
Sensaciones
Querido Draco:
Escribo querido porque es lo que siempre se comienza en una carta… no es por alguna otra razón, tienes que creerme y … y… sabes… me fui por las ramas y eso que recién empezaba a escribir, pero contigo a veces pierdo la cabeza. ¡No en el mal sentido! Solo que eres importante para mí.
Te escribía para recordarte que habías prometido visitarme a la casa de los Black así quería saber si no te habías arrepentido porque, ya sabes, parece que no te agrada Sirius y no me gustaría que pasaras un mal momento, pero también me gustaría mostrarte mi habitación… obviamente no entraríamos solos-no quiero morir a manos del profesor Snape y Lockhart sin cumplir mis metas-, si quieres también puede ir Thuban o los elfos, no habría problemas por el tamaño ya que es una habitación muy amplia. ¿Puedes creerlo? ¡Tengo una habitación grande para mí solo! Y si se quedan a dormir podrías dormir en mi habitación… te cedería mi cama sin ningún problema. Solo a ti, si Thuban viene él podría dormir en el sillón o en otra habitación. Ya lo planearemos mejor ese día.
Además, de que como te había comentado Remus también ha empezado a quedarse en la casa y está ayudando a Sirius a integrarse a la sociedad porque, aunque me duela admitirlo, mi padrino no puede cuidarse solo y menos a mi… hace unos días intentó calentar el agua y casi quema la cocina Increíble ¿no? Creo que nunca había hecho tareas domésticas y ahora le está costando mucho, también se pone nervioso al hablar con los vecinos cuando vamos a comprar, no se da cuenta que sus sonrisas los asustan. Pobre, pero lo intenta e intento apoyarlo también. Remus también ha estado ayudando mucho y me ha apoyado con los deberes que nos dejaron en el colegio, me agrada mucho, lastimosamente parece que no seguirá como nuestro profesor este nuevo año escolar, parece que el director no le renovó el contrato por los problemas de hombres lobos… creo que es una tontería porque ya habían ‘atrapado al responsable’. En mi opinión no lo quiere en el colegio, eso es una lástima porque ha sido el mejor profesor de Defensas que hemos tenido -por favor no me mates por esto, sé que quieres al profesor Lockhart, pero debes ser realistas sobre el nivel de enseñanzas de cada uno-
Deberías conocer a Tonks, es la auror que está supervisando a Sirius para saber cómo se acopla a la sociedad, es muy divertida, extravagante y tal vez la auror más amigable y competente que he conocido. Es agradable y te va a caer bien, por lo que me ha comentado es la sobrina de Sirius, así que podríamos considerar que es tu ¿prima? Tal vez he habado un poco de ti con ella y ahora está emocionada por conocerte… así que debes estar preparado para el torbellino Tonks, no le muestres miedo porque lo huele y te molestará más. Lo hablo por experiencia.
Me olvida comentarte que también aquí tenemos a un elfo doméstico, aunque de doméstico no tiene nada. Para insultándonos si movemos algo de la casa, además de que parece odiarnos con toda su alma. Se llama Kreacher y es muy, pero muy viejo, más viejo que Ranry me atrevería a decir. ¿Crees que él pueda hablar con Kreacher para calmarlo? Es que nos está haciendo la vida imposible y tal vez si se hace amigo de alguien más pueda calmarse… ayúdanos, por favor.
Espero estés disfrutando tu viaje en París y no te olvides mostrarme las fotos que tomes, estoy seguro de que te verás bien en todas ellas, totalmente deslumbrante con tu gran y bella sonrisa.
Con ansias por tu respuesta y que no cambies de opinión en visitarme.
Con cariño, Harry Potter.
Psdt. Remus y Tonks también te mandan saludos, me había olvidado mencionarlo. Sirius… bueno con él es difícil la situación, pero he estado hablando con él para que sepa lo increíble que eres y que has sido un gran amigo para mí por años. También le hablo del profesor Lockhart para que sepa cómo me cuidó y protegió de los Dursley durante las vacaciones. Espero puedan llevarse mejor pronto.
Psdt. 2. Me gustó mucho esa foto que el profesor Lockhart tomó de todos nosotros en nuestra reunión para jugar paintball. Me sorprende de la gran cantidad de personas que tenemos como familia -porque, aunque no lo creas estoy empezando a ver a tus papás como familia- Nunca creía que fuera tan querido. Estoy feliz de que formes parte de mi familia, Draco. Nos vemos pronto y… y te quiero mucho.
La imagen en el espejo lo deslumbró maravillosamente.
Gilderoy y la costurera sabían muy bien que colores lo harían sobresalir de los demás, no se confundieron en nada en su elección. La imagen que se presentaba era muy angelical y dulce… desde su cabello rubio blanquecino ondulados que formaban algunas pequeñas trenzas, una camisa blanca manga larga con un chaleco del mismo color con relieves de flores y ramas, sobre el cuello de su camisa había un corbatín verde botella, sus pantalones eran del mismo color del corbatín y unos zapatos negros con un leve tacón, sobre sus hombros descansaba una túnica de un verde unas tonalidades un poco más claras que el corbatín, con adornos de oro y piedras preciosas sobre sus hombros.
Increíble era lo único en lo que podía pensar.
“¿Creen que me quede bien? ¿No tiene demasiados adornos?” comentaba a sus padres mientras miraba en el espejo mágico todos los ángulos de la ropa que había estado probándose para un evento que se iba a dar en el colegio ¿para qué? No tenía idea. Giraba y miraba cada parte de él. Provocando una sonrisa en la costurera quien parecía llorar de alegría.
Se veía hermoso y elegante al mismo tiempo, pero creía que podía estar exagerando para una ¿fiesta escolar? Tal vez sobresaldría demasiado frente a sus demás compañeros… ugh, pero le gustaba mucho la ropa, especialmente si él era el modelo.
Gilderoy lo miraba con una sonrisa “¿Bien? Parece que eso fue hecho para ti y no son demasiados adornos, son solo algunos accesorios para un príncipe como tú. ¿Verdad, Camille?” comentaba acercándose para tomarle de una mano y dándole una vuelta haciéndolo reír. La costurera asentía muy feliz.
“¿Te gusta?” dijo Severus a un lado recostado en la puerta con una leve sonrisa. Asintió ante la pregunta “Entonces, ¿Por qué no lo compras? ¿Qué te importa lo que digan los demás? Solo estarán celosos y envidiosos” miró de nuevo su reflejo en el espejo y ahora se sentía más seguro de poder llevar esta ropa… le gustaba y sabía que se veía bien, entonces debía comprarlo, ¿no?
“Entonces lo compramos sin dudar. También podemos comprarte esas túnicas negras que habías estado viendo Severus, te verás muy guapo con ellas” comentaba soñadoramente Gilderoy recibiendo un leve empujón por parte del otro hombre que rápidamente les dio la espalda para salir del local, pero notó claramente lo avergonzado que se encontraba “Eso lo tomaré como un sí. Así que añádela a la compra Camille, por favor” la sonrisa no desaparecía del rostro de Gilderoy quien inmediatamente corrió a la caja registradora junto a Camille para pedir las túnicas, y aunque Severus intentara evitarlo no lo logró.
Sonrió divertido por lo feliz que parecían sus dos padres. Como amaba a su pequeña familia.
Caminaron por Paris mágico debido a que estaban ahí para actualizar su guardarropa debido a que había crecido -no tanto como hubiera querido- y ya la ropa que tenía empezaba a quedarle cada vez más pequeña. Obviamente la compra de ropa no quedó solo con ello, sino que Gilderoy empezó a comprarle lo que sea que le gustara de las tiendas. Desde un juego de ropa para su dragón de peluche -que aún lo tenía en su cama porque le encantaba debido a que fue su primer peluche y el que más quiere- hasta un nuevo juego de protección para el Quidditch.
