Sala de conferencias. ( Parte 1)
Pdv: Rozemyne
Al día siguiente de la subyugación de Trombe, temprano en la mañana entrenamos con el abuelo y el hermano Eckhart. Luego continuamos con nuestras clases de harspiel y el resto de nuestros deberes. Más tarde fuimos a hacer el papeleo y estudiar con Ferdinand como siempre. Pero él tenía otros planes, ya que apenas entramos a sus aposentos, dijo. “Bien, ahora que están aquí, tenemos una conversación pendiente”.
'¡Oh, no, la sala de conferencias!'.
En esta línea de tiempo, Ferdinand todavía no nos había llevado a la sala de conferencias. Como no había necesidad, ya que el peligro de Bezewanst ya no estaba, y nosotras teníamos nuestra propia habitación oculta en nuestros aposentos. Por eso Ferdinand solía venir de vez en cuando a inspeccionar nuestras actividades en ella, o para regañarnos por alguna travesura de mi gemela.
Sin embargo, creo que ha llegado el momento de enfrentar nuestro inevitable destino. Un destino que yo sabía que sucedería, después de la subyugación de Trombe, a causa de mis recuerdos del tejido roto, yo sabía que Ferdinand nos interrogaría tarde o temprano, porque él quería saber sobre el mundo de los sueños. ‘Creo que algunas cosas no se pueden cambiar, porque están destinadas a suceder. Tal vez de formas diferentes, pero es el mismo hecho’.
Es debido a esto, que Cattleya y yo habíamos hablado sobre éste asunto previamente, y ya teníamos decidido que le diríamos a Ferdinand y que no. Aunque siempre está la posibilidad, de que él utilice la herramienta mágica para buscar en nuestros recuerdos, la cual utilizó conmigo en el tejido anterior. En el caso de que él hiciera esto, se enterará de todos nuestros planes, engaños, secretos y sobre el tejido roto…
Aunque no creo que lo haga, ya que ahora somos hijas “legítimas” de Karstedt. Dudo mucho que el padre Karstedt apruebe, que la utilice con nosotras. Y el abuelo Bonifatius lo mataría, si se entera de que Ferdinand usó con nosotras, una herramienta destinada a ser usada con criminales.
“OK, Sumo Sacerdote hablaremos contigo, pero primero almorcemos, muero de hambre”. Mi gemela dijo esto, mientras se frotaba su rugiente panza.
‘¡Increíble! Yo preocupada por el inminente interrogatorio, y mi tonta hermanita está pensando en comer’. Con esto en mente, yo pregunté con incredulidad. “Cattleya, ¿en serio estás pensando en comer, en un momento como éste?”.
“¡Que! El entrenamiento de hoy, estuvo rudo, necesito reponer fuerzas para enfrentarme al Sumo Sacerdote”. Ella respondió esto como si se fuera a enfrentar en combate, contra Ferdinand.
Hoy había sido nuestro primer día de entrenamiento físico, con el abuelo. Y no puedo negar que si estuvo bastante duro, a causa de que nos habíamos acostumbrado a usar constantemente las mejoras físicas, y dejar de usarlas de pronto, fue más duro de lo que creí. Aun así, no pude evitar suspirar con exasperación, ante el comportamiento tan relajado de mi gemela. Y por lo visto, yo no fui la única que tuvo esta reacción, ya que Ferdinand negó con la cabeza con desaprobación.
“Esta bien comeremos primero, porque de todos modos tenemos una larga charla por delante”. Ferdinand dijo con resignación.
Aunque luego continuó diciendo, con severidad. “Veo que la educación de Elvira, no puede retrasarse más. Por esta razón, destinaré algunos días de la semana para que visiten la residencia Linkberg, y así comiencen con su educación de dama”. Él explicó los cambios que haría, a nuestro plan de estudios. “Como su existencia ya no es un secreto después de la subyugación de Trombe, ya no tiene sentido seguir retrasando esta necesaria educación”. Él terminó de decir esto, entretanto nos sentábamos a almorzar.
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Cuando terminamos de almorzar, nuestro futuro estaba escrito en piedra, por lo que Ferdinand se levantó de su asiento y nos indicó que lo siguiéramos a su habitación oculta o como yo la llamo “la sala de conferencias”. Entonces tomé de la mano a mi hermanita y la arrastré conmigo dentro, para enfrentar el interrogatorio y muy probable reprimenda.
