
XIX El Pacto de las Casas
Narrador omnisciente
La dos voces de los hermanos Black se escuchaba por toda la guarida, llevaban ahí casi 2 horas discutiendo términos y condiciones sobre un tema importante.
—Sirius Orion Black, tienes que ir —exclamo un muy enojado Regulus.
—¡Lo se! Pero no quiero verles la cara —la respuesta de su hermano le causó un sentimiento de compasión.
—Solo es una inaguración vas, luces como un Black de verdad y se terminó —no iba a obligar a su hermano a ir, internamente agradecía la presencia de el en aquella reunión pero no le gustaba demostrarlo.
El silencio de Sirius se hizo presente pues era obvio que él no quería asistir a aquel evento, pero también se debatía mentalmente sobrela propuesta que tenía para Regulus, ¿sería bueno decirle ahora?
—Reggie...
—Dime, Sirius —respondió rodando los ojos con fastidio por el apodo.
—¿Te gustaría huir conmigo? —al ver el rostro de sorpresa de su hermano supo que no debía soltar aquella pregunta como si nada.
—Sabes que no es sencillo, además mamá y papá nos encontrarían fácil, saben que te fuiste con James —dijo intentando comprender en su pequeña cabecita si su hermano tenía cerebro o si acaso estaba defectuoso.
—No nos quedaríamos con James, hay...otro lugar y te prometo que ellos no nos encontrarán, estaremos bien —aseguró el mayor con un intento de sonrisa.
—Es muy apresurado Sirius, solo... —suspiró —Solo centremonos en este evento y después hablamos —el menor se fue de aquella habitación donde se encontraban pues los dos hermanos habían ido a hablar a sola unos momentos en la guarida, habían atravesado la compuerta del librero y entrado a aquella acogedora habitación donde habían discutido de forma muy aniñada, algo normal en su relación.
Sirius había aceptado ir a la inaguración de los Lestrange como símbolo de paz entre él y su madre -aunque solo él lo veía así- quizas ganándose más tiempo para poder convencer a su hermano de irse con él, la propuesta de Severus le estuvo rodando por la cabeza y sabía que sus padres no se atreverían a acercarse al mundo muggle, además contaba con el apoyo de los Potter, los Pettigrew y los Lupin, así que se encontraba muy seguro de lo que haría a futuro.
—¿Hay alguien? —se escucho la voz tersa y pulcra de Severus en la entrada de la guarida, decidió dejar de torturar a su cabello e ir a donde el Slytherin, por lo que se levanto de la orilla de su cama y se dispuso a salir de la habitación, siendo sincero le faltaba remodelación a aquella sala.
Cuando salió por el librero le mostró una sonrisa algo decaída al Slytherin.
—Me imagino que ciertamente no estás de humor hoy —adivinó soltando aquello con claro motivo de burla.
—Tengo que ir a una reunión de sangre puras... —dijó soltando una carcajada sarcástica. —Claramente no estoy bien —se dejó caer en uno de los cojines en el centro de aquella sala.
—No es tan malo, solo tienes que dejar de ser tan idiota y todo será más fácil —sí, aunque habían mejorado paulatinamente su relación, ellos seguían soltando comentarios venenosos entre ellos, aunque ya no rebasaban el límite de la crueldad parecía que iban avanzando.
—No es tan fácil —dijó.
—¿Qué? ¿Quitarte lo idiota?
—No hablo de eso, hablo de ir y fingir algo que no soy... —los labios del gryffindor eran mordidos con mucha necesidad pues se comenzaban a notar rojizos quizás por la presión o la sangre.
—Black —Sirius le miró triste haciendo que el menor pusiera los ojos en blanco. —Sirius —él nombrado sonrió . —Solo será una noche, quizás ni estés ahí la noche completa, lograrás superar eso.
Cuando el pelinegro termino de decir aquella frase se sentó enfrente de la única persona en esa habitación y le dedicó una mueca de cortesía.
—¿Qué harás en las vacaciones, Snape? —preguntó cambiando de tema para entablar una conversación más amena con el Slytherin.
—Me quedaré en Hogwarts como siempre, Black —respondió con obviedad.