“¿No crees que fue demasiado las pegatinas de Star Wars?” comentaba Severus con una ceja levantada. De lo que hablaba su padrino era de unas pegatinas fluorescentes de diversas naves de las películas que podían moverse por las paredes de la habitación como si estuvieran en una batalla.
“Me lo dice la persona que le compró esos diversos accesorios para el cabello, ¿no, cariño?” la burla teñía la voz del otro.
“Lo necesita, le gusta tener el cabello largo y debe tenerlo sujeto para sus clases”
“Si los necesita, pero tu le has comprado demasiados. Creo que va a usar uno por cada día hasta que termine el nuevo año escolar” Severus le compró desde listones, ganchos y pasadores de sus colores favoritos. De los que identificaba a su primera manada.
“Jum” y las idas y venidas de la discusión siguió entre ellos, le parecía gracioso ese enfrentamiento porque mientras Gilderoy debatía con burla, Severus iba frunciendo más el ceño y parecía que dentro de poco estrangularía al otro sin pena.
Mientras pasaban frente a una pastelería mágica un joven apuesto de cabellos castaños y ojos negros se acercó con una sonrisa muy extraña plasmada en su rostro “Un regalo por parte de la casa para este bello joven” decía entregándole un pequeño pastelito de chocolate con crema de galleta envuelto hermosamente.
“¡Oh! ¿Gracias?” estaba dudoso, ¿debía entrar a la tienda para ver los productos? ¿O debía pagarle el pastelito, aunque le haya dicho que era un regalo? ¿Quién regala un pastelito así a un desconocido? Inclinó para un lado la cabeza porque se encontraba perdido de esta atención innecesaria.
Un leve sonrojo se apoderó de las mejillas del joven “Es una nueva receta que he creado, espero te guste un poco de magia en tus postres” levemente se fue inclinando hacia él, mirándolo fijamente a los ojos “Alguien tan dulce debería apreciar los postres, ¿no?” le guiñó el ojo derecho “¿Quieres acompañarme a la pastelería? Podría darte un recorrido y te llevarías lo que quieras, la casa invita” ¿postres gratis? “Además, este pastelito que te di hace que tu cabe…” dos manos distintas se colocaron en cada hombre del joven pastelero, atrás de este se encontraban Severus y Gilderoy con ceños fruncidos y un aura muy oscura/terrorífica. El pastelero empezó a temblar asustado hasta podía apostar de que saltó del miedo “Yo… eh… ¿es su hijo?” los dos asintieron y el color desapareció de su rostro “¿Lo siento?” huyó rápidamente dentro de la pastelería sin mirarlo ni despedirse.
Que falta de modales.
¿Pero qué había pasado? ¿Por qué sus papás habían intimidado a ese amable joven que le había regalado un pastelito? Notó claramente como los dos adultos empezaban a bajar su aura malvada rápidamente y uno le sonreía, mientras el otro ponía de nuevo su rostro neutral.
“No sabía que hablabas francés” dijo Gilderoy haciéndolo olvidar de todas sus dudas anteriores, no se había dado cuenta que la conversación con el pastelero se había dado en ese idioma.
“Aprendí algunos idiomas en el ‘hospital’ era bueno que pudiera comunicarme si visitábamos otros países” y aunque intentara no mostrar su dolor e incomodidad de recordar esos días, no lo logró porque sus padres se miraron preocupados.
“¿Qué te parece ir a comprar algunos sándwiches para Thuban? Él ya debe estar esperándonos en nuestra tienda de acampar” recordó cómo su amigo debía estar corriendo por el bosque donde habían decidido acampar para que ellos puedan correr con libertad.
Esa misma noche, luego de haber corrido por horas en su versión lobo con Thuban, estaba recostado en su respectiva bolsa de dormir, mientras a su lado se encontraba tanto el hombre lobo y los elfos domésticos en sus respectivas bolsas preparándose para descansar “Tengo un pastelito para compartir, ¿quieren?” comentó saliendo hacia la mesa de noche donde había colocado el postre que le habían regalado esa mañana “Es de chocolate”
“Se ve rico, Tilsy quiere”
“Si insistes tanto, entonces Morpy comerá”
“Ranry ya está muy mayor para comer postres en la noche”
“Doby también quiere un pedazo”
“Nunca he probado el chocolate, ¿sabe bien?” Thuban miraba muy interesado el postre, con ojos brillosos y salivando un poco.
A todos los que querían les convido un pedazo del pastelito muy feliz porque comer en compañía de las personas que quieres, la comida siempre va a saber mejor “Buen provecho” de un bocado acabó y le gustó el sabor que explotaba en su boca, estaba todavía fresco el postre y el sabor a chocolate se derretía en su paladar. Le encantaba, tal vez podía decirles a sus papás que mañana antes de regresar a Londres pudieran pasar de nuevo a esa pastelería para comprara más.
Escuchó un jadeo múltiple, sacándolo de sus pensamientos.
Los demás presentes lo miraban con los ojos abiertos, en shock.
Se asustó.
“¿Qué pasa?” dijo temblando levemente de que algo malo le haya pasado. Los presentes solo lo señalaron sin decir ninguna palabra hasta que Morpy empezó a reír a carcajadas, y eso lo descolocó mucho porque ese elfo doméstico era tan cascarrabias que verlo reír era un milagro. Su risa solo lo aterró más. Se iba a poner a llorar si no le decían nada, de forma nerviosa tomó su suave cabello rubio blanquecino entre sus manos que estaban en una trenza para dormir… pero no era rubio blanquecino “¡Mi cabello!” era negro, completamente negro. Corrió al espejo más cercano para notar que era su mismo cabello, no había sido modificado más que su color y no solo eso, sus pestañas y cejas también ahora eran negras.
“¡¿Qué pasa?!” entraron corriendo tanto Severus como Gilderoy a la habitación, sorprendiéndose de verlo con un cabello tan oscuro “¿Qué te sucedió?” se acercó su padrino para tocarle sus cabellos muy pensativo.
“No lo sé, comí ese pastelito que me dio el joven pastelero y ahora tengo el cabello negro. Me veo tan extraño” decía entre hipidos porque no le gustaba la imagen del espejo, le encantaba el color de su cabello, pero parecía una persona completamente diferente ahora. No parecía Draco, no parecía su yo normal.
Thuban parecía que con la llegada de os adultos regresó a tener voz “Aún te ves muy lindo con el cabello negro. Nadie es más lindo que Draco, ¿verdad, chicos?” les dijo a los elfos domésticos.
“El amito Draco es lindo, pero a Tilsy le gusta más con cabello blanco” una daga en su corazón.
“Dobby cree que se ve bien, pero como Tilsy, Dobby también lo prefiere con cabello blanco” se enterró más esa daga.
Ranry ya se encontraba completamente dormido, aún con todo el ruido que había en la habitación. Morpy terminó de clavar completamente la daga en su pobre corazón “Morpy nunca creyó que fueras lindo, solo vanidoso”
“Chicos, era apoyarlo, no hundirlo más” gruñó Thuban.
Gilderoy se acercó para tomar entre sus manos sus cabellos y pasando la varita sobre este “No te preocupes, te ves bien con el cabello negro”
“¿Me voy a quedar así para siempre?” esperaba que no.
“No, pero mañana mismo vamos a visitar a ese sucio pastelero para que nos dé el antídoto de su poción”
A la mañana siguiente, esperaba en un parque cercano comiendo un helado mientras Severus y Gilderoy conversaban con el joven pastelero, le habían pedido que los espere ahí porque la discusión no iba a ser agradable para sus oídos. Solo suspiraba resignado debido a que se seguía viendo en el reflejo de las puertas de vidrio de algunas tiendas… nadie le iba a sacar de la cabeza que parecía alguien completamente diferente. Había amarrado su cabello en una coleta baja con un lazo rojo, algunos mechones rebeldes habían escapado y se ondulaban sobre su rostro. Volvió a suspirar. ¿Cómo un cambio de color podría cambiar a una persona tanto?
