Draco Malfoy y la sepia destituida

Harry Potter - J. K. Rowling
F/M
M/M
G
Draco Malfoy y la sepia destituida
Summary
La vida va mejorando poco a poco, su pequeña y rota familia va aumentando con personas y amor, así que tal vez ahora todo podría estar bien. O eso creyó hasta que empezó el cuarto año.¿Cómo es que se la ingenia para caerle mal a tantas personas? ¿Es un talento oculto suyo?No lo sabe, pero cada vez se siente más agotado y cansado... la vida siempre ha sido difícil, nunca ha podido tener un verdadero respiro y normalidad, tal vez no había sido creado para eso, especialmente cuando es obligado a participar en un torneo, además de que su director junto con un profesor parecen odiarlo sin alguna razón... ¡Oh! se olvidaba de la nueva sombra que se avecinaba por él.
All Chapters Forward

Enfermedad

“Entonces… ¿Conoces al director Karkarov?” Fue lo primero que dijo cuando abrió la puerta de la habitación de Severus, su padrino se encontraba ya preparado para salir a desayunar, por otro lado, Gilderoy estaba moviéndose como loco dentro del baño privado de su padrino… Esto le sorprendió porque no sabía que los dos estaban empezando a dormir en la misma cama, ¿esto era solo por esa noche? ¿O lo están haciendo desde hace un buen tiempo?… eso significaba que... No, no, no, no quería que su mente se fuera a lugares inapropiados para él, especialmente si involucra a sus padres… en ocasiones solo deseaba nunca haber tenido aquella conversación sobre las relaciones sexuales, siente que le quitaron una parte de su inocencia con aquella maldita charla.

“¿Karkarov? Desde hace más de una década que no hablo con él. ¿Por qué tanto interés?” dijo su padrino comenzando a apurar a Gilderoy que le gritaba que necesitaba unos cinco minutos más para estar listo “Eso dijiste hace cinco minutos” susurró a Severus recostándose en la pared cerca de la puerta.

Draco de su túnica sacó un expediente con la información del último miembro de su manada “Es el padre de Morado” Severus frunció el ceño mientras leía los documentos que le había entregado “¿No sabes si tuvo un hijo? ¿O quién es la madre?”

“Nunca he escuchado el nombre Anastas en mi vida, y para serte sincero no creo que Karkarov haya tenido un hijo, no es un hombre de familia” le entregó el expediente pensativo, seguro intentando imaginar al hombre como padre.

“¿Por qué?”

“No puedo imaginarme a ese idiota con una familia, siempre ha sido muy egoísta y despreocupado con los demás” eso le hizo inclinar la cabeza pensativo.

“No parece sufrir por la pérdida de un hijo, no se comporta como los padres de los demás” recordar aquel dolor punzante y eterno en los ojos de los señores Hudson, Costa y Yang le hacía preocupar si Morado era querido y esperado o como él Fue voluntaria.

“Intentaré conversar con él para extraer alguna información” eso de alguna forma lo tranquilizó “También quería preguntarte algo ¿Qué pasó con esa ropa que usaste ayer?” levantó una ceja molesta “No me agradó mucho como esos estudiantes sin vergüenza te miraron con tanto descaro” y recordar aquella ropa tan diminuta lo hizo sonrojar.

“Yo… fue lo que encontré para ponerme en la presentación, creí que era lo que debía vestir. Lo que se había aprobado para esa noche”

“Obviamente no lo era, Gilderoy nunca lo hubiera aprobado especialmente sabiendo como son los adolescentes, hasta él se sorprendió de verte así. ¿Quién cree que te hizo aquello?” solo podía pensar en dos personas capaces de molestarlo de aquella forma, después de todo de los estudiantes a quienes no le agradaban solo Lesath se metía con él, sin embargo, este había mantenido al margen de su persona aquel año. Entonces el único otro responsable podría ser:

“El profesor Moody” nadie más lo ha estado molestando que él en todo el año escolar “Creo que intentará hacer algo contra mí y el cáliz estará involucrado” sabía que era completamente mal levantar falsos, pero esa mirada le hizo sentir tan extraño, como si tuviera que preocuparse completamente de lo que le fuera a pasar muy pronto.

En ese momento Gilderoy salió del baño ya cambió y se peinó, Severus se lo quedó mirando por unos segundos “¿Crees que puedas mantener vigilado todo el día a Alastor? Hoy para mi desgracia tengo que reunirme con los estudiantes de quinto año para hablar sobre las carreras que desean seguir”

Gilderoy frunció el ceño para asentir “¿Qué es lo que debo vigilar de él?”

“Que no se acerque para nada al cáliz, menos con un pergamino. Hubiera sido bueno que nos dijeras eso ayer, Draco, tenemos horas en que él pudo hacer cualquier cosa. Solo vigila quedarlo a partir de este momento" le acarició suavemente los cabellos “Ahora vamos a que desayunes”

Solo esperaba que su preocupación fuera una mentira, no deseaba meterse en más problemas con la idiota de su director. ¿Este podía llegar a expulsarlo si cometía su tercera falta? Después de todo se encontró en la cuerda floja y nada fue su culpa.

Como era sábado se dirigió a la mesa de sus amigos Gryffindor quienes observaban cómo los alumnos de Durmstrang colocaban sus nombres en el cáliz y ante la llegada de Viktor Krum que se acercaba al cáliz con un pedazo de pergamino varios estudiantes, tanto de Hogwarts como de las demás escuelas invitadas empezaron a gritar en coro “¡Krum! ¡Krum! ¡Krum!” al que llamaban en gritos le lanzó una sonrisa confiada a cada uno de sus admiradores.

“¿Crees que me firme la frente?” comentó su amigo pelirrojo sin dejar de animar al búlgaro.

“¿La frente? ¿Por qué quieres que te firme la frente?” Hermione dijo sorprendida e incrédula ante la pregunta tan tonta lanzada.

“Es que no tengo nada más en donde pueda escribir…o tal vez pueda firmar mi camisa, la guardaré como una reliquia familiar” Ron no paraba de ver como Krum colocaba su nombre como si fuera el evento histórico más importante del presente siglo. Detrás del buscador, Petrova también depositaba su nombre, pero sin mucho bullicioso o alabanzas, su rostro reflejaba los celos y la envidia que sentía.

Harry por su parte se encontraba escribiendo en un pergamino, le parecía extraño que estuviera adelantando la tarea especialmente porque estamos hablando de Harry y no de Hermione. Miró sobre su hombro porque no se había percatado que se estaba acercando “¿Ese es mi nombre?” notó la letra temblorosa de su amigo quien parecía escribir su nombre efusivamente con: Draco Malfoy de… (y rayaba su nombre sin completar lo que iba a escribir), esto se repitió alrededor de 4 veces y cuando lo escuchó se detuvo cuando estaba colocando: Draco P… para tapar con su cuerpo aquel pergamino de forma exagerada.

“¡No, no lo es! ¡No es tu nombre, solo tarea!” guardó con rapidez el pergamino entre sus ropas para luego bajar su bolso que servía para guardarle asiento “¿Ahora me vas a contar por qué querías hablar con el director de Durmstrang?” y mientras los gemelos junto a Lee Jordan se acercaban para intentar engañar al cáliz porque supuestamente se habían envejecido hasta la edad mínima permitida, les dijo a sus amigos en susurros -porque no quería que nadie más se enterara, aunque estaban todos atentos a la nueva travesura que se estaba desarrollando- sobre cómo el director Karkarov era el padre de Morado. 

"¿Qué? ¿Estás seguro? dijo igual en susurros Hermione mientras el cáliz terminaba lanzando lejos y al suelo a esos tres graciosos “Fue demasiado fácil encontrar que me trae dudas”

Las risas explotaron en el comedor por el resultado de la travesura “¿Y le pudiste preguntar?” dijo Ron con una sonrisa en sus labios al ver como sus hermanos empezaban a envejecer rápidamente hasta que sus cabellos rojos dejaron de serlo porque fueron reemplazados por canas, además de que una barba igual de blanca crecía en sus quijadas y mejillas.

