
Primera prueba
Amaba a los dragones desde que estuvo en su primer año y descubrió de la existencia de aquella criaturas se quedó completamente fascinado por su fuerza en el vuelo, por su porte tan elegante y atemorizante, lo gigantes que eran estas bellas y gigantescas criaturas de diversos colores y especies, le gustaba ver las imágenes que traían en sí los libros de la biblioteca, trazaba con sus dedos sus formas imaginando ser un día el amigo de uno de ellos y poder volar en su lomo por todo el cielo azul, sin embargo, su corazón se rompió cuando Severus le dijo que era imposible tener un dragón de mascota, entendía que una persona no podía darle una vida que se merecía aquella criatura, pero aun así dolía ante aquel efímero sueño. Aunque ese sentimiento no duró mucho porque cuando su padrino -que en ese momento todavía no era su padrino- le regaló aquel bello peluche de su criatura favorita su corazón se animó demasiado, primero porque era el primer peluche que tenía en su vida y segundo porque era tan hermoso y suave. Era tan feliz.
Ama demasiado a Jormün que era un peluche de dragón de la especie de Opaleye de las Antípodas, no había noche de que no durmiera con él. Le gustaba enterrar su rostro en su bella y agradable felpudez que era tan suave que se sentía como una caricia de amor en su rostro con cada caricia; cuando estaba pensativo en su cama la acariciaba y la ponía en su pecho intentando mantener la paz en su mente y alma, era un sentimiento relajante, un anestesiante. Era su peluche favorito, nunca pensaba dejarlo de lado porque era lo mejor que le habían dado.
Amó a Norberta desde que eclosionó de aquel huevo que Hagrid había traído al colegio, le pareció la criatura más hermosa -aunque en aquel tiempo creyó que era hermoso- que había visto en su vida, con aquellas alas como una cometa negra y su cuerpo tan delgado, era tan tierna con sus pasos tan torpes y sus intentos de botar bolas de fuego. Le dolió en el alma tener que dejarla ir con los amigos de Charlie, pero era lo mejor para Norberta, ella no podía crecer dentro de una cabaña de madera, ni mucho menos sin los cuidados necesarios para que crezca como una dragona adulta. Era lo mejor, era lo mejor, era lo mejor, se repetía una y otra vez mientras veía desaparecer a aquello jóvenes cargando la caja que transportaba a la dragona. Dolía y la extrañó desde el momento en que partió vuelo.
Amó aquel viaje que tuvo con Severus al santuario de dragones en Rumania, ver en vivo a cada uno de aquellas asombrosas criaturas fue lo más impresionante que le había pasado últimamente, le gustó aprender nueva información de ellas y verlas tan libres y felices -suponía que era felicidad- en aquel santuario que les permitía un libre desarrollo y cuidado ante cazadores ilegales. Verlas volar le traía paz y su sueño de volar sobre sus lomos resurgió en él, aunque sabía que solo era eso, un simple sueño porque estaba prohibido subirse en la espalda de aquellas criaturas, pero disfrutó mucho imaginarlo.
Su relación con los dragones siempre le había traído tanta alegría desde que supo de estas criaturas aladas, las había amado demasiado hasta leyó cada libro que la biblioteca tenía de ellas. Pero, ahora estaba empezando a dudar de aquella devoción y amor ciega, debido a que hora se encontraba corriendo por su vida por toda zona oeste del domo mientras atrás de él volaba el dragón Bola de Fuego Chino muy cerca, podía sentirlo respirando sobre su cuello de forma amenazante, estaba asustado y atormentado porque sus ojos amarillos, escamas escarlatas y astas doradas le hacían parecer un jodido demonio que iba a absorber tu alma cuando te atrapara.
Cuando él junto a los demás campeones dieron un paso dentro del domo se separaron en grupo de dos, no porque quisieran, sino porque justo en ese momento el dragón Bola de Fuego Chino y el Galés Verde Común parecían esperarlos en la entrada para atacarlos de forma frenética, con un simple golpe de sus colas entre él y Cédric los hicieron saltar además de correr despavoridos lejos de aquellas criaturas que no dudaron en seguirlos como el perro a un gato. Fueron en sentidos contrarios, Draco se fue por la zona oeste junto a Delacourt, mientras Cédric y Krum permanecían por la zona sur.
Sabía por los libros que había leído de sobre las especies de dragones, especialmente las hembras, que al haberlas separado de sus huevos ellas estaban en un total modo de ataque porque veían a cualquier ser viviente como los culpables de robar a sus bebés, no entendía porque tuvieron aquella ‘brillante’ idea los de la organización de esta prueba de quitarles los huevos, ya que si solo hubiera sido una recuperación de un huevo del nido de las madres -como se había planeado en un comienzo- ellas estarían alerta, pero no de modo ataque porque no deseaban tampoco lastimar a sus huevos, pero al no tenerlos con ellas no había nada que les frenara.
En este momento se encontraba escapando hombro a hombro con Delacour. Intentaba pensar una forma de como burlarse de aquella criatura para empezar a buscar el maldito huevo y poder escapar del domo, pero no era una persona cruel por ello no podía dejar sola a la estudiante francesa siendo perseguida por esta criatura que exigía sangre por haberle separado de su huevo. Miraba como alrededor suyo la copa de los árboles estaba quemándose porque el Colacuerno Húngaro y Hocicorto Sueco estaban peleándose entre ellos por el lado este y norte del domo, pero sus llamas llegaban por todos lados. Esto era el jodido infierno y los coordinadores de este maldito Torneo lo habían hecho apropósito para matarlos a todos, de eso estaba seguro. Era una mentira eso de que hicieron las pruebas para evitar la muerte de los campeones, seguro lo hicieron más peligrosas por el rating que iban a ganar al hacerlo ‘televisado’ y, por lo tanto, generaría más dinero para sus sucios bolsillos.
Escuchó una inhalada con fuerza atrás de él, levemente giró la cabeza y notó como el dragón que los estaba persiguiendo se le salía humo por la nariz, su cabeza la inclinaba un poco hacia atrás y algo se formaba en aquel cuello larguirucho con muchos pliegues. ¡Bola de fuego! Sin medir fuerza tumbó a Delacour contra el suelo ganándose un quejido de dolor de la joven por el golpe seco, pero estaba seguro que ella iba a preferir un buen golpe en el frente de su cuerpo que incinerarse en ‘televisión’ -¿red flú?- continental. Todos sus pensamientos fueron silenciados ante la bola de fuego que rozó su espalda, sintió el calor infernal de aquel ataque por toda aquella zona y oraba de que su cabello no se hubiera chamuscado con el fuego, mientras intentaba cubrir con su cuerpo a su acompañante -aunque él fuera más pequeña que la francesa- hizo que la joven mantuviera baja la cabeza y que ni se le ocurriera levantarse por ningún motivo mientras la bola de fuego más grande que había visto en su vida pasaba sobre su cabeza, luego cuando esta pasó se levantó lo más rápido posible y arrastraba de la mano a Delacour hacia los arbustos aprovechando de que el dragón estaba distraído midiendo la distancia y destrucción de su bola de fuego, que vanidosa criatura.
Cuando escuchó cerca el aleteo del dragón arrastró a la joven al suelo mientras le embarraba a ella y a él con el lodo del suelo, era asqueroso, pero podía camuflar sus olores de aquella depredadora hembra. Obviamente esto provocó un jadeo de negación e indignación de la joven “Tú… tú me…” le tapó la boca porque en ese momento por su lado voló el dragón seguro intentando encontrar a sus presas. Mantuvo la respiración mientras aquella criatura observaba atentamente toda la zona, luego de varios segundos de inspección el dragón se fue rápido de ahí, voló lejos de ellos, pero una cadena retuvo su volar cuando estaba llegando a la mitad del domo haciéndolo girar por la zona oeste donde ellos se encontraban. Esa cadena estaba limitando su vuelo y por lo tanto la retenía en la zona oeste, interesante. Tomó suavemente de la mano de Delacour y siguió corriendo a una zona alejada, debían buscar una zona segura, pero fuera del centro porque por ahí estaba planeando aquel dragón rojo “¿Dónde vamos?” decía la joven mientras corrían por aquel domo que por dentro parecía la misma selva amazónica, iban esquivando ramas y raíces que sobresalían, pero no pararon hasta que pudieron encontrarse lo más lejos de la zona donde se encontraban anteriormente, se percató de que corrían hacia la entrada de aquel infierno “¿Vamos a ‘salig’? ¡No podemos abandonag la competencia! ¡Cobagde! ¡Cobagde!”
