
Subyugación de Trombe. (Parte 2)
Pdv: Cattleya
Me había congelado en mi lugar, cuando vi a Damuel en el suelo y a mi hermanita, en las garras del idiota de Shikikoza. Al ver a la pequeña niña siendo jalada del cabello, con lágrimas en sus ojos llenos de horror, y esa expresión de terror en su rostro, me trajeron malos recuerdos de mi vida anterior. Recuerdos que quería olvidar, enterrándolos en lo más profundo de mi mente, mas la escena frente a mis ojos la trajo al presente. Imágenes de la pequeña Hanna siendo jalada del cabello por mis hermanastros y sus burlas, vinieron a mi mente como oleadas, haciéndome sentir vulnerable como en aquel entonces.
Sentí una punzada de dolor en mi pecho ¿Qué era? ¿Mi corazón rompiéndose? No lo sé, pero dolía mucho. Pese al dolor yo recordé mi promesa, me había prometido que nunca más permitiría que alguien me dañara, que lucharía y sometería a todos mis oponentes. Aunque no era a mí a quien estaban lastimando esta vez, esto era mucho peor, ya que a quien estaban dañando era a mi hermanita, mi amada familia...
Cuando fijé mi vista en mi objetivo, sentí como mi mente se enfrió, y todo lo demás a mi alrededor desapareció, y solo tenía un objetivo, destruir a Shikikoza. Mi ira hervía sin control, haciendo que mi maná saliera de la caja en la que había estado guardado.
Lo siguiente sucedió tan rápido, fue en cuestión de segundos. Primero se encendió un interruptor, que se había mantenido apagado; era mi instinto de supervivencia. En este momento, estaba ante un depredador, un enemigo, por lo que la misión era simple; atacarlo en cuanto tenga la oportunidad y rescatar a mi hermanita.
Entonces me preparé en consecuencia adoptando una pose de batalla, una de las primeras posturas de Judo Jigo-Hon-Tai (postura defensiva). Escogí el Judo por la diferencia de tamaño entre mi oponente y yo. Solo debía golpearlo en su punto de apoyo, tal como me había enseñado mi anterior mentor. En ese momento escuché en mi mente sus instrucciones. "Para derribar a un oponente más grande que tú, debes desequilibrar su centro de gravedad, golpea su punto de apoyo, Hanna".
Y así lo hice por puro instinto, me lancé a toda velocidad con mis mejoras físicas, cuando vi que el idiota de Shikikoza, soltó el cabello de mi hermanita y comenzó a tomarse el pecho, por alguna extraña razón. Pero eso no era importante ahora, así que golpeé su punto de apoyo, derribándolo con facilidad. Cuando lo tuve en el suelo inmovilizado con mis rodillas sobre sus hombros, yo perdí el control…
"¡¡¡Gaaaaah!!! ¡Como te atreves a tocar a mi hermanita, maldita sabandija cobarde!". Grité mientras golpeaba con todas mis fuerzas el casco del idiota de Shikikoza, hundiéndolo con cada golpe.
"¡¡¡Gaaaaah!!! ¡Te mataré!". Grité mientras le arrancaba el casco que me estorbaba en mi objetivo, destrozar al maldito idiota a golpes, por atreverse a tocar a mi linda hermanita.
"¡¡¡Katy!!!!". Oí gritar a Myne, mientras golpeaba al idiota, quien estaba de un extraño color púrpura.
"¡¡¡Katy detente, tu maná está aplastando a todos!!!". Gritaba Myne a lo lejos. ‘Oh, así que es por eso que el idiota está de ése color. Pues mejor, así podré golpearlo sin temor a un contraataque’.
“¡¡¿Qué sucede infeliz cobarde, donde quedó tu sonrisa divertida?!!”. Yo pregunté, mientras golpeaba con mis puños al hombre en un feroz castigo.
"¡¡¡Damuel, rápido, llama a Lord Ferdinand!!!". Lloriqueo mi hermanita muy preocupada.
"¡Rott!". Escuché decir a Damuel con dificultad, luego tosió y gimió con dolor.
