
Inauguración del restaurante de la ciudad baja. (Parte 3)
Pdv: Cattleya
Sin embargo, al pasar al tema del compromiso, esta vez padre Karstedt y madre Elvira, intervinieron en la conversación para explicar esta decisión, diciendo. “Como explicó Ferdinand, debido al peligro, de que los grandes ducados fuercen un compromiso con alguna de las dos niñas, o incluso quieran tomarlas a las dos por este medio, separándolas y llevándolas lejos de su hogar. Nosotros para evitar que esto ocurra, como su familia decidimos comprometerlas con Ferdinand, su médico, tutor y guardián”. Padre Karstedt explicó la principal razón de haber tomado esta medida.
Y para terminar, padre Karstedt mencionó la petición que le hizo mamá Effa, en nuestro primer encuentro. “De esta forma, podre cumplir con mi promesa de protegerlas y nunca intentar separarlas, tal como nos pediste, Effa”.
Y ante estas palabras, mamá Effa y papá Gunther asintieron con la cabeza en comprensión y completa seriedad. ‘¡¿Eeeeeh?! ¿Papá Gunther aceptó el compromiso sin protestar? ¡¿Pero qué demonios?! ¡E-espera Papá Gunther, al menos di algo! ¡¡¡Lo que sea, pero di algo!!!’. Yo despotriqué por dentro con incredulidad, mientras madre Elvira continuó explicando.
“Como su familia, decidimos que la mejor opción para un compromiso y un futuro matrimonio para ambas niñas, era alguien que pudiera protegerlas, pero también pudiera mantenerlas a raya y sujetar firmemente las riendas. Bueno, ustedes saben a lo que me refiero”.
Cuando madre Elvira dijo esto último, todos asintieron en común acuerdo incluyendo a Justus y el hermano Eckhart, parados detrás de mi mentor. ‘¡Oye, madre Elvira¡ Eso sonó a como si fuéramos bestias salvajes o algo parecido’. Yo me quejé para mis adentros, mientras ella continuó explicando. “Pero lo más importante para nosotros, es dejar a nuestras hijas en manos de alguien de confianza, que no solo las protegerá, sino que también las cuidará muy bien, como sé, que Lord Ferdinand lo hará”.
Ante las palabras de completa confianza y seguridad de madre Elvira, papá Gunther y mamá Effa se miraron por un momento, para luego asentir con la cabeza en común acuerdo. Por lo que papá Gunther expresó su sincera opinión diciendo. “Aunque no me gusta la idea de comprometer a mis hijas, siendo tan pequeñas… Debo reconocer, que yo también creo que es la mejor opción ante tan complicadas situación…”.
“¡E-espera papá Gunther, ¿no te opondrás?!”. Yo pregunté, algo sorprendida. ‘Y aunque sabía, que no importaría mucho si papá Gunther está de acuerdo o no, ya que la decisión está tomada… Pero de todos modos, yo esperaba algo de resistencia de su parte’.
“¿Qué sucede, Katy cariño?”. Mamá Effa preguntó algo preocupada, ya que me conocía bien. ‘Ok, creo que no puedes engañar a una madre, verdad?’.
Pero quien respondió con prontitud, a la pregunta de mamá, fue Rozemyne. “Katy no quiere un compromiso, ella dice que quiere su libertad, y que no está hecha para el matrimonio”.
Y a la explicación de mi hermanita, hubo un silencio de lo más incómodo en la mesa. Silencio que mamá Effa rompió, con una pregunta, indagando más profundo. “Katy hija. ¿A qué le temes tanto?”.
Yo ante la pregunta de mamá Effa desvié la mirada, ya que no podía decirle de lo sucedido con mi familia en mi vida anterior. Pero si podía mencionar, el conflicto que tuvieron nuestros padres nobles, por eso yo respondí. “Ok, mamá Effa te lo diré. Verás, es solo que… tengo miedo de perder a Myne por esto… Bueno, ya sabes, ¿y si peleamos por esto en el futuro? Como lo hicieron las esposas de padre Karstedt, en el conflicto que casi destruye la familia de madre Elvira? Nuestra otra madre… ella”.
Yo sabía que nuestra familia plebeya, sabe que Rozemary no es nuestra verdadera madre. Pero la tomé como ejemplo, ya que yo sabía que ambas familias entenderían a lo que me refiero. Y por la expresión en el rostro de padre Karstedt, quien palideció un poco, junto a la reacción de todos los demás, quienes me miraban con caras de circunstancias. Entonces supe que todos entendieron muy bien, a lo que me refería.