“¡No vamos a escapar como uno cobardes, pero debemos hacer una estrategia! ¡Casi nos queman ahí!” dijo levantando la voz porque nadie le iba a reclamar de ser un cobarde, él no lo era, podía ser cualquier cosa que quisieran, pero cobarde no. Se detuvo en una zona alejada del dragón en dónde podía calcular que la cadena no le permitiría acercarse por la cantidad de árboles que había “¿Qué idea tienes?”
La francesa se quedó pensativa mirando a su alrededor, pero estaban rodeados de árboles “No veo nada, no sé cómo haceg un plan si no sé cómo es el lugag”
“Podemos escalar” señaló los árboles y fue recibido con el rostro indignado de la joven.
“No voy a subig a un ágbol” Draco no pudo evitar poner los ojos en blanco ante el rostro indignado de la joven “Ya me manchaste con lodo, al menos se un poco caballegoso y sube tú” con un gruñido hizo caso, subió al árbol porque en serio la joven era una molestia, todavía que le salvaba su trasero de ser quemado se comportaba tan remilgada.
Estando en la copa de los árboles pudo ver claramente el paisaje y división del domo.
Había cuatro zonas. En el lado oeste -donde ellos se encontraban- volaba el Bola de Fuego Chino de un lado para otro, especialmente en las zonas donde ya había quemado e incinerado los árboles, muy cerca del medio del domo. Por el lado sur estaba el Galés Verde Común, este tenía un paisaje más desértico, con más arena que árboles, afortunadamente no veía cerca de este dragón a Cédric o Krum, solo esperaba que hubieran escapado sin ningún rasguño. El lado este y norte eran muy parecidos, tenía una vista de un valle, todo verde -o al menos lo era antes de la pelea de los dos dragones de aquellas zonas- y libre de cualquier obstáculo. Mediante la observación notó como los dragones del oeste y sur tenían una cadena más corta que no les permitía entrar a una zona distinta de las suyas, completamente diferente a los dragones del norte y este que seguían batallando entre ellos, hasta podían sobrevolar por el centro del domo sin ningún problema.
Ahora intentaba ver dónde podían estar los huevos que debían buscar. Había cuatro zonas… ¿tal vez estaban una en cada una de ellas? Sin embargo, no podía ver alguna pista o algo que pareciera un huevo. En eso mientras inspeccionaba si por una locura lo habían puesto en alguna parte arriba del domo pudo notar a aquellos magos japoneses que estaban lanzando el hechizo de transmisión, eran nueve en total y cada uno era cuidado por dos aurores. Uno lo estaba observando a él, otro estaba mirando a Delacour que se quejaba del lodo de su cuerpo en la zona baja del árbol, siguió la mirada del tercero y cuarto que estaban en la misma dirección y pudo observar por la zona desierta detrás de una duna unos cabellos negros y castaños que sobresalían levemente. ¡Eran Krum y Cédric! Al menos estaban a salvo. Los otros cuatro japoneses miraban cada uno a un dragón… ¿entonces el noveno qué estaba mirando?
Siguió aquellos negros ojos fijos y sin parpadear -sí, le dio un poco de miedo aquel hechizo- intentando presenciar cualquier cosa interesante… ¡y los vio! Ahí entre de los dragones peleoneros estaban cuatro huevos pintados de diferentes colores. Uno verde, otro azul, un rojo y al final un amarillo, todos acumulados en un pequeño nido improvisado, además de embarrados de lodo y algo de un color extraño, estaban ahí sus boletos para salir del infierno, sin embargo, alcanzarlo le daría muchos problemas, especialmente si eran descubiertos por esas dragonas enfurecidas que parecían no percatarse de que sobrevolaban sobre sus huevos, tal vez era porque no podían percibir su aroma por el lodo. No iba a poder solo ni en un millón de años e intentos, debía reunir a todos los campeones para lograrlo con éxito o al menos sin muchos daños físicos o colaterales, después de todo los huevos se encontraban en la misma zona, así que sus caminos eran el mismo.
Bajó ágilmente de aquel árbol y le contó todo lo que había observado a Delacour “¿Entonces los huevos están debajo de los dgagones? susurró levemente horrorizada, solo pudo asentir “No vamos a podeg solos, debemos unignos” le dio toda la razón porque era lo mismo que había pensado. Le señaló dónde había visto a Krum y Cédric, de forma sigilosa empezaron su camino. Lastimosamente cuando a lo lejos empezaba a aparecer el paisaje desértico un movimiento extraño surgió arriba de él, levantó la vista no había nada, le pareció tan extraño… pero al segundo el aleteo del dragón acercándose le hizo asustar, lo que sea que hubiera pasado sobre sus cabezas había atraído la atención del dragón chino.
Intentó correr con Delacour, pero sus pasos fueron interceptados por aquella criatura que botaba humo oscuro por los orificios de su hocico, aquellos ojos amarillos eran tan espeluznantes que le hizo temblar, aunque para su sorpresa la joven dio un paso adelante y los ojos de aquella criatura se quedaron clavados en ella… como si estuviera en un trance, por su parte Delacour se encontraba erguida con los hombros firmes, su respiración se iba volviendo más inestable y el sudor empezó a rodar por su cuerpo, cuando ella intentó levantar su varita para lanzar algún hechizo el trance se rompió y el dragón saltó sobre ella, afortunadamente terminó lanzándose a un lado para evitar ser devorada, desafortunadamente él estaba atrás de la joven y el dragón se fue contra él.
“¡Protego!” gritó de forma inmediata levantando el escudo enfrente a él, un escudo que no iba a durar mucho si observaba las grietas que se estaban formando sobre donde se encontraban los colmillos del animal. Se iba a caer, su única protección se iba a caer. Solo podía pensar que debería lanzarse a un lado, no importaba si justo se encontraba rodeados diversas espinas… ¿a quién se le ocurrió este maldito lugar? Justo cuando su escudo cayó más rápido de lo que creyó el dragón se acercó más y sin quererlo de su mano se formaron las garras de su transformación y le dio con todo en el lado izquierdo del rostro reptiliano de la criatura rompiendo sus escamas y rasguñando aquel ojo, mientras a un lado de los dos escuchaba:
“¡Conjuntivitis!” por parte de Delacour quien terminó golpeando la maldición con fuerza el lado derecho del rostro del dragón y si tenía fortuna aquel brillo de la maldición cubrió su propio ataque. La criatura al recibir el golpe -tanto físico como mágico- dio un paso hacia atrás mientras quedaba ciega, no sabía cuánto tiempo, pero con la francesa empezó a correr sin mirar atrás hacia la zona desértica. Aunque aquel dragón buscaba venganza por su dolor por lo que empezó a gruñir con enojo e intentó alcanzarlos, pero la cadena terminó frenando su vuelo hacia ellos que ahora corrían sobre la arena que era muy difícil de correr.
Estando lejos y escondidos en una duna de aquella criatura loca que seguía gruñendo solo se miraron y rieron histéricamente, era eso o llorar en televisión continental por haber estado frente a un paso de morir de la forma más loca del mundo. No sabe cuánto tiempo estuvieron así, tal vez solo medio minuto, pero el silencio los gobernó después, él miraba su mano -que ahora estaba normal- llena de sangre, mientras Delacour miraba la parte superior del domo “¿Tenemos opogtunidad?” susurró co un hilo de voz la joven.
