LUCIUS.

1990.

—papá, papá.

Esa voz que, a pesar de ser dulce, se suele volver quisquillosa y molesta y más cuando son apenas las seis de la mañana, trata de seguir durmiendo e ignorar la constante replica de las palabras, algo así como si no respondo se cansara y se ira; pero este niño es hijo suyo y no se ira hasta conseguir lo que desea.

“papá, papá” seguía repitiéndose constantemente. Con el mayor aburrimiento del mundo se levantó de la cama y sin preocuparse en su aspecto arrastro sus pies hasta la puerta de su habitación para abrirla dando paso a ese pequeño tsunami que era su hijo.

—buenos días papá— respondió con rapidez mientras se adentraba en la habitación y se subía a la cama— mira, este sobre. ¿sabes que contiene?

La pregunta viniendo de su hijo era graciosa. Cuando su hijo quería hacerse el misterioso por lo general ponía una expresión extraña, sus ojos parecían entrecerrarse un poco, una de sus cejas se enarcaba y sus labios se curvaban en una media sonrisa, esa expresión la heredo de Narcissa.

—¿Qué tienes ahí dragón? —pregunto Lucius sentándose a su lado en el filo de la cama. Pregunto solo por decir algo, porque él sabía de qué se trataba.

Su hijo acentuó más la sonrisa antes de entregarle el sobre en las manos. Tomo el sobre en sus manos y con cuidado lo abrió, el papel pergamino de hace años aún se mantiene casi le recuerda a cuando su nana abrió sus sobre junto a él mientras su padre leía el periódico.

El logo de Hogwarts se realza en la parte superior del papel, con suavidad comenzó a leer la carta para que su hijo escuchara.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERIA

Sr. Draco Malfoy.

Wiltshire.

Inglaterra.

Querido Sr. Draco Lucius II Malfoy Black.

 Nos complace informarle que usted dispone de una vacante en el Colegio “Hogwarts de Magia Y Hechicería”. Por favor, obtenga la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre.

Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.

Suya sinceramente

Minerva McGonagall

Subdirectora

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERIA

Director: Albus Dumbledore (Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, jefe de Magos, jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos)

Su hijo tenía una sonrisa radiante, esa sonrisa que por extraño que parezca le recordaba a su difunta madre, Adelina Malfoy, fina mujer, elegante, recatada y demasiado astuta según la gente. Era un tanto inusual, pese a que su hijo se parecía a él en algunos aspectos, algunos conocidos mencionaban o más bien destacaban que su hijo posee el mismo rostro de su madre.

Su hijo, se ve feliz con la aparición de dicha carta, pero para el pese a tener recuerdos gratos de ese colegio, no está seguro de querer que su hijo asista a ese lugar, tiene más opciones que eso, pero de nuevo ahí está esa mirada y sonrisa tan parecida a su difunta madre, esa que solo indicaba que no hay replica valida y bueno la pequeña Parkinson también ira a ese colegio.

—¿estas feliz, dragón?; ¿quieres asistir a Hogwarts? —pregunto con tranquilidad.

—si papá, estoy feliz y claro que quiero ir a Hogwarts, ¿Por qué no querría? Estaré en Slytherin junto a Pansy—comento Draco como si fuese lo más obvio del mundo.

—bueno, pero puede haber otras opciones a considerar.

—Lucius— dijo Narcissa interrumpiendo la plática mientras se adentraba a la habitación.

La mujer ingreso con suavidad y se sentó junto a ellos.

—ya le contaste de tu carta a papá. Él está feliz igual que tu dragón y claro que si deseas puedes ir a Hogwarts. Sabes amor, yo estuve en ese colegio y también tus abuelos, tu padre y tus tíos—comento Narcissa ignorando la cara de pocos amigos que tenía su esposo, sabe de buena fuente que no le gusta que le interrumpan y más que vayan en contra de lo ya pactado, después de todo Lucius es hombre de planes no de decisiones apresuradas y lo que decide es ley.

—Narcissa, debemos hablar sobre el colegio, aquí forjara sus pasos básicos como mago—comento Lucius con la voz un tanto arrastrada signo de que el no ha tomado ninguna decisión aún.

—¿hablar? ¿de qué? —pregunto con falsa inocencia.