No iba a negar que fue gracioso, también se estaba riendo hasta que la voz del director retumbó por el comedor “Les advertí, ahora vayan con Madame Pomfrey para que les regrese a su edad, pero debo admitir que sus barbas son la mejor que él . visto de todos los estudiantes que trataron burlarse del cáliz, Fred y George” su voz se escuchaba jovial y divertida, estaba seguro de que si hubiera sido él la situación sería completamente diferente “Joven Malfoy debe ir a la biblioteca para cumplir con su castigo”

“Pero-” iba a decir que todavía no desayunaba, pero ante los ojos fruncidos del director decidió callar, levantarse e irse a cumplir con su castigo, lo que no quería era seguir metiéndose en problemas. Sus amigos también estaban preparándose para ir con él, pero no se les permitió.

“El castigo es en solitario, ustedes sigan desayunando” se fue antes de seguir escuchando cualquier cosa que salga de la boca de ese jodido hombre.

Estuvo toda la mañana y tarde de aquel día en la biblioteca, limpiando cada uno de los estantes sin poder usar su magia y hasta empezaba a dolerle los brazos de tanto fregar, como odiaba este castigo. Lo único interesante ya la vez le molestó fue cuando pasaba aquella auror ex-estudiante del profesor Moody. ¿Qué hacía ella ahí vigilándolo? Seguro el profesor la había mandado para que puedan culpar de cualquier tontería que se les pueda ocurrir. Así que intenté hacer todo correctamente hasta que perdió el equilibrio y se cayó de la escalera “Auch, maldita sea” gruñó enojado sobándose la zona baja de la espalda.

“Joven Malfoy, ¿qué pasó? ¿Se encuentra bien?” Madame Pince se acercó a él rápidamente su rostro mostró verdadera preocupación al verlo todavía en el suelo. Lo ayudó a levantarse con delicadeza para empezar a dirigirlo a la enfermería, aunque él le dijera que no era necesario “Le dije al director de que este era un castigo demasiado grande para un solo estudiante, no quiso escucharme. Volveré a hablar con él hoy mismo para que te cambie de castigo, es muy peligroso”

“Esperamos que lo oiga Madame Pince, creo que tiene algo contra mí” estaban a mitad de camino y empezaba a sentirse mareado.

“¿Qué es lo que pasó?” -preguntó al sujetarse en la pared.

“Nada” se impulsó para seguir caminando hacia la enfermería, podía observar por las ventanas que ya tenía que pasar la hora del almuerzo, entonces se había saltado dos comidas el día de hoy. Le sorprendía que eso le esté pasando factura cuando hace muchos años podía pasar días solo tomando agua… era como si su cuerpo se hubiera acostumbrado a los tres alimentos necesarios y olvidará que podía pasar tiempo sin comer sin tener ninguna complicación “Creo que tengo hambre” Tuvo que decirlo cuando su estómago gruñó, se sintió más avergonzado.

“No debes avergonzarte joven Malfoy, es normal que un adolescente se alimente con más comida a esa edad, su cuerpo se lo exige” intentó calmar la bibliotecaria “Poppy el joven Malfoy se terminó cayendo de las escaleras de la biblioteca, será mejor que se quede descansando aquí” dentro de la enfermería pudo observar que todavía había algunos estudiantes que tenían barba, pero esta ya no era canosa, sino del mismo color de sus cabellos. Seguro eran más estudiantes menores de 17 años que intentaron burlarse del cáliz, que tercos podían ser.

La conocida enfermera se acercó para empezar a revisarlo con su varita en alto, luego de una evaluación solo le dio una poción calmante, un gran plato de estofado y descanso para aquel día “¿Por qué me siento tan agotado? He estado limpiando los estantes por un mes y medio sin ningún problema” dijo bostezando y acomodándose en la cama de la enfermería luego de haber comido, hasta ese momento se dio cuenta la pesadez que cargaba su cuerpo.

“Podría decir que es la acumulación de la fatiga de todo ese tiempo y la caída terminó desencadenando todo el cansancio que estuvo guardado, pero por si acaso voy a hacer unos exámenes de sangre para saber si no tienes alguna enfermedad o virus que te esté agotando . Cómo sabes hay algunos virus que no pueden ser observados con magia” dijo sacando una inyección de unos cajones continua a su cama.

¿Sangre? ¿Inyección?

Al ver aquella aguja se tensó, todo su cuerpo se puso completamente rígido y su respiración empezó a volverse irregular. Desde hace años que no veía una inyección, creyó que en el mundo mágico nunca debería verlo, pero ahora solo podía recordar aquellos días en el laboratorio. Debía alejarla, debía alejar a Madame Pomfrey de él… no, no era Madame Pomfrey más para sus ojos, su imagen se iba distorsionando hasta que cambió a un enfermero o doctor del laboratorio, su voz se quedó estancada cuando la imagen inconfundible del doctor Novak se fue acercando a él.

“Es un avance en la ciencia 5RU06, debes estar agradecido de ser partícipe de este experimento que revolucionará el mundo” su voz salía con tanto orgullo y locura como si en verdad todo su dolor y sufrimiento fuera recompensado al final del camino.

Lo odiaba, lo odiaba completamente.

Todas las veces que le sacaron sangre hasta que se sintió mareado por la pérdida de ella. Las veces que le inyectaban ese líquido espeso para poder determinar una transformación eficaz, esa inyección termina desmayándose por el dolor intenso que recorría su cuerpo. Aquellos días de sufrimiento cuando empezaron a transformarse en su lobo.

Todo regresó a su cabeza, era como si estuviera de nuevo encerrado en aquel lugar. Como si de nuevo fuera un pequeño niño de cuatro años que lloraba y suplicaba que todo parara, sin que le hicieran caso. Como si estuviera en aquella habitación blanca con el aroma a sangre y antisépticos inundando su olfato; con los doctores y enfermeras que lo sujetaban con tanta fuerza que lograron lastimarle las extremidades para que se quedara quieto y se dejara inyectar; solo podía escuchar la risa burlona del doctor Novak, sus propios gritos de auxilio pidiendo que lo salvaran, los gritos de sus amigos.

Dolía, dolía, pero no podía dejar que volvieran a lastimarlo. Ya no iba a permitirlo, no iba a dejar que el doctor Novak le hiciera tanto daño, nunca más, nunca más.

 

::Madame Poppy Pomfrey::

Se sintió como una completa estúpida.

¿Cómo se le ocurrió sacar una inyección cuando el estudiante Malfoy le había comentado sus temores hace menos de un año?

La estupidez humana después de todo siempre ha sido infinita y ella con esta maldita acción lo acababa de comprobar al mandar a un niño a un evento traumático que todavía no ha podido superar, que sería muy difícil superar.

“Entonces quieres que le de unas cuantas sesiones de terapia al joven Malfoy, ¿verdad?” fue lo que dijo con una ceja levantada ante la petición de Severus, nunca ese hombre ni siquiera cuando era un niño le había pedido ayuda y ahora estaba aquí rogando que pueda tratar al pequeño Slytherin, a su pequeño niño Slytherin “Solo he estudiado un poco sobre terapia mental, no es mi especialización” y si por su poco conocimiento termina dañando más mentalmente al pequeño rubio se sentiría culpable, no quería agravar más su estado “Puedo contactar con un amigo para que lo trate, él está más capacitado que yo”

“Pero Draco se sentirá más cómodo contigo, eres alguien con quien ha tratado y tiene familiaridad. Se sentirá demasiado nervioso o callado con alguien completamente desconocido, si solo para hablarme sobre lo que le pasó tarde casi dos años, no quiero pensar en cuánto tardaría con alguien nuevo y que sabe está ahí para desmenuzar su mente. Lo que sufrió fue duro y agradecería que alguien en que confío plenamente lo trate” aunque no lo demostrara, podía percibir la desesperación en el tono de voz de Severus, se notaba que quería mucho a ese pequeño niño… bueno, ¿quién no lo querría? ? ? Después de todo Draco Malfoy era tan adorable y un poco atrevido, una combinación perfecta para los problemas.

Tal vez podría ayudarlo, solo debería leer de nuevos sus apuntes y mantener contacto con su amigo que se había especializado en salud mental para ayudar al joven Malfoy “Bien, pero comenzaremos cuando estemos en el colegio porque necesito empaparme bien del tema para brindar mi ayuda”. ”. , por mientras que vaya escribiendo en un diario cada uno de sus pensamientos es una forma de liberarse” Severus le agradeció, tal vez tener un hijo a su cuidado se estaba volviendo más blando a ese gruñón y oscuro profesor. ¿Quién lo iba a imaginar?

