Draco Malfoy y la sepia destituida

Harry Potter - J. K. Rowling
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G
Draco Malfoy y la sepia destituida
Summary
La vida va mejorando poco a poco, su pequeña y rota familia va aumentando con personas y amor, así que tal vez ahora todo podría estar bien. O eso creyó hasta que empezó el cuarto año.¿Cómo es que se la ingenia para caerle mal a tantas personas? ¿Es un talento oculto suyo?No lo sabe, pero cada vez se siente más agotado y cansado... la vida siempre ha sido difícil, nunca ha podido tener un verdadero respiro y normalidad, tal vez no había sido creado para eso, especialmente cuando es obligado a participar en un torneo, además de que su director junto con un profesor parecen odiarlo sin alguna razón... ¡Oh! se olvidaba de la nueva sombra que se avecinaba por él.
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Alastor Moody

La primera semana de clase fue pasando con mucha lentitud debido a que sentía que caminaba en cáscaras de huevos o en vidrios porque el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras siempre estaba en su periferia. Si se encontraba cerca del lago riendo con sus amigos lo notaba observándolo por una ventana superior, si estaba en el comedor sirviéndose su almuerzo el profesor desde su silla en la mesa de los profesores estaba examinando cada uno de sus movimientos, si se encontraba en la biblioteca nivelándose en clase de Runas Antiguas con Hermione y Blaise podía sentirlo cerca evaluando sus conocimientos, si se encontraban en los pasillos del castillo cuando iba a una de sus clases el profesor Moody lo destripaba con los ojos. No iba a negar que se encontraba en alerta con este hombre y eso que todavía no tenía su primera clase con aquel hombre.

Er un sentimiento odioso, se sentía acosado y que no podía hacer algún movimiento sin que este profesor supiera lo que estaba haciendo, como si no pudiera tener privacidad.

Hablando del hombre, unos reconocidos pasos atrás suyos lo hizo empezar a caminar un poco más rápido alejándose. No quería tener ninguna conversación con aquel hombre, ningún contacto “Malfoy” gruñó el profesor Moody deteniendo su huida al ser reconocido “¿De dónde viene tan solo?”  se acercó demasiado a él, invadiendo su espacio y hostigando con su aroma tan rancio, oscuro, espeluznante.

“Fui a visitar a Hagr…”

“¡Silencio! No le pedí que hablara” lo interrumpió mirándolo con el ceño fruncido y ese ojo de vidrio se movía rápidamente de un lado a otro sobre su cuerpo. Se estremeció por esa observación tan profunda.

Estaba intimidado, pero se encontraba ahora más enojado “Usted me preguntó, solo estaba respondiendo” gruñó porque en serio ese profesor era un idiota o que.

“¿No entiende cuando alguien le ordena, Malfoy? Como puedes ser un mocoso tan desobediente, si naciste para servir” el hombre se inclinó para estar a la misma altura y su voz era tan intimidante, como si él supiera algún secreto suyo.

Retrocedió un par de pasos porque podía sentir su respiración chocando con su rostro, le daba asco “Bueno, me das órdenes contradictorias, al menos se claro para entenderte” idiota eso no lo dijo, pero lo pensó. En ese momento se percató como el sol se iba escondiendo, así que pronto ese pasillo se llenaría de estudiantes “Y un consejo profesor, si se va a acercar tanto a un estudiante al menos tenga el decoro de cepillarse la boca” ¿estaba intimidado por la actitud hosca del profesor Moddy?, sí; ¿iba a demostrar que le provocaba escalofríos?, obviamente no.

El único ojo humano del hombre se estrechó lleno de ira, parecía un volcán a punto de explotar, como un fénix a segundo de hacer combustión instantánea y estaba seguro de que ese hombre se encontraba preparado para maldecirlo con su varita que la había levantado, sin embargo, no logró lanzar nada cuando los estudiantes empezaron a salir del salón rápidamente, seguro para irse al Gran Comedor para cenar, esos hambrientos.

“Me despido profesor, va a comenzar la cena” empezó a caminar alejándose del hombre que estaba inmóvil.

Pero no silenciado “Una mascota desobediente, un completo error” le tocó a él detenerse, sintiendo como un balde de agua fría lo bañaba por completo ante el uso de ese insulto ¿Mascota? ¿Por qué ese hombre le decía mascota? Nadie, salvo Tom y los que sabían sobre la experimentación, le había dicho eso antes… no era un insulto común.

Lentamente giró para verlo con el cuerpo completamente rígido, el profesor tenía una sonrisa arrogante “¿Qué dijo?” a las justas pudo hallar la voz para decir aquello, sin querer su voz salió rota y se sintió mal por demostrar aquella debilidad. Los alumnos chocaban con él por interrumpir el camino hacia el Comedor, pero no podía sentirlos, no podía sentir nada, solo miraba directamente a ese bastardo al ojo sano que se hacía un imbécil en no escuchar su pregunta “¿¡Que dijo maldita sea!?” pudo percibir a algunos estudiantes que se quedaron quieto a verlo por su arrebato.

“No sé de lo que habla Malfoy, no he dicho nada” se hacía el desentendido, como si con una palabra no hubiera revuelto su mundo “Y esa no es la forma de hablarle a un profesor. Y ustedes es mejor que continúen su camino”

“Usted me dijo…” el hombre empezó a caminar lejos de él, en el camino contrario que antes Draco se estaba dirigiendo “¡¿A dónde va?!” empezó a caminar para alcanzarlo, para que le contestara su pregunta, sin embargo, cuando pasó por un pasillo se encontró de frente con diversos estudiantes de sexto o séptimo año que iban yendo a dirección al comedor. Su altura superior y cuerpos más anchos hicieron que su pase sea más lento, perdiendo de vista al hombre. Cuando pudo salir de esas murallas humanas el hombre ya no se encontraba ahí.

¿Mascota? ¿Por qué me dijo así? ¿Fue una casualidad?

Al sentirse solo por aquel pasillo se recostó en la pared hasta deslizarse al suelo. Mascota, mascota, ¿por qué?

No sabe cuánto tiempo estuvo ahí en el suelo, abrazó sus piernas cuando sintió a demás estudiantes pasando cerca de él quienes solo le lanzaban una mirada interrogativa, pero sin hacer nada… eso estaba bien, no quería hablar con nadie, pero tampoco podía moverse. Era como si hubiera perdido las fuerzas y se sentía tan vacío, tan perdido. Sus oídos se encontraban tapados, era como si buceara en un lago y solo el ruido del mar o un ruido alejado estuviera presente. El frío lo envolvía rápidamente.

Escondió su rostro entre sus rodillas soltando un suspiro cansado.

¿Por qué no podía tener un año tranquilo? ¿Por qué este profesor debía ser tan obsesivo con él? ¿Qué le hizo él y por qué no lo separaba de los Malfoy? ¿No sabe que fue sacado de aquella horrible familia? ¿No sabe qué solo tenía ese apellido por papel?

Intentó concentrarse en su familia, la imagen de ellos solo podría traerle paz, tranquilidad. Su familia era lo que más amaba en el mundo y solo con un abrazo podrían calmarlo. Quería un abrazo de ellos, de sus papás, de sus amigos, de alguien que él quisiera tanto.

Escuchaba unas palabras ahogadas, pero no podía entenderlas hasta que sintió que lo tocaban suavemente del hombro. Levantó la mirada y pudo observar claramente el rostro de Nott que, aunque este lo negara parecía preocupado “Malfoy, ¿te encuentras bien?”

Parpadeó rápidamente ante la pregunta, intentando encontrar su voz para responder y cuando pudo hacerlo luego de la segunda pregunta su cerebro cansado solo pudo decir “¿No era solo Draco?”

