
¿Cómo qué bebés?
"Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor"
Hermione caminaba por los pasillos mientras guardaba el libro que había estado leyendo la última hora. Se había concentrado tanto en la historia, que había perdido la noción del tiempo y ahora iba tarde para su clase. Pero susspiró con alivio cuando vio que aún había estudiantes afuera.
—Hermione– la llamó una estudiante de Hufflepuff con la que compartía clase—hola.
—Hola Sophie ¿aún no ha llegado el profesor?
—No, en realidad nos informaron que debíamos dirigirnos al Gran Comedor. Las clases fueron suspendidas—respondió la chica mientras le dedicaba una sonrisa radiante.
— ¿Suspendidas? ¿Por qué?
-I don't know. Supongo que quieren informarnos algo. Algunos ya se adelantaron, pero quise esperar para que no fueras sola.
—Oh, muchas gracias Sophie, no tenías que hacerlo.
—No es nada, me gusta pasar tiempo contigo—aseguró. Y empezaron a caminar hacia el Gran Comedor.
Sophie le empezó a contar sobre su día, sobre algo gracioso que pasó en una clase y el trabajo de Herbología que aún no había comenzado.
Hermione empezó a reunir pistas, algo que había pasado desapercibido en las semanas anteriores. Su mente estaba trabajando a toda marcha. En Hogwarts nunca suspendían las clases a menos que existiera una razón muy importante o un peligro inminente. Tal vez un ataque o algún intento de revivir al señor oscuro, las posibilidades eran infinitas. Tenía que apresurarse si quería descubrir la verdad.
—¿Hermione? ¿Sigues conmigo?
Tan perdida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había ignorado a su compañera. Trató de pensar en alguna excusa que la ayudara a salvar la situación, pero al ver la sonrisa de complicidad que le dedicó Sophie, prefirió decir la verdad.
—Lo siento Sophie, me perdí un poco en mis pensamientos.
—Eso supuse—dijo con diversión—No te preocupes, solo quería despedirme correctamente—señalando las puertas del Gran Comedor, frente a ellas— ¿te veo después?
—Seguro, gracias por acompañarme. Adiós Sofía.
Hermione se alejó sin esperar la respuesta de la otra chica. Busco a sus amigos con la mirada mientras caminaba a paso apresurado. Decenas de estudiantes ya se estaban acomodando en sus mesas, todos se estaban preguntando exactamente lo mismo.
—¿Saben qué está pasando?— preguntó Hermione en cuanto se sentó en su mesa.
—No lo sé, la profesora McGonagall solo interrumpió el entrenamiento diciendo que tenían un anuncio importante que hacer— dijo Harry mientras se acomodaba las gafas. Tenía puesto el uniforme de Quidditch y el cabello despeinado, pero parece algo importante.
—Crees que se trata de otra guerra?—preguntó el pelirrojo con aprendizaje.
—No seas tonto Ronald, si fuera así, papá ya nos habría dicho algo—respondió Ginny, mientras le quitaba una ramita del cabello a Harry.
La preocupación se instaló en todos los presentes. Harry parecía a punto de salir corriendo para rescatar a cualquiera que estuviera en peligro.
—Sea lo que sea, este no es un mensaje para todos los estudiantes—dijo Hermione observando el Gran Comedor.
—¿A qué te refieres Herms?—preguntó Harry sin entender.
—Solo estamos los de sexto y séptimo grado. Eso significa que esto no deben saberlo todos.
Sus amigos observaron todo el lugar. Hermione tenía razón, solo estaban los chicos de los últimos dos grados. En la mesa de los profesores todos hablaban en voz baja, pero podían ver sus rostros llenos de preocupación. La profesora McGonagall estaba pensativa, como quien está a punto de dar una mala noticia. El profesor Snape miraba con fastidio la situación. Incluso Hagrid parecía nervioso mientras acomodaba su copa con torpeza. El único rostro que contrastaba con toda la escena era el del profesor Dumbledore, que sonreía plácidamente desde su lugar.
Una vez que todos los estudiantes estaban sentados y las puertas cerradas, el director del colegio se levantó y se dirigió al frente. Harry presionó más la mano de Ginny con anticipación. Hermione no pudo evitar mirar a la mesa de las serpientes, si algo malo pasaba probablemente tendría que ver con los mortifagos fugitivos. Los padres de muchos de los estudiantes, sentados en esa mesa.
Su mirada se cruzó con unos ojos verdes intensos y por un momento Hermione se sintió insegura. Afortunadamente, las palabras del director reclamaron su atención.
—Les agradezco a todos su presencia esta tarde. Lamento haber interrumpido sus actividades con esta reunión, pero deben saber que es importante comunicarles algunos cambios que tendremos este año dentro del colegio. Como sabemos, hemos buscado formas de disminuir la rivalidad de las casas y promover lazos de amistad entre todos ustedes, sin importar sus orígenes. Sé, de antemano, que algunas personas ya están haciendo un excelente trabajo. Creo que hablo por todos los profesores cuando les digo que estamos muy orgullosos de ustedes— sonoro como lo haría un abuelo al conversar con sus nietos—Pero sé que aún falta un gran camino por recorrer, por lo que me emociona mucho iniciar con este proyecto .