Estuvo lo que quedaba de las vacaciones teniendo un curso rápido sobre salud mental así que estuvo lista cuando las clases comenzaron y tuvo su primera sesión de terapia “¿Qué es lo que debo hacer?” comentó el pequeño niño recostándose en un pequeño sillón que tuvo que transfigurar para mayor comodidad.

“Lo que tú quieras, esto es para ti. Si quieres puedes quedarte en silencio o hablarme lo que tu deseas, nadie te estará presionando a nada” esperaba cualquier movimiento que fuera a darle el rubio, de ahí podría comenzar todo.

Draco por su parte se notaba pensativo, mirando sus manos intentando saber qué decir. Tomó un poco de aire “Me gusta pasar mi tiempo con Severus y Gilderoy. ¡Oh! En las vacaciones fuimos de viaje a diferentes países, acampamos y vimos muchos paisajes diferentes. Me divertí mucho” en las cuatro primeras sesiones solo habló sobre lo que le sucedió en sus primeras semanas de clase y de las personas que amaba, sin embargo, cada vez que mencionaba un recuerdo feliz había un poco de dolor reflejado en aquellos ojos plateados. Sabía que debía intentar empezar a desenredar ese problema, lastimosamente era más fácil decirlo que hacerlo porque podía retroceder o gritarle o estar desconsolado o solo hablar, a veces todas combinadas en diferentes momentos contiguos. 

En su quinta sesión tomó valor y le preguntó “Todo lo que me cuentas fue desde que entraste a Hogwarts, antes de ingresar al colegio ¿qué recuerdos divertidos tienes?”

Supo que tocó un nervio por la tensión en los hombros del niño, esa sesión se quedó en completo silencio. Draco solo se quedó dibujando un dragón que lo llevaba en su lomo a él, a Potter, Granger, Weasley, Severus y Gilderoy hacia las nubes. En aquellas nubes podía presenciar cuatro ¿personas? la forma del cuerpo era extraña, además de que sus facciones eran borrosas. Esto se repitió en alrededor de otros tres dibujos más.

Se quedó repasando una y otra vez aquellas imágenes, al día siguiente se acercó a Severus “Tuvo varias pérdidas, ¿no?” el profesor de pociones solo pudo asentir “Y no lo ha superado”

“¿Te ha contado?”

“No, pero ha estado dibujando. Sus dibujos muestran a cuatro personas a lo lejos que él intenta alcanzar, a veces solo, a veces acompañado” Draco era como un niño, mayormente los niños menores de 8 años intentan transmitir sus sentimientos de dolor y tristeza mediante dibujos, los de 13 años. . hablan o refunfuñan o guardan silencio exasperados.

En la sexta sesión Draco parecía culpable “Lo siento, perdí toda una sesión en silencio, no tuve que hacer perder su tiempo cuando usted solo está aquí ayudándome”

“No me hiciste perder mi tiempo, Draco. Ya te dije esto es para ti, hablemos o no hablemos, pero tú eres el que dirige la sesión de terapia” posó suavemente su mano en aquellos rubios cabellos.

“Antes de ingresar al colegio no he tenido muchos recuerdos alegres” susurró, esto detuvo su caricia, ¿por fin se estaba abriendo con ella? “He pasado años encerrado en… en un hospital” supo que estaba cambiando la historia, pero una parte de ella creía que tendría levemente la esencia de lo que le había pasado, era obvio que sería difícil que le cuente todo “Usted ya sabe, he sido un niño enfermizo” eso era una mentira, su historial médico y sus revisiones le hacían saber que era el niño más sano que haya pasado por Hogwarts “Los Malfoy me mandaron a un hospital para que me curaran, los sanadores y enfermeras fueron malos conmigo… creo que les dicen negligentes” se recostó más en el sillón el pequeño Draco “Me inyectaban todos los días, a mí ya otros amigos que tenían… la misma enfermedad” empezó a temblar y aunque sabía que estaba rompiendo el distanciamiento entre paciente y El médico pasó un brazo sobre él porque después de todo, Draco no solo era un paciente, él era un estudiante de Hogwarts y ella amaba como si fueran sus hijos a cada uno de ellos.

“Todo está bien ahora. Nadie pondrá una mano encima tuya de nuevo, estoy segura de que muchas personas lo evitarían con todo su corazón” susurraba y tarareaba una canción de cuna para calmar esos nervios y temblores.

Durante todo el tiempo que estuvo en sus brazos, Draco le siguió contando su pasado “Dolían, no me gustan las inyecciones. La... La enfermedad terminó matando a mis amigos, terminó con ellos y solo quedó yo. A veces creo que no es justo, ¿Por qué yo tuve que sobrevivir? ¿Por qué? Si ellos eran mejores que yo, ellos merecían vivir más que yo. Ellos lo merecían y me odio por eso, pero al mismo tiempo sé quedó estar agradecido porque si hubiera muerto nunca hubiera conocido a mi actual familia y me siento en conflicto”

“La pérdida es un sentimiento que no se puede superar con facilidad, ¿sabes? Somos personas con fuertes emociones, hemos amado y hemos perdido” seguido con sus caricias en su cabello “Te mentiría si te dijera que aquel dolor desaparecerá, pero se irá apaciguando con el tiempo, hay que aferrarnos en aquellos felices recuerdos que ellos fueron partícipes” ella sabía muy bien de qué hablaba, ella también había perdido a gente que amaba durante aquellos años que El-que-no-debe-ser-nombrado estuvo en el mundo mágico, la guerra trajo muchos heridos de gravedad y varios de ellos fueron atendidos. . por su propia mano, una gran parte de ellos fallecieron sin que ella pudiera hacer nada. La impotencia de no poder salvarlos era lo que la arrastraba en dolor, pero intentaba superarlo ayudando a estos niños que curaba y cuidaba en la enfermería, verlos corretear y reír luego de recuperarse de sus heridas o superar una enfermedad le hacía recordar que el mundo seguía y uno también debía hacerlo.

Cada uno decidió por quién seguir.

Para ella su motivo eran los estudiantes de Hogwarts, tanto los que ya se graduaron como los que acababan de comenzar su vida escolar.

“¿Recuerdos felices? Tengo miedo de olvidarlos, que los malos opaquen los buenos y solo los recuerda sufriendo o lastimados.”

“La mente puede ser frágil con el tiempo, por ello necesitamos un método para refrescar la memoria, mayormente usamos fotografías u objetos” el niño susurró 'y si no tengo ninguno de eso' su voz estaba entrecortada “Entonces, escribe, escribe cada recuerdo feliz que tengas con ellos y cuando sientas que los recuerdos dolorosos van ganando espacio en ti, léelos y refresca tu memoria de aquellos momentos felices”

Levemente Draco se soltó de su abrazo “Me gustaría escribir ahora” dijo sacando de su túnica un diario mágico, supo que era un regalo dado por Severus y Gilderoy. Se encontraba feliz de que encontraran una familia en ellos, debido a que esos tres niños -para ella todos los estudiantes que ella trató sería siempre unos niños, sus niños- tenían unos ojos llenos de dolor, ahora podía ver cómo se iban curando poco a poco.

La vida podía traerte una alegría inesperada.

“¡Afuera todos!” le gritó a los estudiantes que estaba siendo tratado por todo ese vello canoso que les había crecido por intentar burlarse del cáliz “¡Ahora!” tuvo que levantar más la voz porque se había quedado observando asombrados la magia de Draco que lo estaba protegiendo de sus malos recuerdos, cada una de las camillas y muebles de la enfermería empezaban a ser lanzados ellos, hacia cualquier otra persona hacia cualquier otra persona que No fuera Draco. , intentando mantener a cualquiera alejado de él, sin distinguir si era o no una amenaza “¡Vayan por el profesor Snape o Lockhart!” tal vez ellos sean capaces de poder calmar al niño que se encontraba enrolado en la camilla con leves temblores por su cuerpo. Estaba llorando, creía que estaba en ese hospital de nuevo “¡Draco, por favor!” Trató de acercarse cuando los estudiantes salieron, sin embargo, una silla fue lanzada a su cara, sino fuera porque nosotros el protego hubiera sido lastimada “Lo lamento” dijo mientras la magia del rubio la arrastró con fuerza hacia la salida de la enfermería, haciéndola golpear. con la pared del pasillo. Sintió que el aire de forma agresiva salía de sus pulmones, además de un dolor profundo en su espalda.