—Vengan con nosotros —propusó el Black. —Nosotros siempre hacemos el mismo recorrido en las vacaciones y te aseguro que es genial —explicó.
—No sé porque siento que tu concepto de "genial" no va acorde al mío —contestó el de ojos negros.
—Te explico, siempre llegamos a la casa de James y nos quedamos ahí 4 días, la pasamos bien con los señores Potter, después vamos a la casa de Remus donde hay más campo son otros 4 dias y hacemos cosas divertidas, además que convivimos y ayudamos a los señores Lupin con algunas cosas, para terminar en la casa de Peter donde los señores Pettigrew son muy amables y atentos —respiró con entusiasmo. —En cada casa hacemos actividades diferentes y la pasamos super bien con los adultos, tal vez, nos llevemos a Don para haya... —finalizó.
—Crei que había quedado claro que el pergamino se quedaría donde todos pudieran tener acceso a él —los ojos negros cual onix brillaban con una pizca de duda.
—Pero si nos vamos y se queda aquí notrosotros no tendríamos acceso a él, es mejor que vengan con nosotros, Severus, la pasarán bien —la voz incluso suplicante del Gryffindor le daba un poco de gracia al menor.
—Seguramente sería divertido, Sev —una tercera voz se unió y con ella varias más, pues era hora de una pequeña junta que Don había requerido.
—Barty, no hables por todos —comento el platinado mirando algo mal a su amigo con el cual venía entrando.
—Yo iría... —la mirada de todos se posó en el de rizos quien venía entrando a la habitación junto con el gryffindor de lentes.
Aunque al pequeño Black solo le importaba la mirada de anhelo que su hermano le daba.
—No me miren así, James dice que su mamá prepara muy buena comida —expreso con clara molestia pues sus amigos lo mirarán como si le hubiera salido otra cabeza.
La mirada que Sirius le dio a su hermano era brillante, una mirada de anhelo, una mirada que veía esto como una oportunidad.
—De igual manera faltan 2 semanas —resto importancia Lupin quien se acercó al lugar donde se encontraba Don, tomó entre sus manos el pergamino y lo dejo en el centro de la habitación.
—Don nos llamó para algo, prestemosle atención a eso, el resto podemos hablarlo después —el pequeño de pecas comento aquello con tranquilidad y se acercó a la mesa del centro para comenzar a entablar una conversación con el objeto. —¿Cuál es la misión, Don? —preguntó.
"Queridos curiosos, es un placer para mí contar con su ayuda en esta misión peligrosa, pues no será cualquier cosa, necesito urgentemente que se escabullan por las profundidades de Hogwarts, y que trabajen juntos para alcanzar grandes glorias"
—Por lo visto será una misión en conjunto... —dijo el de cabellos lacios.
"Me complace informarles que estas misiones serán en parejas pues son varias las glorias que buscáis alcanzar, no todo se puede conseguir en un solo lugar. "
Estas palabras escritas dejaron sorprendidos a todos en aquella habitación pues no se esperaban para nada aquello, para los Slytherins era completamente nuevo todo, para algunos más que otros, pero ver la cara de incertidumbre de los Gryffindors les causó revuelo.
—Nunca nos ha mandado a misiones paralelas, siempre es una, aquí parecen ser varias —explico Potter con mucha intriga en su mirada chocolate.
"En el reino de sombras, dos almas se entrelazan, bajo la luna, en una danza que deslumbrará. Un perro leal y una serpiente astuta, en búsqueda del misterio, una misión que fructuará. Siguiendo el sendero de sombras y luz, en la Sala de las pociones, donde el destino les conduzca. El collar del sol aguarda, entre susurros y suspiros, el secreto oculto, entre sus giros. La conexión revelada en la danza de la noche, cumplirán su misión, en este viaje derroche. Dos almas, sin nombre, en el destino inmersas, en el misterio celestial, sus vidas dispersas."
Justo cuando los pertenecientes a la casa escarlata iban a preguntar, Quill decidió intervenir, desde su lugar en aquel escritorio de roble pues ella sabía exactamente a quienes se refería Don.
"Sirius y Severus, esa profecía es suya, dentro de ella sabrán el porqué aquellos nombres fueron seleccionados para ustedes."
