Draco Malfoy y la sepia destituida

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y la sepia destituida
Summary
La vida va mejorando poco a poco, su pequeña y rota familia va aumentando con personas y amor, así que tal vez ahora todo podría estar bien. O eso creyó hasta que empezó el cuarto año.¿Cómo es que se la ingenia para caerle mal a tantas personas? ¿Es un talento oculto suyo?No lo sabe, pero cada vez se siente más agotado y cansado... la vida siempre ha sido difícil, nunca ha podido tener un verdadero respiro y normalidad, tal vez no había sido creado para eso, especialmente cuando es obligado a participar en un torneo, además de que su director junto con un profesor parecen odiarlo sin alguna razón... ¡Oh! se olvidaba de la nueva sombra que se avecinaba por él.
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Rotos

::HARRY JAMES POTTER::

Se encontraba furioso, no podía creer que el maldito viejo haya vetado a Draco del Baile de Navidad, lo odiaba, lo odiaba mucho porque su amigo rubio había estado tan emocionado por aquella gala y, bueno, él también porque estaba ilusionado de bailar con él, de ver lo hermoso que se vestiría y su brillante e impactante sonrisa que siempre lo hipnotizaba, haciendo vibrar su corazón como un loco.

Estaba planeando de cómo hacerle entrar en razón al viejo director, sin embargo, un Parkinson caminando hacia él con un rostro molesto le hizo detener sus pasos “Ese chico de Beauxbatons sigue diciendo cosas horribles a sus amigos sobre Draco” se quejó el de ojos celestes.

Nikola Petrova era una molestia continua, no sabe cuántas veces lo había amenazado y lanzado un maleficio para que dejara de pensar y hablar sobre Draco, pero solo se detenía por un par de días para luego continuar con sus tonterías… era odioso, persistente y quería estrangularlo para callarlo para siempre. Una persona que pensara y se expresara tan asquerosamente de alguien, especialmente de su rubio favorito, no debería poder respirar ni siquiera el mismo aire, ni compartir el mismo espacio que él. Tomó una fuerte respiración para calmarse “Ahora mismo voy a volver a hablar con ese idiota” ya estaba pensando como amenazarlo y esperaba fuera la definitiva o … en eso el director caminando atrás de Parkinson llamó su atención “¡Director Dumbledore!” lo alcanzó corriendo de forma inmediata, necesitaba hablar con este viejo.

El anciano giró a verlo con una ceja levantada, pero con una sonrisa amable muy hipócrita.

Le dio asco.

“¿Si, Harry? ¿Qué necesitas?” dijo dirigiéndolo lejos de los ojos curiosos de los demás estudiantes presentes.

Se quedó en silencio hasta que estuvo seguro que nadie los iba a escuchar y sin querer al tenerlo solo junto a él su enojo volvió a resurgir. Escuchaba como las rocas de las paredes trinaban entre ellos por la cantidad de magia que surgía en él por la ira “¿Por qué Draco está vetado de su propio baile?” fue directo al grano, sin darle vueltas al asunto.

Eso le gano un rostro en blanco por parte del mayor “El joven Malfoy está castigado por faltarme el respeto. Soy su director, nadie puede insultarme y creer que puede salirse con la suya” puso una mano arrugada sobre su hombro, fue repugnante por lo que se soltó de forma inmediata “Harry no me harás cambiar de opinión, si ni mi mejor profesor pudo, menos un estudiante” así que el profesor Snape también intentó hablar a favor de su amigo rubio sin mucho éxito.

“¿Qué es lo que tiene contra él?” soltó, ganándose como aquel rostro tenían una transacción de emociones lo suficientemente notorias hasta para alguien como él que solamente se fijaba en los sentimientos de las personas que ama e importa. El viejo pasó de sorprendido, a indignado, pensativo y luego tener una leve sonrisa.

“No tengo nada contra el señor Malfoy y …”

“¡Eso! Siempre le dices señor Malfoy cuando a los demás nos llamas por nuestro nombre, por ejemplo, a mí no me dices señor Potter, sino me dices Harry” señaló lo obvio, nunca había mostrado la misma familiaridad con su amigo que con los demás, era como si buscara tener un muro entre él y el rubio “Si eso no es tener una diferencia, no sé qué es”

El director parecía buscar una respuesta “El joven Mal… Draco” hizo énfasis en el nombre de su amigo como intentando probar de que no ponía un muro, pero su voz sonó rasposa “Es un alumno de un nivel diferente a otros, solo he visto a contadas personas con… con aquel calibre en la magia y presencia” eso le hizo fruncir el ceño, ¿de qué estaba hablando este hombre? “Y con el tiempo he descubierto que debes hacerle entender notoriamente la diferencia del bien y el mal, de que las acciones negativas conllevan a consecuencias, por lo que uno debe mantener un ojo sobre ellos para que no se descarrilen”

“¿Descarrilen? Draco sabe muy bien cuando algo está bien o no, tal vez lo que le falla es que se arriesga demasiado por otros, pero sabe cuándo su actuar daña a otros” intentó defenderlo.

“Sabías que en sus primeros años molestaba a los jóvenes Nott y Zabini de que eran huérfanos de madre y padre, respectivamente” ¿se burló de eso? No le sorprendía, a veces esos idiotas sacaban lo peor de uno… espera, ¿dijo jóvenes Nott y Zabini? ¿Esta diferencia era porque son de Slytherin? “De que asfixió a su hermano mayor por un peluche, que lanzó maleficios para silenciar a estudiantes que solo se dedicaban a hablar sobre él, tiene una lengua afilada que no teme usar, transformó a un estudiante en gato por diversión, se mete al bosque prohibido sin miedo ni preocupación y quién sabe lo que hace ahí porque siempre regresa mal herido, que…”

No pudo soportar más de esas tonterías “¡Lo hizo para defenderse! Y otros fue un simple error” recordó cuando Zabini terminó en la enfermería porque tomó la poción multijugos que tenía el pelo de un gato, no fue culpa de Draco debido a que como dijo fue un simple y tonto error, tal vez un descuido también, pero no lo hizo a propósito “No puede culparlo, ni decir que por eso no entiende la diferencia del bien y el mal”

“¿Pones las manos al fuego por él?”

“Meto el cuerpo completo al fuego por él” dijo con completa confianza. Sabía que por Draco haría cualquier cosa, confiaría en él ciegamente y nadie nunca lo haría dudar de aquel sentimiento “Así que espero que, por favor, deje de ser un completo…” quería decir imbécil, pero sabía que eso solo echaría más leña al fuego en su estúpida discriminación hacia Draco “un completo exagerado en el actuar de mi amigo o sino…”

“¿Sino qué, Harry?”

Muchas personas podían considerarlo tonto e inconsciente a su entorno, pero no lo era, especialmente cuando la situación involucraba a Draco por lo que él podía inferir que de alguna extraña manera su persona era importante para el director, no sabía por qué, ni en qué medida, pero de que era importante lo era. Lo único especial en él es que de bebé ‘venció’ a Tom, además de que en su primer y segundo año también lo hizo… sin embargo, Draco también estuvo involucrado en aquellas últimas ‘peleas’, pero él no tenía el interés positivo del mayor. Curioso.

“Sino me transferiré a otro colegio”

El mayor levantó una ceja divertido por sus palabras “No creo que eso sea posible, Harry, no seas ridículo.”

“Estoy seguro de que mis tíos ni siquiera notarían la transferencia, además creo que estarán felices de que me vaya lo más lejos de ellos y que nunca regrese. También de que he escuchado por Sirius que Ivermony es un buen colegio, con muy buena enseñanza y muchos menos problemas, un mejor internado que este, obviamente” no sería malo cambiar de aires, tal vez en verdad lo necesitaba luego de tantas molestias que tuvo por culpa de Tom… aunque una parte de él no quería irse por si vuelve a venir ese imbécil sin cuerpo “Y si quieres convencerme de que mis amigos se quedarán atrás, estoy seguro de que si hablo con el profesor Lockhart, él estará de acuerdo en que Draco merece un cambio después de este tonto torneo, así que no me sentiré solo en un nuevo colegio y continente.”

Pudo presenciar como aquellos ojos celestes maquinaba sus próximos pasos, lo que le iba a decir para mantenerlo en este colegio por más tiempo por lo que decidió ponerse más firme en su pose y demostrarle que no iba a ceder a menos de que sea darle más libertad a Draco. No iba a flaquear en su resolución. Nadie iba a evitar su búsqueda de que su amigo pueda hacer lo que él quiera sin ataduras. Al parecer lo transmitió bien porque el director dijo:

“Dejaré de tenerlo entre ceja y ceja, confiaré de que tu podrás mantenerlo en el camino correcto y vigilarlo, especialmente esto último” apretó los puños con enojo porque sentía que le estaba dando la responsabilidad de una criatura mágica, en vez de un alumno “Si tú te quedas estudiando en Hogwarts sin chistar” aunque odiaba sus palabras, sabía que era lo máximo que podía tener de ese estricto adulto, así que asintió “Entonces, todo está dicho” caminó hacia la puerta para salir de la habitación “Sin embargo, este trato no quita ningún castigo anterior, joven Potter. Él seguirá sin poder asistir a la fiesta de Navidad” lo dejó solo.

Apretó los puños con fuerza “Has ganado esta vez, Dumbledore, sin embargo, no volverá a ocurrir” gruñó saliendo del salón para luego dar un portazo. En el pasillo se encontraba Parkinson niño que lo miraba con un rostro muy curioso “¿Qué quieres Parkinson? Ya te dije que me iba a encargar de Petrova”

“¿Qué tenías que hablar con el director?”

“¿Por qué eso debe ser de tu importancia?” respondió para empezar alejarse del adolescente, no le agradaba mucho porque era obvio que los dos estaban enamorados de Draco, además de que debía empezar a planear una forma de quitar esa mirada triste en su rubio favorito “¿Por qué me estás siguiendo?” gruñó.

Parkinson lo sujetó del brazo “Tienes aquel rostro de preocupación que solo pones cuando Draco está involucrado, así que quiero saber qué le pasa” supo que no podría escaparse del interrogatorio del joven heredero a menos que lo hechice, pero estaban en una tregua así que esa no era una buena decisión.

“Intenté convencer al director de que le quitara el tonto castigo a Draco…”

“¿Castigo?”