Al entrar al cuarto, pude ver que todo estaba igual como lo recordaba. 'Que nostalgia'. Yo dije para mis adentros, mientras conducía a mi gemela hacia mi viejo banco. El cual ahora sería nuestro banco, aunque espero no pasar tanto tiempo en él, en este tejido. Pero así como vamos… me temo que éste banquito será nuestro compañero desde ahora en adelante. Entonces lo desocupamos, tomando los documentos que estaban sobre él, y se los entregamos a Ferdinand, luego nos sentamos.
Una vez que Ferdinand tomó asiento frente a nosotras, comenzó el interrogatorio. ‘Oh, bueno, por lo menos esta vez no usó la herramienta mágica para buscar en nuestros recuerdos. Y eso quiere decir, que nuestros secretos están a salvo, por ahora. O sea que podemos escoger que le contaremos y que no’.
Yo pensé esto con alivio, entretanto Ferdinand comenzaba diciendo. “Ahora ustedes dos, me dirán absolutamente todo y sin omitir nada, sobre el mundo de los sueños del que han estado hablando todo éste tiempo”. Ferdinand exigió de forma tajante, sin dejarnos ninguna opción de escapar de éste interrogatorio.
‘Ah, pero él nos pidió que le hablemos solo del mundo de los sueños, verdad? Él no pidió que le dijéramos todos nuestros secretos, así que no necesitamos decirle nada más que eso. Porque no quiero ni pensar, en lo que haría Ferdinand con nosotras, si descubriera que lo hemos engañado a él, junto a toda la familia Linkberg… ¡Uhgh! M-me pregunto, si él nos… eliminaría?’. Ante estos horribles pensamientos, me estremecí de miedo.
Pero no puedo permitirme pensar así, no en este momento. Por esta razón tomé estos pensamientos rápidamente y los deseché de mi mente. Luego respondí a la exigencia de Ferdinand. “Está bien Sumo Sacerdote, le contaremos todo sobre el mundo de los sueños, que en realidad son nuestros recuerdos de nuestras vidas anteriores. En un mundo muy diferente a este, y con una civilización mucho más avanzada”.
En ése momento, Ferdinand me miró con el ceño fruncido al oír mi explicación, después entrecerró los ojos mirándonos con sospecha e incredulidad, mientras preguntaba. “¿No que era el mundo de los Dioses? ¿En donde obtenían todos esos conocimientos, de ellos? ¿Por qué ahora es otro mundo, donde vivieron antes de venir a éste? Explique, porque no estoy entendiendo nada”.
Como Ferdinand se veía confundido, Cattleya y yo comenzamos a contarle la verdad sobre eso. Le explicamos, que habíamos decidido dejar que nuestra familia plebeya, pensara que nos comunicábamos con los Dioses por medio de ésa extraña lengua, donde obteníamos todos nuestros conocimientos. El cual en realidad, es un idioma que teníamos en común en nuestro mundo anterior. “Por todo esto, decidimos que lo mejor era guardar el secreto, llamándolo el mundo de los sueños, donde hablamos con los Dioses, por medio de ése idioma”. Yo finalicé nuestra explicación.
Mas Ferdinand, no conforme con esta explicación, continuó con el interrogatorio, haciendo muchas preguntas de ése otro mundo. Las cuales respondimos todas y cada una de ellas. “Ya veo. Entonces los inventos que han creado, son cosas que aprendieron y a las que tenían fácil acceso en ese otro mundo, correcto?”. Él preguntó dándose golpecitos en la sien, tap, tap, tap…
Después continuó diciendo. “Puedo ver que guardan muchos secretos, y que han sido muy listas en ocultar la verdad. Debido a que toda esta información es muy peligrosa... si cayera en manos equivocadas”. Él dijo esto mirándonos con un poco de preocupación en sus ojos. “Escúchenme bien las dos, no deben hablar de esto con nadie, y lo que hablemos hoy aquí, no saldrá de esta habitación oculta a menos que yo lo diga, entendido?”. Ferdinand ordenó con severidad.
Y ante esta orden, nosotras respondimos al unísono. “¡Entendido Sumo Sacerdote!”.
“Bien, ahora quiero saber todo sobre sus vidas en ese otro mundo. Necesito tener una idea más clara de su sentido común, para poder entender mejor sus formas de pensar y sus personalidades. Las cuales, por lo que puedo ver, están muy influenciadas por ese otro mundo”. Luego él pidió con cautela.
Yo sabía que Ferdinand nos ayudaría a buscar la forma, de encajar en la sociedad noble. Aunque para eso, debemos contarle todo lo que vivimos en ése otro mundo. Sin embargo, esta vez no cometeré los mismos errores del pasado, por los cuales hubieron muchos malos entendidos entre nosotros, como por ejemplo la división de clases. Es por esta razón, que esta vez, le aclaré a Ferdinand, que en los tiempos modernos de ése otro mundo, la división de clases no está tan marcada, como en este mundo. De igual manera le explicamos, que a diferencia de aquí, el poder se rige mayormente por el dinero o meritocracia, y esto es así, porque allí no existe el maná.
