
POTTER
A la mañana siguiente, Draco sintió que en cualquier momento se volvería loco, había vuelto a tener una maldita pesadilla, esperaba que nadie lo haya escuchado; para suerte de él se podía observar a sus compañeros de cuarto con las cortinas abiertas durmiendo profundamente, intactos ante cualquier ruido, aprovecharía en bañarse y alistarse.
Debía admitir que era sumamente hermoso, cualquier color le hacía notar perfecto.
Cuando se sintió perfectamente listo, reviso su horario que ya se encontraba encima de su escritorio; debía admitir que la profesora McGonagall era sumamente juiciosa cuando se trataba del estudio de los alumnos y más aun si eran los de su casa.
Mierda, tenia clase a primera hora.
Su ida a la lechucería se suspendería hasta después de su primera clase. Alistó su mochila con los útiles necesarios en sumo mutismo para no incomodar a nadie.
En el momento que sintió que no faltaba nada, caminó sigilosamente hacia la puerta; sin embargo, fue interrumpido por un Neville desgreñado.
-Bu-buenos días, Draco- mencionó abriendo sus ojos cortamente para volverlos a cerrar y abrir, haciendo que el contrario le sonriera.
-Buenos días, Neville... te interrumpí- negó haciendo rápidos movimientos con la cabeza.
-Y-yo q-quería preguntarte si podía ir contigo al gran comedor- murmuró bajo, no quería incomodar al primer amigo que tenía.
-Claro que puedes- respondió -quieres que te ayude con tu mochila.
-¡No! - lo detuvo, pero a que costo, había pisado mal al bajar de su cama ocasionando que cayera al suelo y todos sus compañeros se levantaran. Draco corrió ayudarlo tirando su mochila donde sabe quién.
-Déjame ayudarte- lo levantó despacio acomodándolo en su cama -...donde te duele.
Neville quería llorar, así no era como debía suceder, iba perder su amistad y sus compañeros le iban a gritar.
-Yo... - sollozo mirándolo a los ojos, para luego señalarle sus rodillas -nunca quise hacer todo esto, solo quería ser tu amigo.
Draco lo abrazo para calmarlo, un simple accidente le pasaba a cualquiera.
Mientras sus compañeros eran simples espectadores que miraban, a excepción de Potter que se levantó dirigiéndose al baño ignorando todo el escándalo que hubo.
- No tienes por qué llorar esto le pasa a cualquiera, no por eso dejaras ser mi amigo- murmuró, haciendo que el contrario se calmara -...que te parece si curamos esas rodillas- sonrió separándose de él para ir abrir su baúl -remángate la basta de tu pantalón hasta tus rodillas- Neville obedeció, mientras lo veía sacar de su baúl un pequeño maletín.
Momentos así es que le servía el maletín.
Su papá tenía razón, siempre había alguien a quien ayudar, y su crema salvaría a varios.
-¿Listo? - afirmó haciendo un pequeño movimiento con su cabeza -...solo sentirás un poco de ardor en las rodillas por dos o cinco minutos- le había avisado demasiado tarde, Neville se encontraba haciendo caras tan extrañas.
Después de cinco intensos minutos y con los ojos puestos en él, dejó de hacer caras tan extrañas.
-¿Y qué te pareció?
Bajo con cuidado de la cama, no sentía ningún dolor y no había signos de averse raspado sus rodillas.
-Mis rodillas- lo miro estupefacto.
-Lose, no es sorprendente cura todo tipo de caídas y golpes, lo mejor de todo es que borra las cicatrices o rasguños- dijo rápidamente sosteniendo entre sus manos la crema, mientras todos lo veían sorprendidos -lo llamo la Draco solución, mi creación.
-¿Tu lo creaste?
-Eso te lo contare más tarde, ahorita cámbiate que se nos hace tarde- murmuró colocándole su uniforme entre sus manos y empujándolo por los hombros, en el preciso momento que vio saliendo a Potter del baño.
Se sentía feliz de que funcionara después de haberla corregido tantas veces, le debía agradecer a sus dos amigos, sino fuera porque ellos eran sus conejillos nunca hubiera funcionado su crema con tantas pociones que había mezclado.
