
Invitación
::POV HARRY::
Debía ser una jodida broma lo que estaba viviendo en aquel momento, fue lo que pensó al escuchar a Ludo ‘idiota’ Bagman decir que los cuatro campeones deberían ingresar al domo con los cuatro jodidos dragones “Eh escuchado mal, ¿no?, Ron, Hermione” les preguntó a sus amigos que estaban sentados a su lado.
“Creo que todos hemos escuchado mal, amigo” justo en ese momento Draco y los otros tres entraron al domo, casi se le sale el jodido corazón cuando al dar el primer paso dos jodidos dragones -no sabe que especie era- los atacaron con sus largas y pesadas colas “¡Oh, mierda!¡Corre, Draco!” escuchó de Ron y Hermione, por su parte él ya estaba planeando ingresar a aquel infierno y sacar a su amigo para ponerlo a salvo aunque este no quisiera, y luego matar a los jodidos organizadores que tuvieron la ‘brillante’ idea de esta locura, sin embargo, no pudo hacerlo porque se sintió inmovilizado.
“¿Qué mierda?” gruñó notando la magia de dos personas sobre él, ¿quién le hizo esto? ¿quién fue el loco de querer restringirlo de salvar a su amigo?
“Harry, ¿qué pasa?” dijo Mione dejando de ver todo lo que ocurría en aquel domo con mucha dificultad porque estaba preocupado por el rubio del grupo “¡Oye, no puedes hacer eso!” gritó a unas personas detrás suyo.
Escuchó pasos acercarse y dos estúpidos aurores con rostros engreídos se colocaron frente a él con una pose altiva “Se nos ordenó que debíamos evitar que el joven Harry Potter interrumpa el Torneo de los Tres Magos a cualquier costo” solo gruñó a esos dos idiotas, intentando soltarse de la soga imaginaria que se había puesto sobre él, pero sin dejar de ver a su amigo que ahora se lanzaba al suelo evitando ser quemado por aquella bola de fuego de ese dragón rojo.
Su corazón latía con preocupación y miedo por la seguridad de Draco, además de enojo por el que sea que haya ordenado neutralizarlo “¿Quién los mandó maldita sea?” gruñó girando con dificultad su cabeza provocando un escalofrío en esos hombres que no podía creer que haya podido girar a verlos.
“No deberías moverte ni un poco” dijo en un susurro asustado uno de los aurores dando un paso para atrás. Cobarde.
“Es Potter, ¿por qué crees que mandó a dos de nosotros contra él?” dijo el otro igual de asustado, pero aun así intentando ocultarlo con esa falsa superioridad “Tal vez tuvieron que mandar a tres, pero bueno somos los dos mejores de nuestra división.”
“Responde quién fue” dijo Ron también con el ceño fruncido hacia los aurores, los demás Gryffindor empezaban a hacer ruido por esta intervención injustificada en sus gradas, además de que no los dejaban ver bien la prueba “A menos que desees que todos los leones nos vayamos contra ti” no creía que todos los integrantes de su casa lo hicieran, pero al menos los aurores si lo creyeron.
Dudaron al querer decirlo, pero en ese momento pudo mover su mano “El director Dumbledore no desea que interrumpas el Torneo, han puesto mucho esfuerzo en este para que lo arruines. Según él debes estar vigilado” giró su cabeza hacia el director -quien estaba en la tribuna de los jueces del Torneo- que lo estaba mirando con una ceja alzada, se sintió retado por aquel vejestorio que desde hace mucho ha estado molestando a Draco y, por consiguiente, lo estaba molestando a él ¿es que no puede mantenerse alejado de sus vidas? ¿Siempre debe entrometerse en lo que no le concierne?
La competencia siguió y con cada momento que Draco pasaba cerca de un dragón solo podía sentir las ganas de correr y ponerse como escudo o ayudarlo a derrotar a esas gigantescas criaturas. Además, de que con cada minuto que pasaba más de sus extremidades empezaban a ser liberadas del hechizo de esos dos idiotas aurores que estaban todavía a su lado, ¿no pensaban irse? Lo hacía sentir como un prisionero peligroso.
Con cada ataque que el rubio sufría a garras de los dragones a él casi le daba también un ataque a su corazón y mientras más se movía los aurores iban aumentando para paralizar sus intentos de ayudar a Draco, cada vez que se movía un poco esos jodidos aurores le lanzaban un hechizo para detenerlo, pero su preocupación era mayor, además de que su magia también parecía ser superior por lo que ahora lo tenían sujetado alrededor de 5 personas con sus manos para que no se moviera o saltara hacia el domo.
“Suéltame, maldito bastardo” gruñó cuando Draco se metió en aquel pastizal ardiente para romper la cadena, no podía verlo para nada y el miedo estaba fluyendo sobre su persona, sin embargo, lo tenían sujetado. Había ganado últimamente un poco de músculo, pero nada comparado para ir contra 5 aurores, que seguían pidiendo refuerzos. A su lado Ron y Hermione les estaban gritando a esos abusivos de que lo soltaran, pero estaban siendo amenazados de que si se seguían moviendo también serían tratados de igual forma.
Se detuvieron cuando las dos últimas dragonas fueron neutralizadas, lo soltaron “¡Eso! ¡Lo hiciste increíble, Draco!” gritó a todo pulmón, saltando y levantando un puño muy orgulloso desde su asiento, estaba muy feliz de ver como aquellos dos dragones fueron encadenados y se encontraban inmóviles “¡Él hizo el plan, es tan inteligente!” les decía a todos los demás Gryffindor que también estaban celebrando y al escucharlo solo asintieron dándole la razón. A su lado Hermione y Ron se abrazaban felices, aliviados de que Draco se encontrara bien después de todo “¡Ve a tomar el huevo!” no entendía porque no corría hacia el huevo para acabar ese jodido juego, para su sorpresa y disgusto se abrazó con aquellos tres.
¿Draco se abrazó con Cédric Diggory, Fléur Delacour y Viktor Krum? Tres de las personas que varios estudiantes de Hogwarts han declarado explícitamente y a viva voz de que son demasiadas atractivas. ¿Y si Draco terminaba enamorado de uno de ellos? No lo culparía porque seamos sinceros son atractivos, pero… pero no quería que a Draco le gustara uno de esos tontos que lo único bueno que tienen es su atractivo, aparte de ello no había nada más de que admirar, ¿verdad?
¿Por qué Draco, quién le teme al contacto físico de personas desconocidas, los dejaba abrazarlo por un largo tiempo y con mucho cariño? ¿Cuánto más iba a durar ese abrazo?
Una parte de él estaba feliz de que Draco ya no temblara de miedo ante el contacto de terceros y los aceptara con mucho cariño, pero otra parte de él, aquella que solo deseaba tener a Draco para sí mismo y que nadie lo volviera a tocar en su vida, se encontraba furiosa como aquellos dragones de la prueba, a punto de incendiar el mismo colegio si no lo soltaban en este mismo instante. Tomó unas cuantas respiraciones para sepultar esa parte celosa de él, no quería que fuera dominante en su vida, ni menos cuando tuviera una relación sentimental con su amigo, no sería agradable tener un novio tan tóxico y posesivo.
Luego los cuatro se desplomaron al suelo, al menos se habían dejado de abrazar, sin embargo, hubiera preferido que lo siguieran haciendo si eso evitaba que los demás estudiantes vieron lo hermoso que era su Draco.
Escuchó unos jadeos sorprendidos de sus compañeros leones- y si hubiera tenido los súper oídos de Draco estaba seguro de que hubiera escuchado el suspiro de las otras tribunas también- esto se debía a que su amigo decidió soltarse el cabello. Todos los estudiantes de Hogwarts solo lo habían visto con cabello amarrado y con broches que sujetaban los mechones sueltos, para él aun así se veía precioso, pero esa belleza aumentaba mucho más cuando ese rubio cabello lo tenía suelto y fluía con delicadeza en su espalda. Actualmente le llegaba a la altura de los omoplatos y daban esas bellas y delicadas ondas, el soplo del viento le desordenó un poco más sus rubios cabellos provocando que a los demás se les fuera el aire sorprendido, no podía culparlos porque él también estaba hipnotizado.
