Draco Malfoy y la sepia destituida

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y la sepia destituida
Summary
La vida va mejorando poco a poco, su pequeña y rota familia va aumentando con personas y amor, así que tal vez ahora todo podría estar bien. O eso creyó hasta que empezó el cuarto año.¿Cómo es que se la ingenia para caerle mal a tantas personas? ¿Es un talento oculto suyo?No lo sabe, pero cada vez se siente más agotado y cansado... la vida siempre ha sido difícil, nunca ha podido tener un verdadero respiro y normalidad, tal vez no había sido creado para eso, especialmente cuando es obligado a participar en un torneo, además de que su director junto con un profesor parecen odiarlo sin alguna razón... ¡Oh! se olvidaba de la nueva sombra que se avecinaba por él.
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Mundial de Quidditch

Estaba frustrado, completamente frustrado y aburrido estos últimos días.

Desde que lo habían atropellado un camión parecía que se hizo un censo general en el que lo nombraron un caso perdido y si estaba sin supervisión, aunque sea un segundo, sería lastimado, golpeado, mutilado o desangrado, a un pie de San Mungo o al cielo, según a quién le pregunten. Exagerados, todos estaban siendo unos exagerados extremos porque a parte de la vigilancia constante también lo mantenían en completo descanso.

¡Solo fue un pequeño accidente por amor a Merlín!

No iba a negar que los dos primeros días esto fue divertido y se sintió como un rey, no levantarse del sillón, salvo para ir al baño o descansar, que hicieran todo por ti, pero con el pasar las horas se volvía aburrido.

¡No era de cristal! ¡Necesitaba salir, aunque sea para comprar en la tienda de la esquina!

Era una persona completamente activa, necesitaba estar moviéndose a cada rato. Si no es corriendo en su forma de lobo cerca de La Hilandera, era jugando con los otros niños del barrio o haciendo los mandados de las personas mayores de la zona o escuchando con vecinos mayores sobre el mundial de fútbol y la victoria de Brasil.

Se encontraba farfullando como un mocoso en el sillón. Agitando sus piernas enojado en el aire, en ocasiones mirando por el respaldar del sillón a los demás habitantes de su casa que estaban moviéndose de un lado a otro alistándose para ir a la copa Mundial de Quidditch o cruzando sus brazos mientras se quejaba de su inutilidad.

“¿Por qué no puedo ayudar?” gruñó mientras Severus le preguntaba que ropa pensaba llevar y le mostraba sus diversos conjuntos “Voy a llevar el de color caqui” señaló el conjunto “Pero no me des vuelta, ¿Por qué no puedo ayudar?” frunció el ceño.

Su padrino soltó un suspiro cansado “Hace menos de tres días fuiste dado de alta de San Mungo porque un camión te atropelló de frente… ¿Quieres que diga cada lesión que sufriste?” bajó la mirada culpable “Estamos preocupados, Draco. No solo sales lastimado en el colegio, sino que también fuera de este… nos dijiste que te quedaste paralizado en medio de la pista, te sentiste en alerta y tu cuerpo no reaccionó” se sentó con él en el sillón y le tomó una de las manos “Solo estamos un poco paranoicos. No queremos pensar que hay alguien -mago o experimento- rondándote de nuevo, no queremos que te hagan daño, no duele cada vez que sales lastimado” soltó un suspiro porque entendía la preocupación “Aunque creo que tienes razón en algo, si quieres levántate del sillón a ayudar… el sanador solo comentó que debías tener un día de reposo total, pero por favor no exageres cargando cosas pesadas” antes de que se arrepintiera su padre decidió levantarse rápidamente para ayudar a empacar lo que a su opinión era importante llevar.

“Listo” dijo cerrando su cofre muy orgulloso, sin embargo, una risa lo hizo voltear alarmado de que lo hayan descubierto.

“¿Pensé que Severus había ordenado que solo lleváramos lo necesario?” entró Thuban con una sonrisa que mostraba todos sus dientes de forma socarrona, mientras se recostaba en la pared.

“¿Quién dice que no puse todo lo necesario? Está todo lo necesario como dijo Severus” intentó ocultar el cofre con su cuerpo.

“¿Lo necesario es todos esos cómics? ¿Qué llevas esos juguetes? ¿Esas golosinas?”

Se sonrojó por ser descubierto. Decidió poner su rostro más lindo posible “¿Podrías no decirle nada a Severus? Por fis, por fis, por fis” dijo juntando sus manos. Podía ver como la resolución de Thuban iba rompiéndose “Por favor, Thuban. Por mí”

El mayor miró a otro lado soltando un suspiro en el que se fue toda su resolución “Bien, no diré nada, pero si te descubren yo no fui parte de esto, no sabía nada” dijo dándose la vuelta “Eres un completo manipulador, me agrada” se fue dejándolo solo y sonrió victorioso.

Se aparecieron cerca de un bosque. Gilderoy lo llevó a Thuban que se encontraba completamente tapado bajo la capa de invisibilidad de Harry -se lo había prestado a Draco y él se le había prestado a Thuban-, mientras Severus lo tenía sujetado a él de la mano. Caminaron por unos veinte minutos hasta que visualizó a diversas tiendas en la ladera de una colina “Al fin llegamos, siento que hemos caminado por siglos” dijo con un fingido cansancio Gilderoy provocando que riera por su baja condición física “Buenos días, ¿Es el señor Ricci?” preguntó Gilderoy a un mugle quien miraba a todos los magos con sospecha, ante la pregunta asintió preguntando sus nombres “Somos los O’Brien”

El mugle barrió su mirada con lentitud desde sus padres hasta él con mucho disgusto “Entiendo” dijo de forma pausada para bajar su mirada a una lista que tenía en sus manos “Los O’Brien tienen la parcela de allá” señaló con desdén una zona que se veía completamente descuidada y horrible. No tenía pasto y si era muy insistente podía percibir un aroma horrible de ahí.

“Está horrible” susurró Thuban a su oído, solo asintió.

“Recuerdo haber reservado cerca de las orillas del bosque. Hasta pagué más para elegir la zona” la voz de Gilderoy estaba tensa, de igual forma que se encontraba su cuerpo y el de Severus.

“A menos que desee que llamemos a su supervisor. Al dar un dinero extra, nos brindó su número privado por algún problema que tengamos” Severus por su lado su voz entonaba amenazas y escalofríos para el que no les haga caso a sus peticiones “¿Quiere que lo llamemos, señor Avraham?” y el hombre se sobresaltó cuando dijo su nombre, como si hubiera olvidado que tenía un gafete en su pecho donde estaba su presentación.

“Oh, disculpe. Me fijé mal, su zona es como dijo el señor O’Brien, cerca de la orilla del bosque por ahí” señaló temblorosamente una zona mucho más bella que la anterior. Lo mejor cerca del bosque para poder correr a libertad.

“Gracias” fue la escueta despedida de Gilderoy empezando a guiar a la familia a aquel lugar sin despedirse del mugle “Cómo odio a ese tipo de personas” gruñó.

“Solo ignóralo. Los mugles son de mente muy cerrada y estrecha” comentó Severus mientras dejaba caer en el pasto la tienda de acampar “Vamos, debemos armar esta tienda completamente manual”

Mientras se encontraba sacando las varillas que iban a usar no pudo evitar preguntar “¿Por qué ese señor parecía disgustado con nosotros?”

“Creí que nos iba a botar a patadas cuando nos vio” susurró Thuban ya escondido entre los arbustos del bosque, cerca de ellos.

Sus padres que se encontraban empezando a levantar la tienda se miraron por un segundo para empezar al siguiente hablar “Es sobre nuestra relación sentimental, hay algunos mugles… la mayoría que no concibe la idea de que dos hombres o dos mujeres puedan tener una relación romántica, es para ellos depravado y mal visto.”

“¿Y eso por qué le importa? ¿En qué le hace daño que ustedes estén juntos?”

Severus le acarició el cabello “Las personas son estúpidas, miserables y no les gusta ver felices a otros, por lo que siempre van a buscar arrebatarte la alegría para que sea igual de miserables. Lo mejor que puedes hacer es ignorarlos.”

