The World Turned Upside Down

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
The World Turned Upside Down
Summary
Regulus Black había estado sumido en una vida de miserias desde que obtuvo la marca tenebrosa a los 16.Para sus ahora 18, sentía que todo estaba perdido. Estaba en medio de una guerra en un bando que no apoyaba, había perdido a su familia, estaba totalmente solo.Hasta que un día pasó...¿Y sí no era imposible escapar si el lado oscuro? ¿Y sí gracias al chico con las estúpidas gafas pueda escapar?A lo mejor gracias a James Potter, Regulus volvería a sonreír y volver a recordar lo que es amar.A lo mejor ambos logren poner el mundo de patas arriba.
Note
Okey okey! el título están basados en el musical de Hamilton, por si alguien estaba dudando, no os sorprenda encontrar muchas referencias a canciones y musicales en esta historia!Este fic está basado en toda la primera guerra mágica a partir de 1979. Aunque sobretodo va a estar enfocado en Regulus, más de una vez se harán cambios en el punto de vista (POV). NO TODO estará basado en lo canónico, aunque intentaré aferrarme a ello lo máximo posible, no todo será tal cual como lo conocemos en la saga.
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Un whiskey, una canción y un recuerdo

 

8 de Septiembre, 1979

 

Hacía mucho tiempo que Regulus no sentía nada. Hacía mucho tiempo que nada le motivaba, por nada del presente sonreía, por nadie sonreía. Al parecer esa es de las primeras cosas que debes aceptar cuando te pasas al lado oscuro, como bien indica su nombre, estarás sumido a una vida llena de oscuridad. Aún así él tenía eso claro desde hacía mucho tiempo. Estuviera o no en el lado oscuro, al parecer ya tenía escrita la miserabilidad en su nombre. Regulus Black .

 

Aquel día no había reunión de mortifagos, aún así, tenía que cumplir una serie de misiones que podía solucionar en casa, está vez tocaba papeleo. Afortunadamente las misiones más duras, como el asesinato de una familia entera, eran dadas a otros miembros, como Barty, quién era bien conocido por su maquiavelidad. Aunque suele actuar como un impulsivo sin control, Crouch era astuto como un zorro vigilando a su presa.

 

Regulus era más conocido por sus tácticas de manipulación. Más de una vez había engañado a miembros del ministerio para desvelar secretos y futuros movimientos del bando contrario, por órdenes de su señor, y si quería, podría llegarles a hacer cambiar de bando. Por eso, él suponía que Barty y Evan estaban muy insistentes con el hecho de involucrarle en el plan de convencer a alguien del lado opuesto para volverse mortífago. Aún así, había algo de eso que detenía a Regulus, y este nunca haría nada sólo porque sí. Necesitaba una motivación, ya que el hecho de tener más aliados en el bando oscuro no era algo que le interesara específicamente.

 

Aunque llevaba todo el día en su casa y ya eran alrededor de las 7pm, decidió salir. Por alguna razón estaba agobiado, sentía la necesidad de tomar aire fresco. A lo mejor era la escasez de vitamina D, ciertamente hacía mucho tiempo que no salía a dar un simple paseo por el día. 

 

Se dirigió a su armario y se colocó unos pantalones, una sudadera negra y su bolso, con su monedero, las llaves de su hogar, la varita y un paquete de tabaco.

 

Mientras caminaba por las calles intentaba evitar al mayor número de gente posible, al igual que ocultaba su rostro con su capucha, fijando su mirada en sus zapatos al caminar.

 

Aunque vivía rodeado de muggles tenía que tener cuidado, nunca se sabía cuando un auror podía estar husmeando o pasando por ahí de casualidad y le reconociera. 

 

Pero para su suerte, no había muchas fotos de él que se pudieran usar en su contra. Normalmente, los mortífagos que salían como portada de SE BUSCA en El Profeta solían ser los que habían logrado huir de Azkaban o los que habían hecho algún tormento públicamente y se les había logrado capturar en alguna fotografía de los periodistas que trabajaban para El Profeta. Aún así eso no significaba que no tuviera que tener cuidado, su cara ya era conocida para algunos aurores, como su hermano,  por lo que corría el riesgo de llegar a ser reconocido en un momento, al igual que tenía que mantener su marca bien oculta, daba igual si le reconocían o no, si un auror le interceptaba la marca ya no había vuelta atrás.