Se veía hermoso, Draco era lo más precioso del mundo, no solo por fuera sino también por dentro, era la definición perfecta de la belleza. Solo alguien afortunado sería capaz de enamorarlo, esperaba ser él aquella persona afortunada y si no lo era, con el dolor de su corazón solo podía pedir que Draco fuera cien por ciento feliz y esta persona en verdad lo mereciera.
“Ya perdimos a todo el grupo” escuchó decir a Ron a lo lejos de él, curioso porque estaba sentado a su lado.
“Bueno, Draco siempre ha sido lindo, creo que era inevitable que los demás no se dieran cuenta” Mione continuó la conversación “Hasta los estudiantes superiores parecen idiotizados” la risa de Ron y otros compañeros se escuchó ante lo dicho.
“Yo solo puedo decir que Harry va a tener más competencia de lo que creyó en un inicio” ¿Ginny fue la que habló? No lo sabía porque en ese momento Draco decidió estirar su espalda dejando ver su cuello pálido y la forma delgada de su cuerpo -no importaba de que aquella ropa que se hubiera puesto estuviera un poco acolchada, su cuerpo todavía seguía notándose perfectamente- “Un poco más y todos aquí van a tener puros sueños húmedos”
“¡Ey! ¿Cómo conoces eso? Todavía eres muy pequeña para saber su significado” dijo un sobreprotector Ron, ganándose una rodada de ojos por parte de su hermana menor.
“¿Ese no es Thuban y el niño Parkinson empujando al suelo a los Slytherin?” Hermione lo sacudió del hombro haciéndolo salir de su trance ante tan hermosa vista, aunque ahora también estaba enojado porque otros estudiantes también salían de esta porque Draco se puso a conversar con los campeones. ¿Podía hechizarlos? Quería hechizarlos por atreverse a querer mancillar a Draco, sin embargo, la vista fija de los ahora ocho aurores -¿Cuándo llegaron más?- y del director sobre su persona lo retuvieron de cualquier represalias que estaba pensando hacer a cada uno de esos estudiantes.
Y antes de que se fijara en el ‘hermano’ de Draco y aquel bicho molesto de Parkinson escuchó a unos estudiantes de sexto año decir: “Sabía que tenía un cuerpo sexy por aquella ropa que se puso hace semanas, pero también con un hermoso rostro… es el paquete completo”
“Ni que lo digas, esa ‘falda’ no dejó nada a la imaginación, aunque hubiera estado usando esos calentadores, aun así, podías ver completamente la forma de sus piernas” respondió otro y su respiración empezaba a hacerse cada vez más pesada por cada palabra que salía de sus labios.
“¿Crees que quiera darme una porra en privado? Con esa flexibilidad que no haríamos sobre una cama” su vista se puso roja de rabia ante la vulgaridad que decían sobre el cuerpo de Draco ese maldito bastardo. ¿Cómo se atrevía a decir esas horrorosidades?
“Si te la da me avisas porque yo también quiero divertirme con él” respondió otro estudiante, pero esta vez de séptimo año uniéndose a aquella conversación “Se nota que será una noche muy divertida”
“No creo que sea alguien difícil, ¿verdad? Después de todo alguien decente no se presenta como él lo hizo” ¡¿Fácil?! ¡¿Cómo se atrevían a decirle fácil a su amigo, esos imbéciles?!
La ira se iba acumulando poco a poco ante cada persona que escuchaba decir cosas tan horribles sobre el cuerpo y belleza de Draco, además de los que se reían de acuerdo. Él podía soportar si alguien comentaba sobre lo lindo que era y apreciaban con cariño a su amigo, como lo hacían algunas niñas y niños que susurraban que les parecía muy adorable y les gustaría tener una cita romántica con él, pero escuchar que decían todas esas cosas asquerosas solo provocaba ira, enojo y ganas de callarlos para siempre.
“Tal vez si fuera más joven también iría tras el menos de los Malfoy” dijo uno de los aurores ganándose un codazo de su compañero y un chasquido molesto.
Eso fue lo último que bastó para derramar su vaso mental de intento de tranquilidad, todo lo negativo se estaba acumulando en el centro de su pecho y explotó cuando aquel dragón se soltó de sus cadenas y de frente se fue a atacar a Draco. Su magia estalló por toda la grada de los Gryffindor incendiando las túnicas de todos esos bastardos que hablaron mal de su amigo, además de golpear a los aurores que al no prever aquel ataque les impactó de frente.
Esperaba que hubieran sido lastimados.
Se levantó y fue hasta la parte baja de las gradas. Su mente solo registraba de que Draco había recibido un rasguño por el dragón al momento de tumbar a Diggory al suelo, un jodido dragón que parecía más furioso que antes. ¿Por qué no detenían el juego? ¡Ya los habían neutralizado antes!
Estando a unos metros de la entrada del jodido domo con su varita en mano, el director Dumbledore se interpuso, deteniendo su paso “Muévase director” gruñó ganándose una ceja canosa levantada del hombre mayor “Debemos salvar a Draco”
“Ellos siguen en competencia, Harry. No podemos interrumpirlos” en eso escuchó los pasos de otras personas acercándose a ellos “Por favor siéntense” se percató que atrás de él se encontraban los cuidadores de los dragones que se veían furiosos, encabezando a aquel grupo estaba Charlie Weasley.
“¡No, esos niños están enfrentándose con un Colacuerno Húngaro libre y más que furioso! ¡Van a salir lastimados los estudiantes y los dragones, este no era el trato que nos dieron! ¡Dijeron que iban a enfrentar cada uno a un dragón, no que fuera hacer un todos contra todos!”
El director iba a seguir hablando, pero un hechizo pasó cerca del rostro envejecido del hombre haciendo explotar la puerta del domo, ni cortos ni perezosos los domadores ingresaron, él también lo iba hacer, pero le sujetaron el antebrazo con fuerza. No creía que siendo tan mayor fuera capaz de tener tanta fuerza física, al verlo se dio cuenta que no lo miraba a él, sino que sus ojos estaban fijos en el profesor Snape quien también lo retaba con aquellos ojos negros tan tenebrosos.
Hubo una batalla entre aquellos dos por un largo tiempo, pero para ser sincero eso no le importaba, sino que al ver aquellas ‘pantallas’- por donde se transmitía lo que pasaba dentro del domo- un gran suspiro de alivio recorrió en él al saber que Draco se encontraba a salvo. Que el dragón hacía sido neutralizado por los domadores y su amigo estaba yendo a tocar el huevo verde para acabar con esta tormenta.
Estaba a salvo, todo había terminado… por ahora.
Se soltó de un tirón del agarre del director -provocando de que el reto de miradas se detuviera y que el mayor se fuera a sentar con los demás miembros del jurado- al ver salir a Draco no pudo evitar abrazarlo con fuerza. Se encontraba a salvo, se encontraba en sus brazos.
Todo el miedo que se aglomeró en él desde que entró su amigo al domo se fueron yendo lentamente, lo abrazó con más fuerza enterrando su rostro en su cuello. No quería que volviera a entrar en otra prueba, ¿por qué aquí no acaba ese jodido torneo? Ya debería acabarse y Draco llevarse el primer premio porque había sido él el que movió los hilos en la primera prueba para que todos salieron casi ilesos, fue el de los planes, fue el que curó a los heridos, fue el enseñó como camuflar sus aromas y al final fue el que dio batalla con el último dragón que sin una razón sus cadenas se habían soltado.