“Si estás de humor para decir tonterías, creo que estás bien, Malfoy” dijo rondando los ojos, levantándose porque se había acuclillado para estar a su altura. Atrás de Nott estaban Crabbe y Goyle con sus rostros cachetones inclinados a un lado, parecían confusos entre sentirse preocupados o interrogativos. Lo único que pudo hacer por esos dos fue darles un saludo con la mano que respondieron con velocidad, le hizo sonreír. Esperaba que con esos tres también desapareciera la enemistad, estaba cansado de tener gente que lo odiara o molestara solo por ser él. En eso frente a él una mano extendida se presentó miró con duda a Nott que no lo miraba “Levántate, si no se nos hará tarde para cenar”

Indeciso tomó esa mano que lo estaba ayudando a levantarse del suelo “Gracias, Nott” el adolescente asintió con la cabeza para empezar a caminar hacia el Gran Comedor, a su lado se colocaron esos dos inseparables. Los siguió creyendo que tal vez tenía un enemigo/rival menos.

El bullicio del Gran Comedor lo recibió como una ola de calma en su cuerpo, era mejor este ruido agobiante que el silencio que se había impuesto en su cabeza.

Cuando sus ojos volvieron a encontrarse con Moody solo decidió ignorarlo. Pronto se aburriría, ¿verdad?

Fue un tonto en pensar así debido a que para su primera clase de Defensa el profesor fue a atacar a la mente de los Slytherin, parecía odiarlos a todos, especialmente a él.

Decidió sentarse en lo más alejado del profesor, cerca de la puerta si necesitaba huir de ese bastardo que ya se encontraba en la mesa del profesor pasando lista con desgano y asco cuando llamaba especialmente a los Slytherin. Habló un poco sobre adelantar aburridos temas de cuarto año ya que ‘el director’ creía que eran capaces de llevar temas de sexto grado.

“Slytherin, díganme una maldición castigada por la ley mágica” todas las serpientes se quedaron en completo silencio “¿No lo saben? Por favor, no sean tímidos en que sepamos de sus conocimientos” se encontraba solo fijado en ellos, ignorando completamente a los Ravenclaw que alzaban los manos muy emocionados de compartir lo que sabían “Decepcionante, aunque no me sorprende nada después de todo no es un rasgo Slytherin la valentía, ¿eh? Además de la honestidad y lealtad” miró a una niña Ravenclaw para darle el permiso de hablar.

“Imperius”

“Exacto, la primera maldición que vamos a estudiar es el Imperius” lo escribió en la pizarra con una letra desordenada y fea, para luego sacar debajo de su mesa una caja de cartón y de esta un pequeño ratón blanco que al estar libre empezó a correr lejos del hombre a dirección a la puerta, sin embargo, no pudo huir “¡Imperius!” la luz amarilla pasó cerca de él, pudo sentir el frío de aquella maldición tan cerca de su rostro que se estrelló en el pequeño animal debido a que se encontraba a centímetros de él, a un lado. Tomó aire para calmarse, mientras sus ojos nunca dejaron los de Moody que lo miraba divertido.

Pansy, quien estaba sentada a su derecha, le tomó con fuerza la mano, pudo sentir como las de ellas temblaban o ¿eran sus manos? Le apretó el agarre, era una forma de mantenerse en tierra.

El pequeño ratón empezó a subir por las mesas de los estudiantes para rodar y saltar de un lado a otro de forma graciosa, sin embargo, nadie se rio, ni siquiera los Ravenclaw.

“Público difícil, ¿no?” el profesor dijo de forma desafiante, haciendo estremecer a todos los presentes “Aunque es bueno que no les parezca divertido porque esta maldición no es de risas, hay que tomarla muy en serio. Como varios Slytherin deben saberlo esta maldición fue un gran problema para el Ministerio hace varios años ¿No, Nott?” el joven bajo la mirada a su libro que lo apretaba con fuerza y evitaba todas las miradas de los presentes “¿Cuál es la siguiente maldición?” otro Ravenclaw con un brazo temblorosa levantó su mano luego de casi un minuto de inactividad en el salón “Vamos Slytherin, ¿van a dejar que los Ravenclaw digan todas las respuestas?” le dio permiso al adolescente a contestar.

“Cruciatus” su voz era temblorosa al responder del Ravenclaw rubio.

El profesor aplaudió en reconocimiento “Bien, la maldición Cruciatus” el ratón se fue acercando al profesor y una maldición tan conocida para él apareció en escena “¡Crucius!” una luz roja salió de la varita del hombre y pudo notar como el ratón se mecía en su propio lugar retorciendo sus patas de forma horrible, el animal estaba sufriendo, estaba chillando de dolor, sus chillidos envolvían a todo el salón con terror.

Escuchó los jadeos sorprendidos de los presentes, algunos cerraron los ojos y se tapaban los oídos, otros miraban al ratón en shock y con lágrimas acumuladas en sus ojos, otros se veían furiosos por el daño a una criatura inocente.

La mano de Pansy se iba apretando con fuerza cada segundo que pasaba, ante cada chillido del ratón y el profesor no paraba, no parecía tener la intención de hacerlo, sin importarle estar traumatizando a sus estudiantes.

Por su parte él solo podía recordar todas las veces que estuvo bajo aquella maldición. Durante su estancia en la Mansión Malfoy, dentro de esos oscuros y fríos calabozos en el que solo podía sentir una rendija de la luz lunar o solar, pero encerrado por varios días, semanas, tal vez meses. Llorando desconsolado por no ser amado por su familia, gritando y rogando que se detuvieran con aquella maldición, que pararan con el dolor los patriarcas de los Malfoy; otro recuerdo de esa maldición es una reciente, cuando estuvo enfrente de la varita de ese estúpido Auror que le culpaba a los menores por sus problemas, como si ellos hubieran sido los únicos responsables de la muerte de su familia.

Se estremeció ante los chillidos que no paraban, sentía que le faltaba aire porque él sabía sobre el dolor que debía estar sufriendo aquel animal, él varias veces tuvo que verse así, chillando, retorciéndose y llorando, esperando que se detuviera o lo matara de una buena vez para que el dolor desapareciera… en ese momento tu mente lo único que podía pensar era ‘mátame, deja de torturarme y mátame’. El dolor de aquella maldición estaba grabado en su mente, en su cuerpo de forma permanente y ver sufrir a un animal inocente solo lo hizo… enojar, estaba completamente furioso de que alguien dañara así a un inocente.

“¡Pare! ¡Joder, no le hagas daño a Draco!” sorprendentemente no fue él quien pidió que se detenga, a un asiento adelante suyo Nott se había levantado mirando la mesa y apretando con fuerzas sus puños. El adolescente se encontraba con los ojos cerrados conteniendo las lágrimas que traicioneramente querían salir. Nott tomó aire con fuerza para mostrar sus ojos que estaban inundados de lágrimas, además de tener una respiración entrecortada, presenciaba como su pecho subía y bajaba con fuerza “¿Es un jodido sádico? Está sufriendo” miraba al frente como si estuviera en otro momento de su vida, viviendo un recuerdo.

Blaise extendió la mano hacia Nott para tomarlo del hombro “Theo” El mencionado parpadeó sorprendido, notando que se encontraba en el presente y no en el pasado. Volteó lentamente hacia Draco, sus ojos parecían recorrer su persona de forma rápida intentando comprobar de que se encontrara bien, a salvo. Repentinamente Nott tomó sus libros, su bolso y salió corriendo del salón. Atrás suyo sus dos inseparables guardaespaldas salieron también gritando el nombre del niño que había escapado,

Se quedó pensando en ese rostro roto de Nott, en un rostro que reflejaba dolor, impotencia, culpa. No supo en qué momento también tomó sus cosas para salir corriendo detrás del joven y atrás suyo escuchó los pasos rápido de Pansy y Blaise “¡Todos los Slytherin están castigados! ¡Cada uno de ustedes!” gritaba Moody desde el salón para luego escucharse un portazo fuerte que hizo vibrar las bisagras, no le tomó importancia porque estaba seguro de que de cualquier forma ese hombre hubiera encontrado la forma de castigarlos.

Corrió hasta llegar a la sala común de Slytherin en donde Nott estaba sentado en el sillón con la respiración cansada y agitada “¿Nott?” los guardaespaldas del adolescente lo miraron perdidos, no sabían cómo ayudar al desconsolado joven.

“Lo siento” fue lo único que dijo para volver a quedarse callado mirando el fuego de la chimenea moviéndose con delicadeza.

