
Cuando fingir está a la orden del día
Fingir no debería estar a la orden del día,
no debería ser su forma de sobrevivir,
porque fingir duele,
pero el miedo duele más.
Pasan los días y el se pierde cada vez más
en una fantasía que le permite respirar,
esa donde lo que hace está bien,
donde es lo correcto.
Ellos hablan de odio,
él no lo siente,
pero tampoco siente paz,
y el amor ya no le parece tan fuerte.
Sonríe cuando hablan del bebé,
llora cuando otra persona cae,
pelea cuando están en batalla.
Asiente cuando se reúnen,
mata cuando se lo piden,
habla cuando tiene que hablar.
Quizá está viviendo en dos vidas,
quizá existan dos Peter en el mismo cuerpo,
quizá uno sí odia, pero a la otra parte de su ser.
Si algún día le toca dejar de fingir,
espera que el Peter que gane sea el que no siente nada
cuando ve a sus amigos derrumbarse.