Asintió para evitar un conflicto entre los dos “El director lo vetó del Baile de Navidad y…”

“¿Qué?” pensaba interrumpirlo a cada rato, ¿no iba a dejarlo hablar?

Recordar ese bello rostro desilusionado y deprimido le rompió en mil pedazos el corazón. Su amor solo merecía la mayor felicidad en el mundo “Lo castigó y ahora él no podrá ir al baile. Draco estaba muy emocionado de poder…”

“Bailar, él quería bailar… contigo y con sus amigos, pasar un agradable momento con todos” soltó en un susurro y no podía negar que Parkinson conocía demasiado a Draco “¿Lo lograste?” negó con la cabeza “¿Al menos lo amenazaste?”

“Obviamente”

“Bien” dijo apretando los puños con fuerza e impotencia “Al menos tú puedes hacerle frente, yo no podría” eso le hizo fruncir el ceño con extrañeza, ¿de qué estaba hablando el mayor? Sin embargo, sus pensamientos no pudieron profundizar más porque el Slytherin siguió hablando “¿Qué piensas hacer ahora?”

“Si Draco no puede ir al Baile de Navidad, entonces yo llevaré el baile a Draco” ya estaba planeando a quienes pediría ayuda y dónde se haría aquella fiesta “Será mucho mejor de lo que el estúpido torneo piensa hacer. Eso te lo prometo”

“Cuentas conmigo en todo lo que necesites” no creyó necesitarlo, pero para quitárselo de encima solo asintió para emprender camino hacia el único adulto en el colegio con quién podría hablar sobre sus futuros planes para el baile y sabría que lo ayudaría sin pensarlo dos veces, especialmente si es para poner una sonrisa en el rostro deprimido de Draco.

Gilderoy Lockhart.

Y para su desgracia con aquel hombre siempre llegaba, como un paquete, el profesor Severus Snape. Los dos padres de Draco, y si tenía suerte, sus futuros suegros. Solo esperaba que cuando llegara ese momento él ya se llevara mejor con los dos y no sientan que le está robando a su bebé.

Pasó tres días completos hablando con los profesores sobre los permisos y la decoración para la habitación ‘Necesito’; con los elfos sobre los diferentes bocaditos y bebidas que deberían hacer para la fiesta; con sus amigos mantener la fiesta privada y solo invitar a sus amigos cercanos, además de incluir a los estudiantes de primer, segundo y tercer año que no puedan ir al baile por motivo de edad -le parecía una tontería que no pudieran ir y estaba seguro que a Draco no le molestaría- sin embargo, su principal problema era de que los Slytherin, los amigos de Draco, no eran bueno para guardar secretos, así que debía mantenerlos entretenidos para que no dijeran nada.

Todas esas noches de desvelo valieron completamente la pena.

Aquella sonrisa deslumbrante en el rostro de Draco le hizo entender que todo estaba bien, que valió esos tres días que solo pudo cerrar los ojos por pocas horas.

Draco lo valía todo.

La mirada sorprendida y los ojos asombrados fueron totalmente un trofeo para él. Bailar con Draco fue espectacular, tan íntimo que amó cada momento que danzaron bajo las miradas atentas de varios otros estudiantes. Verlo girar y moverse como un profesional le hizo saber que esto fue lo correcto, que el baile que hizo con sus demás amigos fue lo mejor que le pudo ocurrir.

Amaba en el hermoso joven que se estaba convirtiendo y no entendía como podía ser que hubiera una persona en el mundo que no lo quisiera. Draco, su Draco era lo más bello que podía haber existido y lo amaba demasiado, solo quería buscar la forma de mantener aquel brillo en su rostro eternamente. No merecía más pena, no merecía más dolor, solo debía ser completamente feliz y sin preocupaciones. Lastimosamente la vida no era justa, mucho menos para las personas buenas y amables.

El aire frío golpeó su rostro y sintió como si le clavaran miles de agujas en su cuerpo mojado. ¿Dónde estaba? ¿El Lago Negro? Si lo último que recuerda era de que estaba hablando con la profesora McGonagall y después todo se puso negro. ¿Lo desmayaron? ¿Por qué harían tal cosa?

“¿¡Puedes nadar, Harry!?” la voz de Diggory lo sacó de sus pensamientos, el joven tenía una extraña burbuja en su cabeza que hizo ver más grande su rostro de forma graciosa, que se reventó a los pocos segundos. El rostro del tejón se encontraba seco a diferencia de las demás partes de su cuerpo que se encontraba mojado “¡¿Necesitas ayuda?!” giró su cabeza para observar lo que estaba pasando, se sentía un poco desorientado. Cómo lo había pensado, se encontraba en medio del Lago Negro, completamente mojado mientras en las orillas se encontraban unas gradas especiales para los estudiantes que los observaban… ¡oh! Era la segunda prueba.

¿Por qué estaba involucrado en la segunda prueba?

Miró a los demás nadadores. Estaba Diggory junto a Chang, cerca de ellos se encontraban Krum y Hermione, ¿Mione? ¿Qué hacía ella también aquí? y un poco más alejadas, nadando hacia la orilla, estaban Delacour junto a una rubia más pequeña.

¿Y Draco?

“¡Debemos movernos!” volvió a gritar Diggory acercándose a él para sacudirlo “¡Draco quiere que nos pongamos a salvo!” ¿Dónde estaba su amigo? ¿Estaba en la orilla? ¿Por qué las personas gritaban? No lo dejaban concentrarse, su jodida cabeza la sentía a punto de reventar junto al frío extremo que estaba congelando sus extremidades. Empezó a nadar con los demás estudiantes, con la esperanza de que su amigo ya se encontrara en la orilla esperándolo… ¿dónde estaban sus lentes? Todo era borroso, todo era confuso y el frío no ayudaba mucho.

Cuando llegó a la orilla fue sujetado por una gran mano. Hagrid le estaba ayudando a salir y le agradeció, pero su mente solo estaba enfocada en buscar a Draco, ¿dónde estaba su amigo? ¿dónde estaban sus lentes ya que no podía ver a la lejanía?

Escuchó jadeos de varios estudiantes… ¿todavía no acaba la prueba? Pero los demás campeones estaban afuera “¡Harry!” el gritó de Ron le hizo girar para ver una mancha rojiza corriendo hacia él hasta que al estar cerca notó que era su amigo “La profesora McGonagall me dio esto para ti” y con fuerza la puso sus lentes. Se iba a quejar por el trato brusco, pero su amigo lo agarró de los hombros para darle media vuelta y vea lo que estaba pasando debajo del lago gracias al hechizo de transmisión.

Pudo observar como el Calamar Gigante estaba queriendo golpear a Draco.

¿Por qué no lo estaban ayudando? ¿Por qué no terminaron la segunda prueba? ¿O todavía seguían en ella?

El objetivo era rescatar lo que más valoras, ¿no? Y según Draco era un objeto que ellos apreciaban demasiado, por ese motivo había guardado bajo un hechizo todos los objetos que quería en su baúl… pero ¿por qué ellos estaban abajo?

A menos… a menos que sea la persona que más valora. Sintió su corazón palpitar con rapidez, pero… pero si cuatro personas estaban a salvo, ¿por qué Draco seguía abajo del mar?

“¡Deben bajag, deben salvag a Draco!” escuchó gritar a Delacour quien no se dejaba revisar por Madame Pomfrey por querer acercarse a los jueces del Torneo.

“¡Están todos nuestrros tesorros afuerra, acabó la prrueba!” Krum decía intentando subir las gradas en las que se encontraban los jueces, pero sus piernas se encontraban temblorosas, ¿cuánto tiempo estuvieron abajo del helado lago? Sacudió la cabeza porque eso no era importante, sino de que Draco seguía abajo y nadie hacia algo para ayudarlo.

¿Dónde estaban los padres de Draco? Estaba seguro de que ellos irían corriendo a salvarlos, sin embargo, ninguno de los dos se encontraba en la grada de los profesores. Verdad, ellos iban a aprovechar la segunda prueba para poder encontrar a este experimento que seguro volvería a atacar en esta prueba como pudo haberlo hecho en la primera.

Se levantó para gritarle a Dumbledore de que debería acabar todo esto cuando de sus labios salió un jadeo cuando la lanza de una de las sirenas perforó el pecho de Draco. Notó fijamente como los ojos de su amigo se abrieron por el dolor, para luego bajar su mirada en shock hacia la fuente del punzón. Luego un hilo de sangre empezó a bajar por la esquina de sus labios.

“¡Draco!” empezó a correr hacia el lago, no le importaba el frío, no le importaba de que no supiera como bajar hasta el fondo del lago, no le importaba de que su cuerpo lo sentía tan quieto como los témpanos de hielo. No le importaba nada más que ir dónde se encontraba su amigo.

“¡Harry, no!”

No podía escuchar, no podía pensar en nada más que en Draco.

¿Por qué debían hacerle daño? ¿Por qué siempre debía salir herido?

¿Por qué no podían dejarlo vivir en paz?

Un fuerte golpe lo tumbó al suelo y un peso mayor lo mantuvo ahí. No podía moverse. ¡¿Por qué no podía moverse?! ¿De quién era esta magia que lo mantenía en el suelo?

No iba a quedarse a investigarlo porque su propia magia empezó a esparcirse por cada poro de su ser, sin control para romper el maldito hechizo que se había puesto en su persona. No quería quedarse quieto, no debía quedarse quieto cuando su amigo estaba siendo transportado por el Calamar Gigante, cuando estaba con una jodida lanza atravesada por el cuerpo. ¡Ni siquiera el mismísimo director lo iba a detener!

Con un ruido sordo y seco de fondo el hechizo se rompió, logrando al fin levantarse cuando Draco era cargado por Hagrid. Corrió al lado de su amigo medio gigante, intentado percibir con su magia si la herida era grave, lastimosamente no podía hacerlo, él no tenía la misma habilidad en magia curativa igual que Draco o sobre su conocimiento en la anatomía humana para saber si la lanza había atravesado algo vital.

Cuando el cuerpo seminconsciente de Draco quedó en la camilla se aferró a su mano libre, intentando evitar ser una molestia para Madame Pomfrey que estaba haciendo una evaluación rápida sobre la herida.