Con un derroche de luz plateada escribió en el aire aquellas palabras, siempre única y magestuosa que nadie dividió cuestionar las decisiones de aquellos dos objetos, pero las miradas que se lanzaron el platinado y el de cicatrices mencionaban muchas cosas que de su boca no podían salir.
—Entonces me toca ir con Black a buscar el collar del sol —menciono el Slytherin anotando mentalmente aquella afirmación pues pensaba que la tera sería difícil, toleraba al Gryffindor, pero tenía un límite en la paciencia y muy en el fondo también tenía un rencor hacia el contrario.
"En las sombras de Hogwarts, la profecía susurra, ciervo y gato, su destino se conjura. En la senda perdida de la antigua sala, bajo el emblema de la luna, la verdad se revelará. Collar de estrellas, en el reino olvidado, allí donde los ecos del pasado han quedado. En la torre más alta, entre risas y suspiros, buscad el Collar, donde residen los giros. El ciervo guiará, con astucia del gato, a través de pasillos, en el oscuro trato. Juntos enfrentarán, secretos que acechan, en la búsqueda del Collar, su destino se estrechan. Ambos renacen, en la misión asignada, unidos por la luna, su conexión sagrada. El Collar de estrellas, su destino entrelazará, ciervo y gato, juntos lo hallarán."
—No es la primera vez que Don me llama Ciervo, pero sigue siendo un poco insultante —habló James.
—Es que hasta yo veo los increíbles cuernos que te pusieron amigo —las carcajadas de los merodeadores no se hicieron esperar pues Sirius había hecho aluvión a un suceso de la infancia de James.
—No eres gracioso Pads, además la pregunta quién es, ¿Quien es gato?
—Quizas Quill sabe, ya vez como es de inteligente Don para los apodos, te tocará un buen compañero, Bambi —aquello dicho por Remus parecía sonar tranquilo y buscando calmar al de anteojos, pero solo ellos Sabin la malicia tras el comentario o bueno, la malicia en general tras aquel apodo.
—Vuelve a decirme Bambi, Remus, y te juro por Merlin, que tú y yo cumplimos el mandamiento cinco de los merodeadores —la siniestra sonrisa con la que James había dicho aquellas palabras causó un escalofrío leve al mencionado pues no consideraba a James capas de cumplir tu amenaza.
—Ahora tengo curiosidad por cual es el mandamiento cinco de ustedes —menciono Barty quien se posicionó de manera casi imperceptible detrás de Peter y colocó sus manos en la cintura de este.
"James y Regulus son los asignados para esta misión y les solicito que dejen a Don continuar sin interrupciones."
Pidió ahora con una tenue brillo rojo la pluma elevada en el aire pues ella que todo lo ve y todo lo sabe comprende la burlesca situacion que los chicos estaban pasando.
—Si Quill.
Dijeron todos, en este momento ninguno de ellos se movió de sus lugares, Peter estaba de pie en una esquina de la mesa central y tras de él en un agarre posesivo estaba Barty, Sirius y Severus no se había movido de los conjines donde se encontraban antes de la llegada de los demás, James había optado por sentarse en otro de los cojines al igual que Remus, lo que no se esperaba era ver a Regulus sentarse al lado del de anteojos compartiendo cojín, pues solo tenían cuatro y los cuatro habían sido ocupados. Malfoy se mantuvo de pie pues aunque podía compartir lugar, decidió no molestar a Severus y alejarse de aquella situacion.
"En la senda donde la astucia danza con la humildad, se despierta el collar de Venus, en su propia verdad. Un ratón y un zorro, en esta danza inmortal, emprenden la búsqueda, guiados por el destino celestial. Entre esmeraldas que destilan el resplandor de Venus, el collar susurra secretos, tejiendo su magia con destreza. El raton y El zorro, en su misión encantada, descubren en la joya el rumbo de su jornada. En el juego de la diosa del amor y la pasión, el collar se convierte en guía, en su conexión. El ratón y el zorro, en esta danza sin igual, desvelan misterios mientras siguen su viaje celestial."
—Creo que no hace falta decir que el zorro es Barty por lo que Peter es el ratón —aclaró James ya que Regulus en algún momento le comento sobre el castigo de Crouch cada vez que hacía algo.