Sin embargo, de entre todas estas reacciones incómodas, escuché una risita divertida de parte de mamá Effa, quien luego me miró con un brillo cálido en sus ojos y una expresión divertida en su rostro, diciendo. “Katy cariño, no creo que eso sea posible, ya que siempre han sido muy unidas, jamás las vi pelear. Y cuando eran más pequeñas, si una lloraba las dos lloraban y si una reía las dos reían, siempre se ayudaban la una a la otra, resolviendo y enfrentando todos los problemas juntas. Ustedes tienen un vínculo muy especial que no es fácil de romper, y por esa razón, sé en mi corazón como su madre, que lo que sea que enfrenten en el futuro lo resolverán juntas y seguirán estando juntas, sin importar lo que suceda”. Y con estas palabras, mamá derribó por completo mis excusas y mis viejos temores.
Luego papá Gunther, continuó diciendo con una expresión nostálgica y divertida en su rostro. “Si, recuerdo muy bien que en los momentos en los que se sentían un poco mejor, siempre se las arreglaron para hacer alguna que otra travesura. Todas orquestadas por ti, y Myne siempre te seguía y apoyaba en todas tus tramas y fechorías”. ‘¡Que! ¿Siempre fui así? Entonces, es como dijo Myne, sigo siendo yo, pero con los recuerdos de mi vida anterior. ¡Wooow!’
Después de que mamá Effa y papá Gunther terminaron de hablar, padre Karstedt se veía bastante aliviado. Por lo que él, se apresuró a explicar. “Hijas, lo que ocurrió con su madre y todo ese conflicto, fue en parte mi responsabilidad. En el pasado cometí muchos errores, pero no necesariamente eso les ocurrirá a ustedes. Además, estoy completamente de acuerdo con sus padres adoptivos en lo que han dicho, porque no me las puedo imaginar peleando por algo así, en el futuro. Y si se diera el caso, sé que lo resolverán juntas y seguirán adelante”.
Al terminar de hablar nuestro padre noble, madre Elvira continuó explicando. “Hija, puedo entender tus miedos. Sin embargo, el conflicto que yo tuve con Rozemary, no tiene nada que ver con ustedes. Y la razón principal de eso, es que ustedes dos se aman profundamente como hermanas, y son inseparables. Aunque también hay otra razón, la cual es, que ustedes no son ambiciosas ni maliciosas como Rozemary. De hecho, aparte de lo físico, ustedes no se parecen en nada a esa mujer”.
“Katy no seas tonta, claro que no pelearemos por tonterías como esas”. Mi hermanita me regañó muy segura, y un tanto exasperada. “Además, te prometí que estaríamos juntas para siempre, recuerdas?”. Luego me recordó su promesa, mirándome con una expresión seria en su rostro, y sin una pizca de duda en sus grandes ojos dorados de luna.
“Myne, ¿me prometes que nunca pelearemos y nunca nos separaremos por esto?”. Yo hice prometer a mi gemela, que jamás pelearíamos por causa de mi mentor, en el futuro. Necesito asegurarme de que no se dañará nuestra relación de amistad, hermandad, pero sobre todo, de familia.
A lo que Rozemyne respondió con seguridad y completa convicción. “¡Lo prometo, Katy!”.
“Promesa de dedo meñique”. Yo dije moviendo mi dedo meñique frente a ella.
“Está bien, promesa de dedo meñique”. Mi hermanita respondió, entrelazando nuestros dedos. Luego cantamos la canción de juramento de dedos meñiques en japonés.
Y al terminar con este sagrado ritual, yo dije. “Ok, no puedes romper una promesa de dedo meñique, hermanita”.
“¿Qué fue ese extraño ritual que acaban de hacer? ¿Y ese idioma? No lo había oído antes”. Nuestro mentor preguntó intrigado, quien se había mantenido en silencio durante toda esta charla del compromiso. ‘¿Tal vez un poco incómodo por la situación?’.
“Verás mentor, el sagrado ritual de promesa de dedos meñiques, no puedes romperlo. Es algo parecido al juramento con la corona de la diosa de la luz, pero mucho más sagrado, es más como un juramento inquebrantable, verdad hermanita?”. Yo respondí con seriedad a mi mentor.