Sin embargo, los jueces eran unos completos ciegos al darle tan bajo puntaje. ¡¿Cómo se atrevían a darle un 3, un 5 y 6 punto?! Iba a matar a todos esos idiotas, los tenía completamente fichado a su director, a Ludo ‘idiota’ Bagman e Igor Karkarov. Esos imbéciles que no podrían ver los bueno y excelente, aunque le golpeara en la cara. Además, de que tenía fichado a todos esos estudiantes de su propia casa que iba a prohibir se acerquen mínimo 20 metros de Draco.
En su camino hacia su sala común, acompañado de Ron y Hermione, se encontró con Hélio Parkinson y Thuban que estaban furiosos como él.
“¿Qué les pasó? Pareciera que un tren los pisó” dijo Hermione más preocupada por Thuban que por Parkinson “¿No te duele?”
La combinación exacta del profesor Snape y Lockhart habló “No me duele, lo que más siento es enojo” gruñó haciendo temblar a todos los presentes, menos a él, él no les tenía miedo a sus rivales, sí porque no creía que Thuban no esté interesado en Draco, siempre lo está abrazando o acariciándolo mejilla con mejilla, siempre pegajoso “Esos Slytherin empezaron a decir cosas muy sucias de mi hermanito, ¿cómo se atreven?”
“Hubo uno de sexto año que dijo lo más sucio y horrible que alguna vez he escuchado en mi vida, lo siguiente que supe fue que estaba en una batalla campal. Thuban y yo contra todos los estudiantes de sexto año” contestó entre dientes Parkinson niño, ya no tan niño.
“Algo similar pasó en nuestra grada, los Gryffindor hablaron cosas horribles de Draco” dijo con pesar Hermione quien odiaba que las personas sean tratadas como objetos, especialmente si son sus seres queridos.
“Yo me agarré de golpes con uno que no se callaba luego de que Harry los quisiera quemar, seguía y seguía diciendo esas vulgaridades” gruñó también Ron.
“Debemos de informarle a un profesor para que los castiguen” comentó Hermione empezando caminar hacia el castillo.
“Mejor digámosle al profesor Snape y al profesor Lockhart, ellos se encargarán de castrar a cualquiera que busque aprovecharse de Draco” Ron siguió a su amiga dispuestos a decirle las últimas noticias a los profesores para que empiecen su cacería de magos.
Se quedó atrás con Thuban y Parkinson, nunca creyó que tendría una tregua con aquellos personajes, pero al verse los tres a los ojos supieron que estarían juntos y uniendo fuerzas para evitar que unos sucios y hormonales estudiantes siguieran diciendo cosas asquerosas sobre Draco, nadie iba a mancillar la belleza angelical de su amigo tan cruelmente. Así que ahí estaba uniendo fuerzas con las dos personas que no les agrada -bueno, a Thuban lo consideraba un amigo, aunque tuviera sentimientos por Draco- por su rubio amigo.
¡¿Embarazado?! ¡¿Draco podía quedar embarazado?!
La emoción fluía por su cuerpo de una forma muy extraña e intensa.
“Solo falta que empieces a saltar por las paredes debido a la felicidad, amigo” dijo Ron con burla por verlo tan imaginativo por el hermoso futuro que su cerebro le estaba planteando.
“Es que me puedo imaginar ahora a un pequeño Draco o... o un niño tan rubio como Draco, pero con mis ojos; o igual a mí, pero con la sonrisa hermosa de Draco o…”
“Estás mal, Harry, completamente embobado” se rio divertida Hermione “Al menos disimula un poco, no vaya a ser que asustes a Draco”
“¿Asustarlo? Draco va a correr lo más lejos posible cuando sepa que ya está casado hasta con hijos en la imaginación de Harry” empujó a Ron por decir todo eso, si, puede ser que haya ya imaginado toda su vida junto, pero… pero no era tan terrorífico, ¿verdad? “Auch, disculpa, amigo. Solo era una broma”
En la noche estaba hablando con Sirius y Remus por aquel espejo mágico.
“No puedo creer que hayas mantenido eso en secreto, Sirius” le gruñó a su padrino quien levantó la mano culpable.
“Hey, es un secreto familiar, creí que Draco te lo diría cuando ya estén juntos y planeen tener una familia, pero por el momento no era mi responsabilidad todavía decirlo” se zafó de toda responsabilidad e iba a seguir quejándose de que no le hubiera dicho, pero su siguiente pregunta lo distrajo “¿Y ya pensaste los nombres de tus futuros hijos?”
Sintió su rostro caliente. Remus por su lado le dio un golpe al otro “No seas ridículo Sirius, todavía son niños”
“Pues…”
“Jajajaja sabía que ya lo habías pensado, igual que tu padre” se reía su padrino, Remus solo soltó un suspiro cansado y un ‘¿Por qué creí que sería diferente?’ entre dientes “Cuenta, cuenta, quiero saber si se cumple tu predicción, de tu padre no se cumplió porque él quería llamar a su primogénito Michael Elvis Potter”
Remus se mordió los labios para evitar reír “Que bueno que Lily fue firme en que ese no fuera tu nombre, ¿eh? Michael Elvis”
“¿Por qué esos nombres?”
“Eran los cantantes favoritos de tu papá, en su cuarto si no tenía pegados posters de jugadores de Quidditch, lo tenía de esos cantantes muggles” respondió Sirius con una sonrisa “Pero, quiero saber cómo quieres llamar a mis futuros nietos, vamos, quiero saber cuánto va a sufrir Quejicus con esto”
“Nuestro primer hijo…” fue interrumpido por su bocaza padrino.
“¿Primero? ¿Y cuántos hijos piensas tener?”
“Alrededor de 5” un silbido asombrado por parte de los dos adultos se escuchó, pero los ignoró “Cómo iba diciendo antes de ser interrumpido tan groseramente, nuestro primer hijo se va a llamar James Cyan Potter”
Esta vez lo interrumpió Remus “Puedo entender el James, pero el Cyan de ¿dónde salió?”
“Estuve investigando algunas derivaciones con el nombre Azul, y él que más me gustó fue Cyan que está en griego y significa azul oscuro o azul verdoso” creía que era justo de si su hijo tenía el nombre de su padre fallecido, también podría tener el nombre de uno de los amigos de Draco, aunque tal vez podría ser también James Azul, pero más le gustó James Cyan Potter.
“¿Azul? No sabía que te gustaba ese color”
“Me gusta más el color plata, pero a Draco le gusta algunos colores en particular” nunca les contó sobre el pasado de su amigo, no era su lugar ni su historia para contar “Y nuestra primera hija se va a llamar Lily Alani Potter” alani que significa árbol de naranjo “De nuestros demás hijos todavía lo estoy pensando, pero podría ser Violeta, Jasper, …” y siguió dando diversas ideas que se le había ocurrido.
“Todos esos nombres están bien, esperemos que consigas ponerle aunque sea a uno y que al final Draco no termine cambiándolo y tu como él mandilón que eres le hagas caso” le gruñó, él no era un mandilón “Pero antes de imaginarte con una familia, primero debes ser su pareja, así que debes ponerte a la marcha, mini cornamenta”
“Lo sé, lo sé” enterró su rostro en una almohada porque sabía que tenía razón, pero estaba temeroso de ser rechazado, pero no lo habían puesto en Gryffindor si no fuera valiente “Lo invitaré al Baile de Navidad. sí o sí lo invitaré” estaba decidido y nada ni nadie le evitaría ir a ese baile con Draco.
Solo esperaba que él aceptara.
::POV DRACO::
Se encontraba escondido detrás de una estatua de piedra, no quería que ningún estudiante lo encontrara y le hiciera de nuevo aquella pregunta que empezaba a sentir pena en rechazar.