Regresando a Londres todavía seguía con sus cabellos negros, era un efecto que duraría como máximo 15 días, dependiendo de la cantidad del postre que había comido. Cómo había comido un quinto del total, entonces solo estaría tres días como máximo, ¿verdad?
Planeaba esconderse en su casa esos dos días que le faltaba, pero le había prometido a Harry que lo visitaría el día después de que llegara a Londres y no quería romper su promesa… ¡pero tampoco quería que Harry lo viera así! ¿Si no le gustaba su cabello ahora negro?
“Sería un tonto si dice algo malo de cómo te ves. Aunque creo que no se atrevería, parece apreciarte mucho, Potter” calmaba Thuban,
“Demasiado diría yo” susurró entre dientes Severus, recibiendo un asentimiento por parte de Gilderoy “Ese mocoso no sabe cómo mantener las manos quietas, siempre está buscando contacto corporal”
“Pero es agradable el contacto corporal, a mí me gusta abrazar a los miembros de mi manada, siempre me hace sentir mejor” sus palabras parecieron no calmar a sus padres, así que decidió cambiar el tema “¿Thuban va a poder ir con nosotros?”
“Si Black nos hubiera dado el permiso para ir por flú no habría problema, pero lastimosamente debemos aparecerse unas cuadras más abajo de la casa y no tenemos forma de cubrir a Thuban de los mugles” contestó Gilderoy.
“Y no pueden, no sé hacerlo invisible o…”
Fue interrumpido “Camuflarlo con el entorno. El encantamiento desilusionador… lo volveríamos parte del entorno, una ilusión”
“Una ilusión” los dos adultos se miraron por unos segundos directamente, y percibió que se estaba perdiendo algo importante “No creo que haya problema de que nos acompañe, solo le lanzaremos un hechizo y cuando entremos en la casa de los Black lo desharemos”
No sabía que esperar de la famosa Casa Black, obviamente no fue no encontrarla. La enumeración iba del número al 11 al 13, saltándose completamente el 12.
“¿Nos dieron correctamente la ubicación?”
“Es invisible para los mugles, hay que acercarnos para que aparezca” comentó Severus empezando a caminar al frente del grupo “Está bajo un hechizo en el que solo aparecerá frente a un mago que sepa su ubicación” la casa número 11 y 13 fueron empujadas a extremos diferentes para que aparezca entre ellas las número 12. Se notaba claramente que era una casa que no fue habitada por años al ver los escalones de la entrada desgatados, la pintura de las paredes estaba descolorida y sus ventanas parecían sucias, aunque la hayan intentado limpiar.
“¿Esto es habitable?” susurró Gilderoy mientras subían los escalones y estos crujían bajo sus pesos. Tuvo miedo de que se rompiera en cualquier momento. Severus se estaba preparando para tocar el timbre, porque no había una puerta “Parece muy…” se abrió la puerta antes de que tocaran el timbre. Era Harry que parecía alarmado mirando directamente a Severus “cálido”
“Me alegra que no hayan tocado el timbre o sino el retrato de la madre de Sirius empezaría a gritarnos” ¿gritar? “Buenos días, profesor Snape, profesor Lockhart”
Saludó con una sonrisa a Harry que recién lo veía debido a que estaba siendo tapado por sus padres “Hola, Harry”
“¿Draco?” se acercó a él mirándolo con los ojos abiertos y tomando entre una de sus manos un mechón de su cabello negro “¿Qué te pasó? ¿Por qué tu cabello está negro?”
Se puso nervioso, ¿se veía tan mal por eso Harry estaba en shock? “Pensé que serías un mejor anfitrión y nos invitarías a pasar, Potter” gruñó Severus, esto pareció despertar a Harry de su shock que de forma torpe los hizo ingresar a la casa que los recibió un largo pasadizo sombrío con una tenue iluminación, el papel tapiz estaba despegándose de las paredes y la alfombra se encontraba desgastada.
“¿Esa es una pierna cortada de un troll?” ahora él estaba en shock por ese soporte de paraguas tan… peculiar.
“Harry, ¿necesitas ayuda para escapar? Podemos hacer un espacio en La Hilandera para ti… ¡Auch, Severus!” su intento de ayuda de Gilderoy fue interrumpido por su padrino quien les había lanzado un codazo a sus costillas “No podemos dejarlo aquí, cariño, mira cómo se encuentra la casa… a un paso de derrumbarse o cobrar vida y matar a todos los que están dentro de ella”
Su amigo pareció un poco avergonzado “Hemos intentado arreglarla, pero parece que la magia de la casa no le responde correctamente a Sirius y mantiene el lugar, bueno… así, como una forma de huelga”
“Es… rústico” las palabras de Thuban asustaron a Harry quién no se había dado cuenta que se encontraba ahí. El hechizo cayó en ese momento mostrando toda su gloria de hombre lobo. Siguieron caminando por el pasillo hasta que subieron unas escaleras que tenían como adorno las cabezas de diversos duendes “Creo que sería bueno como casa de terror”
“Qué bueno que nuestros elfos se quedaron en casa descansando del viaje” le susurró a Thuban que asintió “Estoy seguro de que les hubiera asustado”
Entraron a una sala en el que podía presenciar como Black se encontraba sentado en el sillón leyendo un periódico, mientras el profesor Lupin estaba trayendo un juego de té y la colocaba en la mesa que se encontraba en medio de la sala para mirarlos con una sonrisa “Bienvenidos a…” su sonrisa se congeló cuando lo vio… ¿había descubierto que lo había controlado? ¿Qué tenía un poder mental sobre él? ¿Qué era un lobo?
Black levantó el rostro ante el silencio del profesor y su mirada se dirigió completamente a él, hubiera dicho que se creó una guerra de mirada entre ellos, pero Black solo apreciaba sus facciones, evaluándolo, examinándolo como si lo estuviera viendo bajo una nueva luz hasta que se levantó y salió con rapidez de la sala “¿Sirius?” susurró Harry.
“Hoy no es un buen día para él, lo siento por su reacción” dijo el profesor Lupin con una sonrisa triste “Pero, me alegra que estén aquí, no saben lo emocionado que estaba Harry de poder reunirse con uno de sus amigos. Nos ordenó limpiar a profundidad la casa, lamentablemente la casa no puso de su parte… además de que Krea…”
“¡Más deshonra en la famosa e inigualable casa de los Black! ¡Unos impuros, escorias que contaminan la inigualable…!” un elfo doméstico apareció frente a ellos.
“Kreacher, te pedimos que por favor te mantengas en tu habitación hoy” se acercó Harry intentando arrastrar al elfo doméstico que lo miraba con asco y odio, evitando ser tocado “Tenemos invitados”
“¿Invitados? ¡Solo ensucian con su presencia!” el profesor Lupin intentó calmarlo, pero el elfo se alejó con los ojos entrecerrados “¡No toque a Kreacher, hombre lobo!” le sorprendía que gritara tanto, tal vez moriría por un paro cardiaco si seguía así “¡Además, que trae a otro de su especie a esta indistinguible casa!”
