LUCIUS.

1980.

El tiempo estaba pasando muy lento, en serio está demorando mucho el nacimiento de su heredero, ya llevan casi ocho horas y solo se escuchan gritos, es irritante, le dará dolor de cabeza, bueno al menos su padre se veía “feliz” con este nuevo Malfoy, el solo estaba cansado, en serio solo espera que el crio pueda ser de utilidad y no se parezca mucho a los Black.

—ya nació—dijo la enfermera de la familia saliendo al pacillo donde todos esperaban el nacimiento del menor.

Los padres de Black estaban emocionados, su suegra casi se conmovió hasta las lágrimas, en serio es patético y su padre también se veía complacido. Los tres ingresaron a la habitación mientras el esperaba fuera no es como que le interesara mucho ver al crio, el solo veía una herramienta que le servirá a futuro. Mientras estaba en el pasillo escuchaba voces eufóricas, en serio solo es un niño.

—Lucius, has cumplido, es un Malfoy—dijo Abraxas saliendo al pasillo.

Al ver la falta de respuesta de su hijo siguió hablando.

—deberías entrar a verle.

—bien padre, entrare cuando los Black se hayan ido—comento finalmente.

—correcto—respondió el mayor antes de volver a la habitación.

Las horas pasaron y finalmente el matrimonio Black salió de Manor, mas no fue a ver al niño como dijo inicialmente, no le apetecía.

Ya era casi madrugada cuando no podía dormir producto de unos lloriqueos que llenaban los pasillos, trato de dormir, pero no podía.

—¡con un demonio!, no puede callar al niño—gruño mientras se levantaba y salía de su habitación.

Estaba molesto e irritado, demonios el mismo callaría al mocoso, entro al cuarto y vio a Black inútilmente tratando de callar al niño, ella se dio vuelta y se veía agotada y agobiada con el crio.

—déjalo, lo cuidare yo—dijo con irritación.

La mujer no espero replica y salió del cuarto dejando al niño llorando, a donde iba no sabe, lo más probable es que a dormir en la habitación del ala norte. Lucius se acercó con acautela a la cama para ver al infante.

El niño no paraba de llorar, su carita estaba roja de tanto esfuerzo, con cuidado lo tomo en brazos y por fin lo vio, su cabello era apenas una pelusa blanquecina y era muy pequeño casi parecía que podía romperse si presionaba muy fuerte.

Se sentía estúpido, los sentimientos como amor y tristeza están sobre valorados, eso te hace débil y patético, pero ahí estaba el gran Lucius Malfoy viendo al pequeño infante con una expresión embelesada, con cuidado comenzó a mover sus manos con él bebé para tratar de calmarlo mientras cantaba.

“Tonto el que no entienda

Cuenta una leyenda

Que una hembra gitana

Conjuró a la luna hasta el amanecer”

Repetía la canción con suavidad mientras veía como poco a poco el pequeño se iba calmando.

“Llorando pedía

Al llegar el día

Desposar un calé”

Así siguió por un buen rato hasta que la criatura que sostenía en brazos finalmente estaba calmada, ahora que ya no había más llanto por fin pudo verlo, no había rastro de Black en ese niño, era un Malfoy de principio a fin. Lucius Malfoy jamás en su vida se sintió apegado realmente a nadie hasta ese momento, este niño de alguna manera le generaba un sentimiento extraño, en ese momento supo que el seria su mundo entero y lo protegería a toda costa, tal vez en su corazón si había espacio para ese pequeño ser.

—pequeño Malfoy—susurro con dulzura inusual viendo al infante dormido.

—Draco.

Él se dio vuelta y vio a su esposa parada en la entrada de la habitación, se veía agotada, pero pese a que siempre se mostraba reacia al mundo pudo ver una ligera sonrisa en su rostro.

—¿perdón?

—el nombre, se llamará Draco, es un nombre Black, sé que él no tiene mucho de eso, pero pensé que ese sería un nombre adecuado—comento con suavidad mientras se acercaba a él.

—¿Draco?