Escuchó como llegaban Pansy y Blaise, se sentó al lado de Nott “¿Por qué te disculpas?” no entendía porque lo hacía. Entre los dos se habían hecho daño todos esos años, Nott había comenzado obviamente, pero él no se quedó callado y dijo cosas muy hirientes que logró hacerlo llorar, nunca lo vio, pero a veces llegaba con sus ojos hinchados y rojos. Uno podía suponer lo que había estado haciendo después de sus discusiones y que él se burlara sobre la falta de su madre en su vida. O tal vez se estaba disculpado y culpando sobre lo sucedido con el auror Davies. Nunca hablaron de eso “No fue tu culpa, él me atacó, no tú.”

“Pero él me iba a atacar a mí, tú te interpusiste y me protegiste. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste si fui tan malo contigo? ¿Si desde el primer día he hecho tu vida imposible? Cuando apareciste en el Mundo Mágico todas las familias sangre puras estaban curioso sobre tu persona, acaparaste la atención de todos sin siquiera haber demostrado tu rostro, cuando comenzaste en el colegio sobresaliste sin intentarlo, demostraste ser mejor que yo y todos decían que serías el mejor de la generación. Estaba celoso del niño estrella de los Malfoy” las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas “Y tú… y tú me salvaste, te interpusiste en la maldición Cru… Cru…” parecía no capaz de ni siquiera mencionar aquella maldición “Sufriste, te retorciste, gritaste… todo para proteger a alguien que ni siquiera te agrada”

“¿El que no me agradarás era un motivo para dejarte solo con ese imbécil, dejarte para que te torturara?”

“Yo no hubiera hecho lo mismo por ti, me hubiera ido tal vez a buscar a un profesor, pero no me hubiera metido en aquella discusión, no me hubiera puesto entre la maldición y tú. No soy tan valiente”

Soltó un suspiro para descansar en el sillón intentando pensar que decir, ¿qué es lo que le gustaría que le dijeran si fuera Nott? “Somos solo adolescentes, no necesitas ser siempre valientes. Hay otras buenas virtudes en las personas y en mi pensar todos con las personas correctas somos valientes, si en ese momento estuvieran queriendo atacar a Blaise, a Pansy, a Crabbe o Goyle, ¿qué hubiera hecho?”

Nott se quedó mirándolo al rostro intentando digerir la pregunta, imaginarse en aquel escenario “Me hubiera interpuesto. Ellos son mi familia, mis mejores amigos, como hermanos”

“Exacto, en tu momento serás valiente con las personas que amas”

“¿Pero por qué por mí?”

La sinceridad salió de su boca “Ya había sufrido como se sentía un crucio antes, es doloroso, demasiado doloroso y uno prefiere morir a que sigan con la maldición. No quiero que nadie más lo sufra, ni siquiera tu Nott porque aunque seas un mocoso molesto, no mereces recibirlo” le pasó un pañuelo que tenía guardado en su bolso para que no lo vea con esos ojos sorprendidos, levemente aterrorizados por haber admitido que había sido atacado con anterioridad aquella maldición, se levantó del sillón cuando Nott lo aceptó “Ahora límpiate la cara para que los chicos no te vean tan patético, después de todo somos serpientes y aunque seamos leales con nuestros verdaderos amigos, eso no evita que nos burlemos de ellos”

Con una sonrisa rota Nott se secó las lágrimas con la tela “Al final parece que Hélio tenía razón, ¿eh?”

Eso le hizo sentir un deja vú porque palabras similares una vez le dijo Blaise el año pasado.

“Te lo hemos estado diciendo idiota, pero eres una cabeza dura” comentó Pansy sentándose al lado de Nott junto a Blaise.

“Debes empezar a hacernos caso, Theo, nosotros somos la voz de la razón del grupo” Blaise le lanzó una mirada agradecida.

Mordió sus labios y justo cuando entraban los demás estudiantes de su año de Slytherin dijo “¿Qué es lo que ha estado diciendo Hélio Parkinson sobre mí?” cruzó sus brazos sobre su pecho porque no se iba a ir hasta tener una respuesta, necesitaba saber qué información divulgaba el hermano de Pansy sobre él, no se conocían mucho para que dijera cosas buenas, así que debían ser cosas malas.

Millicent Bulstrode levantó una ceja escéptica, como si creyera que su pregunta fuera estúpida “¿En serio? Ese idiota dice puras cosas buenas de ti, creo que al menos una vez al día debe hablar sobre como eres un gran cazador o uno de los mejores de nuestro grado o como es agradable que estés comiendo correctamente o sobre como el sol resplandece tu cabello… esas cosas tontas” Greengrass, Crabbe y Goyle parecían que querían evitar que hablara, pero Bulstrode niña con una mirada furiosa los detuvo. Le sorprendió ese nivel de control que le tenía a esos tres.

“¿Pero, por qué?”

Bulstrode niña resopló sin elegancia “Es que está suspiran…” una almohada le cayó al rostro a la adolescente, cuando esta cayó al suelo sus ojos estaban dirigidos en Pansy y Blaise con enojo “Están muertos ustedes dos”

“Vamos, Millie, tú ibas a decir el secreto de mi hermano, necesito protegerlo. Sabes que no puedes revelar ese tipo de secretos así por así, mi hermano es el que debería decirle a Draco” Pansy la miraba con el rostro más triste de su arsenal, intentando apretujar el corazón de Bulstrode quien dio un paso adelante sin desaparecer su enojo.

“¿Protegerlo? Tú, yo y todos los presentes sabemos que proteger sus sentimientos son lo último en tu lista”

Blaise comentó “Bueno, también lo usamos para divertirnos. Es gracioso verlo, no puedes negarlo”

“Vamos Millie, sabes que si lo revelas Hélio estará enojado y decepcionado” Greengrass tocó su brazo con delicadeza, calmando el enojo de Bulstrode “Además, nosotras también nos entretenemos con la novela que se ha formado entre Malfoy, Potter y Hélio”

“Lo más gracioso, Malfoy no se ha dado cuenta” Nott dijo con las lágrimas secas en sus mejillas, nadie lo señaló “Hay que ser bien denso para no percatarse de como esos dos pararan discutiendo cada vez que se ven”

“¿Harry y Hélio discuten entre ellos? Creí que ya ni se hablaban, además ¿qué es eso de una novela?” preguntó generando que los presentes lo miraban como si fuera un tonto y para ser sincero creía que lo era.

Crabbe sin fuerza le dio unos leves golpes en la espalda, este negaba con la cabeza decepcionado “Y yo creí que era el denso en este grupo”

Los demás empezaron a reír sin maldad, sin malicia… solo unas risas que salía ante una ridícula y graciosa situación, tan libre, sin modales o etiquetas. Una risa sincera. También sonrió, tal vez estaban limando las asperezas con estos estudiantes, tal vez todos estaban madurando e iban a dejar tanta rivalidad atrás… o habían sido reemplazados o estaban bajo un control mental como una vez creyó que le estaba pasando a Blaise el año pasado cuando se acercó para ser su amigo.


“Ese hombre está demente” comentaba Harry en el desayuno del fin de semana, todavía seguían manteniendo esa costumbre de que todos los sábados y domingos se quedaba a desayunar, almorzar y cenar en la mesa de los Gryffindor, ya nadie se exaltaba o lo miraba con sospecha, tres años de lo mismo se hacía costumbre su presencia “No puedo creer que haya hecho eso con una araña, en tu caso con ese ratón”

“Lanzar imperdonables es un delito, no entiendo porque el director le permitió hacer práctico esa clase” comentaba Hermione quien lanzaba de vez en cuando miradas desagradables al profesor que se sentaba en la mesa de profesores “Los asesinó sin pena, sin importarles que eran una vida inocente”

“Es odioso y cruel, sin embargo, estoy sorprendido de que los haya castigado a todo el grupo de Slytherin, los Ravenclaw han expandido ese rumor. ¿Cuándo tienes que encontrarte con ese ogro?” Ron comentaba luego de tragar un gran pedazo de hotcake.

