El poder de un deseo

Harry Potter - J. K. Rowling
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El poder de un deseo
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Chapter 2

 

 

Sirius observa a su hermano confundido y preocupado. La mirada de Regulus está fija en su antebrazo, donde antes estaba la Marca Tenebrosa. Sirius la había visto antes, solo una vez en la piel de su hermano y ahora no hay nada, solo piel, no hay rastros de que alguna vez estuvo allí.

"¿Qué...?" Regulus luce tan desconcertado como Sirius se siente.

"Reg..." dice en voz baja, buscando una manera de llegar a él, entender lo que está pasando sin alterarlo. "¿Cómo...?"

Sirius puede ver cómo su hermano lucha con sus pensamientos, como si intentara poner orden en su mente. Y entonces, finalmente, Regulus rompe el silencio, pero sus palabras no tienen sentido para Sirius.

"¿Estoy muerto?", pregunta Regulus, su tono bajo, casi inaudible.

"¿Regulus?" Sirius frunció el ceño. Antes de que pueda preguntar más, Regulus sigue hablando, como si no pudiera detenerse.

"No, Sirius no estaría aquí..." murmura para sí mismo. Luego, mira a Sirius entrecerrando los ojos. "¿Qué pasa con Potter?", pregunta con una mirada filosa.

Sirius sigue sin entender, pero no dice nada. Se limita a observar cómo Regulus parece intentar no entrar en pánico. Regulus sigue, más lento esta vez.

"...estaba actuando como si yo fuera... el dueño de sus afectos", dice, con una mueca. "Potter no haría eso, ni como su peor broma."

La mención de James hace que un nudo se forme en el estómago de Sirius. Recuerda la forma en que James miró a su hermano menor... Sirius asiente lentamente "Eso fue raro"dice.

"¿Qué está pasando?" Regulus pregunta a la nada, y el instinto de hermano mayor de Sirius, que había estado silenciado por años, vuelve. Sirius siempre tuvo las respuestas cuando eran niños, siempre hacía que las cosas fueran mejores... lo mejor que se podía, considerando su familia. Pero ahora no tiene las respuestas. No las tiene para nada de lo que está ocurriendo.

Sirius se sienta, su mente procesando lo poco que sabe.

"Lo último que recuerdo..." Regulus habla despacio, luce concentrado. "Estaba... en la mansión, pero luego..." Su voz se apaga.

Sirius permanece callado, observando a su hermano sin interrumpirlo.

"¿Luego qué?" pregunta Sirius, con cuidado, intentando no presionar demasiado, pero quería entender.

Regulus levanta la vista hacia él, y por un momento parece perdido. "No lo sé. No sé cómo llegué aquí. Ni cómo... desapareció la marca. Sólo sé que de repente estaba aquí, en esta casa."

Sirius lo observa en silencio, procesando lo que su hermano acaba de decir. La Marca Tenebrosa no desaparecía de esa manera, no sin más. "Eso no tiene sentido", murmura. "No lo entiendo. Obviamente algo más está ocurriendo."

Un golpe suave suena en la puerta, y tanto Sirius como Regulus se miran. Regulus niega con la cabeza.

"¿Qué se supone que haga?" murmura, con tono incrédulo.

"Improvisa", responde Sirius, su voz baja y rápida, antes de acercarse a la puerta. La abre, y allí está de nuevo... James, con el ceño fruncido.

"¿Están bien?" pregunta James, su voz cargada de genuina preocupación.

Sirius, notando la creciente tensión de su hermano, atrae la atención hacia él. "Todo está bien, Prongs", dice, tratando de sonar relajado, pero con una tensión evidente en su voz. "Solo... un malentendido, son cosas de hermanos. A veces peleamos, no es nada grave."

James observa a Sirius con una expresión de desconcierto.

James alterna la mirada entre Regulus y Sirius antes de hablar. "Bueno... si ustedes lo dicen." Su expresión muestra una ligera duda. "El desayuno está listo. Les dije a mamá y papá que empiecen sin nosotros. ¿Vienen?"

Sirius intercambia una mirada rápida con Regulus antes de responder.

"Sí, claro", responde Sirius, con un leve asentimiento.

James da un paso atrás, dejando la puerta abierta para que salgan. Lanza una mirada a Regulus, que sigue viéndose inquieto, pero no dice nada más.

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Regulus sigue a Sirius en silencio, con Potter siguiéndole los pasos. Al entrar en la cocina, los padres ya están allí, conversando tranquilamente, como si nada.

La señora Potter, al verlo, le dedica una sonrisa cálida y maternal. "Buenos días, Regulus, Sirius." Regulus asiente rápidamente, evitando su mirada. Su hermano saluda apropiadamente e inicia una conversación.

Regulus considera que evitar hablar es el mejor curso de acción a tomar ahora mismo.