-Se esta prohibido la magia- dijo Finnigan -te deberían encerrar por usar magia ilegal.
-Hazlo si gustas, al que terminaran encerrando será a ti.
-¡Maldito mortifago! - murmuró a Draco -¿Te crees valiente por tener un apellido sangre pura?
Sin embargo, Draco ignoro sus palabras cuando vio saliendo a Neville.
En el instante que se sintieron listos bajaron al gran comedor; si no fuera porque Nick Casi Decapitado les señalo todo el camino se habrían perdido por Peeves el poltergeist que se encargaba de ponerles trampas en todo momento y un Argus Filch esperando atrapar a sus primeras víctimas.
Para cuando llegaron al gran comedor, las otras casas tenían sus mesas repletas de estudiantes a excepción de la de ellos, solo se podían ver a diez gryffindors. Neville solo reconoció a la niña de cabello desaliñado, ella le había ayudado a encontrar a Trevor.
-¿La conoces? - preguntó Draco a Neville, señalándola con la mirada
-E-ella me ayudo con Trevor en el tren.
-Bien...- le sonrió, mientras lo jalaba para donde estaba aquella persona -que esperas vamos.
Se encontraba tan concentrada leyendo un libro de transformaciones que no presto atención cuando se sentaron a su lado.
-Hola, soy Draco Malfoy- dijo, ocasionando que la niña cerrara su libro y girara su cabeza para verlos -¿Y tú?
-Hermione, Hermione Granger -respondió Hermione, con la mirada señalo al niño que se encontraba detrás de él.
-Oh, él es Neville... Neville Longbottom -murmuró, mientras el contrario hacia un pequeño saludo con sus manos.
-Hola para ti también Neville, bueno si me disculpan voy a seguir leyendo- volvió abrir su libro para seguir con su lectura, pero su concentración fue en vano. Draco no dejaba de hablarle después de cada bocado que terminaba de masticar, juraría que en cualquier momento él se atoraría de tanto hablar.
Ella no era agresiva, pero juraría por Merlín que si él tal Malfoy no se callaba le zamparía él libro en la cara, debía ser como su compañero Neville que comía en silencio.
No aguantaba más.
-¡Malfoy! - todos los presentes la miraron como se alteraba al chancar el libro contra la mesa -podrías...- intento calmarse, pero fue interrumpida por Neville.
-E-eso nunca tocaremos- murmuró rápido, como si de un trabalenguas se tratara.
-¿Cómo? - Hermione ya estaba haciendo un tic con su ojo derecho, si no le respondía en este precisó momento.
-E-ese libro no te ayudará en nada, la-la clase de estas semanas serán de la Ley de Gamp sobre Transformaciones Elementales- se calmó cuando escucho que todo este tiempo se había confundido de libro.
Si nadie le decía, ella seguiría leyendo un libro que no era.
-Oh, y que libro debería leer- murmuró Hermione, mientras veía como por fin se había callado Malfoy.
Neville de su mochila saco un libro de pasta roja y rayas azules.
-Este- señaló colocándolo en la mesa, en la portada se podía apreciar el título del libro «La Base de las Transformaciones de MG».
Hermione mataría a ese charlatán que le vendió un libro que no era a sus padres.
-¿Qué tienes? - preguntó Draco.
-Compré un libro que no era ¿Cómo pude ser tan torpe? - colocó las manos en su cabeza como acción de preocupación.
-Yo podría darte mi libro- lo miró intentando encontrar alguna mentira en sus palabras, pero lo que obtuvo fue un libro en sus manos.
-No puedo quitarte tu libro.
-Claro que puedes tu lo necesitas más que yo, ¿Qué?
-Estas completamente loco, no puedo quitarte algo que tu necesitas- se negaba aceptarlo, mas aun cuando sabía que alguien más lo necesitaba.
-Tómalo.
-Te he dicho que no -murmuró, devolviéndole a Draco.
El libro iba de un lado a otro debido ya que ninguno de los dos lo quería aceptar; sino fuera porque Neville los detuvo, el libro terminaría sin hojas.
-Y-yo tengo dos libros, podría darte uno.
