
Chapter 2
James dejó caer su mochila extendiendo los brazos hacia arriba, la brisa del mar llenó sus pulmones, el sonido de las olas era tan agradable como lo había imaginado. Era diferente a las demás playas que había visitado. Mónaco era tal y como lo había imaginado. Grabó su recorrido desde que bajó del avión, las calles eran más grandes que donde vivía, la arquitectura era demasiado llamativa, como para no tomarle fotografías y subirlas a sus redes sociales. Mónaco era elegante, incluyendo a los ciudadanos. Hombres y mujeres eran igual de atractivos, radiaban estatus social alto y mucho dinero. Por un momento sintió que pertenecía ahí, hasta que tomó el primer camión turístico hacia el hotel más económico que encontraron. Y a pesar de que habían recibido malas miradas, no le importó.
—¡James, elige un camastro! -Escuchó el grito de su madre.
Suspiró fuertemente antes de caminar hacia los camastros los huéspedes del hotel eran completamente diferentes a ellos. Ninguno llevaba un short como él, ni tampoco tenían bloqueador solar en el rostro. Se acercó cautelosamente a un camastro, pero una chica se le había adelantado. Era atractiva para su gusto y con malicia se acercó a ella.
Aclaró su garganta con una sonrisa. —Parece que me has ganado.
La chica giró su cabeza para mirarlo despectivamente antes de concentrarse nuevamente en lo que hacía. James sintió una punzada en su pecho, ¿lo había rechazado?
Aclaró nuevamente su garganta. —¿Sabes en donde puedo conseguir otro camastro?
La chica lo ignoró dándole la espalda, lo que hizo que se indignara. De mala gana se alejó de ahí para dirigirse a otro camastro, pero este estaba al lado de un chico que también era atractivo para su gusto. Sonrió un poco antes de acercarse, se sentía más nervioso hablando con chicos que con chicas.
—Sabes si…
El chico estaba acostado en el camastro, sus lentes de sol ocultaban sus ojos. —No, no quiero que me vendas nada. -Lo interrumpió.
James ahora sí se había enfadado. —No vine a venderte nada, quería preguntar si están desocupados esos camastros.
—Oh…si, están ocupados. -Respondió el chico.
James rodó los ojos y dio media vuelta, sin embargo, antes de alejarse escuchó algo que le llamó la atención.
—¿Están ocupados los camastros?
—No.
—¿Te importaría que me los lleve?
—Claro que no rey, llevatelos.
Se giró con el rostro lleno de ira, el chico le había ofrecido a otro los camastros. Con impulsividad se acercó a ellos.
—¿Por qué me dijiste que estaban ocupados los camastros?
Ambos chicos lo miraron de arriba abajo con arrogancia, ellos vestían trajes de baño elegantes junto con una camiseta abierta que mostraba los apenas visibles bíceps.
—¿Quién es este gato? -Preguntó el otro chico.
—No lo sé, le dije que no quería que me vendiera nada.
James soltó la bolsa para saltar sobre él hasta que escuchó los llamados de su madre, los chicos apartaron la mirada para ver al matrimonio Potter. Eran diferentes al ambiente playero, el vestido de su madre era floreado, demasiado llamativo y nada elegante y su padre aún tenía el bloqueador en su cuerpo. Por un momento pensó en aprovechar el momento para darle una paliza al chico, pero no quería arruinar el viaje de sus padres. De mala gana agarró de nuevo la bolsa y se dirigió hacia donde estaban sus padres, escuchó las risas burlonas de los chicos provocando que les sacará el dedo de en medio. Odiaba a los ricos con aires de superioridad.
—¿Encontraste camastro, cariño? -Preguntó su madre.
—No, lo siento. -Respondió con vergüenza.
—No te angusties cielo, no pasa nada. -Su madre le alzó la barbilla con ternura, provocando que sonriera levemente.
—No se preocupen familia, me preparé por si esto sucedía. -Su padre les sonrió a ambos, al momento en el que agarró el largo palo de la mochila de este y lo encajo en la arena, después sacó lo que sería la sombrilla y la instaló de una manera en la que podían protegerse del sol.
—Buena idea cielo. -Su madre le dio un gran beso a Fleamont antes de tender tres toallas en el suelo.
