El Fantasma Lovegood

Era una mañana tranquila en una casa cerca de Ottery St. Catchpole, cuando unas risas se escuchaban en el pasillo.

Dos chicas de 12 años y de pelo rubio se escabullían de su habitación a la de su padre.

Al entrar se encuentran a Xenophilius Lovegood durmiendo en su cama con una pierna afuera y la manta caída.

La gemela mayor se acerca al lado derecho mientras que la menor del lado izquierdo, a la cuenta de tres se lanzaron a la cama.

-Ah!- el adulto soltó un grito, junto con las escandalosas risas de sus hijas- Luna, Elena, ¿Que les dije de despertarme así?

-Que no lo hagamos- dijeron al mismo tiempo.

-Pero papá, es hoy es hoy- Elena, la gemela menor, empezó a saltar en la cama de Xenophilius, a quien pronto se de unió Luna.

-Esta bien niñas, voy a prepararles algo para el camino- se levantó de la cama seguido de las gemelas- Ustedes revisen que tengan todo.

-Ya lo hicimos- dijeron.

-Tiene sus cepillos?

-Si.

-Ropa?

-Si.

-Sus libros?

-Si.

-Varitas?

-Si.

-Sus túnicas?

-Si.

-Túnicas de repuesto?

-Si.

-Zapatos?

-Si.

Al llegar a la cocina el rubio mayor se dio la vuelta, haciendo que las niñas, que estaban detrás de el se chocarán. Las miro atentamente de arriba abajo.

-¿Piensan ir a Hogwarts en piyama?- las dos se miraron antes de bajar la vista a su ropa y salir corriendo a su habitación.

Xenophilius soltó una risa, era imposible no ver a su amada esposa en esas dos niñas.

Después de un rato los tres ya se encontraban cambiados y con sus respectivos baúles, listos para ir a la estación.

-Muy bien niñas como hacemos siempre, Elena tu agarras mí mano izquierda y Luna la derecha- las chicas agarran su respectiva mano- agarren fuerte sus baúles.

Y con eso los tres se aparecieron en la estación.

La estación se encontraba repleta de padres e hijos por todos lados, familias despidiéndose y amigos reencontrándose.

El rubio mayor se hacer a una de las puertas del tren para ayudar a sus hijas con sus baúles. Ya instaladas baja a la plataforma con las gemelas atrás de el.

-Conejo, Mariposa- el padre se arrodilla para estar a su altura- Tengan mucho cuidado, cuídense una a la otra, no dejen que los Nargles les roben sus cosas eh- les toca la nariz a cada uno con su dedo- Si necesitan algo recuerden que estoy.

-A una carta de distancia- Luna le dice, con Elena asintiendo a su lado.

-Así es- soltó una risa- y si necesitan ayuda pídanselo a Dragón, el las va a ayudar.

Con eso las niñas suben a el tren despidiéndose de su padre, para un año más en Hogwarts. 

•~•~•~

Llevábamos media hora en el compartimiento, Luna estaba leyendo la nueva edición del Quisquilloso, mientras que yo miraba por la ventana, hasta que la puesta se abrió revelando a un chico de quinto año de Ravenclaw.

-Pero mira, si no es otra que la Lunatica- el chico apoyándose en el marco.

-Hola Jacob, ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?- Luna le pregunta levantando la vista de su revista, por mi parte solo miro el intercambio.

-¿De que es esa estúpida revista?- sin contestar la pregunta ni dejar que Luna responda la suya, le arrebato la revista-. "Los misterios de los Thestrals"- Jacob soltó una risa para después tirar la revista.

-Si quieres una te la podemos vender, cuesta 5 galeones cada una- le dije solo para que fuera ignorada. 

-Veo que tenés un Torposoplo en tu cabeza- Luna le dijo.

Jacob arrugó la nariz, la verdad es que si había un Torposoplo en su cabeza, y se fue del compartimiento golpeando la puerta.

Luna solo negó con la cabeza para levantar la revista del suelo.

