Reunión con los Linkberg. (Parte 1)
Pdv: Ferdinand
Cuando las hijas de Karstedt se fueron, todos en la habitación nos habíamos quedado en un completo silencio. El cual fue roto por Karstedt, quien dijo. “Mis pequeñas hijas son asombrosas… Pero esta conversación me dejó realmente agotado”. Mientras Karstedt decía esto, se desplomó en su asiento de una manera muy poco noble.
“Ni que lo digas, ese par de Shumil son realmente un dolor de cabeza, y una tormenta de emociones sin ningún control”. Yo me quejé, de las dos razones de mi punzante y creciente dolor de cabeza.
“Mi lord parecía disfrutar de la discusión con las pequeñas princesitas. Es más, creo que lord Ferdinand, nunca había mostrado tan abiertamente su interés en algo, como lo hizo hoy”. Se burló mi descarado asistente erudito con una sonrisa desagradable en su rostro, mientras decía este montón de tonterías.
Yo molesto, lo fulminé con la mirada por su innecesario comentario, y luego dije. “No se te pidió tu opinión, Justus. Más importante, Karstedt, creo que lo mejor aquí, sería tener una reunión con Elvira cuanto antes, para comunicarle todo lo ocurrido en esta reunión. De igual forma, tendremos que planificar lo que haremos con las niñas en el futuro, debemos ponernos de acuerdo para poder protegerlas de la mejor manera posible”.
“Tienes razón, Elvira estaba muy preocupada por las niñas. Será mejor hablar con ella lo antes posible, ¿te parece esta misma noche, Ferdinand?”. Karstedt preguntó muy ansioso.
“Una reunión tan precipitada, ¿no representará un problema para Elvira? Aunque tienes razón en que esta situación lo amerita. Pero si no hay inconvenientes para Elvira, estaré allí para la cena”. Yo respondí al ansioso Karstedt, quien me miró agradecido por aceptar su invitación.
“No te preocupes, Ferdinand. Elvira estará mas que feliz de que vengas a cenar esta noche. De hecho eso la pondrá de muy buen humor, pero debo informarle de inmediato, que vendrás a cenar”. Karstedt dijo esto, poniéndose en pie. “Entonces nos vemos mas tarde”.
“¿Lord Ferdinand, vendrá a cenar a casa de mis padres? Heidemarie estará encantada”. Eckhart dijo esto con entusiasmo.
Viendo esto, y como ya no necesitaba sus servicios, lo despaché de mis aposentos junto a Karstedt, porque de seguro tienen preparativos que hacer. Además de informar a sus esposas lo ocurrido en esta reunión. Pero Justus en cambio se quedó conmigo, ya que necesito que me sirva durante la cena de esta noche.
Una vez se hubieron ido los Linkberg, Justus me pidió que le permitiera seguir yendo a la ciudad baja para seguir recopilando información, sobre las actividades de las gemelas. Por supuesto, yo sabía que no solo era por esta razón, sino que también era porque se lo estaba pasando en grande en esta misión. Aunque de igual forma, era una excusa para seguir sirviéndome, debido a esto se lo permití, pero con la condición de que no llamara demasiado la atención.
“¿Qué piensas de las gemelas, Justus?”. Yo pregunté, ya que quería saber su opinión e impresión de las niñas. Él, suele tener una impresión muy diferente de las personas, y puede haber visto algo en ella que yo no.
“Bueno mi lord. En mi opinión, las princesitas no solo son demasiado astutas y listas para su edad, ellas fueron muy cautelosas y nunca bajaron la guardia, aunque en momentos parecía que si… Ellas dominaron las negociaciones e hicieron que lord Karstedt aceptara todas y cada una de sus demandas. Sinceramente mi lord, si no las hubiera visto, no lo habría creído”. Justus mencionó todo en lo que yo había estado pensando.
Las sinvergüenzas usaron la culpa de Karstedt para manipularlo. Luego hablaron con tal elocuencia, para lograr hacer un nuevo negocio en el templo, a lo que no pude negarme, y solo me quedó aprovechar la situación para quitarme el cargo de Sumo Obispo de encima. ‘Aunque su última estrategia de persuasión fue muy desagradable en mi opinión, esa mirada suplicante fue un recurso que de seguro funcionará con Karstedt, cada vez que quieran conseguir algo de él’.
