La misión de los Dioses. (Parte 2)
Pdv: Cattleya
Nuestro mentor a veces se comporta como un completo idiota. Aunque no negaré, que ciertamente yo sabía que esto pasaría con nuestra última travesura, que realizamos en colaboración con Justus. Era obvio que mi mentor se molestaría y que se desquitaría jalándonos nuestras mejillas. Aun así, fue muy divertido, y algo necesario también.
Cuando nos sentamos y acomodamos para tener nuestra importante charla, yo dije. “Oye mentor, antes de contarte nuestros planes para acabar con el “Boggart” y todos nuestros enemigos. Rozemyne y yo queríamos hablarte algo de alto secreto, y superpeligroso también”. Yo dije con total seriedad, y con un poquito de tensión. Sabía que este tema era muy peligroso, y no podía predecir con seguridad como reaccionará mi mentor, ante nuestro secreto.
En ese momento, Rozemyne me tomó de la mano y con un apretón me indicó con seguridad, que todo estaba bien. Y cuando me miró con determinación en sus grandes ojos dorados de luna, yo asentí con la cabeza en respuesta. Luego se volteó a ver a nuestro mentor, diciendo. “Ferdinand, sé que debimos hablarte de esto antes, pero… no estábamos seguras de como lo tomarías, o si nos creerías”. Rozemyne intentó explicar a nuestro mentor, las razones de porqué le ocultamos esta información.
Después yo continué diciendo. “Pero hemos decidido decirte la parte de nuestras historias que omitimos, por dos razones. La primera es; que nos probaste que podíamos confiar en ti. Y la segunda es; porque cuando te puse a prueba, tú nos priorizaste a nosotras, y sé muy bien que eso no fue fácil para ti… Y también sé que te hemos arrastrado a un montón de problemas, junto a nosotras”. Yo dije con un poco de culpa, ya que después de contarle esto, lo seguiríamos arrastrando con nosotras. “Por esta razón, antes de continuar te preguntaré, mentor ¿Quieres oír, uno más de nuestros secretos?”.
“¡Cattleya, ¿por qué estás haciendo esto?!”. Rozemyne exclamó esta pregunta frunciendo el ceño con preocupación.
“No hermanita, quiero que nuestro mentor decida por él mismo, si quiere seguir adelante en esto con nosotras, o no. Después de todo, una vez que le digamos no habrá marcha atrás, y los problemas solo aumentarán”. Yo dije esto en una advertencia a mi mentor. “Si te vas a quejar por algo tan pequeño, como mi travesura en la cueva del “Boggart”. Entonces será mejor que desistas ahora, y no te involucres más. Como sea, tú decides mentor”.
Sin embargo, ante mi advertencia, él frunció el ceño y preguntó con molestia. “¿Más problemas dices? ¿Es eso siquiera posible?”. Nuestro mentor preguntó suspirando con cansancio. Luego se frotó las sienes exasperado, diciendo. “Así que es como pensaba, y me han estado ocultando cosas. Y a juzgar por tus advertencias Cattleya, puedo ver que es un secreto muy serio, si ustedes no lo mencionaron antes, incluso después del juramento que les hice. Esto solo quiere decir, que es algo realmente muy peligroso y de gran importancia”. Mi mentor dedujo de forma correcta, la razón del porqué ocultamos esta información.
“¡Exactamente, mentor!”. Yo exclamé, mientras asentía enérgicamente con la cabeza.
“¡Pero necesitamos la ayuda de Ferdinand, hermanita. No podremos hacerlo solas, es peligroso y lo sabes!”. Rozemyne exclamó, mirándome con ansiedad en sus grandes ojos dorados.
“Si, ya lo sé hermanita, pero aun así… quiero que él decida por sí mismo y quiero escucharlo de él. ¿Qué dices mentor, estás dentro o no? ¿Te gustan las aventuras y las travesuras? Porque si decides ayudarnos, debes saber que habrá mucho de eso en el futuro. Jejejejee…”. Yo pregunté a mi mentor, sonriéndole de forma malvada y traviesa.
Y ante mi pregunta, él me miró de forma burlona, mientras respondía. “Por ningún motivo te dejaré libre, haciendo todo tipo de tonterías, Cattleya. Eres demasiado peligrosa para dejarte sin supervisión”. Y con estas palabras mi mentor comenzó a regañarme. “Aunque son un dolor de cabeza, ustedes dos son mi responsabilidad. Ahora déjate ya de tonterías, y díganme de una buena vez, cual es su secreto. No tengo todo el día”. Pero al final, mi mentor terminó regañándonos a las dos. Pero yo sabía que en realidad, esta era su forma de decirnos que estaría con nosotras, y que tendríamos todo su apoyo.