“En realidad Severus se han enfrascado en una discusión con él ese mismo día, creo que al final quedaron en que no nos iba a castigar, salvo que quiera que Severus se dirija al Ministerio y les hable sobre el uso de los imperdonables en un centro educativo” no escuchó la discusión, pero Severus en la noche reunió al grupo de cuarto año y les comentó que no debían preocuparse. Además, les advirtió que se seguía molestándolos le avisaran para ponerle un nuevo pare a ese idiota.

Harry le sirvió una taza de té de manzana, su favorito, diciendo “Que bueno que le hayan puesto un alto a ese profesor, al menos podemos contar que el aura atemorizante del profesor Snape sirvió para algo bueno”

Escuchó el resoplido divertido de Ron “Él único que vería angelical esa mirada es el profesor Lockhart, porque a los demás nos estremece de terror” lo pateó en la espinilla por tonto, haciendo que se queje “Vamos Draco, no puedes negarlo”

“Él único loco en amarlo es el profesor Lockhart, es más valiente de lo que creí” Harry estaba observando a Severus y Gilderoy que conversaban animadamente en la mesa de profesores, según sus expresiones de siempre. Gilderoy hablaba y hablaba con una sonrisa feliz y ojos brillantes, mientras Severus comía, daba algunas opiniones y sus ojos, aunque intentara mostrar aburrimiento estaban brillando al verlo “Pero no puedo negar que me siento un poco envidioso por ellos, se ven felices… bueno lo que creo es felicidad por parte del profesor Snape” lo golpeó en el hombro por idiota “Auch, sabes que es verdad” decía sobándose el hombro, dramático, no lo golpeó muy fuerte.

“En mi caso siempre y cuando no coquetee con mi mamá, estaré bien” dijo Hermione mordiendo su panqueque con enojo, parecía molesta y no solo por lo sucedido con Moody. Les lanzó una mirada de duda a Harry y Ron, señalando con discreción a Hermione intentando comprender que la había enojado tanto, ellos solo negaron agotados con la cabeza, leyó sus labios que decían ‘elfos’ ¿eh? ¿Qué les pasaba? “No crean que están siendo discretos” los tres se tensaron ante las palabras enojadas de Hermione “Solo estoy molesta porque me he enterado sobre lo mal que tratan a los elfos domésticos”

“¿Tratar mal?”

“Sí, yo creí que todos los elfos eran tratados como los tuyos. Tú los trata como si fueran parte de tu familia, como amigos… creí que todos los trataban igual” comentaba Hermione con pesar “Pero, luego me di cuenta de que los explotan, que no tienen derecho, que visten con ‘ropa’ desagradable”

“Además, que son castigados cruelmente por diversión” soltó.

“¡¿Qué?!” gritó Hermione en shock, parece que no sabía lo último. Ron y Harry quitaron sus rostros cansados y ahora parecían interesados.

“En la mansión eran castigados a plancharse las manos, a golpearse con las paredes, a lanzarse por las escaleras o con hechizos punzantes” recordaba esos días en la casa de los Malfoy, donde sus amigos elfos domésticos eran torturados solo por ser ellos, elfos “Lucius una vez dijo que ese era el trato que todos ellos recibían en casa de sangre pura, es una costumbre para ellos.”

Su amiga parecía aterrorizada, disgustada, pero el sentimiento predominante era enojo “¿Cómo? ¿Cómo pueden hacerles eso? Merecen respeto en su trabajo, como criaturas”

“Lastimosamente, no hay muchos derechos ni leyes para criaturas mágicas. Lo descubrimos con los hipogrifos, lo mismo se repercute con los elfos domésticos, ni siquiera porque están en más contacto con los magos o brujas” a veces era injusto las leyes mágicas.

“Lo peor es que los elfos no reconocen que los explotan, que les hacen daño… ellos están tan cegados en cumplir su ‘deber’ que no se levantarán, están asustados de ser libres”

¿Cómo ayudar a alguien que no quiere ser ayudado o no sabe que necesita ayuda? “Tal vez primero deberían concientizar a los elfos sobre el daño que sufren, no puedes pedir un cambio en las leyes si la víctima no se considera como tal” Ron parecía muy pensativo con cada palabra que decía “No podemos empujarlos u hostigarlos o no nos verán como ayuda, sino como maleantes”

“Tal vez podamos investigar un poco, ¿no? Conocemos donde están las cocinas y ahí deben estar los elfos domésticos, tal vez debamos ver como ellos se comportan sobre la libertad” Harry tenía razón, según Dobby había algunos elfos que estaban felices por la vida de esclavitud que tenían, era algo de orgullo para ellos y hacerles cambiar de parecer iba a ser muy difícil.

Hermione absorbió cada una de las opiniones para asentir “Vamos a la cocina” dijo levantándose.

“¿Ahora?” dijo Ron empezando a terminar de tragar todo frente suyo con desesperación.

“Al menos no nos va a arrastrar a la biblioteca, eso para mí es un logro” Harry también se levantó y le extendió la mano para ayudarlo a salir de las sillas, le sorprendió este gesto, pero lo aceptó. Sintió sus mejillas sonrojadas y su corazón palpitante ante la mirada brillante de su amigo.

“Ya vámonos tortolitos, a veces me dan náuseas” Ron los tomó de los hombros para llevarlos a la biblioteca.

Sin embargo, Gilderoy lo tomó a él del codo haciendo que se detuvieran de su huida “Draco vendrá conmigo, él me prometió ayudarme y me lo llevo” sus amigos empezaban a reclamar su secuestro “Espero no estén pensando en meterse en problemas, es muy temprano en el año escolar” sus palabras silenciaron todos los reclamos porque no sabían si interrogar a elfos domésticos sería o no meterse en problemas “¡Ay! Por favor, no me digan nada si no es peligroso, si se escapa de sus manos me comentan, pero por ahora quiero disfrutar mi ignorancia un poco más”

“Bueno… no es peligroso” dijo con una sonrisa nerviosa porque parecía que era común de que ellos cuatro se metieran en problemas y todos los profesores lo sepan.

“Espero sea verdad, ¿eh?” todos asintieron y parecía que eso se veía más sospechoso. Gilderoy solo soltó un suspiro como intentando pensar que hacer con ellos “Ustedes me harán envejecer” se quejó para luego cambiar a uno alegre, ese hombre si tenía grandes cambios de actitud “Si tienen algún problema saben que pueden llamarme a mí para ayudarlos” les guiñó el ojo “Y ahora si me llevo a Draco” lo empezó a jalar lejos del Gran Comedor.

Ya lejos de oídos indiscretos preguntó “¿Qué prometí?”

“¿No te acuerdas? Me ibas a ayudar en la presentación de Hogwarts para el Torneo”

“¿Quéééééé? ¿Cuándo dije eso?” ahora empezaba a jalonear para escapar, lastimosamente sabía que no podía usar toda su fuerza porque lastimaría a Gilderoy, no físicamente sino emocional por rechazarlo cuando supuestamente había aceptado.

“En la primera noche de clase aceptaste, lastimosamente Thuban dijo que no iba a poder participar porque iba a estar muy ocupado con sus clases de recuperación con Severus” maldito, sabía que su hermano estaba usando las clases como excusa, seguro no quería pasar la vergüenza de su vida con aquellos amigos que empezaba a formar siendo uno de ellos Hélio Parkinson. Me has abandona, mal hermano. Podía imaginar a Thuban quien sonreía con disculpa y sacándole la lengua ese sinvergüenza “Entonces, vamos. He conseguido a otros ayudantes. Ya tenemos a los que van a hacer el coro, solo nos falta los bailarines”

“¿Bailarines? ¿Qué bailarines?” estaba asustándose y replanteándose de si era lo suficientemente fuerte para romperle el corazón al ilusionado de su papá.

Entró a una habitación amplia en el cual podía ver a Cedric Diggory, una pequeña rubia con lentes vistosos y … “¿¡Ginny!? ¿Qué haces aquí?” estaba en shock por verla ahí y al ser descubierta la pequeña pelirroja se sonrojó intensamente.

“¡Lo mismo podría preguntarte a ti!” exclamaba a la defensiva apuntándole con el dedo acusador.

Solo levantó los hombros “Es mi papá” dijo como si esa fuera toda la respuesta que necesitaba para estar ahí, además de que sus palabras generaron curiosidad en Cedric y la niña rubia de Ravenclaw a quienes saludó con una mano.

