The World Turned Upside Down

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
The World Turned Upside Down
Summary
Regulus Black había estado sumido en una vida de miserias desde que obtuvo la marca tenebrosa a los 16.Para sus ahora 18, sentía que todo estaba perdido. Estaba en medio de una guerra en un bando que no apoyaba, había perdido a su familia, estaba totalmente solo.Hasta que un día pasó...¿Y sí no era imposible escapar si el lado oscuro? ¿Y sí gracias al chico con las estúpidas gafas pueda escapar?A lo mejor gracias a James Potter, Regulus volvería a sonreír y volver a recordar lo que es amar.A lo mejor ambos logren poner el mundo de patas arriba.
Note
Okey okey! el título están basados en el musical de Hamilton, por si alguien estaba dudando, no os sorprenda encontrar muchas referencias a canciones y musicales en esta historia!Este fic está basado en toda la primera guerra mágica a partir de 1979. Aunque sobretodo va a estar enfocado en Regulus, más de una vez se harán cambios en el punto de vista (POV). NO TODO estará basado en lo canónico, aunque intentaré aferrarme a ello lo máximo posible, no todo será tal cual como lo conocemos en la saga.
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El Final del Principio

Soledad. Arrepentimiento. Eternidad. Oscuridad.

Una eterna vida en soledad y arrepentimiento. O al menos así lo sentía el chico de las ilusiones perdidas a sus dieciocho años con unos hermosos ojos esmeralda brillante pero que te transmitían dolor con una simple mirada. Regulus Black. 

 

Hace unos dos años, poco después de cumplir los dieciséis años, recibió la marca tenebrosa a causa de las órdenes de sus padres por la ausencia de Sirius como heredero. Aunque nadie podía quitarle a su hermano mayor el apellido Black, fue desheredado de la familia, excluyéndolo de todo derecho relativo a pertenecer a la noble familia de los Black.

 

Al Sirius ser un año mayor que Regulus, cuando acabó Hogwarts en 1978, no se volvieron a encontrar debido a los problemas entre ambos hermanos. Por parte del menor de los Black, cuando Sirius escapó de casa en su sexto año, la relación entre ambos empezó a deteriorarse. Regulus no culpaba a Sirius por haber tomado esa decisión, mas es cierto que la ausencia de su hermano en aquella casa fue notable para él. Pero finalmente se rompieron los lazos completamente en el momento en el que Sirius descubrió la marca del lado oscuro en el antebrazo de su hermano menor, acusándolo directamente de ser una réplica de sus padres y sus ideales.

Aunque hubo una oportunidad para reencontrarse, en la muerte de Walburga y Orión, la casa donde se criaron pasó directamente a ellos a partes iguales, pero para llegar a un acuerdo era necesaria una reunión y pactar los términos de la casa. Regulus, al no querer este encuentro mandó una carta, donde le dejaba su parte de la casa a su hermano, y así tener que evitarlo a toda costa.

 

 

•••

 

Regulus

7 de Septiembre, 1979

 

El cuartel del lado oscuro era conocido por tener diversas sedes, una de ellas la Mansión Malfoy, donde se estaba dando una pequeña reunión entre Regulus, Barty Crouch Jr. y Evan Rosier. Gracias a que Narcissa, la esposa de Lucius Malfoy, el propietario de la casa, se podían permitir acordar estas pequeñas reuniones sin que todo el grupo de los mortífagos tengan conocimiento de estas.

 

— Los aurores están avanzando cada vez más rápido. - Evan iba dando pasos de un lado al otro a lo largo del salón mientras hablaba. Solía hacer eso cuando estaba nervioso, y su voz que transmitía frustración lo aclaraba todavía más.

 

Aunque Barty y Evan habían seguido a su lado tras Hogwarts todo cambió a raíz de unirse al lado oscuro. Al contrario que Regulus, en su mayor parte, sus amigos se habían unido a los mortífagos por iniciativa propia, algo que inconscientemente abrió una pequeña brecha entre ellos, aunque ni Crouch ni Rosier sospechaban aquello, el joven de los Black era un experto en el arte del engaño.

 

— Pues cuanto antes nos los quitemos de encima mejor. - contestó Barty, quién estaba igual de frustrado, pero algo mejor que Rosier.

 

— ¿Cómo se supone que nos los vamos a quitar de encima si ni sabemos quienes son la mitad de ellos? - El chico de cabellos rubios cada vez se agobiaba más con las palabras que soltaba su amigo.

 

Barty, quién estaba sentado en una silla con las piernas a los lados y los brazos entre medias un poco encorvado dio un giro con su cuello, a modo de pensar, y alzó los hombros levemente.

 

Regulus estaba en el medio de ambos, sentado igual que Barty sólo que un poco menos informal. Estaba más recto y las manos entrelazadas entre sí sobre su regazo. Pasó las manos por su cabello para relajarse un poco y finalmente habló serenamente.

 

— Lo que necesitamos es llegar a una fuente de información.

 

— Ajá. Cómo. 

 

—¡Un espía! - Barty dijo, eufóricamente, como si se le viniera la idea a la mente y directamente la soltó.

 

— Ya claro, como vamos a…- empezó Regulus ironía y también vagueza, pero fue interrumpido por el otro chico que había dejado de caminar por la sala y se quedó frente a ellos con una mirada pensativa.

 

— No, espera… Creo que por una vez has dicho algo con lógica, felicidades Crouch.

 

Barty hizo un gesto de atribuirse el mérito con una pizca de arrogancia, levantando las manos y dejándolas caer sobre sus piernas mientras recostaba su cuerpo en el respaldo de la silla.