“¿Los estudiantes? Ni un poco” recordó la respuesta de Hagrid cuando hizo una pregunta similar cuando descubrió que la primera tarea sería ir contra dragones, pero no podía decirle lo mismo a aquella joven que parecía temblar ante la muerte “Pudimos con el Bola de Fuego Chino, ¿no? Creo que podremos con los otros tres” intentó traer positivismo a la situación, aunque hasta para él sonaba tan poco probable sus palabras, salieron a las justas y casi ilesos del primer dragón, no quería pensar con los otros tres, especialmente con el Colacuerno Húngaro que era el más agresivo de todos.
Siguieron el camino por dónde creía que estaban los otros dos campeones, empezó a correr cuando el aroma de la sangre había penetrado su olfato. Uno de ellos estaba herido, no sabía si era Krum o Cédric, pero alguien estaba sangrando y si su olfato estaba en lo correcto también había sufrido una quemadura grave. ¿Por qué nadie había ingresado al domo para ayudarlo? ¿Lo iban a dejar con aquel dolor insoportable de la quemadura? ¿Es que no les importaba la integridad de los jugadores? ¿Era una completa mentira y farsa eso de que estaban haciendo de prioridad su seguridad?
“¿Qué pasó?” gritaba Delacour atrás de él también corriendo totalmente nerviosa mirando por toda la zona seguro pensando que el dragón estaba cerca.
“Uno de ellos está herido” las emociones pasaron rápidamente por el rostro de la francesa desde confusión, a la sorpresa y luego al enojo, seguro estaba pensando lo mismo que él sobre la falsa prioridad a su seguridad que les había dicho tendrían hacia los campeones.
Al estar cerca del olor metálico de la sangre notó como el dragón Galés Verde Común estaba en la arena entretenida con un juguete masticable, se acercó a la duna donde escuchaba un leve quejido de dolor lanzándose a ella para no ser visto por aquel dragón. Los rostros sorprendidos de Krum y Cédric los recibieron, el tejón estaba limpiando alrededor de la quemadura de segundo grado en la pierna derecha del búlgaro, pero no se atrevía a curar la quemadura “No… no sé qué más hacer” decía temblando “Tuve que transfigurar una piedra para distraer al dragón, pero no puedo moverlo sin que le duela fuertemente la pierna, además de que no podía dejarlo aquí solo porque no puede caminar” escuchó una explosión y miró al dragón que había hecho explotar el juguete, al segundo otro juguete se le fue lanzado “Espero podamos movernos rápido, esa era mi última piedra”
Se acercó a la pierna de Krum que estaba hinchada con un color rojizo, además de que se había formado algunas ampollas grandes y horribles en la zona quemada, se veía dolorosa y le sorprendía que el búlgaro afrontara aquel dolor intenso de este tipo de quemaduras con tanto aplomo “Serrá mejorr que se vayan, déjenme aquí” gruñía.
“¿Estás loco? No haremos eso” dijo Cédric buscando entre la arena alguna otra piedra para que pudiera usar de repuesto.
“Paga ganag necesitamos toda la ayuda posible” Delacour decía poniendo una mano en el hombro del búlgaro quién solo asintió. Mientras ellos daban palabras de aliento y apoyo él estaba pasando su varita por aquella pierna, le agradecía a la medimaga Yang de haberle enseñado aquel hechizo contra quemaduras.
“Sanitatem” decía mientras en su mente se formaba todos los músculos que deberían haber sido dañados con la quemadura, e iba reparando poco a poco, uniendo cada músculo, nervio, piel, todo lo que pudiera haber sido afectado en aquel ataque. Cuando estuvo todo listo para él, palpó con sus manos levemente la pierna que ya no estaba quemada “¿Aún te duele?” preguntó con duda mirando los ojos negros del joven quien movía su pie de un lado a otro sorprendido.
“No me duele nada, hasta crreo que podría correr una marratón” eso le hizo reír por la exageración, pero su sonrisa se detuvo ante el reconocible sonido de explosión… el juguete volvió a romperse y el dragón volvía a prestar atención hacia ellos.
“Eso es bueno porque vas a tener que correr” dijo tomando con fuerza su varita “¡Canieci Saggita!” gritó justo cuando el dragón se acercó predadoramente hacia ellos, le dolía hacerles daño porque sabía que ellas estaban desesperadas por sus huevos, pero lastimosamente si nos las incapacitaba serían capaces de comerlos a todos los campeones y nadie iba a ir a ayudarlos, La flecha en forma de rayo golpeó con fuerza la garganta del dragón verde, rompiendo dos de esas gruesas escamas que protegían esa zona, esto provocó que el dragón se distrajera por unos segundos ante el dolor, empezaron a correr, pero sabían que no iban a llegar a la otra zona si no hacían un plan y lo ejecutaban “Debemos irnos al este, pero nos seguirá por el aroma de la sangre y que esta zona es muy desértica, no hay forma de perdernos de su vista”
“A menos que le quitemos el olfato y la vista” Delacour dijo y justo en ese momento escucharon el gruñido de la madre dragona que rápidamente se acercaban a ellos de forma atemorizante.
“Odorautem” lanzó el hechizo Krum que le golpeó en la zona libre de escamas que él había provocado. La dragona pareció confusa mientras respiraba con fuerza.
“Nebulus” dijo Cédric mientras de la punta de su varita empezaba a emerger una niebla espesa que los envolvió a ellos y no sabía hasta dónde podía llegar, pero a cada paso que daba todo era difícil de ver. Siguieron corriendo en silencio, estaban completamente juntos en su carrera porque tenían miedo de que uno se terminara perdiendo en esta niebla tan espesa, además de que lejos escuchaban los rugidos furiosos de la criatura, pero no los seguía, seguro se encontraba perdida.
Cuando sintió que el correr se hacía más sencillo -debido a que correr en arena era muy difícil porque tu pie se hunde a cada paso- se percató de que estaban ya en el lado este del domo “Paren, paren” dijo dejando de correr mientras Cédric iba disolviendo la niebla poco a poco.
Estaban al fin en la zona del valle.
“¿Qué hechizos fueron eso?” dijo todavía sorprendido por aquella niebla y la confusión del dragón, no creía que un solo mago fuera capaz de lanzar un hechizo de aturdimiento con éxito ante aquella criatura, cuando era necesario al menos 30 personas para poder desmayarlas.
Con la respiración agitada, seguro no por la carrera sino por la casi muerte Cédric respondió “Es un hechizo que me han enseñado en casa, vivimos cerca de un bosque que se ve muy misterioso cuando dejamos prendidos algunos faroles y la niebla cubre todo el lugar. Es agradable de ver”
“El hechizo que lancé es uno que quita el sentido del olfato, es necesarrio que este toque la piel dirrecta parra poderr surtirr efecto, que rrompierras sus escamas me dio una aberrturra para dejarr que él huela mi sangre” comentó Krum sentándose en el pasto todavía verde del valle, a su lado Delacour también se sentaba mientras arrancaba las hojas del pasto hasta llegar a la tierra y luego mojarla. Con el lodo formado empezó a manchar con esto a Krum “¿Qué haces?”
“El lodo oculta nuestro olog” dijo señalando el lodo seco por todo su cuerpo que Draco le había embarrado hace unos ¿10 minutos? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que entraron a aquel domo? Cédric por su parte también se empezó a manchar de lodo sobre todo su cuerpo “Además, espego sea bueno paga el cutis” dijo una leve broma Delacour, lográndolos hacerlos reír un poco.
A lo lejos veía a las dragonas de la zona este y norte peleando entre ellas, la batalla era muy dolora y estaba seguro de que Charlie se encontraba impotente de no poder detener que las criaturas que ha estado cuidando por años se lastimen de esa forma, hasta estaba seguro de que ya no le agradaba porque había sido responsable de dañar a dos de sus dragones y si todo salía bien no tendría que dañar más dragones, no creía justo tener que lastimarlos cuando los únicos responsables eran los malditos del departamento de deporte junto a la Organización Unida de Magos (OUM) quienes habían decidido traer para la primera prueba a estas criaturas solo para darle más rating al nuevo hechizo en Europa.