“¿Tú papá?” Cedric dijo luego de un saludo formal.

Asintió completamente seguro, la niña desconocida lo miró con ojos brillosos “Entonces el profesor Lockhart es tu papá de igual forma que el profesor Snape, ¿no? Ellos se ven muy bien juntos” escuchó como atrás de ellos su padre tosía por ser descubierto en su relación sentimental, ahora fingía ignorarlos intentando buscar algo en su maletín.

“¿El profesor Lockhart y Snape están juntos?” la voz de Diggory se levantó unos decibeles más de lo normal, mostrando unos ojos sorprendidos y cara desencajada.

La niña rubia asintió con la cabeza “He visto a los Blibber rodeándolos mucho cuando ellos están juntos”

“¿Blibber?” en coro sonó la voz de todos los presentes ante tal nombre tan raro, nunca lo había escuchado.

La niña asintió muy orgullosa “Son criaturas que rondan a las personas enamoradas y se vuelven más revoltosas cuando están cerca de esa persona amada. Los veo siempre dando vueltas alrededor de usted profesor cada vez que se acerca al profesor Snape y viceversa” lo último dijo dirigido a Gilderoy que empezó a ponerse rojo de la verguenza.

Su padre tosió sobre el puño que hizo con su mano para intentar calmar su nerviosismo de que una niña descubriera su relación secreta (no tan secreta) con Severus, por su parte Cedric que no creía en las palabras de la niña se terminó convenciendo ante la reacción del mayor “Guau… ¿felicidades, profesor? Con razón el profesor Snape se ve menos intimidante últimamente.”

“Yo ya lo sabía hace tiempo y el profesor Snape no es intimidante, solo que así es su carácter” Ginny dijo cruzándose de brazos, ella al final de cuentas ya conocía a sus padres fuera del colegio y aunque Severus lo negaba empezaba a tener en su corazón un espacio por sus amigos y su familia de ellos.

Un aplauso los distrajo y Gilderoy estaba en el medio del salón con una sonrisa “Dejando de lado mi vida amorosa, vamos a empezar con este ensayo” y pensó que eso había quedado en segundo plano, lamentablemente no tenía suerte “Cómo saben al colegio van a llegar los colegios de Beauxbatons y Durmstrang, el director pensaba que solo cantemos el himno de Hogwarts en la presentación, obviamente ni Filius ni yo permitiríamos eso, especialmente cuando los directores de esos colegios mencionaron que estaban preparando una entrada llamativa. ¿Se imaginan como se burlarán de nosotros por solo cantar nuestro himno? Qué vergüenza” el dramatismo rodeaba a su padre quien se tocaba la frente con desesperación y dolor “Es por eso que pedí un representante de cada casa para que hagan la entrada junto a los estudiantes que podrán participar en el torneo”

“¿Y qué quieres que hagamos?” dijo con miedo de pasar su mayor situación embarazosa de su vida.

“¿Saben hacer aspas de molino?”

Al final de cuentas parecía que no todos lo sabían.

¡Plaf! Sonó la caída del cuerpo de Cedric Diggory contra el suelo (afortunadamente había una colchoneta o eso hubiera sido más doloroso) “Ugh, esto no es justo. Tú ya sabías hacer el aspa de molino, Luna y Ginny aprendieron fácilmente” le comentaba agitado mirando el techo, el tejón se encontraba con la respiración dispareja, el sudor cubriéndole todo el rostro y despeinado, estaba seguro de que si sus seguidores lo veían así se encontrarían decepcionados de que no se encontrar siempre perfecto “Y ni qué decir del split” Draco se encontraba con las piernas cruzadas al lado de Cedric observando su proceso, su invisible proceso.

“O la rueda sin manos o el pino o el kip up o el arco o el mortal…” lo empujaron con el pie para callarlo “Esto es una ofensa ante una persona que te quería ayudar” dijo indignado.

“¿Ayudar? Me estabas restregando mi falta de acrobacias y flexibilidad en mi vida… ¿Cómo puedes hacerlo?” se levantó poniéndose sobre sus codos para mirarlo a los ojos.

“No sé… solo se me hace sencillo” dijo lo más condescendiente posible.

“Eso no es de gran ayuda” se quejó volviéndose a recostar en el suelo, se veía miserable y cansado por el entrenamiento de aquella semana, en tres días de puras volteretas no había sido capaz de lograr el aspa de molino.

Le parecía curioso que Cedric perdiera su tiempo aquí, él podría pasar con los demás estudiantes de años superiores que usarían magia para poder hacer con agua y luces a las mascotas de cada casa de Hogwarts, pero prefería estar aquí con otros tres estudiantes de otras casas que no tenían permitido ser parte del torneo… con otros tres adolescentes que no pertenecían a su séquito de aduladores y como a veces no existía un filtro boca-cerebro en él dijo “¿Por qué estás aquí?”

“¿Practicando mis aspas de molino?” dijo con una voz nasal y burlona.

“No, quiero decir aquí con nosotros practicando las acrobacias y no con los de tu edad practicando los hechizos con forma” Se quedaron en silencio por un par de minutos, parecía que lo había incomodado. Ahora se sentía culpable por ello cuando Cedric se había comportado muy amable con él y lo había dañado levemente por tres años seguidos “¿Lo siento?”

Soltó una risa nada divertida “Siempre has demostrado ser muy inteligente, directo y empático, no me sorprende que tengas dudas sobre mi participación con ustedes. No quiero sonar cruel ni desagradecido, pero estoy cansado, cansado de que mis amigos me vean como si fuera perfecto, de que no pueda fallar o comportarme normal frente a mis compañeros, como un simple adolescente.”

“Estás agobiado por la atención” solo pensar que debía actuar tan perfecto frente a otros debería ser tan cansado, no poder comportarte como quieres porque sabes que decepcionaras a los que te admiran, sentirse atrapado en tu propia piel “¿Por qué sonarías cruel?”

“¡Es que mis amigos me aprecian, me quieren y yo… yo solo quiero estar un tiempo lejos de ellos!” se sentó gritando, aunque sabía que ese enojo no era hacia Draco, sino hacia sí mismo “Eso es ser cruel” terminó susurrando.

“Eso es ser humano, Cedric. Somos seres sociables, pero a veces necesitamos nuestro tiempo a solas. No debes de preocuparte” sujetó su mano con fuerza, intentando transmitir su atención “O solo necesitamos pasar el tiempo con otras personas”

“Pero ellos son mis amigos, ¿los cambio por qué no me agradan? ¿soy hipócrita? ¿Soy malvado? ¿No los aprecio?”

“¿De qué hablas? Yo tengo dos grupos de amigos que chocan entre sí cuando están cerca, pero me agrada pasar tiempo con ellos. Es como respirar un aire nuevo. Además, mis amigos también tienen otro grupo de amigos, he escuchado que mis Gryffindor se hablan con sus compañeros de casa” había escuchado que Patil y Brown estaban incluyendo en sus conversaciones de chicas a su amiga (Hermione no les dijo de que hablaban, parecía que era un secreto entre ellas), mientras tanto Harry y Ron hablaban sobre las clases y deportes tanto mágico como mugles con sus compañeros de habitación. Cada uno también tenía su grupo de amigos, y eso estaba bien “Así que no debes de preocuparte ni sentirte mal por tener otro grupo de amigos o a veces querer estar solo. Es natural”

El otro se le quedó mirando sorprendido “¿No eres demasiado sabio para tu edad? ¿Cómo lo haces?”

“Supongo que la vida me moldeó rápidamente” todo lo que había sufrido, todo lo que había pasado en su corta vida le había enseñado demasiado. A veces las enseñanzas venían con dolor, solo esperaba que nunca nadie volviera a aprender de la misma forma que él fue enseñado “Ahora sigamos con el entrenamiento, esa aspa de molino no se logrará solo, ¿eh?” Cedric refunfuñó, sin embargo, se levantó y siguió practicando cada acrobacia hasta que pudo lograrlo un día después de aquella charla tan extraña e íntima.