Hace menos de unos 3 día Severus le había dicho a él junto a todos los Slytherin que se iba a celebrar un baile de Navidad en el colegio como parte esencial del Torneo de los Tres Magos, estuvo en el comienzo muy emocionado y extasiado porque nunca había presenciado una gala de tal magnitud, aunque en realidad no había estado en ninguna gala en su vida. Así que no podían culparlo por imaginarse algo tan hermoso, brillante, magnífico, bailando con sus amigos y una comida elegante.
Esa bella ilusión se rompió como cristal cuando su padrino lo apartó y le comentó entre dientes de que él al ser uno de los campeones debía tener una pareja de baile obligatoria, además de que iban a abrir el baile. Iban a ser los primeros en bailar y quería ahora huir lejos.
Su mente se bloqueó, la última vez que bailó con alguien fue en su segundo año con Harry y terminaron cayéndose al suelo frente a muchos fantasmas. ¡Era horrible bailando! Era una gran diferencia bailar en broma con sus amigos en una esquina de la pista de baile y otra cosa era abrir la pista de baile estando en el medio siendo observado por todos los estudiantes y profesores. Iba a morir, morir de un ataque a su corazón por la ansiedad, prefería seguir en aquel jodido domo que pasar la vergüenza de su vida con sus dos pies izquierdos.
“Draco, no llores, ¿por qué estás llorando?” intentó calmar su padrino, no se había percatado que las lágrimas rondaban por sus mejillas, pero era por la futura vergüenza que iba a pasar.
“No sé bailar, no sé” dijo dejando que Severus le limpiara las lágrimas con un suave pañuelo, no podía hacerlo él porque sus extremidades estaban temblando “Todos se burlaran de mi cuando me caiga y yo tendré que esconderme en el bosque más alejado del colegio para salvaguardar la poca dignidad que me quede e ignorar la humillación que me gané, me convertiré en un ermitaño y me quedaré solo hasta que muera por vejez”
“Calma niño exagerado” dijo con una voz tranquila su padrino “La mayoría de los Slytherin ya han pasado por galas, pero otros no, así que vamos a hacer un pequeño taller para enseñarles a bailar y no pasen vergüenza frente a los demás estudiantes, se escondan en el bosque más alejado y se vuelvan unos ermitaños” se rio porque repitió sus exageraciones “Así que tu primera… tu primera misión es que consigas una pareja para el baile” decir aquello fue difícil para el mayor “¿Por qué no vas con Thuban? Estoy seguro de que él estará muy emocionado de bailar contigo o con Pansy Parkinson, es tu amiga, ¿no?”
Ya con el mayor problema con una solución futura, decidió ir a preguntarle a Thuban sobre ser su pareja, desafortunadamente él se negó cuando le dijo que abrirían el baile “Te amo, Draco, pero no lo suficiente para pasar la mayor vergüenza de mi vida inaugurando el baile”
“Pero nos van a enseñar a bailar” se quejó.
“Tal vez tú lo aprendas rápido, pero yo soy muy malo coordinado mi cuerpo y deben enseñarme al menos con un año de anticipación para ser al menos decente” así que con él no se pudo, ni aunque le rogara “Lo siento, hermano, pero no podré” y se fue corriendo, lo persiguió obviamente porque no podían dejarlo ahí hablando solo. Estuvieron corriendo por toda la casa de los Slytherin hasta que fue sujetado de la capucha de su túnica por parte de Blaise.
“¿Por qué desordenan nuestra sala común?” en ese momento levantó la vista y se percató de que los sillones estaban volteados de la misma forma que las mesas y sillas. De que lo hayan agarrado lo aprovechó Thuban para escapar. ‘Cobarde’ fue lo único que pudo decirle a su hermano que huyó como una gallina.
“Solo estaba intentando atrapar a un traidor” dijo entre dientes.
“Luego atrapas a ese traidor, si quieres. Pero debemos ir a nuestra clase” Pansy le dijo pasándole su bolso que lo había dejado en su habitación “El tonto del profesor Moddy nos va a castigar si llegamos tarde”
Empezaron a caminar hacia su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras “¿Pansy irías al baile conmigo?”
La adolescente levantó una ceja “Ya tengo pareja, mejor suerte para la próxima vez, niño bonito.”
“¿Blaise?” miró al moreno que le lanzó una sonrisa descarada.
“Yo soy su pareja” señaló a Pansy “Además, no quiero morir tan joven, gracias”
“¿Morir?” las dos serpientes hicieron una mueca de cerrarse las bocas con un cierre “¿Ahora con quién iré?” dijo deprimido, arrastrando los pies muy cansados y sin saber a quién más invitar. ¿A Ron, Hermione? Tal vez podía invitarlos… ¿A Harry? sus mejillas se sonrojaron de solo pensar en bailar con su amigo en aquella gala, todo elegante y bajo la bella decoración que debería tener una gala de tal importancia. No, no, no, no podía ir con Harry o moriría de un ataque de su corazón.
“¿Por qué no vas con…?” lo que sea que le iba decir Pansy fue interrumpido por un estudiante de Durmstrang que había interrumpido su camino hacia la clase del loco profesor.
“Hey, Drraco, ¿no?” dijo aquel joven de cabellos castaños y ojos negros con una sonrisa descarada impresa en sus labios. Solo pudo parpadear sorprendido de que alguien desconocido le hablara así nada más “Vamos al baile juntos. Te divertirrás” le guiñó el ojo.
¿Eso era una invitación? ¿Por qué sentía que no había una pregunta y más bien era una afirmación u orden? “No, gracias” tomó de los brazos a Pansy y Blaise para seguir caminando hacia su clase, ignorando lo que sea que iba a decir aquella persona “¿Pueden creer su desfachatez? Ni siquiera me preguntó” dijo molesto porque le pareció una falta de respeto.
“Ni que lo digas, esa confianza fue simplemente asquerosa. No te preguntó cómo debía” Pansy alzó su nariz indignada.
“Draco mereces una mejor invitación que esa, no eres un campesino para que te traten de esa forma, así que hiciste lo correcto en rechazar a ese idiota, mereces todo lo mejor” estuvo de acuerdo Blaise, y él también.
Creyó que esa iba a ser su única invitación que le darían, pero luego algunos estudiantes de su colegio y de los colegios invitados empezaron a invitarlo. Afortunadamente fueron mucho más agradable que el primer sujeto, pero de igual forma los rechazó porque no se veía yendo con esas personas al baile, quería ir con un amigo para sentirse más a gusto, ya saben es más divertido pasar los malos tragos con alguien que te agrade.
“Si sigues rechazando a diestra y siniestra a cada persona que te invite te quedarás solo” dijo Pansy cansada porque le habían estado bombardeando de preguntas “Ese fue el décimo y eso que recién vamos por medio día”
Blaise lo codeó “A menos que estés esperando que una persona en especial te pregunte”
Rápidamente respondió “No estoy esperando a nadie en especial” sus mejillas estaban rojas de solo pensar en unos hermosos ojos verdes.
“Ja esa nadie te lo cree” se burlaban sus dos amigos serpientes.
Por tal motivo ahora se encontraba escondido detrás de la estatua porque las invitaciones habían aumentado exponencialmente en aquellos tres días. Odiaba tener que rechazar a los estudiantes que tan amablemente le preguntaban y se iban desilusionados al no recibir una confirmación a su invitación, pero no podía aceptar porque sentía que traicionaba a alguien, sin embargo, no sabía a quién.
No supo cuánto tiempo estuvo ahí escondido hasta se estaba quedando dormido. Un toque en su hombro lo despertó “Draco, no puedes quedarte dormido aquí” la voz de Harry lo sacó de su ensoñación “Si tienes tanto sueño mejor te llevo a tu habitación” dijo ayudándolo a levantarse, poniendo uno de sus brazos por su cintura y ayudándolo a caminar hacia la sala común de las serpientes.