“En la zona este y norte se encuentran el Colacuerno Húngaro y el Hocicorto Sueco” empezó hablando obteniendo la atención de los tres mayores “La cadenas de esos dos son más largas que el Bola de Fuego Chino y el Galés Verde Común, así que el radio de su vuelo será un gran problema, hasta podríamos llegar a enfrentarnos a los dos al mismo tiempo” eso solo le provocó un estremecimiento porque si con esfuerzo escapaban de un solo tipo de dragón, no se quería imaginar si esos dos enemigos unían fuerzas “Los cuatro huevos se encuentran en el mismo lugar, están justo en la frontera de las dos zonas, debajo de aquella batalla campal” señaló con su cabeza a las dos dragonas que se seguían escupiendo fuego a diestra y siniestra “¿Algún plan?” el silencio los envolvió a todos, el peso de sus decisiones parece que recién les habían golpeado como si fuera el mismo Expreso de Hogwarts, este Torneo no parecía en nada de lo que ellos creyeron inscribirse. No los culpaba, porque parecía que les vendieron unos juegos más tranquilos y menos peligrosos que los que estaban viviendo.
Cerró los ojos intentando planear una estrategia para salir vivos de ahí, si tan solo Ron estuviera ahí para poder ayudarlo en un plan… bueno les tocaba improvisar. Tal vez pudieran usar de nuevo la niebla, no, eso no iba a servir porque las dos dragonas que quedaban tenían la mejor vista de la especie y las nieblas no los cegarían como pasó con el dragón Galés Verde Común. Esos ojos amarillos de aquellos dos dragones observarían cada uno de sus movimientos y serían fritos como el pollo favorito de su amigo pelirrojo.
Miró con detenimiento las cadenas que ataban a los dragones, eran tan resistentes para poder evitar que se fueran demasiado lejos y no se rompían ante los fuertes jalones de las criaturas. Tal vez podían atarlos “¿Saben un hechizo para atar con cadenas?” preguntó porque el único hechizo que conocía era el incarcerous, pero estos solo ataban con cuerdas y estaba seguro de que sería muy fácil de quemar.
“Encadenae” dijeron al mismo tiempo Cédric y Delacour “Espera, ¿quieres que los atemos con sus cadenas?” siguió su amigo el tejón sorprendido “Para eso necesitamos unas cadenas sueltas, no podremos con las ya están sujetas, al menos un extremo -especialmente la que no está cerca de ellos- debe estar liberado”
“La podemos cortarr” comentó Krum “Drraco y yo podemos cortarr las cadenas, e inmediatamente tú y Fleurr pueden encadenarrlos” ¿él debía cortar la cadena? Bien, no se escuchaba tan mal. Todos asintieron ante lo dicho y empezaron a planear los pasos a seguir.
Se acercó junto a Krum lo máximo posible a los dragones para no ser descubiertos, mientras Cédric y Delacour se encontraban preparados para lanzar el hechizo para atraparlos. Tomó aire porque el paisaje donde debían correr estaba quemándose en diversos sitios y debían calcular bien sus próximos movimientos para no recibir alguna quemadura grave -porque seguían escupiendo fuego-, además de que las colas de los dragones golpeaban con fuerza el suelo cada cierto tiempo.
“¿Listo, Krum?”
El búlgaro lo miró “Me has sanado de una quemadurra grrave y vamos a pasarr porr una experiencia al filo de la muerte, crreo que ya es momento de que me llames Viktor, ¿no, Drraco?”
Sonrió “¿Listo, Viktor?”
“A la carrga, Drraco” y los dos empezaron a correr a sus respectivos dragones, Víktor hacia el Hocicorto Sueco y él hacia el Colacuerno Húngaro.
Esquivó el pastizal que se quemaba de forma violenta frente a él, intentando entrar en las zonas dónde el fuego era de menor intensidad y si esto no era posible sacaba su varita para lanzar un “Aqua Eructo” que simplemente servía para poder pasar porque inmediatamente por la cantidad de fuego que estaba presente volvía a envolverse de aquella llamaradas, además de que debía estar atento ante los golpes de la cola contra el suelo, intentando que este no le diera con fuerza en la espalda y cabeza o sino estaría fuera de combate en un santiamén.
Corrió con todas sus fuerzas hasta que notó al fin la cadena, sin embargo, según Cédric y Delacour debían intentar dar la mayor cantidad de cadena posible para poder hacer los nudos mejor elaborados sobre las alas de los dragones. Así que corrió y corrió hasta que creyó que era suficiente cadena para que Cédric envolviera al Colacuerno “Diffindo” una luz rosa salió de la punta de su varita logrando que las cadenas se cortaran con precisión y finamente, cayendo al suelo con un golpe seco “Depulso” mandó lejos de él las cadenas, intentando calcular a que llegue hacia Cédric o al menos que este lo suficientemente cerca de él para que pueda lanzar su hechizo de encadenamiento. Esperaba que Viktor también haya logrado la parte de su misión y no estuviera lastimado.
En eso del otro extremo donde se encontraba él observó como las cadenas también salían volando hacia donde debería estar Delacour, al siguiente segundo los dos dragones cayeron con fuerza al suelo debido a que las cadenas empezaron a moverse mágicamente alrededor de sus cuerpos, envolviendo sus alas y patas con filosas garras, amarrándolas contra su cuerpo con fuerza sin permitirle algún movimiento. Al caer los dragones la tierra se levantó junto al polvo y el fuego se extinguió. Los dragones batallaban por soltarse sin mucho éxito.
Estaban inmovilizados, completamente inmovilizados.
Un sentimiento de euforia surgió por todo su cuerpo mientras corría hacia donde deberían estar el tejón y la francesa para poder saber de su condición junto a Viktor, cuando llegaron todos a la misma zona se quedaron viendo para luego correr y abrazarse, era un abrazo lleno de alivio y sentimiento de paz, había acabado, todo había acabado al fin.
Sus piernas no pudieron más de los cuatro y cayeron al suelo todavía abrazados, poco a poco se fueron separando y se quedaron sentados en el césped chamuscado mirándose entre ellos con sonrisas, lejos de ellos el Colacuerno Húgaro ya se había cansado de moverse, además de que no podía botar bolas de fuego porque las cadenas habían envuelto su hocico.
Estiró sus piernas que las sentía adoloridas por haber estado corriendo desde que entraron en aquel domo, el sudor bajaba por su cuello, además de que algunos de sus mechones de cabello se pegaron en su rostro, desamarró la cola de caballo baja que tenía para volver amarrarla para que los mechones no le estorben la vista. Cuando terminó ello puso sus manos para atrás y curvo su espalda, relajándose con aquel estiramiento.
Se levantaron lentamente “No saben lo preocupado que estaba cuando pasaban los segundos y no había alguna señal de ustedes” Cédric decía pasando un brazo sobre su hombro y el de Víktor “El alivio que inundó mi cuerpo cuando la cadena fue volando hacia mí fue abrumador” sabía que Cédric siempre tenía su corazón en la manga de su túnica, había ocasiones que tenía que ocultar sus sentimientos negativos para ser perfecto, pero eso no significaba que no fuera un hombre amable y preocupado por otros.
“Estoy con Cédrig en eso, me dio miedo cuando no lanzaban las cadenas, no quegía pensag lo peog” decía Delacourt “No nos conocemos de mucho, pego me agradan chicos” parecía tan sincera y ahora la veía bajo una nueva luz, ya no como aquella señorita remilgada, sino a una mujer que haría de todo para sobrevivir ante un ataque mortal de una criatura.
“Acabemos con esto y vamos a buscar esos huevos” sonrió Krum soltándose del abrazo de Cédric para empezar a adelantarse con Delacour, luego lo miró con una sonrisa “Dijiste que estaba cuesta abajo, ¿no?” asintió ante la pregunta, empezando a caminar atrás de aquellos dos extranjeros.