Con todo esto aclarado, yo me dispuse a contarle a Ferdinand, sobre mi vida cuando fui Urano Motosu. Pero cuando estaba lista para comenzar, sentí a mi hermanita apretar mi mano tres veces que significa; “retirada”. Al sentir los apretones, yo me volví para mirarla y saber que estaba sucediendo con ella. Y cuando la miré, ella tenía una expresión de ansiedad en su rostro, y una mirada de miedo en sus grandes y expresivos ojos dorados. Como esto era extraño en ella, yo pregunté preocupada. “¿Qué sucede hermanita?”.
Ya habíamos hablado de esto, pero Cattleya estaba reacia a hablar de su vida anterior. Mas yo sabía, que esto era necesario para que Ferdinand confíe en nosotras y se comprometa a ayudarnos en el futuro, ya que necesitaremos su ayuda para poder cumplir la misión de los Dioses.
“¿En serio tenemos que hacer esto, hermanita?”. Mi gemela preguntó mirándome con súplica.
“Sabes que tenemos que hacerlo tarde o temprano Cattleya, después de lo que ocurrió con el Trombe ayer, con la traición de Arno, los enemigos ocultos como Egmont y la locura de Shikikoza. Todo eso nos enseñó, que los planes pueden fallar en cualquier momento”. Mientras yo decía todo esto, tomé de los hombros a mi gemela y la miré con total seriedad y toda mi determinación.
Después continúe diciendo con firmeza. “Sabes que no podremos solas con todo esto, hermanita. Necesitamos ayuda y Ferdinand puede ayudarnos, él es fuerte, además es nuestro tutor y guardián, sé que podemos confiar en él. Cattleya, si las cosas salieran mal otra vez, como ayer… no quiero perderte, no podría soportarlo…”.
Al decir esto último, mi mente se fue al momento en que mi hermanita era atrapada por el Trombe, y todo por mi culpa… Si yo no hubiera cometido ese error, al intentar ayudar a Damuel, Cattleya habría usado su granada segadora y todo habría sido diferente. Así ella no habría tenido que defenderme y dañarse en el proceso. Si yo no fuera tan débil…
‘Al parecer, sigo cometiendo los mismos errores del pasado, errores que alejaron a mi amada familia de mí y pusieron en peligro a Ferdinand’. Solo de pensar, en perderlos a los dos, mi corazón se llenó de miedo.
“Hermanita tonta, no me manipules así, no es justo, sabes?”. Cattleya dijo esto, mientras limpiaba mis lágrimas con su dedo.
“¡Par de idiotas! ¿Qué voy hacer con ustedes?”. Ferdinand preguntó con exasperación, sacando su pañuelo para limpiar mis lágrimas.
“Oye mentor, ¿tú estás dispuesto a ayudarnos y protegernos?”. Mi gemela preguntó a Ferdinand, mirándolo directamente a los ojos, en busca de algún indicio de engaño.
Por esta razón, Ferdinand la miró con seriedad, y luego nos dijo a las dos. “Cuando acepté ser su tutor y guardián, tomé la responsabilidad de protegerlas de cualquier peligro, y es mi deber ayudarlas en lo que necesiten”. Al decir esto con severidad, Ferdinand no se veía muy contento de que se cuestione la seriedad de su rol como tutor y guardián.
“OK mentor, confiaré en ti, solo si me prometes que protegerás lo más preciado para mí en este mundo; a Rozemyne mi querida hermanita gemela. Debes protegerla como yo lo haría, y que sin importar lo que suceda en el futuro, jamás la dejarás sola. Si me das tu palabra, yo confiaré en ti y te contaré toda mi vida en ése otro mundo ¿Qué dices mentor? Es un buen trato, verdad?”. Cattleya preguntó mirando a Ferdinand desafiante, como si esperara que él se negara a hacer tal promesa.
“E-espera hermanita, ¿no crees que estás yendo demasiado lejos con esto? Además, lo dices como si tú fueras a… desaparecer…”. Yo intervine ansiosa, por esta promesa que exigió mi gemela, ya que se sentía, como si ella supiera que un día ya no estaría más…
“No seas tonta Rozemyne, esto es solo un seguro en el peor de los casos. Después de lo de ayer, necesito saber que si me ocurre algo, alguien fuerte y confiable cuidará de ti, entiendes…”.