Su pálida piel estaba de ese color grisáceo enfermizo y sus ojos se encontraban dilatados, asustados “Harry” susurró varias veces, buscándolo con la mirada aún con aquella lanza incrustado en su cuerpo. ¿Por qué no se preocupaba por sí mismo?

“Todo estará bien, Draco, todo estará bien” susurró apretando con fuerza su mano, debía estar bien, después de todo la magia podía curar cualquier herida y enfermedad, ¿verdad? No podía concebir una vida sin que no esté Draco era imposible imaginar un futuro dónde no esté el rubio, siendo solo su amigo o una pareja romántica. Cuando los ojos de su amigo se fijaron en él, pareció brillar de reconocimiento para darle luego una pequeña sonrisa que estaba embarrada con sangre. Dolió. Esas bellas lunas fueron cerrándose poco a poco, cayendo en la inconsciencia “Te amo” no pudo evitar decirlo, después de todo el amor podía hacer hasta lo imposible, ¿no? “Te amo, te amo, te amo” repitió una y otra vez, especialmente cuando Madame Pomfrey de un movimiento rápido sacó la lanza y la sangre que había estado saliendo de forma lenta pero constante, ahora salía intensamente.

“¡Madame Pomfrey!” escuchó el grito de Hermione y el jadeo asustado de Ron, pero solo podía apreciar el rostro desmayado de su amigo que con cada segundo que pasaba se iba poniendo más y más pálido.

“No podía esperar hasta llevarlo a la enfermería o a la carpa de la enfermería, la lanza tiene veneno” decía la enfermera sin dejar de hacer movimiento con la varita sobre Draco y el corte profundo en su pecho, unos minutos después una gran bola negra salia de su cuerpo para echarlo en un cuenco cercano a ella, tenía el aroma metálico de la sangre junto a un aroma ácido y repulsivo. Sin perder ningún momento Madame Pomfrey siguió moviendo la varita sobre su amigo con mucha concentración y frunciendo el ceño por el cansancio que se iba acumulando en ella. No sabe cuánto tiempo siguió así, pero dejó de ver la situación cuando el cielo se oscurecía, no, no se estaba oscureciendo, alguien puso la carpa de enfermería sobre ellos para darles privacidad “Potter” que lo llamaran lo tomó desprevenido “La reconstrucción de un órgano es cansado y difícil mágicamente, pero no hay tiempo para que lo llevemos a San Mungo, su pulmón está colapsado y el transporte solo lo dejará expuesto a que se infecte”

“¿Qué?” salió un jadeo de sus labios, de Hermione y Ron.

“Sé cómo hacerlo, pero no tengo la licencia para hacer el hechizo porque soy una enfermera, tampoco tengo el poder suficiente. Voy a necesitar que fluyas tu magia hacia mí para poder salvarlo” sin pensar en las consecuencias lo hizo.

Buscó desde el centro de su cuerpo aquel cúmulo de magia que siempre estallaba cuando estaba enojado, empero ahora debía concentrarse en usarla de forma correcta. Intentó imaginarse tomando aquel cúmulo y crear un flujo continuo hacia Madame Pomfrey, todo lo que podía transmitir y más. Nunca había hecho algo similar, pero si era para salvar a Draco lo haría una y mil veces.

“¿Está bien así?” susurró concentrándose en cada gramo de magia. La mujer mayor asintió y el tiempo pasó de forma lenta para él, era raro hacer esto, pero no se detenía hasta que la mujer bajó la varita y se secó el sudor de la frente con su brazo.

“Eso es todo, su pulmón está bien, él está a salvo” lo miró con mucha cautela a ellos tres, ¿por qué? Se percató, entonces, que los cinco eran los únicos en la carpa “Potter, Granger y Weasley voy a necesitar que esto no se filtre o sino podría perder mi licencia” tal vez sus dudas se vio reflejado en su rostro “Este tipo de hechizos solo lo puede hacer un medimago, las enfermeras como yo no deberíamos ni siquiera pensar en intentarlo porque no nos especializaron en ello, pero debía hacerlo o sino el joven Malfoy pudo correr con demasiadas dificultades, infecciones o hasta…” parecía muy alterada de pensar en perder su licencia, después de todo era el trabajo que desempeñó toda su vida o tal vez estaba alterada porque Draco… ¿pudo morir?

Interrumpió “No diré nada, no diremos nada” prometió, sus dos amigos asintieron “Salvaste a Draco, entonces no debe de preocuparse.”

“Si alguien pregunta solo le dirán que lo atravesó la lanza, pero sin hacerle daño a ningún órgano” asintió, si ese era la coartada, entonces ellos tres lo tomarían como la verdad absoluta “Sin embargo, si se lo diré a sus padres y estoy seguro de que Draco también sabe qué tipo de daño sufrió” no le sorprendería, después de todo es muy inteligente.

El rubio fue trasladado a la enfermería del colegio y él también se fue porque no quería dejarlo solo ningún momento. Todavía podía sentir sus manos temblorosas y los ojos adoloridos seguro porque había llorado. Planeaba quedarse ahí hasta que Draco despertara. Se sentó al lado de su cama tomando con delicadeza su mano hasta que el profesor Snape y Lockhart llegaron muy preocupados “¿Cómo está?” dijeron acercándose y viendo la palidez que poco a poco se iba atenuando en el rostro de Draco, Madame Pomfrey salió y les empezó a decir sobre lo delicado que estaba su amigo, pero fuera de peligro.

Se quedaron ahí toda la tarde, pero tuvieron que irse cuando los demás estudiantes amigos de Draco llegaron a verlo, lo último que había escuchado era de que habían atrapado a Nhung y Sirius junto a Remus y Tonks estaban vigilándola, intentando sacarle información sin mucho éxito especialmente porque no sabían lo que buscaban de ella, solo sabían una mentira bien elaborada, pero no podían decir más porque no era el secreto que ellos debían de revelar, sino era el secreto de Draco.

“Nosotros también nos vamos” dijo Diggory cuando el sol empezaba a desaparecer del cielo, sin embargo, un codazo de Delacour lo interrumpió “¡Oh, verdad!” del bolso que llevaba sacó un peluche de dragón muy conocido para él.

“Jormün” dijo sorprendido tomándolo en sus manos, ¿qué hacían los demás campeones con el peluche favorito de Draco? ¿Se lo habían robado? No les creía capaz, especialmente porque parecían buenas personas y su amigo confiaba en ellos.

“Era una de las ofrendas” ¿el que debía ser sacrificado? “Se lo das cuando despierte, ¿ok?” asintió.

“Grracias, Potter” fue la despedida de Krum que se fue con los otros dos campeones con una pequeña sonrisa triste.

Al final se quedó con Ron y Mione “Me sorprendió que rescataran a Jormün, Draco lo había elegido como una de las ofrendas a sacrificar” susurró su amiga acariciando los pequeños cuernos del dragón con una mirada perdida para luego ponerlo al costado de Draco, justo al lado de su cabeza.

“Le hubiera destruido, él ama ese dragón” susurró Ron con las lágrimas aún secas sobre sus mejillas. Los tres se veían completamente mal, les dio el susto de su vida cuando su amigo casi se moría desangrado a las afueras del Lago Negro “¿Por qué no entraron a ayudarlo cuando todos los participantes salieron?” giró a mirar a Hermione, después de todo ella siempre tenía las respuestas de todas sus dudas.

Él tampoco lo sabía, su única teoría era que los adultos la mayor parte del tiempo solo eran un adorno, que decían cuidarlos, pero al final solo estaban parados sin hacer nada cuando en verdad los necesitaban.

“No lo sé” susurró Mione en trance “Yo… yo no lo sé” empezando a acariciar los cabellos rubios de Draco. Giró para verla por su voz tan rota, se percató de que sus ojos se encontraban hinchado y aguados, además de que igual que ellos dos, un camino de lágrimas secas manchaba su rostro “Nadie se movió, nadie fue a auxiliarlo”

“Estoy seguro de que, si hubiera estado el profesor Snape o el profesor Lockhart, ellos si hubieran entrado al lago sin pensarlo, no como los demás jueces o el director o los profesores” después de todo aquellos dos eran los únicos adultos que de verdad se preocupaban por su amigo, porque era su hijo.

“A mí me pareció que los demás profesores no pudieron moverse, noté como intentaron levantarse en vano. Era como si algo estuviera manteniéndolos clavados en sus asientos” Ron dijo pensativo.

¿Clavados en los asientos? “A mí también me pasó algo similar. Me quedé clavado en el suelo sin poder moverme”

“Alguien los hechizó a todos para que no intervinieran” comentó Hermione y su único pensamiento podía ser el director Dumbledore, pero no creía que fuera capaz a tanto, ¿verdad? Podía ser obsesivo con su amigo, pero capaz de que le hagan daño físicamente y sin que nadie pueda ayudarlo creía que podía ser una exageración.

Sus pensamientos quedaron en suspenso porque su amigo empezó a moverse lentamente, estaba despertando con un gruñido muy adorable. Le quitó sus cabellos de los ojos con una caricia porque su ceño estaba fruncido con molestia “Si quieres puedes seguir durmiendo” susurró, pero obviamente Draco era terco por lo que abrió los ojos frunciendo más el ceño por la luz de las velas “Tú te lo buscase para que conste, ¿eh?” dijo haciendo reír a Ron y Hermione, pero que Draco volviera a removerse como gusano entre las sábanas “Nos alegra que estés bien” su amigo giró su cabeza a su derecha justo donde estaba Jormün y sus ojos se llenaron de lágrimas “Nunca se fue, es el mismo y viejo Jormün de siempre” le dijo acercándole más el peluche a su mano que lo abrazó con fuerza, mientras con la mano libre le apretó su propia mano que seguía acariciando sus cabellos.

“Estoy bien, lamento haberlos asustado” dijo con dificultad para él, Ron y Hermione, que al verlo mejor y dando una disculpa no pedida ni necesaria los hizo llorara de nuevo a los tres. Dio miedo, mucho miedo de verlo desangrándose. Los cuatro eran uno solo y cuando uno era dañado los demás lo sufrían con la misma intensidad, después de todo eran los cuatro rebeldes de Hogwarts, ¿no? Se abrazaron por unos segundos porque no querían presionar mucho la herida de Draco, según Madame Pomfrey iba a estar delicado en la zona del pecho por unas cuantas semanas.

