Su piel
El quinto año era realmente fastidioso, más si tienes a una arpía por profesora. Claro que no diría eso en voz alta, pero realmente le hartaba la personalidad de Umbridge, aunque sabía que tenía que agradarle para ser el favorito y que se mantuviera ileso de todo.
Aún así no podía evitar pensar en que ni siquiera tenía buen gusto, ¡Todo un cuarto rosa, era horrible! Ni siquiera habia un color que contrastara. Intento que esos pensamientos se esfumaran en el momento en que visualizó un nido de cabellos pasar enfrente de sí, susurrando entre ellos.
“Es inaceptable, debes decirle a Dumbledore.” Fue todo lo que alcanzó a escuchar por parte de la sangre sucia.
Eso avivó la curiosidad del Slytherin.
Poco después se enteró de lo que había pasado. Aparentemente, Harry había hecho enojar a la profesora Umbridge y lo castigaron con una pluma mágica. Se enteró gracias a Nott, quien le pasó la información el muy cotilla.
Confirmó las palabras dichas por su compañero cuando en una de las clases, pudo llegar a ver la mano de Harry.
« No debo decir mentiras. »
Así que eso era.
Harry estaba desconcentrado de la clase como casi siempre, quejándose por lo bajo junto a la comadreja que tenía sueño o algo así.
Por un instante, Harry volteó al sentirse observado con tanta intensidad, y solo se encontró esos ojos plata, que lo veían desafiante.
A la hora del almuerzo, Draco se cruzó con el trío de idiotas y no pudo evitar acercarse.
“Pero miren, si es Potter, ¿Te gusta tu nuevo tatuaje? Veo que te quedan bien las cicatrices, te deben gustar mucho.” Se mofó, Llevando su mano hasta los mechones de su cabello, los apartó hacia atrás mientras se acercaba a Harry.
Harry no se dejó intimidar ante las palabras de Draco. “Mejor que a tí, seguro.”
Draco esbozó una sonrisa prepotente en su rostro, tomando la mano de Harry repentinamente y con brusquedad.
“Déjame ver tu nueva cicatriz con más claridad.” Dijo mientras la observaba.
Notó que la piel de Harry era bastante suave, aunque levemente áspera, suponía que era por los entrenamientos de Quidditch o algo así. Antes de que pudiera seguir pensando, Harry quito su mano con brusquedad. Ron se interpuso entre ambos con una mirada de enojo.
“Pierdete , Malfoy” Gruño el pelirrojo.
Draco bufo entrando al comedor. Se sentó junto a sus amigos en la mesa de Slytherin y apenas pudo, picoteo la comida con rabia.
“¿Y ahora por qué estas así?” Pregunto Pansy.
“A ti que te importa.” Fue lo que contesto, recibiendo una palmada en la nuca de Pansy.
“Encima que me preocupo por tí, imbécil.”
Suspiro y apoyo su mejilla en su palma, sin dejar de jugar con la comida. Blaise y Theo, quien estaba sorprendentemente cerca de ellos, lo miraron con una ceja alzada. Pero aún así, no dijeron ni comentaron nada al respecto, sabiendo que si Draco quisiera decir algo, lo haría.
No se quitó el uniforme esa noche, ni tampoco se baño como usualmente hacía, solo se quedó acostado viendo su mano alzada frente a su rostro. Tenía que evitar hacer muecas para no verse raro.
A la mañana siguiente, lo único que pudo escribir en su diario fué:
« Razón número 4: Su piel... Es desagradable, tanto que pareciera que no desaparece después de tocarla. »