-¿De verdad? - Neville afirmó, ocasionando que Hermione le lanzara el libro a Draco y este se quejara, pero nadie le prestara atención -gracias, Neville - dijo teniendo el libro entre sus manos.
-Y a mí, ni un gracias- se quejó Draco señalándose a él mismo -...todavía que lanzas mi libro peor que trapeador.
-Gracias, Draco... por interrumpir mi lectura- el mencionado bufó para luego reírse.
-¿Qué les parece si en vez de estar acá viendo como comen los demás vamos caminando con paciencia al salón? -dijo al ver como entraban sus compañeros gryffindors peor que estampidas.
-Sabes por primera le doy la razón a alguien- respondió Hermione levantándose de su asiento -vienes Neville.
-Yo.
-Si tú o te piensas quedar a comer aún.
-Claro que viene- dijo Draco, levantándose de su asiento, seguido por Neville.
Mientras se dirigían al salón de transformaciones, Hermione no paraba de quejarse lo loco que era para un niño de su edad y Draco no paraba de decirles que él era la persona más serena, ocasionado que los tres se rieran.
Había sido un reto hacer que Neville se explayara con ellos, pero se logró. No paraban de hablar sobre el curso y temas triviales, siendo interrumpidos por alguien.
-¿Acabaron? - dijo McGonagall mirándolos. Hermione regreso a su asiento avergonzada ante las palabras de su jefa de casa, mientras Neville se quedaba quieto y mudo al lado de Draco.
-Si profesora Minnie- murmuró sin poder contener su risa Draco, ocasionando que su profesora se sorprendiera a escuchar ese apodo.
-Joven...
-Draco, Draco Malfoy Ross- se presentó levantándose de su asiento.
-Siéntese joven Malfoy- dejó de mirar al pelirrubio para ver que todos sus alumnos estuvieran presentes -viendo que se encuentran ambas casas, Gryffindors y Hufflepuffs, empezaremos con la clase.
La asignatura de Transformaciones dio a su fin después de una hora y media, no había sido tan aburrida como pensaban los alumnos, pudieron apreciar como la profesora McGonagall transformaba algunos muebles en animales, pero para que eso sucediera debían aprender lo teórico.
-¿Qué piensan hacer justo ahora? - preguntó, mientras salían del salón de transformaciones.
-Yo, iré a la biblioteca para avanzar la tarea- respondió Hermione sacando sus apuntes.
-Pero recién nos dejó hace cinco minutos.
-Acaso no escucharon que pidió un ensayo para dentro de tres días- replicó, causando que Draco se crispara -además en vez de estarme preguntando, deberían venir conmigo también, tres cabezas piensas mejor que una.
-¿Y tú? - miró a Neville para una respuesta suya.
-Creo que deberíamos ir con ella...
-Ustedes ganan, iremos a la biblioteca- lo interrumpió Draco resignado -pero mientras ustedes van buscando algo de información, yo iré a la lechucería a enviar algo.
-Bien, vamos Neville- sentenció Hermione -¿Sabes cómo llegar?
-Claro que se como llegar a la lechucería, me ofende tu pregunta.
-¿izquierda o derecha? - preguntó la peli castaña alzando la ceja.
-derecha.
-ni izquierda ni derecha Draco ¿Estas seguros que puedes llegar?
-Yo... - iba aceptar que no podía, pero a lo lejos vio a su conejillo de experimentos -se cómo llegar ¡si me demoró nos vemos en el comedor! -murmuró alejándose de ellos.
Los perdió de vista cuando se acercó más a Blaise; quiso gritarle por averse escondido de él, pero al final el que termino siendo gritado fue él cuando le toco el hombro.
-¡¿Qué quieres ahora Nott?!¡Juro que me olvidare del trato que tiene mi madre con tu padre! -Volteo el moreno recibiendo un gran susto al ver a quien le había gritado -Draco...que haces acá.
-¿Cómo que, que hago acá? Encima que te escondes de mí, me confundes con él idiota de Nott- por la mirada que ponía, Blaise empezaba a sentir peligro por su vida.
-Creí que eras Nott- le dijo calmadamente -no deja de perseguirme para saber por qué no fui a la celebración de su padre.