Lo ayudó a sentarse sosteniéndole con delicadeza de su cintura, mientras sus amigos estaban poniendo almohadas suficientes para que sean el respaldo del rubio y se reposara con comodidad ahí evitando que la herida todavía por curar no se apretara y sangrara.

Se quedaron en silencio por unos segundos, no sabían que decir luego de que Draco fuera dañado, pero obviamente él hablaría primero “¿Y…” comenzó ganándose una mirada expectante de los otros tres “... gané?” no pudo evitar tirarle una almohada a ese tonto, siendo imitado por Ron y Hermione “Auch, auch, soy un convaleciente” dijo de forma dramática haciéndolo reír.

Pero cómo amaba a ese tonto.


DRACO MALFOY

Fue difícil, una guerra monumental de poder convencer a Madame Pomfrey, a Harry, Hermione y Ron de que estaba lo suficientemente bien para poder salir para cenar en el Gran Comedor, sin embargo, luego de una larga batalla lo logró con mucho éxito. Así que por ese mismo motivo está saliendo a paso cuidadoso fuera de le enfermería, aunque creía que se había ganado una gran sospecha con su enfermera favorita porque su herida que debía sanar en unas largas semanas, solo en unas horas ya se encontraba muy avanzada en su curación de lo previsto previamente.

“Aún no puedo creer que siempre te salgas con la tuya” comentó Ron mientras iban caminando a paso lento, no porque lo necesitara sino porque sus amigos creían que debía tomarlo con calma hacia el comedor “Al menos estás curándote bien o si no te hubiéramos dejado en la camilla, aunque te quejaras” como única respuesta fue el bufido de Hermione que creía que todavía debía estar descansando y no caminando por los largos pasillos del colegio.

Harry estaba a su lado creyendo que si se alejaba, aunque sea unos centímetros de él caería desmayado. Exagerado, aunque si le dolía un poco, era un punzón molesto en la zona que fue herido. Cuando llegaron al Gran Comedor fue dirigido inmediatamente a la mesa de los leones sin su consentimiento, pero lo aceptó normal porque sabía que actualmente sus amigos estaban todavía un poco inquietos. Todos estaba muy felices de verlo. Se sintió querido.

La comida continuó lentamente mientras veía a sus padres que con una simple seña le dijeron que terminando la cena debían hablar con mucha urgencia. Asintió.

Ya terminado el postre el director se levantó de la mesa de los profesores desapareciendo con un movimiento de sus manos las sobras de la cena junto a los platos, cubiertos y vasos “Cómo en la mañana fue interrumpido la competencia, hemos decidido ahora decir cada uno de los puntos que se les ha asignado a los campeones por hoy” comenzó recibiendo un asentimiento de los demás directores “A la señorita Delacour se le asignó unos 35 puntos debido a que fue atacada por los grindylows, pero necesito la ayuda de otros dos campeones para poder liberarse y llegar a recuperar a su hermana” la francesa parecía aceptar aquel puntaje con aplomo “Al joven Cédric se le concede unos 47 puntos por el bien elaborado casco-burbuja y haber superado cada uno de los obstáculos, aunque salió unos minutos después de la hora establecida, sin embargo, rescató a dos personas: a la señorita Cho y Harry. Por otro lado, el señor Krum subió uno minuto después por lo que le estamos dando unos 40 puntos” esos ojos azules se fijaron en él “Por su parte, el joven Malfoy no pudo salvar a su rehén, pero no podemos negar que se desenvolvió bien contra esa manada de grindylows, además de que fue el primero en llegar al grupo de rehenes y de que distrajo al Calamar Gigante logrando que los demás campeones puedan rescatar a todos los rehenes y que fue el primero en desligarse de su objeto preciado para salvarlos y porque sin él no se hubiera salvado nadie, entonces se le brinda 45 puntos”

¿Qué?

¿45 puntos? ¿Estaba oyendo bien?

¡Pero si ni salvó a su rehén!

La celebración de varios Gryffindor y Slytherin le hicieron comprender que había escuchado bien. Esto lo ponía en tercer lugar con 77 puntos, mientras a Cédric lo colocaba primero con 88 puntos, siendo seguido muy cerca por Víktor con 84 y en cuarto puesto estaba Fleur con 74.

Tal vez si estuviera completamente bien le hubiera gustado celebrar, pero ahora solo quería ir a hablar con sus padres para luego descansar todo el día siguiente. Esa misma noche, después de la cena, le dieron la noticia de Nhung había sido atrapada y que cuando se recuperara completamente iría a verla, intentó convencer de que podía ir en ese mismo instante, pero obviamente en esto no cedieron, no lo querían cerca de una mujer capaz de hipnotizar a criaturas -tenían miedo de que lo pudiera hipnotizar a él porque era parte hombre lobo-, además de que no lo querían cerca de una mujer que lo ha dañado tantas veces en su estado actual, todavía delicado de salud. Así que los siguientes días cumplió diligentemente cada uno de los cuidados que Madame Pomfrey le recomendó seguir.

La semana siguiente intentó ignorar las notas periodísticas de Rita Skeeter en el que aparecía medio muerto y sangrante, además de lanzar más mierda a la competencia, eso último no le molestaba, pero si de que todos vean una y otra vez su foto en movimiento de cuando le atravesaban la maldita lanza o cuando casi se desangraba en la orilla. Era medio espeluznante y sádico que cada desayuno apareciera su rostro medio muerto en los periódicos.

Para mediados de marzo al fin pudo acercarse al experimento.

Sería una mentira si dijera que no estaba nervioso y ansioso. Según Thuban -quien había estado esperando que él estuviera bien para visitarla juntos- era una buena amiga suya, como una hermana mayor, pero de que siempre había mostrado un gran resentimiento por el lote de hombre lobos ‘perfectos’ ya que tomaron toda la atención del doctor Novak. Al parecer todos creían que aquel doctor era una eminencia por lo que siempre buscaban su atención y hacerlo sentir orgulloso.

Medio enferma era la relación porque aquellos experimentos no entendían que los dañaban y usaban. Glorificaban a un hombre que les había generado tanto pesar y sufrimiento, pero ellos no creían haber sufrido bajo su ‘cuidado’.

Era raro, ridículo.

Enfermizo.

Severus y Gilderoy los llevaron a la casa de los gritos en donde encontraron a Black y Lupin custodiándola, que al verlo dejaron a sus espaldas a Nhung “Creo que debe ser muda, Queji… Snape” se corrigió ante el ceño fruncido de Gilderoy “No ha dicho nada en todos estas semanas y tampoco ha comido” fue el saludo de Black cuando entraron a la habitación, pero para él eso no era importante, sino la joven adulta que estaba atada de las muñecas y piernas, mirando el suelo perdida, sin poder percibir ningún aroma… de igual forma que con su hermano.

Si llegaba a escapar sería difícil -por no decir imposible- poder rastrearla.

Thuban parecía listo para ir correr a acercarse a la mujer, después de todo era como una hermana para él, ¿verdad?

“Nos preocupa que no coma, Severus, tal vez se quiera matar poco a poco para no contarnos nada” el profesor Lupin también habló luego de darles un leve saludo a los cuatro con timidez.

Black continuó hablando “Eso y de que no habla, no hemos podido sacarle ni siquiera un jadeo de sorpre…”

“11RU08, 5RU06” dijo una voz rasposa atrás de aquellos dos adultos, haciéndolos girar con velocidad a la fuente de voz. Nhung había levantado la cabeza y ahora los miraba fijamente con aquellos ojos negros opacos, luego solo estuvo atento a Thuban “Cuánto tiempo, ¿eh? ¿Por qué no has venido a visitarme estas semanas? ¿Es que acaso no soy tu querida hermana mayor? ¿Terminaron lavándote el cerebro tu falsa familia?”

Parecía que Black y Lupin iban a reclamarles sobre que no les habían dado este tipo de información extra, pero Gilderoy los tomó del hombro con fuerza para sacarlos de la habitación y darles privacidad en aquella habitación semi destrozada y empolvada envueltos en un ambiente tenso.

“¿Me vas a responder, pequeño traidor?” insistió la experimento con la mirada molesta, haciendo retroceder y estremecer a Thuban “¿Crees que no te reconocería debajo de esa falsa piel? Por favor, te ves completamente ridículo y estúpido” su voz fue tan ácida que hizo retraerse a su hermano hacia el brazo de su padrino.

Severus se colocó en el medio de ellos dos, cubriendo con su cuerpo a Thuban “No voy a permitir de que hables mal de uno de mis hijos, maldita arpía” si la voz de Nhung había sido cruel, la voz de Severus era mil veces peor “¿Crees que puedes venir aquí y hacer lo que quieres? Te olvidas de quién está amarrado al parecer”

Suavemente apretó la mano de su hermano para poder transmitirle su cariño y presencia, que no debía sentirse mal por aquella mujer… aunque él sabía lo que se sentía que a alguien que tu amabas te trate mal, eso mismo le pasó con Lesath hasta que lo dejó ir.

“Si quieres puedes retirarte. Ya viniste a verla, no es necesario que te quedes más”

Thuban negó con la cabeza para soltarse de su agarre y caminar para estar frente a Nhung “Necesito hablar con ella, por favor, déjenme hablar con mi hermana”

“¿Seguro?” preguntó Severus sin dejar su pose de protección, ante el asentimiento del menor dio un leve paso atrás, pero sin dejar de estar atento a cualquier mal movimiento.

“No soy un traidor” fue con lo que continuó Thuban intentando impregnar confianza en su voz temblorosa “Porque nunca estuve de acuerdo con lo que hacía el doctor” se acercó unos pasos hacia Nhung quien rodó los ojos ante lo dicho “Soy un sobreviviente”

“¿Sobreviviente? ¿De qué?” la burla destilaba la voz de la chica sepia.

“¡De las atrocidades que nos hizo el doctor Novak!”

“¿¡Qué nos hizo!?” intentó levantarse, pero las ataduras eran tan fuertes que solo se movió un poco “¡Él solo buscaba sacar lo mejor de nosotros, ponernos en lo más alto de la evolución humana! ¡Íbamos ser lo mejor de la humanidad si ese imbécil no lo hubiera asesinado!” gritó señalando con su cabeza a Draco, quien frunció el ceño porque siempre lo culpaban del abandono que sufrieron.