“Entonces son solo unos envidiosos” declaró porque le parecía estúpido que ese hombre le disgustara sus padres simplemente porque estaban juntos. Miró a Gilderoy “¿Y de dónde vino el apellido O’Brien? Nunca lo había escuchado antes”

Una sonrisa cariñosa se plasmó en el rostro de Gilderoy “Es el apellido de soltera de mi madre, creía que sería bueno al menos con los mugles me conozcan con ese apellido. Habíamos pensado con Prince, pero Severus lo descartó rápidamente” Prince, era el apellido de soltera de la madre de Severus… una madre que no lo había cuidado como merecía cuando él era niño, en cambio de la madre de Gilderoy quien lo había amado incondicionalmente hasta el último día de su vida.

“Me gusta… Draco O’Brien, suena mejor que Draco Malfoy en mi opinión” aunque tal vez estaba siendo parcial.

“Thuban O’Brien. Suena genial”

“Gilderoy O’Brien, también me gusta mucho.”

Todos miraron a Severus quien solo estaba levantando la tienda de campaña que rodó los ojos mientras decía “Severus O’Brien”

“Los O’Brien: Los Nobles y Poderosos”

 

Estaba sobre excitado “¡No lo puedo creer! En serio le apostaba a Perú sobre Irlanda, había demostrado tener mucho control en el juego… pero fueron aplastados muy vilmente” comentaba caminando frente a sus padres quienes solo reían ante sus exageradas expresiones “¿O qué tú dices Thuban?” susurró al aire a su costado. El hombre lobo se encontraba bajo el hechizo que lo hacía volverse uno con el entorno como un camaleón.

“Yo siempre apoyé a Irlanda, lo siento, Draco” le respondió “Era mi elección más obvia y eso que recién estoy aprendiendo del Quidditch”

Hizo un mohín indignado “Bueno, cualquiera pudo ganar. Aunque me hubiera gustado ver a Perú en la final”

“¿Un fanático del equipo de Quidditch de Perú? Juegan ‘bien’, pero debes admitir que fueron aplastados como gusarajos en la semifinal” alguien habló a su costado con una sonrisa burlona y un tono de voz cruel, además con un acento distinto, seguro este no era su idioma materno. Era un joven de cabellos negros levemente ondulado que se movían con el viento, unos hipnotizantes ojos dorados que brillaban más con los rayos del sol que se reflejaban en ellos, se notaba que era mayor que él, además de que era muy alto y con un cuerpo con los músculos necesarios para alguien de su edad “El mejor equipo es el de Bulgaria, te aseguró que será el ganador de la copa mañana. Esa pobre Irlanda no verá ni siquiera quien lo ha destrozado, como ellos lo hicieron hoy con Perú, o tal vez mejor, ese país no tenía ni una posibilidad. No tuvo que ni siquiera participar”

La risa engreída del joven lo hizo fruncir el ceño “¿Bulgaria? No me hagas reír, decir que Bulgaria ganará es como decir que los grindylows son criaturas aéreas”

El joven se inclinó para estar frente a él “¿Quieres apostar, niño? Ganaría porque es obvio que no conoces nada del Quidditch”

“¿Tanto quieres perder?” respondió alzando la ceja, pudo notar que atrás del joven estaban sus padres preparados para intervenir si esta conversación se volvía molesta para él.

“Entonces si Bulgaria mañana gana voy a querer…” se acercó un poco más y con un dedo tocó su quijada para levantar el rostro de Draco “una cita contigo” esto lo sorprendió.

¿Una cita? ¿Por qué ese idiota quería tener una cita con él si estaban a un paso de arrancarse los ojos? ¡Él no quería tener su primera cita con ese desagradable hombre!

“Suficiente” fueron separados por Severus “Aléjate de él, mocoso”

El joven levantó las manos como si hubiera sido atrapado en una travesura, dando unos pasos hacia atrás “Ups… lo siento. No creí que estuviese apostando con un bebé”

Sabía que lo estaba molestando y como un tonto había caído “No soy un bebé” podía ser alguien mimado, pero no se consideraba un bebé.

“Entonces, estoy frente a un cobarde… como dicen estos mugles una gallina” dijo riendo y cuando sus padres estaban preparándose para atacarlo dijo:

“Es una apuesta, si tu ganas tendré una cita contigo. Si yo gano, entonces… bueno, no hay nada de ti que me llame la atención o necesite” dijo levantando su nariz con mucho orgullo “Así que solo será la gloria de verte humillado junto con tu equipo” escuchó un ‘Draco’ de advertencia por parte de sus padres.

Con una leve inclinación de forma de saludo el joven mencionó “Mucho gusto soy Nikola Petrova y estaré ansioso por nuestra cita” le guiñó el ojo “¿Cuál es tu nombre, cariño?”

“No me digas así y soy Draco, O’Brien Draco” 

El joven Petrova intentó acercarse a él de nuevo, pero su mirada no pudo alejarse mucho de los padres del rubio “Entonces, mañana estaré reclamando mi premio, Draco O’Brien” dijo para aparecerse lejos de ahí justo antes de que le cayera una maldición.

Sus padres lo miraron con ojos entrecerrados “¿Qué mierda?” fue el susurró sorprendido de Thuban “¿Acabas de apostar una salida contigo? ¿Tú primera cita? ¿Además de que no pides nada a cambio? ¿Estás loco?”

“No sé si está loco…” comenzó Gilderoy acercándose a él.

“... Pero si está castigado” terminó Severus empezando a guiar de nuevo el camino hacia su tienda de acampar.

Se detuvo ante lo dicho “¿Castigado? ¿Por qué?”

“Te parece poco apostar una cita con un completo desconocido… con alguien que nunca habías visto” gruñó Severus.

Gilderoy complementó “¿Y si es un loco? ¿Si quiere hacerte daño? ¿Si te secuestra? Debes ser cuidadoso, Draco, cuando conozcas a nuevas personas”

Tuvo que darle la razón en eso a sus padres, tal vez si se había pasado un poquito con eso “Pero él estaba diciendo que no sabía nada de Quidditch, se estaba burlando de mí e insinuaba que era una gallina. No lo iba a permitir. Además, no voy a perder la apuesta… es obvio que Irlanda va a ganar”

“¿No dijiste hace unos días que Viktor Krum era uno de tus favoritos para ganar la copa Mundial?” Thuban dijo con un rostro desencajado “Y Krum es de Bulgaria la última vez que revisé”

“Además de que entre tus favoritos para ganar la copa no se encontraba Irlanda” señaló Severus la lista que habían hecho previo a los partidos para saber quién atinaba en el ganador, todos habían puesto al menos tres países.

Tal vez si se había metido en un problema, un pequeño problema… pero aquello sería un problema del Draco del mañana, el Draco de hoy ahora debía de limpiar la sala y la cocina completamente solo, sin ayuda de magia o de sus amigos elfos -que por su culpa todo esta desordenado debido a una pelea entre Tilsy y Morpy, que Dobby intentó detenerlo, y generó más desorden-

“Suerte” susurró Severus para irse a su habitación con Gilderoy, este último solo le mostró el pulgar en señal de apoyo, que para él no servía en nada porque los elfos seguían discutiendo y desordenando más la sala.

“Va a ser un largo día” dijo acercándose a Tilsy -que estaba llorando- y Morpy -que estaba a punto de cometer homicidio, ¿elfocidio?- Nunca vuelvo apostar una cita en mi vida pensó cuando terminó agotado luego de limpiar todo… ¿Qué pasó con eso de no hacer esfuerzo o cuidarse por su salud?

El día siguiente estaba caminaba con tranquilidad en el bosque con Thuban luego de haber corrido toda la madrugada “¿En serio piensas ir a una cita con ese idiota?”

“Por supuesto que no, no pienso perder la apuesta” y aunque se encontraba confiado por fuera, por dentro oraba a cualquier deidad que existiera de que ganaran los Irlandeses “Así que por favor no llames a la mala suerte cerca de mí” esto solo provocó la risa de Thuban.