-Ohh... por ahí hubieras empezado.
Mientras Blaise lo acompañaba a la lechucería, continuaban hablando por todo el camino del porque el moreno no había estado presente en la selección de casas.
-Un pajarito me contó que casi golpeas a alguien ¿Cómo se llamaba? - murmuró Blaise chasqueando los dedos -Finnigan creo- él asintió con lentitud.
Era ahora o nunca, si es que quería saber más de Potter.
-Blaise una pregunta que sabes del tal Potter.
-A qué viene tu interés- lo interrogó intentado hallar una respuesta. Aun así, no obtuvo ninguna respuesta del contrario -...él es un mestizo de la misma forma que lo eres tú, la mayoría de los adultos lo conocen por ser el salvador del mundo mágico, por salvarlos de tu ya sabes quién. Hasta donde yo sé, fue criado por su padrino que salió de Azkaban después de seis años que su padre saliera del coma.
-¿Si su padre está bien por qué no lo cuida?
-Tienen una mala relación- Blaise no era para nada chismoso, o tal vez lo era si de eso dependía cuidar a sus más cercanos -hay rumores de que su madre estuvo usando amortentia con su padre y otros dicen que su madre engaño a su padre con uno de sus amigos lo cual es absurdo ya que es una copia del auror Potter.
-Y todo eso de quien lo obtuviste, no me digas de Parkinson.
-Sabes que ella me cuenta cada chisme de la sociedad mágica- era prevenir ahora o lamentar después -...Draco.
-Dime.
-Ten cuidado con Potter, él es el mismísimo demonio.
Sea verdad o mentira, el niño había sido implicado en la muerte de sus tíos maternos, y debido a ello fue llevado a un orfanato, siendo el gran error del ministerio, un mes después de su llegada del orfanato no quedo nada, todo estaba bajo escombros. El ministerio tapo el escandaló con la salida del coma del señor Potter y liberación de Sirius Black.
-A veces las personas aparentan lo que no son... sabes a lo que me refiero.
-No soy tan idiota para correr peligro.
Eso era lo que quería creer Blaise.
Dejaron el tema sobre Potter de lado cuando llegaron a su destino, sacó la carta de su mochila para colocarle a su lechuza. Ulises dejó la lechucería volando con la carta entre sus dedos y garras.
-No creas que se me olvida que casi me gritaste por culpa de Nott.
Blaise resopló pensando <<cual fue el mal que hizo en su otra vida>>.
-Ya te pedí disculpa mas de veinte minutos- iban caminando de regreso al comedor -oye, verdad... ya hiciste amigos.
-Sí, te encantaran, uno es Neville Longbottom y la otra Hermione Granger.
-El nieto tonto de Agusta Longbottom...
-Oye, no le hables así.
-Vale, y como dices que se llama la otra niña.
-Hermione Granger... estoy empezando a creer que de tanto experimentar en ti, ya te está afectando mis pociones.
-Bueno fuera- murmuró bajo.
-¿Creí escuchar que te estabas quejando?
-¡No! - dijo cambiando de tema -nunca escuche el apellido Granger en sangre puras.
-Porque no lo es- lo observó para luego murmurar -Blaise sino te sientes cómodo...
-No es eso Draco, sino que nunca pensé que harías amigos tan rápido- contestó sonriéndole -lo que menos me importan son esas tontas etiquetas puristas, yo soy alma libre.
-Si ya te entendí- murmuró repitiendo la frase que decía su amigo cada vez que se veían -¡El grandioso, asombro e invencible Blaise!
-Exacto, el inigualable Zabini- dijo haciendo sus poses de superioridad fuera de las puertas del gran comedor, los alumnos lo miraban.
Draco no se imaginaba que seria de su vida si perdiera a su amigo.
-En fin...- Blaise se calmó -ingresemos de una vez, quiero conocerlos.
-¿Seguro? Nott podría decirle a tu mamá.
-Draco, a ella no le importa mientras me sienta feliz con ello... además no tiene por qué hablar Nott si es que quiere que mi madre apoye a su padre con su tonta política.