 

Mientras Regulus caminaba, sin darse cuenta, llegó a un lugar no muy lejos de su casa. Un pequeño parque con un lago, donde al parecer muchas familias muggles hacían picnics y se reunían con su familia. Inconscientemente, levantó la mirada, dejando de enfocarse en el suelo y en esconder su rostro. Observaba aquella escena con una leve nostalgia, miraba las familias estando felices y unidas mientras que él estaba solo, sin familia y sin felicidad.

 

Soltó un leve suspiro y se preguntó ¿Qué hacía ahí? ¿Qué le había llevado a salir de su hogar, donde estaba seguro, para llegar hasta ahí? A veces las decisiones más impulsivas son las que te llevan a replantearte más cosas una vez que ya están hechas. Aún así, él seguía ahí de pie, su mirada en sus zapatos pero con una sensación de añoranza. Dio una leve patada contra el suelo y volvió a su camino y salir de ahí. 

 

¿Y si todo fuera diferente? No pudo evitar preguntarse eso repetidas veces mientras seguía caminando, ¿Y si nunca hubiera obtenido la marca?, ¿Y si hubiera huido con Sirius? Todas esas preguntas provocaban un huracán en la cabeza de Regulus, no sabía qué pensar, pero también sabía que daba igual porque aunque pensara todas las diferentes consecuencias en otras realidad alternativas, en esta, él no había huido con su hermano, él había recibido la marca tenebrosa, y él estaba solo, y no había nada que hacer al respecto.

 

Llegó a un sitio donde había un banco para sentarse, no era un lugar especialmente bonito, había dejado el parque atrás hacía un rato y ahora solo estaba en medio de la calle cerca de la carretera. Aún así decidió sentarse y observar la ajetreada vida a su alrededor. Hombres con traje y corbata cruzando la calle rápidamente, mujeres agarrando la mano de sus hijos pequeños para cruzar, personas mayores que sólo se valían con su bastón. 

Observó a cada persona, cada detalle, y aunque fuera un segundo, un solo segundo de observación en las personas le bastaba para imaginar sus vidas o incluso sus nombres. Es inevitable encontrar intrigante la vida de otros cuando sientes que no tienes una vida propia.

 

Tras un largo rato se levantó, dando un áspero suspiro. No sabía a dónde iba, tampoco le interesaba. El sol empezaba a descender, dejando las calles un poco más oscuras y desoladas. Mejor. Regulus siempre fue partidario de la soledad.

 

Mientras el sol se escondía más y las estrellas empezaban a salir, se notaba una pequeña brisa, no estaba muy lejos de su casa, pero aún no quería volver. Sacó de su bolso el paquete de cigarrillos y encendió uno mientras se lo colocaba entre los labios.

 

Cuando soltaba el humo del cigarro miraba al cielo, notando como el sol se ocultaba y las estrellas salían. Ciertamente esa vista era preciosa, el sol seguía brillando pero no tanto como para opacar la luminosidad de las estrellas y la luna. Regulus, quien fue nombrado tras una estrella, no podía ignorar la admiración que sentía por estas. El brillo tan potente del sol le solía molestar, pero al final, el sol seguía siendo una estrella. Aunque parecieran diferentes en todos los sentidos, no eran de mundos tan diferentes después de todo.

 

Fue sacado de sus pensamientos cuando la luz de un local le sacó de sus pensamientos, ese sitio alumbraba la calle por la que iba caminando, la cuál había quedado a oscuras a causa de la llegada de la noche. No podía quedarse hasta muy tarde en la calle, era peligroso, pero a lo mejor podía esperar un poco en aquel bar rodeado de muggles y luego salir sin ser interceptado. ¿Quién buscaría a un mortífago, quienes detestaban a los muggles, en un local repleto de ellos?

 

Antes de entrar, tiró su cigarro al suelo y lo aplastó con la punta de su zapato, apagándolo. Abrió la puerta del bar mientras bajaba su capucha, al principio se sintió un poco abrumado. Una fuerte luz cálida cubría todo el local al igual que las fuertes voces y risas de las personas.

 

No le costó mucho trabajo llegar hasta la zona de la barra y sentarse en un lugar libre. La mayoría de las personas allí estaban en un grupo hablando en voz alta a causa de todo el ruido que había en general en el lugar, carecían de formalidad allí al parecer, o por lo menos eso pensaba Regulus, quien no solía frecuentar dichos locales.

 

— ¿Qué vas a tomar, amigo? - preguntó el señor detrás de la barra con un leve acento latino. Un hombre alto, no más que Regulus aunque parecía más mayor. Pelo marrón algo largo y una barba que recién empezaba a crecer. 