“No quiero ir allí, hay algunos estudiantes que me están preguntando para ir al baile y no quiero ir con ellos, además de que me siento culpable de rechazarlos” Harry detuvo su caminar, parecía nervioso y notaba como una gota de sudor bajaba por su sien “¿Cómo me encontraste? Creí que me había escondido bien”
Su amigo sacó el mapa merodeador de sus túnicas dándole respuesta a su pregunta “Entonces, todavía no has aceptado a nadie, ¿verdad?” negó, no podía aceptar a nadie “¿Me acompañas a un lugar?” susurró sobre su oído haciéndolo sonrojar levemente por el calor que recorrió su cuerpo. Asintió.
Lo empezó a arrastrar fuera del castillo, hasta el campo de Quidditch “¿Qué locura quieres hacer, Harry Potter?” comentó cuando su amigo sacó de entre las gradas su escoba “¿Vamos a volar? Nos van a castigar si nos encuentran volando juntos, está prohibido”
“¿Desde cuándo nos ha importado eso? Somos los rebeldes de Hogwarts, quienes no hacen caso a las reglas y buscan romperlas” se rio porque en cierta forma tenía razón, nunca hacían caso a las reglas del colegio y por eso se metían en muchos problemas.
“Los rebeldes de Hogwarts, ¿eh?” se estaba divirtiendo “Pero solo hay una escoba, ¿Dónde voy a volar yo? Creo que tu plan no estuvo muy bien ejecutado”
“Vamos a volar juntos, como lo hicimos en primer año. ¿Te acuerdas?” cómo iba a olvidarlo, fue la primera vez que voló en su vida y admiró la belleza del paisaje. De igual forma que aquella vez se colocó atrás de Harry para abrazarlo mientras volaban por el campo, a veces rápido a veces lento. los dos reían al sentir el viento frío del invierno acariciando sus rostros.
“¡Vamos Harry, ve más rápido!” gritó feliz cuando estaban volando en curvas o en bajadas “Volar y hacer maniobras es como estar en una montaña rusa” abrazó con más fuerza a su amigo, le fascinaba volar de esta forma más que en solitario, después de todo así podía sentir la forma del cuerpo de su amigo sobre sus brazos y su aroma inundando sus sentidos. Además, de que le gustaba enterrar su rostro en su espalda ancha.
Le encantaba, le encantaba pasar tiempo con Harry.
Su vuelo se detuvo para admirar como el sol iba escondiéndose para darle pase a la luna, el multicolor del atardecer era hermoso e impresionante, nunca se iba a cansar de verlo. Siempre le había gustado, pero ahora le gustaba más porque los últimos rayos del sol se reflejaron de forma hermosa en el rostro de Harry, aquellos ojos verdes brillaban con tanta intensidad que le estaban mareando y haciendo sentir un movimiento extraño en su vientre, su corazón latía con ferocidad en su pecho.
Ya no es un flechazo, ¿verdad? ¿Qué era?
“¿Quieres ir al Baile de Navidad conmigo?” la voz de su amigo salió en un susurro sacándolo de su ensoñación, fue tan repentina que creyó que lo había imaginado.
“¿Qué?” ¿había escuchado bien? ¿Harry quería ir con él al baile?
Repitió “¿Quieres ir al Baile de Navidad conmigo?” esta vez la timidez e inseguridad se impregnó en su voz.
“¿Por qué?” dijo estúpidamente “Tendrías que aperturar el baile conmigo frente a todos los estudiantes” ¿por qué dijo eso? Seguro ahora se iba a echar para atrás como lo hizo Thuban cuando le preguntó “Y los dos no sabemos bailar”
“Entonces practicaré todos los días para poder bailar bien frente a todos los estudiantes contigo, y si lo hacemos mal, tendremos una buena anécdota para reírnos a futuro, ¿no?” le calentó el corazón su respuesta “Vuelvo a preguntar, ¿quieres ir conmigo? Las risas y buenos momentos no faltarán, te lo prometo”
“Acepto, iré contigo al baile. Así que espero una buena túnica, ¿eh?” dijo divertido, enterrando su rostro sonrojado en la espalda de Harry, su corazón latía con tanta felicidad y dicha, esta vez no sentía que estuviera traicionando a nadie, era como si hubiera estado esperando la invitación de Harry todo este tiempo.
En la noche, luego de que Harry lo dejara en la puerta de su sala común como todo un caballero, arrastró a Pansy, Blaise y a Thuban a la habitación de los niños de cuarto año “¿Nos vas a decir que te tiene con esa sonrisa de oreja a oreja?” dijo Blaise sentado en su propia cama junto a Pansy “Me siento envidioso de que alguien te haga tan feliz y no seamos nosotros.”
Enterró su rostro en la almohada “Harry me invitó al baile”
“¿Qué? No te escuchamos con eso en la cara, querido” comentó Pansy arreglándose el cabello.
Sacó su cara de aquella almohada “¡Harry me invitó al baile!” estaba tan emocionado, debía decirle a alguien o si no iba a explotar.
Thuban, quién estaba sentado a su lado, lo felicitó “Al fin hay alguien que pasará aquel martirio junto a ti, ya estaba sintiéndome mal de que no encontraras pareja y empezaba a doblegarme” le dio una palmada en la espalda con cariño “Harry es muy valiente, todo un Gryffindor” parecía aliviado de no tener que ir al baile con él. Ese maldito, aunque la emoción de ir con Harry lo superaba con creces.
Por su parte Blaise y Pansy se quedaron viendo un rato con un leve brillo extraño en sus ojos, parecían un poco deprimidos “¿Chicos?”
Sonrieron amablemente “Sabíamos que estabas esperando aquella invitación, aunque lo negaras. Era obvio”
“Solo esperemos que Harry practique mucho su baile para que no te haga pasar vergüenza, ¿eh?” comentó burlón Blaise.
“Además, de que debes ver su túnica de gala para saber si combina con el tuyo o si no deberías obligarlo a cambiarlo porque tu túnica no puede ser cambiado por nada, él debe combinar contigo, no tú con él” siguieron hablando sobre las túnicas que se iban a llevar, además de ver que túnicas Thuban iba a usar y presionarlo a buscar una pareja de una buena vez.
Para el primer ensayo de baile notó que eran pocos los Slytherin presentes y varios eran estudiantes que él no conocía, así que solo se quedó al lado de Thuban quién también se había inscrito al taller a presión suya “¿Ya tienes cita para el baile?” le preguntó mientras esperaban al profesor que les daría el taller.
Su hermano solo alzó los hombros “Invité a Millicent Bulstrode al baile”
“¿A Bulstrode niña? ¿Por qué? Ni siquiera la conoces” estaba en shock por eso.
“No le digas a nadie, pero me entristeció cuando escuché de que se había quedado sin pareja para el baile”
“¿Con nadie? Creí que iría con Goyle o Crabbe” pensaba que eran amigos entre todos ellos,
“Ellos irán con Daphne y Tracey, respectivamente. Así que se quedó sola, y si preguntas por Nott, escuché que iba a ir con una estudiante de mi año” le sorprendía de que su hermano supiera más sobre sus compañeros de año que él mismo “Además, el hermano de Millicent también ya consiguió una cita con Astoria Greengrass, y Hélio… bueno Hélio ha estado muy bajoneado estos últimos días, escuché de que había estado planeando como pedirle a alguien que fuera su cita, pero se enteró un día antes de ejecutar su plan que aquella persona ya había aceptado ir con alguien más. Me dio un poco de pena.”
“Que mal, Hélio es muy amable” en ese momento entraron al salón sus dos padres, eso le emocionó porque desde hace semanas que habían estado alejados. Gilderoy llevaba el tocadiscos muy emocionado, mientras Severus se colocaba en el centro y hablaba sobre lo importante de que sepan pasos de baile para que no los avergüencen frente a las otras escuelas. Luego le dio pase al otro adulto para que empiece a enseñar, mientras se sentaba en una silla muy aburrido.