El matrimonio Potter no era consciente de que llamaban la atención de los huéspedes, su sombrilla era de distintos colores folclóricos al igual que el de las toallas. Y no solo el color, también la gran hielera que había colocado en medio de las toallas. Los sándwiches y las cervezas no podían faltar en sus vacaciones. James con un poco de vergüenza se escondió detrás de la sombrilla, era consciente que los chicos y chicas se reían de él. Intentó disfrutar el rato con su familia, sin embargo, su mente pensaba en los rechazos de ese día. Primero la chica y después el chico. Su suerte en el amor cada vez empeoraba más…Miró el mar y a los turistas que jugaban en el agua, las parejas llamaron su atención como nunca antes. ¿Podría estar con alguien que lo quisiera?, ¿podría volver a enamorarse?, ¿podría hacer cosas cursis nuevamente?...su mente divagó un buen rato, fantaseando con la idea de tener una pareja. Si era una chica podría levantarla de la cintura mientras jugaban a la orilla de la playa y si era un chico podría besarlo en un atardecer.
¿Por qué no tengo pareja?, se preguntó.
—¿Quieres más sándwiches, James? -La voz de su padre lo sacó de sus pensamientos.
—No, padre. Gracias. -Sonrió levemente mientras abrazaba sus piernas.
—Bueno, yo sí. -Fleamont se levantó de la toalla para estirarse, su traje de baño era de un color violeta que combinaba con el chal de su madre. —Iré a hacer más.
—Déjame acompañarte querido. -Euphemia hizo lo mismo para después acercarse a su marido y agarrarlo del brazo con ternura. —En un momento regresamos, James.
Asintió, sin apartarle la mirada a sus padres que caminaban hacia las escaleras del Hotel. Su habitación estaba ubicada frente al mar, podían ver la puesta de sol cuando quisieran, además su vista era espectacular. Sonrió un poco más al notar el gran amor que sus padre se tenían, admiraba tanto su amor que quería amar de la misma forma que ellos. La necesidad de ser amado románticamente se apoderó de él, no era extraño que lo deprimiera cada vez que aparecía, pero ahora era diferente. James no entendía porque seguía siendo rechazado si era el mejor novio que alguien pudiera tener y no solo porque su ego le subía el autoestima, era verídico. Con valentía y coraje sacó el celular del bolsillo de su short para descargar Bumder, una app de citas. Al hacerlo ingresó un nuevo correo electrónico y llenó los datos que le pedía, sus hobbies, su edad, el propósito por el que usaría la app,entre otros. Sin embargo, una pregunta llamó su atención
Usted se considera:
Pasivo Activo Versátil
James pensó unos minutos sobre ello. Jamás se había cuestionado aquello. Consideró que podría ser activo, pero le gustaba la idea de ser consentido, pero tampoco era totalmente pasivo. Si lo pensaba profundamente, no lo sabía en el ámbito sexual. Según sus fantasías, dependía del momento y con quién era. Mordió su labio inferior antes de seleccionar la opción de “Versátil”. Después de ello eligió una foto perfil en la que enseñaba una parte de su atlético abdomen, ocultando la mitad de su rostro. Pensó unos breves momentos en el nombre perfecto para su usuario, pero al ser la primera vez, eligió uno sencillo. “httpj.p” no era mal nombre. Una vez que finalizó el proceso, sonrió y comenzó a navegar por la aplicación. Los perfiles que aparecían eran interesantes, en su mayoría eran mujeres que llevaban una sola prenda de ropa y los hombres solo mostraban su bien formado torso, no era que no le gustaba, pero era extraño. Si le gustaba alguno, le daba doble click al perfil. En aquel momento no le gustó nadie y cuando creyó que la app era muy anticuada, recibió un mensaje.
tupapifav
Hola
Entró al chat sin antes revisar el perfil del usuario, la foto era un hombre que sostenía su teléfono con ambas manos, ocultaba su rostro pero su físico era muy atractivo.
httpj.p
Hola
Sonrió levemente al ver que escribía el usuario; sin embargo frunció el ceño cuando dejó de escribir. Pensó que su mala suerte lo seguía hasta que el usuario le envió una imagen erótica de su miembro erecto. Sintió que sus mejillas se ruborizaron de golpe.