“Si pierdes, sabes que esa cita no será de dos nomás, ¿verdad? Estoy seguro de que no solo Severus y Gilderoy estarán vigilándolos” iba a responder cuando escuchó los crujidos del pasto al ser pisado atrás suyo “Nos vemos” se fue tan rápido el hombre lobo que parecía que nunca estuvo ahí con él.

Siguió caminando sin necesidad de ir rápido, solo podía reclamarle al Draco del ayer por hacer algo tan estúpido. ¿Apostar una cita? ¿Es que estaba loco? Moraleja, no seguirle la corriente a alguien que te estaba molestando y no hacer apuestas cuando lo querías estrangular.

“¡Hola Malfoy!” alguien gritó atrás suyo, esa voz la conocía bien asi que esperó hasta que Cedric Diggory lo alcanzara junto a otros dos adultos más. Suponía que eran sus padres “Papá, mamá les presento a Draco Malfoy, es el cazador de Slytherin, pero también es un gran buscador, aunque lo haya hecho una sola vez. Quedó segundo en la competencia de Quidditch, su equipo fue el que más puntos ganó solamente anotando la quaffle” con una sonrisa señaló a cada uno de sus padres “Mis padres, Amos y Lea Diggory, son del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas” el cariño sonaba en su voz al mencionar a sus padres.

Dio una leve inclinación “Es un placer señores Diggory. Tienen un hijo muy amable y gran jugador de Quidditch como buscador”

“Lo sabemos, mi hijo es un gran jugador de Quidditch. Uno de los mejores de todo Hogwarts” cada palabra salía con orgullo del señor Diggory “También es un gran estudiante, el primero de su generación y muy amable con los demás. Todo un ejemplo para seguir, nuestro querido Cedric”

“Es nuestro mayor orgullo y nuestro más grande amor” comentó con una sonrisa amable la señora Diggory acariciando con cariño la mejilla de su hijo, recibiendo un sonrojo avergonzado de este, pero sin alejarse del toque de su madre. Se veían una familia completamente feliz, sin problemas y que su centro era el amor… no pudo evitar preguntar si esa misma aura emitía su familia cuando estaba juntos.

Sonrió ante ese cariño que se tenían.

“Cedric nos había estado contando de ti este verano, dice que también eres uno de los mejores de tu generación, además de que siempre te metes en problemas” dijo con una sonrisa divertida la señora Diggory  “Parece que eres un joven muy travieso”

Ahora era su turno de sonrojarse por como lo veían los señores Diggory “¡Mamá! Te dije que no comentaras eso si lo veíamos” dijo tapándose el rostro el más joven de los Diggory.

“Lo siento, lo siento” comentó con una risa la madre, arreglándose un mechón de cabello detrás de su oreja, justo en ese momento levemente lo cegó la pulsera de oro que tenía un dije rosado muy extraño “Nuestro campamento es en la Zona 1, ¿vas por el mismo lugar, joven Malfoy?”

“Draco, pueden llamarme solo Draco” comentó porque no le gustaba que le llamaran mucho por su apellido “Y lastimosamente no, soy de la Zona 2” señaló con su cabeza donde debía irse.

“¿Zona 2? La mejor zona, disfrútala, Draco. Nos vemos” dijo el patriarca de la familia Diggory para empezar a caminar hacia la zona 1.

El joven Diggory se quedó uno segundos más con él “Tus amigos también ya llegaron, están en la zona 1” comentó con una sonrisa que se reflejó con el sol. Parecía que esta gran estrella siempre quería acariciar el rostro del tejón “Nos vemos después, Draco. Y también puedes decirme solo Cedric” se fue corriendo para alcanzar a sus padres.

“Nos vemos Cedric” el tejón giró levemente y se despidió agitando su mano con una sonrisa.

Miró por donde estaba la zona 1 y creyó que no habría problemas si iba a darles una visita rápida a sus amigos. Empezó la caminata.

Al llegar a la zona 1 solo encontró diversas tiendas completamente irreales. ¿Una tienda de acampar de dos pisos con balcón? ¿Una con jardín propio? ¿Es que los magos y brujas no se daban cuentas que estaban en presencia de un mugle que los miraba de forma sospechosa? Parecía que al final del día no les importaba mucho guardar el secreto del mundo mágico o eso pensó hasta que notó como alguien hechizaba al mugle con un obliviate… eso era cruel, efectivo pero cruel “¿Cuántas veces lo has obliviado?” le preguntó al mago que soltó un suspiro cansado.

“No sé, diez veces al día, creo. Nadie quiere comportarse como un mugle y debemos obliviarlos para que no sospechen” lo miró con dolor en los ojos “Estamos sufriendo mucho aquí. Afortunadamente este el último día” sus ojos se abrieron lentamente “Oh… eres uno de los pequeños de Arthur, ¿no?”

“¿Del señor Weasley?” le sorprendió que le dijera eso… él no era pelirrojo, ni tenía pecas por toda su cara la última vez que revisó.

“Si, Arthur siempre habla de sus pequeños en el trabajo, de todos sus hijos y también de tí, del joven Potter y la señorita Granger hasta muestra fotos. Habla de todos como si fueran sus hijos, todo orgulloso de sus logros o travesuras. Como la reciente con sortilegios Weasley. Los gemelos si son un torbellino, aunque ustedes no se quedan atrás” comentó entre risas el hombre cansado “Ellos están cerca del límite del prado, tienen una tienda medio gris”

“Gracias” corrió hacia donde le habían indicado encontrando la tienda de acampar, pero su mente todavía seguía repitiendo las palabras del mago cansado… ¿el señor Weasley hablaba de él a sus compañeros de trabajo? ¿Hablaba como si fuera uno de sus hijos? Un calor se instaló en su pecho… su familia era tan amplia y a todos los amaba “Llegó por quien aclamaban” dijo ruidosamente acercándose a la tienda, notando como los gemelos veían aburridos al señor Weasley que estaba ¿jugando con los fósforos? sobre leña todavía apagada “¿Qué está haciendo?” preguntó ahora mirando al mayor.

“A estado así ya varios minutos” comentó Fred viendo como el fósforo volvía caer al piso cuando su padre lo prendió y lo soltó por el shock.

“Por décadas diría yo” George al lado de su hermano comentó soltando un bostezo “En un comienzo era divertido ver la sorpresa en papá, ahora se volvió repetitivo”

No iba a negar que era divertido la mueca sorprendida que se dibujaba en el rostro del señor Weasley, pero a los segundos se aburrió como los gemelos “Señor Weasley, déjeme ayudarlo” comentó tomando entre sus manos los fósforos.

“¿Cómo funcionan? ¿Cómo se prenden sin magia?”

“Es por la fricción entre la cerilla y la pared de la cajetilla” dijo lo más simple posible porque comentarle todo el proceso al señor Weasley sería muy complicado y difícil de entender.

El mayor lo miraba sorprendido y asintiendo con la cabeza mirando como él prendía el fósforo para encender la fogata. ¿Qué tan alejado estaban los magos de la cultura mugle? Pensaba al ver a otro mago mayor usando un vestido verde de mujer caminando hacia su propia tienda… parecía un espectáculo completamente divertido. Obviamente los mugles empezarían a sospechar por estas actitudes tan fuera de lugar.

Iban haciendo los embutidos cuando aparecieron por el rabillo de sus ojos sus tres amigos cargando cubetas con agua. Los saludó con una gran sonrisa de volverlos a ver en una situación mucho mejor que en un hospital, justo en ese momento Harry casi se cae, pero al equilibrarse derramó un poco de agua en su camisa.

No quería reírse, no quería reírse, no quería reírse. Las risas de los gemelos fueron contagiosas y también se rio, provocando un sonrojo en Harry que ya estaba cerca de ellos “No es divertido” dijo entre dientes y verlo con el ceño fruncido, con manos y ropa mojada le divirtió más “Son unos tontos”

“¿Esa es tu forma de saludarme luego de que no nos vimos por días? Que mal, me siento poco querido” dijo con falsa tristeza provocando las risas de los demás presentes menos del otro implicado.