"¡¡¡Katy por favor detente, yo estoy bien, lo matarás si lo sigues golpeando!!!". Escuché gritar entre lágrimas a mi hermanita. ¡¡¡Los matarás a todos si los sigues aplastando con tu maná!!!”. Ella suplicó desesperada, pero la imagen del asqueroso idiota lastimando a mi linda hermanita estaba muy fresca en mi mente, para detenerme. La ira burbujeaba sin control, no me importaban Damuel, ni Arno, y lo sentía por Fran, pero yo no me detendría…
"¡¡¡Lord Ferdinand, por favor detenga a Katy!!!". Myne suplicó a mi mentor.
"¡¿Pero qué demonios está pasando aquí?!". Mi mentor hizo esta pregunta en un gruñido molesto. "¡¡¡Katy detente!!!". Luego rugió esta orden, antes de sacarme de encima del idiota de Shikikoza.
Pero en cuanto me dejó en el suelo, Myne se lanzó a mis brazos sollozando para evitar que fuera a por Shikikoza de nuevo. "¡Katy por favor detente, yo estoy bien, no me pasó nada”. Dijo Myne apartándose un poco para que viera que se encontraba en perfecta salud. “¿Ves? Estoy bien". Al ver sus grandes ojos dorados, llenos de lágrimas de preocupación y miedo, entonces yo sentí que mi ira se disipaba un poco.
En ese momento el padre Karstedt junto a un montón de caballeros, descendieron en sus bestias altas. "Lord Ferdinand, ¿qué está sucediendo?". Nuestro Padre noble preguntó preocupado, y algo horrorizado al ver a Shikikoza con el rostro desfigurado.
"¡No lo sé, Karstedt. ¿Pueden explicar qué es lo que sucedió aquí!?". Mi mentor preguntó furioso.
"Cof… Esa mocosa salvaje, enloqueció y me atacó de la nada… Cof, Cof". Shikikoza respondió con dificultad, mientras se ponía en pie con la ayuda de otro caballero.
El hombre era lamentable en este momento, y dando lastima, comenzó a hacerse la víctima mintiendo y lanzando veneno en sus palabras. Esto solo hizo que la ira que se había calmado un poco, se encendiera aún más. Quería destrozar con mis propias manos, a la maldita sabandija mentirosa y cobarde.
Por eso yo grité. "¡¡¡TÚ, IDIOTA!!!”. Y mientras gritaba esto, me puse enfrente de él, mirándolo desafiante con toda mi ira contenida, y luego extendí mi puño serrado señalando hacia Shikikoza. “¡¡¡Te atreviste a dañar a mi hermanita. Y por eso, juro que te MATARÉ!!!". Yo lo amenacé.
‘Y vaya que cumpliría esta promesa, tal vez no sería hoy, ni mañana, pero en algún momento cuando llegue el día, cumpliría mi palabra, y acabaría con el maldito...’. Entretanto yo me hacía este juramento en mi mente, toda mi bravuconería se fue volando, cuando fui interrumpida por una extraña vibración en el suelo bajo mis pies. Entonces, todo pasó como en cámara lenta, y fui consiente de que mis puños destrozados goteaban sangre... ‘¡¡¡Demonios, el Ents malvado!!!’.
En mi furia asesina, no me di cuenta que había destrozado mis nudillos, en el proceso de desfigurarle la cara al idiota de Shikikoza. Por lo que no fui consiente de cuanta sangre había caído al suelo, alimentando al Trombe, de los recuerdos de Myne.
El resto sucedió tan rápido que apenas fui consiente de todo… ya que cuando surgió el primer brote lo esquivé torpemente por puro instinto, pero la cosa era tan veloz que me atrapó dónde aterricé. Intenté soltarme desesperadamente, pero ni siquiera con las mejoras físicas, pude huir del maldito Trombe. Las ramas como tentáculos se enredaron en mis tobillos subiendo hasta mis rodillas a una velocidad vertiginosa.
"¡¡¡Maldición!!!". Exclamé mirando a mi alrededor, sin embargo, los caballeros se habían apartado de mí, pero no mi tonta hermanita, quien se lanzó hacia mí gritando. "¡¡¡Katyyyy!!!". Ella tomó las ramas de Trombe con sus manos desnudas, intentando liberarme.
