INOCENCIA PERDIDA
l día que tanto esperaba había llegado, era viernes, por fin vería a su padrino y esta vez no lo esquivaría con ningún pretexto. Bajó al Gran Comedor junto a Neville y Hermione, sin perderse ni una vez.
¿Alguna tarea que tenemos pendiente? — preguntó Hermione, mientras Draco le alcanzaba el azúcar a Neville.
—Ninguna Mione... — masculló Draco, entre dientes. Juraría que a veces quería lanzarse del puente muggle más alto, si seguían así sus habitaciones terminarían siendo la biblioteca.
—Transformaciones ya está, defensa contra las artes oscuras también, astronomía igual... — la peli castaña iba marcando en su libreta los cursos que no estaban pendientes —¡El ensayo de historia de la magia!
—Y-ya también está Hermione— murmuró bajo Neville.
—Están seguros— dijo, bastante confundida —Ayer solo hicimos el ensayo de astronomía y encantamientos?
—Mione, anteayer hicimos el ensayo con Blaise y Parkinson— declaró Draco.
El pelirrubio recuerda como Blaise llevo a Parkinson para hacer el trabajo en grupo, siendo el gran error del moreno, todo el vendito día Pansy no dejaba de lanzar sus comentarios sarcásticos contra la peli castaña, y Hermione tampoco se quedó atrás, le respondía con frases muggles lo que hacia desquiciar a la pelinegra. Sino fuera por que Draco, Neville y Blaise avanzaban el trabajo nunca hubieran terminado.
—No me hagas recordar—sentencia, al cabo de unos segundos —Parkinson debe estar como loca viendo como quitarse esa mancha en su cabello.
—No creo que lo haga.
—Oh...tal vez si— les avisó Neville, viendo como Parkinson venia hecha una furia siendo retenida por Blaise —S-su cabello se ha vuelto todo ro-rojo.
—Eso es porque ha estado usando hechizos para revertirlo— recalcó Hermione al voltear a verla.
-¡Granjero! ¡Ahora mismo quítame esto! — gritó dirigiéndose a la mesa de gryffindors —sino lo haces juro que me quejare con mi papá para que te expulsen.
Se aproximó hasta donde estaban ellos. Hermione ni se inmutó ante su presencia, estando a un palmo de su distancia.
—No me escuchas acaso, te estoy dando una orden Granger.
—Si te escucha Parkinson— dijo Hermione finalmente, ocasionando que Pansy soltara un suspiro de alivio —...pero no lo hare, hasta que te disculpes.
—Porque debería disculparme si tengo la razón eres una ¡Sangre Sucia!
La peli castaña intento levantarse, pero fue detenida por Draco que le hacía señas con su mirada que la ignorara.
—Te estoy hablando Granger.
—Pansy cálmate estás haciendo un escándalo— Blaise intentó tranquilizarla —todos están que nos miran.
Volteo para ver como todos la observaban, después de a ver creado todo un espectáculo para sus ojos, se sintió acorralada, no quería hacer más escándalo del que ya había hecho.
—Granger... di-disculpa por a verte dicho sangre sucia ¿contenta?
Hermione caminando, con su varita en mano lanzando un hechizo en el cabello rojo resplandeciente de Parkinson, ocasionando que la contraria sacara un espejo de su bolsillo para ver cómo estaba. Al ver que su cabello regreso a su estado normal, se retiró del comedor como si no hubiera pasado nada.
— ¿Te quedarás a desayunar con nosotros Blaise?
—No creo, los veo en pociones— murmuró antes de ir tras su amiga.
Justo en ese preciso momento llegó el correó. Draco llevaba días sin recibir alguna respuesta de sus padres, estaba empezando a creer que algo les había pasado; Sin embargo, su temor se fue cuando cayó encima de su manzana una carta junto a un paquete. Este lo abrió de inmediato.
—
Querido hijo,
Disculpa la demora, me alegra que en tu primer día ya tengas amigos, le dije a tu papá que habías quedado en gryffindor, hubieras visto la cara que puso, él pensó en un inicio que quedarías en Hufflepuff, pero le dije que un corazón tan rebelde. , valiente y bondadoso como el tuyo era imposible que perteneciera en a esa casa... lo que me pediste lo puedes encontrar en el pequeño paquete.
Recuerda que te queremos.
PD: Dentro de la caja encontrarás un vociferador y tu dije, no te olvides leerlo cuando estes solo.
—
Draco desenvolvió con cuidado él paquete, su grabadora estaba intacta como lo había dejado, el vociferador estaba junto al dije que su papá le dio cuando apenas tenía seis años, la constelación de Leo; su papá siempre lo tuvo puesto como si su vida dependiera de él, nunca supo el origen de aquel dije.
Se lo colocó en el cuello, para luego guardar el vociferador y la grabadora en su mochila.
—No lo abrirás... y si es algo importante.
—lo haré después de clases— le respondió a Neville.
En cuanto acabaron de desayunar se dirigieron a la clase de pociones. Neville y Draco se sentaron juntos, mientras que Hermione se sentó detrás de ellos con una niña de coletas y Blaise con Parkinson.