-Tranquila Ele, el solo no esta interesado en ella- Luna se acomodo a mi lado abriéndola otra ves, por mi parte apoye la cabeza en su hombro para que, como muchas veces, me la pudiera leer.

Aunque no me importaba mucho lo que los otros estudiantes puedan decir no podía evitar frustrarme cuando los demás simplemente me ignoran cuando hablo.

Antes de iniciar el primer año estaba emocionada por hacer nuevos amigos, ya que la única otra persona de mi edad que conocía era Luna, pero pronto me di cuenta que para los demás no importaba, ya que cuando me clasificaron mi casa nadie aplaudió, solo los profesores y Luna, cuando intente establecer una conversación con mis compañeros rápidamente se aburrieron de lo que decía o simplemente se iban, así que me quede al lado de Luna, a quien, por alguna razón, no les agradaba a los demás.

Estuvimos así desde durante el trayecto a la parada, la señorita del carrito de dulce nos pregunto si queríamos algo, pero decidimos comer los sándwiches que papá nos preparo.

Hasta que en un momento el tren se detiene de golpe enviándonos al suelo.

-Ele! ¿Estas bien?- Luna me agarro del brazo para ayudarme a pararme.

-Si Lu, ¿Vos estas bien?- mi hermana asintió con la cabeza- ¿Ya llegamos?

Miramos por la ventana para ver que todavía no estábamos ni cerca de llegar a la estación, en un momento la ventana se empezó a empañar y el compartimiento se empezó a enfriar. Automáticamente me acerque a Luna, siempre fui una persona friolenta, nos acurrucamos en una esquina del sillón. Unos momentos después vimos pasar a una criatura negra por la puerta, solo para que después otra se quedara parada en frente de ella.

Vimos como la puerta lentamente se fue abriendo, y no quería ver que era escondí la cabeza en el cuello de Luna, pero un destello azul me hizo mirar la puesta para ver como la criatura salió volando de ahí.

Mire a Luna que tenia una expresión de confusión en su rostro, cosa que casi nunca e visto en ella, ya que ella es para mi la persona más inteligente del mundo.

-Lu, ¿que paso?- le pregunte.

Pero no obtuve respuesta ya que el compartimiento se abrí de golpe revelando a un chico rubio alto con una túnica de Slytherin de tercer año, nada mas y nada menos que Draco Malfoy, tenia una cara de preocupación, hasta que nos vio.

Ahora porque Draco Malfoy estaba preocupada por nosotras, pues bien somos sus primas/sobrinas, ya que nuestra madre era prima de Lucius, el padre de Draco, pero al casarse con nuestro padre, quien a pesar de ser sangre pura, mis abuelos no aprobaron su relación y la desheredaron.

-Oh bien están aquí- soltó un suspiro antes de entrar en el compartimiento cerrando la puerta- ¿Están bien las dos?

-Si Dragón- le dije separándome un poco de Luna- ¿Pero que fue esa cosa?

-Ese es un dementor, están buscando a Siruis Blake- nos miro atentamente a las dos- Por Merlín están pálidas- saco de su bolsillo dos barras de chocolate, nos la paso- coman esto les va a servir.

Cada una tomo una barra y comimos un pedazo de ella, Draco al ver que lo comíamos se levanto para irse cuando Luna lo interrumpe.

-Dragón- lo llamo con aquel apodo de la infancia- ¿Que fue ese destello azul?

Draco se dio la vuelta para mirarla.

-No tengo idea, pero lo voy a averiguar- y con eso se fue.

Nos quedamos ahí un rato en silencio cuando el tren volvió a andar. No entendía que había pasado, Draco desde que entramos a Hogwarts no nos había hablado y durante las vacaciones no había ido de visita, cuando en años anteriores solía escabullirse de su casa solo para visitarnos y jugar en la colina; así que venga a ver como estamos después de que esas cosas voladoras negras, Dementores, llegaran.

Despues de un rato llegamos al fin a la estación donde nos bajamos, nos dirigimos a las carretas donde los Thestrals ya estaban esperando para llevarnos a Hogwarts.

Nos subimos a la primera carreta que encontramos vacía y partimos nuestro segundo año en El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.