“Pongámonos en mar…” se quedó en silencio cuando sus sentidos se quedaron en blanco una vez más, podía sentirse bajo una mirada amenazante y asesina, luego de aquel temblor que recorrió su columna, lenta y difusamente escuchó a alguien murmurar desde lejos, no entendía lo que estaba intentando decir, no sabía lo que salía de su boca, pero aquello solo provocaba más pavor en él… era igual como aquella vez que fue atropellado por el camión en Londres.
Repentinamente y sin aviso el Colacuerno Húngaro- que estaba varios metros de ellos- se arrastró de un solo tirón hacia ellos con sus fauces abiertas para atacarlos, ¿en qué momento las cadenas de quella zona se soltaron? Con fuerza se lanzó hacia atrás junto a Cédric -debido a que Delacour y Viktor estaban alejados del ataque- “¿Cómo?” las cadenas se desajustaron del cuerpo de la dragona, aunque no se habían salido por completo empezó a agitar sus alas generando que ella misma se lastimara con algunos cortes profundos en sus alas y pecho, se estaba lastimando, aunque pareciera no darse cuenta de este suceso, como si no sintiera ningún dolor o no le importara su integridad.
Estaba desquiciada.
Además, se percató de que los ojos de aquella dragona ya no eran amarillos, sino estaban completamente blancos, perdidos e idos. El Colacuerno se levantó lo suficiente en el aire con aquellas cadenas, para bajar con fuerza hacia él e intentando tomarlo esta vez entre sus garras “¡Sectumsempra!” gritó señalando con su varita a las alas de la dragona, terminando de romper sus membranas logrando que este desviara su aterrizaje hacia otro lado con fuerza, el golpe de la caída fue doloroso. Se levantó del suelo y caminando hacia la dragona que se retorcía de dolor por su ala completamente rota, enfundó su varita para detenerla de una vez por todas…
Estaba cansado de que todos quisieran lastimarlo y deseaba que pararan, que se detuvieran contra el complot que parecían tener contra él, solo deseaba tener una vida normal, ¿era mucho pedir? Después de todo lo que había vivido solo necesitaba paz. Solo necesitaba que todo lo que le hiciera daño desapareciera.
“¡Abajo!” la voz de Charlie lo detuvo de lanzar cualquier hechizo al dragón e hizo caso tirándose al suelo a tiempo de que diversas voces gritaban “¡Desmaius!” cayéndole directamente al dragón provocando que este rugiera un poco hasta que su voz se disipó hasta quedarse dormido en el césped del valle. Al levantar la vista notó alrededor de 30 magos y brujas que empezaron a acercarse lentamente al dragón, algunos preparándose para curarlo, otros asegurándose de que esté completamente quieto.
Al ver acercarse al Weasley mayor se sintió culpable por haber dañado a uno de sus preciosos dragones “Charlie” susurró con una voz queda, seguro ahora lo odiaba. No lo culparía.
El pelirrojo solo le acarició sus cabellos con delicadeza “Lo hiciste bien, Draco. No estoy molesto, me alegra que estés bien” le dedicó una sonrisa amable “Tú y los demás estudiantes” miró a los campeones que se acercaban a él preocupados “Será mejor que se acerquen a tocar los huevos, tuvimos que ingresar a la fuerza al domo porque todavía no acababa la prueba, pero estoy seguro de que no nos dejarán salir si todavía esta locura no termina”
Se acercó junto a los otros tres campeones al lugar donde se encontraban los huevos que eran de oro, pero de diferentes tonalidades y cuando los tocaron sintieron como un peso se hubiera escapado de sus hombros. Era la realización de todo este dolor y miedo de la última hora.
Al salir del domo cargando aquel huevo -se percató de que donde antes estaba la puerta de domo, ahora solo podía encontrar un hueco de un tamaño considerable, a varios metros de la entrada podía observar como la puerta había sido aventada sin ningún reparo- veía como los cuidadores de dragones trasladaban a las criaturas, fue interceptado por Harry quien le quitó el huevo para dárselo a no sabe quién y abrazarlo con fuerza. Sintió sus brazos pasando por su cintura para atraerlos con fuerza hacia su pecho, además de enterrar su rostro en la unión de su hombro y cuello. Lo sintió temblando levemente “Estaba tan preocupado, no sabes cuantas veces quise entrar, pero estaba completamente prohibido” susurraba su amigo sobre su cuello provocando que algunas corrientes extrañas recorrieran su cuerpo de forma turbulenta.
“Y aun cuando estaba prohibido, no pudo evitar hacer daño las gradas y a unos aurores” escuchó decir a Ron quien señalaba a las gradas de los Gryffindor que estaban oscurecidas seguro por algún encantamiento de fuego que tuvieron que extinguirlas para evitar que se propague.
Rio un poco “Eres un exagerado, Harry” a lo lejos observó cómo sus padres -quienes estaban en las gradas de profesores- lo miraban con tanto alivio de que se encontrara bien, además notaba el ceño fruncido del director hacia Severus, sin embargo, eso no era de su completa preocupación sino de que sus padres estuvieran sentados en extremos diferentes. ¿Se estaban evitando? No se había estado percatando antes de cómo iba yendo su relación porque estuvo muy ocupado entrenando para el torneo, ¿qué se había perdido? ¿era por el artículo de Skeeter?
Fue difícil de que su amigo lo soltara, pero lo lograron con éxito unos cinco minutos después para que sus demás amigos lo abrazaran rápidamente porque debía ser llevado a una carpa de primeros auxilios. Madame Pomfrey se encontraba furiosa por la prueba, mientras los revisaban estaba despotricando sobre la estupidez del ministerio por haberles hecho hacer algo tan peligroso “¡Dragones! ¿¡Pueden creerlo!?” gruñía terminando de revisarlo a él “Todos están bien, solo unos cuantos rasguños superficiales y sobre su pierna señor Krum está bien sanada. Ese fue un buen hechizo, joven Malfoy” una sonrisa se plasmó en su rostro, le gustaba recibir elogios de sus mejoras. Solo se quedaron para que les limpiaran las heridas y luego con un hechizo se cerraran, después de eso fueron despedidos de la tienda.
Estando afuera los cuatro campeones se colocaron frente a los jueces, cada uno -individualmente- daría una puntación de máximo 10 puntos, así que el máximo total acumulado por prueba es de 50 puntos.
“¡Primero le daremos los puntos a la señorita Delacour!” se escuchó la voz animada de Bagman por todo el lugar, para al siguiente segundo levantar su varita y proyectar en el aire unos 8 puntos, la siguiente fue Madame Maxime quien le dio un 9, Dumbledore le dio un 8 también y el señor Crouch con el director Karkarov lanzaron un 7.
Cédric también fue muy bien puntuado por el director de su colegio, Dumbledore le dio un 9 al tejón, mientras los directores de las escuelas rivales le dieron un 8 junto a los representantes del Ministerio.
Por su parte Víktor recibió el primer 10 del día por parte de Karkarov -no le sorprendía, era obvio que los directores tenían como su favoritos a sus estudiantes, sin embargo, intentaban ocultarlo en no darles un 10 cerrado, no como el director de Durmstrang-, su director y la directora de Beauxbatons le dieron un 8 junto al señor Crouch, y para sorpresa de nadie Bagman le dio el segundo 10 de la noche -seguro porque era un buscador famoso- no entendía muy bien la evaluación de la prueba si parecía que favorecías a unos solo por ser quien es. Y si estaba seguro de que esa era la razón de los puntos, entonces no podía esperar buenos resultados para él.
“Y al final, pero no menos importante, el joven Draco Malfoy” a diferencia de como presentó a los demás campeones, su voz sonó apagada y nada emocionada. Ya podía prevenir lo que le iba a suceder.
El primero en proyectar el puntaje fue Madame Maxime quién le dio 8 puntos, soltó un suspiro de alivio debido a que creyó sería mucho menor, después de todo no le agradaba ni un poco a la directora por haber entrado al torneo, aunque no fue culpa suya. Se animó al escuchar los gritos felices de las demás casas de Hogwarts y no solo de los Slytherin y algunos Gryffindor, parecía que la etapa de estar molesto con él ya se había desvanecido.