“¡Draco no hizo nada! ¡Él también sobrevivió a toda su crueldad!” defendió su hermano, él quería responder, pero sentía que estas primeras palabras se debían dar entre ellos, tal vez y solo tal vez Thuban podría lograr sacarle información relevante sobre con quién estaba trabajando.

“¡¿Qué crueldad?! ¡Recibió toda la atención y se volvió en la persona favorita del doctor!” a la joven se le fue llenando de lágrimas sus ojos “¡Y él dejó de prestarnos atención, olvidando que nosotros éramos los primeros, los que debíamos estar arriba de todos!”

“¿¡Arriba de todos!? ¡Nos hizo unos monstruos incapaces de poder vivir con los demás!” lágrimas de impotencia empezaron a salir de aquellos ojos azules de su hermano “¡Nadie aparte de ti podía salir y tener una vida normal! ¡Yo no tenía un cuerpo humano y con cada paso que daba todo me dolía, es una tortura vivir con este cuerpo tan quebradizo que muchas veces he deseado morir! ¡No sabes cómo es vivir con esta maldición!”

“¡Pero eres fuerte, rápido y…!”

“¡Hubiera querido ser normal!” ese último grito fue lleno de dolor y agonía de un pasado que nunca pudo ser e hizo callar a la única mujer de la habitación “Hubiera dado todo por ser normal, tener una infancia como los demás, un cuerpo en el que podría correr, saltar, jugar Quidditch sin sentir durante y después un dolor punzante e insoportable, haber sido amado desde bebé y no pasar la mayor parte de mi vida en un laboratorio siendo ignorado o despreciado, de haber perdido a mi manada que tanto amaba” se limpió las lágrimas con su túnica “Y de que no veas que él nos hizo tanto daño, de que nos hizo unos monstruos, de que nos jodió me parece una sorpresa no grata”

“No es verdad” susurró Nhung con aquellos ojos opacos volviéndose de vez en cuando brillosos, no por las lágrimas, sino por algo más. ¿Qué era? “Él no nos hizo eso, solo nos trató lo mejor que pudo. Debes entender que éramos bastantes y solo los mejores sobrevivimos, tú eres uno de ellos 11RU08 y …”

“¡Soy Thuban O’Brien!” interrumpió “¡Estudiante de quinto año de Hogwarts con sus padres Severus Snape y Gilderoy Lockhart, hermano mayor de Draco Malfoy, amigo de algunos estudiantes de cuarto y quinto año de mi casa, Slytherin, a quién le empieza a gustar esas películas de Star Wars y lee varios libros de aventuras, soy amado por quién soy y al fin tengo unos papás! ¡Nunca más volveré ser 11RU08, nunca!” destilaba enojo y al fin pudo absorber en él un aroma, un aroma a bosque que se iba intensificando a cada palabra gritaba “¡Siendo 11RU08 fui dañado y despreciado, así que nunca quiero que me vuelvas a llamar así! Tú… tú… ¿Por qué no estás de nuestro lado? ¿Por qué le hiciste daño a mi hermanito?”

“Él no es tu hermano, yo lo soy” dijo la mujer mirando el suelo de madera y a su hermano de forma errática “¿O me has olvidado? Claro, ahora tienes una buena vida… obviamente te vas a olvidar de los que te arrastran a la antigua, prefieres olvidarte de mí”

“Eso no es verdad. Te quiero en mi vida Nhung, me protegiste varias veces a mí y a mi manada, pero no quiero que le hagas daño a Draco porque él también es importante para mí” su aroma cada vez se hacía más intenso… ¿esto era el famoso celo? La joven experimento también parecía pensativa oliendo con discreción el aroma que iba inundando la habitación.

“Tú no debías entrar en celo, él debería haber entrado en celo” decía golpeando su hombro contra la pared, parecía tan inestable mentalmente, tan perdida en su cabeza, en sus pensamientos.

“¿En celo?” susurró Severus mirando entre él y Thuban, intentando descubrir a quien de los dos le estaba pasando aquel raro suceso “¿Draco?” negó con la cabeza a la pregunta de su padrino y señaló a su hermano que parecía tan triste y deplorable, aunque estable en aquel momento, pero cuando lo sujetaron suavemente del hombro se desplomó al suelo respirando con fuerza, su aroma había explotado por toda la habitación.

Su padre se acercó a Thuban para ayudarlo a levantarse, por su parte él solo estaba viendo cada reacción de Nhung quien tenía un rostro culpable, luego uno indiferente, después uno de rabia.

“No debías ser tú, estábamos intentando llevar al límite a 5RU06 para que bajara la guardia en el celo y… y…” susurró muy bajo la mujer, estaba seguro de que nadie más que él la había escuchado, aunque la última parte no dijo nada más. Severus empezó a sacar a Thuban de la casa de los gritos para llevarlo a aquella habitación que había estado habilitando para este tipo de ocasiones.

Escuchó que lo llamaban, ordenándole a seguirlos para que no se quede solo con Nhung.

Hizo oídos sordos y se quedó, no podía dejar pasar esta oportunidad, ¿verdad?

No creía que se dieran cuenta porque ahora los adultos deberían estar resolviendo el problema del celo de su hermano, era mejor así. Quería conversar a solas con ella.

Cerró la puerta con el hechizo más fuerte para trabarla y evitar que alguien entre.

“¿Guardia baja?” dijo acercándose a Nhung quien volvía a tener un rostro indiferente “¿Qué querían hacerme? ¿Tú y quién más?”

“Él no debería sufrir el celo, a ti te estuvimos llevando al máximo del estrés” susurraba rápidamente “No quería que él sufriera, no 11RU08, es mi hermanito, me prometí protegerlo. Fallé, fallé en protegerlo… pero también es un traidor, un maldito traidor que merece morir” empezó a balancearse de adelante para atrás “Quiero protegerlo, pero debe morir, debe morir, debe morir” se contradecía y estaba perdiendo el hilo de sus pensamientos, debía intentar de sacarle alguna información antes de que se le friera la cabeza.

Estaba loca.

“¿Dime con quién estabas trabajando?” intentó de nuevo de forma lenta “¿Fue Alastor Moody? ¿Bartemius Crouch? ¿Albus Dumbledore?” enumeró a las personas que ese año parecían odiarlo, pero la joven estaba perdida en su mente “¡Maldita sea!” gruñó pateando un mueble.

“¿Por qué lo alteró tanto? ¿Eres tan importante para él?” decía entre hipidos Nhung porque las lágrimas fluían por todo su rostro, al siguiente segundo esos ojos tan tristes volvían a cambiar a furia “¡Pero es un maldito traidor, y si está de tu lado debe morir!” sus sentimientos eran tan cambiantes de igual forma que el brillo u opacidad de sus ojos negros “¿Por qué eres importante? ¿Por qué? ¿Por qué? Si mataste a nuestros hermanos” ¿estaba hablando del león y las hienas? “¡Si a él no le importa que asesinaste a nuestros hermanos, entonces tampoco le importara que te asesino yo!”

Estaba sorprendido de encontrarse frente a alguien loco y de forma inesperada Nhung empezó a golpearse su cabeza con la pared de madera de forma rápida, contundente y fuerte. El sonido seco resonó en su cabeza como un eco que rebotó por toda la habitación de forma estruendosa.

“¡No!” la agarró de los hombros para lanzarla al suelo, lejos de las paredes, pero el daño ya estaba hecho, se había dado alrededor de 5 golpes que habían roto la pared. La mujer estaba aturdida por los golpes, la tomó por su quijada para que gire el rostro y observar la herida que se había hecho.

Se había hecho una grave contusión en la cabeza, hubo una fisura en su cráneo y su cerebro iba a empezar a hincharse por la fluida inminente de sangre. Necesitaba detenerlo si eso pasaba.

¿Qué tan enfermo mentalmente alguien podría estar para dañarse así mismo? Se preguntaba mientras pasaba su varita por aquella zona heridas de su cabeza, intentando concentrarse en encontrar si existía alguna hemorragia o solo fue un sacudón de cerebro. Estuvo segundos así hasta que pudo comprobar que no había daño cerebral, sino solo una contusión que con reposo y algunas pociones podrían calmarla. Sin embargo, se encontraba a expectativas si había algún daño secundario.

Nhung se encontraba con los ojos cerrados como si estuviera durmiendo o desmayado, pero con una mueca de dolor, como si estuviera batallando con algo o alguien en su propia cabeza.

De forma brusca la puerta se abrió dejando entrar a Black y Lupin “¿Qué te pasa? ¿Por qué te quedaste a solas con esta mujer?” decía ¿preocupado? Black, para luego fijarse en la pared destruida y la mujer desmayada “¿Qué le hiciste? Estaba prohibido usar la fuerza bruta, ¿no, Remus? Tú me prohibiste usarla” se quejó como un niñito.

“No creo que Draco lo haya hecho” contestó Remus acercándose para estar a su lado y también tomar el rostro de Nhung entre sus manos “No lo creo capaz de hacerle daño.”

“¿Entonces qué? ¿Se golpeó sola?” levantó una ceja Black hablando en broma sentándose en el sillón viejo como si fuera un rey y sin importarle más la joven desmayada.

“Exactamente eso hizo” iba a empezar una discusión entre él y el padrino de Harry cuando Nhung empezó a levantarse y lo que vio de frente fueron unos ojos negros brillosos que ya no se intercambiaban con el color opaco “¿Nhung?”

La mujer empezó a parpadear rápidamente intentando observar todo a su alrededor, como si lo viera por primera vez “¿5RU06? ¿Qué… qué hago aquí? ¿Por qué estás aquí?” eso lo desconcertó, ¿estaba actuando o en serio no recordaba nada? Luego sus ojos se abrieron como un ciervo asustado en medio de la noche o cuando un depredador se acercaba “¡Por favor, por favor, no permitas que él vuelva acercarse a mí!” empezó a gritar “¡Él me hizo daño, nunca creía que me haría tanto daño!” lloraba.

¿Qué estaba pasando? Porque de un momento a otro parecía tan diferente, no podía percibir en ella ninguna mentira en sus palabras, en cambio el terror inundaba su rostro. Pero no le creia, había visto a tres experimentos y fueron crueles, aunque Thuban fue una excepción… y ¿si ella también lo era? ¿Alguien podía actuar tan bien?

No, no.