“¡¡¡No te acerques tonta, eso es peligroso!!!”. Oí gritar a mi mentor esta advertencia a mi gemela, pero ella lo ignoró, y como vio que no podía liberarme, se lanzó a mis brazos aferrándose a mí con fuerza.
"¡¡¡Myne!!! ¿Qué haces?". Yo grité tratando desesperadamente de quitarme a mi tonta hermanita de encima. Mas el Trombe hambriento, ya la había capturado, y con un apetito voraz absorbió nuestro maná, fortaleciéndose aún más.
La cosa era tan veloz que se enredó tan rápido en nosotras, que mientras luchaba por liberar a Myne con mis manos, otras ramas surgieron para atrapar mi mano derecha, y cuando intenté liberar mi mano atrapada con la izquierda, esta también fue capturada.
“¡¡¡Karsted no te acerques, todos mantengan la distancia, o el Trombe también los atrapará!!!”. Mi mentor rugió estas órdenes. ‘Y él tenía razón, aunque suene desalmado, esta cosa se alimenta de maná, por lo que si atrapa a más personas, más rápido crecerá. Empeorando la situación’. “¡Y curen a ése idiota para que no siga sangrando!”. Esto lo dijo para que Shikikoza no siguiera goteando sangre, alimentando más al Trombe.
Entretanto esto sucedía, mi mano derecha y mi izquierda, estaban inmovilizadas, por lo que yo estaba entrando en pánico. Tenía que pensar en una manera de salir de esto, pero cómo, si todo estaba pasando tan rápido...
“¡Entonces, ¿qué hacemos? Mi lord, por favor deme sus órdenes!”. Exclamó nuestro padre noble con una expresión de desesperación en su rostro.
“¡Yo me encargo!”. Después de escuchar esta declaración, sentí un zumbido, seguido por un estruendoso ruido que hizo vibrar el suelo bajo nuestros pies. “¡Primero hay que debilitarlo!”. Declaró mi mentor volviendo a cargar su arco, y luego disparó otra tanda de flechas negras a las raíces del Trombe.
En cuanto vi a mi mentor entrar en acción, yo pensé. '¡Estamos salvadas!'. Entonces yo solo quería una cosa, por lo que grité. "¡¡¡Mentor, quítame a Myne de encima!!!". En este punto estaba desesperada.
‘Todo esto era mi culpa, perdí el control en mi furia, por lo que no podía permitir que Myne saliera lastimada… no por mí...’.
"¡¡¡No!!! ¡Lo prometiste, dijiste que no te irías!". Gritó Myne aferrándose con más fuerza a mí.
"¡Karsted, intenta recuperar a Myne primero, y no te dejes capturar!”. Mi mentor ladró órdenes al padre Karstedt. Luego continuó diciendo. “¡Yo continuaré debilitando al Trombe con mis flechas!".
"¡Estoy en ello, mi lord!". El caballero comandante respondió esto, mientras se movía con rapidez cortando con su espada negra, las ramas como tentáculos que crecían e intentaban atraparlo. Pero el hombre era muy rápido y hábil, por lo que el “Ents malvado” perdió interés en él muy pronto, y se centró en atraparnos a nosotras. Teníamos más maná, así que su objetivo éramos nosotras.
La maldita cosa se enredaba en Myne y en mí, a una velocidad vertiginosa. Debido a esto, nuestro padre noble, quien cortaba las ramas del Trombe con gran destreza, exclamó desesperado. "¡¡¡Por los 7 eternos!!! ¡¿qué está sucediendo?!". Él estaba frustrado, por no poder liberarnos y recuperar a Myne, ya que de cada una de las ramas que cortaba, crecían dos o tres para reemplazarla.
"Lord comandante, permítanos ayudar". Pidieron tres caballeros que aparecieron detrás de él. Pude identificar a dos de ellos, uno era Damuel, quien había terminado de bendecir su arma con el poder del Dios de la oscuridad, y el otro era el hermano Eckhart, pero al tercero no pude identificarlo.
