
El mismo consuelo de siempre
Al principio es casi inaudible,
al principio piensa que lo ha imaginado,
al principio reajusta su posición y sigue durmiendo,
aunque le manta pesa mas de lo normal.
Dos segundos después vuelve a oírlo.
Abre un ojo y solo ve negro,
más negro que de costumbre.
Intenta despejar la mente y siente calor,
más calor que de costumbre.
Se mueve en la cama y le cuesta,
le cuesta más que de costumbre.
Porque la oscuridad que ve es pelo,
y el calor que siente es de otro cuerpo
que no le deja moverse porque está justo sobre é.
La tercera vez que la oye, lo reconoce.
Padtfoot respira tranquilo a su lado,
cortos sonidos saliendo de su hocico,
por un momento Remus sonríe.
Luego la realización entra en su cerebro dormido.
Han pasado años desde la última vez, muchos años,
pero sigue sabiendo lo que significa
Sirius en su cama cuando no es Sirius,
sino un niño intentando escapar de sus pesadillas.
Y no sabe como afrontarlo,
eso, que Sirius siga encontrando consuelo en él.
Pero no piensa volver a negárselo jamás.
En un instante, como si nada hubiera pasado,
Remus vuelve a tener al gran perro entre sus brazos,
deja un beso en su hocico
y suspira cuando vuelve a oírlo.
Por un segundo su corazón se contrae
sabiendo que a esos sonidos de confort
le han precedido otros de lamento
que nunca he sido capaz de oír.
Pero Padfoot vuelve a ronronear
y Remus hunde la cabeza en su pelaje
y cuando por la mañana, aún medio dormido,
es Sirius quien hace el mismo sonido,
Remus sonríe y le abraza mas fuerte.