Gilderoy con una sonrisa se colocó en el medio del salón “Queridos estudiantes vamos a empezar con la clase express de baile de salón” caminó mirando a cada uno de los presentes “Así que júntense de dos, por favor” rápidamente tomó de la mano a Thuban para poder bailar con él, no iba a soportar que alguien más lo tocara para bailar “Ahora yo también necesito un compañero” se giró a mirar a Severus quien al darse cuenta que era un objetivo, intentó irse del salón, sin embargo, fue interceptado con éxito “Ya que tengo mi compañero deberán imitar todo lo que hagamos, ¿bien?” se acercó a Severus para con una mano sujetarlo de la cintura -su padrino se veía más tenebroso de lo normal, pero era obvio que estaba avergonzado- “Tomen a su pareja de la cintura” entre él y Thuban tuvieron una pequeña pelea de quién iba a tomar de la cintura, al final terminó perdiendo “La otra pareja pondrán su mano en el hombro contrario” su padrino no lo hizo, pero Gilderoy tomó la mano del mayor para colocarla en su propio hombro “Y la mano libre se sujetarán. Y luego un, dos, tres, un, dos, tres” decía empezando a mover de un lado a otro de forma elegante, arrastrando a Severus al ritmo de la canción.
“Entonces un, dos, tres, un, dos, tres” decía moviéndose de un lado a otro con Thuban, los dos miraban constantemente sus pies para no pisarse entre sí “Hey, creo que le encontré el ritmo” su voz se apagó y dio un leve quejido de dolor cuando su hermano lo pisó.
“Lo siento, lo siento, te dije que era malo coordinando mis pies” dijo lloroso Thuban, tuvo que pasar un minuto calmando al lloroso pelinegro “Eres muy amable, solo espero no pisarle a Millicent, ella me golpearía junto a su hermano” siguieron practicando el baile, pero se había percatado que todos estaban bailando entre sí, ni Gilderoy ni Severus habían vuelto a hablar desde las indicaciones anteriores.
Al verlos solo pudo sonreír lentamente, era como si ellos estuvieran metidos en su propio mundo bailando de un lado a otro en una esquina del salón. Sus rostros estaban cerca, frente a frente y movían sus labios comunicándose en susurros de forma tan íntima, no podía escuchar lo que decían -seguro habían puesto un muffliato alrededor de ellos- pero estaban arreglando el problema que les había carcomido estas largas semanas, más de un mes.
“Es agradable de que ya se hayan arreglado, ¿no?” susurró Thuban quién también miraba a los dos adultos.
“¿Lo sabías?” no había querido decirle nada de este problema a su hermano para no perturbarlo en su integración al colegio.
“Si, Gilderoy no es la persona más discreta de todas, ¿sabes? Puede ser que siempre esté con esa sonrisa, pero era obvio que algo malo le pasaba, además de que Severus estaba más cruel que antes y estaba en duda de si era por ti o porque había un problema en su relación” decía sabiamente su hermano, no sabía que tuviera conocimiento sobre los problemas en sus padres, pero era bueno que ya pareciera haber terminado de una vez por todas. Todos sus pensamientos fueron interrumpidos cuando volvieron a pisarlo “Ay, lo siento, lo siento.”
Cuando terminaron el ensayo, estaba más confiado en poder bailar frente a todo. Antes de salir del salón-era el último de los alumnos en irse- se percató como con delicadez Gilderoy se acercó al rostro fruncido de Severus para darle un suave beso en los labios, cerró la puerta con delicadeza y con las mejillas sonrojadas por aquel gesto tan romántico e íntimo.
Las semanas siguientes siguió practicando sus pasos de baile y su castigo de limpieza en la biblioteca había disminuido a una vez a la semana para su propio júbilo -parece que al final habían convencido al director de que su castigo era inhumano-, así que se encontraba en un gran apogeo de felicidad y calma, bueno, sería todo perfecto si pudiera hablar con Igor Karkarov, pero este se había escondido como una rata en donde sea que los estudiantes de Durmstrang estuvieran quedándose en el colegio.
“Pasé la mayor vergüenza de mi vida” se quejaba Ron mientras caminaban hacia la lechuzería. Hermione por su parte rodó los ojos sin dejar de leer un libro ante sus palabras “¿Por qué tuve que preguntarle a Fleúr Delacourt para que vaya conmigo?”
“¿A Fleúr?” dijo sorprendido porque no sabía que a su amigo pelirrojo le gustara la francesa.
“Ni siquiera lo entendió porque estaba hablando en tartamudeos, ni siquiera yo lo entendí y eso que estaba a su lado y hablo su mismo idioma” Harry dijo burlón, ganándose un golpe por parte de Ron, no pudo evitar reírse.
“Claro búrlense, y que ustedes van a ir juntos. Al menos Hermione y yo todavía no tenemos pareja para el baile”
“Yo ya tengo pareja” comentó Hermione ganándose la mirada sorprendida de los tres “¿Qué? ¿Creían que no podía tener una cita?” preguntó alterada e indignada, estaba a punto de lanzarles ese libro que tenía en sus manos a cada uno de ellos.
“¿Quién es? Nunca nos dijiste nada” la voz de Ron se encontraba llena de tristeza, para luego cambiar a una divertida “Nos estás tomando el pelo, ¿verdad? Que graciosa eres Hermione” se acercó a la única mujer del grupo para reírse a su lado. Por su parte él y Harry dieron un paso a un lado alejado porque Hermione estaba poniéndose roja de la rabia ante la risa extraña de Ron.
“¡No es broma! ¡Tengo una cita!” gritó lanzándole el libro al pelirrojo quien no le importó el golpe, solo miraba extrañado a la castaña “¡Y no te voy a decir quién es! ¡Tonto!” empezó a alejarse a zancadas de ellos y se percató de que estaba llorando. ¿Por qué lloraba?
Harry y él no sabían que hacer o qué estaba pasando, pero silenciosamente decidieron que él iría con Hermione para saber si necesitaba ayuda con algo, mientras Harry intentaría evitar que Ron persiguiera a su amiga que parecía querer un espacio lejos del pelirrojo.
Empezó a correr para alcanzar a Hermione que había sacado ventaja de unos segundos “¡Hermione!” dijo tomándola del codo, la niña estaba con lágrimas en sus ojos marrones desconsolada. Intentaba soltarse de su agarre “Hermione, no le hagas caso a Ron, está sensible porque todavía no tiene una pareja para el baile”
“No es por eso, él cree que soy horrible, tan horrible de que nadie se fijará en mí, hasta estoy segura de que cree que soy un chico” sus ojos estaban desconsolados y las lágrimas fluían con dolor por sus morenas mejillas.
“¿Qué? ¿Tú horrible? Eso son blasfemias, eres muy bonita” la tomó de los hombros para que la mirara.
“¡No mientas! Soy fea, mira mi cabello todo esponjoso y desordenado, mi piel nada suave y con imperfecciones, al menos mis dientes ahora están arreglado, pero antes eran horribles” lloraba intentando zafarse de su agarre sin éxito “Antes no me importaba mi apariencia porque era una pérdida de tiempo, pero ahora cuando escucho a mis compañeras de habitación hablando sobre tratamientos para el cuidado de piel, cuando escucho como los demás alumnos alaban la bellezas de otros, es donde me veo al espejo y me doy cuenta que estoy fea”
Nunca creyó que Hermione Granger alguna vez se sintiera tan poca agraciada o poca cosa, siendo ella la bruja más inteligente de su generación, hasta podría apostar de todo el colegio, sin embargo, eran adolescentes y las inseguridades eran pan de cada día a esta edad “No sabía que te sintieras así, pero debes creerme Hermione, eres bonita e inteligente, el paquete completo”
“Tú eres mi amigo, obviamente nunca dirás nada malo de mí, además últimamente me he sentido en tu sombra y no me gusta sentirme así, porque eres mi amigo y te amo. Ahora todos te invitan y te has dado el gusto de poder rechazarlo, siempre has sido lindo, él más lindo del grupo” su voz era tan triste y desganada “Solo quiero un poco de tiempo a solas, después estaré bien, ¿ok?” Mione se soltó de su agarre y empezó alejarse.