La expresión en el rostro de su esposa lo decía todo, a él jamás le gusto que lo desafiaran y más aún si quien lo desafía es su esposa. Su enojo y actitud puede asustar a varios, pero con la mujer no funciona muy bien y más si se trata de su hijo. Sabía que no ganaría esta batalla, con pesar soltó un suspiro y asintió en signo de aceptación.

—mamá, debemos escribir la carta de aceptación. Quédate aquí con papá, mientras voy por una pluma y papel—dijo Draco poniéndose de pie y saliendo con rapidez de la habitación.

—Narcissa.

—Lucius querido, sabes que hay cosas que no cuestiono, pero no quiero a mi bebé viviendo en un lugar que no sea Inglaterra, además la pequeña Violet y el pequeño Gregory también asistirán al colegio. Tú y yo fuimos a ese colegio, no veo el problema—comento la mujer mientras posaba su mano en su rostro— cada Black salió de Hogwarts y varios Malfoy también, no lo olvides.

“Si, pero uno de esos Black ejecuto a más de treinta muggles y varios sangre sucia, terminando encerrada en Azkaban, enloquecida y desprestigiada, arruinando su buen nombre” era lo quería decirle a su esposa, no tenía nada en contra de la familia Black, pero sabe que muchos de estos magos deben conocer la historia a la perfección.

—Narcissa, no olvides que Bellatrix….

—sí, Lucius, yo jamás olvido a mi querida hermana, pero mi hijo no es ella y debes tener en cuenta algo cariño, quien se atreva a lastimar a mi dragón sabrá de lo que es capaz un Black—comento sin retirar la mano de su rostro guiándolo para que vea sus ojos.

Esos ojos azules que parecían volverse negros cuando sale su lado más Black. La mujer que tiene frente a él puede parecer dulce y frágil, pero él sabe de lo que es capaz, la más loca de los Black.

—además debes recordar que “los Malfoy siempre prevalecemos”—comento la mujer mientras se acercaba a él y dejaba un suave beso en su mejilla—no te preocupes querido todo saldrá conforme a lo esperado.

—bien, confiare en tu juicio querida. No tomes decisiones sin consultarme, sabes que no me gusta—dijo mientras se ponía de pie disponiéndose a arreglarse, en cada pablara estaba una clara advertencia.

—lo se querido, sabes que jamás iré en contra tuya. Te dejo, alístate para que desayunemos juntos y luego ayudemos a Draco con su carta.

*

—Lucius, Lucius. llego carta desde Hogwarts, es de Draco— dijo Narcissa entrando de forma estrepitosa y poco elegante a la oficina.

El levanto la mirada dejando su libro a un lado para fijar su mirada en su esposa, ella se veía algo cómica, su cara mostraba una sonrisa enorme y sus ojos brillaban como los de un niño luego de recibir un obsequio. La carta estaba sostenida en sus delicadas manos como si de una joya valiosa se tratase, ella camino con rapidez hasta él y le extendió el sobre.

Tomo el sobre y con cuidado comenzó a abrirlo bajo la mirada atenta de la rubia, quien parecía entusiasmada por dicha carta, después de todo ella estuvo triste toda una tarde entera con la partida de su unigénito. El papel dorado en el que le gustaba escribir al menor y su pulcra letra destacaban.

Queridos padres.

No sé por dónde empezar esta carta, primero les diré que espero que ustedes estén bien, yo estoy bastante bien. Además, me complace decirles que la selección de las casas fue bastante apropiada para mí, quede en la casa de Salazar como estuvo previsto y no sabía que el profesor Snape era nuestro jefe de casa, fuera de eso no hay más novedades salvo la presencia de “Potter el niño que vivió”, es un león y no me agrada en lo absoluto.

PD. Pansy también está en Slytherin y ya escribió una carta para Lord. Thomas.

Draco Lucius Malfoy Black.

Representante de la noble y ancestral casa Malfoy.

Heredero de la ancestral casa Black.

Finalizo de leer la carta y su esposa interrumpió.

—te lo dije querido, mi dragón estará en Slytherin y como cada Black no decaerá frente al mal tiempo—dijo Narcissa mientras tomaba la carta y la doblaba probablemente planeando guardarla—le compre un presente, me adelante a los hechos. Yo sabía que quedaría en Slytherin como cada Black.

—según se uno de tus primos….

—detalles, detalles, querido, mi Draco siempre fue un Slytherin—comento con orgullo—¡oh, cierto!, mira lo que le compre— dijo sacando una pequeña caja de su pulcro abrigo.