 

No soy tu amigo. Pensó Regulus en un principio con hostilidad. Pero no le iba a soltar eso al chico, tampoco era un insensible.

 

— Whisky.  - dijo secamente, sin siquiera mirarle. Se volvió a colocar su capucha, se sentía tenso sin ella ¿Y si casualmente había algún auror por ahí? Aún así, con tal de que no dejara ver su varita o marca oscura, no tendría mucho de qué preocuparse, había demasiada gente ahí para que se armara un revuelo sobre los asuntos del mundo mágico entre muggles si Regulus no se dejaba reconocer.

 

— Aquí tienes - el chico dejó un vaso con dos grandes hielos y hasta la mitad con el líquido de color cobre. Casi al mismo tiempo que el barista le dio su bebida, alguien habló tras él.

 

— Ponme lo mismo. - era una voz masculina también, con una chispa de ánimo. Este chico estaba al lado de Regulus, a su izquierda. Había algo familiar en aquella voz… Aún así tras unos segundos lo ignoró, no podía importarle menos, sabía que no eran ni Barty ni Evan, y con ese tono jovial… ningún perteneciente a los mortifagos. Tampoco le interesó mucho, Regulus era un chico curioso, pero tampoco tanto. Le interesaba más ver moverse los hielos de su vaso que quien fuera ese chico.

 

— Hacía tiempo que no te veía. - el barista parecía conocer a esta persona a su lado, ¿Frecuentaba este lugar a menudo? se preguntó para sí mismo. Probablemente era algún joven de sueños fracasados que ahogaba sus penas en alcohol, por alguna razón, había algo que le molestaba de este individuo a su lado, había algo en su vibra…Pensó eso mientras bebía un sorbo de su bebida, poco después se sintió ridículo. Regulus era el joven con sueños fracasados que ahogaba sus penas en alcohol. Miró a su vaso con rabia y luego lo dejó fuertemente contra la barra. 

 

— No vayas a romper la mesa, amigo. - sintió la mirada del desconocido en él, su tono de voz era un poco bromista, sin intención de ofender. Pero Regulus ya estaba ofendido.

 

— No soy tu amigo. - inconscientemente se reajustó un poco la manga del brazo izquierdo. Cubriéndolo en su totalidad de nuevo. Esa sudadera solía encogerse a la mínima que alzaba o se estiraba los brazos. Debería cambiarla dentro de poco.

 

— Está bien... Está bien. - le contestó el desconocido, incrédulo. Dejó de mirarle, Regulus lo notó.

 

Siguió por un par de minutos simplemente observando el fondo de su vaso y como los hielos poco a poco se iban derritiendo mientras pensaba en su vida. 

 

Si tan sólo tuviera la oportunidad de escapar.  

 

Al haberse acostumbrado al calor del lugar empezó a sentir el calor recorrer su cuerpo, no quería quitarse su sudadera pero sí se bajó la capucha de ésta, dejándole tener una vista más periférica, y se dio cuenta que el desconocido seguía en el asiento al lado suyo. Sabía que era él y no otro desconocido pues en su mano sujetaba el vaso de whiskey, igual que el que tenía Regulus, sólo que algo más lleno. Inconscientemente giró levemente la cabeza. No había visto el rostro del desconocido, pues estaba observando el lugar del lado contrario del que se encontraba Regulus, pero sí vio que tenía el pelo corto y levemente rizado de un color marrón oscuro, le contrastaba con su piel, levemente morena, más claro que el marrón de su piel, como un bronceado permanente, era alto, poco más que Regulus, parecía de su edad o si no un poco más mayor.

 

Cuando notó que el desconocido comenzaba a girar otra vez en su dirección desvió la mirada rápidamente, no quería ser descubierto observando sus facciones, eso sería muy vergonzoso para Regulus.

 

Esos pensamientos se esfumaron de su cabeza una vez que prestó atención a lo que estaba sonando de fondo en la radio.

 

—... Bueno, y no podemos olvidar la joya musical con la que nos ha deleitado Queen hace unos pocos años, pero sigue siendo un verdadero hit. Damas y caballeros ¡Bohemian Rhapsody! - Regulus conocía la canción, la había escuchado de lejos alguna que otra vez que entraba en algún local, pero si le preguntabas, nunca la había escuchado entera, y menos pararse a pensar en la letra. Esta sería la primera vez.