Tanto Severus como Gilderoy se colocaron inmediatamente al frente de él y Thuban, como queriendo protegerlos de ese elfo doméstico y sus sucias palabras ante los presentes “Será mejor que te detengas, elfo, no permitiré que les digas nada a ellos”
“A menos que quieras que desaparezcamos tu sucia lengua de esa boca tan nauseabunda”
El elfo doméstico parecía nervioso ante las amenazas, para luego cobrar su tonta valentía, tal vez era más Gryffindor este elfo de lo que podía creer en un comienzo “No me van a asustar unos asquerosos mesti…”
“¡Silencio!” gritó, ya había soportado mucho que insultara a su familia, su manada y a Lupin, no iba a permitir que siguiera ese elfo. Dio un paso adelante “Será mejor que te calles, te sientes en el sillón y no vuelvas a insultar a nadie”
Kreacher lo miraba en completo shock y con una voz estrangulada susurró “¿Amo Regulus?” esos ojos como canica contenían lágrimas y recuerdos de alguien roto, de alguien que había perdido su mundo, de alguien que no podía continuar “No, no lo es. Aunque Kreacher ve que son muy similares” y sin decir más se sentó completamente en silencio en un sillón, sin lanzar otro insulto, sin molestar a nadie más.
Ante el silencio, el profesor Lupin pidió -muy avergonzado por lo acontecido- que tomaran asiento también “Harry me comentó que te gustaba el té de manzana y de tu marca favorita, espero sea de tu agrado, Draco” su voz se encontraba en alerta por si el elfo doméstico volvía a gritar improperios.
“Gracias, profesor Lupin” dijo mientras tomaba una taza, los demás presentes también tomaron una taza y empezaron a tomar en un silencio un poco incómodo. Por su lado el elfo doméstico seguía completamente sentado mirando sus manos que jugaban con sus dedos, nervioso “¿No piensas tomar una taza de té, Kreacher?”
Ante la mención de su nombre el elfo levantó rápidamente la cabeza “Yo… yo no…”
“Tantos gritos tuvo que haberte secado la garganta, toma un poco de té” y vacilante el elfo tomó la taza dándole lentos sorbos. Parecía un perro herido que ladraba o se exaltaba ante cualquier nueva situación que se presentara.
“Está delicioso, ¿verdad?” comentó Thuban provocando que el elfo lo mirara horrorizado “No te preocupes, no te haré daño” parecía que iba a lanzar un insulto de nuevo el elfo, pero lo miró a él y se mordió la lengua.
Justo en el momento que pensaba preguntar sobre el tal ‘Amo Regulus’, entró Black con ojos cansados y rojos que se enfurecieron al ver al elfo doméstico sentado en el sillón “¿Qué haces aquí? Te ordené que te quedaras lejos de la sala, por una jodida vez haz caso” se sentó de mala gana al lado del profesor Lupin, sin embargo, sus palabras hicieron enfurecer al elfo que se levantó molesto y colocó con fuerza la taza en la bandeja para desaparecer.
“¿Por qué hiciste eso? Estaba ya tranquilo” dijo molesto hacia Black.
“¿Y eso cuanto iba a durar? Ese viejo elfo es una bomba de tiempo, iba a empezar a insultar a todos dentro de poco”
“No sabes eso”
“Lo conozco a diferencia de ti, Malfoy” frunció el ceño porque el apellido sonó con disgusto.
“Sirius” / “Black” la voz en advertencia de los adultos y de Harry detuvo todo lo que iba decirle a ese hombre.
“¿Qué? Es su apellido, ¿no?” parecía que iba a ser un largo día.
“No me agrada que te quedes aquí, especialmente porque nos dijiste que solo sería una visita rápida” comentó Severus cerca de la puerta de entrada de la casa Black, ya se había despedido con abrazos y promesas de portarse bien, pero su padrino seguía sin querer dejarlo ahí.
“¿Tienen todo lo necesario para estos tres días?” asintió señalando su bolsillo donde había una maleta que había encogido “Este era su plan desde un inicio, ¿verdad?” comentó Gilderoy levantando una ceja divertida “Bien, pero Thuban no podrá alejarse de ustedes dos en ningún momento”
“No se preocupen, vigilaré a los dos todo el tiempo” sonrió en una pose militar “Los Weasley me comentaron todo lo que debo hacer como hermano mayor, aunque todavía no entiendo por qué”
Harry por su lado cubrió su cara con un mano muy avergonzado “A veces pienso que creen que soy un pervertido” susurró entre dientes con las mejillas rojas, esas palabras no iban dirigidas a nadie, pero obviamente las escuchó.
¿Pervertido?
“No los dejes dormir en la misma habitación, Black, al menos cumple con eso” gruñó Severus tomando entre sus manos el pomo de la puerta “Remus, Thuban. vigílenlo” señaló con su cabeza a Harry que intentaba fusionarse con el horrible papel tapiz.
Black que se encontraba recostado en la pared asintió sin muchas ganas “Si, sí. No dormirán en la misma habitación, no los dejaré fuera de mi vista, no estarán solos en ninguna habitación de la casa” caminó hacia sus padres posando sus brazos en los hombros de cada uno “Así que no deben preocuparse por la virtud del pequeño Malfoy, en esta casa todos vigilaremos que nada pase” abrió la puerta “Nos vemos en tres días” lo sacó y cerró la puerta en sus caras. Eso le pareció una gran falta de respeto e iba a reclamarle al hombre, pero sus siguientes palabras lo callaron “Uff… No entiendo cómo piensan ser abuelos si no te sueltan el cinturón de castidad”
“¿Abuelos?” “¡¿Abuelos?!” dijeron él y Harry al mismo tiempo, pero con todo de voz distinto “¡¿Dé que hablas?! ¡Estás delirando!” el rostro de Harry había explotado por lo rojo que estaba.
Con una sonrisa burlona Black dijo “¿No te dieron la charla? Bueno, lo haré yo con un cuento. Cuando una abejita se encuentra caliente va…”
“¡Sirius!” el grito de Harry y el profesor Lupin detuvo sus palabras.
“¡Oh! Me hubiera gustado escuchar ese cuento” susurró con pena Thuban mirando como iban regañando a Black como si fuera un niño. Solo asintió, a él también le gustaban los cuentos.
“Saben que es un adolescente, ¿verdad? Y aunque me guste negarlo es de buen ver, debemos de advertirlo todo sobre la sexualidad”
¿Sexualidad? Lo único que sabía sobre sexualidad era del acoso sexual que había sufrido por un ex-estudiante hace unos meses, según sus padres nadie debía tocarlo sin su previo consentimiento, si se sentía incómodo con el toque de otra persona y aunque le dijera que lo suelte no hacía caso, tenía todo el derecho de poder lanzarle un hechizo para detenerlo y alejarse rápidamente para comentarle a ellos o a algún adulto confiable cercano para que castiguen a ese ‘bastardo’.
“Creo que Severus y Gilderoy ya han cubierto ese tema con ellos” la voz del profesor lo alejó de sus pensamientos.
“¿Tú crees? ¿Esos dos que parecen querer protegerlo de todo y todos?” lo miró ahora a él y a Thuban “¿Saben cómo se hace un bebé?”
Con confianza dijo “Magia” Black soltó una risa estruendosa, mientras Lupin y Harry solo cubrían sus rostros con vergüenza ajena.
“¿En serio?” preguntó sorprendido Thuban mirándolo, asintió con la cabeza “¿Y los que no tienen magia, los mugles?”
Buena pregunta… cómo los mugles tenían hijos “Una vez escuché que los bebés salían de las semillas como las frutas y verduras. Tal vez todas las personas tengamos algo de magia para lograrlo”
“Bueno, tener o intentar tener un bebé si es algo mágico… y muy placentero” sonrió con burla Black levantando una ceja “¿Tal vez mi ahijado pueda enseñarte?”
“¡Sirius!”
El hombre levantó las manos como mostrándose inocente “¿Qué? Me pediste ayuda, te estoy creando un puente, ahora solo falta que tú lo cruces”
Y antes de que Harry estrangulara a Black, Lupin se interpuso “Ya son las diez de la noche, será mejor que vayan a dormir” lo miró a él con una sonrisa amable “Hemos preparado una habitación para ustedes, síganme”
“Profesor Lupin… si no es mucha molestia me gustaría dormir con Harry” escuchó un ‘Se está sirviendo en bandeja de oro’ de un burlón Sirius codeando a un sonrojado Harry “Queremos tener una pijamada, nosotros tres” jaló del brazo a Thuban.