 

— ¿Y qué vamos a hacer? ¿Meter a uno de los nuestros con la marca tenebrosa entre los suyos? - preguntó el único opuesto a la idea entre los tres chicos de la sala, mirando directamente hacia Barty

 

— Bueno ahí tienes un punto… 

 

— No pero… - Evan comenzó a hablar, ensoñado. — Podemos atraer a uno de los suyos a nosotros.

 

Por la mente de Regulus empezó a pasar muchas personas… Sabía que su hermano no sería un candidato. ¿Potter? Irritablemente leal. Lupin, podía ser un candidato, siempre había algo misterioso en él. Y había otro chico… Pettigrew - pensó Regulus - demasiado sumiso y manipulable, pero no sería de gran ayuda para las filas del lado oscuro de todas formas.

 

— Haced lo que queráis, pero no me metáis en el plan. Tengo la sensación de que va a acabar muy mal. - Regulus, que también estaba sentado, se levantó y se encaminó hasta la salida de la sala de estar de la casa. — Ya son las ocho y cuarto, deberíamos irnos cada uno por nuestro lado antes de que anochezca. Los aurores últimamente están más pendientes por la noche. 

 

— Bueno, tú no tienes mucho problema en escabullirte por las sombras, eh Black? - Barry decía con una sonrisa burlona mientras se levantaba de la silla y estiraba sus brazos hacia adelante suavemente, oyéndose un leve ‘crack’ proveniente de sus codos al ser estirados. 

 

— Mh. - rió para sí mismo, agarrando el pomo de la puerta mientras su cabeza estaba girada a sus amigos para darles una última mirada de cordialidad antes de abandonar el recinto. — Supongo que nos veremos mañana si hay reunión. Hasta entonces. 

 

Regulus abandonó la mansión Malfoy no sin antes despedirse de su prima y su marido, a quien Regulus le tenía un cierto desprecio, muy extremista para su gusto. 

 

El caminó de vuelta a su casa fue algo largo, hacia un suave viento pero que le molestaba, cuando movía sus cabellos a sus ojos o se metían por su boca. A pesar de eso, el trayecto era tranquilo, como siempre, no vivía muy lejos y podría adquirir un coche, pero había algo que no había cambiado desde sus años en Hogwarts, sentir el fresco aire del ocaso en plena soledad, simplemente él y sus pensamientos. En antaño, él solía escabullirse antes del toque de queda hacia una zona cerca del Lago Negro, sentándose en la orilla y mirando al agua y el más allá, dónde podía ver la puesta de sol en su maximo esplendor. 

 

Recordó esos momentos y esas vistas y no pudo evitar sonreír para sí mismo. Después de tanto tiempo, Regulus aprendió a vivir sólo de los recuerdos de una vida que ya no era la suya. Ya no podía caminar libremente por las calles sin el temor de ser capturado, ya no podía hablar con su hermano, y desde hace mucho tiempo, ya no podía amar… Puede que hayan sido las experiencias, puede que haya sido todo lo que vió, puede que hayan sido todas las desilusiones o puede que haya sido toda la desconfianza que se ha de tener cuando eres parte de las filas del Señor Oscuro. Cuando era más joven sí podía amar, y ahora sólo podía recordar lo terco que era al intentar negarlo, al estar tantos años jurando que el amor “no era para él” cuando estaba rodeado de ello sin siquiera darse cuenta, recordaba tan bien a Pandora, quién siempre estaba para él, a Dorcas, algo cabezota pero increíble, a su hermano, a quien a pesar de todo quería como a nadie, la forma en la que quería a Barty y Evan, era muy diferente a como les sentía hoy en día, y había alguien más… Algo dentro del ser de Regulus sabía que le faltaba alguien por contar, alguien a quién amó. Ahora que sabía lo que es no tener a nadie a quien amar, se arrepentía de no haber podido expresarlo más, y ¿quién sabe? a lo mejor algo diferente podría haber habido.

 

En el trayecto a casa también no pudo evitar pensar en la conversación anterior, ¿Un espía?, encontraba divertido pensar en todas las posibilidades que se sabían hasta ahora y saber si podrán engatusar a alguien del bando contrario o si ellos acabarán siendo capturados y enviados a Azkaban. Conocía a Barty, con su orgullo, sería capaz de ir a Azkaban e intentar escapar, Y Evan, antes muerto que entre rejas.

 

Por alguna razón la idea le intrigaba, había algo en esa palabra, “espía”, que le llamaba la atención, no sabía ni porqué ni en qué sentido, pero había despertado algo en él.

 

Sus pensamientos fueron detenidos cuando llegó a su casa, un pequeño piso en un lugar no muy llamativo. Abrió el pomo de la puerta y como de costumbre, dejó las llaves sobre una mesita que estaba cerca, encendió la luz, dejando ver un piso normal con su mesa de comedor, un pequeño sofá frente una televisión no muy grande. Regulus se dirigió directamente al baño donde se lavó levemente la cara, tenía un espejo frente al lavamanos pero siempre evitaba verse directamente, no podía encontrarse a él mismo en aquel reflejo, y desde hace un tiempo lo intentaba evitar. Aunque ese día había algo diferente, levantó la mirada con la intención de verse directamente, apoyó sus brazos sobre el lavamanos, quedándose enfocado en su propia mirada por unos largos segundos, hasta que finalmente dando un áspero suspiro desvió la mirada y se dirigió a su habitación.

Allí se cambió de ropa, se colocó su pijama y apagó las luces de su hogar. Se recostó en la cama, pero no podía dormir . Tenía la mirada fija en el techo, pensando, simplemente pensando. 

 

— No puedo seguir así.

 

Cada vez más, Regulus se sentía más y más perdido. Necesitaba escapar de esa vida, pero, ¿Cómo? No quería morir pero parecía la única salida.

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