
Su olor
Después de un entrenamiento o partido de Quidditch, todos terminaban completamente sudados, algo gracioso ya que lo que hacen es montar escobas, Harry no quería ni imaginar cómo hacían los Muggles, los admiró hasta cierto punto.
El entrenamiento del equipo de Gryffindor había terminado, y los Slytherin tomaron esa oportunidad para usar el campo.
Draco arrugó la nariz al percibir el aroma a sudor de todos aquellos Gryffindor's.
Con una suave presión, apretó su nariz entre el índice y el pulgar, mostrando un gesto de repulsión. “Parece que realmente necesitas una ducha, Potter”, pronunció con una nota de desagrado en su voz.
Harry alzó la ceja antes de gruñir. “No tanto como tu después de los partidos.”, respondió, dando un paso hacia adelante.
Angelina poso una mano en el hombro de Harry para que no cometiera una tontería y se metieran en problemas. Al final decidieron retirarse por la paz.
Estaba exhausto después de dos horas de entrenamiento, a pesar de no estar tan sudado ni oler realmente tan mal comparado con sus compañeros, se sentía algo pegajoso, así que apenas termino todo ese revuelo, se dirigió al baño de prefectos, lo que no esperó, fue ver a San Potter ahí.
No entendía, ¡Ni siquiera era prefecto
Vió a Potty levantarse y colocarse una toalla en la cadera. Intento mantenerse lo más oculto que pudo mientras el de ojos esmeralda se vestía, y tal vez no hubiera delatado su presencia si no hubiera inhalado el aroma de Potter.
Tomó el aire plagado de aquella fragancia y soltó un suspiro. Harry se volteó al escucharlo y se acercó antes de encontrarlo recostado atrás de una pared. Alzó la ceja mirando a Draco.
“¿Vigilandome, Malfoy?” La pregunta hizo sonrojar la piel pálida del nombrado.
“Ya quisieras, Potter.” Hizo una sonrisa arrogante. “Tal vez se te olvida que yo soy prefecto, y también que tú, por el contrario, no lo eres”
“¿Y qué harás al respecto? No puedes restarme puntos.” Burló Harry.
Draco fruncio el ceño. “Cuida tu boca, Potter, o tendré que castigarte.”
Tuvo un pequeño déjà vu ante sus propias palabras.
Malfoy decidió tomar su dichoso baño y Harry, por suerte, solo lo ignoro y se marchó. No tardó mucho cuando ya estaba en su cama viendo el techo de esta.
Detallando mejor aquella escena de Harry recién salido de la ducha, se dió cuenta que ese asqueroso aroma que por un segundo le pareció tan dulce y embriagador, no era más que un perfume muggle. Fruncio el ceño con ese pensamiento. Cerró los ojos pero los tuvo que volver a abrir ya que la imagen de Harry aparecía en su estúpida mente.
Quería golpear su rostro.
Draco apretó sus labios y sacó su diario de su mochila.
« Razón número 5: Su »
No entendió con certeza el motivo, pero vaciló considerablemente antes de plasmar lo que quería en el pergamino. Remojo la pluma y volvió a escribir.
« Razón número 5: Su desagradable fragancia, que deja mucho que desear. Tanto su olor natural como el artificial resultan simplemente insoportables, ¿cómo puede tolerarse a sí mismo? Además, utiliza un desodorante y una colonia de origen muggle, lo cual debería considerarse un acto ilícito. Fue tan repulsivo que incluso quise arrebatarle la toalla y sumergirlo nuevamente en el agua para bañarlo personalmente y deshacerme de semejante olor. »
Y aunque representaban gran parte de sus pensamientos, había un poco de mentira. Jamás lo admitiría en voz alta, pero era cierto cuando dijo que no le desagrado el aroma cuando estaban en el baño.
“Creo que debería pedir alguna poción en la enfermería.” Considero al ver el sendero de sus pensamientos.