El hombre estaba en contradicción “Pero le prometimos a tus padres…”
“Déjalos tener su pijamada Lunático, ni que Harry fuera hacer algo con un espectador con ellos”
“Pero acordamos con Severus y Gil…”
“Si no se enteran, no habrá problema, no les hará daño” empezó a subir por las escaleras arrastrando a Remus del brazo “Buenas noches”
Ya instalados en la habitación de Harry, que como le había comentado su amigo era muy amplio, estaban sentados en la cama y le terminaba de contar a Harry la historia sobre su actual cabello negro.
“¿El profesor Snape y el profesor Lockhart mataron a ese pastelero?” y la palabra pastelero sonó con mucho odio.
“¿Qué? No, pero creo que si lo asustaron hasta la muerte. Se lo merece por haberme teñido el cabello”
“Aunque también fue tu culpa por goloso” empujó a Thuban que se reía de sus desgracias.
“Creo que es muy poco por lo que hizo” Harry cruzó sus brazos molestos.
“Va a regresar a ser rubio platinado, ¿sabes? Solo es temporal” le sorprendía que su amigo fuera tan extremista con un pobre pastelero que no sabía que se metía con unos padres que lo querían mucho.
Su amigo de ojos verdes volvió a tomar sus cabellos entre sus dedos y lo miraba a él con mucha intensidad. Empezó a sentirse nervioso, la mirada de Harry siempre lo ponía nervioso, pero no quería dejar de observar esos bellos ojos verdes dirigidos a él. Su color favorito.
“No importa si es rubio platinado o negro o pelirrojo o castaño. Siempre te verás hermoso, además de que eso no cambiará la increíble persona que eres ante mis ojos, la más increíble de todas” su mano lentamente tocó su mejilla y como siempre ese toque no le molestó.
Le gustaba sentir el toque de Harry. Su toque nunca le hizo sentir incómodo, lo hizo sentir especial. Tomarse de las manos con fuerza durante las comidas, que recueste su cabeza en sus piernas, ponerse hombro con hombro, descansar sobre su lado, que le toque la mejilla con unos ojos intensos observándolo… con Harry siempre fue diferente.
Su corazón latía con rapidez en su pecho, especialmente cuando Harry se inclinó hacia él… ¿Qué pensaba hacer? sus mejillas se calentaron, su pecho dolía ante la intensidad de los latidos de su corazón, sus extremidades se encontraban temblando, sin embargo, no quería que lo sacaran de aquella burbuja que había quedado atrapado con Harry.
Obviamente eso no se iba a cumplir debido a que un jadeo sorprendido los hizo separarse “Ahora lo entiendo todo” miraba a Harry con una nueva resolución en sus ojos negros “A ti te g…” fue silenciado por una almohada que calló directamente en su cara.
“¡Creo que es hora de dormir!” rápidamente su amigo se recostó en la cama y se cubrió con las sábanas. Habían encantado la cama para que esta fuera más grande así que no habría problemas para que los tres durmieran juntos. Se recostó en el centro de Harry y Thuban, este último quien seguía mirando al primero con ojos entrecerrados.
“Buenas noches” lo último que sintió antes de caer en el mundo de los sueños, fueron los brazos de Harry abrazándolo por la cintura. Por eso le sorprendió que a la mañana siguiente se levantara con Thuban en el medio de él y Harry, y que durante toda la visita a la casa Black, pareciera no querer separarse de ellos en ningún momento.
“Es el chaperón” le susurró divertido Black a Lupin quien solo negaba con la cabeza con una sonrisa ante la discusión que se formaba entre el hombre lobo y Harry porque no permitía que ni siquiera se sentaran cerca en la hora del almuerzo.
La llegada del torbellino Tonks llego el último día de su visita en la casa Black con un gran estruendo sobresaltándolo tanto a él como Thuban “Llegó Tonks” soltó con un suspiro Harry dejando de lado el juego de snap explosivo que estaba perdiendo.
Una risa se escuchó como un eco por el lugar “Lo siento, volví a tumbar tu exótico perchero, Sirius” entró una mujer con cabello color chicle rosado y con las túnicas de auror, con una gran sonrisa en el rostro que al verlo se extendió más, creía que eso era imposible, pero la joven irradiaba un aura de completa felicidad “Debes ser Draco, no sabes cuanto Harry me ha hablado de ti, pareciera que no pudiera tener una conversación normal sin mencionarte al menos una vez” de forma imprevista su cabello cambio a uno negro y sus ojos de castaño a verde “Draco creería que es tonto como Sirius se comporta. A Draco le gusta más el helado de manzana que el de vainilla. Draco hubiera pensado no dejar a Sirius cerca de las cocinas. Draco. Draco. Draco” volvió a sus colores normales “Siento que te conozco sin haberte visto antes en mi vida” luego su mirada se dirigió a Thuban “También me ha hablado mucho de ti, y estoy muy curiosa de como la licantropía te infectó, es muy extraño que alguien se quede transformado y manteniendo su consciencia. Le prometí a Harry no comentar nada con el Ministerio porque sé que podrían inspeccionarte bajo una lupa muy curioso por tu caso, así que mi boca estará cerrada, pero es increíble estar cerca de un hombre lobo y no morir en el intento”
“Primero las presentaciones, Dora” susurró Lupin haciéndola sentar provocando una sonrisa distinta en ella al mirar al hombre “Ella es Nymphadora Tonks, pero prefiere que le digan solo Tonks o Dora. También es una metamorfa por eso pudo cambiar el color de su cabello y ojos” no sabía que se podía cambiar los rasgos de uno sin la necesidad de la poción multijugo o un hechizo, la bruja lo hizo de forma tan natural. El profesor tomó uno de sus hombros “Él es Draco, hijo de Severus y Gilderoy…”
“Aún me sorprende que el profesor Snape tenga un hijo y pareja… sabía lo que él necesitaba era alguien que lo ‘desestresara’ y lo consiguió con alguien muy apuesto para que le alivie la picazón” la risa de Black y Dora, junto al rostro nada divertido de Harry y Lupin le hizo entender que algo se estaba perdiendo. Miró a Thuban que alzaba los hombros igual de perdido.
“Dora” la advertencia en la voz del único adulto cuerdo silenció las risas “Como iba diciendo. Él es Draco, hijo de Severus y Gilderoy, uno de los mejores estudiantes de su año y amigo de Harry” se acercó a Thuban “Él es Thuban, que como te dijo Harry tiene la infección de hombre lobo, pero con él actuó de forma distinta a la normal, pero es muy amable y agradable”
“Es agradable por fin ponerles un rostro a personas tan importantes aquí para nuestro tierno eterno enamo…” fue silenciada por un cojín que se estrelló en su cara “Así que con eso estamos, ¿eh, Harry? ¡Esto es una guerra!” tomó otro cojín y empezó a golpear a su amigo con ello. El profesor Lupin soltó un suspiro cansado pareciera que era algo tan común que ya ni siquiera pensaba en intervenir, por su lado Black solo miraba divertido las acciones de aquellos dos. Al minuto un cojín casi da a parar a su rostro, pero Thuban lo detuvo a los segundos “También la guerra es contra ustedes” y se divirtió lanzando cojines hacia los otros tres.
Luego de alrededor de una hora se tiraron en el suelo cansados “Esta es la mejor forma de conocer a alguien, con una guerra de cojines” decía entre risas Dora “Nunca deben perder esa chispa infantil cuando crezcan” se estiró con una risa en su rostro “Me alegra mucho conocer a más amigos, además de si son familia”
Se colocó de costado para mirarla “Harry me comentó que soy tu primo, ¿es verdad?”
