
Interrogatorio. (Parte 1)
Pdv: Cattleya
Esa misma tarde, mi mentor vino a cenar con nosotras, junto a casi todos los Linkberg; el padre Karstedt, el abuelo Bonifatius, el hermano Eckhart y el hermano Lamprecht. Este último era el tercer caballero que no pude identificar, durante la subyugación de Trombe. Solo faltaba; madre Elvira, el hermano Cornelius y la cuñada o como yo prefiero llamarla hermana Heidemarie. Y por lo que nos contaron, ellos también querían venir, ya que estaban muy preocupados por nosotras, pero debido a la mala reputación del templo no les fue posible venir. ‘Y eso apesta’.
Después del incidente, del “Ents malvado”, Myne y yo terminamos en cama con fiebre para variar. Sin embargo, como ahora teníamos un médico, bastante bueno debo decir. Ahora nuestros episodios de fiebres, han disminuido mucho últimamente, sobre todo, la duración. Eso era bueno, pero lo que no era nada bueno, eran las asquerosas pociones. La que nos hizo beber hoy fue la peor, Myne la llama la “poción de bondad de Ferdinand”.
‘¡¡¡Diablos!!! ¿Quién le da medicina como esa, a dos niñas pequeñas? Creí que moriría por la asquerosa poción, esa cosa era vomitiva. El hombre es completamente irracional, en mi opinión esa cosa era más veneno que bondad. Mmm… yo lo pondría en una bomba fétida o en dulces vomitivos. Jejejejee…’.
A pesar del desagradable olor y sabor, no puedo negar que la poción es bastante efectiva. Aunque no sé si soporte otra ronda de esa cosa. Pero volviendo a la cena, mi mentor junto a los hombres Linkberg nos interrogaron sobre lo ocurrido hoy en la subyugación de Trombe, como; de dónde salió el extraño resplandor que los cegó momentáneamente, o sea mi “granada de luz”.
Entonces yo volví a disculparme con mi mentor y con el padre Karstedt, bueno con todos los que estuvieron allí, y que fueron cegados por el resplandor de mi “granada cegadora”. Luego tuve que explicarles todo sobre mis experimentos con las bendiciones transformadas en armas. Pero todo esto, se los informé bajo una herramienta mágica de bloqueo de sonido de rango específico.
‘Vaya que son convenientes los artefactos mágicos, eh? Me pregunto si podré crear alguna supergeniales en el futuro? Porque tengo varias ideas muy útiles en mente. Jejejejee…’.
“¿Qué estás planeando ahora Cattleya? Conozco esa sonrisa”. Mi gemela me regañó con molestia.
“N-nada hermanita, solo admiraba el artefacto mágico eso es todo. Ajajajaja…”. Yo di una excusa rápida, y luego me reí con nerviosismo.
Ante la explicación de mis más recientes experimentos, mi mentor se frotaba las sienes con exasperación. ‘Mmm… Ese gesto me parece familiar… Oh, espera, no es el mismo que hace Myne cuando hago mis travesuras o cosas “locas” como las llama ella. Jajajaja… Ahora sé a quien le aprendió estos gestos’. Mientras me percataba de este detalle, no pude evitar reírme al verlos hacer los mismos gestos. ‘Son hasta un poco tiernos, no~?’.
“¡¿Qué es tan gracioso, Cattleya?!”. Mi mentor me preguntó con voz severa y una expresión molesta en su rostro. ‘Oh, oh, creo que lo hice enojar más de lo que ya estaba…’.
“N-nada mentor… yo lo siento mucho, pero no se supone que las cosas salieran así”. Yo me disculpé, y luego comencé a explicarles nuestro proceder. “La trampa que le hicimos a Arno fue para saber si era leal a nosotras o no, como a todos los demás asistentes. También queríamos saber si había algún espía dentro del templo, en específico entre los sacerdotes de túnicas azules. Nunca pensamos que esto llegaría tan lejos como a la orden de caballeros”.
Como en los recuerdos de Myne, era el Sumo Obispo Bezewanst el que provocaba el incidente de la Subyugación de Trombe, yo no creí que esos hechos se repitieran. Sin embargo, yo desconozco los recorridos de los sacerdotes azules durante la fiesta de la cosecha. Supongo que Egmont pasó por la casa Dahldolf con el chisme, antes de regresar al templo.
