más cercana iluminando el semi oscuro salón.

−¡Felicitaciones!

El hombre me quita la varita mientras da una explicación.

−Varita de 27,5 centímetros de longitud, hecha de madera de vid y con nervio de corazón de dragón como núcleo. Diseño: color marrón claro con muescas. Es bastante flexible e ideal para hechizos, señorita Granger. Tuvo suerte, le será de mucha ayuda.

Él vuelve al mostrador y guarda la varita en su caja de madera y me la entrega en una bolsa, mientras yo sonrío. Snape le agradece y le paga los once galeones que cuesta la varita. Ambos salimos de la tienda mientras me desea éxitos en mi nuevo camino.

Nos tomamos un pequeño descanso en una nevería, él pide un helado para mí y él toma un jugo de textura extraña. Sé que quiere hablar conmigo sobre lo que haremos a continuación, solo que espera a que yo termine de comer. Mientras yo decido romper el silencio para preguntarle algunas cosas.

−En el libro que me regaló hablaba de la existencia de cuatro casas en Hogwarts: Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuf. Mencionaba las características principales, también los colores o animales que las representan y una breve historia de sus respectivos fundadores. ¿Cómo se supone que nos dividirán? Eso no se menciona en el libro.

−La ceremonia de selección será durante la primera cena en el colegio. Los niños de primero formarán una fila y serán llamados por alguno de los directores. Estarán en el centro del salón y les pondrán en su cabeza el Sombrero Seleccionador.

−¿Qué es eso?

−Es un sombrero mágico que habla y puede analizarte interiormente para decidir en qué casa sortearte. Lo escucharás primero en tu mente y posteriormente dirá en voz alta la casa en que estarás los siguientes siete años. Y eso es todo, puede demorar unos minutos en tomar la decisión. Cuando el Sombrero Seleccionador decida tu casa, raramente hay vuelta atrás. Posteriormente, debes sentarte a cenar en el largo mesón de esa casa con los antiguos y nuevos alumnos de tu casa.

De acuerdo, eso aclara mi duda.

−Entiendo. ¿Usted de que casa era?

−Slytherin –contesta–. El hombre que vimos en el Caldero Chorreante era mi compañero de casa. Su esposa creo recordar que estaba en un grado menor al nuestro.

Como una cucharada de mi helado mientras tanto.

−¿Es agradable?

−Se pueden crear fuertes lazos en Slytherin, aunque el resto de las casas piensen lo contrario. El resto depende de la experiencia personal de cada uno. La mayoría utilizaron todos sus conocimientos adquiridos para bien; y algunos pocos, no. ¿Qué alcanzaste a leer sobre Slytherin en Historia de Hogwarts? –pregunta intrigado.

Me está poniendo a prueba y eso de cierta forma me hace sentir incentivada.

−Que Slytherin cuenta con miembros ambiciosos, inteligentes, extremadamente astutos y con tendencia a ser líderes fuertes. También en otro párrafo de las paginas siguientes dice que son supervivientes, racionales y siempre piensan antes de actuar. Su animal representativo es una serpiente; y sus colores… verde y plata.

−Correcto. Tienes buena memoria, eres inteligente, aprendes rápido y quieres superarte, Hermione. Creo que tienes posibilidades de entrar en Slytherin. Solo que no lo confirmaremos hasta que así lo decida el Sombrero Seleccionador.

−O podría quedar en Ravenclaw… –Agrego pensando que algunas características de esa casa también coinciden conmigo.

−Tal vez. No obstante, en lo poco que te conozco creo que hay mucho más en ti que quedarte encerrada en una biblioteca día y noche estudiando tratando de entender el mundo, sin involucrarse en él. No eres tan impulsiva, pero tampoco pareces el tipo de niña que se conforma con lo que los Ravenclaw sí.

−Tiene razón, profesor Snape. Solo leer y estudiar no es suficiente para mí.

Él ríe un poco y sigue bebiendo de su vaso. Es raro verlo tan relajado, pero me contagia, río en respuesta y eso hace que el ambiente se sienta más liviano. Tal vez, Slytherin no sería una mala opción para empezar.

El resto de nuestro pequeño descanso me cuenta sobre el colegio, sus reglas, la imposibilidad de utilizar tecnología muggle dentro de los terrenos de Hogwarts, entre otras cosas. Finalmente menciona, que el deporte oficial del mundo mágico es el Quidditch y me cuenta cómo se juega. Hace algunas comparaciones con deportes muggles que él ha visto alguna que otra vez, para que pueda imaginármelo mentalmente. Solo que dice que en lugar pelotas normales hay una snitch dorara, una pelota quaffle para marcar tantos y otras bolas distractoras llamadas bludgers que atacan a los miembros de los equipos. Los jugadores se suben a escobas para poder volar a grandes alturas y a gran velocidad. Aclara que, aunque me lo explique con mucho detalle, no lo podré entender del todo hasta que yo lo vea en persona durante las prácticas y torneos entre las cuatro casas de Hogwarts.

De vuelta en el callejón, entre charlas, nos detenemos frente a una tienda y mi futuro profesor me dice que todo lo que está en la vidriera es de Quidditch. Me quedo mirando largamente los sets de pelotas, los uniformes o protectores que usan los jugadores y una gran escoba que tiene el nombre Nimbus 2000 grabado en la madera. Aunque también hay productos para que los fanáticos puedan animar a los equipos durante los torneos.

Me alegro un poco de reconocer ese paralelismo entre ambos mundos que ahora son parte de mi vida. Las personas con o sin magia tienen diferentes formas de entretenimiento, pero en el fondo son iguales.

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