En la mesa de los profesores se escuchó un suspiro colectivo. Parecía que no estaban muy contentos con el nuevo proyecto del director.
—Veo sus rostros y puedo recordar la tierna infancia de cada uno de ustedes. Cuando cruzaron esas puertas al iniciar su primer año, con tantas ganas de enfrentarse a lo desconocido. Pero es verdad que ahora son unos jóvenes llenos de sueños e inquietudes un poco más…maduras—una suave sonrisa se dibujó en sus labios delgados—El amor es un poder del que no podemos escapar, una de las magias más poderosas que existen y expresarlo de todas las formas posibles, con la persona que deciden amar, debería ser una aventura. Sin temor y sin ataduras. Pero entender sus consecuencias también es importante—Dumbledore los observó con ternura— Muchas veces intentamos protegerlos de los peligros de la vida, manteniéndolos en una burbuja de inocencia. Pero allá afuera hay cosas tan maravillosas por descubrir que sería una pena no dejar que las vivan. Y aunque algunas veces sugerimos ignorar el paso del tiempo no podremos hacerlo por siempre, ¿verdad?
Hermione tardó un poco en procesar las palabras del director. Estaba casi seguro de que Dumbledore estaba hablando de sexo cuando menciono las inquietudes “más maduras” que tenían. Miró a sus amigos y se dio cuenta que no era la única que había entendido eso. Definitivamente este no era el tipo de anuncio que esperaba escuchar.
—Es por eso que el Ministerio, el consejo estudiantil y los profesores, hemos tomado la decisión de iniciar con un programa de educación sexual y paternidad para todos ustedes. Durante los siguientes meses recibirán asesoramiento de expertos en el tema, tendrán la oportunidad de explorar su sexualidad y entender todos los cambios que conlleva crecer. Pero sobre todo, tendrán la oportunidad de ser padres de un bebé con la pareja que ustedes elijan y disfrutar de esos maravillosos, pero no por eso fáciles, meses.
El gran comedor quedó en absoluto silencio. Las palabras “sexo”, “bebés” y “paternidad” flotaban en el aire como un mal augurio. Nadie se moverá ni un solo centímetro. Incluso el profesor Snape, que por lo general disfrutaba de la incomodidad de sus alumnos, parecía querer estar en cualquier otro lugar en ese momento. Dumbledore continuó, como si estuviera hablando del clima.
—Cada pareja recibirá un bebé mágico, el cual deberá cuidar, alimentar y llenar de cariño durante el tiempo que se les sea asignado. Al final, serán evaluados de acuerdo al estado emocional, de salud y de amor del bebé. Por lo que les pido que adopten este proyecto con orgullo, solemnidad y responsabilidad.
Dumbledore extendiendo los brazos, como si estuviera dando la mejor noticia del mundo y miro los ojos llenos de terror de sus estudiantes.
—Este programa tendrá un alto porcentaje sobre su calificación final y no podrán presentar sus solicitudes finales si no lo completan. Así que les recomiendo que, sin importar lo que pase, no renuncien—bajo lentamente sus brazos y dio un breve aplauso—Bien. La profesora McGonagall les dará un poco más de información. Profesora.
McGonagall se levantó con cautela, como quién está a punto de enfrentar a una criatura repulsiva, respiró un par de veces y habló con seguridad mientras observaba a los estudiantes frente a ella.
—El programa tiene la intención de que cada uno de ustedes entienda la responsabilidad que implica traer un ser humano al mundo. Y de cómo sus acciones pueden tener consecuencias para toda la vida—Sus palabras se extendieron como una fina manta que cubrió todo el comedor—En este momento cada uno de ustedes tiene sueños y metas a futuro. La llegada de un bebé tendría que ser una decisión tomada desde el amor y la responsabilidad, no desde la ignorancia y la inocencia. Los bebés no son reales, pero actuarán como tal. Reciban esta actividad como la oportunidad de descubrir los límites que tienen en este momento, de replantear sus creencias y de abrazar el cariño que pueden ofrecer a un ser que depende únicamente de ustedes.
La cara de todos los estudiantes iba desde la más genuina confusión hasta una completa expresión de miedo. Jamás se habrían imaginado que el colegio participaría en una actividad de esa índole.