“¿Quién te hizo daño?” dijo Lupin intentando darle consuelo, pero Nhung solo retrocedió asustada sin querer que la tocaran “No debes temer, nosotros no te haremos daño” no creía que eso sea posible, pero era una forma de calmarla muy convincente con una mentira “Así que puedes confiar en nosotros” sin embargo, no fue suficiente.

Lo miró directamente a él “Fue… fue” su rostro quedó perdido en el aire “¿Quién fue qué?” lo miró extrañado, cómo si no entendiera lo que estaba pasando.

“Dijiste que alguien te hizo daño” habló lentamente Lupin, analizando cada mueca y movimiento de Nhung “¿No te acuerdas?” la joven negó con la cabeza muy confundida.

“No le creo” dijo contundentemente.

“Yo tampoco” secundó Black.

“Yo si le creo” contradijo el profesor Lupin “Ella en verdad está confundida, no sabe ni siquiera que hace aquí”

“Este tipo de personas son muy bueno actores, Lupin, no debes dejarte engañar” gruñó “¿Te acuerdas quién soy yo?” Nhung pareció no entender lo que estaba diciendo “Dime quien soy yo” soltó ahora con más enojo y una orden obvia, era imposible de que no supiera quien era después de que dijera hace poco su antigua numeración.

Nhung asintió “5RU06” decía lentamente, como si estuviera despertando de un letargo “El líder del lote 4 versión 2, la cabeza de la manada de los lobos” transmitió celos en cada palabra que iba soltando “El mejor de todos los experimentos, la luz del doctor. Él que hizo de que seamos olvidados” sus ojos se conectaron y el dolor se reflejó en ellos “Quien asesinó al doctor por razones egoístas” ¿razones egoístas? ¡Él nunca fue egoísta en nada, solo quería salvarse! “Asesino de mis hermanos por no ser tan perfectos como él, quien secuestró a otro y lo contaminó con sus ideas”

“Entonces no estás tan olvidadiza, ¿verdad?” se acuclilló frente a la hipócrita joven “Si eres capaz de recordar todo eso, así que dinos ¿con quién estás trabajando?”

“¿Trabajando? Desde que mataste al doctor he estado esperando a cualquiera que quisiera darme una orden en el laboratorio secundario del Monte Kailash, no me he movido, no he hecho nada mientras mis demás hermanos se iban a buscarte y nunca regresaban a mi lado”

“No estás en el Tíbet, Nhung, estamos en Escocia. ¿Qué haces en un lugar tan alejado a tu escondite?”

“No… no lo sé… lo último que recuerdo es que alguien ingresó al laboratorio y luego estaba enfrente de ti, aquí en esta casita muy descuidada y sucia. ¿No pudieron desempolvarla al menos?” dijo mirando las motas de suciedad que bailaban por el aire.

“¿Los dragones, calamar gigante, los grindylows? ¿No te acuerdas de que los controlaste para hacerme daño? ¿Bajo órdenes de quién lo hiciste?” susurró recordando cada uno de los ataques que fue sometido por criaturas que no parecía importarles su integridad física si eso significaba dañarlo.

“¿Dragones? ¿Calamar? ¿Grindyl… qué?” sacudió la cabeza “Yo no he controlado a nadie desde hace años, yo no he hecho nada y aunque hubiera querido hacerte daño por haber asesinado a mis hermanos, nunca me movería sin una orden directa, siempre trabaje bajos órdenes”

¿Todo lo hacía bajo órdenes? “Estas condicionada” pero es no explicaba de que no recordara sus antiguas acciones. Hace unos momentos estaba actuando tan extraño, intercambiando entre la ira y tristeza junto con diversos movimientos erráticos y tics, junto con autolesiones… ¿una enfermedad mental? ¿Un hechizo?

El brillo de sus ojos que cambiaban con cada sentimiento que se enfrentaba, el sonido de su voz que iba intercambiando según sus emociones, que parecía no recordar nada de lo que había pasado después de que salió del Tibet.

Si la maldición Imperius es realizada pobremente, la víctima quedará con su mente enloquecida.

Recordó una cita de un libro que les había ordenado leer el profesor Moody.

La magia oscura puede dejar un daño biológico irreversible, en el caso del Imperius hay un daño cerebral que es difícil recuperar aún con tratamientos.

¿No es eso irónico?

El experimento que podía hipnotizar a criaturas había sido ‘hipnotizada’ por alguien más. O solo estaba mal de la cabeza, había leído que en momento de estrés o por eventos traumáticos las personas bloquean aquellos recuerdos para protegerse, otros crean una nueva personalidad para el mismo fin, protección.

¿Imperius o enfermedad mental? ¿Amnesia por el golpe?

No lo sabía, pero Nhung no recordaba nada de lo que había hecho. No creía que alguien pudiera mentir tan bien.

Cerró los ojos intentando pensar que hacer, pero la joven volvía a entrar en un estado frenético, queriendo hacerse daño con la pared otra vez, no podía permitirlo “Desmaius” le lanzó el hechizo logrando que Nhung cayera inconsciente.

Si no recordaba, entonces ¿cómo podían sacarle información? ¿Cómo saber con quién estaba trabajando? Una gran parte de él susurraba que era culpa de Moody y que tal vez ella era su ex-estudiante… pero los ojos eran distintos, no concordaban, además de que aquella mujer desprendía un aroma a mar potente a diferencia de Nhung que no expulsaba ninguno. ¿Puede que esté proyectando su odio hacia Moody y lo esté inculpando falsamente con todo esto? No necesariamente un profesor al quien no le agradas significa que busque matarte y se alié a unos experimentos inestables, ¿verdad?

Pero estaba aliada con alguien, o al menos lo estuvo porque según ella no actuaba sin una orden directa, entonces ¿quién le estaba ordenando? ¿quién era la mente maestra de esto? ¿Por este ser desconocido entró al torneo?

¿Quién? ¿Moody? ¿Crouch? ¿Dumbledore?

¿Tom?

Desde el final de su segundo año no había sabido nada de él… había estado sin molestar, ¿tal vez este regresando? ¿Quiere volver a joderlos? Después de todo si él había sido creado para ser la… la ‘mascota’ de Tom -le dio tanto asco si quiera pensarlo- y los demás experimentos también fueron creados por la misma razón. Tal vez ahora que el doctor Novack no estaba presente, Tom a empezado a tomar posesión de lo que es ‘suyo’.

Debía averiguar cómo obtener los recuerdos faltantes de Nhung porque moverse a oscuras era horrible, si esto encerraba algo muy grande y horrible, que terminaba dañándolo de gravedad a él o a sus amigos. Mierda, mierda, mierda. 

¿Tal vez un hechizo? ¿Una poción? ¿Terapia?

“Entonces… asesinaste a un doctor y a sus hermanos” Black lo alejó de sus pensamientos, se había olvidado de que estaban ahí presente “¿Qué es lo que ha pasado? Porque no creo que alguien que mi ahijado tanto quiere pueda ser el villano de la historia” ¿fue el villano en la historia de Nhung, del león y las hienas? Ellos adoraban al doctor… tal vez el doctor tuvo un comportamiento distinto con ellos, tal vez a los primeros experimentos los amó, y a él, a su manada no los quiso, sino que solo fueron unos instrumentos más. Tal vez… 

“Eso no es de tu importancia” dijo empezando a salir de la habitación, necesitaba tomar aire fresco “Manténgala atada, no la suelten y desde ahora va a empezar a comer, yo me encargaré”

“¡Nada de eso, Malfoy!” intentó acercarse Black, siendo sujetado por Lupin para retenerlo “No, Lunático” se soltó del agarre con brusquedad “Nos están escondiendo algo grande. Laboratorios, doctores y hermanos muertos, manada de lobos, lotes y no sé qué más se dijo esta noche” señaló a Nhung con las manos “Ella dice que Malfoy es el villano, el responsable de la muerte de su familia y ¿por eso se estaba vengando? Porque si fuera yo… no, como lo hice yo cuando mataron a James y a Lily, fui corriendo para asesinar a Peter… entonces ella está justificada, ¿verdad? ¡En querer acabar con el responsable del asesinato de mi familia!”

“No es similar” susurró.

“Solo sabemos la superficie de la historia, Sirius” intentó calmar el ex-profesor.

“¡Exacto! ¡No sabemos nada y estamos a oscuras en todo!”

Podía entender el arrebato de Black, él sabía lo horrible que era no tener conocimientos de la situación, así que lo comprendía “¿Sabes que me puedo transformar en un lobo?” fue lo primero que preguntó para intentar responder algunas de sus dudas.

La pregunta repentina lo descuadró, pero igual Black respondió “Eres un animago, ¿no? Uno muy extraño si me preguntas”

“¿Extraño?”

“Puedes hacerte más grande, nunca he visto a una animago hacerlo antes”

Soltó una pequeña risa “No soy un animago, me hubiera gustado serlo, tal vez hubiera sido menos doloroso” les contó superficialmente todo lo que pasó. Desde que estuvo en un laboratorio desde bebé, que experimentaron con él, lo mandaron a misiones para matar personas, de la muerte de las personas que amaba, de su venganza, de su libertad. Obviamente no profundizó, ellos no deberían saber cómo se sintió durante las torturas, cómo se hizo amigos de su manada, cómo su mente se rompió ante la muerte del último miembro de su familia, de la tortura de los Malfoy, de sus decepciones, de sus traumas, de sus dolores, de su superación.

Después de todo solo eran miembros que ayudaban a su familia, no eran su familia,

Se fue dejando a esos dos hombres adultos intentando digerir lo que les había contado.

El día siguiente simplemente sirvió para afirmar que no estaba mintiendo la joven, que no recordaba nada desde que salió del laboratorio “Es como si algo hubiera sido congelado en su mente, cada vez que ingreso todo se encuentra estático y envuelto en una gran capa de hielo”

“¿Entras?” susurró ante lo dicho por su padrino.

“Hechizo de legeremancia, permite ver los recuerdos, pensamientos y emociones” respondió su padrino buscando de su librero un libro morado antiguo para dárselo, tenía en la portada el nombre del hechizo “Para poder sacarle una información debemos hacer que sus memorias sigan corriendo, romper su estado actual”

“¿Cómo?” preguntó intentando descubrir el otro enemigo que tenían en el colegio o fuera de este.