“Bien, como quieras mentor, te lo contaremos todo entonces”. Yo dije con una brillante sonrisa.
“Ves hermanita, Ferdinand no se negará a ayudarnos”. Rozemyne dijo esto, con una expresión de “te lo dije” en su rostro.
Luego miró a nuestro mentor, y continuó diciendo. “Muchas gracias Ferdinand por decidir ayudarnos, porque no podremos lograrlo sin ti”. Mi gemela agradeció a nuestro mentor, soltando un suspiro de alivio, y luego le dedicó una brillante sonrisa a su novio~.
Después de las advertencias y todo eso, le contamos a mi mentor sobre la misión secreta para los Dioses. “La Diosa Mestionora, junto a la pareja suprema, adquirieron nuestros hilos y nos enviaron aquí para salvar su jardín, de su inminente destrucción. Y es por esa razón, que nos permitieron conservar los recuerdos de nuestras vidas anteriores”. Rozemyne comenzó a contarle nuestro secreto.
“No conocemos los detalles de la misión que nos encomendaron, los Dioses. Pero lo que si sabemos muy bien, es que si no cumplimos esta misión con éxito, moriremos junto con todos en este país… y yo no quiero volver a morir, sin cumplir mi sueño de ser escritora…”. Yo dije con frustración y pesar en mi corazón.
“Yo tampoco quiero volver a morir… sin poder cumplir mi sueño de ser Bibliotecaria…”. Rozemyne dijo con tristeza, pero también con una expresión de miedo en su rostro. Miedo de que los Dioses nos hagan regresar una y otra vez, como en un bucle interminable, hasta lograr cumplir esta maldita misión. ‘Por eso, no puedo permitirme errores, tengo que cumplir esta misión a la perfección’.
Ante nuestras palabras y lamentos, pude ver a mi mentor frunciendo el ceño con furia, mientras se congelaba el aire a nuestro alrededor, provocándome escalofríos. Cuando vi que sus ojos brillaron, y sentí el peligro, instintivamente activé mi traje de maná y me puse en guardia para recibir el inminente ataque, para proteger a mi hermanita del enfurecido hombre.
Mas el ataque nunca llegó… en cambio, mi mentor dijo con furia contenida. “¡Maldita familia real, llena de idiotas incompetentes!”. ‘¡Diablos, que susto! Mi mentor si que está molesto. No me gustaría estar en el lugar de la Realeza, en este momento’. Yo pensé esto, con mi corazón latiendo muy rápido por el miedo, mientras él siguió hablando en ese tono aterrador. “Todo esto es culpa de su incompetencia. Y los Dioses, ¿cómo se atreven a poner una carga tan pesada, sobre los hombros de dos pequeñas niñas?”. Él gruñó esta pregunta, con los puños y los dientes apretados por la ira.
“F-Ferdinand, l-los Dioses nos han estado guiando y ayudando, sabes?”. Rozemyne dijo tartamudeando, intentando justificar a los egoístas Dioses.
Pero lejos de tranquilizar a mi mentor, sus palabras solo lo enfurecieron más. “¿Cómo eso los justifica, Rozemyne? Lo mínimo que deberían hacer, es ayudarlas si ellos las metieron en esto”. ‘¡Ja! Eso fue justo lo que yo pensé también’.
“Cattleya, puedes decirme, si los Dioses les dieron alguna instrucción, o algo para guiarlas en esta misión?”. Él preguntó, justo lo que había estado esperando que preguntara.
“Mmm… Bueno, solo nos dijeron que nos guiarían y ayudarían en el proceso. También dijeron que cuando obtuviéramos nuestros Schtappes, Mestionora nos daría su libro. Ella dijo que era necesario, para salvar el jardín de los Dioses”. Yo respondí lo que habíamos planeado decirle a mi mentor sobre la misión de los Dioses.
“¿Les entregarán Grutrissheit?”. Mi mentor continuó con el interrogatorio, mientras se masajeaba sus sienes, muy preocupado.
“Mentor, ¿qué es Grutrissheit?”. Yo le pregunté, haciéndome la tonta en esto, pero también para sacar algo de información del libro, al único poseedor del Grutrissheit en todo Yurgenschmidt.
Sin embargo, él no soltó nada, en cambio se dio golpecitos en la sien, tap, tap, tap… y luego dijo. “Esto es mucho más grande de lo que esperaba… e hicieron bien en guardar esta información en absoluto secreto. Rozemyne, Cattleya, esto es muy peligroso, esta información podría provocar que la familia real, no solo las purgue a ustedes, sino que también podrían acusar a Ehrenfest de traición, y purgarnos a todos”. Mi mentor nos explicó la gravedad del asunto.