—¡Por Merlín!
tupapifav
¿Cogemos papi?
James aventó el celular lejos de él que cayó sobre la arena. Sintió su rostro caliente y su estómago contraerse. Tapó su cara con ambas manos maldiciendo por haber visto aquella imagen tan grotesca. Ya había visto miembros masculinos en páginas que se enfocaban en el placer sexual y aún así estaba nervioso, jamás habían sido tan directo con él. ¿Así eran los usuarios en ese tipo de aplicaciones?
Con cautela agarró nuevamente su celular y prendió la pantalla, miró con atención la fotografía e inmediatamente bloqueó el usuario y consigo la imagen.
Qué foto tan mal tomada, pensó.
Siguió mirando los perfiles hasta que le llegó otro mensaje que provenía de una mujer de rasgos delicados. Entró al chat con curiosidad y abrió sus ojos al ver una fotografía de los senos de la mujer.
Muagary
¿Te gustan, guapo?
Bloqueó al usuario y cubrió su rostro.
—Si esta es una prueba de mi sexualidad, jódete Mónaco.
Comenzó a decepcionarme un poco conforme miraba los perfiles de la app y antes de darle me gusta a un perfil revisaba las descripciones. Se impresionaba por lo directo que podían ser, además ningún usuario buscaba una relación seria.
"Hola soy Chris y busco sexo."
James frunció sus cejas.
"Soy bisexual, enamorado de las mujeres y de los miembros masculinos."
James alzó una ceja.
“Busco un hombre que se deje montar, soy dominatrix.”
Por un momento se aterró al imaginarlo, pues la foto del perfil del usuario era de una mujer con facciones masculinas.
"Necesito unas tetas en mi cara.”
—Qué directo. Yo también.
“Necesito pito.”
—Yo también.
—¿Qué haces hijo?
James se sobresaltó al escuchar la voz de su padre. Ellos no sabían de su orientación y no estaba dispuesto a que se enteraran de esa manera. Giró la pantalla hacia la arena y le sonrió a su padre con nervios.
—Buscaba una app para editar mis fotos. -Mintió con rapidez.
Su padre alzó una ceja con extrañeza. —Bien, pero no quiero que estés con tu teléfono. Hemos gastado mucho para este viaje como para que estés con tu celular.
—Sí padre, está bien.
Fleamont le revolvió el cabello con cariño. —Voy a ayudar a tu madre a acomodar la ropa de las maletas, en un momento volvemos contigo para disfrutar la playa, ¿de acuerdo?
—¿Necesitan ayuda?
—Tus viejos aún pueden hacerlo solos. -Le guiñó un ojo con complicidad.
James sonrió al ver a su padre alejarse y cuando lo vio entrar a su habitación, agarró su teléfono nuevamente para ver los perfiles y después de un buen tiempo, y fotos eróticas, desinstaló la app. Estaba decepcionado, quería encontrar una pareja para tener un romance, no para coger. Era un virgen que no estaba listo para empezar su vida sexual a menos que encontrara una pareja que le atrajera. Sonaba demasiado anticuado, pero no le importaba. Sabía que algún día sentiría ese delicioso placer con la persona correcta. Además si quería satisfacer sus deseos sexuales no lo haría con algún usuario de la app.
Pero antes de apagar su teléfono, en la tienda de aplicaciones vió otra app de citas con un nombre diferente.
—¿”Grible”?
Leyó rápidamente las reseñas que indicaba que aquella app era la mejor para conocer personas alrededor del mundo. Antes de arrepentirse la descargó y llenó sus datos notando que las preguntas eran muy sencillas, no especificaba si era versátil, pasivo o activo. Escribió una pequeña descripción de él y eligió un nuevo nombre de usuario, “prongs.com”. Sonrió al ver que era opcional subir una fotografía y optó por no hacerlo. Una vez que terminó el proceso comenzó a navegar por la app, se sorprendió al ver los usuarios que se encontraban más cerca de él, todos ellos eran atractivos, sin mencionar las diferentes edades. Su descripción no era como la otra app, sólo explicaban los hobbies que les gustaban. James estaba muy contento, además los perfiles que aparecían parecían ser de gente con un alto ingreso económico. El porte, la elegancia y la arrogancia eran parte de ella. Le dio me gusta a varios perfiles, no podía creer que todos ellos eran atractivos. Entonces, pensó en algo que hizo que se detuviera. Su descripción no podría llamar la atención de aquellos usuarios. Era demasiado simple.