Mientras yo pensaba en esto con un poco de irritación, Justus continuó hablando. “Nunca imaginé esto, cuando los comerciantes nos advirtieron sobre lo listas que son las gemelas… eso y sin mencionar las demostraciones de afecto tan “libres”, aunque yo las llamaría inapropiadas”. Por lo visto, mi asistente erudito tiene las mismas impresiones que yo, sobre las niñas.
“Exactamente. El hecho de que hayan descubierto como liberar mana de sus cuerpos, e incluso manipularlo al punto de experimentar con él, es realmente preocupante, pero fascinante. Sus altos niveles de maná y además, al parecer son idénticos…”. Al decir esto, me hice muchas preguntas sobre que sucede con el maná de los gemelos. ‘¿Serán idénticos o tendrán diferencias? Y si son idénticos, ¿podrán utilizar una misma Jureve o una bestia alta, e incluso herramientas mágicas como los objetos divinos?’. Como es extraño que ambos tengan el mismo nivel de maná, es difícil encontrarse con gemelos criándose juntos y con un mismo estatus. Sin duda éste caso es muy inusual, y me atrevería a decir que es único en su tipo.
Con estas preguntas en mente, yo continué con el siguiente punto importante. “En cuanto a sus desvergonzadas demostraciones de afecto, sin duda es motivo de preocupación. Y me temo sea difícil moderar estas inapropiadas acciones, pero debe hacerse, para que por lo menos, no las hagan en público”. Yo mencioné mi preocupación sobre éste asunto, después de conocerlas.
‘Tendré que corregir sus impulsivas acciones pronto, antes de que cometan errores como el de hoy en el futuro. Pero tendré que poner especial atención en sus experimentos, o esto puede salirse de control y podrían hacerse daño, el par de idiotas’.
Entretanto pensaba en esto, Justus continuó hablando de sus impresiones, al conocer a las gemelas. “Otra de las peculiaridades que noté en ellas, fue que no solo están bendecidas por Cuococalura, por Kunstzeal y Mestionora, sino que también, están muy bendecidas por Angriff y Efflorelume. Esta es una mezcla de bendiciones bastante extraña, no lo cree mi lord?”. Justus preguntó esto con un brillo de curiosidad en sus ojos.
No puedo negar, que él tenía razón en esto también. Esta es otra de mis preocupaciones, ya que las niñas tienden a lanzarse al peligro, sin medir consecuencias. ‘Algo muy característico en los hombres Linkberg… Pero extraño en una dama’. Con esto en mente, yo comenté distraídamente. “En esto me recuerdan a Bonifatius”.
“Ciertamente, mi lord. Ya puedo ver a lord Bonifatius, dando un montón de problemas cuando se entere, de que todo el tiempo tuvo lo que su corazón tanto anhelaba, y no una sino dos hermosas nietas. No creo que podamos mantener al hombre, lejos de ellas por mucho tiempo”. Justus mencionó, una de mis muchas preocupaciones.
‘No cabe duda que Bonifatius será un problema y un peligro más, para las pequeñas y frágiles niñas. Si no tiene cuidado, el hombre podría enviarlas a saludar a la pareja suprema en un abrir y serrar de ojos…’.
Entretanto yo pensaba en esto con preocupación, mi asistente erudito continuó hablando. “Pero mi lord, no cree que las niñas están muy bendecidas por Efflorelume, también? En mi opinión, yo creo que lord Karstedt en el futuro tendrá grandes problemas con esto, ya que las niñas tendrán una gran cantidad de admiradores”.
Cuando Justus mencionó esto, yo no pude negar que éste asunto será otro problema en el futuro, debido a lo valiosas que son las niñas; con todas las industrias que están creando en el ducado, su gran cantidad de maná y una buena posición como hijas de la casa Linkberg, eso las convierte en un excelente partido para un matrimonio político.
Sin embargo, eso no es lo único que las vuelve codiciables, ya que no puedo negar que las gemelas están muy bendecidas por Efflorelume; con sus largos y lustrosos cabellos azul medianoche, bendecido por el Dios de la oscuridad, y ojos dorados como la luna, bendecidos por la Diosa de la luz. Definitivamente, crecerán para convertirse en bellezas…. Pero ahora eso no es lo importante.