Entonces continuó diciendo una advertencia. “Si quieren vivir, y que sus familias sigan viviendo. Esto no lo puede saber nadie más, tienen absolutamente prohibido hablar de esto, ni mencionar el Grutrissheit ni el libro de Mestionora, entendido?”.
“¡Entendido Ferdinand!”. Respondimos al unísono.
“Ferdinand, ¿qué haremos ahora?”. Rozemyne preguntó con ansiedad.
“Por ahora nada, Rozemyne. No podemos cometer errores tontos aquí”. Mi mentor respondió esto, y luego se quedó en silencio por un momento con una expresión pensativa.
“Mentor, ¿en serio nos crees?”. Yo pregunté algo ansiosa por el silencio de mi mentor.
“¿Por qué no les creería, Cattleya? Su historia anterior era mucho más difícil de creer, que esto. Pero ahora toda su historia tiene sentido para mí, como; sus extraños conocimientos y comportamientos, sus altos niveles de maná, el claro favor de los Dioses. Y en especial su conocimiento de la existencia del libro de Mestionora… Yo aún no les he enseñado sobre eso. La única forma de que obtuvieran tal información, sería directamente de la Diosa de la sabiduría, me explico?”. Mi mentor dio una larga lista de razones para creernos, y sus propias deducciones sobre nosotras.
“Gracias por creernos, Ferdinand”. Agradecimos al unísono con alivio.
“No hay de que. Más importante, Rozemyne, Cattleya. Les haré una pregunta y quiero que me respondan con total honestidad. ¿Están dispuestas a cumplir con esta misión de salvar el país, a pesar de todos los riesgos y peligros que eso implicaría?”. Mi mentor preguntó con el rostro inexpresivo, pero con cierta intensidad y agudeza en su mirada.
Ante esta pregunta, sentí a Rozemyne tensarse a mi lado, aun así se enderezó y luego respondió con valentía. “Si no lo hacemos, entonces moriremos junto a nuestra amada familia y todos los demás en el país. Ferdinand, no tenemos más opciones. Por eso lo haremos, y correremos todos los riesgos que implica esta misión. La completaremos a cabalidad”.
“Ya veo. Entonces, ¿debo asumir que tú piensas igual, Cattleya? Pero, ¿y si hubiera otra opción, la tomarías?”. Mi mentor me preguntó esto, de seguro planeando tomar esta carga y responsabilidad, en nuestro lugar.
Pero yo no lo permitiría, sabiendo lo que sucedió en el tejido anterior con mi hermanita. Solo hay una forma de cumplir esta misión con éxito, y es trabajando y peleando juntos, por eso yo respondí. “Por supuesto que no dejaré que alguien más haga esto por mí, mentor. Tengo mucho que perder, si esta misión saliera mal. Protegeré a mi hermanita y a mi amada familia, cueste lo que me cueste, y si para lograrlo tengo que tomarme el país, lo haré”. Yo dije con firmeza y con toda mi determinación.
“Entiendo, y por lo que puedo ver, ya lo tienen decidido… Bien, dejaremos esta conversación hasta aquí, luego lo hablaremos con más calma. Por ahora su respuesta es suficiente para mí, en base a eso pensaré en planes y en los siguientes pasos a seguir”. Él dijo esto, ya pensando y planeando nuestros futuros movimientos.
“Oye mentor, no necesitas planear todo solo, sabes?”. Yo dije a mi mentor con una sonrisa divertida.
“Por supuesto que no necesitas planear tú solo, Ferdinand. Porque después de todo, esta es nuestra misión, y si nos vas a ayudar, entonces haremos los planes los tres juntos. Lucharemos juntos como una familia, y protegeremos a todos”. Rozemyne dijo apretando el puño con determinación, hablando con firmeza.
“¡Así se habla hermanita, seremos como los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno!”. Yo exclamé con mi puño en alto, dejándome llevar por lo genial que sonó mi hermanita en este momento.
“Cattleya, no empieces con tus tonterías de siempre, quieres”. Pero ella me regañó.
“Ok, Ok, ya entendí, no te enojes hermanita”. Yo dije con las manos en alto en señal de rendición, y luego dije a mi mentor. “Bueno mentor, por ahora tenemos que liberar a Ehrenfest del malvado “Boggart”, y deshacernos de todas las ratas del ducado, no crees que ese sería un buen comienzo? En cuanto a mi pequeña travesura… Verás, esa fue una forma de agitar un poco el avispero, molestando a la abeja reina, para hacer que cometan errores. Una buena idea, verdad?”. Yo pregunté a mi mentor, en busca de aprobación.