“Tal vez haciéndole recordar experiencias vividas”

Todo el tiempo libre que tenía pasó en aquella polvorienta habitación con Nhung para hacerle recordar algo nuevo -Thuban no quería hacerlo, estaba muy afectado por el celo los días posteriores, el cuerpo le dolía a horrores- “No me agradas” no sabe cuántas veces había escuchado lo mismo “Te odio”

Soltó un suspiro cansado “Lo sé” dijo cortando un poco de atún y dándole de comer, quien con disgusto abría la boca “Thuban está recuperándose poco a poco del celo” sabía que la única conversación en común entre los dos era su hermano

“11RU08 no debería estar sufriendo ningún celo, su cuerpo no es apto. Algo tuvo que perturbarlo bastante” le dolía no haber descubierto que sus propias lesiones repercutían mentalmente en Thuban, tanto así que su celo explotó. Su hermano había estado con una sonrisa muy tranquila y feliz cada vez que lo veía, no iba a ser fácil adivinar de que estaba mal.

“De que esas criaturas me dañaran lo perturbó bastante, junto con el profesor Moody” describió al profesor intentando ver algún reconocimiento, no tuvo éxito “y el director Dumbledore” del mismo modo lo describió, pero nada “Ellos han estado sobre mí, esto lo quebró”

“¿Cuándo podrá verme?”

No sabía cómo decirle que Thuban no pensaba volver porque sentía que había perdido a su querida hermana y eso le provocaba dolor “Cuando se recupere de las consecuencias de calor y … y cuando hayamos atrapado a la persona que te ha estado controlando”

“No recuerdo nada” las lágrimas empañaron su rostro “No quiero que me alejen de la única familia que me queda. 11RU08 es todo lo que me queda, no puedes quitármelo, por favor” rogaba “No me lo puedes quitar como me quitaste a mis otros hermanos”

“Entonces debes ayudarme… si descubrimos quien te ha estado controlando podremos acercarte a Thuban, estoy seguro de que él estará muy feliz de verte cuando todo haya acabado” mintió, pero se intentaba convencer de que si todo acababa bien su hermano quería reunirse con Nhung y tal vez podrían arreglar todo lo que se dijo en aquella reunión.

“No confío en ti, tu asesinaste a mis hermanos…”

“Entre mi vida y la de los demás…”

“Me salvaré para cumplir la misión” gruñó “Ellos sabían que podían morir si iban contra ti… tú no te ibas a quedar de brazos cruzados si alguien estaba a punto de asesinarte. Yo lo entiendo, pero igual perdí a quienes amé por tu culpa”

“Entonces evita que te quite a otra persona que amas, solo te queda Thuban y estoy seguro de que no lo querrás lejos, ¿verdad?”

“No lo quiero perder… es lo único que me queda”

“Entones ayúdame y no lo perderás”

Nhung asintió muy suavemente “Pero no sé cómo hacerlo… no recuerdo nada. Por favor ayúdame a recordar, quiero recordar para poder reunirme con 11RU08, no quiero perder a la única familia que me queda porque si el celo sigue dándose en su sistema su cuerpo no lo resistirá”

“Tal vez el bosque te recuerde algo, después de todo puede que hayas estado viviendo ahí” la cargó -porque todavía seguía amarrada de manos y piernas- para sacarla de la casa de los gritos y viera el bosque, el largo, inminente y oscuro bosque “¿Recuerdas algo, alguien?”

La sentó en el césped y por un par de minutos estuvo observando cada una de las hojas del césped, de las copas de los árboles, de la vista lejana del castillo “No, no” decía negando la cabeza “¿Por qué no puedo recordar?” lloriqueó tirándose al suelo, por su parte él intentó evitar ver por donde cayó hace menos de un año su padre y lo creyó muerto, era todavía un recuerdo muy doloroso para él “¿Qué me está pasando?”

“El cerebro es una órgano muy complejo y delicado” también se sentó y arrancó con enojo el césped “Debemos saber cómo desbloquear tus recuerdos atrapados sin dañarte” ¿cómo lograr eso? ¿era al menos la parte de ‘sin dañarte’ importante? “No es tu culpa” se mordió la lengua para no contradecirse porque a su parecer ella si era responsable de todo lo malo, de que lo dañaran, de estar lado del malo de este año y de querer provocar de nuevo un celo en él, ¿para qué motivo? no tenía idea. Todo era un asco.

Estuvo pensando y pensando, intentando descubrir cómo ayudar. ¿Una vista a las fotografías del ‘famoso’ evento? No, ya lo habían hecho sin ningún éxito. ¿Que viera la imagen de un dragón? Solo se había asombrado de que existiera una criatura así, era como si fuera la primera vez en verlo. ¿Fotos de los sospechosos? Una mirada en blanco fue lo que recibió.

¿Una visita al lago? Pero ¿a qué hora?

“¿Y si…?” se quedó en silencio dejando su oración al aire.

“Y si… ¿qué?”

Nhung mordió el labio inferior “¿Y si vamos al laboratorio?”

Se estremeció ante cada recuerdo que como una avalancha recorrió en su mente, pero con voz autoritaria dijo “¡No!” no iban a regresar a ese laboratorio, nunca iban a regresar a ese maldito lugar porque no importaba si era en Sudamérica o en el Tíbet, seguía siendo el laboratorio donde el doctor Novak les destruyó la vida a todos.

Cargó a Nhung que ante su ¿orden? quedó en completo silencio, la volvió a meter en aquella polvorienta habitación.

“No vuelvas a sugerir algo así” se fue y no volvió a ir a la casa de los gritos, le pidió a Black y a Lupin que por favor la cuidaran, y si recordaba algo que le dijeran. Su exprofesor dijo que no había problema, que le gustaba estar ahí porque podía pasar tiempo con Harry, Black también lo tomó a bien, pero obviamente no lo dijo solo le gruñó como un perro rabioso, pero si hubiera estado en su versión animago estaba seguro de que hubiera visto una cola moviéndose con alegría.

Le está siendo cada vez más fácil poder comprobar las verdaderas reacciones del mayor.

Para su salida en Hogsmeade fue muy tranquilo, al menos la primera parte. Compró algunos dulces para todavía un convaleciente Thuban que, aunque hace semanas hubiera pasado su celo, su cuerpo seguía muy resentido y estaba postrado en cama. Le dolía ver a su animado hermano tan mal, tan adolorido, pero con una suave sonrisa cada vez que lo visitaba intentando no mostrar su dolor.

Luego de pasar por diversas tiendas y tomar una cerveza de mantequilla fueron a la casa de los gritos para que Harry pudiera reunirse con Black y Remus, todo el tiempo que podía intentaba pasarlo con ellos, conocerlos y aprender a quererlos. Cuando vio ahí a Nhung luego de una semana decidió que todavía no era tiempo de reunirse, así que se despidió de ellos.

Regresando al castillo pudo percibir el aroma solitario de Karkarov. Por primera vez en meses estaba solo y sin rodearse de sus estudiantes o profesores.

Se acercó sigilosamente al director de Durmstrang quien se encontraba pálido y sudoroso, eso le sorprendió porque el clima, aunque se estaba volviendo cálido no era lo suficiente para sudar así. Estaba tocándose del antebrazo y tenía una mueca eterna de dolor, preocupación y miedo.

Jadeaba y caminaba tembloroso “¿Y si regresó? ¿Si me mata?” se recostó en una pared para no caerse por su tambaleante andar “Mierda, mierda” la desesperación fluía en su voz.

“¿Quién regresó?” su pregunta lo hizo saltar asustado y voltear velozmente.

“Eso… eso no te importa, hijo de Severus, de aquel traidor” frunció el ceño “Ahora si no te molesta, me voy” Intentó pasar por su lado, pero lo sujetó del antebrazo que se había estado tocando. El hombre se soltó como si su toque le quemara y se levantó asustado la manga de su túnica “¿Qué hiciste? ¿Lo llamaste?”

“¿A quién?” su pregunta quedó en el aire, porque el hombre revisaba si algo le pasaba a ese tatuaje de la ¿marca tenebrosa? “¿A Tom?”

“No vuelvas a tocarme ahí, ¿entiendes? Y no conozco a ningún Tom, nunca escuché ese nombre en mi vida” dijo queriendo darse la vuelta para alejarse de su lado.

“¿Tampoco conoces a Anastas Uvarova?” el hombre se quedó petrificado en medio giro “¿Director?”

“No conozco a nadie llamado así”

“Eso ni tú te la crees. Pero ya que tienes un poco de amnesia te hago recordar. Anasta Uvarova un joven de cabellos rubios y ojos celestes, que estudió en Koldovstoretz hasta que se graduó y viajó a Inglaterra para hacer turismo, pero se quedó porque se enamoró de un mago 7 años mayor que él. Tuvo una discusión con su hermano mayor, Dmitri Uvarova, porque este no le parecía correcto de que su hermano se relacionara con un mestizo y de ahí perdieron todo contacto” todo lo que dijo fue información que Flint le había proporcionado sobre la familia rusa.

“Ya te dije que no lo conozco” siseó.

“Nadie sabe algo de él desde 1979”

Karkarov lo encaró, obligándolo a dar un paso atrás “¿Piensas que si me das información de alguien que no conozco o decirme mentiras de esta persona yo te diré algo? Esperé algo mejor del hijo de Severus, tal vez una tortura o un hechizo para sacarme información”

“No te estoy mintiendo” ignoró lo demás dicho por el gruñón director “Su hermano, ni sus antiguos amigos lo han vuelto a ver desde abril de 1979, mandaron investigadores para saber que le pasó, pero no tuvieron respuesta. Fue como si se le hubiera tragado la tierra” el hombre negó con desesperación la cabeza, tocándose el brazo con fuerza “A desaparecido, el último en verlo con vida fue su pareja… Ya sabes un tal Igor Karkarov” se acercó al hombre que se sostenía con su mano libre en la pared “Los seres más cercanos de Anastas están convencidos de que él lo mató” esto ya lo estaba inventando “Que su novio estaba celoso, después de todo Anastas era un hermoso sangre pura, joven, extrovertido y amable, su novio tenía celos de que lo dejara por alguien mejor ya que era 7 años mayor, pero se veía mucho más viejo, no era guapo y un mestizo. ¿Qué quería alguien tan perfecto conmigo? pensó mientras lo desaparecía, ¿verdad?”