Snape empezó la clase pasando listas y se detuvo ante su nombre.
—Draco Malfoy— murmuró cortante como si de un extraño se tratara.
Draco se enojó, pero este lo ignoró para continuar con su lista, ocasionando que este le frunciera el ceño.
—Están aquí para aprender la sutileza de la ciencia y el arte exacto de hacer pociones —murmuró. Tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo, causaba miedo en sus alumnos —... aquí no hará ningún movimiento estúpido con la varita... No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si es que son más inteligentes del grupo de alumnos idiotas que enseño.
Solo provocó que su discurso asustara más a los alumnos, los únicos emocionados eran Draco y Hermione, él por querer demostrarle a su padrino de lo que estaba hecho y ella por querer sobresalir entre tantos sangre puras.
—¡Weasley! ¿Qué obtendré si añadido polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?
Volteó a ver como Ron miraba a Harry, parecía tan desconcertado, intentando encontrar alguna respuesta en su amigo.
—No lo sé, señor —contestó Ron.
Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.
—Bah, bah... es evidente que juntarte con el salvador mágico no te ayuda a crecer las pocas neuronas que tienes.
Draco estaba bastante enfadado, su padrino quería avergonzar a Weasley delante de toda la clase, no sabía si interrumpir o no, no quería arruinar su primera impresión ante su padrino.
—Vamos a intentarlo de nuevo, Weasley. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?
El pelirrojo solo se encogía en su asiento, mientras Hermione agitaba la mano tan alta en el aire que no necesitaba levantarse del asiento para que la vieran, Draco si sabía lo que era un bezoar aun así decidió callar.
—No lo sé, señor— el pelirrubio podía ver como Potter intentaba calmar a su amigo.
—Bien déjemelos ahí, al parecer tu cerebro está de la misma condición que esto...— murmuró agarrando el libro de segunda mano del pelirrojo —No es así, Weasley?
Vio como los Slytherin se burlaban del pelirrojo, mientras este se encogía de la vergüenza.
—Cuál es la diferencia, Longbottom; entre aconito y luparia? — murmuró acercándose a su mesa, mientras que Hermione se puso de pie, con el brazo extendido hacia el techo de la mazmorra, siendo ignorada por este.
—S-son la m-misma...— Neville trató de calmarse, pero los nervios y la presencia de Snape lo estaban alterando.
—Al parecer tenemos otro más... ser un sangre pura no lo es todo Longbottom, más aún si no tienes padres que te guían.
Unos pocos rieron, Draco ya no aguantaba más, a la mierda la primera impresión, primero era su amigo. Si su padrino quería insultar a Neville, por que no el hacerle probar un poco de su propia cucharada.
—Usted es conocedor de lo que se siente no tener padres ¿verdad? — sus palabras provocaron un silencio absoluto en la clase y que Snape dirigió su mirada a él —...debería darle consejos para ser como usted... una persona hipócrita que busca dañar a sus alumnos con sus puntos más débiles ¿no cree profesor? ? ? ? ?
Snape decidió ignorar ese comentario y desquitarse con Hermione.
—Siéntate — le gritó —...cien puntos menos para Gryffindor por el disturbio que provocó la señorita Granger— la mencionada regreso a su sitio en silencio, había hecho a perder a su casa puntos —...Potter ¿Cuál es la diferencia entre asfódelo y ajenjo?
—Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta—respondió tranquilamente.
—¿Por qué no están apuntando? ¡¿Qué es lo que esperan?! — se produjo un subito movimiento de plumas y pergaminos.
Al terminar la clase, Snape pidió que Draco se quedara, cuando vio que en el salón solo quedaban ellos dos, decidió por fin hablar.
—A que juegas...— murmuró, viéndolo a los ojos —estudiando acá solo te traerá problemas.
—Solo quiero saber la verdad de todo esto.
—No te basto con lo que te dijimos.
No le era suficiente.
Él nunca había conocido la verdad, si no fuera porque mientras él se escondía en el despacho de su padre, de casualidad escucho la discusión. Su padrino le despotricaba a su padre por sumergirse en esa tonta investigación y dejar de lado a su esposo e hijo, si seguía así los perdería, con los días a su padre dejo de importarle la investigación, no quería perder a ninguno de los dos.
—No— sentenció Draco —yo no me trago el cuento de que murió en un incendio.
—Niño terco, lastimaras a tu papá si sigues haciendo esto.
—No lo hare— dijo, bastante seguro.
Y claro que no lo haría, desde un inicio su papá supo cuál era su afán de querer estudiar acá, gracias a él pudo convencer a su padre de que lo mandara a Hogwarts; mientras tenga de lado a su papá su padre no dirá nada.
—Padrino... yo...
Su conversación fue interrumpida, Potter había entrado sin previo aviso diciendo que él directo buscaba al profesor Snape, el único momento que tuvo a su padrino solo para él, se fue con la llegada de san Potter.
—Retírate Malfoy, no te olvides hacer las planas— declaró Snape, a lo que el pelirrubio afirmó todo confundido.
Salió del calabozo para dirigirse a la biblioteca, seguro sus amigos lo estarían esperando, apuro sus pasos para llegar a tiempo.