“Que mal Harry, ¿cómo puede hacerle eso a Draquito?”

“Él todavía poniéndose todo bonito para verte” se sonrojó por eso último… no había pensado de más en su ropa el día de hoy que otros días solo porque sabía que vería a Harry, ¿ok?

Sus otros dos amigos lo saludaron entre risas y con un rápido abrazo “Es tu turno, amigo. ¿Por qué no saludas a Draco? Decías que estabas ansioso de verlo hace un minuto” comentó burlón Ron sacándole la lengua al otro.

Harry le dio un empujón al pelirrojo para poder darle a Draco un abrazo de saludo. Pudo sentir como su amigo lo rodeó con fuerza de la cintura con sus dos brazos y enterraba su rostro en la curvatura de su cuello. Sentía su respiración directamente en una zona de su cuello que le hizo temblar de una forma repentina por todo su cuerpo, provocando que un calor extraño se generara desde el centro de su abdomen hasta extenderse por todas sus extremidades. Nunca había sentido algo así… se puso nervioso y se alejó rápidamente de su amigo, rompiendo el abrazo “Es genial verlos a todos, tenemos listos las salchichas, ¿quién quiere?” comentó alejándose rápidamente intentando apaciguar ese calor y sus extremidades temblorosas. Raro, pensaba intentando bajar el sonrojo de sus mejillas y tocaba con discreción aquella zona de su cuello.

Estaban comiendo mientras hablaban sobre el famoso Sortilegios Weasley “Y mamá terminó destruyendo varios de nuestros inventos” comentaba desconsolado Fred mirando con pesar la salchicha como si verla le devolviera todos sus inventos.

“Inventos que tardamos meses en hacerlo” en contraste su hermano George mordió con furia la salchicha “Todo para nada”

“Mamá tenía razón en romperlo, solo perdían su tiempo y no estudiaban” comentó Percy que se acababa de aparecer con otros dos pelirrojos.

A uno lo reconocía de su visita en el santuario “¡Dragón Weasley!” comentó levantándose para darle la mano, pero fue jalado con fuerza para un abrazo.

La risa de Charlie se escuchó fuerte “¿Todavía me sigues diciendo así? Pensé que dejarías esa costumbre luego de las cartas que nos mandábamos”

“¿Cartas? ¿En qué momento se han mandado cartas? Nunca te vi recibir alguna en el comedor” decía Harry que mágicamente estaba a su lado, dándole un leve susto por lo rápido que se movió.

“Hablamos sobre dragones más que nada junto a Hagrid. El bello Aquiles llevaba y trae las cartas, todo hacia su cabaña” le contestó a Harry sin darle mucha importancia a ese conocimiento.

“¿Cómo está Aquiles? No recibí mi carta mensual” comentó con una leve preocupación Charlie.

“Está bien ahora, había atrapado una pequeña gripe” siguió hablando con Charlie sobre la salud de su búho y del pequeño Shuva que se encontraba en la cabaña de Hagrid. Su amigo guardabosque se había encariñado mucho con el Crup.

Una tos detuvo su charla con Charlie, su rostro giró hacia el otro nuevo Weasley que estaba presente “¡Oh! Me había olvidado presentarlos, Draco este es mi hermano mayor William Weasley” recibió un empujón del nombrado, el sonido del nombre provocó las risas de los demás Weasley “Pero le gusta que le digan Bill”

“William” susurraron entre risas los gemelos.

“¿Quién es William?” comentó Ron buscando con la mirada a tal personaje.

De igual forma lo hizo Ginny “Nunca he conocido a alguien llamado así” solo se escuchó una risa ahogada de Bill.

“Son unos tontos, si no los quisiera tanto ya los hubiera maldecido por llamarme así” lo miró con una sonrisa, extendiendo la mano “Es un gusto verte Draco, entre Ron, Hermione y Harry, más Harry que lo conozco hace unos días, siento que conozco todo de ti. Hablan bastante ellos de tu persona, te aprecian mucho” Draco le dio la mano para que sea arrastrado a un abrazo del mayor de los hermanos Weasley “Vamos, Harry, no puedes enojarte. Somos casi familia si mis padres los considera a los tres como sus hijos, por ende, somos hermanos todos” lo soltó y le dio un leve golpe amistoso en el hombro a Harry “No te lo vamos a quitar, es muy joven para Charlie y para mí”

“Pero no para nosotros” comentaron los gemelos recibiendo un hechizo de Harry que los hizo quejarse por un minuto para luego reír “Posesivo Potter ataca de nuevo” su amigo iba a responder con otro hechizo, pero se detuvo ante la llegada de Gilderoy acompañado de un hombre que parecía no poner ningún esfuerzo en hacerse pasar como un mugle debido a sus túnicas largas de un equipo de Quidditch que llevaba y atrás de ellos un grupo de magos que necesitaban urgentemente un sueño por esas ojeras que se cargaban.

Su padre al verlo soltó un suspiro “No sabes lo preocupado que estábamos cuando no te aparecías en nuestra tienda” comentó llegando a su lado, para darle un abrazo “Si piensas irte con tus amigos, al menos primero avísanos”

“Lo siento” susurró mirando al suelo luego de que se separa del abrazo.

“Te dije que estaría bien Gilderoy, este es un lugar completamente seguro. No hay nada que pase sin que nosotros lo sepamos” comentó el hombre rubio que acompañaba a su padre.

El señor Weasley se levantó para saludarlo “El hombre más famoso del día. ¡Ludo Bagman!” dijo dándole la mano al hombre “Es el Jefe del Departamento de Deporte y Juegos Mágicos, el que hace responsable de que podamos disfrutar en Inglaterra el mundial de Quidditch esta temporada.”

“Me haces sonrojar, Arthur” su sonrisa era ansiosa, de igual forma su postura “Estoy emocionado porque vamos a tener una noche libre de nubes para tener una final perfecta, aunque me hubiera gustado tener en la final a Inglaterra, al menos nos vamos a ir siendo uno de los mejores programadores del Mundial de Quidditch de la historia” puso su brazo sobre los hombros de Gilderoy, como si fueran amigos desde hace muchos años “Cómo te estaba diciendo Gilderoy, si hubiera sabido que estabas aquí con tu familia desde el comienzo del Mundial hubiera hecho que estuvieran en la zona VIP”

“¿Zona VIP?” preguntó Gilderoy soltándose del ‘abrazo’ de Ludo Bagman, poniendo a Draco entre él y el mago “¿La Tribuna Principal?”

“Obviamente, con los funcionarios del Ministerio, además de lo principales donantes a nuestra causa. Cómo lo hiciste tú hace un par de años, esas escobas y tu donación nos ayudó mucho a construir este nuevo estadio” luego se puso pensativo “Aunque creo que no hay muchos asientos libres en la Tribuna principal para tí, tu hijo y… y ese otro hombre” frunció el ceño ante la forma como habló de Severus, con tanto desdén.

“No es necesario Ludo, además de que puede ser que nuestros elfos estén con nosotros, hay ocasiones que les dé ganas ver los partidos y otras no. Si van seríamos en total siete asientos” dijo entre dientes con una sonrisa tan falsa que ocultaba su molestia.

El hombre rubio miró a los Weasley “Estoy seguro de que aquí a mi amigo Arthur no le molestaría ceder sus asientos a uno de nuestros mayores dona…” en cada palabra que decía podía notar como los Weasley se veían sobresaltados de perder sus asientos, sin embargo, Gilderoy lo detuvo cuando el señor Weasley estaba apretando con fuerza e impotencia sus puños.

“Te repito que no es necesario Ludo. Me agrada muchos los palcos… nos da privacidad a mí y a mi familia” su voz sonó más autoritaria provocando que Bagman se le desapareciera la sonrisa “¿Y quién creen que ganen, chicos? ¿Irlanda o Bulgaria?” le dijo a los más jóvenes volviendo a tener una sonrisa verdadera en su rostro.