Se encontraba caminando con Harry, Hermione y Ron hacia el lago para empezar a hablar sobre sus avances del comportamiento de los elfos domésticos y la libertad, cuando lo levantaron del suelo de forma repentina, sabía que Cedric se acercaba, pero no creía que lo iba a cargar haciendo que sus pies no tuvieran una superficie donde caminar haciendo que estos se agitaran por la sorpresa “¡Lo hice! ¡Lo hice!” gritaba sin soltarlo el tejón “Gracias, gracias, si no me hubieras tenido paciencia para enseñarme una y otra vez nunca lo hubiera logrado”

“¿De nada?” comentó aún en el aire. ¿tan poco pesaba? pero si estaba comiendo mejor últimamente y para que alguien tan delgado como Cedric Digory lo levantara como si fuera una pluma le daba en el ego.

Repentinamente Cedric lo dejó en el suelo con una sonrisa entre nerviosa y divertida “Parece que los rumores si son ciertos… solo lo quiero como un amigo, Harry” miraba a su amigo de ojos verdes mientras se sobaba la cabeza con culpa.

Harry tenía los ojos entrecerrados hacia el mayor para luego suspirar y mirarlo a él con una sonrisa pequeña “¿Es sobre la presentación? ¿El cual nos tienes a oscuras?” Draco no pudo evitar sonrojarse, todavía se sentía avergonzado de participar en esta presentación de Hogwarts para el Torneo… no le había dicho a nadie, todo se había mantenido en misterio por lo vergonzoso que sería, pero asintió con la cabeza “Sabes que mientras más lo ocultes, más curiosidad nos da especialmente porque parece tan avergonzado en decirlo” Harry le picó con su índice la mejilla roja del rubio que se puso cada vez más rojo, si eso era posible. Lo odiaba por ponerlo tan sonrojado, especialmente porque su corazón galopaba como loco en su pecho al sentir su toque en su mejilla.

“¿Qué van a hacer? Es que cada vez que le preguntamos se sonroja” le decía Ron a Cedric totalmente curioso “Al menos una pista” rogó.

“No necesitamos más que una pista, Draco está completamente callado y si le preguntamos nos cambia el tema” se quejó Hermione.

Cedric solo rio por lo que estaban diciendo “Si se lo decimos ya no será sorpresa, además de que el profesor Lockhart nos perseguiría por revelarlo y me he percatado que es un hombre atemorizante” el exagerado se estremeció.

“Te entiendo Diggory, el profesor Lockhart si puede ser intimidante” se solidarizó Harry, dejando sorprendido a todos, especialmente al mencionado.

“¿El profesor Lockhart? ¿Atemorizante? ¿Hablan en serio ustedes dos?” Hermione comentó con sospecha e incredulidad.

“¿Estamos hablando del mismo profesor? Les recuerdo que el profesor Lockhart es rubio y de ojos azules, el profesor atemorizante tiene cabello y ojos negros, además se llama Snape” Ron lo dijo lentamente como si estuviera hablando con niños pequeños que recién aprendían a decir su nombre.

Harry le dio un suave empujón al pelirrojo “No seas idiota Ron. Sabemos quién es el profesor Lockhart, solo que tu no has conocido su rostro enojado. Ese si da miedo” Cedric a un lado de Harry asintió a lo dicho.

“No sean ridículos, Gilderoy no es atemorizante, solo es agradable y no diremos nada sobre lo que se está planeando de la presentación, deberán esperar de igual forma que lo están haciendo los demás estudiantes. No hay información privilegiada” miró al tejón “Felicidades, Cedric, sabía que lo lograrías”.

El mayor le brindó una sonrisa brillante e iluminada “Gracias, y no solo debes avergonzarte sobre la presentación, sino también por el uniforme” decía mientras se alejaba hacia su grupo de tejones que lo esperaban para seguir adorándolo.

“¡¿Uniforme?! ¡¿De qué uniforme hablas?!” solo escuchó la risa divertida de Cedric Diggory alejándose con sus tejones que lo rodearon como un séquito “¡Agh! Odio mi vida” gruñó sentándose en el suelo completamente agotado… no sabía cómo era ese uniforme del que hablaba solo esperaba no avergonzarse más. Y sus queridos amigos, sus comprensibles y queridos amigos se rieron de sus desgracias “Son unos idiotas, los tres”

“Pero somos tus idiotas” Harry dijo recostando su peso a su derecha.

“Y así nos quieres” continuó Ron colocándose a su izquierda. Luego los tres miraron a Hermione para ver si complementaba con algo más esa tonta oración “¡Oh! Vamos Herm, te falta a ti”

“Bien, bien, pero Draco tiene razón son unos idiotas” se sentó frente a él “Y no te desharás de nosotros. ¿Feliz?” lo último dijo mirando a Ron quien solo reía.

Los amaba a esos tres.


“Si los Slytherin no hubieran sido unos pequeños niños llorones podríamos haber practicado la maldición imperius en esta clase, lastimosamente no se podrá como si se ha hecho con los Gryffindor y Hufflepuff” comentaba con desgano Moody cerca de las serpientes que ni siquiera lo estaban mirando “Mamá serpiente después de todo protege a sus huevecillos con colmillos y veneno”

Al menos estaba feliz de que no hubieran tenido que pasar aquella horrible experiencia, aunque le preocupó que los demás estudiantes de su año si fueron maldecidos con el imperius… que horrible de que hayan hecho aquello, además de que el director lo haya aprobado sin ningún problema o consecuencia. ¿Es que estaba loco? ¿Maldecir a estudiantes con un imperdonable? ¿Todo para saber si podía resistirse?

Esa clase se quedaron solo aprendiendo a profundidad lo teórico de la maldición imperius, especialmente el profesor les mostraba casos atroces de diferentes magos o brujas que fueron controlados y se les obligó a matar, suicidarse, dañar a otros.

“Esto hubiera sido más interesante si hubiéramos hecho esta clase práctico, pero repito, agradézcanle a los Slytherin que no son capaces de llorar en silencio y se quejan a su mamá serpiente” gruñó solo provocando que las serpientes lo ignoraran, después de todo era un completo imbécil “Ya pueden retirarse la clase terminó… menos usted Malfoy, quiero hablar con usted” se detuvo de guardar sus pertenencias por un segundo para luego continuar.

“¿Estarás bien? ¿Quieres quedarte con él solo?” preguntaba Pans a su lado con un rostro preocupado.

“Estaré bien, no se preocupen” les dijo tanto a Pans y Blaise que parecían no querer salir del salón de clase “Ahora salgan antes de que al profesor se le salga el único ojo sano por vernos tan detenidamente” y aunque esperó que se rían, no lo logró. Sus amigos seguían completamente preocupados, sin embargo, salieron con lentitud mirando entre él y el profesor Moody que estaba a punto de botar a las demás serpientes de una patada. Cuando la puerta se cerró dejándolos solos a él y el profesor es que se giró a verlo “¿Qué necesita de mí, profesor?” no le gustaba estar a solas con ese hombre, especialmente desde que había escuchado que le dijo mascota… pero tal vez escuchó mal… tal vez estaba siendo paranoico porque este año escolar estaba siendo lo más normal posible y necesitaba tener a alguien que lo pusiera alerta “¿Profesor?” Fue ignorado, solo lo observaban con mucho detenimiento por largos segundos “¿Me necesita o debo irme?”

Justo en ese momento la puerta fue abierta y una mujer entró, era como si su atención hubiera sido captada por ella tanto así que se había olvidado que Moody se encontraba presente en la sala, lo extraño en aquella nueva visita era de que no podía percibir algún rasgo debido a que usaba una túnica que le cubría todo su cuerpo y parte de su rostro, lo único que podía observar de ella eran sus deslumbrantes ojos marrones que tenían líneas blancas en sus iris, además de que tenía una aroma fuerte a mar o lago… ese aroma opacaba cualquier otro. La mujer lo observaba evaluadoramente, apreciando cada uno de sus rasgos como él había intentado hacerlo sin éxito… esos ojos marrones brillaron con apreciación y ¿cariño? no, tal vez estaba equivocado porque no conocía a esta mujer, nunca la había visto… aunque no podía decirlo con convicción porque se encontraba tapada… pero esos ojos no son fáciles de olvidar.