“Me preocupa más su salud, ya que son demasiado pequeñas para su edad. Lo más probable es que estén comprimiendo inconscientemente, y puede que incluso tengan maná endurecido. Tendremos que hacer una Jureve para las dos niñas, y eso quiere decir que tendremos que recolectar ingredientes. Justus necesitaré que te prepares en consecuencia”. Yo ordené a mi asistente erudito.
“Entendido, mi lord”. Justus respondió con una sonrisa complacida en su rostro, por haber recibido una nueva orden.
Después de esa pequeña charla con Justus, almorzamos y una vez que dejé todo en orden en el templo, nos dirigimos a mi mansión, donde Lasfam salió para recibirnos. Allí me cambié de ropa con la ayuda de Justus, a un atuendo más apropiado para la ocasión. Y en cuanto estuve listo, Junto a Justus me dirigí a la finca de los Linkberg.
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Al llegar allí, tanto Elvira como Heidemarie salieron a recibirme con un claro entusiasmo, al igual que mi caballero juramentado Eckhart. Luego de dar nuestros nobles y cordiales saludos, como dicta la etiqueta noble, nos dirigimos al comedor donde comenzamos una charla ligera y casual, nada de verdadera importancia.
Muy pronto se sirvió la cena, y todo lo que se sirvió, era comida a la que ya estaba acostumbrado. Entonces me pregunté. ‘¿Cómo será la comida de las gemelas? Si los dulces son tan buenos, ¿su demás comida, será igual de buena? Mmm… Creo que tendré que esperar hasta finales de otoño, cuando abran su restaurante para averiguarlo. A menos que traigan un Chef con ellas al templo… ¿Por qué estoy pensando en la comida, de ése par de Shumil desvergonzados?’. Yo pensé con un poco de curiosidad, pero también estaba extrañado y molesto por mi tren de pensamiento.
Para cuando terminamos de cenar y se sirvió el té, Karstedt procedió a despejar la habitación de asistentes. Esto, a excepción de Justus, quien a mi señal, instaló una herramienta mágica de bloqueo de sonido de rango específico. ‘Bien es hora de pasar a la conversación importante’.
Con esto en mente, yo comencé con la conversación. “Bueno Elvira, creo que Karstedt ya te ha puesto al tanto, sobre nuestra reunión de hoy con las gemelas y su familia adoptiva, no es así?”. Yo pregunté esperando que Karstedt, ya hubiera puesto al día con los acontecimientos, a las damas presentes.
“Así es, lord Ferdinand, Karstedt me ha contado superficialmente, algunas cosas muy interesantes sobre las niñas. Siendo más específica… este hombre en realidad, no a dejado de alardear de sus increíbles hijas, por eso prefiero escuchar lo que usted piensa sobre las niñas. Creo que lord Ferdinand será más objetivo en su evaluación”. Elvira dijo esto, con elocuencia y con un brillo de curiosidad en sus ojos.
‘Al parecer, Elvira está bastante receptiva ante la idea de recibir a las hijas de Karstedt. Y esa es una muy buena noticia para las niñas’.
“Puedo ver a mi tonto primo haciendo eso, ya que quedó completamente embobado y cautivado por sus pequeñas hijas. Pero eso no servirá, porque ya están demasiado mimadas por su familia adoptiva”. Mientras decía esto, recordé la cara de Gunther, cuando las niñas lo llenaron de elogios, por su apoyo en sus esfuerzos por convencernos, de que las dejáramos ser directoras del orfanato.
‘No hay duda alguna, de que Gunther las a malcriado demasiado. Y por lo que veo, con Karstedt y Bonifatius no será diferente’.
“Entiendo lord Ferdinand. Dígame entonces, ¿qué nos recomendaría usted? ¿Qué deberíamos hacer con la educación de las niñas? Me imagino que deben estar muy atrasadas con su educación noble, y no deben tener nada de educación de dama”. Elvira como siempre es muy asertiva, y dio justo en el punto al que quería llegar.