"¡Rápido, corten las ramas que envuelven a Myne, pero bajo ninguna circunstancia permitan que el Trombe los capture!". El padre Karstedt ordenó esto a los caballeros, sin dejar de cortar las ramas que no cesaban de crecer y fortalecerse.
"¡Si señor!". Respondieron a coro los caballeros recibiendo sus órdenes, y sin perder el tiempo se lanzaron a cortar las ramas que ahora eran más gruesas.
Aunque las flechas negras de mi mentor, detenían el acelerado crecimiento del Trombe, mas este pronto se recuperaba y volví a crecer. Ahora nuestros pies ya no estaban en el suelo, ya que el Trombe había crecido un poco, formándose un pequeño tronco con raíces. Viendo esto yo supliqué en voz baja. "Padre Karstedt, quítame a Myne de encima. Por favor sálvala…". En este punto estaba en un completo pánico, porque podía sentir como el Trombe se enredaba cada vez más en mi tonta hermanita.
"Yo juré protegerlas a ambas, y cumpliré mi deber y las sacaré a las dos de allí". Él respondió con una expresión de preocupación, pero con tal determinación, continuó cortando las ramas del Trombe. Las cuales sin importar que tanto las cortaran, cada vez eran más y más gruesas. La cosa era realmente aterradora, y ya no me parecía nada genial.
Cuando pensé que esto no podía empeorar, el Trombe al enredarse alrededor de mi cintura, con la presión rompió la “granada de luz” en mi bolsillo, provocando un destello de luz al escapar de la botella tanto la bendición como el resto de su contenido. Esto segó momentáneamente al padre Karstedt, a mi mentor, junto a todos los que estaban viendo la escena en el lugar. Y como si esto fuera poco, el destello no duró mucho, porque el maldito Trombe hambriento absorbió el maná que se liberó de la botella, dándole aún más fuerza, haciendo que creciera el doble de rápido en cuestión de segundos.
'¡¡¡Diablos, que estúpida soy, debí lanzarla antes de que Shikikoza atacara!!!'. Yo me lamenté por mi estupidez, totalmente encandilada por el destello de luz.
"¡¡¿Pero qué demonios fue eso?!!". Mi mentor gruñó esta pregunta con voz cargada de furia.
"¡¡¡Maldición, ¿qué fue eso?!!!”. Oí maldecir a los caballeros a nuestro alrededor.
“¡¡¡Por todos los Dioses!!! Y ahora, ¿qué está sucediendo?!". Pude oír exclamar al padre Karstedt, quien se había detenido en su trabajo de cortar las ramas del Trombe, no, en realidad todos se habían detenido.
Y entretanto ellos se recuperaban del encandilamiento momentáneo, el estúpido Trombe se había recuperado por completo, envolviéndose en nosotras a gran velocidad, elevándose más y engrosando sus ramas.
"Lo lamento tanto, es mi culpa, yo traje una “granada de luz” para protegernos, pero...". Yo me disculpé desvaneciéndome al final, ya que no tenía sentido explicar eso en esta situación desesperada. Por lo que yo continué suplicando. "Por favor mentor, salva a mi hermanita".
"No, no es tu culpa Katy, es mi culpa… Shniff.. si yo no me hubiera alejado de ti, nada de esto habría sucedido". Myne replicó entre sollozos, culpándose así misma.
"¡Cállense las dos par de tontas. Hablaremos de eso más tarde, ahora debemos liberarlas de este maldito Trombe!". Nos regañó mi mentor, con el ceño fruncido irritado y frustrado, porque todo sus intentos por liberarnos fracasaban. "¡¡¡Karstedt, solo sigue cortando las ramas!!!". Luego rugió más órdenes.
El padre Karstedt que se veía igual de frustrado y molesto, rápidamente siguió cortando las ramas, junto al hermano Eckhart y a los otros caballeros con sus espadas y cuchillos con la bendición del Dios de la oscuridad. Y con ellos, cortaban las feroces ramas que se enrollaban violentamente alrededor de nosotras, sin cesar ni un momento. Entonces mi mentor volvió a disparar sus flechas negras, en el tronco que se había formado, deteniendo momentáneamente el crecimiento del Trombe.