Un pequeño silbido lo distrajo haciéndolo salir de aquel trance… por otro lado, los ojos marrones y blancos de aquella mujer dejaron de brillar y se opacaron repentinamente, ella siguió su camino hacia colocarse al lado de Moody para pasarle una hoja que fue leído con rapidez.

“Malfoy te presento a la Auror Heo, está aquí por parte del Ministerio de magia para verificar los arreglos de la llegada de los otros dos colegios a Hogwarts” señaló desganado, pero sin dejar de releer aquel papel para luego apretujarlo con enojo “Es una de mis ex-aprendices” Solo pudo dar un leve movimiento de cabeza en forma de reconocimiento, esos ojos habían cambiado tan drásticamente de emoción en un solo segundo “¿Por qué no te presentas Heo?”

La joven se acercó y llámenme loco, pero esos ojos parecían moverse como si buscaran hipnotizarlo. Era extraño porque sentía su mente en blanco, completamente en blanco y vacío. Solo era él y aquellos extraños ojos brillantes, no sentías nada, pero al mismo tiempo, de forma contradictoria, podías sentirlo todo. Era como si estuvieras atrapado y supieras que ibas a morir a manos de la persona frente a ti, pero tu cuerpo no reaccionaba, no comprendía que debías correr… era una sensación familiar. Y cuando ella habló, sintió un peso en todas sus extremidades, como si alguien lo intentara mover, como si un titiritero estuviera jalando con fuerza sus brazos y piernas para obligarlo a hacer algo… pero ¿qué? La voz de la joven no la entendía… era como si estuviera sumergida en el agua e intentara hablar, todo se escuchaba difuso.

El aire se iba acabando alrededor suyo con cada segundo que no hacía caso a la orden, ¿pero qué orden? ¿Qué debía hacer? Estaba muriendo, solo podía pensar que estaba muriendo al sentir las lágrimas acumulándose en sus ojos por la desesperación de querer respirar.

Extraño, molesto… se encontraba asustado. No le gustaba esta sensación de control que tenían sobre él… no lo quería, no lo quería.

Sacudió con fuerza su cabeza dando un paso hacia atrás, mientras se abrazaba y se percataba que estaba temblando. Estaba tomando aire de forma brusca, porque por un momento sintió que se ahogaba en el fondo del mar.

“Fuera Malfoy” dijo Moody de un momento a otro, pero no lo registró bien ante su mente aturdida.

“¿Qué?” su voz era un susurro que casi se pierde en el salón.

“¡Fuera!” le gritó enojado, mientras botaba los objetos del escritorio cerca de él con rabia al suelo.

Rápidamente tomó su bolso y salió del salón, cuando abrió la puerta se encontró con los ojos curiosos y asustados de Pansy y Blaise que lo estaban esperando afuera. Les hizo una señal de silencio cuando la puerta se cerró atrás de él.

Cerró los ojos intentando concentrarse en las voces dentro de la habitación, sin embargo, su corazón que palpitaba con miedo le hacía casi imposible entender. Primero escuchaba unos murmullos… necesitaba agudizarlos más…

“Concéntrate en tu … nada más” decía la joven Auror en voz baja.

“No me digas nada... Puedo hacerlo, ahora puedo” no podía escuchar las oraciones completas porque los latidos enloquecidos salidos de su propio cuerpo lo estaban desconcentrando.

“Sería una pérdida de tiempo… no estamos listos todavía”

“Pero… pero…”

“Haz lo que se te ordenó y no hagas nada tonto o sino…” se quedó en silencio “Nos está escuchando” eso lo sorprendió porque nadie debería saber que podría estar escuchándolos, especialmente estando tan lejos y ellos hablando en susurros, se fue corriendo seguido por sus amigos cuando hubo pasos acercándose a la puerta para abrirla con fuerza. A lo lejos solo un siseo enojado salió de los labios de aquella mujer.

En la noche se encerró en la habitación de Severus, se había atrincherado y escondido ahí toda la hora de la cena esperando que viniera su padre… que llegó con una bandeja de comida caliente “¿Puedo saber por qué mandaste a Aquiles en la cena a que me llevara este mensaje? ¿Y por qué no apareciste para nada ahí? ¿Además de escribirme una nota diciendo que viniera aquí inmediato, niño problemático?” cuando lo vio envuelto en las sábanas y abrazado fuertemente a sí mismo, con todavía un leve temblor en su cuerpo, dejó la bandeja en la mesa con rapidez para sentarse al lado de él en la cama “¿Qué pasó?”

Sinceridad, debía ser sincero. “Creo que quisieron usar la maldición Imperius sobre mí” susurró… esa última interacción que tuvo con Moody y su auror había hecho que todo se desplomara sobre él, todo ese mes y medio de intentar ignorar su seguimiento, acoso y palabras que creía haber escuchado lo desbordó.

“¿Que?” la voz de su padrino sonó fuerte y claro, enojado.

“No podía controlarme, sentí que me estaban obligando a hacer algo que no debía… me ahogaba, asfixiaba, no sentía nada” susurró recordando esos breves momentos que parecieron horas para él “Y al mismo tiempo lo sentía todo”

“¿Quién fue?” susurró tomando su varita y pasándola por su cabeza “No veo rastros de la maldición sobre ti”

“Fue una amiga del profesor Moody, y él dijo que es difícil saber si alguien fue maldecido con el imperius”

“Es difícil si ha pasado más de doce horas… antes de ese tiempo hay un rastro de magia oscura sobre la persona que lo usaron” le acarició la cabeza “¿Una amiga de él? ¿Qué intentó obligarte a hacer?” y aunque se escuchaba calmado sabía que estaba furioso.

Abrazó el torso de Severus “No lo sé, pero me sentí muy extraño”

“¿Hay algo más que te ha hecho?” le contó sobre el acoso, sobre las palabras que creyó haber escuchado, sobre la repulsión en su mirada, sobre lo que estaba hablando con aquella mujer “Voy a ir con el director, puede que sea su viejo amigo, pero ese hombre está cruzando los límites”

“No te vayas, hoy no, por favor” susurró sin querer soltarlo de su túnica, Severus lo abrazó y se mantuvo a su lado por alrededor de media hora hasta que tocaron la puerta, era Gilderoy que tenía el ceño fruncido.

“El director quiere hablar con Draco, dice que es urgente”

Los dos adultos renuentes por el pedido lo acompañaron hacia la oficina del director, cuando llegó ahí se encontró con el viejo hombre, el profesor Moody y la extraña mujer “Ahí está el alumno acosador. Necesito que le pongas un alto, Albus.”

“¿Acosador? ¡Yo no soy el acosador!” gritó molesto y cansado de que le culpara de acosador cuando él ha sido una molestia completa desde que comenzó el año escolar.

“¿No? me has estado observando por todo el castillo cada vez que nos cruzamos sin importar si es en la mañana, tarde o noche; has espiado mis conversaciones que he tenido con algunos aurores o profesores, violando mi intimidad; me has faltado el respeto en los pasillos frente a otros estudiantes que pueden ser testigos de lo que digo es verdad. Solo has sido un lastre…” Moody hablaba enojado y aunque algunas cosas fueran verdad, este lo estaba exagerando demasiado.

“Moody” comenzó diciendo Severus con el ceño fruncido, pero fue callado.

“Nada de Moody, porque a este niño no le han puesto un alto en sus acciones cree que podrá salirse con la suya. No entiende que cada mala acción tiene una consecuencia y debemos ser firmes con él o sino será como su padre, Lucius Malfoy, un sucio mortífago” sus palabras estaban llenas de veneno.

“Él no es mi padre” susurró impotente. Sintió una mano en su hombro de forma reconfortante.

Gilderoy habló “Él ha recibido castigos por sus acciones, no tiene un trato preferencial como tanto buscas expresarte, profesor Moody. Draco es un niño respetuo…”

“¿Respetuoso? Si quieres llamo a todos esos estudiantes que han escuchado como ese niñato me ha gritado en medio del pasillo como si yo no fuera un profesor… ¿o vas a negar que me gritaste?”

Mordió sus labios “Creí que me estaba insultando” susurró.