“Uh, Uhmm…”. Rozemyne respondió asintiendo enérgicamente con la cabeza, mientras decía. “Y lo cantamos en japonés, otro idioma del mundo de los sueños”.
“Ya veo. ¿Y qué pasa si lo rompen?”. Él preguntó algo preocupado, ya que creía que alguna de nosotras moriría, si lo rompía.
Así que yo le expliqué a mi mentor, qué pasaría, si alguna de las dos rompía la promesa. “Verás mentor, te explico, si alguna de las dos rompe la promesa, no perderá la vida, pero si algo muy valioso”. Yo expliqué de forma seria y solemne. “Pierdes la confianza y la fe en esa persona. Bueno mentor, la base de toda sana relación, es la confianza y fe que depositas en la otra persona. Sin eso, todo lo demás se desmorona con el tiempo, incluso el amor”. Yo sabía muy bien, que cuando se rompe la confianza en una relación, todo lo demás se cae a pedazos y ya nada es igual, yo lo presencié con mis padres en mi vida anterior.
“Entiendo… y tiene sentido”. Nuestro mentor dijo de forma reflexiva.
De pronto madre Elvira nos interrumpió, diciendo. “Bien hijas, como veo que ya han resuelto el problema. Creo que es tiempo, de que le entreguen a lord Ferdinand los obsequios que prepararon para él”. Madre Elvira dijo esto, con un brillo lleno de emoción en sus ojos, y una sonrisa de completa satisfacción y felicidad, pero sin dejar de ser acorde a una dama noble elegante y ejemplar como lo es madre.
Y ante su sugerencia, Rozemyne y yo nos miramos con resignación. ‘Madre Elvira no aceptará un no por respuesta, verdad hermanita?’. Esta pregunta fue silenciosa.
A lo que Rozemyne respondió negando con la cabeza. ‘No hay forma de huir de ella, y menos cuando Ferdinand está involucrado’. Comunicándonos con nuestro poder gemelo, supe que ella tenía razón, y siendo consciente de ello, se destruyó cualquier esperanza de entregarle los pañuelos mas tarde, y de forma privada a nuestro mentor.
Por lo que entendí de toda esta situación, dentro de la cultura noble, cuando una pareja se compromete la dama debe bordarle un pañuelo con hilo impregnado con su maná, a su prometido, como muestra de su aceptación. En nuestro mundo anterior sería como un si, acepto casarme contigo o algo así. Es por eso, que esto no es la entrega de un simple obsequio, ya que es uno de los pasos que se debe seguir antes de llegar al matrimonio… ‘¡Superincómodo!. Pero mientras más pronto lo entreguemos, más rápido saldremos de la embarazosa situación’.
Así que les indicamos a nuestros asistentes, que nos esperaban por fuera de la barrera, que le entregaran las cajitas con los pañuelos bordados, a nuestro mentor. Y cuando él las recibió y las abrió, era obvio que no se esperaba lo que había en su interior, ya que al ver los hermosos pañuelos, él abrió mucho los ojos con sorpresa.
Los pañuelos no eran muy diferentes. De hecho, ambos tenían los mismos colores; dorados pálidos y azul claro, como el cabello y los ojos de mi mentor. También tenían el nombre de mi mentor, “Ferdinand” bordado con elegantes letras de color azul oscuro como nuestros cabellos. Y por último tenían bordados los mismos círculos mágicos de protección. ‘Los cuales aprendí, Je, je, je…’. Bueno, lo que en realidad diferenciaba el de Rozemyne con el mío, era que en el bordado decorativo Rozemyne bordó; hermosas rosas del color del cabello y ojos de nuestro mentor. Y yo bordé algunas orquídeas Cattleyas, con los mismos colores, azul claro y dorado pálido.
Y aunque yo quería bordar mi pañuelo de otros colores, madre insistió en que usáramos esos colores. Por lo que no discutí sobre ello, y bordé lo mejor que pude el pañuelo, porque de todos modos esos colores van bien con mi mentor.
“¡Oh mi Dios!”. Madre Elvira exclamó de pronto muy emocionada, ante la reacción de nuestro mentor, quien tuvo un error de procesamiento bastante largo.
Y para cuando se recuperó, tomó con mucho cuidado ambos pañuelos y los observó cuidadosamente entre sus dedos. Aunque su expresión no cambió mucho, pude ver que estaba complacido con nuestros obsequios. Luego de una minuciosa inspección, asintió con aprobación, diciendo. “Rozemyne, Cattleya, lo hicieron muy bien”.