El siguiente en proyectar su puntaje fue Igor Karkarov quien le dio unos miserables 3 puntos. ¿¡Tres!? ¿¡Él no merecía un tres!? Había arriesgado su cuello en aquel domo, además de que había ayudado a su estudiante estrella, esto era una completa farsa. No fue el único indignado porque si antes las gradas estaban festejando, ahora estaban pidiendo una explicación por el puntaje tan bajo.
El tercero fue Ludo Bagman quien lo miró con ese ceño fruncido. No le caía al hombre, era obvio, porque creía que lo había separado de su ‘amigo’, ese pobre imbécil creía que Gilderoy se había juntado con él por una verdadera amistad, solo lo había usado y ahora con esto obviamente no le iba ni siquiera a decir la hora porque proyectó en el cielo 5 puntos. Odiaba esta competencia.
Al ser el turno de su director este sin miramientos proyectó en el cielo unos 6 puntos. Obviamente la teoría de que los directores favorecían a sus estudiantes no iba a recaer en él, después de todo era siempre la anomalía de todo. Escuchaba gritos de ‘¡Reevaluación! ¡Exigimos reevaluación!’ o ‘¡Este atropello debe ser evaluado en mesa!’ o ‘¡Necesitan nuevos anteojos, eso no es justo!’
Todos se silenciaron ante los 10 puntos que Barty Crouch proyectó en el cielo. No podía creerlo ¿por qué le estaba dando el puntaje perfecto? Esto contradecía completamente a los puntajes anteriores y era evidente de que varios se preguntarían como un hombre que era tratado como intachable, además de completamente juicioso y honesto en sus palabras iba a puntear a alguien con una nota perfecta, mientras los demás jurados le daban un puntaje tan bajo. Esto iba a dar mucho de qué hablar, pero ya no sería su problema porque con el puntaje que le dieron tuvo el cuarto puesto con solo una recaudación de 32 puntos. El primer puesto fue de Víktor con 44 puntos, seguido de cerca por Cédric con 41 puntos, y en tercer lugar estaba Delacour con 39 puntos. Solo él se encontraba rezagado por una amplia cantidad de puntos.
“Megecía más que eso, Dgaco” dijo la francesa cuando terminaron de decir los puntajes de todos y los jurados intentaban calmar a las masas “Tú me salvaste”
“A mí también me salvaste” dijo Viktor con el ceño fruncido y sin despegar la vista de los miembros del jurado que estaban yéndose del lugar.
“También me salvaste, además de que planeaste como neutralizar a los dos dragones más peligrosos e inmovilizaste a uno cuando casi nos mata” se quejó Cédric dando un pisotón al suelo con enojo “Esto no ha sido justo por ningún lado que lo veas, no hay justificación de porque obtuviste tan bajo puntaje, cuando fuiste el que más hizo en esta prueba”
“¿Tal vez podamos hablag y decigles que le den algunos de nuestros puntos?” susurró Delacour… no, Fléur con los ojos fijos también en el lugar vacío que habían dejado los jueces, hasta parecían listo de ir a hacer su respectiva reclamación.
“No chicos, no se metan en problemas. Sabía que esto iba a pasar, no les harán cambiar de opinión, mejor en la próxima prueba lo haré mejor para que si vuelven a darme esos puntajes bajos todos los que nos ven vean que ellos están locos” en su periferia se acercaba Bagman con una sonrisa nervioso y llegando rápido porque los estudiantes seguían gritando por sangre.
“Bueno chicos, fue una excelente primera prueba. Habrá un periodo de descanso antes de la segunda prueba que se dará el 24 de febrero a las 9 y media de la mañana, pero les daremos una pista de lo que se van a enfrentar para que no estén de escurridizos queriendo averiguarla y debamos cambiar todo de nuevo. Así que aquellos huevos que tienen sujetados se pueden abrir, deben resolver el enigma que contiene el huevo para que puedan prepararse para lo que viene. Suerte” y tan rápido como vino se fue.
¿Abrir? Con mucha curiosidad la abrió y un ruido estridente se escuchó por todo el lugar, la cerró de forma inmediata porque sus oídos habían sido lastimados por aquel molesto grito, parecían que estuvieran matando a alguien dentro de ese jodido huevo “¿Cómo vamos a descubrir la pista si no podemos mantenerlo abierto sin que nos rompa los tímpanos?” les dijo a los demás campeones que ahora parecían temerosos de también abrir sus huevos.
Esto era una completa locura, pero los cuatro escaparon del campo al ver como se acercaba Rita Skeeter hacia ellos, ninguno quería darle alguna entrevista a aquella mujer que distorsionaba todo lo que uno le decía a su conveniencia.
“Ese fue el ruido más espeluznante que alguna vez escuché en mi vida” le dijo Thuban cuando estaban en la comodidad de la lechuzería, había decidido ir ahí para poder peinar las plumas de su querido Aquiles quien se acicalaba con orgullo y vanidad. Lo amaba tanto. Y era una forma de dejar atrás aquella primera prueba que ya fue hace un par de días. No se encontraba solo, en el camino había sido interceptado por sus amigos leones, su hermano y sus serpientes, así que el lugar estaba abarrotado.
“Ni que lo digas, estábamos lejos, pero aun así sentí que mis oídos iban a explotar” gruñó Pansy mirando entretenida el volar de los búhos “Estaba preparada para lanzar un hechizo a aquel huevo solo para que se calle”
“Ni siquiera los hombres con quién mi madre probaba sus venenos se quejaban así” dijo Blaise ganándose una mirada confusa de los Gryffindor y Thuban, no de él porque presentía de que pie cojeaba la madre de su amigo “Jajaja era una broma” y por su tono no lo parecía, pero los demás por su salud mental decidieron creerle.
Harry por su parte también le estaba peinando a Hedwig sus alas a su lado “¿Has descubierto como escuchar ese horroroso ruido sin quedar sordo en el intento?” negó con la cabeza hasta ya empezaba a creer que era un completa broma para entretenerlos.
Hermione empezaba a lanzar algunas ideas que se le había ocurrido, pero era rechazada porque ya las había usado y nada calmaba ese lamentable e insufrible sonido, sentía que ya estaba empezando a quedarse sordo. Además, de que no podía pedir ayuda a un profesor porque habían recalcado que nadie podía recibir ayuda de un adulto si no querían ser castigados. Aunque ahora le preocupaba aquel distanciamiento que había presenciado en sus padres, especialmente el día de hoy que también había salido una nota en El Profeta sobre el amor secreto de Gilderoy. Que odiosa mujer.
Fue sacado de sus pensamientos de una posible separación de sus padres ante el aterrizaje de Afrodita -el ave de Nott- que se frotaba contra su querido Aquiles y este se dejaba, solo frunció el ceño.
“¿Esa ave y Aquiles están juntos?” preguntó Ron mirando como esos dos empezaban a frotarse cabeza con cabeza de forma cariñosa, como una pareja. Soltó un jadeo sorprendido ¿Cuándo ocurrió esto?
“Esa es el ave de Theo, ¿no, Blaise?” dijo emocionada Pansy mirando emocionada a las aves tan amorosas entre ellas.
“¡¿De Nott!?” gritaron los demás que no la conocían.
“Si, ella es Afrodita” acarició levemente la cabeza de aquel búho “¿Desde cuándo me ocultas esto, eh, Aquiles?” dijo mirando con un ceño fruncido a su búho quien solo le ladeó el rostro orgulloso, solo provocó un bufido divertido “¿Estás avergonzado de ella?” se ganó un graznido furioso de su ave y que intentara picotearlo uno de sus dedos “Es broma, es broma, amigo. Te felicito se ve que la quieres mucho y ella también a ti” los dos búhos se acicalaron ante lo dicho, siempre le pareció curioso cómo le entendían aquellas mascotas, como si en verdad entendieran los que le decían.
