La misión de los Dioses. (Parte 1)
Pdv: Rozemyne
“Despierta”. Oí decir a Ferdinand, mientras me sacaba de la Jureve.
“Buenos días hermanita”. Me saludó Cattleya con una brillante sonrisa, sentada en un banquito.
“Despertaste primero que yo”. Dije, mientras Ferdinand me sentaba al lado de mi gemela.
“Así parece hermanita”. Ella dijo en respuesta, entretanto Ferdinand comenzaba con el examen médico.
“Ferdinand, ¿por cuánto, tiempo dormimos?”. Yo pregunté para asegurarme, de que no habíamos dormido por uno o dos años, como en el tejido roto, y esta vez junto a mi hermanita convirtiéndonos las dos en Urashima Taro.
“Dos semanas exactas”. Ferdinand dio esta respuesta clara y concisa. “Se han disuelto todos los cúmulos de maná más pequeños, que estaban dispersos por todo sus cuerpos, quedando solo el más grande alojado cerca de su órgano de maná”. Él continuó diciendo de forma contundente, mientras terminaba de examinarnos.
Luego continuó explicando. “El tratamiento a resultado, mejor de lo esperado. Y con estos resultados, deberían disminuir bastante sus fiebres y estar más saludables”. Luego de decir esto, se dirigió a Fran y Zahm para darles instrucciones, de qué hacer con nosotras ahora, como; darnos un baño y meternos en la cama a descansar.
Por lo que nuestros asistentes principales sin perder el tiempo, nos tomaron en brazos y se dispusieron a salir de la habitación oculta. Una vez fuera, nos entregaron a Wilma y a Rosina para que nos dieran un baño, y nos pusieran la pijama. Y después de que nuestras asistentes nos asearan, y nos metieran en la cama, Cattleya preguntó, en nuestro idioma secreto inglés. “[¿Estás bien hermanita? Porque hace un rato, te veías preocupada]”.
“[Estoy bien hermanita, es solo que tenía un poco de miedo, de haber dormido por un año o dos, como en el tejido roto. Sé que es una tontería, pero aún así…]”. Yo le respondí a mi gemela, ahora sintiéndome un poco tonta por eso.
“[Entiendo, pero no sucedió, verdad? Así que tranquila hermanita, todo estará bien. Oh bueno… no todo en realidad, creo que mis músculos están un poquito rígidos y me siento algo débil]”. Mi gemela dijo esto, apretando sus puños, para comprobar sus fuerzas. “[Ok, tendré que recuperar mis fuerzas, entrenando duro con el abuelo]”.
“Uh, Uhm…”. Yo asentí enérgicamente con la cabeza. Luego expresé una de mis mayores preocupaciones, con respecto a las Jureves. “[Pero eso me preocupa, ya que si nos debilitamos con solo dos semanas en Jureve, en una o dos temporadas nos debilitaremos muchísimo más]”.
“[Mmm… Tienes razón hermanita, eso nos dejaría fuera de combate. Tendré que pensar en algo para evitar que eso suceda. Pero de todos modos, no tienes de que preocuparte, ya que esta vez no permitiré que nadie te secuestre o envenene, lo prometo hermanita]”. Cattleya prometió, de seguro planeando algunas trampas para hacer caer a nuestros enemigos. “[Ahora a dormir, o vendrá nuestro gruñón mentor a regañarnos. Jajajaja…]”. Mi salvaje hermanita dijo esto último riéndose del gruñón Ferdinand.
“Jajajaja…”. Y yo también me reí del regañón Ferdinand.
Luego de esta pequeña conversación, me dormí profundamente con una agradable sensación de seguridad. Y de igual forma, estaba feliz de que todo saliera bien, y de estar un paso más cerca de estar saludables.
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Al día siguiente, temprano en la mañana justo después del desayuno, Ferdinand apareció muy serio. “Ustedes dos, síganme”. Él ordenó apenas entró en nuestros aposentos, guiándonos a nuestra habitación oculta, con Justus y el hermano Eckhart siguiéndolo de cerca. Entonces yo tomé a Cattleya de la mano, y juntas seguimos a Ferdinand para enfrentar nuestra futura reprimenda.
“Ahora ustedes dos, me pueden explicar, ¿por qué llovió dentro de los aposentos de Verónica?”. Ferdinand preguntó muy molesto, apenas entramos en la habitación oculta.
“¡Oh~! ¿Qué dices mentor? ¿Qué lady Verónica a experimentado un milagro~? ¡Pero que maravilloso! ¡Alabados sean los Dioses!”. Cattleya exclamó haciendo la pose de oración, en forma de burla hacia la malvada bruja.
“Pffffajajaja…”. Justus y el hermano Eckhart, soltaron una carcajada que no lograron reprimir, ante las payasadas de mi gemela.
“Waajajajajaa…”. En cambio ella, soltó descaradamente una carcajada muy divertida, ante los resultados de nuestra travesura.
Y ante la actitud de mi hermanita, pude ver a Ferdinand cada vez más irritado. ‘Oh, no, santa mier#@, creo que está pasando a su modo “rey demonio”’. Yo pensé cuando vi su sonrisa más malvada.
“¡Hermanita no hagas enojar más a Ferdinand, nuestras pobres mejillas!”. Yo exclamé cubriendo protectoramente mis mejillas con mis manos, anticipándome al inminente castigo.
Pero Cattleya no fue tan rápida esta vez, porque Ferdinand la atrapó antes de que pudiera proteger sus mejillas. “Waaaa… Fenffor efo fufele…”. Mi gemela dijo en una queja.
“Tú te lo buscaste Cattleya. A caso tienes una idea de todos los problemas que me estás causando, mocosa descarada”. Ferdinand la regañó, mientras le pellizcaba las mejillas a mi traviesa hermanita.