-Si tú lo dices.
-No seas miedoso, apurémonos.
El pelirrubio busco con la mirada a sus amigos, a lo lejos se podría ver a la peli castaña escribiendo y a Neville comiendo tranquilo a su costado.
-Los encontré vamos.
Blaise fue tras de él.
-Ahora entiendo porque quedaste acá- murmuró el moreno viendo como comían los gryffindors, ahora entendía por qué algunos slytherin los describían como cerdos.
-¿Cómo?
-Que tienes un apetito voraz igual a ellos.
-idiota- murmuró haciendo una especie de mueca, cuando ya estaba cerca de sus amigos.
Neville se dio cuenta de su presencia, intento avisar a Hermione.
-Neville un momento ya acabo- dijo, terminando de escribir las últimas palabras -...ahora sí.
-Si sigues escribiendo nunca comerás Mione.
-Drac... - murmuró ella. Él la miro haciendo un espacio entre ella para que se pudieran sentar ambos -nunca viniste, te estuvimos esperando.
-nos perdimos mientras hallaba como llegar a la lechucería.
-¿Perdernos?
-Oh... si él es Blaise- lo presentó mientras él otro le sonreía.
-U-un slytherin
-Sí, tienen algún problema ambos- Neville negó; sin embargo, la peli castaña lo observo de pieza a cabeza. Hermione no era que le molestara la presencia de un slytherin, el problema era que para ser su segundo día en Hogwarts los alumnos describían a esa casa como serpientes rastreras en las que no podrías confiar, pero quien era ella para juzgarlos.
-¿Cómo dijiste que te llamabas?
-Blaise Zabini... -dijo él -pero me pueden decir solo Blaise.
Hermione le dirigió una media sonrisa.
-Hermione, Hermione Granger... quieres sentarte con nosotros- le ofreció.
-¿Están seguros?
-Por que no lo estaríamos, hasta donde yo sé no hay ningún reglamento que lo prohíba- murmuró Draco acomodándose al lado Hermione -ven siéntate.
Los alumnos y profesores eran espectadores al ver aun slytherin sentarse entre leones, mientras Draco se reía dentro suyo.
-Albus...
-Déjalos Minerva, son apenas uno niños.
-Están rompiendo las reglas.
-No existe ninguna regla que prohíba la unión de diferentes casas- sentenció el director -al parecer este año será diferente a otros.
El almuerzo en el gran comedor había transcurrido tranquilamente, nadie molesto nadie con ningún comentario fuera de lugar. Solo era paz y tranquilidad.
-¿Qué asignatura tienes ahorita Blaise?
-Historia de la magia- murmuró.
-Nosotros también tenemos ahorita- susurró Neville.
Coincidencia o no, los slytherins compartían muchas asignaturas con los gryffindors; e historia de la magia era de una de esas.
-Perfecto todos juntos vamos- río el pelirrubio -¡levanten sus hermosos traseritos y vayamos al aula!
-No se cuántas veces te lo haya dicho hoy, pero afirmo eres un demente Draco.
-Lose, me alaga que pienses eso de mi Mione.
-Yo que ustedes me acostumbraría- explicó Blaise haciendo que los mencionados lo miraran -esto apenas es el comienzo, cuando nos use como sus conejillos hay asústense.
Neville y Hermione intercambiaron una mirada, atónitos ante el comentario del moreno, mientras Blaise solo soltaba una risa.
-¡Oye, acaso yo me quejo de ti! - espetó yéndose con Hermione y Neville -no le hagan caso.
Él moreno al momento levantarse choco con alguien.
-Disculpa.
-Zabini- volteó a ver quién era.
-Heredero Potter- masculló de mala gana, siendo interrumpido por Draco.
-Blaise pasa algo.
Harry estaba atento a la conversación de los dos amigos, como si el tiempo se detuviera a su alrededor. Y eso no le gustaba para nada a Blaise, Potter miraba a su amigo de una forma obsesiva para ser un niño de su edad, como si de un depredador y su presa se tratara; prometió al padre de Draco cuidarlo y eso haría.
-No es nada vámonos- murmuró agarrando su mano, para salir lo más rápido del comedor.