Iban a responder, pero Bagman de nuevo interrumpió “¿Por qué no hacemos esto más divertido? Apostemos” ¿Ese hombre no sabía leer el entorno? ¿No notaba que estaba demás ahí? “¿Quién quiere apostar?” el señor Weasley estaba intentando de mantener a sus gemelos tranquilos, pero no lo logró. Así que se hizo una apuesta entre ellos “Genial, ¿tú no piensas apostar, Gilderoy? ¿Tienes miedo de perder ante mis predicciones mágicas?”

“No gracias, Ludo. Ahora tengo familia y creo que sería un inconveniente hacer apuestas, pero gracias” 

“Vamos, Gilderoy, te has vuelto un completo aburrido. ¿Dónde está ese amigo mío con quien apostaba antes de que te fueras a América y luego a Hogwarts? ¿Tener una familia te ha cambiado tanto? Yo tengo familia e igual apuesto” intentaba convencer Bagman poniendo una cara de niño regañado… le dio asco “¿O ese hombre no te deja apostar tú dinero? Es tu dinero sabes, no de él. Y el niño es suyo, no tuyo, no tienes ninguna responsabilidad económica…”

Gilderoy lo miró de una forma tan espeluznante que hizo callar al hombre, tomó suavemente del codo a Draco “Nosotros nos vamos retirando, nos vemos al final del partido, chicos, para hablar sobre el resultado” se despidió rápidamente su padre, haciendo que él también lo hiciera. Y casi eran perseguidos por ese tal Ludo Bagman sino hubiera aparecido otro hombre con un traje de negocios que lo retuvo para hablar sobre unos búlgaros “En serio que ese hombre es una completa molestia” le dijo cuando estaban lejos de sus oídos.

Caminaba pensativo “¿Parecía conocerte bien? ¿Eran amigos?”

“No lo consideraría mi amigo, pero me gusta crear lazos con diversas autoridades políticas para tener una ventaja sobre otros” le sonrió “Aunque ahora no veo una ventaja en tenerlo de nuestro lado”

Se acercaron a su tienda de acampar en el que los esperaba Severus que lo regañó por no avisarles de que se iba a encontrar con sus amigos. Luego de es la tarde fue pasando con rapidez, además de que la exaltación por el partido final iba aumentando cuando el tiempo se iba reduciendo. Tanto así que los magos dejaron de ocultar el secreto ante los mugles por lo que iban vestidos con ropa del uniforme de Quidditch que estaban apoyando o con objetos mágicos para animar a su equipo.

Caminaban cerca de los vendedores cuando se encontraron de nuevo con los Weasley “Te esperamos en nuestro palco” dijo Severus empezando a caminar hacia el estadio siendo seguido por Gilderoy quien con movimientos de manos saludaba a lo lejos a sus amigos, estaban yéndose para que nadie chocara con Thuban que seguía bajo el hechizo de ‘invisibilidad’ “No te desvíes del camino otra vez, por favor, Draco” empezaron a irse junto a los elfos domésticos que iban vestidos de verde apoyando a Irlanda.

“¡Hey!” dijo acercándose a sus amigos que se encontraban cerca de un vendedor de sombreros con tréboles. También le habían dado un poco de dinero para poder comprarse algo, tal vez pueda comprar una camiseta de Irlanda muy grande para Thuban que se estaba quejando de no tener algo que vestir de su equipo favorito. Estaba acercándose cuando fue interceptado por el mismo joven de cabello negro y ojos dorado “Eres tú” dijo sin mucha emoción al tenerlo frente a él.

Intentó rodearlo porque no tenía nada que hablar con Nikola Petrova, pero no lo dejaba haciéndolo fruncir el ceño “Vamos, tenemos una apuesta. Al menos hay que conocernos antes de que tengamos nuestra cita” le guiñó el ojo, haciendo que él rodara los propios por lo estúpido que se veía. Era tan molesto que lo persiguiera, ¿no tenía nada que hacer a parte de molestarlo?

Estaba pensando responderle de que lo dejara en paz cuando la voz de Harry se escuchó como un estruendo en aquel abarrotado lugar “¿Una cita? ¿Vas a tener una cita con… con este?” su amigo parecía enojado, furioso y apunto de cometer homicidio sin arrepentirse.

“¿Este? Que forma tan degradante de hablar de alguien que no conoces” se posó en toda su altura Petrova intentando intimidar con su tamaño a Harry, obviamente no conocía a su amigo que se había enfrentado a Voldemort tres veces y que no le tembló la mano a ir contra un prófugo que creían iba por su cabeza, Petrova solo era alguien insignificante “Debes tener respeto hacia tus mayores, mocoso”

“¿Mayores? Solo veo a un idiota frente a mí”

“¿Idiota? ¿Quién te crees que eres para decir todas esas tonterías de mí?”

Era una discusión de ida y vuelta entre esos dos.

Hermione y Ron se acercaron mirando entre Harry y Petrova “¿En serio vas a tener una cita con él? ¿No sabía que ese era tu tipo?” comentó Hermione quien rodó los ojos ante como los dos jóvenes empezaron a subir el tono de su discusión que parecían a punto de golpearse o maldecirse.

“Yo ni sabía que tenías un tipo” comentó Ron para luego acercarse a esos dos a animar a Harry.

“Solo es una apuesta, si Bulgaria gana tendré que lamentablemente tener una cita con él, pero estoy seguro de que Irlanda ganará” seguía convenciéndose de eso, tal vez si lo repetía mucho en su cabeza terminaría haciéndose realidad.

Justo cuando se iban a maldecir uno al otro sonó el gong que hizo iluminar los faroles rojos y verde del bosque, dando a entender a los espectadores de que faltaba poco para el comienzo de la final de Quidditch.

Le susurró a Hermione el lugar donde estaban quedándose para el torneo y que los visitaran al terminar el partido “¡Nos vemos chicos, luego del partido nos reunimos!” dijo empezando a trotar para la entrada de los palcos. Mientras esquivaba con rapidez a los demás magos y brujas escuchó atrás que lo llamaban. No tuvo que voltear porque era Petrova “¿Qué quieres?” dijo dejando de trotar, pero sin detenerse para irse hacia su palco.

“Solo estaba pensando si quería ir conmigo a ver todo desde los palcos de los familiares de los jugadores” comentó engreídamente señalando un camino que él conocía.

“¿Familiares?” preguntó mirándolo de arriba hacia abajo.

Y si no creía que era posible la sonrisa de Petrova creció más “Soy un amigo cercano de uno de los jugadores de Bulgaria, como un hermano. Puedo llevarte a los palcos, uno de los mejores lugares y para mi opinión mejor que las butacas principales”

Caminó al lado de Petrova quien parecía engreído de haber logrado lo que él quería, estuvieron en silencio todo el camino hasta que este abrió la puerta de uno de los palcos “Entra, te divertirás” dijo indicándole con la cabeza que entrara.

Solo lo miró sobre el hombro mientras seguía de largo por al menos cinco palcos más “No gracias, tengo mi propio palco” dijo para abrir la puerta y entrar rápidamente sin escuchar nada de lo que dijera ese joven.

Dentro del palco ya estaban sentados todos los miembros de su familia.

Se sentó intentado percibir a sus amigos en la ‘zona Vip’ fácilmente los notó y empezó agitar sus manos para que lo notaran, y al verlo a lo lejos también agitaron sus manos “¿Son niños?” dijo Severus a Gilderoy quien se rió.

“Son adorables, déjalos”

Se detuvo ante el grito de alguien varios, muchos metros lejos de él “¡No sabía que eras tan infantil! ¿¡Tal vez deba cambiar nuestra apuesta!?” Petrova junto a diversos jóvenes a su lado se rieron como si lo que hubiera dicho ese idiota fuera lo más gracioso del mundo “¡Mejor no, eres demasiado bonito para que quiera perder una cita contigo!”

“¡Vas a perder, así que no estés demasiado confiado en esto con tus tontos amigos!” parecía que sus palabras no lo entendieron completamente sus demás acompañantes, pero ante la risa divertida de Petrova estos también empezaron a reír, como si fueran unas ovejitas. Unos idiotas. “Porque tuvimos que estar cerca de ese idiota, hubiera preferido estar ahí en las butacas con los demás” dijo cruzando sus brazos hacia sus padres.