Se sintió un poco herido, pero quería hacerle entender de que ella era bonita, que no debía envidiar a nadie y si quería probar una de esos tratamientos para la piel podría llevarla con Pansy que dos veces al mes le hacía aquello a él y a Blaise porque decía que todos los Slytherin debían verse bien y deslumbrantes. Cuando iba a tomarla del hombro para retenerla y contarle su idea escuchó que alguien gritaba: “¡Draco!” y luego un ¡BUM! se escuchó.
Sintió como todos sus huesos querían quebrarse debajo de su piel, el sentimiento era tan conocido para él, era como aquella vez de su primera transformación en ese horrible laboratorio, totalmente dolorosa y que te dejaba sin aire, que tenías ganas de que todo acabara con una muerte instantánea. Gruñó porque su propio cuerpo peleaba con lo que sea que le estuviera pasando, su lobo no estaba conforme ni a gusto con… con esta ¿transformación?
¿Se estaba transformando? ¿Pero en qué? Su lobo estaba enfurecido, pero al mismo tiempo estaba retrocediendo ante la nueva transformación que se estaba manifestando en él. Soltó un fuerte exhalada de aire mientras enterraba sus uñas en el pasto, necesitaba mantener la mente cuerda, necesitaba aferrarse a algo o sino perdería el control.
Su respiración se iba volviendo cada vez más pesada, dolía todo, su cerebro estaba por explotar y agotado. Dolía, dolía todo, siempre dolía pelear. No pudo resistir más y escuchó como cada uno de sus huesos se rompían al fin.
Crack.
Sus brazos que lo estaban sujetando para no caer al suelo fueron los primeros en sufrir aquel raro destino y su rostro se estrelló contra la nieve, dolía, todo dolía. Las lágrimas empezaron a manchar sus mejillas.
Crack.
Lo siguiente fueron los huesos de su torso que se rompieron y encogieron de forma significativa. ¿Por qué estaba pasando por esto? Ya había sufrido algo similar antes, porque de nuevo tenía que vivirlo, porque de nuevo tenía que dolerle. Creyó que ya estaba acostumbrado, pero su cuerpo estaba rechazando la transformación y lo hacía más doloroso. Mordió sus labios para evitar soltar un grito de dolor.
Crack.
Sus piernas fueron las siguientes, en ese momento ya todo le estaba dando vueltas, parecía listo en desmayarse, pero no podía, su cerebro no quería cooperar. Además de que no podía caer en la bella inconciencia cuando escuchaba los gritos de los demás estudiantes, ¿esos eran Harry, Mione y Ron? Esperaba que no, no quería que lo vieran tan vulnerable.
Crack.
Su cabeza la sintió explotar. Era como si le hubieran destruido el cráneo para poder volver a moldearlo en uno completamente nuevo. Todo era horrible, se sentía horrible, solo quería esconderse, desmayarse y cuando despierte todo esto haya sido un mal sueño, una pesadilla. Pero obviamente la vida no siempre cumple todos tus deseos, ya que en ningún momento se desmayó, sino que estuvo consciente cuando algo lo sujetó justo en el momento que estaba a punto de correr lejos de ahí. Lo que sea que lo estuviera haciendo levitar lo hacía de forma cruel y despiadada, lo mantenía de arriba y abajo sin ningún tacto hasta tenía ganas de vomitar lo que sea que tuviera en el vientre.
Luego estaba volando y fue atrapado en unos brazos cálidos mientras le acariciaban su cabeza “Está todo bien, Draco, todo está bien ahora” la voz de Mione estaba plagada de dolor, además de que las lágrimas le hacían difícil de hablar. Solo pudo acercar su cabeza más a aquella mano que le acariciaba con tanto cariño y preocupación.
“¡¿Qué está pasando aquí?!” alguien gritó haciéndole doler la cabeza, así que chilló intentando cubrir sus orejas con sus ¿patas blancas? no eran patas que él conociera, eran mucho más pequeñas y delicadas de lo que alguna vez fue en su lobo, aunque fuera la versión más pequeña de todas “¡Joven Potter, joven Weasley! ¡Dejen al profesor Moody!” giró su cabeza hacia el ruido y a lo lejos de forma muy borrosa veía varias manchas amontonadas, una mancha roja y otra negra estaban sobre una gran mancha marrón, mientras a su lado escandalizado estaba otra mancha larga y puntiaguda. Intentó pestañear para mejorar la vista, pero no tenía éxito ¿estaba ciego o por qué no miraba bien lo que estaba pasando a unos metros de él? esto nunca le había pasado, su vista siempre había sido increíble.
“¡Él hechizó a Draco! ¡Además de que lo estuvo sacudiendo y golpeando en el piso!” la voz de Harry era como un gong en su cabeza. ¿Esa mancha negra era Harry? Entonces, la manda roja debía ser Ron, ¿no?
“¡Lo transformó en un hurón! ¡No le importó de que estuviera sufriendo en el suelo durante la transformación!” si, era Ron la mancha roja.
Sus dos amigos se escuchaban furiosos.
“¿El joven Malfoy? ¿Transformación?” en ese momento Hermione empezó a acercarse con él en sus brazos, mientras más se acercaban a las manchas, mejor podía verlos y empezaban a tener forma de sus amigos y profesores “¿Ese es el joven Malfoy?” la profesora McGonagall, que creyó que era una mancha puntiaguda por su inseparable sombrero en punta, acercó su rostro horrorizado “¿¡Qué es lo que estaba pensando!?” gritó volteando a ver a la antigua mancha marrón que ahora sabía era el jodido profesor Moody, sin embargo, ese fue su último pensamiento porque el grito le hizo chillar de nuevo por el dolor en su cabeza. Luego la varita de la profesora fue apuntado a su rostro.
“¡No!” escuchó gritar a sus amigos, Hermione lo abrazó con más fuerza contra su pecho, mientras Ron y Harry se levantaban para soltar a Moody y ponerse en el medio de él y aquella varita.
“Solo voy a deshacer la transformación” dijo seriamente la directora.
“Pero le dolió, a él le dolió transformarse, también le va a doler si lo destransforma” dijo Harry haciendo frente a la mayor quién levantó la ceja escéptica.
“Este tipo de transformaciones solo producen un poco de desorientación, no es doloroso” intentó calmar, sin embargo, eso era una mentira porque el dolor que sintió no fue imaginación “Así que por favor terminemos con esto para poder llevarlos a todos junto a Moody con el director para que converse seriamente” sus amigos se negaron “Esto no evitara el castigo que ustedes vayan a tener, en cambio, lo están aumentando al no hacerme caso. Además, de que me voy a encargar de que Moody sea reprendido con severidad, nadie puede hacerle esto a un estudiante y menos un profesor” un chasquido de lengua del profesor de Defensa se escuchó.
Aun así no lo soltaron “Hay que traer al profesor Snape, él podrá ayudarlo” comentó Ron y cuando la profesora iba a rechazar la idea continuó “Es su tutor, él debe conocer lo que le ha pasado, además de que Draco se encuentra herido” ante el asentimiento de McGonagall un alumno externo fue a llamar a Severus, cuando llegó su padrino se extrañó que le entregaran un hurón a sus brazos, pero cuando le contaron todo lo que había pasado sus ojos se fijaron con enojo a Moody.