Con curiosidad tomo la cajita y la abrió, el interior contenía un bello medallón que tenía un dije de dragón, la joya era de plata y estaba seguro que le quedaría bien a su pequeño hijo.

—es hermoso Cissa, siempre tuviste un gusto exquisito—comento mientras tomaba el medallón entre sus manos— supongo que también planeas escribir una pequeña carta con este presente.

—claro querido. ¿Qué hacías? —pregunto mientras hacia esa expresión Black como el la llamaba cuando la mujer entrecerraba sus ojos y cruzaba sus manos.

—nada importante querida.

Ese “nada importante querida” significaba que no debe indagar más y no se inmiscuya en sus asuntos, la mujer conocía la perfección a su marido, llevan casados más de una década, ella conocía muy bien que no debe buscar enojar a Lucius, él era un hombre muy adecuado, cortés, pero tenía una personalidad particular que destacaba cuando ibas en contra de sus deseos. Ella no desea conocer de que cosas es capaz, cada Malfoy es un tanto “difícil de tratar” más su esposo, es mucho más letal o al menos el Malfoy más letal que ha conocido, ella ha visto tales facetas que intimidarían incluso a Lord. Abraxas Malfoy y al mismo Ulises Malfoy.

—bueno querido, te dejo haciendo “nada”— comento con tranquilidad mientras se daba vuelta y con elegancia abandonaba la habitación.

Una vez la mujer salió del lugar Lucius solo soltó una ligera risa, Narcissa Black sabia en donde no meter sus narices, si, sin duda alguna su padre no se equivocó con esa decisión tomada hace años. Él consiguió la definición de esposa adecuada.

Con cuidado tomo el retrato de su hijo que estaba en su escritorio. A medida que Draco crece se parece cada vez más a Adelei Malfoy, su madre, la misma mirada altiva que ella tenía, sin duda su madre estaría orgullosa de su nieto y de el por supuesto. él consiguió cada cosa que se ha propuesto, consiguió que su padre lo nombrara líder de la casa Malfoy por sobre sus hermanos mayores, realmente no importa cuánto estos lo detesten por ese hecho, después de todo siempre fue más apto para el puesto; su fortuna se ha incrementado y con mucho cuidado se asegurara que su hijo mantenga el mismo camino que él, no dejara que deseos infructuosos trunquen su camino firmemente trazado.

<<—¿una niña?

—sí, Lucius. Mi esposa dio a luz una niña—comento Thomas mientras le daba una calada a su cigarro.

Thomas no se veía decepcionado, pero tampoco rebosante de felicidad.

—el pequeño Francis sigue a la cabeza entonces, escuche que tu hermano lo mandara a estudiar fuera del país cuando crezca.

Thomas solo asintió con la cabeza mientras se concentraba en su cigarro, ese era el problema con los hermanos mayores y menores, los más jóvenes solo eran simples piezas.

—Pansy Violet Parkinson Preston.

—¿Qué?

—el nombre de mi heredera, es Pansy Violet Parkinson Preston.

—es bonito.

—no solo es bonito Lucius, ese nombre se alzará por los cielos y me asegurare de ello, tal vez mi hija jamás pueda ser líder de casa, pero algo que te aseguro es que la convertiré en toda una dama que obtendrá cada cosa que desee. Nadie pronunciara su nombre sin sentir respeto, la ubicare alto, después de todo es hija de Thomas Parkinson Crabbe. —comento mientras mostraba una sonrisa sardónica. >>

Ese recuerdo siempre ronda su mente, cuando Thomas no decayó ante nada, él sabía de buena fuente que el pese a ser dulce con la pequeña Pansy, también la educo para convertirse en una digna sangre pura, bueno el también hizo lo mismo con Draco, sin duda su hijo tampoco se quedara atrás y él se asegurara de ello.

Querido Thomas.

Leí tu carta y me parece que la decisión tomada es bastante acertada.

En cuanto al otro asunto, si, descuida dejare a mi hijo en Hogwarts, después de todo parece estar adaptándose bastante bien y sé que la pequeña Pansy también ha quedado en Slytherin.

Lucius Malfoy.

Líder de la honorable y ancestral casa Malfoy.

Doblo la carta con cuidado y se acercó a la ventana para llamar a su halcón, siempre le gustaron esas aves. Le entrego la carta al ave y vio como emprendió vuelo.