“Exactamente, yo me encargaré de educarlas en lo académico y en el harspiel. Asimismo, corregir algunas conductas inapropiadas y guiarlas en algunas cosas sobre la sociedad noble. Pero hay límites en la educación que yo puedo proporcionarles, y es aquí donde ellas necesitarán de tu ayuda, Elvira”. Las gemelas no encontrarán mejor mentora y apoyo en la sociedad de damas, que Elvira.
“¿Lord Ferdinand, educará personalmente a las niñas? Que envidia, siquiera son dignas de que mi lord, dedique su valioso tiempo en educarlas”. Heidemarie preguntó esto en un tono molesto y desdeñoso.
“Heidemarie, ya te lo dije, mis hermanitas son muy listas, tanto que mi lord las quiere como sus aprendices. Tú no estuviste ahí, pero las niñas sostuvieron una conversación de investigación como iguales con mi lord, por supuesto que son dignas”. Replicó Eckhart en defensa de sus nuevas hermanitas.
“¡Oh, my! ¿Es eso cierto lord Ferdinand? ¿Existen niñas que pueden hacer algo como eso? Es una verdadera lástima, que no pudiera estar ahí para verlo yo misma”. Dijo Elvira tapándose la boca delicadamente, mientras me miraba con diversión.
“Bueno, solo puedo decir que las niñas están muy bendecidas por Mestionora. Son realmente listas, yo diría que demasiado para su propio bien. Aunque una de ellas, es de tener en cuenta, y me atrevería a decir que es hasta algo peligrosa… Me refiero a Cattleya, la niña es muy hábil con las palabras… tanto que guió la conversación por el rumbo que ella quiso, todo el tiempo….”. Yo dije, recordando la sonrisa astuta y triunfante en su rostro, que no era para nada acorde con su edad y apariencia. Ver esto, me hizo subir la guardia demasiado tarde, cuando la mocosa ya había logrado lo que quería. ‘¡Maldición! Creo que las subestimé... Pero eso no volverá a suceder’.
“Que mi lord elogie así a las niñas, es algo sorprendente. Pero que mi lord llame a una de ellas peligrosa… Eso es preocupante ¿No sería mejor observarlas y decidir con más calma, si es buena idea o no, traerlas a la sociedad noble? Porque debemos recordar, quién es su madre…”.
“¡Heidemarie!”. Exclamó Eckhart deteniendo a Heidemarie, antes de que dijera más y causara problemas entre sus padres.
“Heidemarie hija, entiendo tu preocupación, sobre todo después de lo que has vivido”. Elvira se apresuró a decir esto, para calmar el ambiente tenso que se había instalado entré Karstedt y Heidemarie. Luego continuó hablando. “Pero, ¿no crees que estás juzgando a las niñas, demasiado pronto? Por lo menos, deberías darles una oportunidad de demostrar su valía”.
“Mis hijas no son peligrosas, ella son las niñas más dulces y tiernas que he visto jamás. Pero eso no es lo más importante, ya que la verdadera diferencia entre su madre y ellas, es la forma en que las han criado. Ellas son honorables y creen en la palabra de alguien como yo, quien les falló…. La bondad que me mostraron, los valores y principios de los que hablaron, son inexistentes e impensables dentro de la sociedad noble. Ellas no dudaron en defender a niños abandonados como ellas, niños que ni siquiera conocen y que no deberían ser una preocupación para ellas. Sin embargo, ellas están dispuestas a ayudarlos”. Karstedt defendió a sus pequeñas hijas, del ataque de Heidemarie.
Entiendo el prejuicio de Heidemarie hacia las niñas, por la madre que las trajo a éste mundo. Pero no puede estar más equivocada, en comparar a las pequeñas con su madre, ya que las niñas son demasiado bondadosas, blandas y transparentes. Al contrario de lo que piensa Heidemarie, yo he dudado de exponerlas a este mundo noble vicioso, lleno de intrigas, traición y muerte…
‘Más no puedo pensar así, debido a que las niñas traerán gran prosperidad al ducado con sus industrias. Y es por esto mismo que no hay otra opción, esta es la única forma de protegerlas’. Pensando en esto, yo dije Para corregirme. “Creo que no me expliqué bien, cuando la llamé peligrosa, me refería a su inteligencia. Por lo que dijo su propia hermana gemela, la niña descubrió como utilizar el maná, para hacer que sus productos duren más tiempo. Eso y quién sabe que otras cosas más a estado haciendo, y ni siquiera ha sido bautizada, ni tampoco ha asistido a la Academia Real. Pero eso no es todo, porque su hermana Rozemyne no se queda atrás, ella descubrió una forma de hacer papel mágico de Trombe, cuando está en su estado de brotes, eso fue realmente fascinante”. Yo me expliqué mejor, para que la idea de educarlas fuera mejor recibida por Elvira y Heidemarie.