Rozemyne, quien no cabía en su emoción por el elogio de mi mentor, lo miraba con mejillas sonrojadas y una brillante sonrisa. ‘Mi mentor es un tacaño con los elogios, pero a mi hermanita más que los elogios, le gusta mucho su novio~. Jejejejee... Lo mejor de todo esto, es que esos dos estén juntos’. Y entretanto yo disfrutaba de este triunfo, el idiota de mi mentor no podía simplemente decir gracias y ya. Él tenía que arruinarlo…
“Si bien no me extraña un trabajo así de bueno de Rozemyne. Pero si, no deja de extrañarme que bordes así de bien, Cattleya”. ‘Y ahí está el comentario ácido…’
“Mentor desagradable, me estoy tomando muy en serio mi entrenamiento de dama, sabes”. Yo respondí con fastidio.
“Si, Ferdinand. Aunque no nos gusta bordar, mi hermanita y yo nos esforzamos mucho trabajando en esos pañuelos”. Mi gemela intervino en mi defensa, ya que las dos sufrimos el implacable entrenamiento de dama, de madre Elvira. Pero nuestro mentor, lejos de verse culpable por su desagradable comentario, tenía esa expresión burlona de siempre en su rostro.
“¡Pero por supuesto que mis hijas bordan hermoso, ellas son muy talentosas! ¡Más te vale apreciarlas y ser digno de ellas, o no te las entregaré!”. Papá Gunther dijo esto desafiante, en una amenaza a mi mentor.
“¡Gunther!”. Mamá Effa exclamó esto para detenerlo. Y luego se disculpó apresuradamente, por el arrebato de papá Gunther.
“¡Effa, no tienes que disculparte por la advertencia de Gunther, porque yo estoy completamente de acuerdo con él, en lo que dijo! ¡Ferdinand, más te vale tratar bien a mis nietas, porque si las haces llorar, te destruiré!”. Ahora fue el abuelo Bonifatius, quien lo amenazó. ‘Jajajajaa… ¡Abuelo aplasta!. Suerte con eso mentor~’. Yo dije para mis adentros, mirándolo de forma burlona.
“Lo siento Ferdinand, pero esta vez estoy de acuerdo con mi padre y con Gunther en esto. Más te vale cuidar bien de mis hijas y hacerlas felices, o yo tampoco te las entregaré”. Con estas palabras de padre Karstedt, todos nuestros padres se pusieron de acuerdo para amenazar a nuestro mentor, quien se veía imperturbable. ‘¡Vaya! El hombre tiene agallas, he?’.
“Ya los oíste Ferdinand, debes tratarnos bien y darnos muchos elogios”. Rozemyne le reclamó a nuestro mentor, y aprovechó de exigir más elogios.
Sin embargo, él respondió levantando una ceja. “Rozemyne, ellos no dijeron nada sobre los elogios”.
“¡Oh, vamos Ferdinand, no te matará darnos más elogios!”. Mi gemela continuó con esta ridícula, pero divertida discusión.
Y como se veía divertido, yo también me lancé a la refriega. “Mentor tacaño, no te cuesta nada darnos más elogios y menos regaños”.
Pero cuando mi mentor se disponía a discutir, Justus intervino. “Ejemm… Mi Lord”. Dijo aclarándose la garganta, desde atrás de él.
Por lo que mi mentor no continuó la discusión, guardándose su réplica, la cual de seguro era un regaño. Luego guardó rápidamente los pañuelos de manera segura en el bolsillo de su elegante chaqueta, y le entregó las cajitas de los pañuelos a Justus. Y entretanto esto sucedía, también le dio algunas instrucciones más. Entonces Justus, quien se movió rápido para cumplir las órdenes de su señor, él fue a buscar lo que se le pidió. Poco después, él regresó con dos cajitas, y nos las entregó. Las hermosas cajitas de madera; tenían joyería decorativa y nuestros nombres tallados en la tapa.
“¡Más obsequios de Ferdinand!”. Rozemyne exclamó feliz, mientras abría su obsequio.
Por lo que yo también abrí mi obsequio, el cual, cuando lo vi no pude evitar decir un sonoro. “¡Wooow!”. Y luego pensé. ‘¡Esto es una locura! ¿Cómo es que nuestro mentor, puede hacer joyas tan hermosas?. En mi vida anterior, nunca tuve cosas tan bonitas como estas. Bueno, no es como si fuera muy femenina, como para usar este tipo de cosas’. Yo pensé esto, dándome cuenta de lo mucho que he cambiado, ya que ahora soy toda una Lady.