Las puertas se cerraron de forma bruta, haciendo resonar las bisagras por todo el lugar, como una advertencia de que nadie debería dignarse a ingresar o lo lamentaría. 

Todo esto era su maldita culpa.

Tonta, tonta, tonta.

Unos pasos rápidos hacia ella la distrajo de sus lamentos internos, por un segundo creyó que podían ser los padres de Draco, pero lamentablemente era el director y no es que no le agrade sus compañeros, solamente que había percibido como Albus trataba al adolescente, no Entendía por qué era tan duro e insensible con él, era ilógico y absurdo porque Draco era adorable y amable. El director nunca se había comportado así antes con algún estudiante, siempre ha sido ese director amable y despreocupado con las travesuras de los estudiantes, pero con Draco Malfoy esto no era así. Era muy diferente, fuera de su personaje.

Además, le preocupaba lo que podría hacerle ahora con esta magia accidental.

“¿Qué está pasando? Hay una explosión de magia adentro, ¿un alumno ha sido herido?”

¿Debía responderle? “Si, un alumno tuvo un desencadenante de un mal recuerdo y…”

“El evento similar ha logrado que su magia lo proteja, la mente humana es un gran misterio y fuerza, ¿no?” el director levantó la varita para poder contrarrestar la magia, tal vez neutralizar porque algo que todos sabían era que, si la magia accidental perdurar por un largo período de tiempo terminaría drenando al mago o bruja, provocando que caiga en un sueño por días, en casos más extremos podía durar años “Voy a entrar”

“¡Espera Albus…!” Intentó detenerlo porque no deseaba que él, especialmente él se involucrara con Draco, sería mejor que Severus entrara y calmara a su hijo, ahora el niño necesitaba estar al lado de sus padres, no de un hombre que lo había castigado por esos meses sin motivos. . “El estudiante no necesita la magia pura, un ataque, sino necesita calma, alguien que le transmita protección y tranquilidad”

“Entonces yo puedo ayudar, a todos los alumnos le transmito protección y tranquilidad” lo tomó del brazo para que dejara de dar pasos hacia el portón donde escuchaba golpes secos y la volatilidad de la magia “Sabes que hasta que llamemos a sus padres su magia terminará siendo drenada, perderá la conciencia”

“Ya vienen, están justo atrás de usted” por el hombro del director pudo observar cómo corrían hacia ellos tanto Severus como Gilderoy muy preocupados “Pasen, él los necesita… yo activó por un error un mal recuerdo.”

Los dos profesores sin mirar al director ingresaron a la habitación.

“Entonces es el joven Malfoy, ¿eh?” susurró Albus Dumbledore cuando la puerta fue cerrada en su cara “¿De qué mal recuerdo hablabas Poppy?”

Nada ni nadie le obligaría a revelar lo que Draco Malfoy le dijo en sus sesiones de terapia, solo podría hablar de ello con los padres o tutores legales al ser este menor de edad, pero no con su director de escuela.

Ella tenía principios después de todo.

 

::Draco Malfoy::

No podía respirar correctamente, el aire no podía pasar por sus vías respiratorias. El aire estaba desapareciendo de su entorno… además de que sentía como donde se encontraba empezaba a estrecharse, el espacio se iba poniendo cada vez más apretado. Odiaba se sentía así, pero no podía evitarlo, su mente lo había teletransportado a aquel lugar de terror.

Se sintió atrapado en aquellos horribles recuerdos. Las lágrimas salían de sus mejillas, pero no podía gritar, aunque quisiera. Eso sería un caso perdido después de todo, nunca nadie iba a reconfortarlo ante sus pedidos de ayuda. No había alguien que lo quisiera tanto como para salvarlo, después de todo cada vez que gritaba para que su papá o mamá fuera a recogerlo, solo recibía un silencio y ningún abrazo amoroso.

No tenía padres. Ya no tenía una familia. Solo, siempre solo.

El mundo siempre lo terminaba lastimando.

Solo podía escuchar los susurros de los doctores que le inyectaban o sacaban muestras de sangre sin ningún miramiento o pena por sus espasmos de dolor; solo podía oler el aroma de la sangre que inundaba su olfato potentemente y le terminaba dando náuseas, podía sentir las manos de doctores y enfermeros sobre su cuerpo para evitar que él escapara -aunque nunca lo hizo, no era tan fuerte o valiente-, sus ojos se encontraban cerrados, pero su maldito cerebro lo llevaba a aquel laboratorio, a su jaula, a la habitación blanca; en su boca podía sentir la bilis que quería expulsar por el miedo que sentía en todo su cuerpo, el sabor agrio y asqueroso, pero que no se permitía sacar porque no les daría aquella satisfacción a esos idiotas.

Odiaba la vida, odiaba al mundo, se odiaba a sí mismo.

El aire se iba acabando, estaba muriendo… prefería eso que seguir encerrado en aquella pesadilla, nunca creyó que volvería ahí.

“5RU06, 5RU06, 5RU06” se repetía una y otra vez son descanso, intentó tapar sus oídos para no escuchar más “Draco, Draco” ese tono de voz llena de preocupación, esa voz tan conocida para él.

“Draco, estamos aquí” ¿si era un sueño? No quiere estar decepcionado cuando abra los ojos, al final de cuentas cada vez que rogaba porque su padre lo salvara, nunca era escuchado. ¿Por qué esta vez sería diferente?

“Draco, por favor, hijo” hijo solo contadas personas le habían dicho así, después de todo no estaba solo, ¿verdad? Ahora tenía unos padres, unos verdaderos pares que lo amaban, tenía un hermano que lo cuidaba, tenía amigos con quienes se divertía. Esta era una nueva vida.

No estaba solo.

Lentamente abrió los ojos y alrededor suyo estaban flotando diversos objetos, creando un muro y protegiéndolo del exterior, intentando mover o quemando esos objetos se iban haciendo pasar Severus y Gilderoy, los dos con una mirada llena de preocupación ante él. Estaban sus padres ahí, para salvarlo del horrible doctor, de sus horribles recuerdos.

De forma estrepitosa los objetos cayeron al suelo y saltó para abrazarlos, necesitaba sus abrazos, necesitaba su olor, necesitaba sentirse que estaba a salvo.

Necesitaba a su familia, su manada.

No sabe cuánto tiempo estuvo envuelto entre ellos dos que le susurraban palabras de cariño. Todo era borroso.

Madame Pomfrey ingresó sola a la enfermería a los veinte minutos, en ese momento sus sentimientos estaban entumecidos, no podía sentir nada más que tranquilidad a su alrededor. Escuchaba que hablaban, pero su mente no podía entender lo que estaban diciendo, era como si su cuerpo estuviera tan cansado para intentar comprender algo.

Sintió un leve piquete en el brazo a los minutos, no pudo evitar el tensarse y gruñir a quien le hizo eso porque el miedo volvió a resurgir en su sistema, pero unas suaves palabras a sus oídos y un abrazo reconfortante le hicieron gimotear y enterrar su rostro en el pecho de uno de sus papás, tal vez era Severus o podía ser Gilderoy, era un poco confuso porque sus aromas estaban empezando a mezclarse.

No sabe cuándo se quedó dormido, ni tiempo cuánto duro.

Cuando se despertó pudo apreciar la oscuridad de la noche en la ventana que estaba a su lado ¿Ya era de noche, tan rápido? ¿Ya era hora de la cena? Se sentía demasiado cansado para poder levantarse e ir al Gran Comedor, prefería quedarse dormido hasta que acabara el año escolar.

Se estaba disponiendo a volver a dormir cuando los susurros de sus padres con Madame Pomfrey lo frenaron, no podía verlos por el dosel que lo cubría “No he encontrado nada extraño en los exámenes, todos los cultivos salieron negativos de algún virus o germen. Sin embargo, antes de la comparación por uso excesivo de magia, él ya se sentía mal. Tal vez solo necesito descansar”

“¿Has hecho pruebas para enve…?” lo que sea que iba decir Severus fue silenciado por el abrir del portón de la enfermería con brusquedad “¿Albus? ¿Qué haces aquí? Deberías estar presentando a los campeo…” se guardó silencio, estaba nerviosa “¿Qué es esto?”