—La primera parte consiste en formar parejas para el cuidado de los bebés. Pueden elegir a la persona de su elección, únicamente de sexto y séptimo año. Para aquellos que no consigan pareja por sus propios medios, podrán registrarse con sus jefes de casa para que se encarguen de emparejarlos con otro estudiante con gustos e intereses similares a los suyos. Les recuerdo que esta actividad busca formar lazos con otras personas fuera de su círculo social, así que las parejas que estén formadas por alumnos de casas diferentes tendrán algunos beneficios.—los murmullos se hicieron presentes—Esta es su primera elección importante, elija correctamente a la persona con la que tendrán al bebé les puede facilitar enormemente la tarea.
Hermione miró a Ron, que parecía a punto de vomitar babosas carnívoras como en segundo grado. La cara de la mayoría de los estudiantes no era tan diferente. Harry parecía realmente conmocionado. Ginny no dejaba de mirar en todas direcciones, como si esperara que en cualquier momento alguien saliera detrás de una mesa para decir que todo era una broma. Incluso en la mesa de Slytherin, que solían ser los más cautos al momento de mostrar sus emociones, habían olvidado completamente el estoicismo. En la mesa de Ravenclaw, Luna Lovegood parecía ser la única que estaba realmente emocionada con la actividad.
—No puede ser—Hermione escuchó hablar a un chico de la casa de los tejones—han perdido completamente la cabeza.
El carraspeo de la profesora hizo que todos volvieran su atención a ella.
—Tienen hasta el viernes, antes de la cena, para registrarse con su pareja. A partir de ese momento comenzará la primera etapa del proyecto. Durante las siguientes dos semanas, las parejas asistirán a talleres de maternidad para obtener los conocimientos básicos sobre el cuidado de un bebé, se les asignará a un asesor que será el encargado de evaluar sus avances semanales y además— la profesora suspiro con resignación— con La intención de que experimenten esta situación lo más apegada a la realidad, uno de los miembros de la pareja será en portador de los síntomas del embarazo. Así que deberán tomar una poción, completamente segura, que les hará experimentar algunos síntomas durante la etapa de gestación.
Hermione no podía creer que estaba escuchando. No solo tenían que cuidar a un bebé durante los siguientes meses, sino que tendrían que pasar por todas las incomodidades de un embarazo ficticio.
—Debe de estar bromeando, eso es absurdo— Hermione reconoció la voz de una chica de Slytherin que a veces estaba con el grupo de Draco.
—Esta es una actividad que busca concientizar, señorita Davis, no es un juego. Deben entender que tener un hijo cambia su vida completamente desde que se enteran de su llegada, no pueden elegir qué consecuencias tendrá y cuáles no. Así que le sugiero que tome asiento y escuche atentamente las indicaciones.
La chica se sentó sin apartar la mirada de la profesora. A su lado Daphne Greengrass la tomó del brazo mientras le susurraba algo al oído.
—Como les decían. Durante las dos semanas de gestación, uno de ustedes será el receptor de los síntomas del embarazo, mientras que su pareja será el encargado de proporcionar todos los cuidados necesarios. Tendrán que compartir las responsabilidades prenatales y prepararse para la llegada del bebé. Esto es un trabajo de dos, señores, no podrán renunciar una vez que inicie el proyecto o las consecuencias podrían ser graves—miro a todos los presentes con severidad.
El profesor Dumbledore sonreía con complicidad mientras observaba a todos los estudiantes. Sabía que sería un reto para la mayoría, pero creía fervientemente en que los resultados serían bastante positivos.
—Una vez que finalicen las dos semanas, se les entregarán a sus bebés. Deben ser conscientes de que los muñecos son alterados con magia muy poderosa, actuarán como bebés reales en todo sentido y son inmunes a la mayor parte de los hechizos. Eso quiere decir que si un bebé se cae no podrán hacerlo levitar. Si un bebé se ensucia no podrá limpiarlo con magia. Y si un bebé muere, no podrá reponerlo.
¿Los bebés podrían morir? ¿Qué clase de experimento loco era este? Hermione sabía que no podría estudiar correctamente si tenía que evitar que un bebé muriera bajo su cuidado. En silencio, su cabeza empezó a reestructurar su plan de estudios.
—Una vez que las parejas estén asignadas, se les entregará un pergamino con las instrucciones de cada etapa para su mejor entendimiento. También se les entregará un horario con los talleres de sexualidad que se impartirán durante todo el año, para que puedan asistir a los que más les interesen. Ahora, pueden retirarse a sus habitaciones.
H • P • H • P • H • P • H • P • H • P • H • P
La sala común de Gryffindor era un hervidero de conversaciones. La bomba que habían soltado los profesores ya era conocida en todo el colegio.
—¡Están locos Harry! ¡Bebés! ¡Ellos quieren que cuidemos bebés!— Ron estaba al borde de un colapso.
—Mi madre me escribió, dice que será una experiencia hermosa. No puedo creer que nadie se dé cuenta de esta locura: Seamus estuvo de acuerdo. Su cabello estaba despeinado, después de tanto pasar las manos sobre su cabeza. El rostro rojo de frustración.
—No sé si quiero tener un bebé ahora, no sabría que hacer—comentó Neville sentado en el mullido sillón de la esquina.