“Además, la granada la creé pensando en que tenemos enemigos, verdad?”. Yo continué explicando las razones de nuestro comportamiento, aunque más el mío que el de Myne.
“Es obvio que ya sabían de la traición de Arno y que Egmont era un espía de Verónica en el templo. Pero, ¿cómo descubrieron a Arno y a Egmont?”. El padre Karstedt preguntó, muy interesado en saber el método que usamos para cazar las ratas.
“¿Quieres saber cómo atrapamos a las ratas? Pues muy sencillo padre Karstedt, usamos el mismo método que utilizas cuando vas de cacería. Ofreces un cebo lo suficientemente jugoso, y luego esperas a que caiga la presa. Pero si quieres atrapar una presa más grande, debes ser mucho más paciente y usar la presa capturada como cebo…”. Dicho esto, comencé a explicar todo mi plan, de cómo le pedí a Gertha que espiara a Arno.
“¡¿Saben cazar?! ¿Cómo es eso posible? Y quien es Gertha?”. Nuestro padre noble continuó haciendo pregunta tras pregunta, muy sorprendido.
“¡JAJAJAJA…!”. En cambio el abuelo Bonifatius soltó una estruendosa carcajada, y luego exclamó con orgullo. “¡ESAS SON MIS NIETAS!”. Él aprobó nuestras acciones, muy divertido ante una gracia que hicieron sus pequeñas nietas.
“Por supuesto que sabemos cazar, padre Karstedt ¿De donde crees que sacamos las piedras mágicas de Shumil o Zantze? Y Gertha es mi asistente del templo, tiene 8 años y nos juró lealtad con la corona de la Diosa de la luz”. Ante mi respuesta, no solo el padre Karstedt me miraba con incredulidad, ya que ahora todos los Linkberg nos miraban entre aturdidos y asombrados. Pero no mi mentor, él nos miraba con el ceño fruncido, y con sospecha en sus ojos.
“Si, padre Karstedt, lo que dijo mi hermanita es cierto. Ella decidió jurarnos lealtad ante los Dioses, y es por eso que le confiamos esta misión de espiar a Arno. Por lo que fue ella, quien descubrió que el Sacerdote gris estaba pasando información sobre nosotras al hermano Egmont”. Myne continuó explicando, eso sí, sin mencionar la capa de invisibilidad que fabricamos en conjunto.
“A todo esto, oye mentor, ¿me devuelves mi cuchillo por favor? Es un regalo de mis padres adoptivos, es muy importante para mí”. Yo pedí mi tesoro, ese cuchillo ha sido mi compañero de batalla, desde el bautismo de Tuuli.
Ante mi pedido, mi mentor se dio golpecitos en la sien, tap, tap, tap… luego respondió. “Te lo devolveré, pero si prometes no usarlo hasta que recibas un entrenamiento adecuado para usarlo correctamente”.
Cuando mi mentor dijo esto, yo pensé. ‘Pero si yo ya sé utilizarlo correctamente, mi mentor anterior me enseñó a usar un cuchillo’. Mas no podía decir nada sobre mi vida anterior, y mucho menos ese tipo de cosas que prefiero dejar en el pasado.
“No será necesario Ferdinand, yo les prepararé dos espadas de maná y yo mismo les enseñaré a utilizarlas”. De pronto el abuelo Bonifatius declaró esto con seriedad.
Y nosotras al oír que el abuelo nos daría espadas de maná, y nos entrenaría él mismo, nos miramos con sorpresa, y luego gritamos al unísono. “¡¡¡Genial!!! ¡Eres el mejor abuelo del mundo!”.
Aunque no puedo negar, que me sorprendió un poquito, que Myne se alegrara tanto por algo que no fueran libros. Supongo que después de lo ocurrido, ella quiere volverse más fuerte, y no la culpo por ello.
“¡¡¡MIS NIETAS SON TAN ADORABLES!!!”. El abuelo Bonifatius exclamó esto con voz estruendosa, muy abrumado, ante nuestro entusiasmo.
En cambio mi mentor, quien se veía realmente exasperado, dijo. “Si claro, y no cabe duda de que son tus nietas Bonifatius, pero hay un asunto más que me gustaría saber. ¿Están usando mejoras físicas?”. Mi mentor nos hizo esta pregunta escudriñándonos con mirada aguda.