“Es lo que quiero averiguar. ¡Joven Malfoy! escuchó sus pasos acercándose a él, además de cómo tanto Gilderoy, Severus y Madame Pomfrey intentaron que dejara de avanzar.

“Está inconsciente, no puedes despertarlo, iría contra la recomendación de su enfermera que déjame informarte soy yo”

“Albus, Draco está delicado de salud, no puedes interrumpir su descanso así por así, él lo necesita”

“No puede hacer eso director, somos sus padres y no queremos que le perturben su descanso, podría ser perjudicial para su salud”

Él sabía que nada iba a detener al director, podría frenar levemente sus pasos, pero no detenerlo completamente.

Se sentía cansado, ahogado en que siempre lo castigaran. No sabía ahora para que lo buscaban con tanto enojo, él no había hecho nada. Nunca hizo nada para merecer los castigos de este año, un castigo que le empezaba a pasar factura por todo su cuerpo. Ya no quería ser más castigado, solo quería descansar. ¿Por qué lo odiaba tanto su director?

“¡Joven Malfoy!” Escuché de nuevo que gritaban y no pudo más, no podía quedarse más ahí. Salió rápidamente de la cama y de la ventana que estaba al lado de él la abierta y salió lo más rápido de aquel loco lugar. Corrió lejos de Dumbledore, no quería escucharlo más.

Todo se sentía tan caliente, su mente estaba nublada, pero solo quería alejarse del aroma enojado del director. No le gustaba, no le agradaba ese hombre. Y creía que el sentimiento era mutuo.

Siguió corriendo hasta entrar al bosque prohibido, cuando sintió que no lo iban a perseguir empezó a caminar. Su alrededor estaba dando vueltas, se sentía mareado, con un calor extremo en su cuerpo y un retorcijón en la base de su abdomen. No entendía lo que le estaba pasando, no quería seguir sintiéndose así, quería que todo se detuviera.

“¡¿Cómo pudo pasar eso?!” una voz a lo lejos escuchada, no sabía que hubiera más personas dentro del bosque prohibido. ¿Tal vez eran auroras? Intentó oler sus aromas, pero no tuvo éxito. Sus sentidos estaban estropeados.

“No lo sé, fue una confusión” una voz extraña respondió sin sonar culpable.

“¿Una confusión? ¿Crees que eso fue una confusión? Lo hiciste apropósito”

“No voy a negar que quería hacerlo, pero al final seguí el…”

“¡¿Y por qué tuvimos este resultado?!”

“Tal vez me confundí, estaba apurado con el hechizo y la vigilancia en mí, tuve que hacer todo rápido, estuve presionado todo el jodido día”

“Dije que lo hizo hace siglos, nunca me haces caso y este fue el resultado”

“No te preocupes que te arrugas, dijiste también que tenemos tiempo de sobra y esto será divertido, algo se me ocurrirá después de cumplir”

“Eres un imbécil, será mejor que lo arregles o se lo diré”

Todo se quedó en silencio, no entendía completamente lo que se dijo hasta sintió que muy pronto lo olvidaría porque su mente era difusa. Dio un paso alejado porque no necesitaba escuchar a nadie, solo quería silencio, mucho silencio.

Pisó una rama o… no sabía que había pisado, pero fue lo suficiente ruidoso para que unos pasos se acercaran rápidamente.

De forma imprevista frente a él apareció una ser que le cubría la única luz que se reflejaba en la luna, era extraño, nunca había visto a alguien así, ¿su cabeza tenía unas orejas alargadas y puntiagudas en su lóbulo? Su piel era de distintos colores muy llamativos, y en la base de la cara tenía ¿barba? Seguro estaba alucinando, si debía ser eso.

Volvió a darle vuelta al mundo y terminó tropezando con sus propios pies, cayendo de trasero.

Ese ser extraño dio un paso más cerca de él de forma amenazante “¡Draco!” una voz gritó detrás de él, logrando que la forma se fuera lejos de su persona, huyendo a lo más profundo del bosque “¡Draco!” Parecía que nunca había estado acompañado, ¿todo lo había alucinado? No le sorprendía con su mente tan nublada.

Sintió unos brazos rodeando su cuerpo y un pecho presionando su espalda con calidez. Ese aroma era tan conocido, podía percibirlo completamente sin necesidad de que sus sentidos estén al cien por ciento “Harry” susurró enterrándose su nariz en el cuello de su amigo. El aroma de Harry era único y potente, siempre le ha gustado su aroma “Harry” volvió a decir recostándose en el pecho de su amigo.

“Estás caliente, Draco” salió un gimoteo de su garganta ante el toque de su frente. Quería que lo siguiera tocando “Tienes fiebre, debemos llevarte a la enfermería” susurró sobre su cabeza con mucha preocupación.

“No, no quiero” abrazó a su amigo, no quería ser movido a ningún lugar debido a que se encontraba cómodo en el regazo y recostado en el cuerpo de Harry. Era un lugar seguro para él, además de que los calambres de su vientre habían cesado cuando olió su aroma y sintió su calor.

Obviamente Harry no le iba a complacer en esto “No es que no quieras, Draco, en esto no tienes voz ni voto, necesitas ir a la enfermería con urgencia porque puedes estar grave. La fiebre sin tratar puede ser peligrosa para cualquiera y no deseo que te pase algo malo. No a tí” Draco no pudo evitar soltar un bostezo, estaba demasiado agotado. Lo último que recuerda antes de caer a la inconsciencia fue como Harry con esfuerzo lo iba cargando.

Le dio un poco de gracia mientras todo se volvía negro.

Cree que no durmió por mucho tiempo porque cuando volvió a abrir los ojos se encontró de nuevo en la enfermería y la luna seguía en el oscuro azul del cielo. ¿Tan poco había dormido, cuánto fue un par de horas? Además, sintió su cuerpo revitalizado, como si todo ese cansancio anterior ya a pesar de haber desaparecido por arte de magia… bueno tal vez si fue magia o las pociones de Madame Pomfrey.

Se sentó y un pequeño paño húmedo de su frente cayó a su regazo, al siguiente segundo su estómago gruñó fuertemente haciendo avergonzar “Draco” una voz en susurro se escuchó a un lado de él, sentado en unas sillas continuas de su cama estaban Severus y Gilderoy parpadeando lentamente, había ojeras moradas muy grandes debajo de sus ojos, se veían completamente agotados “Nos alegra que te hayas despertado” dijo Severus levantándose para sentarse a su lado en la cama. Gilderoy por su parte le dio un suave beso en la frente para acercarle una cena muy deliciosa.

Rápidamente se puso a comer, tenía demasiada hambre. Al estar a la mitad de su comida decidió preguntar “¿Qué pasó? Nunca me he sentido así antes” fue tan extraño hasta le dio un poco de miedo que vuelva a repetirse.

“No lo sabemos, Poppy no pudo descubrir porque te enfermaste de esa forma. Tu temperatura estuvo muy cerca de la fiebre, delirabas, te retorcías y gruñías si alguien se acercaba” frunció levemente el entrecejo, ¿gruñir? “Te íbamos a llevar a San Mungo, pero tu magia se volvió loca si intentábamos moverte de la cama, fue imposible trasladarte sin que recibieras algún daño.”

Todo eso no pudo pasar en una sola noche, ¿verdad? “¿Cuánto tiempo estuve fuera de combate?” dijo volviendo a darle un bocado a su cena.

“Tres días”

“¿¡Tres días!?” gritó en shock y casi atragantándose con el pescado “¿Y no encontraron nada malo en mí? Me parece ridículo” estar enfermo por tres días sin que pueda encontrar el origen de su enfermedad le era una tontería, pero no creía que Madame Pomfrey se hubiera confundido en sus exámenes, ella era muy competente en su área.