Harry miró a sus amigos mientras procesaba todo lo que había pasado en las últimas horas. Después de salir del Gran Comedor, se dirigieron a su sala común para investigar si alguien había escuchado algo más sobre el inesperado experimento. Hermione había intentado hablar con su jefe de casa, pero ningún profesor estaría disponible para hablar del tema hasta la mañana siguiente. Así que ahí estaban, un grupo de adolescentes a punto de enfrentar uno de los retos más grandes de la vida. Un bebé.
—No será un bebé real Neville. Ya escuchaste a McGonagall, son muñecos hechizados, así que no debe ser tan complicado— Lavender se sentó en el reposabrazos del sillón donde estaba sentado el chico de cabello castaño. Ella parecía ser una de las menos afectadas por la noticia—Y aún faltan tres semanas para eso. Deberían estar más preocupados por encontrar pareja ¿ya tienes a alguien en mente?—todas las miradas se posaron en ella.
—Por supuesto que yo estaría con Harry—dijo la menor de los Weasley sentándose en las piernas de su novio. Ron giró la cabeza con incomodidad.
—¡Por las barbas de Merlín! ¿Por qué esto debe ser tan complicado? ¿De dónde sacaré una pareja ahora?—respondió Neville, sin saber qué hacer.
—Tranquilo, puedes intentar con la chica de Hufflepuff con la que haces equipo en Herbología. Se ve que se llevan muy bien—respondió Dean, que se había sumado a la conversación.
—O puedes pedirle a McGonagall que te consiga una pareja—se burló Lavender.
—Pareces disfrutar mucho esto Lavender ¿tú con quién estarás?—cuestionó Hermione, que había permanecido en silencio hasta ahora. La aludida la miró con una sonrisa triunfal.
—Eso es porque yo ya tengo pareja. Estoy con Oliver Walsh, de Ravenclaw. Me propuso ser la madre de su hijo en cuanto salimos del Gran Comedor. Y yo acepté, por supuesto.
¿Oliver Walsh? ¿Ese no es uno de los cazadores de Ravenclaw?—preguntó el chico de piel oscura.
—Exactamente Dean—respondió con orgullo— quiero los beneficios de formar una pareja con un miembro de otra casa. Y estoy segura de que será uno de los bebés más esperados ¿pueden creerlo? Un hijo mío y de Oliver. Será perfecto.
Todos sus amigos la miraron como si le hubieran salido otra cabeza. Aún no empezaba este experimento y ella ya estaba pensando en los beneficios que le traería tener un hijo con un jugador de Quidditch.
—Esto no es una competencia, es un proyecto escolar—refutó la castaña.
—Ese es tu problema Hermione, todo lo ves como un aburrido “proyecto escolar” y te olvidas de lo más importante. En “Gossip Witch” ya tenemos la lista de las mejores parejas mágicas del colegio. Por supuesto que está llena de famosos, mira.
Lavender sacó su aquelarre.
Uno de los primeros intentos, por parte del colegio, para fomentar la amistad de todas las casas de Hogwarts fue la implementación de un pergamino mágico donde pude interactuar con otras personas a través de grupos, mensajes mágicos y blogs. Y lo habían conseguido.
Lavender y su grupo de amigas, habían creado uno de los blogs de chismes más jugosos de todo el colegio. Si algo pasaba dentro de los muros del castillo, Lavender lo sabría.
Hermione no podía negar que el pergamino mágico tenía sus beneficios. Es así como había conocido a Sophie. Y se había dado cuenta de que existía un grupo de estudiantes que se reunían en la biblioteca para hablar sobre literatura muggle.
Ginny fue la primera en acercarse a mirar el pergamino de la chica de cabello rubio.
—¡No lo puedo creer!— la emoción de Ginny era enorme— ¿cuándo hiciste esto Lav?
—Hemos trabajado durante toda la tarde para que estuviera listo. En cuanto lo publicamos comenzamos las votaciones.
—De qué hablan?—preguntó Ron, que odiaba no entender lo que decían a su alrededor.
—Hay una lista de las mejores parejas del colegio, incluso ya existe una votación sobre el sexo del bebé. Y mira, también hay una lista de los solteros más cotizados.
Ginny se colocó en el centro para que todos pudieran ver. Y no era mentira lo que decía Lavender, de verdad se había esforzado en eso. No por nada Gossip Witch era el mejor blog de la escuela, siempre supe estar en tendencia.
—Mira Harry, aquí estamos tú y yo—le señaló la pelirroja a su novio.
— ¿Cómo es que ya estamos en esa lista? Aún no hemos registrado nuestros nombres con McGonagall.
—Potter, es obvio que vas a estar con tu novia. Literalmente ustedes ya son oficiales en todo sentido. Y…—la perfecta uña de Lavender señaló sus nombres en el pergamino—están en el puesto número dos de popularidad.