‘Oh, no, creo que nos han descubierto hermanita. Pero bueno, después de mi numerito con Shikikoza, esto era de esperar, verdad?’. Como sea, era obvio que no podíamos decir directamente que sabíamos qué eran las mejoras físicas, así que yo pregunté haciéndome la tonta. “¿Qué son las mejoras físicas?”.
Ante mi pregunta, el que explicó las mejoras físicas fue el abuelo Bonifatius, quien no sospechó nada de nada. Y para cuando él terminó de explicar lo que ya sabíamos, nosotras asentimos con la cabeza con nerviosismo, confirmando que efectivamente estábamos usando las mejoras físicas.
Entonces, ellos al ver esta confirmación, nos miraron con preocupación y tristeza en sus ojos. ‘¿Por qué?’. Yo me pregunté inclinando la cabeza en confusión, ante las reacciones de los hombres Linkberg y de mi mentor. Ya que yo pensé, que nos regañarían como siempre ante este tipo de cosas, pero no fue así.
Lo único que hicieron fue mirarse entre ellos, y luego mi mentor volvió a hablar diciendo. “Esto lo descubrieron por casualidad, correcto? Como la compresión del maná. Sin embargo, es muy peligroso que lo utilicen indiscriminadamente sin el entrenamiento adecuado. Escúchenme bien las dos, deben dejar de usar las mejoras físicas de inmediato”. Nos ordenó mi mentor.
Luego continuó hablando, pero esta vez se dirigió al abuelo Bonifatius y al hermano Eckhart. “Esto no puede retrasarse más, debemos comenzar con el entrenamiento físico desde mañana, para fortalecer sus cuerpos y así puedan dejar de depender de las mejoras físicas. Eckhart, Bonifatius les encargo esta tarea”.
“Entendido, mi Lord”. El hermano Eckhart respondió enérgicamente.
"Yo también podría apoyarlos en eso, cuando no esté de guardia". El hermano Lamprecht se ofreció para ayudar.
“No necesitas pedírmelo Ferdinand, son mis nietas, por supuesto que lo haré. Porque de todos modos, estaba planeando entrenarlas yo mismo”. El abuelo Bonifatius dijo esto, con suficiencia.
“Oye Ferdinand, ¿estarán bien mis niñas entrenando con mi padre? ¿No es eso peligroso?”. Nuestro padre noble preguntó muy preocupado.
“No te preocupes Karstedt, para eso estará Eckhart o Lamprecht, para protegerlas de Bonifatius”. Mi mentor dijo en respuesta para tranquilizar al preocupado padre Karstedt.
“¿De qué están hablando ustedes dos? Jamás les haría daño a mis adorables nietecitas”. El abuelo declaró muy seguro de sí mismo.
“Si como digas, Bonifatius, pero por precaución, Eckhart o Lamprecht estará presente ante alguna emergencia. Asimismo, por precaución tendré que hacer algunos amuletos de protección para las dos. Porque después del ataque de Shikikoza, veo que esto es una necesidad”. Mi mentor continuó diciendo, mientras se daba golpecitos el las sien, ya planeando los amuletos que haría para nosotras.
‘Ok, retiro todo lo malo que he dicho de Ferdinand, ya que el es en realidad un buen mentor, que nos hará amuletos de protección ¡¡¡Yupiii!!!’. Mientras yo pensaba esto, Myne un poco ansiosa, le pidió a nuestro buen mentor que no castigaran tan duramente a Damuel, ya que el caballero layco, hizo lo mejor que pudo para protegernos. Aunque mi mentor no prometió nada, de todos modos tomó el pedido de mi gemela.
La cual no muy satisfecha con la respuesta de su novio, esta vez se dirigió a nuestro padre noble. “Padre Karstedt, ¿puedo tomar a Damuel como mi caballero de la guardia, después de nuestro bautismo?”. Ella preguntó.
“Rozemyne, ¿por qué quieres un layco como Damuel, como tu caballero de la guardia?”. Él preguntó.
“Él me agrada, es una buena persona que nos protegió, incluso cuando Shikikoza le dijo que éramos plebeyas”. Mi hermanita explicó, tratando de convencer al padre Karstedt.
Pero quien respondió a las palabras de mi gemela, no fue nuestro padre noble, sino que mi mentor, diciendo. “Pero él falló en su deber de protegerlas. No creo que sea adecuado para un trabajo tan importante como su seguridad”. Él cuestionó el pedido de mi hermanita.