“Poppy hizo todos los exámenes que se le puede hacer un mago para descubrir enfermedades, virus o bacterias, hasta lo repitió dos veces cuando todo salió negativo” comentó Gilderoy completamente impotente por no saber qué le pasó a su hijo “Sin embargo, volvió a salir por segunda vez negativo. No sabes la confusión en su rostro, estaba pensando una y otra vez si se había salteado algo. No pudo dar un diagnóstico”

¿Todas las enfermedades relacionadas a magos? ¿Y no encontraron nada? ¿Por qué no encontraron nada? Salvo que no sea una enfermedad que le da a los magos o brujas. No, no, no, era una locura lo que estaba pensando, ¿por qué tendría una enfermedad que no les daba a los seres humanos? Tal vez porque eres 50% licántropo.

“Y… ¿y si no en una enfermedad de un mago?” susurró con una voz titubeante, no le gustaba recordar que no era cien por ciento humano, sino que era un porcentaje de criatura mágica “¿Y si es algo que les sucede solo a los hombres lobos?”

“¿Una enfermedad que solo sufren los hombres lobos? Ser un licántropo podía considerar una enfermedad en sí” dijo Severus pasándole un vaso de agua de manzana “Sería ridículo que arrastre otras enfermedades secundarias”

Gilderoy por su lado estaba muy pensativo, intentando recordar un dato importante. Lentamente comenzó a explicar “Hace un tiempo leí… la licantropía es una enfermedad en nuestra actualidad, pero en los inicios de la magia había cambiado formas, magos que pudieron transformarse a voluntad en hombres lobos, no en animagos como conocemos, sino en un verdadero hombre lobo. Ellos vivían en manadas y su transformación no era una enfermedad, sino una voluntad de la diosa Hécate que les regaló a unos afortunados para hacerlos una raza fuerte de magos, sin embargo, ellos se corrompieron con el poder y ella tuvo que castigarlos, de a A partir de ese momento pasó a ser esta enfermedad tan conocida, que los transforma solo en las lunas llenas, pierden la razón y atacan a cualquier mago, bruja o muggle presente. Es un castigo divino. Pero solo es una leyenda, no encontré mucho más sobre aquel antiguo relato.”

“¿Y cuándo leíste eso? ¿En dónde?” preguntó sorprendido y vacilante Severus, mientras por su parte las palabras de Gilderoy estaban dando forma en su mente, intentando entenderlas correctamente sin marearse.

“Cuando estábamos buscando formas para darle un cuerpo humano a Thuban, me puse a leer todo lo que podía sobre hombres lobos, al final aquella información la descarté por ser fantasiosa, pero…”

“¿Si no es tan fantástico como crees?” Severus terminó lo que iba a decir el otro “Tal vez una enfermedad antigua que se ha mantenido inactiva por generaciones se activó con Draco y esa es la causa de sus días de completo aturdimiento” ¿enfermedad antigua? ¿Podría tener una enfermedad de siglos atrás? ¿Habrá al menos una cura para ello? “Solo nos queda seguir investigando” iba a ofrecer su ayuda en aquel trabajo, pero fue interrumpido “Por tu parte, deberás prepararte para el Torneo de los Tres… no, de los Cuatro Magos” parecía resignado al decirlo, como si hubiera intentado evitar que sucediera sin ningún éxito.

"¿¡Qué!?" al parecer aquella primera noche que estuvo enfermo su nombre había salido del cáliz de fuego, ¿lo pueden creer? ¡Su nombre! ¿Quién puso su jodido nombre en el cáliz? Porque está muy seguro de que no fue él mismo “¿No puedo desligarme del torneo? Tal vez rehusarme por ser menor de edad o porque yo no puse mi nombre”

“Hemos estado hablando con Ludo y el señor Crouch, pero nos dicen que al salir tu nombre del cáliz se crea un contrato mágico vinculante entre el campeón elegido y el torneo, si decide ir en contra de este contrato entonces el cáliz absorbería tu magia como indemnización por tu falta, por no cumplir tu obligación” habla impotentemente Gilderoy “Parece que no importa si una de las partes es menor de edad, eso no invalida el contrato”

“Eso es una completa estupidez, no entiendo como al ser uno menor de edad no se puede invalidar ese maldito contrato, tú necesitabas un representante legal para poder ser partícipe, pero obviamente eso no le importó a nadie” se quejó Severus “No me sorprende la incompetencia de aquel departamento, especialmente de Ludo Bagman que no previó que alguien pudiera inventar un nuevo colegio para que seas el único sorteado en él” el nombre del Jefe del Departamento de Deporte sonó con tanto veneno que se preguntó si había pasado algo entre su padrino y aquel apostador hombre.

Pero para que ese enojo no cayera en él, mejor decidió preguntar: “¿Nuevo colegio?”

“Es una teoría que estamos tomando para que hayas sido seleccionado. Tu nombre salió sin un colegio así que creemos que el cáliz interpretó que estaban participando cuatro colegios en vez de tres y al ser el único registrado en ese fantasmal colegio tu nombre salió de forma inmediata” Gilderoy le resolvió las dudas.

“¿No saben quién puso mi nombre?” los dos adultos parecieron en conflicto “¡Si lo saben! ¿Quién fue?” Estaba nervioso por el responsable de este horrible suceso, ¿Quién lo odiaba tanto para poner su nombre? ¿Fue Lesath, el profesor Moody u otro estudiante que lo odiaba en silencio y ahora estaba dando sus primeros pasos de odio? “El silencio solo provoca más preocupación en mí, ¿eh?”

Severus soltó un suspiro “Potter”

¿Qué? ¿Había escuchado mal? “Eso es un error” susurró en shock “Harry no pudo hacer eso”.

Severus soltó un suspiro y le pasó un pergamino roto donde estaba su nombre con una caligrafía tan conocida para él, le había visto escribirlo a su amigo aquella mañana que se iba a nombrar al campeón, antes de que se fuera a cumplir su castigo… era completa y ciertamente la letra de Harry, no había duda de ello debido a que podía reconocerla en cualquier lugar esa curva notoria que hacía en las 'D' y su 'f' tan rara por lo aprendido en el colegio muggle. ¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? No había ningún motivo del porque lo haría, Harry nunca haría algo que lo dañara, eran amigos, eran parte de una manada.

Pero porque sintió la traición recorriendo cada centímetro de su cuerpo.

Apretó con fuerza aquel pergamino, tal vez con las nuevas arrugas cambiaría la caligrafía en su nombre y ya no sería la letra de su querido amigo. Volvió a abrir el pergamino esperanzado, pero la letra continuaba siendo la misma. La cerró y abrió de nuevo una y otra vez, creyendo que tal vez saldría la letra elegante de Lesath o la letra desgarbada de Moody o una letra completamente diferente, no tuvo éxito.

Nada. Todo se mantuvo igual.

Las lágrimas empezaron a caer encima de las palabras escritas.

“Alguien debe haberlo culpado, ¿verdad? ¿Qué dijo él? esa debía ser la respuesta o sino su corazón se rompería en mil pedazos.

“El directo no ha querido hablar con él, toda la culpa cayo en ti y como nosotros no estábamos presentes para defenderte, se determinará que no importaba cómo llegó tu nombre al cáliz, sino que si o si debías de participar de forma independiente” Gilderoy le secó suavemente las lágrimas “Y tampoco creo que haya sido Harry, ese niño nunca haría nada que te hiciera daño. Solo es una hipótesis porque todos conocemos su letra”.

Severus, aunque fue una sorpresa, también salió en defensa del adolescente de ojos verdes “Tal vez como dices alguien lo está inculpando… practicaron su caligrafía para hacerlo igual y…”

“No, es su letra. Lo vi escribir mi nombre varias veces aquella mañana”

“¿Por qué escribiría tu nombre varias veces? Ese mocoso insensato” comentó con desagrado su padrino.

“Debes descansar, ya mañana podrás interrogar hasta la muerte a Harry por ahora toma fuerzas suficientes para zarandear” su otro padre lo ayudó a recostarse y arrulló para que se vuelva a dormir, fue difícil porque estaba intentando saber qué pudo pasar, porque no creía que su amigo le hubiera hecho esto… Harry no era un traidor, no era ese tipo de persona asquerosa.

Sus padres no dejaron su lado en toda la noche, de vez en cuando colocaban aquel trapo húmedo en su frente… seguro todavía tenía un poco de calentura, pero ahora solo podía pensar en descubrir el verdadero responsable de que él entrara a este jodido torneo, porque no podía ser culpa de Harry, ¿verdad? Él no le haría eso.