 

Is this the real life? Is this just fantasy?

Caught in a landslide, no escape from reality

 

Mientras escuchaba, tomó un sorbo de su whiskey, también soltó una leve risa sarcástica para sí mismo. Vaya Regulus, hasta la banda más famosa del momento te lo dice, no puedes escapar.

 

Open your eyes, look up to the sky and see

I'm just a poor boy, I need no sympathy

Because I´m easy come, easy go, little high, little low

Anyway the wind blows doesn't really matter to me, to me

 

No podía negar que la parte de piano que se escuchó a continuación era pegadiza, no pudo evitar oír a unas cuantas personas, entre ellas el desconocido, tararearla levemente. No sabía si eso le molestaba o le divertía.

 

Mama, just killed a man

Put a gun against his head, pulled my trigger now he's dead

 

Inconscientemente, puso los ojos un poco en blanco, algo sobresaltado. Le parecía curioso como de una reflexión sobre la vida de repente la canción hablaba de una confesión de asesinato.

 

Mama, life had just begun

But now I've gone and thrown it all and away

Mama, ooh, didn't mean to make you cry 

If i'm not back again this time tomorrow

Carry on, carry on as if nothing really matters

 

Regulus se quedó un poco pensativo mientras escuchaba ese trozo, no podía creer como una canción podía hacerle reflexionar y recordar tantas cosas. Ese trozo en específico le llegó levemente al alma, no podía dejar de pensar en él  y en aquella última noche. Sirius. Aunque su madre no lloró - al menos no para su conocimiento - ciertamente él no volvió a esa hora del día siguiente, y, como cualquier miseria que le pasa en su vida, tuvo que seguir adelante como si nada ni nadie le importara, aunque por dentro un trozo de sí se haya perdido.

 

Too late, my time has come

Sends shivers down my spine, body's aching all the time

Goodbye, everybody, I've got to go

Gotta leave you all behind and face the truth

Mama, ooh (any way the wind blows)

I don't wanna die

I sometimes wish I'd never been born at all

 

Cuando acabó la estrofa no pudo evitar llevar su vaso de alcohol a sus labios y tomar un gran sorbo mientras seguía pensando en la letra. Si lo anterior ya le había logrado conmover porque le recordaba a Sirius, esto ya era demasiado, le recordaba a él mismo y sus pensamientos más internos sobre su vida actual. Era tan cierto, todo era tan cierto, era como si Freddy Mercury le hubiera espiado y a raíz de eso, compuso  las frases más personales sobre su vida.

 

Soltó un profundo suspiro, pues seguía sumido en sus propios pensamientos. Había ido a ese bar a distraerse, no a volver a caer en el abismo de sus miedos y tristezas, pero ya era inevitable, ya había caído en ese abismo hacía mucho tiempo, pero nunca había intentado salir… Nunca creyó que existiría una salida.

 

— Ese solo de guitarra es verdaderamente increíble. - era el desconocido, no le hablaba a él pero ciertamente logró sacarle de sus pensamientos. Inconscientemente se giró, quedando cara a cara, pero la mirada de Regulus estaba en el suelo por lo que no le vio el rostro, seguía enfocado en sus pensamientos y sin darse cuenta le contestó, como si su corazón hablara sin el consentimiento de su cabeza.

 

— Es como si la guitarra estuviera sollozando por todos los que no pueden.. - su tono era melancólico y ya no tan seco como antes. Al darse cuenta que había hablado tan directamente alzó su rostro, viendo por fin al chico al lado suyo, quien le miraba algo sorprendido. Qué. ¿Tan raro era que no hablara en un tono borde?

 

— Poético. - contestó el chico de la barra, a quien el desconocido habló anteriormente, no pareciera que lo dijera con sarcasmo, parecía que la frase de Regulus verdaderamente le gustó.

 

Se dio cuenta que el desconocido le miraba como si estuviera tratando de decir algo pero no podía, como si estuviera tratando de recordar algo.

 

Pero Regulus ya lo sabía, en cuanto vio su rostro ya lo sabía. 

 

No eran sus gafas redondas, tampoco fue la forma en la que algunos mechones de su pelo rizado se dividían en dos, dejando al descubierto el centro de su frente. No, no era nada de eso, había visto esas facciones en mucha gente después de tantos años, pero nunca había encontrado esos ojos color café otra vez, sólo en las revistas donde salía su cara para mostrar alguno mérito, pero no era igual, las fotografía no le enfocan tan bien como en la realidad y al final esas imagen suelen ser en blanco y negro. James Potter, después de tanto tiempo nos volvemos a encontrar.