‘También mentiría si dijera, que no me interesa saber sobre las investigaciones y experimentos que están realizando las gemelas’.
“¡Oh, mi Dios! Para que lord Ferdinand diga semejantes elogios a las niñas, deben ser simplemente maravillosas, y no puedo esperar para conocerlas”. Exclamó Elvira poniendo su mano en la mejilla en un elegante gesto de sorpresa y emoción. “Oh, pero dígame lord Ferdinand ¿Qué más deberíamos tener en cuenta, para la correcta educación de las niñas?”. Preguntó Elvira con entusiasmo, por la perspectiva de tener dos hijas bendecidas por Mestionora.
“Pues hay muchas cosas que corregir en ellas, Elvira. Y creo que es importante que sepas, que las niñas tienen conductas, que les traerán problemas en la sociedad noble en el futuro. Como por ejemplo; su sentido de la distancia, es muy importante corregir esta conducta en ellas. Las niñas se toman de la mano, se abrazan y besan sin importar quién esté en frente de ellas. Estas conductas deben ser corregidas lo más pronto posible”. Yo expresé a Elvira, mi preocupación por los problemas que les traerán este tipo de comportamiento impropio en el futuro.
No se puede negar, el profundo amor que se tienen las hermanas. ‘Aún tengo fresca en mi memoria, la escandalosa exhibición de ese par de Shumil desvergonzados.... Sin duda su amor familiar se ha salido de proporciones. Me pregunto, ¿qué se siente, tener un hermano gemelo? Y si siempre están juntos, ¿tendrán los mismos colores en su maná? Lo más probable, ya que el escudo de Schutzaria se activó después de que ambas niñas donaran su maná. Algo muy extraño e interesante’.
Al pensar en esto, sentí mucha curiosidad por saber más sobre este asunto. Tendré que hacer un poco de investigación aquí. Pero ahora no es el momento de pensar en mi futura investigación, así que continué informando a Elvira. “Por esta razón, las niñas necesitan con urgencia, entrenamiento de dama. Esto te lo confiaré completamente a ti, Elvira. No creó que nadie más pueda formarlas mejor que tú, en esto. Asimismo, necesitan una guía y enseñanza en el lenguaje con eufemismos nobles, ya que por lo que pude ver, son demasiado francas y directas para comunicarse”. Yo finalicé con mis peticiones y preocupaciones a Elvira.
“Puedo ver que tengo mucho trabajo por delante, educando a las niñas entonces. Y tenga por seguro lord Ferdinand, que estaré a la altura de sus expectativas”. Elvira dijo esto, con un brillo radiante en sus ojos que iluminó todo su rostro, por la perspectiva de tener un par de niñas pequeñas para educar y mimar.
‘En este momento, quería suspirar exasperado, ante el inevitable futuro de éste par de mimados Shumil. Solo puedo confiar, en que Elvira por lo menos será un poco más estricta con ellas y hará un buen trabajo educándolas’.
“Pero me pregunto, ¿cómo haremos para educarlas, lord Ferdinand? Ya que existe el peligro, de que lady Verónica se entere de ellas. Lo mismo con Trudeliede, no hay que olvidar, de que ella representa un gran peligro si se entera de la existencia de las niñas… Sobre todo, cuando sepa quién es su madre realmente”. Con esto dicho, Elvira llegó al punto principal de esta reunión.