Harry intentó ocultar su sonrojo finciendo interés en las demás parejas. La verdad es que no conocía la mitad de los nombres.
—¿Quién tiene el puesto número uno?—preguntó Neville.
—Blaise Zabini y Daphne Greengrass—Ginny soltó un bufido—la nueva pareja estrella de Slytherin.
—Puede que sean unos prepotentes, pero desde que Malfoy y Parkinson terminaron el año pasado, son la pareja con más estilo. Y todos esperan que tengan una dulce niña.—puntualizó Lavender mientras mostraba una de las mejores fotos de Blaise y Daphne en su blog.
—Bueno, Malfoy debe estar llorando por no ser el primero en algo—esta vez fue el turno de Harry para burlarse. Haciendo que Ron y Seamus lo apoyen.
—En realidad si está encabezando la lista, pero de los solteros más populares. Ahora que ya no está con Pansy, todo el mundo espera saber con quién decidirá tener al heredero de los Malfoy.
Y era cierto, el nombre de Draco Malfoy estaba justo al lado del flamante número uno en la lista de los solteros más puestos del colegio.
—¡Mira Hermione, ahí está tu nombre!— mencionó Dean asombrado.
La cara de Hermione se volvió de un rojo brillante cuando pudo ver su nombre en la lista de las solteras más populares del colegio. Solo por debajo de Parkinson, Romilda Vane y Astoria Greengrass. No es que fuera vanidosa, pero nunca creyó aparecer en una lista como esa.
—Es obvio que es un error, Hermione no tendría porque estar ahí—se quejó Ron.
—¡Cállate Ronald! Por supuesto que Hermione debe estar en esa lista, es hermosa—la defendió Ginny, aventándole un cojín a su hermano.
Hermione no pudo evitar fulminar con la mirada al pelirrojo. Honestamente no entendía cómo es que su amigo tenía la capacidad de arruinar los momentos solo con abrir la boca.
—No me refiero a eso. Sé que es hermos…—su rostro se puso de un rojo brillante— solo digo que Hermione no es tan banal, como para que le importen esas tonterías.
Esta vez fue Lavender la que le aventó un cojín al chico.
—Para tu información Ronald, cualquiera pagaría para que su nombre pudiera aparecer en mi blog. Y si Hermione aparece ahí, no es solo porque sea bonita, si no porque es extremadamente inteligente. A una mujer no solo se le valora por el físico.
—¡Yo no dije eso!—se defendió el chico.
—Ya no digas nada hermanito, no lo arruines más.
Los chicos continuaron comentando la lista de las parejas. Harry y Ginny eran la pareja más popular de Gryffindor y la mayoría apostaban a que tendrían un niño. Todos notaron como Harry se quedó pensando en la posibilidad de tener una familia, pero nadie dijo nada. La tercera pareja más popular, eran Katie Brennan y Diane Westmeath, de Hufflepuff; aunque la gente no logró decidir si sería más lindo que tuvieran una niña o un niño. Lavender y Oliver, se llevaban el cuarto lugar, con una mayoría de votos para que tuvieran un niño.
Y aunque la lista constaba de diez parejas, ninguna de las seis restantes quedaban fijas, ya que constantemente se deslizaban cuando aparecía alguna que compitiera con la anterior.
—Es muy complicado seguir todas las actualizaciones— se quejó Neville— creo que los únicos que no se mueven entre casas son los de Slytherin.
—Eso es cierto—comentó Ginny—supongo que es porque no planean mezclarse con los demás.
—Conociéndolos, seguramente en la sala común de Slytherin ya están discutiendo sobre qué bebé ficticio tendría la sangre más pura de todas.—dijo Hermione girando los ojos. Su comentario hizo reír a sus amigos.
—Un minuto de silencio por la pobre chica que tenga que dar a luz a un bebé hurón albino—continuó Ginny mientras se doblaba de risa.
—¡No lo puedo creer! Tendremos otro Malfoy en el colegio, que Merlín se apiade de nosotros—le respondió su hermano con la cara roja de la risa.
—¿Tendrá la misma cara de estirado que Draco?—agregó Dean.
—O la expresión de estar oliendo mierda todo el día—puntualizó Seamus.
Tal vez este proyecto no sería tan malo como pensaban. Entre risas, los amigos se dejaron llevar por la idea de que incluso podría ser algo divertido. Cuando decidieron irse a dormir ninguno de ellos se preocupó por el futuro. Y aunque el día había dejado más preguntas que respuestas, ya tendrían tiempo para preocuparse de eso.
H • P • H • P • H • P • H • P • H • P • H • P
Habían sido demasiado optimistas.
La mañana del martes fue caótica. Los Jefes de Casa fueron perseguidos por todo el colegio y bombardeados con preguntas. El Gran Comedor fue el escenario principal de las propuestas más extrañas jamás vistas. Incluso los fantasmas dieron testimonio de eso. Decenas de estudiantes estaban enfrascados en la tarea más complicada que habían tenido en su vida, encontrar la pareja perfecta para tener un hijo.