 

— ¿Te conozco? - preguntó James, todavía intentando buscar el rostro de Regulus entre sus recuerdos.

 

— Creo que no. - No podía quitar la mirada de los ojos de James, su expresión se mostraba neutral, como si de verdad no se conocieran, por dentro sentía miedo. Al final Potter era un auror y él un mortífago, y él ya sabía lo que le pasaba a los mortífagos que eran capturados.

 

Regulus ya sabía quién era él, podría sacar su varita y matarle en el acto y huir, o usar la maldición Imperius y usarle como fuente de información para el lado oscuro y luego matarle. Pero no podía, aunque no lo pareciese, tenía sentimientos, y algo dentro de sí no le permitía asesinar a James. Puede que sea porque no quiero darle ninguna ventaja al lado oscuro, puede que sea porque es el amigo de mi hermano a quién todavía quiero, puede que sea porque todavía no me ha reconocido así que puedo escapar y nunca sabrá que era yo, todos nos evitaríamos un problema.

 

— Estoy seguro que te he visto en alguna parte. Me recuerdas a alguien… - James seguía medio ensoñado intentando averiguar quién era. Regulus sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, tenía miedo, a lo mejor era débil, pero tenía miedo de ser reconocido.

 

  No quiero acabar en Azkaban.

 

— A lo mejor sufres de alucinaciones porque yo nunca te he visto. - puede que eso haya sonado más borde de lo que quería pero en verdad no le importaba, si James se enfadaba y así dejaba de mirarle mejor. Pero no, como no el estúpido de Potter se lo tomó como una broma y rio levemente, sin apartar la vista de Regulus.

 

Dejó el coste de su bebida en la barra para el barista. Tenía intención de irse, no podía darle un segundo más para averiguar quién era.

 

Se levantó de su silla abruptamente dedicándole una última mirada, James parecía extrañado por su acto y sobre todo perplejo. 

 

— ¡Espera! - Llamó James mientras Regulus se alejaba hacia la salida. Simplemente esa palabra hizo que acelerase su paso a la salida.

 

Finalmente salió del local, sintiendo la fría brisa golpearle la cara, honestamente le vino bien, había sentido demasiadas emociones allí dentro y necesitaba una pequeña liberación. Soltó un leve resoplido de alivio mientras apoyaba sus manos sobre sus rodillas, ya no sentía miedo, logró huir de uno de los mejores aurores del momento sin ser interceptado. Por poco…

 

Pero de un momento a otro todo ese alivió se desvaneció cuando sintió la mano de James en su hombro detrás de sí. Se sobresaltó y dio un paso hacia atrás enfrentándose a él cara a cara, tenía su mano dentro de su bolso en caso de tener que sacar la varita rápidamente.

 

— Sólo quiero saber quien eres. Estoy seguro de que nos conocemos. - en ese momento Regulus se sintió algo estúpido. ¡Como si no supiera como es Potter! No va a parar hasta conseguir lo que quiere. Odio que sea tan terco como yo.

— Déjame en paz. No te conozco. - Por el frío del ambiente y puesto que no esperaba que James lo siguiera hasta afuera su voz sonó un poco más agitada de lo normal.

 

Tenía intención de huir nuevamente, dar media vuelta y dejarle atrás. Sabía que James era insistente, pero tampoco va a acosar a una persona ¿no? Eso espero…

 

Antes de que volviera a hablar, Regulus levantó los brazos para colocarse su capucha. En el momento en el que lo hizo, notó un cambió de expresión en la mirada de James que hizo que le diera un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

 

Se dio cuenta que al subirse la capucha, al levantar los brazos, la sudadera que llevaba se encogió levemente, dejando a la vista parte de sus muñecas y como no llevaba manga larga debajo se veía parte su pálida piel - y ahí estuvo el error -. Se veía una parte del final de la marca oscura que llegaba hasta su muñeca. Por eso el cambio de expresión de James.

 

James lo sabía.

 

Regulus lo sabía.

 

— Regulus…. - fue lo único que pudo murmurar el chico de gafas mientras observaba con atención su brazo izquierdo, esa era la pista que necesitaba para descubrir quién era. Y de un momento a otro, ambos se apuntaban con la punta de sus varitas. Preparados para atacar y contraatacar en cualquier momento. 

 

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