Severus levantó la ceja pensativo “¿En serio? ¿Preferirías estar ahí con esas visitas indeseables?”

Giró su cabeza hacia donde estaban sentados sus amigos cuando los vio acompañados de los Malfoy. Desde lejos podía notar completamente el desagrado entre sus amigos y los Malfoy, todos tenían cara de completo sufrimiento por estar ahí a un par de centímetros “Pensándolo mejor, no. Prefiero soportar a ese don nadie que a ese trio de insufribles discriminadores.”

Se sentó cuando escuchó la voz de Ludo Bagman por todo el estadio “¡Damas y caballeros, bienvenidos a la cuadragésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de Quidditch!” todo el público empezó a gritar emocionado y justo al siguiente segundos miles de banderas ondearon junto a diversos himnos. Y del panel principal se vio el nombre de cada país junto a su escudo y con un marcador 0 a 0 “¡Sin más dilatación les presento a las mascotas del equipo búlgaro!” de una de las entradas empezaron a salir diversas mujeres hermosas, completamente bellas e impresionantes con unos impresionantes cabellos dorados, una piel que brillaba con la luz del mismo estadio.

“Esas son veelas, son una raza semi-humana, sus danzas son mágicamente seductora para la mayoría de los hombres, además de que si se enojan se transforman en algo similar a una arpía” comentó Severus sin despegar de la vista de la danza de las veelas que a cada segundo iban más rápido.

“¿No se marean?” comentó ante las diversas vueltas que daban en su danza, le estaba mareando solo verlas.

“Están acostumbradas, además de que es su forma de hipnotizar a las mentes incautas” dijo Gilderoy que con esfuerzo dejó de mirar a las veelas para tomar del brazo a Thuban que estaba a punto de lanzarse de los palcos. No se había percatado de ello porque el hombre lobo seguía bajo el hechizo desilusionador “Así como a nuestro querido amigo” parecía todavía no salir del hechizo hipnotizante “Ayúdenme, es más fuerte que yo”

Lo tomó del otro codo para evitar que lo descubriera. Barriendo su mirada por el estadio y las butacas notó como diversos varones y algunas mujeres parecían igual de hipnotizados, además de que se encontraban a un salto de entrar al campo de juego… ¿todo eso provocaban las veelas con su presencia y baile? Le parecía una completa locura como atraían a todas esas personas.

“¿Qué? ¿Por qué se están yendo?” dijo Thuban pestañeando varias veces “No se vayan” y si lo pudiera ver podría apostar que estaba lloriqueando su amigo.

Severus resopló al intentar ocultar su risa “Las olvidaras cuando aparezcan las mascotas de Irlanda” apareció una cometa de color oro y verde, que estuvo paseándose por el cielo hasta dividirse en dos y de ella en el cielo se reventaron formando diversas figuras representativas de Irlanda desde un trébol hasta un duende danzarín “Esas formas son creadas por diversos Leprechaun que son criaturas de 15 centímetros”

“Es increíble” dijeron tanto el cómo Thuban cuando pudieron presenciar a esos cientos de hombrecitos que tenían lámparas de colores. Era… mágico, no había otra palabra para describirlo.

Luego de esta presentación empezaron a llamar a cada uno de los jugadores que eran aclamados cuando los nombraban y entraban al campo de juego “¡Y desde Canadá, nuestro árbitro el vicepresimago de la Asociación Internacional de Quidditch: Dominick Hudson!”

“Pensé que Hasán Mustafá llevaría el partido” escuchó a un mago decirles a sus acompañantes en los palos contiguos.

“Creo que se enfermó de viruela de dragón, afortunadamente es leve” le respondieron. Justo en ese momento entraba un hombre alto vestido con túnicas doradas. Era de una contextura atlética, de aproximadamente 35 años, con unos cabellos rubios dorados, de piel levemente bronceada y con un ceño fruncido, como si le molestara estar ahí. Se colocó en el medio del campo con su escoba haciendo que los capitanes de los equipos se dieran la mano de forma amistosa.

Antes de que diera el pitazo para comenzar el partido giró para mirar a todos los espectadores y aunque fueron unos milisegundos, cuando presenció la tonalidad de sus ojos, cuando detalló cada parte de su rostro, cada rasgo característico, el tono de cabello… se paralizó. Sintió que el aire se salió de sus pulmones y su vista nunca se alejó del árbitro, admirando cada una de sus facetas y con cada segundo que pasaba solo podía sentir como sus ojos empezaban a lagrimear. No le importaba el juego, no le importaba la apuesta, no le importaba las personas que lo rodeaban, sentía que solo era él observando al árbitro volando en su escoba.

Solo una persona que conocía había tenido esas tonalidades en sus ojos, desde un turquesa, un celeste y un azul bebe… y adornado con ese ceño fruncido…

¿Naranja?

Era imposible, ¿verdad?

Pero Ludo Bagman comentó que venía desde Canadá… 1CA01

Si lo que Thuban le dijo era cierto, entonces ese CA podía provenir de Canadá, ¿no? O pudo ser de otro país… pero la semejanza era tanta. Mientras más lo miraba al árbitro solo podía ver en él a su amiga.

Lo tuvo de frente cuando dieron tiempo muerto en el juego ante la caída de Lynch. El árbitro volaba justo frente a su palco, mirando como los medimagos inspeccionaban al buscador irlandés “Disculpe” intentó estirarse para tocar su túnica, en eso notó que sus manos se encontraban temblorosas.

Dominick Hudson giró para verlo con el ceño fruncido… esos ojos, esa nariz, ese cabello… detrás de ese hombre la imagen de Naranja que también lo miraba con el mismo ceño fruncido “¿Qué?” esos mismos ojos que reflejaban dolor, un dolor profundo que nadie podía aplacarlo, como si estar ahí le causara malos recuerdos.

“Yo…” 

“¡Regresamos con el partido!” el árbitro fue volando inmediatamente cerca de los cazadores que estaban volviendo a tomar la Quaffle para anotar.

¿Qué le iba a preguntar? ¿Si alguna vez tuvo una hija? ¿Si la había perdido?

Ante la anotación de los búlgaros, el árbitro aterrizó cerca de las veelas para anotar la puntación, las semi-criaturas aprovecharon eso para bailar alrededor de él, pero esto no le gustó a Hudson que se soltó de su agarre para caminar enojado lejos de ellas “¿Por qué parece tan enojado?” susurró al aire, no esperaba una respuesta.

“Desde hace más de 14 años que no viene a Inglaterra” le dijo Severus mirando al hombre que parecía estar a punto de matar a cualquiera que quisiera acercarse “Durante la guerra contra Voldemort, el Ministro de Magia inglés de aquellos tiempos pidió una reunión de emergencia de la Organización Mágica Unida, en aquellos tiempos Hudson pertenecía al departamento internacional de Canadá y fue mandado a Inglaterra, pero durante la reunión fue atacado el hotel donde se habían estado quedando todos estos magos y brujas”

“En ese ataque murió la familia de Hudson, creo recordar que había ido con su familia porque su recién nacida era muy frágil y necesitaba la magia constante de su padre y madre. Así que tuvo que venir con su familia, aunque este no quisiera” Gilderoy continuó “Este ataque murieron muchos funcionarios de los otros países… esto cualquiera hubiera pensado que les daría el motivo para unirse a la guerra, pero sus ministerios aclamaron que ellos era un completo problema de nosotros. No iban a intervenir para que mataran a más de los suyos”

“Por eso parece tan molesto de volver a pisar suelo inglés, ¿no? Porque le recuerda la pérdida de su familia” ahora comprendía porque volaba con enojo, siguiendo a cada jugador y ante las llamadas de Ludo Bagman alabándolo por su arbitraje solo rodaba los ojos exasperados… ¿recién nacida? “Dices que murieron más magos y brujas… ¿Quién más murió?”