Alumnos de todos los grados y de todas las casas se sumaron a las apuestas sobre sus parejas favoritas. Mientras caminaba sobre el pasillo, Hermione logró escuchar la conversación de dos chicas que afirmaban que Harry y Ginny tendrían una niña, algo que había comentado la profesora Trelawney en su clase de adivinación.
Lavender la había interrogado durante todo el almuerzo para descubrir quién sería su futura pareja. Y aunque en un inicio había pensado en decirle a Ron, para antes de terminar el día ya había descartado completamente la opción. Su amigo se había pasado todo el día planeando, junto con Harry, la mejor forma de hablar con una chica de Hufflepuff y pedirle que fuera su pareja. Incluso le pidió algunos consejos a ella, ya que tenía cerebro de chica.
Tan sumida estaba en sus pensamientos, que no noto cuando un chico de cabello castaño se detuvo frente a ella.
—Hola, Hermione— saludó con educación y una enorme sonrisa en el rostro. Hermione no pudo ignorar que el chico estaba nervioso.
—Oh, hola Theo— era extraño que Theo le estuviera hablando en los pasillos, por lo general sólo compartían algunos mensajes en privado o conversaciones en la clase de Runas. Algo que había preferido mantener en secreto, ya que la mayoría de sus amigos perderían la cabeza si se enteraran que tenía una especie de “amistad” con un Slytherin.
—Lo siento si interrumpí un pensamiento, pero quería hablar contigo antes de que terminara el día—dijo con timidez.
Hermione definitivamente no esperaba eso. Giró la cabeza para descubrir si alguien los observaba, pero se sorprendió al darse cuenta de que estaban completamente solos. Algo que agradeció en silencio. No era necesario que Lavender se enterara de esto.
—No te preocupes, solo estaba repasando mi horario de estudio ¿de qué quieres hablar?—lo animó la castaña.
—¡Genial!—dudó un poco antes de continuar—Estuve pensando en el proyecto de los bebés. Toda una locura ¿no crees?
—Lo sé, aún no empieza y ya todos están perdiendo la cabeza.
—Sí, que pesadilla—suspiro—aunque, supongo que también nos ayuda a acercarnos a otras personas. Ya sabes, personas que nos gustan: Hermione se congeló en su lugar, los ojos de Theo estaban fijos en ella.
—Bueno, supongo que sí—la mente de Hermione no logró hilar un pensamiento coherente. Estaba nervioso.
—Hermione, quería pedirte algo. He estado pensando demasiado en esto y estoy seguro de quién quiero que sea la madre de mis hijos—se acercó un poco más—y después de ver la lista de las chicas solteras más populares, me di cuenta que aún tengo una oportunidad. Hermione, por favor, necesito… Necesito acercarme a Romilda Vane.
El cerebro de Hermione dejó de funcionar. Si alguna vez lo dudo, hoy podía estar seguro de que a la vida le gustaba jugarle muchas bromas, y esta era una de las más bizarras. Se sintió tan tonta por creer que Theodore Nott querría ser su pareja para el proyecto. No es que ella lo quisiera, en realidad ni siquiera había contemplado al chico como opción, pero cuando Theo la miró de esa forma, ella se emocionó con la posibilidad. Este proyecto la iba a volver loca.
—Romilda?— logró decir, cuando sintió que la mirada de Theo la taladraba— Oh claro, Romilda Vane. Lo lamento Theo, pero ella está un grado antes, no hablamos mucho.
—Lo sé Hermione, pero eres la única persona de Gryffindor que me puede ayudar. Necesito que alguien le hable de mí.
—¿Por qué no solo te acercas a hablarle?
—Porque ella es tan hermosa, seguro pensara que no soy digno de ella—dijo con un dramatismo del que no lo creía capaz, hasta ahora.
—Theo, dudo mucho que Romilda piense eso. Tu nombre también está en esa lista, estoy seguro de que se sentirá bastante halagada.
—¿De verdad lo crees?— la esperanza en la voz del chico era palpable.
—Sí, estoy segura de que será así. Pero ahora debo irme—se excuso—tengo algunos pendientes que terminar antes del toque de queda. Mucha suerte con eso Theo.
Hermione desapareció por el pasillo, apenas logrando escuchar la despedida de su amigo. Y definitivamente no logro ver la cara de frustración de Theo por no haber tenido el valor de proponerle lo que de verdad quería.
H • P • H • P • H • P • H • P • H • P • H • P
Harry y Ron estaban enfrascados en una partida de ajedrez mágico cuando Hermione entró a su sala común. Colin Creevey era el único espectador.
Ginny estaba terminando sus deberes junto a la enorme chimenea que calentaba la sala común. Pero dejó todo a un lado cuando vio a su amiga.
