10 Razones para odiar a Harry Potter

Harry Potter - J. K. Rowling
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10 Razones para odiar a Harry Potter
Summary
Todos ya están cansados de escuchar a Draco quejarse de Harry Potter así que cuando apenas escuchan su nombre salir de los labios del rubio se van con rapidez.Gracias a esto, Draco decide usar su viejo diario olvidado para escribir las razones por las cuales hay que odiar a Potter.¡Capitulos cortos!
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Flirteador

Era el día de San Valentín y, como era habitual, Draco recibió varios obsequios de chicas, e incluso algunos de chicos de Slytherin, aunque estos últimos creían que él no lo sabía. Honestamente, ese día no estaba de humor. 

Potter, al igual que Draco, también había recibido varios regalos, incluso uno de la comadreja menor. Afortunadamente, no era un poema como aquel incidente en segundo año.

Ese recuerdo le inspiró una idea.

En el almuerzo, una lechuza llegó a Harry, quien la miro extrañada, pues no era día de correo. 

Cuando abrió el pedacito de pergamino amarrada a la pata del ave, Ginny y Ron se inclinaron para leer la nota mientras Hermione los miraba a ellos. 

« Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche y el pelo negro como una pizarra cuando anochece. Quisiera que fuera mío, porque es glorioso, el héroe que venció al Señor Tenebroso. »

Harry apretó el poema entre sus manos, arrugándolo, mientras dirigió una mirada de enfado directamente hacia Draco. Ginny, avergonzada, desvió la mirada hacia otro lado.

El morocho colocó su mano en el hombro de la chica y lo acarició, en un gesto tranquilizador mientras sonreía. Draco frunció el ceño al presenciar la escena. 

Esa misma tarde, tras finalizar las clases, Draco presenció con sus propios ojos cómo una de las chicas de Hufflepuff se declaraba abiertamente al de ojos color esmeralda. La escena resultó tan desagradable que sintió cómo su estómago se revolvía de puro asco, llegando al punto en el que tuvo que marcharse cuando Harry accedió a una cita con la muchacha. 

Sus maldiciones resonaban en la habitación, llenándola de un ambiente tenso y desagradable. Sentía una opresión en el pecho, una extraña sensación que lo hacía sentir incómodo. Draco siempre había sido dramático, pero también era increíblemente sensible, por lo que no pudo evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos en un intento de liberarse de esa sensación abrumadora. Afortunadamente, sus amigos no estaban presentes en ese momento, lo cual le concedió un poco de privacidad. 

Su magia tembló, pero decidió controlarse. Sin entender muy bien que le sucedía, secó sus ojos con la mano y se sentó. Con esa incomodidad en el pecho, rodo los ojos. 

“Como si me importara lo que San Potter hiciera con su vida.” Refunfuño. 

Tomó su diario como ya era costumbre esos últimos meses. 


« Razón número 7: Es un flirteador de primera, carente de consideración hacia los sentimientos de las damas. Siento pena hacia ellas, incluyendo a esa estúpida Hufflepuff de hoy. Supongo que San Potty carece de los atributos necesarios para comportarse como un caballero honesto. Solo espero fervientemente que esta etapa de hormonas. No quiero encontrarme accidentalmente con él en un pasillo, entregado a efusivos besos con alguna de sus admiradoras, tal imagen sería tan desagradable que mi estómago no aguantaría. De hecho, mis náuseas resurgieron con solo imaginar tan desagradable escena. ¿Por qué Potter debe manifestar tal desagradable conducta? Sinceramente, lo detesto. »


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