—No creo que pase algo si lo cambio…-Mordió su labio inferior y encogió sus hombros. —¿Qué puede pasar?
Se dirigió a su perfil y comenzó a editar su información, escribiendo sus gustos más “finos y modernos”. Además subió las pocas fotografías que le daban un aire arrogante, no era muy bueno tomando selfies como sus amigos. Cuando terminó de editar siguió revisando los perfiles que aparecían en su perfil, en su mayoría eran hombres mayores. Se imaginó tontamente en un yate privado con uno de esos hombres. Se rió al pensar en ello hasta que apareció un perfil particular, su respiración se cortó y acercó el rostro a la pantalla. Era el chico más atractivo que había visto en toda su vida, ojos grises de ensueño, cabello negro como la noche, facciones de modelo masculinas, porte arrogante y rebelde, sonrisa espectacular…estaba completamente hipnotizado. Su descripción era muy corta.
"Sólo por diversión."
Le dió me gusta con la esperanza de que hicieran match. Esperó unos minutos y se rindió, ninguno de los que le había gustado le respondieron, consideró que eran perfiles falsos o no estaba en sus estándares. Apagó la pantalla con decepción. Había sido un tonto, ¿por qué había pensado que encontraría algo en el lugar más caro del mundo?
—Tal vez las apps de citas no son lo mío. -Se dijo para sí mismo mientras admiraba la apuesta de sol. —¿En qué estabas pensando James?
♠︎
Sirius respiró agitadamente, apenas estaba recuperándose. Gemía con el afán de controlarse. Sus músculos habían estado un poco tensos, lo que provocaba su gran cansancio. Podía escuchar su corazón latir fuertemente que creyó que se saldría de su pecho. Había disfrutado el rato.
—¿Podrías cerrar la boca? haces sonidos extraños.
—Como si hubieras hecho otra cosa.
Regulus y Barty lo miraban desde los camastros, ambos chicos llevaban un traje de baño oscuro y una camiseta verde. Sirius rodó los ojos al quitarse los goggles y la gorra de natación. Nadar lo había distraído de sus pensamientos.
—Ya quisieran haber tenido algo, par de vírgenes. -Apoyó sus manos en el piso para recargarse. —Háganme un favor y pasenme mi celular.
—¿Por? -Regulus alzó una ceja, sus lentes oscuros lo hacían ver más arrogante de lo que ya era.
—Por qué si no me lo pasas no te voy a prestar las llaves de los carros. -Amenazó con un marcado acento. Sus padres tenían la llave de los carros que poseían, pero Sirius tenía una copia y solo así podía amenazar a su hermano y primas.
Regulus frunció el ceño de mala gana se lo dio. El mayor sonrió con victoria y revisó sus notificaciones, su cuenta de Instagram había aumentado de seguidores y tenían un montón de mensajes.
Mulciber te ha enviado una foto.
Al abrirla soltó una carcajada, era un meme en francés que trataba se un hombre que pronunciaba mal una palabra.
Yo
Aquí hay unos cuántos así, hace rato un hombre intentó pronunciar una palabra y por Merlín, qué horrible pronunciación.
Mulciber te ha respondido: No sé porqué no pagan un curso de idiomas. Es superior sencillo.
Yo
Lo sé.
Mulciber
Por cierto, ya quedó lo de la fiesta. Será en casa de Wilkes.
Yo
Bien, ¿qué hicieron para convencerlo?
Mulciber
Nada, él solo se rindió. Pero hay otro problema, Snape quiere invitar a la chica que le gusta.
Yo
¿La de Hogwarts?
Mulciber
Si, pero no es de colegio privado. No puede ir y no entiende.
Yo
¡Por Merlín! ¿Uno de Hogwarts en la fiesta? Mejor no voy.
Mulciber
Lo mismo digo, pero está muy necio.