"¡Lord Ferdinand, ¿qué está pasando? Esto no es normal de seguir así...!". Padre Karstedt exclamó desesperado, porque para este entonces ya estábamos a su altura de lo mucho que había crecido el Trombe, y nuestros cuerpos ya estaban casi por completo cubiertos por las ramas. Las cuales cortaba, pero salían dos o tres para reemplazarla.
Pero mi mentor lo interrumpió igual de desesperado, porque él también se había percatado de que algo andaba mal. "¡Yo tampoco entiendo qué está pasando, Karstedt. El Trombe ya debería haberse detenido y podrido, pero algo la está alimentando y revitalizando de forma anormal!". Él explicó completamente preocupado e intrigado por lo inusual de la situación.
"¡Ferdinand, sus manos... Katy tiene heridas sus manos... eso está alimentando al Trombe!". Myne lloriqueo esto, recordando que ella había sido herida por Shikikoza en el tejido roto. ‘Cierto, por eso la maldita planta se enredó en mis manos con tanta fuerza. Está bebiendo mi sangre junto con mi maná…’.
"¡¿QUÉ? ¿No era sangre de Shikikoza?! ¡¿ESTÁN HERIDAS?! ¡¡¡INÚTILES, INCOMPETENTES!!! ¡¿De qué sirvió que dejaras guardias para proteger a las doncellas del santuario, Karstedt?!”. Mi mentor escupió todo esto realmente furioso, mientras miraba a Damuel y a Shikikoza con mirada asesina.
Pero luego cambió su objetivo a nosotras y nos regañó. "¡Y ustedes dos, par de tontas ¿Por qué no lo mencionaron antes?!".
"Lo lamento mucho mentor". Yo me disculpé, maldiciéndome internamente por perder el control y provocar todo este lío. '¡¡¡Que estúpida!!!'. Quería llorar, pero no podía sucumbir a la desesperación, ya que había arrastrado a mi hermanita en todo esto, por un arranque de ira…
"Myne perdóname, yo te arrastré a todo esto… debiste alejarte tonta ¿Por qué no me hiciste caso?". Yo pregunté reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir.
"¡¡¡Eso jamás!!! ¡No permitiré que me dejes tan fácilmente…Shniff… vinimos juntas a este mundo, y nos iremos juntas hermanita!”. Myne declaró aferrada a mí. “En esta vida o en la siguiente…". Ella dijo esto último en un susurro que solo yo pude oír.
"¡Cállense las dos par de idiotas, es muy pronto para saludar a la pareja suprema. Y dejen de llorar, sus lágrimas también contienen maná!". Mi mentor nos regañó muy molesto.
Luego dio órdenes al hermano Eckhart y a los otros dos caballeros, para que ayudaran a padre Karstedt a liberar mis manos que aprisionaba el Trombe. Entonces el hermano Eckhart se movió rápido, obedeciendo las órdenes de su Lord. Y comenzó cortando las ramas que aprisionaban mi mano derecha rápidamente, pero con cuidado de no dañarme y provocar otra herida, empeorando la situación.
"¡Nnghh!". Myne hizo éste extraño sonido, cuando uno de los tentáculos se le enredó en el cuello estrangulándola.
"¡¡¡Myne!!! ¡¡¡Alguien por favor ayúdenla, su cuello, rápido!!!". Supliqué perdiendo la cabeza y la poca tranquilidad que me quedaba. Intenté morder la maldita rama, pero no me fue posible alcanzarla por el ángulo, y porque yo misma ya tenía ramas en mi cuello.
"¡Karstedt, rápido!". Mi mentor ordenó, sin dejar de atacar al Trombe con sus flechas.
A lo que rápidamente el padre Karstedt tomó la rama, diciendo. “Ustedes continúen liberando sus manos. Ya casi terminamos”. Él decía esto, mientras cortaba la rama limpiamente, liberando el cuello de Myne. "¡¡¡Hermanita, ¿estás bien?!!!". Yo pregunté en un completo pánico, al ver que Myne estaba mortalmente pálida con los ojos serrados. Y como no reaccionaba, yo grité. “¡¡¡Myne!!!”.
"Cof... Cof ... Cof". Entonces ella tosió, y luego respondió débilmente. "Estoy bien hermanita". Aunque ella dijera eso, yo sabía que no era así.