—Venus, Sol y Estrellas, creo que después de las misiones en parejas necesitamos más información Quill, Don... —fue esta vez Severus quien decidió hablar pues en su grandiosa mente estaba maquinando lo que harían aquellos collares.
"En las noches donde las sombras se entrelazan, dos almas opuestas, sus destinos despiertan. Un hurón astuto, en tramas se envuelve, junto al lobo, en secretos se desenvuelve. Collar de lunas, en oscuro resplandece, guardian de secretos, verdad enaltece. Bajo la luna, el vínculo se revelará, en la búsqueda del collar, su destino forjarán. Juntos enfrentarán, pruebas que se avecinan, enlazados por la luna, su unión no declina. Dos almas en danza, la verdad encontrarán, el Collar de las Lunas, su destino sellará."
—Bien eso es más que obvio que se refiere a los dos que faltan, así que podemos ahorrarle a Quill la explicación —dijó Regulus.
—¿Por qué yo soy un hurón? —preguntó el platinado.
—No cuestiones las decisiones de Don para los apodos, Hurón —repitio Sirius como un pequeño canto burlesco donde no solo los merodeadores rieron tenue mente.
—Oigan, Don está escribiendo —advirtió Regulus señalandó con su mano el brillo dorado que resplandecía de las letras en el pergamino antiguo.
"Bajo las estrellas custodiadas por dragones, las casas se unirán en un pacto ancestral. El día en que las serpientes emplumen sus alas, y los leones demuestren su lealtad, la verdadera magia se revelará, forjando una alianza eterna y la paz."
—Vaya, hasta Don sintió que necesitabamos hacer las pases —comentó el pequeño rubio y sonrió un poco ante esto pues entre sus pensamientos estaban lo tontos que habían sido todos al cerrarse en sus ideales.
—Bien, solo queda ponernos de acuerdo, no creo que todas las misiones tienen que ser el mismo dia —dijó Potter.
—Yo creo que primero necesitamos que nos digan las ubicaciones de los desafios —hablo Snape.
—Vayamos por partes, ¿de acuerdo? —pidió el lupino mirando con algo de calma a la pluma que se notaba divertida ante lo que iba a escribir.
"Estás profecías son diversas pues dos de ellas se encuentran en Hogwarts y las otras dos fuera de él, por lo que serán misiones largas y desafíos complejos, donde tendrán que confiar ciegamente en sus compañeros, lo mejor sería que empezarán con las que se encuentran aqui, El collar del sol y El color de las estrellas."
Todos estaban atentos a las palabras de aquella pluma galante, pues sus movimientos eran finos, con escritos completamente entendibles pues parecía letra antigua, como de época de Merlin o incluso de antaños como de Salazar.
Las parejas de dichos collares asintieron con tranquilidad, pues para una pareja no sería su primera prueba juntos y aunque su relación no era tan cercana creían confiados en que podían progresar en aquella misión, mientras que la otra dudosos de la experiencia de su compañero decidieron conversar a profundidad lo que harían.
—Bien, tenemos clase dentro de poco así que es mejor ir, este fin de semana será ajetreado para muchos de nosotros —con esto dicho por el Malfoy los Slytherins se fueron, dejando a los Gryffindors con una sensación extraña.
—¿Desde cuándo eres tan cercano a mi hermano James? —preguntó Sirius.
—No se de qué hablas, solo compartimos el cojín Pads, no seas paranoico —respondió el de lentes con precaución.
—Regulus dijo que tu mamá cocina delicioso, no me mientas, ¿desde cuando hablas tanto con él? —los otros dos merodeadores decidieron mantenerse al margen pues aún si sabían que Sirius estaba siendo paranoico y sobreprotector, era problema de James el resolverlo.
—Lo encontré de camino aquí, el me preguntó qué haría en mis vacaciones y lo invite a mi casa, le dije que mi madre cocinaba delicioso, lo cual no es mentira Estrellita —y ese es James, queriendo hacer derretir a todos con aquellos apodos lindos.
—Bien, te creo, solo que, es raro que Reggie haya estado tan cercano contigo sin hacer gestos o reclamos —concretó.