“A esto quería llegar, Elvira. Y esta es la razón principal de reunirnos de forma tan apremiante. En efecto, tienes toda la razón en preocuparte por estas dos mujeres, ya que una vez que se enteren de su existencia, comenzará una persecución hacia las niñas… Y después de lo que pasó con el veneno que fue destinado a la familia Linkberg. Esto es algo de tener en cuenta”. Yo dije recordando el peligroso veneno, el cual si fuera usado contra las pequeñas y frágiles niñas, definitivamente no sobrevivirían ante un ataque como ese.
“¿Qué podemos hacer para evitar esto, Ferdinand?”. Karstedt preguntó ansioso y preocupado por sus hijas. “No podemos ponerlas en riesgo, y no puedo perder a mis niñas otra vez, yo juré protegerlas”.
“No te preocupes Karstedt, la existencia de las niñas, está completamente bajo el sudario de Verbergen, por ahora. Y tendremos que mantenerlas así por el mayor tiempo posible”. Yo dije mirando con seriedad a Karstedt y a Elvira.
Luego mencioné una idea que había estado elaborando en mi mente, después de conocer a las gemelas. “Elvira, ¿estarías dispuesta a lavar la identidad de las niñas, pasándolas por tus hijas biológicas?”. Yo pregunté con cautela.
Sin embargo, las expresiones conmocionadas en los rostros de los Linkberg, me hizo retroceder en mi idea por un momento. Pese a esto, yo continué con mi explicación. “Esto les proporcionaría una mayor protección desde el principio, ya que una madre viva, es mejor que una madre muerta, correcto? Sobre todo, si se supiera lo que realmente pasó con las niñas en su nacimiento, y lo que hizo su madre con ellas… Esto, sumado a que se criaron con plebeyos, su reputación ya está destruida desde el inicio. Y si ahora le agregamos el templo…”. Yo expuse todas mis preocupaciones.
“Entiendo su preocupación lord Ferdinand. Pero madre no tiene porqué cargar con los pecados de esa horrible mujer, que le hizo tanto daño a esta familia. Y ahora que las cosas están bien, traer a esta casa, dos problemas y blancos de acoso de ese Chaocipher y su Diosa del agua venenosa, solo nos pondrá en riesgo a todos nosotros”. Reclamó Heidemarie muy molesta con la idea, ya que tenía razón en decir, que bautizar a las niñas será un desafío directo a Verónica.
“Heidemarie hija, no te preocupes, esto está bien para mí. Y has de saber, que esta no es la primera vez que desafío a lady Verónica”. Respondió Elvira con firmeza, para tranquilizar a la molesta Heidemarie.
Luego se dirigió a mí, diciendo. “Es absolutamente posible lord Ferdinand, y estoy completamente de acuerdo con su plan. Seré la Wiegenmilch y madre biológica de las niñas”. Elvira dijo esto con rotundidad, muy segura de su decisión. “Siempre quise tener una hija y ahora puedo tener dos, estoy completamente complacida con la idea. Y si con esto, puedo proteger mejor a las niñas, entonces que así sea”. Ella dijo esto con una sonrisa de dama noble en su rostro, pero con un brillo de alegría en sus ojos, que no coincidía del todo con su expresión noble.
“¿Estás segura de lo que estás diciendo, Elvira? No tienes que hacerlo, si no quieres”. Preguntó, un preocupado y culpable Karstedt, por la carga y responsabilidad que estaba asumiendo Elvira.
“Por supuesto que estoy segura. No me subestimes Karstedt. Además, ser la madre y Wiegenmilch de dos maravillosas niñas que han sido reconocidas por lord Ferdinand, sin duda no podría pedir nada mejor”. Dijo Elvira satisfecha y con una sonrisa divertida en su rostro, mirando a un sonrojado y avergonzado Karstedt.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también!😉
Espero les haya gustado este punto de vista de Ferdinand, quien está empeñado en proteger a sus pupilas. Al punto de armar un nuevo plan para lavar su identidad como hijas biológicas de Elvira.🤭
¿Qué les pareció el plan de Ferdinand? Es algo parecido a lo que hizo en el canon, pero esta vez lo está llevando mucho más lejos.😜✌
Jajajaja… y todos sabemos que Elvira como fan de Ferdinand, al adoptar a las gemelas podrá ver muy seguido a su Idol favorito.🤣
Próximo capítulo: “Reunión con los Linkberg. (parte 2)”
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