Se notaron pensativo los dos adultos presentes, Gilderoy fue el primero en dar alguna respuesta “No recuerdo bien quienes más fallecieron. El caso de Hudson lo recuerdo porque fue el que hizo más escándalo en aquella fecha, gritando tanto a los mortífagos como a los del Ministerio que eran unos malditos e incompetentes, que los odiaba y demás”

“¿Por qué tanta curiosidad?” preguntó Severus empezando a mirarlo con los ojos entrecerrados.

Fijó de nuevo su mirada al árbitro que le estaba gritando por los aires a Ludo Bagman de que lo dejara hacer su trabajo en paz “Me recuerdo tanto a Naranja” susurró.

Thuban que había estado analizando durante toda la conversación dijo “Los de tu manada eran de diferentes países, ¿verdad? ¿Crees que hayan provenido de ese ataque?”

“1CA01” su amiga gruñona que sabía que los amaba a todos, aunque escondía su amor bajo ese comportamiento gruñón. La poseedora de uno de los más grandes corazones que haya conocido.

El hombre lobo miró al árbitro “Canadá”

“7CH12” el adorable niño de ojos rasgados que siempre buscaba hacer reír a todos en esos momentos tristes, siempre viendo el lado positivo a las situaciones y con el corazón en la manga.

“China”

“9BR03” tímida y con miedo, pero siempre mostrando su sonrisa para poder traer tranquilidad en el grupo, la que tarareaba algunas canciones inventadas para traer paz en su grupo asustado.

“Brazil”

“3RS10” una de las personas más inteligente que haya conocido, pero con una mal condición física. Siempre brindando algún tip o conocimiento extra que tal vez desconocía.

“Rusia”

Y todos ellos estaban muertos. Cerró los ojos para evitar que salieran las lágrimas, deseaba un día poder recordarlos sin tener que llorar, solo recordar esos momentos felices y no esos momentos donde solo eran ellos cinco contra el mundo que los dañaban. Un mundo, un presente donde ellos ya no estaban a su lado.

Tomó aire para calmarse y al abrir los ojos notó a Gilderoy y Severus al frente suyo con rostros preocupados, mientras sentía en su hombro el peso de la mano de Thuban. Frente de él, en las butacas principales podía ver a sus amigos mirando el juego.

La vida le había quitado mucho, pero le había dado también bastantes.

Se sentó en los sillones del palco, mientras uno de sus padres le daban un vaso con agua, no se había dado cuenta que sentía seca la garganta. Dio un sorbo “Gracias”

“No hay nada que agradecer, Draco” susurró Gilderoy sentándose a su lado dándole un abrazo. Luego sintió los abrazos tanto de Severus como Thuban y se sintió protegido. Una parte de su manda estaba ahí con él… lo estaba calmando y los llenaban de su calor.

Siempre lo hacían sentir como un niño pequeño… como si le estuvieran brindando de nuevo esa infancia que se le fue arrebatada tan cruelmente. Estaba agradecido por su familia de amarlo tanto.

Nunca averiguó el verdadero nombre de su primera manada. Tal vez debería averiguarlo y darles un cierre a sus familias… miró al árbitro que estaba cobrando una falta que había provocado un búlgaro. Tal vez debería buscar a sus padres y ponerle un nombre a esas tumbas improvisadas que puso. Tal vez sus padres de ellos si los habían amado y merecían saber lo que sucedió con sus hijos.

Cuando el tablero brilló con que Irlanda ganaba por diez puntos, supo que debía regresar, que necesitaba regresar a ese horrible lugar.

El partido terminó.

Viendo de como el árbitro empezaba a retirarse algo dentro suyo se revolvió… se iba a ir. Tal vez nunca lo iba a volver a ver… una parte de él estaba listo para correr detrás de él, pero que iba hacer, que le podía decir.

Nada.

No había nada que pudiera decirle.

Se quedó quieto tomando la perilla de la puerta del palco, se quedó observando la madera pensando su siguiente movimiento, sin concebir nada “Draco” escuchó que susurraban atrás suyo.

“Necesito ir a Sudamérica” susurró dejando sorprendido a los presentes.

 

Al salir al pasillo junto a su familia, frente a ellos estaba Petrova recostado en la pared, esperándolo “Debo admitir que no pensé perder en la apuesta” dijo caminando hacia él con una sonrisa “Pero, ganaste” dijo dando una leve reverencia “Acepto la derrota y que tu fuiste el mejor en elegir al ganador” se levantó dándole una sonrisa descarada “¿Quieres acompañarme en los camerinos? Te presentaré a todos los integrantes del equipo de Bulgaria”

Levantó la ceja ante la forma de como hablaba “¿Y tú crees que los jugadores quieran ver a alguien que no es su familia o amigos siendo que han perdido el partido? ¿Crees que quieran ser vanagloriados cuando deben sentirse tristes por perder en la final, cuando tenían tan cerca el trofeo?”

“A Viktor no le molestará”

Sintió en ese momento que esta persona solo usaba su relación con Viktor Krum para ser llamativo, usaba la popularidad del buscador búlgaro y sintió un poco de pena por él al no tener verdaderos amigos, solo gente que lo usaba para su beneficio. Le daba asco “No gracias, no me gustaría relacionarme con basura como tú” Petrova frunció el ceño listo para decirle algo, tal vez maldecirlo por la forma en como le habló, pero fue detenido por sus padres quienes lo arrojaron lejos.

“No te le acerques” siseó Severus empezando a guiarlo lejos de ahí, lejos de ese horrible hombre. Al abandonar el estadio pudo percibir como los irlandeses estaban celebrando por su victoria, cantando, gritando, bailando y saltando emocionados.

Al estar cerca de su tienda vieron varias cabezas pelirrojas acompañadas de una castaña y de cabellos negros “¿Cómo sabían cuál era nuestra tienda?” dijo frustrado Severus viendo que su noche de paz iba a ser totalmente arruinada.

“Estoy seguro de que Draco les dijo” comentó entre risas Thuban que iba rápidamente hacia la tienda para evitar chocar con los magos que celebraban la victoria irlandesa.

“Vamos Severus, sabía que iban a venir, después de todo hemos comprado bastante para una cena familiar”

“Ugh… no digas familiar” Severus frunció la nariz haciendo reír a Gilderoy, él supo que también debía reír.

Dentro de la tienda tuvieron una gran cena mientras hablaban sobre el juego y las faltas que creían que debieron ser tomadas como válida, solo se quedó en silencio escuchándolos. Todavía se sentía un poco mal por haber visto al árbitro, como si fuera culpable de no haber investigado sobre los orígenes de su primera manada

Pasaron a la sala y mientras los adultos conversaban sobre el regreso a clases, se quedó junto a los más jóvenes. Seguía escuchando a los gemelos reírse por haberle ganado en la apuesta a Ludo Bagman siendo regañados por Percy, a Bill y Charlie discutir apaciblemente sobre las jugadas hechas por los equipos finalistas, a Ron, Thuban, Ginny, Hermione y los elfos quienes estaban jugando con el pequeño muñeco de Viktor Krum. Sintió que le tomaban la mano con delicadeza apartándolo de la sala hacia la salida de la tienda y sentándose en el suelo, arrastrándolo a él también “¿Qué es lo que te pasa? Te ves triste” susurró entre el bullicio de las personas que celebraran. Pero al estar hombro con hombro lo escuchó claramente.

Se sorprendió porque pensó que lo estaba ocultando bien, no quería agriar este momento tan feliz “Solo estoy pensativo, el árbitro me recordó a alguien” comentó abrazando sus piernas porque al mencionarlo la imagen de Naranja se sobreponía sobre ese hombre.

“¿Fue un mal recuerdo o uno bueno?” Harry tomó una de sus manos y dando una presión de completo apoyo. Giró para verlo a los ojos y al tener la completa atención de su amigo sintió que de nuevo las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos “Draco” susurró acariciando su mejilla. Dejó de abrazar sus piernas para pasar sus brazos sobre los hombros de Harry y mientras el rostro de Naranja aun inundando su rostro, las lágrimas fluyeron. Su amigo solo lo rodeó entre sus brazos y acarició su espalda y cabeza, dándole consuelo con sus caricias.