“Mi madre es hermana mayor de Narcisa Malfoy, tengo entendido de que no se hablan desde hace más de una década” le miraba a su rostro con cariño “Tienes esas características únicas de los Black, ya sabes con una excepcional belleza, delgado, con rasgos finos y preciosos, salvo la altura, eres pequeño a diferencia de cualquier niño a tu edad” su sonrisa estaba desapareciendo “Todo un Black… nadie puede competir contra un Black” justo en ese momento entraban tanto Sirius Black con Lupin sonriéndose entre sí y los ojos de Dora se empañaron.
“Ya está listo el almuerzo, vamos al comedor” dijo Lupin con una sonrisa.
En el rostro de Dora apareció de nuevo una sonrisa “Sí, luego de esta batalla nos estamos muriendo de hambre” y aunque ella pareciera de nuevo feliz, podía percibir la tristeza saliendo de ella, era tan leve que sería difícil de que alguien se percatara “Vamos, vamos” tomó del codo a Lupin y a él para arrastrarlos hacia el comedor.
Durante la comida todo fue un completo revoltijo de voces. Desde Dora preguntándole a Lupin que va a hacer ahora que está desempleado, Harry hablando con él y Thuban sobre el próximo mundial de Quidditch que los Weasley habían obtenido entradas y estaban ofreciendo una a Harry, mientras que Gilderoy había comprado las entradas para los palcos para su familia. Estaban coordinando lo que iban hacer esos días del mundial, qué días podían quedarse con los Weasley y que días se iban a quedar con su familia, además de que Thuban podía acompañarlos bajo la capa de invisibilidad.
“Ummm… tú ropa es de buena tela, ¿dónde la compraste, Malfoy?” la voz de Black interrumpió su conversación con Thuban y Harry.
“¿Qué?” no sabía por qué le estaba dirigiendo la palabra ese hombre. Si hablaban esos días era lo justo y necesario.
“Tu ropa es muy agradable y fina. Tal vez pueda ir con Harry a comprar un conjunto. Él lo necesita, especialmente por esas túnicas de gala que piden el colegio” Draco no pudo evitar mirar a Harry quien le devolvía la mirada totalmente perdida “Ni siquiera te atrevas a hacerte el desatendido, Harry. Me pediste ser amable con él, entonces este es mi intento de tener una conversación casual y formal”
Por intentar mantener la fiesta en paz decidió contestar “Lo compré en una tienda de París llamada Madame Bellerose, hay desde ropa casual hasta elegante. Ahí compré mis túnicas para el colegio, además de las túnicas de gala”
“¿Madame Bellerose? Queji… Severus y Gilderoy si deben tener bien consentido para gastar una fortuna solo en tu ropa” lo miró fijamente “Además, de que esos pasadores en tu cabello no se ven nada baratos”
Sus palabras hicieron tocar de forma inconsciente su ropa y los pasadores de cabello “Bueno, mis padres dicen que puedo tener todo lo que quiero y que está a su alcance. Ellos no piensan negarme nada, ni su amor, ni un techo, ni una familia, ni algo material que ellos puedan brindarme. Después de todo soy su pequeño ‘príncipe’, su más grande amor” así como sus padres lo amaban y lo rodeaban siempre con su calidez, él también los amaba y nadie iba a hacerle burla de ser un consentido por sus padres que siempre buscaban darle todo. Él orgullosamente llevaría la etiqueta de consentido.
Black soltó un silbido “Serás un novio de alto mantenimiento, ¿no? Pobre la persona con quien salgas, deberá ser igual o más consentidor que tus padres para hacerte feliz” se levantó y le dio unos suaves golpes en la espalda de Harry “Suerte, ahijado”
“¿Novio?” dijo sonrojado, no creía estar todavía listo para tener novio.
“Vamos, Draco, ya estás grande y debes de tener a alguien que al menos te guste, ¿no?” dijo Dora con una sonrisa señalándolo con una cuchara “O que haya algo de las personas que te llamen la atención” Draco se sonrojó, la única persona que podía pensar que le gustaba era Harry… tenía un flechazo con su amigo. Le gustaba sus ojos verdes, sus cabellos desordenados negros, su piel bronceada, esa personalidad aguerrida, sus sonrisas amables y su cariño a las personas que ama.
“No hay nadie” lo dijo en un susurro intentando evitar la mirada de los presentes “No me gusta nadie” no creía ser lo suficiente convincente.
Tanto Dora como Sirius empezaron a presionar que dijera la verdad, empezaba a sentirse cada vez más cohibido “¡Suficiente! Si Draco dice que no hay nadie, es porque debe ser así o porque todavía no se siente capaz de decir la verdad. Está mal que lo presionen” se colocó a su lado para pasar el brazo derecho por sus hombros “No lo presionen”
La sonrisa amable y de que nadie le obligaría a hacer lo que él no quisiera hacer que le dio Harry fue muy brillante.
Cada vez pensaba que ese flechazo dejaba de serlo para transformarse en algo mucho más fuerte.
Antes de que se valla a su casa, Nymphadora Tonks le dio un abrazo fuerte “Me alegra saber que tengo más familia de lo que pensé. Quiero que sepas que tienes a una prima aquí conmigo” la sonrisa era hermosa de la joven.
Tal vez no toda su familia de sangre podía ser tan cruel con él.
“Gracias, Dora”
“Es todo, ¿no?” preguntó Gilderoy en el supermercado, estaban comprando lo que iban a necesita para acampar durante el campeonato de Quidditch “Creo que cumplimos con toda la lista que Dobby nos dio” y era una lista larga con diversos productos desde limpieza hasta para alimentos, bueno no le sorprendía especialmente porque eran una familia de 8 integrantes, además de que también debían de recordar a los Weasley, Harry y Hermione que pasarían algunos días por su tienda de campaña para almorzar o cenar… sí que eran demasiados.
Salió de la abarrotada tienda, yendo a la heladería más cercana para darse su merecido descanso mientras esperaba a Gilderoy que se encontraba haciendo cola para pagar todos los productos.
Caminaba por la calle lentamente, disfrutando la brisa del aire de Londres mugle restregando su rostro. Mientras esperaba que la luz del semáforo cambiara de color no pudo evitar escuchar las conversaciones alrededor suyo de las personas que estaban igual que él esperando cruzar. Esto es culpa de su gran audición.
“Perdí toda mi apuesta en el partido final del mundial. ¿Quién iba a creer que Brasil le iba a ganar a Italia? Estaban tan parejos”
“Me apena que Oscar Viale ya no se encuentre con nosotros, es una gran pérdida”
“¿Escuchaste lo que pasó en España este 29 de julio? Lamentable esas vidas perdidas”
“He escuchado de distintos compañeros que trabajan en la penitenciaria hubo un aumento de escapes de otros reos, están aumentando la vigilancia”
“Me encanta mucho el nuevo álbum ‘Gracias por esperar’. No dejo de escucharlo en mi casa”
Afortunadamente la luz cambio de color, los vehículos se detuvieron para darles pasos a los peatones y las personas se quedaron calladas para ir a la otra calle. Solo podía escuchar durante ese minuto y medio -que era el tiempo que le daban a los peatones- el sonido de los motores y los pasos de las personas.
Todo tranquilo.
Caminó sin apresurarse, después de todo ese semáforo iba a tardar mucho en cambiar de nuevo de color, no había porque apresurarse tanto. Del otro lado del camino había personas que iban a su sentido contrario, seguro a comprar en el mercado pensó al verlos con sus bolsas de lana, esperaba que no se arrepientan al ver las largas colas que se habían formado. Deseaba que Gilderoy no se tardar mucho, metió su mano dentro del bolsillo delantero de su pantalón para sentir los billetes mugles que el mayor le había dado para ir comprando los helados.