“¡Eso es mentira! ¡Nunca le hubiera hecho daño, lo amaba demasiado como para ponerle una mano encima! Lo respeté, lo amé, le entregué todo y aun así me abandonó para irse con su jodido hermano porque no era suficiente para él”

“Nunca llegó con su hermano” recalcó. 

“Lo que te diga Dmitri es mentira. Anastas se fue con él porque no quería seguir estando con un sucio mestizo” eso lo descuadró. 

“Tienes la marca de Voldemort” solo escuchar ese nombre hizo estremecer al hombre “¿Por qué apoyarías al lado de los sangre pura si crees que uno te despreció?”

“Lo hice para demostrarle a Anastas de que daría todo por su línea de sangre, me embarré hasta el cuello de esta ideología porque así tal vez él me vería como un igual y no solo un mestizo” ¿todo lo hizo por amor? Esto era una locura.

“Pero él te amaba, no importaba si eras o no sangre pura, lo eras todo para él, su presente y futuro”

“Eso no es verdad, cuando se enteró de que me uní a los mortífagos me despreció y huyó hacia su hermano” golpeó la pared “Di todo por él y así me pagó”

“Él no quería que te unieras a ese grupo de sádicos, ya era feliz contigo.”

“¿Cómo lo sabes si no lo conoces…?”

“¡Porque o sino no hubiera quedado embarazado de ti!” no puedo evitar gritar.

La mirada incrédula de Karkarov y su jadeo de “¿Qué?” le hizo entender de que este hombre nunca supo que tuvo un hijo. La risa histérica se escuchó saliendo de los labios del hombre “¿Embarazado? Anastas era un hombre la última vez que revisé. Creo que debes revisarte hijo de Severus”

“Él es de una familia antigua y ancestral, ¿no crees que pudieron hacer un hechizo para que su sangre persevera con el pasar del tiempo? Como fue durante la caza de brujas… ante las pocas brujas en el mundo por culpa de los muggles, debían de sí o sí tener un heredero sangre pura estas familias, entonces que mejor de que casar a los herederos varones y con un hechizo lograr que entre ellos tuvieran al próximo sucesor”

“Anastas no pudo esconderme algo así… él no pudo”

“Él te amó Karkarov, porque esa es una condición para poder quedar embarazado, amar al otro padre del niño que quería tener. ¿Qué fue lo que le pasó?”

“Ya te lo dije, se fue. Cuando se enteró de que yo era un mortífago me dejó con una carta diciendo que se iría con su hermano, que no podía seguir conmigo” decía de forma automática “No me djo que estaba embarazado… ¿cómo sé que me dices la verdad?” le pasó el expediente de Morado que siempre llevaba con él, lo traía en su bolso. Se quedaron en silencio mientras Karkarov lo leía desesperadamente cada una de las palabras escrita “¿Y esto qué es? ¿Qué son todas estas palabras extrañas?” susurraba “¿Quién escribió esto? Aquí dice que…” acarició con lentitud la foto de un pequeño morado que se encontraba impresa en el expediente.

“Antom Karkarov es tu hijo con Anastas Uvarova” los ojos azules de director se aguaron por la información que estaba obteniendo “Él nació el 20 de octubre de 1979, seis meses después de que desapareció Anastas”

“¿Antom?” se aclaró la garganta “Una vez Anastas me preguntó que si tuviera un hijo cómo me gustaría llamarlo, le dije que Anton como mi padre que significa fuerte y orgulloso” luego soltó una risa rota “Al final solo me reí porque sabía que era imposible ya que nunca me gustaron las mujeres y solo pensaba quedarme con Anastas por toda mi vida… si tuve un hijo. ¿Dónde, dónde está?”

Ahora se sentía un poco culpable, después de todo creyó que Karkarov estaba mintiendo sobre el paradero del otro padre de su amigo, pero al parecer tampoco sabía de él o que tuvo un hijo. ¿Cómo decirle de que estaba muerto? ¿Cómo romper a un padre que recién se entera de que lo fue? ¿Fue un buen movimiento el que hizo? Miró aquel antebrazo en donde estaba el tatuaje de la calavera “Asesinado por la ideología que seguiste” dijo sin percatarse, sin poder aquel filtro de cerebro a boca que debería tener.

“¿Qué?”

“Fue utilizado por un amigo de Voldemort para que experimenten con él, falleció hace unos años. Asesinado por aquel amigo” el rostro lleno de horror del hombre fue sorprendente ante cada historia que iba contando sobre los experimentos que habían sufrido. Hubo un punto en que pudo percibir el miedo que había estado rondando en sus ojos al ver aquel tatuaje se iba transformando en odio o en asco “Tal vez Anastas podría decirnos algo más, deberías escribirle a su hermano para que podamos encontrarlo, tal vez tenga información incompleta y con lo que tu sepas podamos encontrarlo… puede que haya sido secuestrado o ¿cómo le quitaron al bebé?”

“Cuándo Anastas se fue de mi lado, no pude escribirle a Dmitri para saber si él había llegado consigo, sentía odio, vergüenza y miedo porque fui dejado como un trapo sucio… tal vez se fue porque no quería que el niño creciera en el ambiente que me estaba moviendo, al final fue mi culpa por unirme a los mortífagos y el niño creció en un ambiente mucho peor” aquellos ojos azules estaban llenos de dolor e ira “Y si hubiera sabido que nunca llegó, si Dmitri me hubiera comunicado algo tal vez lo hubiera buscado por toda Inglaterra… tal vez lo hubiera encontrado y hubiéramos podido criar a nuestro hijo, pero Anastas se fue y yo no luché por nosotros, lo dejé ir. El miedo e ira al abandono me apoderó y paralizó, pude hacer mucho si lo hubiera superado, ahora mira las consecuencias de mi miedo, perdí a un hijo que nunca conocí y puede que también al amor de mi vida… le escribiré a Dmitri” empezó a alejarse de él con paso firme y antes de que desapareciera por una curva de un pasillo pudo observar como aquellos hombros anchos empezaron a temblar, el aroma salado de las lágrimas llenó sus olfatos.

Lo había roto.

Parece que últimamente eso era lo único bueno que podía hacer, romper a las personas, destruir su mundo o desequilibrarlos. Aunque también era bueno matándolos, ¿no?

Estuvo flotando en su propia mente los siguientes días, como si estuviera bajo anestesia, podía escuchar y entender todo lo que le decían, pero algo en su mente lo hacía sentir como si todo esto lo viviera como una tercera persona, un espectador de su propia vida.

Buscaba saber cómo traer de vuelta los recuerdos de Nhung, mientras por otro lado la silla vacía de Karkarov le taladraba la cabeza ¿A dónde se fue? ¿Con DmitriUvarova? Además de que sus amigos leones parecían muy interesados en algo que les dijo Sirius Black sobre Bartemius Crouch y querían averiguar por qué estaba tan enfermo últimamente. No dijeron mucho más, era como si no quisieran involucrarlo en más problemas, por una parte, les agradeció porque estaba colapsando con el problema de Nhung y Karkarov, pero por otra parte estaba enojado, ¿no confiaban en él? ¿es qué creían que no podía con más? Sin embargo, no se quejó porque él tampoco les había dicho nada, todo se lo estaba guardando porque de alguna forma había manipulado y destruido a esos dos por información.

¿Se estaba volviendo en el monstruo que debía convertirse para Voldemort?

Estaba tan cansado y bajo de ánimo que ni siquiera la increíble clase de búsqueda del tesoro de escarbatos lo animó. Ni siquiera aquella carta que le culpaba de ‘metérsele a los ojos’ a Harry -e intoxicarlo con el veneno que son la familia Malfoy- que le explotó en la mano por el pus de bubotubérculo sin diluir le distrajo mucho, ni lo sintió aun cuando le diagnosticaron que su piel sufrió quemaduras de primer grado.

Nada era suficiente para poder sacarle de su estado de aturdimiento.

¿Era malo? ¿Siempre fue cruel? Por supuesto que sí, había matado a muchas personas bajo las órdenes del doctor Novak, personas que el doctor odiaba o se interponían en su camino… ¿Mató a inocentes? ¿Mató a padres, madres o hijos de una familia? ¿Los estaban todavía esperando?

Nunca pagó por nada de lo que había hecho, por todos esos asesinatos.

¿Por qué ahora pensaba en eso? ¿Por qué luego de varios años? ¿Solo porque había hecho sentir mal a dos adultos? Eso era una mierda, pero se sentía mal, cabizbajo, triste y cansado… se había sentido así antes… durante el ¿celo? No, no, no, no sufrir el celo ahora porque según Nhung querían hacerle algo durante estos momentos de impotencia de su parte, no podía, no debía tenerlo… mierda, debía aguantar hasta que resuelvan todo este caos.

¿Pero qué podía hacer para que Nhung recuerde?

El miedo e ira al abandono me apoderó y paralizó, pude hacer mucho si lo hubiera superado, ahora mira las consecuencias de mi miedo, perdí…

Las palabras de Karkarov siguieron repitiendo en él… si tal vez superara su miedo al laboratorio, si pudiera recorrer aquellos pasillos con calma y sin sentir pavor, no como aquella vez que fue con sus padres y los padres de los miembros de su manada dónde corrió por el pasillo intentando despejar su mente que se paralizaba por el miedo a los recuerdos… debía superar su miedo e investigar, qué podía saber de aquel lugar.

Que su cuerpo no se paralice o recorra los pasillos de forma superficial. El doctor ya no estaba en este mundo, estaba muerto, no podía volver hacerle daño.

Un viernes en la noche, unos días antes de que comenzaran las vacaciones por Pascua, tomó su escoba que estaba guardada en su baúl, guardó lo esencial en su bolso y salió del castillo. Se fue directamente por el camino que conocía lo llevaría a la casa de los gritos, estando dentro miró a la joven dormida a la que despertó con un sacudón en el hombro “¿Qué haces aquí?” preguntó medio adormilada y en susurros porque arriba de ellos se escuchaban los gritos asustados de Black junto con la voz calmante del profesor Lupin, quien le susurraba que ‘todo es una pesadilla, estás libre, aquí afuera conmigo’

“Nos vamos a Tíbet” sabía que sus padres lo iban a matar cuando regresara, pero necesitaba hacer esto solo o al menos casi solo.

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