“Esto te hace consuegro de Theo, ¿verdad?” se burló Blaise “Theo hará un berrinche de que su búho se haya enamorado de tu búho, ya quiero verle la cara cuando le cuente”
“Theo hará todo lo posible para separarlos, no le va a gustar ser tu consuegro” la risa divertida salía de los labios de Pansy.
“Nott deberá aceptarlo, no podemos alejarlos si se gustan tanto” dijo Thuban intentando defender el amor de los búhos.
“Si, no podemos dejar que los separen como a Romeo y Julieta” Hermione dijo con un suspiro lleno de dolor.
“Sí, no podemos permitirlo como a Romen y Violeta” su amiga empezó a corregir a Ron y contarle sobre la trama del libro de Shakespeare, los demás muy curiosos también escucharon atentos al doloroso final de aquella pareja de adolescentes.
Harry parecía estar regañando con la mirada a Hedwig, quien solo lo ignoraba dándole la espalda. No pudo evitar reír ante la indignada lechuza que parecía ofendidísima para lo que sea que su amigo la estuviera regañando.
Los días fueron pasando lentamente sin poder descubrir la pista del huevo, además de que ahora podía confirmar que sus padres estaban distantes entre ellos, obviamente no habían cambiado con él ni Thuban, pero Severus cada vez que estaba cerca de Gilderoy creaba una distancia exagerada con él, provocando una tristeza palpable en su padre. Se sentía culpable porque estaba seguro de que esto se debía a las notas de Skeeter, era su culpa y de su maldita bocota.
“¿Qué pasa, mini Malfoy? Te ves deprimido” se acercó a él Marcus Flint mientras ordenaba a sus amigos de séptimo año que siguieran sin él “¿Tienes algún problema? ¿Los alumnos te siguen molestando?”
Flint sabía sobre la relación de sus padres y había guardado el secreto sin ningún inconveniente, además de que no quería decirle nada a Thuban de que parecía tan feliz de pertenecer a una familia y no quería romperlo al haber cometido un tonto error, además de que no podía decirles a sus otros amigos porque ellos eran de su edad, seguro no sabían mucho sobre relaciones sentimentales, por favor ninguno había tenido siquiera un novio o novia “Creo que acabo de romper la relación de mis padres”
Flint lo miró perplejo “Todos los hijos rompemos la relación de nuestros padres” le dio un golpe para que se ponga serio “Es broma, es broma. Solo estaba queriendo bajar la intensidad de la conversación. No has roto nada, mini Malfoy, este era un problema que si o si ellos se iban a enfrentar”
“¿Si o sí?” no entendía lo que estaba diciendo.
“Conozco al profesor Snape desde hace años, siempre ha sido un estreñido social” frunció el ceño, pero no dijo nada “Era obvio de que revelar su relación sentimental a todo el mundo iba a ponerlo tímido, bueno o al menos que alguien lo esté señalando porque es obvio por las pistas de esa horrible periodista. Aura oscura, cabellos y ojos negros, por favor, todos los que lo conocen saben ahora que es él la pareja del profesor Lockhart, aunque nadie haya escrito o dicho su nombre directamente”
“¿Debo hacer algo?”
Marcus negó con la cabeza “Esto es un problema de pareja, y las parejas son de dos, no de tres. Déjalos superar este obstáculo solos y si se aman de verdad seguirán juntos, si en cambio ellos terminan no debes preocuparte ni culparte porque tarde o temprano deberían de hacer pública su relación al ser el profesor Lockhart alguien tan público, además no creo que ellos los dejen desamparados.”
Entendía las palabras de su capitán y decidió darles tiempo a sus padres para que ellos conversen, como dice es una relación de dos y debía mantener su distancia para que arreglen sus problemas. Solo esperaba que el amor sea más fuerte que el miedo al rechazo o a que los juzguen.
“¿La comunidad mágica ve mal la relación de personas del mismo sexo?” hasta ahora no había visto pareja de magos o brujas, solo parejas heterosexuales.
“¿Ver mal? En las familias sangre puras al menos no, siempre y cuando se pueda concebir un heredero”
“¿Un heredero?” ¿Flint sabía algo sobre un embarazo masculino? ¿O de que otra forma dos personas del mismo sexo podrían tener uno? “¿Entre dos hombres?”
Flint levantó los hombros “Actualmente no he visto a magos o brujas juntos en nuestro círculo, pero hace siglos era muy común presenciarlo” le incitó a continuar muy curioso “Ya sabes durante 1450 empezaron la caza de brujas por parte de los muggles, entre esas brujas que fallecieron hubo varias de sangre pura. Tú sabes cómo somos para mantener la pureza de nuestra sangre y los magos no deseaban juntarse con mestizos o hijos de muggle para procrear por lo que decidieron lanzar un hechizo”
“¿Un hechizo?”
“Sabes, me sorprende que tus donantes para tu nacimiento no te lo hubieran dicho, después de todo es parte de tu historia familiar y esta información se ha transmitido de generación a generación, es un secreto cerrado para un pequeño grupo de los sagrados veintiocho y algunas familias de otros países”
“Sabes que ellos y yo nunca nos llevamos bien, por lo que nunca me han contado nada de mi pasado o historia familiar”
“Entonces perdimos una gran cantidad de brujas en aquellos años y no había forma de cómo mantener la pureza de nuestra sangre por lo que se creó un hechizo, bueno yo diría maldición porque pasar por eso se me hace doloroso. Te imaginas el dolor, la sangre, todos los síntomas…” Flint empezó a irse por las ramas.
“Capitán” regañó.
“Jajaja, ok, ok, continuando con la historia las sagradas y antiguas familias Malfoy, Flint, Crouch y Black en Inglaterra, y otras familias en Rusia, Alemania y Francia decidieron lanzar un hechizo a los miembros de su familia, a los segundos hijos”
“¿Segundos? ¿Por qué solo a ellos?”
“Porque el heredero de todo es el primer hijo, el segundo solo es una moneda de cambio para poder formalizar alianzas y obtener más riquezas” se sintió más indignado por eso, ¿eso significaba ser el segundo hijo en los sangres puras? Solo podía pensar en Pansy, Bulstrode niña y la menor de las Greengrass… ¿para eso las concibieron? Flint al verlo tal vez intentó apaciguar el horror en su rostro “Actualmente… bueno no puedo decir que ya no se tenga la misma práctica, pero sé que hay padres que en verdad aman a sus segundos hijos o hijas.”
Las familias sangre puras parecía que vivían en la antigüedad por aquellas costumbres tan barbáricas “Continúa con la historia” era mejor ignorar aquellas tonterías.
“Cómo iba diciendo se lanzó un hechizo a los segundos hijos de la familia, este hechizo era para mantener el linaje familiar y por primera vez un hombre pudo gestar en su vientre una nueva vida, un bebé. Se decidió mantener esta ‘habilidad’ en secreto, solo pocos lo sabían y había menos los que podían hacer esta función y con el pasar de los años, ante el aumento de brujas, digamos que esta práctica fue desapareciendo. No muchos magos se casaban con otros magos, así que se fue olvidando, sin embargo, las familias que estaban involucradas directamente con el hechizo debían informar a su descendencia de esta habilidad especial que tenían. Yo soy hijo único así que solo me lo dijeron por si llego a tener dos hijos varones, entonces debería informar al segundo de esta capacidad suya, por eso me sorprende que no te lo dijeran, eres el único segundo hijo de las familias inglesas involucradas, deberías saberlo”
Ahí sintió que toda la gravedad se multiplicaba en sus hombros y lo quería hacer caer al suelo. ¡Él era el jodido segundo hijo de los Malfoy! ¡Entonces, él podía… él podía…! Sintió enrojecer todo su rostro de forma infernal entre la vergüenza y el miedo. Esto debería ser una mentira, ¿verdad? Flint estaba gastándole una broma de mal gusto, ¿no? Él no podía, no podía ser más extraño de lo que es. Su pecho se oprimió fuertemente.
No le gustaba seguir descubriendo lo extraño que era, no le basta al universo de que pudiera transformarse en un lobo mediante una experimentación extraña y dolorosa, ahora le daban estaba jodida ‘habilidad’ que él no pidió, además de que lo mantuvieron en completo silencio de ello.