Intentando alejar esos pensamientos de traición y dolor, se hundió más en su cama, pudiendo apreciar así un aroma conocido, que ya se estaba difuminando por el tiempo, pero todavía se encontraba presente de forma leve. La túnica de Harry estaba debajo de sus mantas, decidió abrazarlo y hundir su nariz en su tan conocido aroma.

Harry no podía hacerle daño, ¿verdad?

 

Caminar por los pasillos del colegio fue una experiencia tan conocida para él, los estudiantes lo observan con miradas enojadas o lo ignoraban, pero ya podía confirmar que estaba acostumbrado a este trato, esos estudiantes siempre por estas fechas empezaban a comportarse de esta forma. Ya se está volviendo repetitivo y cansado. Seguro ya es una costumbre en Hogwarts. La única diferencia era que ahora se le sumaban los estudiantes de Durmstrang y Beauxbatons.

Decidió ignorar a cada una de estas personas porque su objetivo más reciente era buscar a Harry Potter y resolver esta maldita acusación.

“No me sorprende de que siempre busques la atención” la voz de Lesath lo detuvo, hace tiempo que ese maldito imbécil había dejado de molestar todo gracias a Hélio, pero parecía que a este se le había escapado su mascota bocona “Pero pon tu nombre en el cáliz, ese es un nivel superior” caminó hacia él de forma altiva y pomposa, decidió ignorarlo después de todo solo era un mocoso con el autoestima tan bajo que necesitaba hacer sentir mal a otros para intentar esconder sus inseguridades “¿Te faltaba atención? ? ? No me sorprende porque toda la atención que te daban solo a ti esos dos que adoptaste como padres ahora lo tienes que compartir con ese imbécil de mi año” no supo porque se detuvo ante las mentiras que salían de la boca sucia de Lesath “Eres un libro abierto para mí”

“Cállate” gruñó ordenándole a su cuerpo alejarse de ese idiota. Era lo mejor antes de que siguiera ventilando mentiras a los demás estudiantes que atentos escuchaban su interacción, pero también quería molestarlo por todo lo que le debía “Tu detestable padre ya te perdonó de qué insinuarás a todo el colegio que se metió con una muggle y engañó a una Black tan 'distinguida' como tu madre o aún sigues castigado por tu lengua floja” el rostro de Lesath se puso rojo de rabia. Siguió su camino creyendo que ese era el fin de la conversación, error.

Lo tomó con fuerza del brazo, deteniéndose. Podía soltarse con facilidad, pero una parte de él quería desahogarse con alguien por aquello tres días de enfermedad, por el acoso del director y Moody, por la posible traición -no fue traición, ¿verdad?- de Harry, y quién mejor que ese imbécil que siempre había sido tan odioso “Mira jodido bastardo, te crees la gran cosa solo por participar en aquel estúpido torneo, ¿verdad? Que hayas sido elegido campeón no limpiará el ser horrible que eres, ni siquiera se te podría considerar un verdadero mago, ¿no? Eres completamente despreciable y repudiable para los verdaderos sangre pura. Nadie en verdad te va a querer…”

Era suficiente, se soltó de un jalón del agarre “¿Yo el ser despreciable? ¿Horrible? ¿No se le considera un verdadero mago? ¿No te estás describiendo a ti, Lesath? Eres un ser tan horrible que solo cuentas con dos amigos y para tu información uno de ellos también es el mío” escuchó un graznido indignado del otro “Además de que eres considerado por varios como alguien completamente infantil, demandante, abusivo e inútil; eres horrible Lesath, solo actúas para tener la aprobación del igual inútil de tu padre que para tu información siempre le serás un ser pusilánime y débil, solo un adorno y tu único valor es de que te podrás reproducir para dar en un futuro y la familia Malfoy siga por los siglos de los siglos molestando al mundo mágico” Lesath quería decir algo, pero con un fuerte empujón hacia la pared se detuvo por el golpe recibido “También, ¿sabes que hay varias familias de pura sangre que creen que soy uno prodigio? ? ?” Recordó aquella información que Hermione le dijo en segundo año cuando espió a Nott y Blaise “Uno de los mejores magos de esta generación, mucho mejor que tú, aunque para serte sincero no es difícil poder ser mejor que tú ya que eres tan débil mágicamente. ¿Tú padre no se ha avergonzado de ti en aquellas 'distinguidas' reuniones de sangre puras? Porque no creo que te haya presumido con sus amigos, después de todo eres una vergüenza para todos los presentes, especialmente para tus padres y…” se detuvo ante las lágrimas que empezaron a derramarse por los ojos azules tormentosos de Lesath, parecía completamente roto y que había tocado una fibra muy delicada dentro de él, la inseguridad más grande de todas. Una pequeña parte de él, la parte que creía haber enterrado y dejado morir ante los constantes rechazos y desprecios de Lesath resurgió con culpa. Y odiaba sentirme así.

Siguió su camino sin darle una mirada más a ese adolescente que se deslizó hasta el suelo llorando sin importarle que estaba siendo observado por muchos, Lesath Malfoy solo cubrió su rostro con sus manos.

Sabía que había ganado la discusión con ese imbécil, pero ¿Por qué se sintió como el perdedor total? Además, de que esperaba sentirse más relajado luego de desquitarse con él, pero se sentía culpable y cruel.

Odiaba a Lesath por lograr desequilibrar su mundo y se odiaba más él por sentir remordimiento ante sus falsas lágrimas, porque debería ser falsas, ¿no?

No pudo evitar soltar un suspiro cansado y siguió con su misión de buscar a Harry.

Encontró a sus tres leones gruñéndoles a unos estudiantes de quinto año de las casas de Hufflepuff y Ravenclaw “¿¡Cómo se atreven a decir todas esas estupideces!? Draco no puso su nombre en el cáliz, alguien le hizo esto para que todos ustedes vayan en su contra como siempre lo hacen” decía entre dientes Ron dándole un empujón a un tejón que se estaba acercando demasiado a ellos.

“No me sorprende que tengan un nivel intelectual menor a la media, después de todo solo un tarado podría creer absurdamente que un estudiante de cuarto año que no le gusta tener la atención y busca mantener una paz mental haga lo contrario solo para molestar a todos . Como si fueran tan importantes para él solo para inscribirse en un torneo mortal”, comentó Hermione mirando con desdén a ese grupo de tontos.

Uno de ellos volvió a dar un paso adelante intentando alcanzar a la adolescente, pero Ron volvió a empujarlo, entonces solo pudo decir “Por favor, todos sabemos que ese maldito mocoso siempre busca joder con su presente…”

Harry lo tomó del cuello de la camisa provocando que los demás presentes que gritaban de acuerdo con aquel estudiante se detuvieran de sus alegatos “Escucha idiota, deja de decir estúpidos de Draco o te juro que tu menor problema será destilar odio hacia mi amigo. Él no hizo esto, nunca intentaría entrar a esa estúpida competencia porque le importa un bledo que se maten solo para impresionar a todos, a él lo metieron en esto, no sé quién, no sé cómo, pero te aseguro que cuando lo descubra esa persona. . conocerá no solo el desacuerdo del Ministerio, sino también mi enojo” lo soltó con fuerza provocando que el joven cayera al suelo con un golpe seco “Así que mejor lárgate a menos que quieras que desquite todo este odio contra ti” el joven de forma apresurada se levantó y huyó del lugar junto a sus acompañantes que temblaron ante la aura oscura que rodeó a Harry.

Solo puedo pensar con completa certeza de que su amigo no pudo poner su nombre en el cáliz. Aquel pedazo de pergamino se quedó en el bolsillo de su túnica completamente olvidada, mientras se acercaba a sus amigos con una sonrisa y ellos lo abrazaban para poder verlo sano y fuera de la enfermería.

Fue un completo estúpido al haber desconfiado de su amigo. Solo tenía una duda… ¿Alguien intencionalmente había puesto justo aquel pergamino con la letra de su amigo para que él desconfiara de su lealtad?

 

::HARRY POTTER::

“Y cuándo te casos con Malfoy, ¿él tomará tu apellido?” fue la pregunta burlona de Sirius. Su padrino le había dado un espejo con el que podía comunicarse entre ellos con facilidad y sin necesidad de estar mandando cartas, era muy útil poder hablar con él, pero había ocasiones que lo usaba solo para molestarlo.