La luz suave que entra por la ventana llena la cocina de calidez, pero Regulus es un extraño en la casa y se siente como uno. Todo parece demasiado… hogareño.

La Marca Tenebrosa se ha ido. ¿Cómo pudo simplemente desaparecer?

¿Dónde estaba antes de despertar aquí?

 Los ojos de los Potter lo observan constantemente y Regulus se siente terriblemente incómodo con su atención.

Siente un ligero toque en su pierna. Regulus se sobresalta y lo mira.

Se acerca y susurra "¿Te sientes bien?" Después se aleja un poco, esperando la respuesta.

Regulus duda un momento. No cree que le crea si miente. "No mucho", admite. "Me siento un poco extraño desde que desperté."

James asiente con comprensión. "Bueno, ¿qué te ayudaría ahora? ¿Volver a descansar o salir a volar?" pregunta suavemente.

 

Regulus lo mira confundido un momento. "¿Volar?" repite, James sonríe.

James se levanta y se dirige a sus padres. "Creo que no los acompañaremos hoy", dice, dándoles un beso a su madre y un abrazo a su padre. Luego mira a Regulus, que sigue en su asiento. Regulus duda al darse cuenta de que debe levantarse para seguirlo, Potter lo mira expectante.

La elección no es tan complicada; aquí quedarán tres personas, James Potter es solo uno.

Se levanta y lo sigue sin mirar atrás, sintiendo la mirada de Sirius clavada en su espalda mientras sale de la habitación.

Afuera, el viento desordena su cabello, pero no le importa. Por primera vez en su vida se permite estar despreocupado. Lo que sea que esté pasando, tal vez no sea para tanto. ¿Y qué importa si la gente es amable con él? ¿O si la marca, que se suponía sería eterna, simplemente desapareció? Hay cosas peores; Regulus lo sabe.

Potter vuela junto a él, haciendo piruetas innecesarias. “¿Cómo te sientes ahora?” grita sobre el rugido del viento.

Regulus lo ignora un momento, sus manos aferradas con fuerza al mango de la escoba. Había olvidado cuánto le gustaba volar. Desde que dejó Hogwarts, no había tenido motivos —ni ganas— de volver a hacerlo.

Lo mira de reojo, recordando los tiempos en que solían competir en los partidos de la escuela. Siempre parecía disfrutarlo. Pero esto es diferente al Quidditch, después de todo, solo están ellos dos a cielo abierto.

Potter frena de golpe, flotando a pocos metros de él. “¿Regulus?” pregunta, inclinándose un poco hacia adelante.

Regulus respira hondo. “Mejor”, dice al fin, apartando los pensamientos inútiles que rondan su mente.

Sonríe como si hubiera ganado algo. “¿Ves? Te lo dije. Volar lo cura todo. Bueno, casi todo”.

Regulus rueda los ojos, pero no puede evitar que una esquina de su boca se curve ligeramente. Por un momento, todo está en silencio, sin contar el sonido del viento.

No pasa mucho tiempo y Potter rompe la calma. “Oye, ¿quieres ver algo genial?”

“¿Depende?” Responde Regulus, arqueando una ceja.

No espera una respuesta. Se lanza en picada, gritando algo que suena a “¡Intenta seguirme!”.

Regulus lo observa, sacudiendo la cabeza pero, sin pensarlo demasiado, inclina la escoba para seguirlo.

¿Qué más da?

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"¿Tampoco tienes hambre, cielo?" pregunta Effie con una sonrisa maternal, girándose hacia Sirius mientras recoge los platos que James y Regulus dejaron antes de salir al jardín.

En la cocina, Sirius fuerza una sonrisa. "Supongo que no he despertado del todo." Da un sorbo a su café, pero el sabor amargo no despeja su mente.

Sus pensamientos van de un lado a otro, enredándose en preguntas sin respuesta. ¿Cómo averiguar algo sin sonar sospechoso? Por Merlín, ¿es esto siquiera real?

Sirius deja la taza sobre la mesa y mira a Effie y Monty, quienes conversan tranquilamente mientras organizan la cocina. Una sensación extraña lo invade. Todo esto se siente demasiado perfecto. Regulus sin la marca, aquí, bajo el techo de la familia que lo acogió.

¿Qué tal si esto no es más que un sueño? ¿Un truco de su mente? Cierra los ojos un momento, respirando profundamente.

"¿Todo bien, hijo?" pregunta Monty, interrumpiendo sus pensamientos.

Sirius abre los ojos y se mueve rápidamente. "Sí, sí. Solo estoy... pensando."

Effie se sienta a su lado, con una expresión preocupada pero cálida. "A veces pensar demasiado no ayuda. Lo importante es que estamos todos juntos. Lo que sea que les preocupe a ti y a Regulus, sé que lo resolverán."

Sirius no sabe qué responder. Solo asiente, intentando creer, aunque sea por un momento, que es cierto.

 

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