“Ustedes dos realmente…”. Él dijo en una queja, dando un suspiro de cansancio. “Está bien como quieran, pero desde ahora en adelante me consultarán a mí, todos sus planes antes de realizarlos, entendido? Sobre todo tú Cattleya, no quiero que vuelvas a hacer una tontería como hacer llover en los aposentos de Verónica, sin informarme antes, está claro?”. Mi mentor me ordenó con el ceño fruncido, muy serio.
“Ok mentor, pero, ¿me dejarás hacer algunas pequeñas travesuras?”. Yo pregunté, mirando con súplica a mi mentor, esperando que no destruya toda la diversión de esta misión.
A lo que él hizo una sonrisa astuta del señor del mal, y respondió. “Te dejaré hacer algunas travesuras, solo si me enseñas todos y cada uno de los hechizos que conoces, Cattleya”.
“¡Trato hecho!”. Yo acepté en el acto. “De todos modos mentor, pensaba enseñártelos, ya que debemos fortalecernos, no es así?”. Y ante mi respuesta, mi mentor asintió satisfecho.
Por lo que yo, al serrar este excelente trato, exclamé. “¡¡¡Genial!!! ¡Mi mentor me dejará hacer travesuras!”.
Viendo mi entusiasmo tanto mi mentor como mi gemela, suspiraron y negaron con la cabeza exasperados. De pronto y de forma inesperada, Rozemyne exclamó. “¡Ah, Ferdinand lo estaba olvidando! ¿Recuerdas que dijiste que querías aprender nuestro idioma secreto? Porque podemos enseñártelo este invierno, así tendríamos una forma de comunicarnos entre nosotros, y nadie sabría de que estamos hablando, verdad?”. Ella ofreció a mi mentor, algo que ya teníamos planeado enseñarle, y ahora esto era una necesidad.
Y ante el repentino ofrecimiento de Rozemyne, nuestro mentor se sorprendió bastante, pero luego respondió. “Puedo ver la utilidad, aun así, ¿están seguras de que quieren que sepa lo que están hablando en su idioma secreto?”. Él preguntó algo inseguro.
“No hay problema mentor. Además si lo aprendes a leer y escribir, podremos escribirte cartas con información secreta, cuando entremos a la Academia Real, sin el peligro de que algún tercero las puedan leer, ya que no podrán, aunque lo intenten. De igual forma, si nos comunicamos en este idioma con, o sin herramientas mágicas anti escuchas, nadie sabrá de que estamos hablando, verdad?”. Yo expliqué el porqué de nuestra decisión de enseñarle el inglés.
“Como quieran, aprenderé su idioma secreto. Pero escúchenme bien par de tontas, no quiero que hablen del libro de Mestionora o de Grutrissheit, ni siquiera en ese otro idioma, entendido?". Ante esta orden de nuestro mentor, ambas asentimos con la cabeza. “Hablaremos de esto en otro momento, y solo en mí habitación oculta o en la suya, a solas sin sirvientes, estamos claros?”.
“¡Si, Ferdinand!”. Dijimos al unísono.
“Bien ahora será mejor que salgamos de la habitación, porque de seguro su padre Karstedt y Bonifatius deben estar impacientes por verlas despiertas”. Él dijo dando por terminada la conversación.
Al terminar con nuestra reunión improvisada, salimos de la habitación oculta junto a nuestro mentor. Y tal como dijo, afuera había un impaciente padre Karstedt y un molesto abuelo Bonifatius. Los cuales pensaban que mi mentor nos estaba dando una larga y severa reprimenda, por lo de la travesura de hacer llover en la cueva del “Boggart”. Sin embargo, él prefirió no desmentir esto, y les dejó pensar que nos estuvo sermoneando largamente. Aunque espera, en realidad eso fue justo lo que pasó… Ah, bueno lo que sea.
‘De todos modos, es un alivio tener a mi mentor de nuestro lado y tener su completo apoyo. Hará que las cosas sean más fáciles para nosotras en el futuro, sobre todo cuando llegue el momento de tomarnos el país. Jejejejee…’.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Espero hayan disfrutado de estos puntos de vista de nuestros Shumil🐰🐰 traviesos. Este capítulo era solo uno, pero tuve que subirlos por separado, ya que me pasé de las cuatro mil palabras.🤷♀️
Con referente a este capítulo, pudimos ver un poco de los pensamientos de Ferdinand sobre los secretos de las gemelas, y su reacción ante la misión de los Dioses. Si el conocimiento de las vidas anteriores de las gemelas cambiaron muchas cosas, ¿qué nuevos cambios traerá esta nueva información dada por las gemelas?🤔¿Qué nuevas decisiones tomará Ferdinand, con esta misión de salvar el país encomendada por los Dioses a sus pequeñas protegidas?
Próximo capítulo: “Dedicación de invierno”
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