No supo cuánto tiempo pasó así, pero al separarse de Harry se sintió mejor. Se estaba secando las lágrimas de sus mejillas cuando le dijo “Es un recuerdo bonito, pero que al mismo tiempo duele recordar” de nuevo sintió las manos de Harry ayudándolo a limpiar los residuos de sus lágrimas “¿Cuándo dejará de doler, Harry?”

“No lo sé, tal vez años o nunca deje de doler o habrá momentos donde llores o rías al recordar dependiendo del momento y que recuerdes, pero no debes de pasarlo solo. No cuando me tienes a mí, a tus padres, a todos nuestros amigos… todos estaremos ahí para ti como sabemos que estarás ahí para nosotros. Somos una familia después de todo, ¿no?” susurró Harry sobre su cabello mientras recostaba en su pecho a Draco con cariño para que descansara todo su peso sobre él, además de colocar una mano sobre su cintura.

“Una familia” susurró mirando como en el cielo volvía aparecer ese gigante duende “Nuestra familia”

“Nuestra familia” confirmó Harry y se quedaron ahí sentados observando ese increíble juego de luces, los cantos irlandeses y el baile. Le gustaba esa sensación que siempre sentía cuando estaba con su amigo, el silencio no era incómodo, sino que era tranquilo, en paz.

Estaba seguro pensó al estar con él.

No supo cuando se quedó dormido, pero fue levantado cuando lo tocaron del hombro con delicadeza “Draco, levántate. Los Weasley deben irse a su tienda junto a Potter” dijo Gilderoy “Además que debemos arreglar la tienda porque los elfos decidieron irse ya a la casa”

Abrió sus ojos y notó que se había quedado dormido recostado en su amigo y este se encontraba abrazándolo igual dormido “Yo… Harry, Harry debes levantarte” susurró girándose, moviendo con delicadeza a su amigo que frunció el ceño y lo abrazó con más fuerza para acercarlo a su cuerpo “Harry”

“Si no se despierta podemos mojarlo” dijo un Fred y en eso se percató que todos los Weasley junto a Hermione estaban ahí afuera viendo cómo se encontraba sobre Harry. Sintió sus mejillas calentarse por la posición en la que se encontraba.

Movió con más fuerza a Harry para que lo soltara “¿Eh?” dijo el joven de ojos verdes medio atolondrado por ser levantado.

“Debemos ir a nuestra tienda, Harry” dijo el señor Weasley con una sonrisa divertida, ante la voz del mayor su amigo se despertó y se sonrojó al notar como eran observados por todos.

“Si, si” decía soltándolo y poniéndose de pie, para luego brindarle la mano para ayudarlo a levantarse también “¿Nos vemos después?” sus ojos estaban esperanzados por una afirmación.

“Por supuesto que sí, vamos al mismo colegio” dijo divertido para bajar ese calor de sus mejillas.

“Los vas a ver después Romeo” comentó con burla Hermione provocando que Harry se sonrojar más, fruncir levemente el ceño a Gilderoy y poner una mirada de duda en los demás presentes ¿Romeo? “Si que necesitan saber más sobre cultura mugle, ¿eh?”

Se despidió de todos y cuando Harry se acercó para despedirse, este lo besé con rapidez en la mejilla para luego empezar a trotar hacia los Weasley “¡Nos vemos, Draco!” dijo moviendo su mano en forma de despedida para perderse entre la multitud.

Tocó con suavidad su mejilla y justo en el lado que fue besado sentía un calor mucho más persistente que hacía su corazón latir con más fuerza “Potter se está volviendo cada vez más descarado” Gilderoy comentó en sus espaldas “No le bastó que los hayamos dejado solos por media hora y eso que tuve que controlar a Severus para que no lo mate”

“¿Qué?” volteó para mirar a su padre quien solo negó con la cabeza.

“Es hora de dormir” se fue a su habitación no sin antes de decirles buenas noches a toda su familia, notando como Severus parecía más enojado de lo normal. No iba a decir nada más o sino podían pedirle de favor que los ayude a limpiar el desorden.

“¿Pasó algo?” preguntó mientras se echaba en la cama junto a Thuban, quien también estaba listo para dormir junto a él.

“Sabes mi función como hermano mayor no es algo nuevo para mí, siempre cuidé de mi primera manada como tal, protegiéndolos de todo lo malo, pero al mismo tiempo es nuevo porque antes nunca tuve tiempo para el romance, así que no sé que hacer cuando te veo junto a Harry, él me agrada parece ser una buena persona, pero al mismo tiempo una parte de mí no quiere dejarte solo con él porque eres todavía un cachorro” tomó aire mirando el techo de la tienda “Así que fue difícil que tanto yo, Gildroy y Severus te dejemos solos con él afuera porque tenía miedo que se aprovechara de ti”

“¿Aprovechar?” dijo sorprendido y sonrojado por toda la charla.

“Ya sabes besarte en los labios, abrazarte de forma romántica” dijo en un susurro como si solo decirlo fuera algo malo… su propio rostro se sentía cada vez más caliente “Y lo que he dicho son solo cosas que hacen los adultos, todavía somo muy pequeños para pensar en ello” pero una parte de él quería besar a Harry en los labios y al imaginarlo sus mejillas explotaron por el calor “¿¡Lo estás pensando!?”

“¡No! ¡Por supuesto que no!” dijo cubriéndose con las frazadas.

Se quedaron en silencio por varios minutos, por lo que volvió a salir a la superficie “Esto es algo que solo él puede lograr, ¿verdad?”

“¿Eh?” no entendía de lo que estaba hablando Thuban.

“Habías estado deprimido durante el partido y cuando terminó este, hasta cuando nos reunimos con nuestros amigos. Tu sonrisa no llegaba a tus ojos” lo miró con cariño “Pero te quedaste con Potter unos minutos afuera y ahora volviste a sonreir de nuevo… él solo puede lograr esto” soltó un bufido “Y eso es lo que pasó… Gilderoy nos convenció a mí y a Severus de que no debíamos interrumpirlos porque creía que Harry podría ayudarte de una forma que nosotros no podíamos, aunque obviamente él también parecía un poco renuente en hacerlo… me da miedo como ese hombre tiene razón en varias cosas”

“Es muy inteligente” se quedó dormido abrazado a Thuban… su hermano.

Estuvo soñando con un prado largo y extenso mientras corría en el con su primera manada en sus versiones humanas. Corriendo, riendo, disfrutando los rayos del sol y el aire fresco acariciando sus rostros. Se sentía en tanta paz hasta que escuchó que lo movían del hombro “¡Levántense, Draco, Thuban!” el grito de Gilderoy lo hizo abrir sus ojos en alarma, en eso afuera de su tienda escuchó los gritos de diferentes personas pidiendo ayuda o solo asustadas, además de pasos rápidos como si estuvieran corriendo.

“¿Qué…?” fue interrumpido cuando le pasaron su chaqueta.

“Están atacando el campamento, necesito que se vayan lo más lejos posible. Thuban debes de ir lo más lejos posible con Draco, no volteen hasta que estén en un lugar completamente seguro” decía mientras terminaba de pasarle su varita y el pin.

“¿Tú? ¿Severus?” comentó y justo en ese momento su tienda de acampar se quemó con rapidez, las llamas empezaron a bailar sobre ellos. Todo era sacado de una película de terror, personas corriendo despavoridos de un lado a otro, tiendas de acampar quemándose hasta volverse cenizas o siendo rasgadas con violencia, gente enmascarada hechizando a personas levantándolas sobre sus cabezas o dañándolas con hechizos cortopunzantes, el aroma a sangre, a magia oscura, a odio se percibía en aquel prado, en la zona 2.

“¡Váyanse ahora!” gritó Gilderoy levantando su varita “¡Circumvensus ventus!” de la punta de la varita de Gilderoy se creó un torbellino que se juntó con el fuego de la tienda y esta las dirigía directamente hacia los hombres enmascarados. No pudo ver más cuando fue cargado por Thuban quien lo arrastró lo más profundo del bosque.

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