Pero como es propio de mi mentor, él nos regaló joyas con un doble propósito, ya que también eran amuletos de protección. Los cuales eran brazaletes de piedras mágicas, el mío; tenía formas de orquídeas Cattleyas, de colores azul oscuro y otras de color dorado. Y el de Rozemyne era igual de hermoso, pero las piedras mágicas, tenían forma de rosas como su nombre, también en azul oscuro de nuestros cabellos y otras del color dorado de nuestros ojos.
Entonces yo ayudé a Rozemyne a poner su brazalete en su muñeca, y luego ella me ayudó a ponerme el mío. Y una vez los tuvimos puestos, agradecimos a nuestro mentor. “Ferdinand, estos amuletos son aún más hermosos que los anteriores”. Dijo Rozemyne impresionada, por las hermosas joyas que adornan nuestras muñecas.
“Si mentor, están superlindos”. Yo continué con los elogios, admirando la compleja y hermosa joyería.
“¡Muchas gracias Ferdinand!”. Luego dijimos al unísono con brillantes sonrisas.
Y al ver nuestra genuina alegría, nuestro mentor desvió la mirada incómodo y algo avergonzado. ‘Jajajaja… mentor idiota, te mereces un poco de incomodidad’.
“¡Oh mi Dios, Oh mi Dios!”. Exclamó madre Elvira, metiendo disimuladamente su mano en una bolsa con piedras mágicas, las cuales de seguro empolvó por completo. ‘Mmm… creo que esa idea de madre Elvira, es una buena opción para momentos emotivos, no?’.
Aunque mi mentor con su excelente control, se recuperó rápidamente y respondió a todos nuestros elogios con suficiencia. “Por supuesto que son hermosos, si yo los hice”.
Luego de decir esto, él se dirigió a nuestras familias, diciendo. “Gunther, Effa, debo agradecer su guía, en un asunto que a todos nosotros nos preocupaba, y que no supimos como abordar con respecto al compromiso”. Mi mentor agradeció a nuestros padres plebeyos, y para cerrar el tema dijo. “En cuanto al cuidado y protección de sus hijas, no deben preocuparse por eso, ya que yo juré proteger a Rozemyne y a Cattleya con mi vida y cumpliré ese juramento a cabalidad. Y haré todo en mis manos para hacerlas felices”. Ante las palabras de nuestro mentor, nuestras dos familias asintieron satisfechas.
Una vez que la incómoda conversación e intercambio de obsequios terminó, continuamos con una conversación más ligera, hasta que llegó el momento de irnos. Entonces bajamos todos a la primera planta, y agradecimos a los invitados por asistir a la inauguración, y los dejamos invitados a seguir viniendo a nuestro establecimiento.
Después nos despedimos de madre Elvira y de padre Karstedt, quienes se irían directamente al barrio de los nobles. Y también nos despedimos de nuestra familia plebeya y de nuestros amigos. En cuanto al abuelo Bonifatius, él dijo que regresaría junto con nosotros al templo.
Al cual regresamos sin novedad, aunque de camino, no pude evitar sentirme un poco frustrada. ‘¡¡¿Por qué este mundo conspira contra mi sueño, de ser libre y vivir como yo quiero?!! A pesar de todos mis esfuerzos, por evitar este compromiso, al final no lo logré. Bueno, esto no será para siempre, verdad? Como sea, usaré este compromiso como medio para permanecer junto a mi hermanita, hasta que llegue el momento de dar el golpe de estado y tomarnos el poder. Luego podré ser libre, cierto? Porque después de todo, nuestro mentor prometió dejarnos jugar en todo el país. Je, je, je, je…’.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Espero hayan disfrutado del capítulo de hoy,😊en el cual puse un poco de comedia y momentos tiernos en familia con una pizca de romance.🥰 En cuanto a lo de los pañuelos, no sé cuál es el significado exacto, pero esta fue mi interpretación.😜✌
Bueno, como ya se deshicieron del peligro de Trudeliede y Gloria, ahora faltan las ratas que están planeando secuestrarlas. Este capítulo fue el término de la temporada de invierno, por lo que para los episodios de la próxima semana serán muy emocionantes, ya que comienza la oración de primavera.
Próximo capítulo: “Intento de secuestro”. Con un punto de vista de Rozemyne.
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