Tal vez hoy cambie de sabor, para probar cosas nuevas. Tal vez pruebe el de sabor cereza o chicle, el color le llamaba mucho la atención, solo esperaba no arrepentirse o…
Sus pensamientos fueron interrumpidos debido a que sintió un frío cruzar su corazón. Detuvo su caminar debido a que cada sonido en su alrededor se detuvo, sintió que estaba en otro mundo distinto a las personas que seguían cruzando sin preocupación la pista, todo se sintió oscuro rápidamente. Podía ver como las personas parecían decirle algo -seguro de que siguiera caminando porque estaba obstruyendo el camino- sus hombros se movían por los leves golpes que le daban las personas que lo rodeaban, pero no sentía nada de eso. Sus piernas no le respondían, estaban completamente quietas intentando saber que hacer en aquella extraña situación… huir o pelear o solo seguir su camino. Su cerebro no podía conectar lo que debería hacer y eso lo estaba dejando a la deriva, solo, sin un plan de acción.
Sin embargo, sabía cuál era el origen de esto. Alguien le estaba vigilando, alguien lo estaba analizando, observando.
Giró su cabeza de un lado a otro intentando presenciar de donde provenía esa mirada tan intensa hacia su persona, pero solo notaba a los ciudadanos londinenses caminar por la línea cebra y algunos lanzándole una mirada de disgusto, otros ya en las veredas dirigiéndose a un camino incierto. Nada fuera de lo normal, aunque todos sus sentidos se encontraban alerta, sus oídos estaban lo más agudizados posibles, sus garras querían salir para protegerse del peligro inminente, su piel se había puesto de gallina ante lo incómodo que se sentía, pero no encontraba el motivo del porque estaba así. Nada, no había nada que le hiciera sospechar un ataque.
Todo tranquilo, todo normal.
Todo en paz.
Pero se sentía atrapado en un juego que no sabía que había entrado, como un ratón que había sido acorralado por un gato y sabía que no importaba que hiciera no iba poder escapar de su inminente muerte. Que no tenía esperanza, que no había más para él. Que era momento de despedirse.
El aroma del aire empezó a cambiar lentamente tan tenue que fue difícil percatarse, ya no olía el fuerte aroma del humo que salía de los motores de los vehículos, sino un aroma salado empezaba a tomar más forma en aquel lugar, como si estuviera en una playa, observando el mar en las costas del país.
Si antes esto le hubiera traído tranquilidad, ahora lo estaba poniendo alerta. Sus manos empezaban a temblar ante el desconocimiento y miedo.
Luego en la periferia de su vista una sombra se movió cerca de los coches, además de que un susurró no entendible sonó fuertemente en sus oídos. ¿Por qué no lo entendió?
Al girar rápidamente para saber quién era dueña de esa sombra, lo cegó una luz blanca brillante que quemó sus retinas por unos segundos y luego sintió como era golpeado con fuerza. Todo le dolía. El ruido de un chirrido de unas llantas a un extremo de él, los gritos de los mugles que pedían ayuda y llamaban a una ambulancia, las imágenes borrosas de algunas personas que intentaban hablarle para que no pierda la conciencia, todo eso pasó en un segundo plano porque solo podía ver una sombra a lo lejos que lo miraban con unos hipnotizantes ojos verdes oscuros. Solo podía ver sus ojos y algo dentro suyo supo que el dueño o dueña de esos ojos era responsable de lo que sucedió… o tal vez no.
¿Era un experimento? ¿Un mago? ¿O simplemente un accidente?
“¡Draco!” el grito desgarrador de Gilderoy y sus pasos acercándose a él para colocarse a su lado le trajo tranquilidad, porque ante su presencia el sentimiento de alerta desapareció rápidamente, como si nunca hubiera existido en realidad, como si fuera un mal recuerdo o sueño. Al fin pudo caer en la inconsciencia, en la oscura y muy conocida inconsciencia.
Lo siguiente que supo fue que estaba en San Mungo o al menos eso esperaba, podía sentir la luz del amanecer acariciado su rostro y el fresco aire de la habitación. Estaba bien, sin dolor, sin malestar. Se sentó lentamente y notó como en unos sillones laterales se encontraban tanto sus padres como sus mejores amigos descansando. Severus había pasado sus brazos por los hombros de Gilderoy que descansaba su rostro en su hombro, por su parte tanto Hermione, Ron y Harry estaban desparramados hombro con hombro en el sillón de tres personas.
Se sintió culpable.
Los había preocupado solo porque se quedó como un idiota parado en media pista y un mugle tonto lo terminó atropellando.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en esos ojos verdes musgo.
¿Quién era? ¿Qué quería? ¿O solo era un transeúnte curioso por el accidente suscitado?
No podía describir lo que pasó ahí.
Estaba muy cansado de no tener un año completamente tranquilo, solo esperaba que fuera un suceso aislado.
Quería tener al menos un año normal.
Se quedó observando la ventana repitiendo una y otra vez ese momento en su cabeza, intentando presenciar si algo se le escapó, pero no llegaba a nada. Solo a esos ojos que lo miraban con intensidad.
Así lo encontraron su manada cuando se despertaron, perdido en sus pensamientos.
“Draco” corrieron sus amigos hacia él para subirse a la cama y abrazarlo “No sabes lo preocupados que estábamos cuando Dobby llego a la madriguera y nos dijo que estabas en San Mungo”
“Si, amigo, ¿Te sientes bien? ¿Llamamos al sanador?”
Harry lo tomó de su mano con delicadeza “Estábamos asustados, me alegra ver que estés bien” su voz fue agradable, amable y llena de cariño. Sus ojos verdes esmeraldas brillaban intensamente con un leve brillo de lágrimas “Y pensé que solo éramos internados en la enfermería del colegio, rompiste el límite, ¿eh?” su voz se rompió un poco al intentar hacer la broma y aligerar el ambiente.
Apretó su mano “Estoy bien, ya nada me duele” sus ojos se fijaron en us padres que se sentaron a su lado cuando sus amigos se levantaron de la cama “Lo siento, te asusté mucho, ¿no?” le dijo directamente a Gilderoy quién fue el que lo vio tirado en el suelo.
Con delicadeza lo abrazó, como si creyera que con un fuerte movimiento se rompería como la porcelana “Me alegra que estés bien y no te preocupes por si me asusté o no, lo importante ahora es que estás aquí sano y a salvo” sus ojos azules empañados lo recibieron, llenos de preocupación.
Sintió el abrazo de Severus en su hombro y supo que le estaba abrazando tanto a él como a Gilderoy. Estar con su manada le traía una tranquilidad que nadie más podía darle, pero al mismo tiempo se sentía mal de haberlo preocupado por sus descuidos.
Un día después fue dado de alta.
:POV Harry:
Unos suaves besos en el cuello lo despertaron, al abrir los ojos una belleza rubia muy conocida se colocaba encima de él. Se sentaba en su regazo y repartía besos por su clavícula hasta subir de nuevo por su cuello. Todo su cuerpo estaba lleno de calor, placer y a punto de explotar.
“Dra…Draco” susurró entre quejidos. El amor de su vida se encontraba encima de él restregándose sobre su miembro y él siendo un adolescente con las hormonas revueltas no lo detenía porque, ¿Quién detendría a la persona que te gustaba si estaba buscando placer con tu cuerpo? Además de si esto también le provocaba a él tanto placer. Sus manos pasaron por la cintura de Draco intentando mantener más presión, además de que pasó una mano por su cuello para luego enredarlo en esos impresionantes cabellos rubios blanquecinos, tan sedosos y finos, tomando un puñado de estos acercó el rostro de Draco hacia el suyo para besarlo como siempre quiso hacerlo.