“¿No crees que sería adorable? Los señores Potter, Harry y Draco Potter” comentaba con una sonrisa sincera ya la vez burlona Tonks, solo ella podía lograr ese equilibrio perfecto de sentimientos.

Estaba completamente avergonzado por lo que decían, sin embargo, era su deseo más profundo, el poder en un futuro casarse con Draco “¿Cómo nos vamos a casar? Si… si todavía no estamos juntos” y eso era una verdad dolorosa.

“Pero vas en buen camino cachorro, sigue dando cumplido y sé un poco atrevido, así él notará tu interés y tú sabrás si es recíproco” Sirius le sonreía confiado “Esto consejos te los da el mejor ligador de Hogwarts en su tiempo” le guiñó el ojo.

“El mejor ligador que ahora no puede hablar correctamente con la cajera de la tienda de abarrotes sin que empiece a sudar” se burló Tonks sin compasión recibiendo un almohadazo por parte de su padrino. Esto solo logró que ella riera más fuerte.

Al fondo notó como Remus entraba a la sala con una bandeja y tres tazas calientes junto a unos platos con galletas “Ya niños, dejen de pelear frente a Harry” regañó para luego saludarlo con una amable sonrisa “Cómo te dije Harry, debes ser solo tú, compórtate como siempre lo has hecho y él verá lo increíble que eres. Además, estoy seguro de que también le gustas” sus palabras lograron sonrojarse por su seguridad.

“¿En verdad lo crees?” el hombre se acerca con tanta confianza contagiándose con ella “Cuando Draco y yo nos casemos, él tomará mi apellido, estoy seguro de que le gustará porque desea dejar de ser un Malfoy con todo su corazón. ¿No suena increíble? Draco Potter, es tan hermoso” podía imaginar la boda más bella del mundo con los únicos invitados siendo las personas que los dos más quieren en el mundo. La boda perfecta solo porque se casaría con Draco.

“Lo perdimos” dijo Sirius dando un sorbo a su té “Solo al pensar en Malfoy y mini-cornamenta ya está imaginando hasta a los niños que van a tener”

Esto lo trajo de nuevo a la realidad “¿Ni… niños? ¿Los que vamos a adoptar?” No iba a mentir de que había pensado en un futuro con muchos hijos, pero solo podía pensar en una combinación perfecta entre ellos… pero eso era imposible.

Sirius levantó una ceja “Adop… Supongo que si quieres adoptar quién somos nosotros para evitarlo”

"¿Qué?" dijo sin entender porque hablaba de la adopción como si no fuera la decisión obvia. Iba a preguntar que escondía cuando varios estudiantes de su casa empezaron a bajar a la sala común preparados para salir a desayunar “Hablamos en la noche, quiero saber cómo Sirius va llevando su disputa con la señora Morgan”

"¡Puaj! No me hables de esa mujer, está loca, completamente loca al creer que soy su esposo y él viajó al futuro para verla de mayor y saber si me voy a casar con ella o no” gruñó su padrino mientras Remus y Tonks se burlaban de su desgracia.Él tampoco pudo evitar reírse mientras apagaba la comunicación.

Amaba estar en Hogwarts y pasar mayor tiempo con Draco, Ron y Hermione, pero ahora extrañaba un poco pasar su tiempo con aquellos tres adultos que habían sido muy amables y decidieron abrir sus brazos para poder sostenerlo y cuidarlo. Le alegraba poder tener aquel espejo y conversar con ellos dos veces al día, tanto en la mañana como en la noche.

Salió de su sala común acompañado de Ron y Hermione, mientras el primero solo hablaba de lo increíble que era poder estudiar con jovencitas tan hermosas como las estudiantes de Beauxbaton, mientras Hermione le gruñía por ser tan superficial y un completo tonto porque ninguna de ellas se fijaría en él, provocando una discusión entre esos dos. No le creerían todas las veces que discutieron por los estudiantes franceses en aquellos escasos dos días que habían estado en el colegio, no sabía cómo iba a soportar todo lo que le quedaba del año escolar.

Él no podía negar que eran bellas, pero su belleza era opacada con mucha facilidad ante la belleza de Draco, con esos hermosos ojos grises que brillaban con tanta intensidad cuando algo era de su interés o le era divertido, con esos cabellos rubios blanquecinos con leves. . ondas que ahora los tenía sujetadas con una media coleta y sus distinguibles pasadores de colores, con esa hermosa sonrisa que iluminaba todo el colegio por lo brillante y perfecta que era, con esa personalidad tan atrayente por lo fuerte que era, pero a la vez con lo blando que podía ser. Si, para él nadie podía compararse con Draco, mucho menos unas estudiantes francesas. Draco lo era todo para él y no podía imaginar un futuro donde no estuvieran juntos, sino es como pareja, al menos como amigos. Lo amaba tanto.

Cuando llegó al comedor su mente todavía seguía atrapada en sus nombres de casados, Draco Potter sonaba tan hermoso a sus oídos. Sacó un pergamino y comenzó a escribir el nombre de Draco con su apellido actual, queriendo ponerle su apellido, sin embargo, se sintió un poco avergonzado.

“¿Ese es mi nombre?” Aquella voz la reconocería en cualquier lugar, rápidamente cubró con su cuerpo su pergamino.

“¡No, no lo es! ¡No es tu nombre, solo tarea!” De forma torpe y exagerada guardó aquel pergamino en su túnica, no podía creer que casi escribiera Draco Potter frente a él. Eso lo hubiera atormentado toda su vida. Intentó cambiar la conversación para evitar más preguntas de su amigo que era muy curioso, afortunadamente lo logró.

Se había dado cuenta que el director era más imbécil de lo que creyó en un comienzo cuando lo mandó a hacer la limpieza de la biblioteca sin ayuda “¿Cómo puede mandarlo a cumplir ese castigo solo? Es completamente agotador” le gruñó cuando el portón se cerró detrás de su amigo que se dirigía a la biblioteca.

“Los castigos son hechos para que los estudiantes entiendan que cometieron un error y no lo volverán a repetir, Harry”, dijo sabiamente el director.

“Él no hizo nada y usted lo castigó por las mentiras de ese profesor” señaló el profesor Moody quien miró todo con desgano “Tiene algo contra Draco, eso es obvio”

“Harry, por favor, no tengamos una nueva discusión. Ya hemos aclarado de que esto es lo mejor para el joven Malfoy, así su comportamiento mejorará”

“¡Usted parece no entender que él ni hizo nada!” por la impotencia levantó la voz generando que todos los estudiantes los miraran fijamente “Mire, levanté la voz al director que debe ser peor que levantar la voz a un profesor. Creo que merezco ser castigado, ¿no?” Tal vez si lo castigaban podría ayudar a su amigo con aquella tortura, no le gustaba verlo tan agotado después de limpiar. Sabía que Draco intentaba ocultar su cansancio para el profesor Snape y Gilderoy para no preocuparlos, pero cuando estaban ellos solos mostraron lo verdadero cansado que se encontraba.

“Ve a terminar tu desayuno Harry” fue lo único que dijo para empezar a caminar hacia la mesa de profesores. ¿Por qué a él no lo castigaba? ¿Por qué parecía él tener un pase libre para ser irrespetuoso y molesto? ¿Es por qué es el niño que vivió? Si fuera así, es una completa mierda.

Empezó a caminar hacia el portón, el hambre se le había desaparecido por aquella discusión e injusticia. Era seguido por Hermione y Ron quienes habían permanecido en silencio durante su discusión con Dumbledore, pero se notaba lo enojados que también se encontraban. Estando a un paso de salir del Gran Comedor el brazo del profesor Moody lo detuvo al sujetarlo con fuerza de su túnica.

“Potter deja de ser un niño berrinchu…”

“Váyase a la mierda, profesor” dio un tirón a su túnica para que le suelte mientras salía con sus amigos para buscar a Thuban- quién todavía no estaba en el comedor porque estaba tomando sus clases de regulación con los profesores Snape y Lockhart-.

No se dio cuenta como aquel pergamino que escribió el nombre de su amigo se quedó en la posesión del loco profesor.

Forward
Sign in to leave a review.