En ese momento, mi mentor se acercó diciendo. "Ahora tendré que liberar la bendición del Dios de la oscuridad, para poder sellar las heridas con repulsión de maná. Esa es la única forma de sellar la herida, dada las circunstancias". Él explicó con severidad, mientras transformaba su arco en una varita, listo para sellar la herida de mi mano, ahora libre.
"Karsted, Eckhart prioricen liberar la otra mano, y corten esas ramas en el cuello de Katy". Mi mentor continuó ladrando órdenes.
"¡Si, señor!". Respondieron todos, cumpliendo con las órdenes dadas.
"Katy, esto va a doler, aguanta". Mi mentor dijo esta advertencia, y sin esperar respuesta comenzó a sellar las heridas abiertas en mis nudillos.
"¡¡¡Gaaaaah!!!". Grité cuando una presencia extraña invadió violentamente mi cuerpo, provocando que mi maná reaccionara, defendiendo mi cuerpo de la presencia extraña, sellando la herida. El dolor fue horrible, y la sensación asquerosa, por lo que apreté los dientes, reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir.
"¡¡¡Katy!!!". Myne gritó en pánico.
En ese momento estaba mareada, sentía que mi conciencia se desvanecía. "Estoy bien... Hermanita...". Dije débilmente, tratando de mantenerme consciente para tranquilizar a Myne.
"¡¡¡Maldición Ferdinand, esta cosa no se detiene!!!". Nuestro padre noble gritó esto desesperado, el hombre parecía estar perdiendo la cabeza.
“Lo sé Karstedt, pero ya no puedo usar mis flechas negras...”. Mi mentor respondió con frustración.
“M-mentor... mi bolsillo izquierdo... túnica… un cuchillo…". Dije entre la conciencia y la inconsciencia. ‘No pensé en que tendría que usar mi último recurso, hasta había olvidado que lo traía conmigo’.
"¡¿Que trajiste qué?! Ahora no importa, hablaremos de esto más tarde". Mi mentor dijo esto irritado, entonces pude ver que su ira estaba muy viva bajo la superficie. En otras circunstancias me habría estremecido de miedo, pero ahora ni siquiera sabía si saldríamos vivas de esta… así que ya no me importaba.
En cuanto el hermano Eckhart, con la ayuda del otro caballero liberaron mi bolcillo izquierdo, sacaron mi cuchillo de caza, y luego se lo entregaron a mi mentor de inmediato. El cual sin perder el tiempo comenzó a ayudar al padre Karsted a liberar mi mano izquierda, para poder serrar la herida. Y esto era lo más difícil, ya que el Trombe luchaba más duro para cubrirlas y alimentarse del maná de mi sangre. Entretanto los otros caballeros, cortaban las ramas que se enrollaban peligrosamente en el cuello de Myne o en el mío.
Para cuando por fin liberaron mi mano izquierda, mi mentor comenzó inmediatamente a sellar las heridas. "¡¡¡Gaaaaah!!!". Grité, y mi visión se nubló por el dolor.
"¡Hermanita... resiste... ya casi termina...!". Escuché la voz quebrada y débil de Myne, que luchaba al igual que yo, por mantenerse despierta.
En este punto ya no podía mantenerme consciente. Mi cuerpo se sentía frío, se me habían tapado los oídos y no podía mantener mis ojos abiertos.
'¡Mier#@!'. Mientras maldecía internamente, me sumergí en la espesa bruma de la inconsciencia...
********************************************
¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Cuanta tensión en éste capítulo, no? 😬 Y otro capítulo que queda en lo mejor. 😅 Pero mientras lo editaba me di cuenta que este capítulo tenía varios errores, por lo que al arreglarlos se me alargó mucho, así que en vez de 3 partes tendrá más.🤷♀️
Como sea, espero lo hayan disfrutado, porque escribir secuencias de acción con muchos personajes en escena y un montón de cosas pasando muy rápido, es realmente difícil.😜✌Espero haberlo hecho bien.😁👍
Próximo capítulo: “Subyugación de Trombe. (Parte 3)” con otro punto de vista de Cattleya.
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