No pude seguir escuchando, y solo me aferré a mi hermanita, gritando.“¡¡¡No!!! ¡Lo prometiste, dijiste que no te irías… Shniff… No puedes dejarme!”.
En ese momento, oí a Ferdinand resoplar con exasperación, y luego dijo. “Ustedes dos son un par de dolores de cabeza”. Él se quejó, mirándonos con cansancio.
Después miró a Cattleya con seriedad en sus ojos dorados pálidos, y dijo en respuesta a su pedido con sinceridad y completa seriedad. “Cattleya, Rozemyne, juro por los Dioses que las protegeré de cualquier daño. Ambas son mi responsabilidad y jamás las dejaré solas. Es eso suficiente para ti, Cattleya?”.
Ella al oír el juramento de Ferdinand, se apresuró a responder. “Si, mentor, es más que suficiente para mí… pero no era necesario incluirme en la promesa”. Cuando mi gemela dijo esto, se veía un poco sorprendida, ya que no se esperaba que Ferdinand la incluyera en este juramento.
“Yo le prometí a su padre protegerlas y educarlas a las dos, ambas son mi responsabilidad”. Ferdinand dijo esto con una ceja levantada y un brillo burlón en sus ojos, mientras continuaba diciendo. “Obviamente juraré protegerlas a las dos, tonta”.
“A veces eres tan odioso, mentor. Pero tengo tu palabra y eso es suficiente para mí”. Mi hermanita respondió algo fastidiada, con la actitud odiosa de Ferdinand, quien tiene una lengua filosa con la que corta profundo, sobre todo en situaciones como estas, donde jamás mostrará alguna debilidad. ‘A pesar de estas discusiones, yo sabía que ellos en realidad se llevaban muy bien. Ufufufuu…’.
“¡¡¡Hermanita!!!”. Yo grité abrazando a mi gemela, muy feliz de que obtuviéramos la promesa de Ferdinand, tanto de protegernos como la de nunca dejarnos solas.
‘¡¡¡Yahoo!!! Ahora no tendré que preocuparme de perder ni a Cattleya ni a Ferdinand, porque yo sabía muy bien, que él cumplirá esta promesa a cabalidad. Y eso quiere decir que esta vez, no me separarán de mi amada familia. Cattleya no sabe, ni entiende lo que significa esta promesa para mí… Por ese juramento, Ferdinand esta vez no se irá, no me dejará atrás. Conociéndolo como lo conozco, yo sé que si sucediera lo mismo que en el tejido roto, él encontraría la forma de cumplir con esta promesa, y sin importar qué, regresaría a nuestro lado. Porque Ferdinand, no promete nada que no pueda cumplir’.
“Myne pegajosa, no estamos solas recuerdas, y deja de llorar”. Me regañó mi gemela apartándome de sus brazos.
“Lo siento, es que soy tan feliz”. Me disculpé limpiando mis lágrimas con el dorso de la mano, pero Ferdinand se movió rápido y me limpió las lágrimas con su pañuelo.
“Ok Rozemyne, tú vas primero”. Me indicó mi gemela para que yo comenzara.
Entonces comencé a relatar mi historia, de mis días como Urano Motosu. Le conté a Ferdinand, sobre la chica Japonesa que amaba los libros y soñaba con convertirse en una bibliotecaria. También le conté sobre mis errores, culpas y arrepentimientos, le hablé sobre la madre de Urano y todo lo que me enseñó. Por último, le conté la forma en que morí en ése otro mundo.
Pero por supuesto, no le conté del tejido roto, ni mencioné la misión de los Dioses, ya que habíamos decidido ocultárselo por ahora. Sé que en el futuro tendremos que contarle sobre la misión de los Dioses, y si las cosas se complican demasiado, tal vez tengamos que hablarle del tejido roto.
‘Ahora puedo ver claramente que Cattleya es ese hilo conductor, que los Dioses están usando para reparar y remendar el tejido roto. Ya que hoy, evitó que Ferdinand fuera sacado de Ehrenfest en el futuro’.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Por fin llegamos a esta parte de la historia, donde Ferdinand tomó una decisión muy importante. Es aquí donde todo comienza a cambiar, porque esta promesa o juramento rivalizará con el que le hizo a su padre. Ahora nuestros Shumil🐰🐰traviesos, cazaron un “rey demonio” 😈, y éste, ya no podrá huir de ellos🐰🐰.🤭
Bueno, espero hayan disfrutado de éste capítulo, con recuerdos tristes y con cambios importantes para la trama futura. Pero este Interrogatorio sigue, con el punto de vista de Cattleya y su vida como Hanna Walker.
Próximo capítulo: “Sala de conferencias. (Parte 2)”
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