—Herms—la llamó con entusiasmo.
—Hola Gin ¿qué estás haciendo?— acomodo algunos cojines para sentarse junto a la pelirroja.
—Un poco de esto, un poco de aquello. Cosas aburridas, ya sabes—su sonrisa solo hizo que Hermione volteara los ojos—pero, eso no es de lo que quería hablar contigo.
Hermione la miró con duda.
—¿De qué quieres hablar?
—¿Ya tienes pareja para el proyecto de los bebés?
Hermione decidió ignorar el recuerdo de la conversación que había tenido con Theo unas horas antes.
-No. En realidad no pensó mucho en eso. Probablemente me acerque con McGonagall para resolverlo. No quiero preocuparme por una pareja cuando existen cosas más importantes, como estudiar para mis solicitudes finales.
Ginny soltó una carcajada—Bueno, puede que no necesites pedirle nada a McGonagall, Herms. Porque creo que pronto tendrás pareja. Hermione quedó petrificada en el sillón.
—¿De qué hablas?
—Esta tarde, en mi clase de Aritmancia, escuche a Jasper Rowle y Maisie Tremblay hablando sobre todo esto de los bebés. Y Maisie le dijo a Jasper que un amigo suyo en Hufflepuff estaba pensando en invitarte.
—¿Un chico de Hufflepuff? ¿Quien?
—No lo sé, no dijeron su nombre. Pero eso significa que ya tendrás pareja—Ginny casi brincaba de la emoción.
—Que alguien esté pensando en invitarme, no significa que lo tenga que aceptar a Ginny. Ni siquiera sé si esa persona me va a gustar.
— ¿Qué no acabas de decir que te da igual quien sea tu pareja? Porque “hay cosas mucho más importantes de las cuales se preocupan”—la pelirroja se burló de sus palabras.
—Bueno sí, pero…
—Entonces, ¿por qué no considera esta opción?
—Nunca dije que no lo haría. Solo dije que recibir una invitación, no significa que deba aceptarla.
—No, pero te abre un panorama mayor—Ginny se quedó pensativa durante unos segundos—Ya escuchaste lo que dijo McGonagall, elige bien a tu pareja te puede ahorrar muchos problemas. Y no he visto que intentas acercarte a alguien. A menos que—Ginny la analizo—a menos que ya tengas a alguien y no me lo hayas dicho.
-¡¿What?! Claro que no—Hermione se sintió agobiada con todo el tema de los bebés. La única persona en la que había pensado ni siquiera la había considerado como opción. Y cuando creyó que podría estar con Theo, resulta que solo la quería para acercarse a Romilda. En realidad se le hacía extraño que este supuesto Hufflepuff de verdad estaría interesado en ella.
—Y ¿qué estás esperando? Es el segundo día y ya hay muchas parejas formadas. Incluso Neville ya tiene pareja.
—¿Neville? ¿Con quién va a ir?
—Con Hannah Abbott, de Hufflepuff—dijo Harry, que ya había terminado de jugar y se unía a la conversación.
—La invito hoy, después de Transformaciones—confirmó Ron sentándose en el único espacio que quedaba—y al parecer ella ya lo esperaba, porque dijo que sí sin dudarlo.
—Es obvio que a Hannah le gusta Neville, pero él parece ser el único que no se da cuenta.
—¿Cómo qué le gusta?—preguntó su hermano, completamente perdido.
—Olviden lo que dije—suspiró la pelirroja.
Mientras los amigos se reían, Parvati Patil entró corriendo a la sala común con una sonrisa tan grande en el rostro, que solo podía significar una cosa. Algo jugoso había pasado.
Lavender se levantó de la mesa donde estaba haciendo sus deberes, como si pudiera percibir el dulce aroma de un chisme cocinandose.
—¡No me lo van a creer! Anthony Goldstein le acaba de pedir a Pansy Parkinson que sea su pareja para el proyecto. Hannah lo vio todo, fue ella quien me lo dijo.
Ginny se levantó del sillón y se acercó más a la chimenea donde se encontraba Parvati.
—¿Goldstein? ¡No lo puedo creer! ¿Por qué querría estar con Parkinson?
—¿Y ella aceptó?– preguntó Romilda Vane.
—No. Pero tampoco lo rechazo— respondió la chica de cabello negro—y no es la primera persona que la invita. Pero sigue sin decidirse.
—¿Entonces Anthony sigue disponible?— el rostro de Romilda se iluminó con esperanza.
—¿Cuántas personas la han invitado?—Ginny siguió cuestionando.
—Hasta el momento van siete, un par de Hufflepuff, un Ravenclaw y cuatro Slytherin.
—¿Y por qué no se ha decidido por ninguno? Anthony es un sangre pura— esta vez fue Ron el que preguntó.
—Probablemente ya tiene pareja—sugirió Ginny.
—Imposible. Si fuera así ya lo sabríamos—Lavender sonaba demasiado segura de su respuesta.