“Será mejor que seas despedido, imbécil” gruñó empezando a trasladarlo a un lugar desconocido para él.
“¡Severus!” gritó la profesora McGonagall y lo que fuera que iba a decir se quedó callada al ver los ojos heridos del temible profesor que acariciaba con delicadeza el lomo y cabeza del pequeño hurón blanco que estaba dormitando en sus brazos “Voy a llevar a los estudiantes con Dumbledore junto al profesor Moody, cuando el joven Malfoy esté listo también deberás llevarlo ahí para que converse” Severus asintió para seguir su camino.
No sabe cuánto tiempo estuvo fuera de su mente, cree que en algún momento de que fue transportado hacia la habitación de su padrino se desmayó, pero cuando se levantó estaba recostado en la cama y se encontraba un poco desorientado. Lentamente se sentó soltando un quejido por el dolor de todo su cuerpo y el punzón doloroso en su cabeza. Se sentía tan mal, hace años que no se sentía así en su vida.
Tenía hasta ganas de vomitar
“Qué bueno que te hayas despertado” susurró su padrino pasándole una poción “Es para mitigar el dolor general” cuando estaba dirigiendo el frasco a sus labios para poder sentirse bien o al menos más calmado la puerta de la habitación se abrió, frente a él estaba el director Albus Dumbledore.
“Joven Malfoy ya he hablado con sus compañeros, Harry, Hermione y Ron me han comentado que el primero y único en atacar fue el profesor Moody, así que él ha recibido una reprimenda ya que no podemos permitir que estas medidas de castigo vuelvan a ser ejecutadas a otro alumno” comentó y le sorprendió que estuviera de su parte o al menos que no le culpara por lo sucedido “Sin embargo, Harry y Ron han sido castigados…”
“¿Qué? ¿Por qué?” intentó levantarse de la cama porque era injusto que fueran castigados por defenderlo.
“Los dos atacaron a un profesor…”
“¡Me estaban defendiendo!”
“Eso no es una justificación de que dañaran a un profesor, Joven Malfoy” dijo acercándose a él que seguía en la cama, Severus se interpuso para que hubiera un espacio prudente entre los dos “Ellos van a limpiar cada escalera que haya en Hogwarts sin magia, cada una de ellas.”
“¿Cada escalera?” le parecía un trabajo demasiado agotador, este colegio tenía una infinidad de escaleras “¿Está loco?”
“Draco, no…” intentó callar Severus, pero no le gustaba que castigaran a sus amigos tan injustamente.
“Y Moody solo se llevó una reprimenda, ¿no? A él solo le llamaron la atención y todo borrado, pero a los estudiantes si pueden recibir castigos inhumanos” iba ser interrumpido por el directo que iba frunciendo el ceño con cada palabra que decía, pero levantó la voz “¡Son inhumanos ya que yo los he vivido! ¡Limpié cada uno de esos estantes hasta enfermarme! ¡Limpié cada uno de esos estantes hasta que mis brazos se cansaron de restregar la madera! ¡Limpié cada uno de esos estantes hasta que me caí de las escaleras por el cansancio! ¡No quiere que los alumnos tengan castigos horribles, bueno, enseñe con el ejemplo!”
“Joven Malfoy, no me falte el respe…”
“¡Usted me lo ha faltado a mi desde que comenzamos el año escolar, porque debería seguir teniéndole respeto cuando ha sido cruel conmigo sin una razón, viejo cabezudo!” tal vez lo último estuvo demás, pero se encontraba tan furioso que su lengua soltó el insulto sin pasar el filtro cerebro-boca.
“¡¿Sin una razón?! ¡¿Viejo cabezudo?! ¡Has sido un estudiante nada confiable a mi parecer, intenté ignorarlo, pero ya no se puede más!” gritó el director “¡Cada vez que te veo noto como buscas manipular a los demás, obligarlos hacer lo que tú quieres, tanto así que ellos dejan de tener una propia personalidad y si algo no sale bien te conviertes en la pobre víctima!”
“¡Albus!” intentó detener Severus los gritos del director, pero este con un hechizo lo paralizó en una silla a su padrino.
“¡Él quería hablar conmigo, entonces aquí estamos para hablar!” volvió a verlo a él “¡Disculpa si no creo que seas cien por ciento sincero, disfrutas que todos hagan tu voluntad, y ¿luego qué? ¡Los desecharás!” esos ojos estaban plagadas de una bruma enojada, era como si estuviera sacándose la careta frente a él “¡¿Qué piensas hacer con Harry James Potter?!”
Frunció el ceño ante la mención de su amigo, ¿él que tenía que ver con todo esto? “¿Estás celoso de que me prefieran sobre a tí?” preguntó luego de un largo silencio.
“¿Qué?” ante aquella pregunta que salió de los labios del director sintió que el dolor de su cabeza aumentaba, además de que quedó hipnotizado por sus ojos celestes. Nunca le había parecido interesante aquellos ojos, pero esta vez no podía quitarle la vista encima hasta que Severus susurró alejado un ‘Draco’ que volvió a hablar.
“No me importa si las personas me aman o me odian, solo vivo a mi manera e intentando no molestar a la mayor cantidad de personas posible porque deseo una vida en paz, pero si hay personas que prefieren mi compañía sobre la tuya, es porque estás haciendo algo mal, ¿no?” un adulto celoso de él, eso era de locos.
El hombre mayor solo soltó un suspiro cansado “Al final de cuentas todavía tienes la mente de un niño, ¿no? Si no eres capaz de unir los puntos correctamente, no sé porque me sorprende según tu enseñanza infantil” de un movimiento de cabeza Severus fue liberado del hechizo y se movió con rapidez al lado de Draco “Disculpa por haberte gritado, estuvo fuera de lugar para un director, especialmente uno de Hogwarts” le parecía extraño que ahora se disculpara “Sin embargo, no puedo pasar de largo el insulto y los gritos que tu lanzaste a mi persona, soy tu director y merezco, aunque a ti no te parezca, respeto. Así que es mi obligación darte un castigo”
Soltó un quejido porque sabía que la limpieza a la biblioteca iba a aumentar en meses más, su padrino intentó abogar por él “Albus, olvidémonos de esto, los dos se faltaron el respeto, además de que me paralizaste.”
“Eso fue porque contigo en el medio nunca iba a poder hablar correctamente con el joven Malfoy” se justificó para luego fingir en que estaba pensando que castigo darle, como si no le estuviera castigando con los mismo desde el comienzo del año “Está prohibido de que asistas al Baile de Invierno” cómo sabía le aumentó unos meses más a su castigo en la biblio… espera, ¿qué?
“Es un campeón, él debe aperturar el baile” Severus intentó hacer cambiar el castigo porque tenía razón, él sí o sí debía ir al baile “Es parte de la tradición”
“Creo que hemos roto muchas tradiciones en el Torneo, uno más no nos hará daño. Así que está prohibido que vaya al baile, si lo veo asomar, aunque sea uno de sus rubios cabellos será encerrado en su habitación y no queremos eso. ¿Está bien?”
Quería gritar que no estaba bien, que él quería ir a ese baile, que quería bailar con Harry hasta que les dolieran los pies y pasar una noche agradable con sus amigos, que quería ir a su primera gala, disfrutar de la música y comida, ver la decoración y asombrarse por lo bello que debería ser todo, que quería presumir su traje de gala y ver a Harry con la suya. Quería decir que le estaba haciendo trizas el corazón y su sueño.
Quería llorar, pero no lo haría frente a ese idiota “Esta bien, director” cuando la puerta se cerró detrás del director, se tumbó a la cama llorando, siendo consolado por su padrino, pero no importaba lo que hicieran ya estaba vetado del baile de Navidad.
Su sueño se rompió todo por no poder mantener la boca cerrada.