—Si, a mí también me pareció extraño que Remus y Lucius no se hablaran casi nada, ellos eran los que mejor relación tenían respecto a hablarse y así —aquellos ojos curiosos que caracterizan a Peter ahora juzgaban a Remus con sigilo.
—Solo tuvimos una discusión, no es la gran cosa —respondio con un gruñido bajo y el seño fruncido, pues hoy estaba haciendo un esfuerzo ya que era luna llena, y ciertamente no estaba de humor para nada.
—Luego hablaremos de esto Rems, pero ahora descansa, vendremos más tarde contigo para apoyarte —la sonrisa de Sirius tranquilizó a Lupin.
—Es mi primera luna después de hacer las paces con Moony, estoy nervioso en cierto sentido —respondio el castaño intentando brindarles una sonrisa pero salió algo más parecido a una mueca.
—Estaremos contigo, Moony —dijo el heredero Potter. —Everything for our Moony.
—Everything for our Moony.
—Everything for My Moony.
—Confio en ustedes, ahora y siempre.
...
La noche había caído y con ello comenzaron los ajetreos en la guarida, las luces de la planta inferior estaban pagadas completamente, todo era iluminado por la tenue luz de la varita de un rubio pecoso.
Muchos se entristecen con el dolor que el pobre castaño estaba pasando, pues sus lamentos eran abrumadores, pero nunca entenderán el dolor de los otros tres integrantes, pues ver a un amigo sufrir y no poder hacer nada siempre les causaba una impotencia inimaginable, buscaron la mejor forma para hacerle pasar el rato más ameno, pero no todo se puede siempre.
Ahora los lamentos eran más tranquilos, solo el inevitable dolor de los huesos deformandose para darle el paso a aquella figura bestial, la luz de aquella casa de apagó pues los tres merodeadores se transformaron en sus formas animagas, los tres pares de ojos impacientes por presenciar lo que podría ser la primera transformación conciente de su amigo, pues jugar con Moony era divertido pero mantenerlo a raya era difícil.
Cuando el lobo con un pelaje brilloso y un cuero reformado apareció frente a ellos, temieron un poco, el lobo imponente se acercó a ellos olisqueando el lugar, el piso, las paredes, la parte de abajo de las escaleras, sintió el increíble olor a tequila con roble que lo tranquilizo pues ciertamente su interior era un desastre total.
Navego acercándose a aquel cuervo imponente que sostenían en una de sus astas a un ratón el cual Lucía ciertamente temeroso. Olisqueo un poco el aire alrededor de aquellos dos animales y encontró llamativo el tierno olor a cereza y coco que tenía el roedor, pues en su interior Remus le comento que Peter odiaba el coco. Lamió tiernamente y con cuidado a los dos animales los cuales sonrieron complacidos y un tanto asqueados, se giró para seguir con calma el leve olor a vainilla con un pequeño toque de aquel fresco olor de pasto húmedo y repitió la misma acción con aquel semejante perro.
Los cuatro amigos salieron de aquella casa y buscaron divertirse con las hojas de los árboles y las ramas de los arbustos, aunque claramente siendo advertidos por el ciervo de los límites que debían mantener, no supieron ninguno el por qué de ese limitante, pero lo cierto era que el heredero Potter tenía volver a asustar a la Quimera que había hecho molestar hace unos días.
Lo que Remus sentía era de otro mundo, pues sentía el pasto entre sus patas, el viento en su pelaje, Moony y él conversaban abiertamente sobre lo que hacían sus amigos, se reían con ellos y jugaban sin necesidad de dolor, ni para Remus ni para Moony, pues este lobo de pelaje café majestuoso se la paso correteando y jugando con Sirius y James, Peter se quedaba en un árbol viéndolos y riendo de ellos y su pequeña actuación de una cacería, claramente siendo Sirius y Remus quienes buscaban cazar a James.
Si les preguntas fue una noche divertida, sintieron nuevamente su vínculo reforzado, y no solo ellos, pues también aquella pluma que los observaba desde la ventana se sentía complacida, ellos eran los correctos, tenían que ser los correctos, quizás Don tenía razón y solo es cuestión de tiempo.