Al ver a Rozemyne dudar, yo pregunté a mi hermanita si necesitaba un poco de apoyo aquí, por lo que tomé su mano y le di dos apretones; “¿Necesitas apoyo?”. A lo que ella respondió con dos apretones; “Necesito apoyo”.
Así que yo dije para ayudarla. “Si mentor, tienes razón, pero es un tipo agradable, de hecho estábamos teniendo una entretenida charla sobre la subyugación de Trombe, cuando el idiota de Shikikoza se volvió loco y nos atacó. A pesar de que él, pudo hacerse a un lado, y no involucrarse en el asunto, el caballero layco no lo hizo e intentó protegernos de igual manera”.
“Mmm… entiendo hijas. Entonces, ¿quieren a Damuel como su caballero de la guardia?”. El padre Karstedt preguntó, no muy convencido. “Pero, ¿no sería mejor un caballero archinoble para su protección?”.
“Yo estoy de acuerdo con Karstedt en esto. Mis queridas nietas, es mejor un caballero archinoble para su protección”. El abuelo dijo esto, en apoyo al padre Karstedt.
“Lo lamento mucho, pero yo tampoco estoy de acuerdo con ustedes. No después de lo de hoy”. Yo dije en protesta a las negativas de nuestros tutores, por lo que luego continué explicando el porqué de mi oposición, diciendo. “Damuel ya probó su lealtad en un momento de peligro real. Aunque no fue rival para Shikikoza, en cuanto a fuerza y falló. Pero, ¿quién se va a esperar que un compañero te golpeé a traición así?”.
Después de hacer esta pregunta, mi gemela continuó diciendo. “Es como dice Cattleya. Damuel, a pesar de la situación difícil, cumplió con su deber lo mejor que pudo, y demostró su valía hoy, al defendernos incluso de un compañero de la orden de caballeros”. Rozemyne dijo esto con firmeza, ahora con más seguridad luchando por lo que quería.
Todos los Linkberg, que al parecer priorizan más la fuerza que la lealtad, no se veían tan seguros de la idea de confiar nuestra seguridad a un caballero laynoble. Por lo que yo di un último empujón. “Pero el abuelo Bonifatius es superfuerte, verdad? Él de seguro puede entrenar a Damuel para que nos proteja adecuadamente”.
“¡¡¡PERO POR SUPUESTO QUE SU FUERTE ABUELO, ENTRENARÁ A TODOS SUS CABALLEROS DE LA GUARDIA. DÉJENME LO A MÍ!!!”. El abuelo Bonifatius exclamó estruendosamente, muy motivado. ‘Jajajajaa… Es igual que papá Gunther, un tonto cuando se trata de sus queridas nietas. Lo siento mucho por Damuel’.
Mas mi hermanita, aprovechando la motivación del fortachón, dijo. “Oye abuelo, y como tú eres muy respetado entre la orden de caballeros, ¿podrías echarle una mano al padre Karstedt, para corregir el problema de insubordinación de la misma?”.
Ante esta última petición de mi gemela, pude ver a los hombres Linkberg palideciendo, por lo que nuestro padre noble se apresuró a decir. “Hijas ustedes no necesitan preocuparse por esas cosas. Además, mi padre está retirado…”.
“¡¡¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO, KARSTEDT?!! ¡¡¡MIS NIETAS TIENEN RAZÓN!!! ¡¡¡TÚ FALLASTE EN ENTRENAR A LA ORDEN DE CABALLEROS, PERO YO ME OCUPARÉ PERSONALMENTE DE CORREGIR TU ERROR!!!”. El abuelo Hulk rugió de forma tajante, haciendo sudar frío tanto al padre Karstedt como a nuestros dos hermanos mayores.
‘¡Oh, Demonios! Creo que el abuelo los aplastará a todos sin piedad. Rozemyne en ocasiones como estas, es más despiadada que yo, ya que los mandó al infierno a todos sin misericordia, incluido nuestro padre y hermanos nobles. Yo solo los amenacé, pero mi hermanita en serio, en serio los fastidió… Descansen en paz caballeros de la orden. Jejejeje…’.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Otro capítulo que tuve que dividir en dos, por quedar demasiado extenso.😜✌La otra parte la subiré durante la semana.
Bueno, espero que les haya gustado este capítulo, y el cómo se están desarrollando las cosas en este Interrogatorio.😁👍
Próximo capítulo: “Interrogatorio. (Parte 2)”
Y sin nada más que decir, travesura realizada. ¡Gracias por leer mi fic! 😘