—sí, yo también pensé en que podría ser Draco Lucius II Malfoy Black—comento con suavidad mientras veía al infante dormido.

—Draco Lucius II Malfoy Black—dijo pensativo viendo al niño—sí, creo que es correcto, me agrada, le queda bien.

—sí, lo sé—comento.

Ninguno dijo nada después de eso, ellos no se amaban está claro, pero al menos podían tolerarse mutuamente.

*

Había cientos de cuerpos en las calles el surgimiento del señor tenebroso estaba acabando con todo, era una cacería y había bajas por todos lados.

—Lucius.

—¿Qué?

—no dejes que le pase nada a Draco—suplico Narcissa viendo a su esposo.

Sabía que el hombre era fuerte prueba de ello fue que aguanto el dolor de tomar esa marca, era eso o la ejecución.

—no le pasara nada, recuerda Narcissa, “Los Malfoy siempre prevalecemos”—dijo con firmeza tomando de los hombros a la mujer.

Ella se veía tan frágil, pero él sabía de lo que era capaz, la vio lanzar un avada antes a una mujer que quería hechizar su hijo en medio del caos de la guerra, ahora estaban aquí encerrados en las mazmorras, esperando a que el caos pasara, según lo que escucho Lord Voldemort está perdiendo, era cuestión de tiempo para que cayera y esta pesadilla por fin acabara.

Ambos estaban nerviosos, estar ahí encerrados era algo difícil, pero salir ahora era demasiado riesgoso y Draco solo era un bebé, no podían permitirse que le pase algo.

*

Los meses pasaron y parece que Inglaterra apenas se está recuperando de la perdida de tantos magos y brujas, el reinado de terror termino por fin.

Narcissa se veía agobiada y algo decaída, no era para menos sus padres y tíos murieron en la guerra, todos ejecutados, su primo más joven fue asesinado, su hermana mayor y su primo, ambos encarcelados.

—no puedes sumirte en la depresión—dijo Lucius viendo a la mujer sentada en el piso.

Ella no respondió solo soltó un sollozo, estaba llorando claro está, se veía como un desastre su cabello desarreglado y traía un vestido holgado.

—Narcissa.

—solo déjame aquí—dijo con cansancio.

—Narcissa.

—dije que te largues—comento de forma más brusca de lo habitual.

—mira Nracissa, todo el tiempo la gente muere y si, es triste, no me importa si sientes que tu vida acabo, pero tu mal humor solo está afectando a Draco y ya estoy cansándome, mi paciencia tiene un límite—dijo Lucius tomándola de los hombros.

La rubia parecía sorprendida, su esposo era práctico y casi parecía nunca perder la compostura.

Lucius sabía que estaba siendo un tanto insensible con la mujer, pero no podía dejar que ella se hunda en un pozo del que no pueda salir.

—lo siento bien—dijo Lucius finalmente.

—yo, yo no sé qué hacer. En un momento todo cambio y para mí es difícil. Lucius puedes darme un abrazo—suplico la mujer viéndolo a los ojos.

Esos ojos espeluznantes que poseían los Black, él no era de mostrar afecto, pero ella parecía que no se detendría y su expresión llorosa le recordaba un poco a Draco cuando estaba triste, con mucho pesar asintió y la mujer se lanzó a abrazarlo. Le permitió llorar y ensuciar su túnica mientras le acariciaba la espalda tratando de calmarla.

—no llores, eres una Black y según se ustedes son valientes, vamos también eres una Malfoy y los Malfoy no lloran.

La mujer lloro hasta quedarse afónica, ninguno hablo del tema luego de eso, pero a la mañana siguiente Lucius tenía su postre preferido en su escritorio con una pequeña nota.

Gracias

Narcissa Malfoy.

Si él no la amaba y ella tampoco a él; pero él podía tolerarla, ser algo amable e incluso tratar de llevar las cosas con calma. Después de todo le dio un hijo, un pequeño pedazo de él y de ella, pensó mientras veía la foto de su hijo que tenía enmarcada en su escritorio.