“No lo dije para que te sientas mal, Draco” intentó calmar Marcus pasándole un pañuelo. No se había percatado que había estado llorando “Mira no porque seas el segundo hijo significa que fueras a quedar si o si … eh, en aquel estado” se secó las lágrimas sin saber de lo que estaba diciendo “Hay unas condiciones que se debe cumplir para poder quedar… eh, en estado” parecía que le era difícil decir embarazado “Ugh, nunca creía tener esta maldita conversación, solo esperaba tener un hijo para no entrar en muchos detalles” le dio un poco de pena al haberlo arrinconado a esto, pero no lo iba a detener “La primera condición es estar saludable tanto física como mentalmente, ya sabes nada de estrés, preocupación o algún malestar; la segunda condición es tener una pareja que consideres estable, que tu veas un futuro con él y no haya nadie más que él en tu vida romántica; tercero de que tu cuerpo y tu vida pueda condicionarle a ese bebé la suficiente estabilidad económica como emocional; y al final que en verdad desees tenerlo, que tú desees tener a ese bebé”
Por lo que podía escuchar había muchas condiciones y era importantes para darle una buena vida a aquel niño, además del padre y le sorprendía que hubiera esa condición de amar al otro progenitor, de que desees tener un hijo con él, querer darle un hijo. Decidió mantener en lo más a fonde de su mente el conocimiento de que había una posibilidad, una muy remota en la que pudiera quedar embarazado y decidió preguntar por lo más importante “Conoces a las otras familias involucradas en el extranjero, a los rusos”
“¿Rusos? Están los Dolgorúkov, Troubetzkoy y Uvarova”
“¿Uvarova?” ¿cómo el otro progenitor de Morado? Y si era un varón, después de todo según su padrino Karkarov nunca había estado con una mujer en su vida “¿Conoces a sus integrantes?”
Marcus estaba extrañado por su curiosidad, pero no preguntó por ella “Está Dmitri el jefe de familia con su esposa Irina Uvarova y su heredero Serguéi, este es un completo imbécil, mi familia ha estado haciendo negocios con ellos y yo tuve que quedarme en conversar con Serguéi a solas sobre los futuros tratos que debemos tener como socios, es un completo arrogante y nunca puede dejar de hablar de sí mismo”
“¿No hay alguien llamado Anastas en esa familia?”
“¿Anastas? Era el hermano menor del señor Dmitri Uvarova, está desaparecido desde hace más de una década, se le ha declarado muerto hace un par de años, esto es algo que siempre le ha dolido al señor Dmitri, amaba con todo su corazón a su hermano menor o al menos eso me dijo mi padre”
“¿No saben cómo desapareció?”
Flint pareció incómodo con su pregunta “Las malas lenguas susurran de que fue porque se juntó con un mortífago y aquella relación acabó muy mal. Que el mortífago terminó asesinándolo al querer Anastas revelar los planes que había escuchado, a ese mortífago no le tembló la mano para matarlo por un bien mayor” ¿Igor Karkarov mató a Anastas Uvarova?
No sabía cómo reaccionar a la bomba que le había soltado su capitán hace unos días, ahora no podía dejar de ver a Igor Karkarov, solo pensar que este pudo asesinar al otro padre de Morado le hizo rabiar, pero según Flint solo era un cotilleo en las familias sangre pura, nada se habría confirmado sobre si esta fue la verdadera razón de la muerte de Anastas Uvarova, ni siquiera sabían quién podía ser aquel amante.
El director de Durmstrang estaba consciente de que lo observaba, pero solo le daba una ojeada para luego ignorarlo, y cada vez que intentaba acercarse para tener unas palabras con el mayor, este huía o lo ignoraba o ponía como escudo a sus estudiantes del instituto búlgaro, especialmente a Nikola Petrova que seguía haciéndolo temblar ante aquellos ojos dorados muy asquerosos que le recorrían el cuerpo de forma tan vulgar. Así que mantuvo su distancia, pero eso solo alimentaba más sus dudas y cuestionamientos sobre aquel hombre.
“E…entonces, entonces, tú… tú pue… pue… puedes quedar emba… embaraza… embarazado” lo último salió en un hilo de voz por parte de su amigo Harry Potter. Les había contado a sus tres Gryffindor favoritos sobre su conversación con Marcus Flint, especialmente sobre que creía que ‘Anastas Uvarova’ era un varón y este había dado a luz a Morado.
Hermione rodó los ojos “Obviamente eso es lo único que tu mente atrapó de toda la conversación, ¿no, Harry?”
“No puedes negar que es una noticia loca, Mione. Draco puede quedar… puede tener un bollo en el horno” parecía avergonzado en decirlo y los dos varones junto a él miraban su vientre muy asombrados “¿Por dónde saldrá?”
Les lanzó varias almohadas en sus caras tontas por hacer preguntas que él esperaba nunca saber la respuesta, que bueno que la habitación ‘Necesito’ le había brindado un gran arsenal de almohadas para que sus dos estúpidos amigos dejen de desconcentrarse en lo verdaderamente importante, y que no digan más sobre su posible -no posible, él nunca iba a quedar en cinta- futuro embarazo “Pueden concentrarse en la familia de Morado, de que puede ser posible de que el director de Durmstrang haya asesinado a su pareja”
“Yo no soy mucho de creer en rumores, para serte sincero. Tal vez sea mentira” dijo Harry ya más calmado y menos rojo, pero sin dejar de ver su vientre por lo que volvió a tirarle una almohada en su estúpida cara “Ok, ok, no estoy viendo nada. Nosotros hemos sido acusados por muchos rumores y siempre han sido mentiras, pero ayer conversé con Sirius, Remus y Tonks, me dijeron que Karkarov fue un mortífago, fue liberado al delatar a otros mortífagos y que luego se fue a vivir lejos de Inglaterra”
“¿Un mortífago?” sabía que Severus y este hombre se conocían desde antes, pero no sabía que era porque los dos fueron mortífagos. Si Severus pudo cambiar de bando, tal vez Igor Karkarov también había podido cambiar de ideales, ¿no?
Todo se estaba volviendo cada vez más complicado, especialmente cuando se enteró de que Hagrid había aceptado tener una entrevista privada con Rita Skeeter “Esa mujer se lo va a comer entero” gruñó molesto porque se encontraba preocupado de que se escribiera un artículo periodístico que termine dañando la reputación de su amigo medio gigante o que lo boten de su trabajo que tanto amaba, esa mujer podría hacer eso con sus mentiras y más.
“Solo espero que los escregutos hayan sido obtenidos legalmente, porque esa horrible mujer parecía muy curiosa de sus orígenes” Hermione dijo preocupada.
“No importa lo que diga Hagrid, esa mujer lo hará ver mal, sus notas en El Profeta solo son basura” gruñó su amigo debido a la antigua nota periodística de aquella mujer en el que había hablado sobre los campeones y había decidido destruirlo a él diciendo que era un niño confundido, que había abandonado a su amorosa familia, que era poco agradecido con las personas que lo habían ayudado desde los inicios de su enfermedad y mucha mierda más.
“Vamos, chicos, Hagrid se ha metido en muchos problemas y el director todavía no lo ha despedido, lo que sea que escriba Skeeter no logrará que lo boten del colegio” tranquilizó Ron y no podía negar que tenía razón “Lo peor que podría hacer es deshacerse de aquellas criaturas, disculpa eso no sería lo peor, creo que sería una bendición, nuestro regalo navideño” se rieron ante sus tonterías. Tal vez todo estaba hecho un completo caos en su vida, pero pasar tiempo con sus amigos era un calmante a su atormentado día. Lo único que le faltaba para que toda su manda estuviera bien es que sus padres vuelvan a hablarse, eso era lo único que le molestaba, ya que Thuban afortunadamente estaba llevándose bien con sus compañeros de año hasta estaba haciendo amigos, siendo uno de ellos Hélio Parkinson.