—¿Entonces?
—Es obvio. Está evaluando todas sus opciones antes de elegir— explicó Parvati, mientras sacaba su pergamino para actualizar su blog— Supongo que elegirá a quien mayores beneficios le traiga.
—¿Beneficios?— él pelirrojo parecía perdido.
—Sí Ron. Pansy, es una de las personas que sigue muy de cerca su posición en nuestro blog. Para ella el estatus y la reputación son fundamentales. Así que, es de esperarse, que se decida por una pareja que le ayude a mantenerse en los primeros lugares de popularidad.
Hermione no pudo evitar girar los ojos. Había escuchado toda la conversación desde que Parvati llegó y no dejaba de sorprenderle lo banal de la situación. Se supone que era un proyecto para aprender sobre responsabilidad, no para aumentar la popularidad de las parejas en el colegio.
—Tal vez sea Malfoy— Harry pasó su mano por los hombros de su novia— tampoco he visto que formalice con alguien, así que probablemente decidan estar juntos para seguir con su tontería de la pureza de sangre.
—Sería una estupidez que incluso con bebés ficticios ellos quieran cuidar su “pureza de sangre”—atajó Hermione.
—Pero la mayoría de los Slytherin ya se han emparejado con otros sangre pura. Incluso Goyle ya tiene pareja—Dean hizo un gesto de asco—Siento pena por esa pobre chica.
—¿Quién es?— la cara de Ginny era de pura sorpresa.
—Una chica de sexto año— confirmó Lavender—ayer se registraron con el profesor Snape. Pero tengo entendido que Goyle le dio una buena cantidad de galeones para que aceptara ser su pareja.
—¿Galeones? ¿Quién ofrece galeones a cambio de conseguir pareja?—la sorpresa se reflejó en la mirada de Ron.
—Por favor Ronald, eso hacen todas las familias de sangre pura. Y más los que no pueden conseguir pareja tan fácilmente, como Goyle—le respondió su hermana.
—No todos los Slytherin piensan así—esta vez fue Fay Dunbar la que habló. Una de las chicas que compartía habitación con Hermione: Tracey Davis iba a trabajar con Wayne Hopkins, un chico de Hufflepuff. Él es hijo de muggles.
Eso sí era algo nuevo de escuchar ¿Un Slytherin con un hijo de muggles?
—Davies está con Wayne?—Lavender sacó su vuelapluma—¿Cómo sabes eso?
—Hoy los escuchen hablar de eso en el pasillo. Pero supongo que es lo más normal tener un hijo con tu pareja.
—¡¿Davies y Hopkins son pareja?!—Parvati y Lavender se miraron con asombro—¿Desde cuando?
—¿Desde hace unas semanas? En realidad no lo sé. Creí que ya todos lo sabían—algo en lo más profundo de Fay se arrepintió de haber abierto la boca—ellos siempre están juntos.
—¿Y los de Slytherin lo saben?—Harry se unió al interrogatorio.
—Y ¿cómo esperas que yo sepa eso?
—No es normal que un Slytherin esté con un hijo de muggles y que nadie diga nada. Ellos serían los primeros en repudiarla—Lavender estaba armando la gran noticia en su cabeza. Todos podían ver los engranajes trabajando a toda marcha—¿Y cómo es que nadie más los ha visto?—tanto ella como su vuelapluma miraron con duda a Fay—¿Estás segura de lo que dices?
-Si. Aunque no deberían hacer tanto alboroto por esto, son solo una pareja más—Fay reconoció los libros con los que había estado trabajando—Y probablemente los de Slytherin ya lo saben. Tracey es una de las mejores amigas de Daphne, siempre están juntas.
—¿Y eso qué tiene que ver?—preguntó Harry.
—Pues que todos sabemos que Daphne es una de las personas mejor informadas de todo el colegio. Si algo pasa, ella lo sabe. Así que sería imposible que no supiera de la relación de una de sus mejores amigas ¿no crees?
—¿Supongo?—Harry parecía realmente confundido con todo esto.
—Nada sería más horrible que estar emparejado con alguien de Slytherin ¿se imaginan?—Ron abrió uno de sus caramelos— estar con alguien que se cree mejor que los demás por el simple hecho de existir.
Al final, resultó que Fay tenía razón. Antes de finalizar el día ya estaba registrada la nueva pareja de Slytherin y Hufflepuff, lo cual provocó demasiada polémica entre los seguidores del blog. Fue tanto su impacto que pronto reclamó el quinto lugar entre las parejas más populares. Lavender se encargó de escribir un artículo, recopilando toda la información que se tenía de la pareja, así como algunas fotos donde Wayne Hopkins parecía pasar un buen rato al lado de su novia y algunos compañeros de su casa. Incluso Lavender llegó a comentar, que difícilmente otra pareja causaría ese nivel de impacto. No podía estar más equivocada.