Cuando ingresó solo a la biblioteca se encontró con Hermione discutiendo otra vez con Parkinson.
—Por fin nos dignas con tu presencia Malfoy— dijo Parkinson.
La peli castaña volteó a verlo, mientras él se acercaba a la mesa donde estaban ellas.
—Solo ustedes no más están— murmuró, se suponía que Neville y Blaise también estarían acá.
—Eres ciego acaso Malfoy— dijo la pelinegra señalándose a ellas mismas —... solo estamos nosotras dos.
—Parkinson— Hermione le llamo la atención.
-¿Qué? Yo solo le estoy respondiendo, no es mi culpa que sea tarado— Draco decidió ignorar la presencia de esta.
—Hermione ¿dónde están Neville y Blaise?
—Ellos están en el invernadero, Neville se ofreció a alimentar las plantas junto a Blaise.
—Oh... entonces vamos avanzando el ensayo de pociones.
Estaban terminando el ensayo junto a Parkinson tranquilamente sin discutir, hasta que fueron interrumpidos por Nott y su grupito.
—Pero mira que tenemos acá, una sangre pura, un mestizo y una sangre sucia— rio él —acaso Parkinson tu padre no te castigo lo suficiente para que dejaras de juntarte con sangre sucias.
—¡Tú!
—Agarra tus cosas y vámonos— recalcó Nott —...que esperas Parkinson, no tengo todo el día.
Draco y Hermione intentaron detenerlo al ver como la jaloneaba, pero ella los detuvo no podía hacer nada y si así lo hubiera ella era la que saldría perjudicada, Nott tenía todo el derecho de tratarla así, era su prometido y futuro esposo.
Cuando Nott y Parkinson se retiraron de la biblioteca, recién Blaise y Neville se dignaron aparecer. El moreno preguntó por la pelinegra, Hermione fue la primera en responderle, lo que ocasión que saliera sin decir nada.
Blaise corría lo más rápido que podía, tenía que llegar a tiempo.
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Cuando llegué a las mazmorras solo encontré a Nott en la sala común con Goyle y Crabbe, parecía Nott estar discutiendo con ellos sobre algo referente a Potter, eso era lo que menos importaba cuando sus ojos se dirigieron a la varita que tenía en su mano. Era de ella.
—¡¿Dónde está ella, Nott?! — el mencionado bufó.
Al ver que no le dio ninguna respuesta lo agarró con fuerza de su camisa para lanzarlo al piso y golpearlo, ocasionando que los otros dos se levantaran de su asiento.
—Te volveré a preguntar... y más te vale que me respondas ¡¿Dónde está Pansy?! — Sentí que en cualquier momento se volvería loco si no tenía ninguna respuesta.
—L-la e-encerré en su habitación tenia que aprender a re-respetarme— Blaise le proporcionó un último golpe antes de ir a la habitación de Pansy.
Recibió las miradas de todas sus compañeras al verlo entrar a la habitación de una dama, poco le importaba no era la habitación de cualquier niña, es de su amiga.
Cerro la puerta con cuidado, visualizo a su amiga echada de espaldas en una esquina de la habitación, con cuidado se acerca a ella. Pansy tenía en su mano una pequeñas cuchillas.
Sabía que su amiga lo hacía cada vez que se sentía acorralada, por eso lo escondía de ella, pero al parecer lo había vuelto a conseguir en Hogwarts, mataría al estudiante idiota que le dio eso.
Pansy se dio la vuelta, intentó parpadearle a Blaise, pero se sintió tan cansada.
—Viniste— balbuceó levantándose de donde estaba, parecía que en cualquier momento se caería por cada paso que daba.
—Pans...
—Cada vez que me miro— entre hipos, señaló aquel espejo grande de su habitación —... me veo como una flor marchita, la cual nunca floreció... porque mi padre me hizo eso Blaise... y-yo apenas soy una niña—murmuró entre lágrimas.
Blaise el abrazo entre lágrimas, le dolía verla en esa situación, él tenia la culpa nunca debió denunciar al señor Parkinson, pero que podía hacer él apenas tenia ocho años, no quería ver a su amiga ya la madre de ella sufriendo por los golpes, si hubiera sabido que nadie haría nada no lo hubiera hecho.
—Sabes, no culpo a Nott— murmuró entre hipos —si y-yo estuviera en su lugar también obedecería— se separó de él para seguir quitandose ese pequeño dolor —...mientras él desquita su dolor con las personas yo lo hago con estos — sosteniendo entre sus manos la pequeña cuchillas.
Apenas tenían cinco años cuando sus padres los comprometieron, ella apenas era una niña con ocho años cuando intentó escapar del maltrato de su padre, creyó que el ministerio mágico la ayudaría, pero lo único que recibió a cambió fue abuso y un sucio calabozo donde dormiría. . . . hasta que su padre se sintiera satisfecho.
Empezó hacer todo esto cuando tenía nueve años, en una de sus tantas huidas al mundo muggle, al principio le tranquilizaba pero ahora no podía vivir sin ellas, dependia de ellas, un dolor con otro la calmaba.