“¿Y eso te daba derecho a faltarme el respeto? ¿Por una creencia?” el hombre dio un paso hacia él, pero los padres de Draco se interpusieron que se acercara más “Nada de trato preferencial, ¿eh? No pueden ser objetivos si este niño es su hijo, obviamente los castigos no serán severos, Albus. Me has contado como este niño se ha metido en problemas y problemas todos estos años, es obvio que no ha aprendido nada de esos ‘castigos’ y si en verdad quieres que se comporte y obedezca, debes tener mano dura con él.”

“¿Comporte y obedezca? ¿Con quién crees que estás tratando? ¿Con un estudiante o un perro?” gruñó porque en su mente esas palabras lo asociaron a la palabra mascota que había mencionado a su parecer aquel profesor hace un mes y al parecer su ‘violenta’ respuesta pareció convencer al director de que él era la persona mala en su relación con el nuevo profesor de Defensas.

Albus Dumbledore se levantó para acercarse “No puedo pasar por alto esta falta de respeto a un profesor…”

“Pero es él quien me ha estado acosando” intentó defenderse, pero la mano levantada del director pidiendo silencio lo calló.

“Albus… Moody ha estado persiguiendo a Draco por el colegio, lo ha estado incomodando y…” intentó defenderlo su padrino sin éxito.

“¿Quién te dijo eso? ¿Tu ahijado? No tienes pruebas de ello Severus, desde que tomaste su tutela está perdiendo el norte” el director miró de una forma extraña a su padre, parecía reconsiderar su valor en aquel colegio… ¿no lo iba a despedir? ¿o sí?

“El profesor Moody…” intentó atraer la atención del directo su otro padre, Gilderoy.

“Él tiene pruebas, su ex-estudiante estuvo presente cuando se percató de que estaban siendo espiados, además de diversos estudiantes que escucharon el altercado” al final, él fue señalado como el malo en aquella situación… él fue señalado como el responsable “Quiero preguntarte Alastor, ¿vas a interponer un castigo?”

“Si no lo hago, entonces este niño será un mortífago. Y como sabemos un mortífago siempre es un mortífago y son un problema a futuro.”

“Vamos, no exageremos, solo es un mal comportamiento” apaciguó el director cuando sus padres intentaron agarrar al profesor por suponer que ese sería su destino “El castigo será limpiar cada librero que tengamos en la biblioteca, no quiero ver ninguna mancha de polvo. Tenemos dos pisos de la biblioteca y en cada piso hay doce libreros de 10 largos compartimientos, tendrás que limpiar todos ellos en una semana y así sucesivamente por alrededor de tres meses… ¡ah! y sin magia”

“¿¡Tres meses!?” dijo en shock porque la biblioteca era enorme y algunas repisas eran demasiadas altas para él.

“Albus estás exageran…”

“Ya he dicho, solo espero que con esto el joven Malfoy aprenda a respetar a todos los profesores y no solo a los que a él le cae bien” lo miró de forma evaluadora inclinándose levemente hacia él “Debes aprender a ser obediente con tus mayores, joven Malfoy, especialmente los que quieren el bien común” se sentía como una pequeña pieza en un gran juego de ajedrez, una parte de él creyó que el director lo quería utilizar por eso quería su obediencia total. Se estremeció “No me veas así Severus, solo quiero que tu ahijado sepa que puede confiar en nosotros, pero también debemos nosotros poder confiar en él y si es irrespetuoso eso será difícil”

“Si eso es todo director, ya es demasiado tarde para que Draco siga despierto, lo estaremos llevando a su habitación” comentó Gilderoy entre dientes, parecía contenerse de decir algo contra aquel.

“Espero en verdad vaya a su habitación… el joven Malfoy ya no puede dormir en la habitación que se les ha asignado a los profesores, espero comprendan. Es por su seguridad” sus pasos que iban a la salida junto a sus padres se detuvieron, tanto Severus como Gilderoy voltearon con ojos sorprendidos y horrorizados.

“¿Qué es lo que está insinuando?”

“Nada profesores, ahora Gilderoy lleva al joven Malfoy a su habitación, mientras quiero hablar a solas con Severus, siento que debemos poner algunos puntos en la mesa” miró a Moody que tenía una sonrisa ganadora y a la mujer a su lado que se había mantenido callada todo ese tiempo “Eso sería todo, gracias por venir a comunicarme los problemas. Y espero que no le haya atrasado en su trabajo Auror Heo”

La auror hizo una leve reverencia “No se preocupe director, recién me voy a reunir con mi escuadrón para hacer las primeras revisiones por donde aparecerán las demás escuelas, que todo esté seguro” fue la primera en salir, siendo seguida de cerca de Moody.

“Buenas noches Malfoy, espero que esto no estropee la relación alumno profesor que debemos tener” la burla en su sonrisa contradecía sus palabras.

“¿Severus?” susurró Gilderoy mirando a su padrino que ahora se encontraba frente a frente con el director.

“Váyanse, estaré bien. No se preocupen” lentamente salieron del despacho.

Camino en silencio pensando en todo lo que había pasado aquel día, se sintió tan cansado y orillado al enojo “¿Por qué parece que no le agrado?” susurró pensando en cómo el director siempre creó una línea de separación entre ellos “Nunca me ha llamado por mi nombre, todo lo que hago está mal… pero si fuera Harry u otro alumno lo estaría celebrando. ¿Le hice algo?”

“No le has hecho nada. Entre nosotros, creo que es” se acercó para susurrarle en el oído “un completo idiota” eso lo hizo reír un poco “Por hoy ganó, pero nunca dejaremos que ponga sus sucias manos encima tuyo, debes respetar a tus mayores, pero nunca obedecerlos ciegamente como él quiere, sigue tu corazón y lo que crees que es bueno, has demostrado tener un gran juicio” siguieron caminando hasta llegar a la pared que le iba a permitir ingresar a la sala común de los Slytherin “Intentaré mantener a Moody alejado, he visto que tenemos horarios donde nos cruzamos”

“Gracias papá” susurró para abrazarlo sin querer separarse “¿De verdad ya no puedo dormir con ustedes?”

Le acarició con suavidad sus cabellos “Lastimosamente no” sus ojos se habían oscurecido con enojo “Pero no dijo nada de dormir con Thuban, estoy seguro de que él estará feliz de poder abrazarte toda la noche” se despidió de Gilderoy con un último abrazo para empezar a ir rápidamente hacia la habitación de los estudiantes de quinto año.

¿Ahora cómo entro? Susurraba el nombre de Thuban para saber si lo escuchaba, lastimosamente ese adolescente parecía dormir como un tronco porque no aparecía Ugh… ¿no puedo entrar así nomás? ¿O sí?

Escuchó unos pasos e inocentemente creyó que al final Thuban se había levantado, pero al abrir la puerta frente a él se encontraba Hélio Parkinson “¿Draco? ¿Qué haces aquí? Tu habitación está al otro lado del pasillo”

“Yo quiero ir con Thuban” señaló a la cama de donde podía apreciar el brazo de su hermano colgando a un lado de su colchón, completamente dormido “Necesito ir con él”

Hélio se hizo a un lado para darle pase “¿Vas a dormir con Thuban?” asintió ante la pregunta y le lanzó una mirada de ¿Hay algún problema? que le hizo sonreír al mayor “No te preocupes, sé que todo es inocente entre ustedes. Los son demasiado puros para algo demás nivel” se dirigió a la cama continua de la de Thuban “Buenas noches, Draco.”

Le pareció curioso que no dijera más, Hélio tuvo la oportunidad de burlarse de él por querer dormir con su hermano a la edad de catorce años, aunque Hélio siempre fue muy amable con su persona. Era un gran amigo “Buenas noches Hélio” susurró subiendo a la cama de su hermano que se levantó ante el leve movimiento.

“¿Qué? ¿Draco?” enterró su rostro en el pecho de su hermano mayor, esto provocó que lo abrazaran en respuesta y le dieran un suave beso en su frente “Estoy aquí para ti hermanito” dijo con una voz arrastrada por el sueño.

“Lo sé, gracias, hermano. Buenas noches” con su calor corporal le trajo tranquilidad.

“Buenas noches, Draco”

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