Yo
Pues lo des invitamos y ya.
Mulciber
No podemos.
Yo
¿Por qué? Sabes que a mi no me importa porque no me cae bien.
Mulciber
Nadie de Hogwarts te cae bien.
Yo
¿Y?, es un evento exclusivo. No podemos invitar a cualquiera y lo sabes.
Mulciber
Piénsalo un poco, además solo invitara a una persona. No es que vaya a ir todo Hogwarts.
Yo
Aún así, yo pienso que no es correcto.
Mulciber
Como sea, cuando regreses hablaremos todos de ello. Hasta entonces disfruta el pequeño Mónaco.
Sirius estaba de mal humor. ¿Por qué a Snape se le había ocurrido aquella idea? Ni siquiera la pelirroja le hacía caso. Pensó que era una forma para que la pelirroja por fin aceptara salir con él, se rió al imaginar el duro rechazo. Estaría presente en ese momento y tal vez intentara coquetear con ella solo para molestar a Snape. Nadie podía resistirse a él, era el único e inigualable heredero Black. Atractivo, inteligente, heredero de una gran fortuna, simpático…era el prototipo ideal de una pareja. Y lo sabía. Jamás desaprovechó su encanto para seducir a quienes le llamaban la atención, en especial a los de su mismo género. Le gustaba ponerlos nerviosos y hacerles creer que habían triunfado en llamar su atención. Pero solo lo hacía por diversión.
—¡Vamos a salir en el Bugatti! -Les gritó Andrómeda desde adentro. —¿Quieren ir?, nuestros papás y nuestros tíos al Casino de Montecarlo.
Regulus y Barty se miraron con alegría y Sirius rodó los ojos.
—¡Esto será divertido! -Exclamó Barty parándose del camastro.
—¿Vienes? -Regulus miró a su hermano.
—No, me quedaré un rato más aquí. Ya he paseado el Bugatti muchas veces. -Entró a la app de citas mientras se alejaba.
—Que aburrido eres. -Le replicó su hermano.
Tenía un montón de notificaciones. Se recargó en la pared de la alberca que daba la vista hacia el mar. —Como si no hubiera recorrido Mónaco como un millón de veces. Si van a ir, vayan con cuidado.
Regulus y Barty se miraron con extrañeza antes de irse. Sirius esperó a que la gran casa de playa se quedara en silencio para poder relajarse. Le gustaba cuando su familia se iba y lo dejaba solo. Así les hacía creer que se quedaba horas solo, para después irse a otro lugar a pasar el rato. Sin embargo, estaba aburrido y solo Grible podía entretenerlo.
—Veamos. A ver cual gato quiere mi atención. -Se recargó en la pared con aburrimiento.
Revisó los perfiles que le habían dado me gusta al suyo, no era algo que no hubiera visto antes. Mujeres bellas de todas las etnias, hombres atractivos y femeninos, adultos, pervertidos, extraños, raros, feos…todos eran aburridos. Sin embargo, un perfil llamó su atención. “prongs.com”, era un nombre de usuario extraño. Era diferente a los que había visto. Entró a su perfil con curiosidad.
—Qué extraño nombre, ¿será un adicto a los videojuegos? -Bromeó para sí mismo.
Revisó las fotos del perfil con curiosidad, en ninguna mostraba su cara; sin embargo, tenía bastantes atractivos que llamaron su atención. El cuerpo atlético del usuario fue una de las principales cosas, entre ellas los fuertes brazos y la manzana de Adán del mismo. Sonrió levemente al imaginarse entre esos brazos como los trends de sus redes sociales. Era su tipo y además era un año menos que él según su perfil. Leyó su información con interés.
Los hobbies del perfil eran interesantes.
"Me gusta la Fórmula 1 y el baloncesto. Me gusta la tortilla francesa."
Alzó una ceja al leerlo, su perfil acordaba con el de una persona de lujos, aunque con gustos cuestionables en cuanto a la ropa. Sin embargo, su porte tenía aires arrogantes y aquello le gustó.
—Veamos que sale de esto. -Le dió me gusta su perfil.
Usted y prongs.com han hecho match.
Entonces decidió enviarle un mensaje.