“Yo te lo advertí hermanita, te dije que era una mala idea, y que nuestras mejillas sufrirían las consecuencias de esta travesura”. Yo le recordé mi previa advertencia a mi gemela.
“Mi Lord, creo que es suficiente castigo para la princesita, no cree?”. En ese momento, Justus intervino en defensa de Cattleya.
Entonces Ferdinand soltó a Cattleya, quien se masajeaba las mejillas mirándolo muy enfadada. “¡¡¡Mentor agua fiestas, arruinaste la diversión como siempre lo haces!!!”. Cattleya exclamó muy molesta.
Sin embargo, Ferdinand la miró con burla en sus ojos dorados pálidos, y dijo. “No te quejes Cattleya. Ahora responde, ¿por qué llovió dentro de los aposentos de Verónica?”.
“Pues simple mentor, porque yo le pedí a Justus, que metiera una “granada de lluvia” en los aposentos del Boggart”. Cattleya explicó, mientras se masajeaba sus doloridas mejillas.
“Ferdinand, Cattleya y yo hicimos esta travesura juntas, las dos lo planeamos y le pedimos a Justus, que llevara a cabo nuestro plan. Y lo hicimos, porque nos enteramos por medio de madre Elvira y la hermana mayor Heidemarie, de las horribles cosas que te hizo esa malvada bruja. Además, ella intentó envenenar a nuestra amada familia, verdad?”. Yo dije desviando el enojo de Ferdinand, hacia mí.
‘No podía permitir que mi hermanita tomara toda la responsabilidad, cuando fui yo quien le proporcionó los conocimientos para elaborar todo este plan’. Yo pensé determinada a tomar mi parte del castigo.
“Es eso así”. Ferdinand dijo esto, profundizando su sonrisa de rey demonio.
Y al ver esta expresión en él, yo instintivamente di un paso atrás. “Uhgh”. Pero antes de que pudiera huir, me atrapó. “fuwaaa… Ferffifan… efo fuele…”. ‘¡¡¡Nooooo… Mis pobres mejillas!!!’. Yo me quejé, y despotriqué por dentro, mientras recibía mi parte del castigo, ya que yo participé y ayudé en esta travesura de mi gemela de principio a fin, así que no me quedó más que resignarme a mi destino.
“Lo que hicieron par de tontas, fue innecesario y realmente muy estúpido”. Ferdinand nos regañó a las dos.
“Ejemm…”. Justus se aclaró la garganta, llamando la atención de su Lord.
Haciendo que él, soltara mis pobres mejillas doloridas, por lo que me las masajee, mientras miraba al “rey demonio” con reproche. Pero él lejos de verse culpable, parecía satisfecho con el castigo que nos dio.
En ese momento, Cattleya de pronto habló con los puños apretados cada vez más enfadada. “¿Dises que fue innecesario? ¡Jamás hubo nada más necesario, mentor idiota! Y esto es solo el comienzo, por ahora solo me estoy divirtiendo con el “Boggart”, porque pienso hacerlo pagar todas y cada una de las cosas malas que te hizo a ti. Y haré que se arrepienta de haber tratado de envenenar a nuestra amada familia”. Mi gemela dijo esto con una sonrisa malvada, pero esta vez tenía un brillo de ira en sus grandes y expresivos ojos dorados que le daba una apariencia aterradora en su rostro.
“No me importa lo que me digas, mentor. Verónica es mi presa y no pararé hasta destruirla, con o sin tu permiso~”. Ella continuó diciendo de forma desafiante, con un tono malvado y burlón como un villano de anime. Luego agitó su mano con desdén y continuó hablando en ese mismo tono. “Pero descuida mentor, ya lo tengo todo planeado~, no tienes de que preocuparte, porque el “Boggart” de Ehrenfest caerá y ni siquiera sabrá quien la golpeó. Mmm… o tal vez si~. Jejejejee…”. Mi malvada gemela dijo esto último encogiéndose de hombros, y luego se echó a reír como una villana.
“¡Bwugh!”. Yo exclamé al ver a mi hermanita hacer esta expresión… ‘Lo sabía esta en modo “depredador” y ya fijó su objetivo, comenzó la cacería. Descansa en paz Verónica, pero tú te lo buscaste’. Mientras pensaba todo esto, pude ver que Ferdinand, Justus y el hermano Eckhart miraban a mi salvaje hermanita con incredulidad.
Y en cuanto Ferdinand se recuperó, dijo. “Cattleya, me dirás ahora mismo qué estás planeando hacer, y más vale que no omitas nada, entendido?”. Él ordenó a mi gemela, con el ceño fruncido tomando muy en serio sus palabras de amenaza.
“Está bien, como quieras mentor, pero en privado o no te diré nada”. Cattleya respondió cruzándose de brazos, aún enojada con Ferdinand.
Pero yo sabía que en realidad, mi hermanita quería hablarle de la misión de los Dioses a Ferdinand, como lo habíamos planeado. Por esta razón, estaba aprovechando esta oportunidad para que podamos hablára a solas con él.
“Como quieran. Justus, Eckhart salgan de la habitación, y no quiero que nadie nos interrumpa”. Ferdinand ordenó a sus sirvientes.
“Entendido, mi Lord”. Respondieron los dos a coro y luego abandonaron la habitación.
Una vez solos en la habitación oculta, Ferdinand dijo. “Ahora ustedes dos me dirán todo lo que estén planeando hacer, par de tontas incautas”. Mientras él decía esto, curó nuestras enrojecidas mejillas al mismo tiempo. “La curación de Heilschmerz para Rozemyne y para Cattleya”.
‘Bien aquí vamos, y espero que al terminar esta conversación, Ferdinand no nos vuelva a pellizcar nuestras pobres mejillas’.