Primero el beso fue suave, tranquilo y lleno de amor, quería transmitirle a Draco todos sus sentimientos, todo lo que le hacía sentir. Se separó de esos labios rosados que se encontraban levemente entreabiertos, con sus mejillas pálidas sonrojadas, totalmente adorable… pero sus hormonas eran más fuertes, así que el segundo beso fue más apasionado, aprovechó los labios separados de Draco para poder meter su lengua y saborear todo lo que pudiera, cuanto amaba esto, como lo disfrutaba.
Sus manos ya no solo podían acariciar la tela de la ropa de Draco, necesitaba sentir su piel o se volvería loco.
Necesitaba más, necesitaba más.
Sus manos se dirigieron a sus blancos muslos acariciando cada parte que pudiera y cuando estaba subiendo el camisón verde esmeralda que Draco llevaba, queriendo observar cada parte de él…
“Harry debes levantarte, me dijiste que debías ir con los Weasley dentro de unas horas y no has acabado de empacar” la voz de Remus lo despertó, abrió los ojos y escuchaba los golpes de su puerta “Harry, ¿puedo entrar?”
“¡No! ¡No!” gritó sentándose rápidamente intentando cubrir su notoria erección con las sábanas y una almohada “Voy a alistar mis cosas para ir con los Weasley, ya bajo” y recién pudo volver recostarse en la cama cuando los pasos de Remus se alejaron de su habitación.
Se sentía avergonzado por ese sueño. Odiaba sus hormonas adolescentes que no podían dejar de pensar en Draco en posiciones completamente sugestivas. ¿Cuándo sus sueños con Draco teniendo citas, tomándose de las manos o dándose besos inocentes, cambiaron tan drásticamente? Aún tenía sueños con Draco tiernos, pero ahora se sumaban algunos completamente hormonales.
Lo peor es que prefería esos sueños que las pesadillas que había estado teniendo últimamente con Voldemort. De ese monstruo matando a un anciano, de él acompañado de personas desconocidas. De él ahorcando a una joven… siempre iba a preferir sus sueños con Draco sobre esas pesadillas, pero ¿por qué debía ser sueños húmedos? ¿Por qué no podían ser sobre citas en un picnic, como sabía que a Draco le gustaría? ¿O paseando tomados de las manos en Hogsmeade?
Era un pervertido.
Bajó luego de arreglar sus cosas y darse un baño con agua helada “Me contaron que no permitiste que Remus entrara a tu habitación. ¿Qué cosas estuviste haciendo ahí encerrado? ¿eh?” le lanzó un hechizo punzante provocando un quejido en su padrino “¡Oye, eso dolió!”
“Eso no te incumbe, Sirius”
“¡Oh! No quieres que nadie sepa que soñaste con tu pequeño amor”
“Sirius deja de molestar a Harry. Sabes que es normal para su edad, no te preocupes Harry es solo las funciones corporales de tu cuerpo”
“No me ayude, Remus” dijo avergonzado, prefería las burlas que entendimiento.
“Jajaja, no puedo dejar de pensar que esto me recuerda mucho a tu padre”
Se puso verde por el asco “No quiero tener la imagen mental de mi padre teniendo esos sueños con mi madre. Gracias” le volvió a lazar un hechizo punzante provocando que el hombre saltara del dolor “¿En verdad no quieren ir al partido? Estoy seguro de que lo podías solventar o yo podría comparar algunas entradas”
“No te preocupes, Harry. Me gusta el Quidditch, pero las multitudes todavía me ponen de los nervios Te prometo que el próximo mundial iremos juntos, y para esa fecha al menos ya deberías estar saliendo con Draco porque en serio da un poco de pena como lo vez como un cachorrito enamorado” dijo tomando un sorbo de café.
Y aunque pensó que Remus lo iba a ayudar, demostró porque era un merodeador “No vayas a ser como tu padre que se tardó alrededor de siete años en poder salir con tu mamá. Fue un poco penoso verlo arrastrarse tanto” se imaginó a su madre rechazando a su padre y este aun así intentando e intentando enamorarla “Te tenemos más fe, especialmente porque al menos tú eres amigo de tu enamoramiento” la sonrisa divertida de esos dos adultos le hizo bajar la cara avergonzado.
“Los odio”
“Nos amas, Harry. Tal vez no como a Draco, pero nos amas” volvió a lanzarle un hechizo punzante a Sirius, una parte de él no podía permitir hacerlo con Remus “¡Ah! Maldición, eso duele, Harry y aquí queriendo ayudarte con Draco, aunque no me agrade mucho”
“No lo molestes más, Sirius”
“No soy el único que le molesta, Lunático, tú también le has estado molestando al pobre mini cornamenta”
Cuando llegó con los Weasley como siempre se quedó en la habitación de Ron, mientras Hermione se estaba quedando con Ginny.
No iba a negar que se sorprendió al fin darles una cara a los nombres de Charlie y Bill Weasley, no eran lo que esperaba, al menos no Bill que pensó en un inicio que era una copia de Percy por estar trabajando en Gringotts, sin embargo, entendió que el único estirado en esa familia era Percy.
Le agradaban mucho, era divertido escuchar sus historias con dragones o sobre rompemaldiciones.
“¡Oh! ¿Y Draco cuando piensa unirse a nosotros?” comentó con una sonrisa agradable Charlie “¿Se quedará en nuestra tienda de acampar? Aunque no sé si el profesor Snape lo dejará solo con un grupo de Gryffindor a menos que le dé un ataque, la última vez que lo vi estaba preparado para alejarlo de mi”
Bill le siguió a su hermano “Tengo ganas de conocerlos, Ron me ha escrito mucho de él que siento que debo conocerlo. Es uno de los mejores amigos de mi hermanito y siento curiosidad si es como lo describe”
“Vamos a ver a Draco allá, estará con sus padres en su propia tienda de campaña” dijo Ron, pero una frase quedó en su cabeza.
“¿Alejarlo de ti?” susurró mirando a Charlie.
“¿No les dijo que nos conocimos hace un par de años? Cuando fue a visitar el santuario de dragones de Rumania” el rostro de Charlie estaba engreída -esto solo lo presentía Harry, porque estaba con una sonrisa amable Charlie- “Es amable, pero muy travieso por lo que percibí en esa visita, además por las cartas que Ron nos escribe”
¿Travieso? ¿Qué forma de describir a alguien era ese? ¿A Charlie le gustaba Draco? ¿No solo debía enfrentarse a Parkinson niño? ¿Por qué los demás debían también presenciar lo hermoso que era Draco tanto por dentro como por fuera?
Y… ¿Si a Draco también le gustaba Charlie? ¿O Bill? ¿Qué tipo de personas le gustaba Draco? ¿Chicos, chicas o no le importaba el género? Lo único que estaba seguro es que a Draco le gustaba el verde, así que él tenía una ventaja sobre estos Weasley y Hélio Parkinson, quienes tenían ojos azules y celestes, respectivamente.
Iba a decir algo más, pero un puff lo distrajo.
Dobby se encontraba temblando frente a ellos “¿Dobby? ¿Qué haces aquí? ¿Draco está bien? ¿Thuban, los profesores, los demás elfos?” estaba preocupándose… ¿Por qué temblaba? ¿Qué le pasaba?
“El amito Draco fue atropellado por un camión” el aire se atascó en su garganta, no podía creer lo que decía el elfo… ¿Draco? ¿Atropellado? “Se encuentra en San Mungo, pensé que debería saberlo Harry Potter. Usted siempre se ha preocupado mucho por el amito Draco y sé que lo quiere mucho”
Se levantó y sin esperar a nadie se fue hacia la chimenea de los Weasley, tomó en un puñado los polvos flú y sin dudar dijo “San Mungo” nadie le iba a detener de saber cómo se encontraba Draco.