
Convocatoria al templo. (Parte 2)
Pdv: Katy
Habíamos terminado de presentar nuestros regalos a los nobles, y hasta el momento, todo estaba saliendo muy bien, y de acuerdo a lo planeado. Ya que nuestra demostración de cariño a papá Gunther y a nuestra familia, salió a la perfección y sentó las bases para lo que viene a continuación.
‘¿Por qué creo esto? Bueno, eso es simple, y es por los rostros culpables e incómodos de los nobles en este momento. Esto me dice que vamos por buen camino, o ¿no?’. Yo pensé, comenzando a sentirme un poco insegura.
Mientras yo estaba comenzando a dudar de mi plan, el novio de Myne, comenzó a explicar el porqué nos habían convocado hoy aquí. Él nos contó sobre la carta que había interceptado, la cual estaba dirigida al Sumo Obispo Bezewanst. El cual ya había sido ejecutado por esto, y por otros crímenes.
“Ya no hay necesidad de preocuparse de que el intervenga, porque ya ha sido erradicado”. Dijo el Sumo Sacerdote como si se tratara de una mera mancha molesta en su ropa, o de un asqueroso bicho que aplastó...
‘¡¡¡Demonios!!! Debo reconocer, que el novio de Myne es bastante aterrador...’. Yo comencé a sentir un poco de ansiedad y nerviosismo. ‘¿Tal vez debí haber preparado un plan de contingencia, como para huir de aquí, si las cosas se ponen feas?’.
En ese momento Myne apretó mi mano, en completa tensión a mi lado, y cuando la miré, ella estaba un poco pálida. Al ver sus ojos llenos de inquietud y miedo, yo traté de centrarme y despejar mis dudas y mantenerme fuerte por las dos. Por lo que le di una mirada segura y luego volví mi atención al Sumo Sacerdote. Algo que mi gemela hizo también.
“Ahora les leeré la carta, para que entiendan el porqué los convocamos hoy aquí, y cómo nos enteramos de esta información”. Explicó el Sumo Sacerdote tomando el pergamino que le tendió su asistente.
Cuando el Sumo Sacerdote, comenzó a leer la carta, no pude evitar sentirme nerviosa. ‘Y si las cosas salían mal?’. Me pregunté cuestionando mi plan. ‘¿Qué debería hacer, si los nobles nos descubren?’. No sabía si estaban haciendo esto para exponer nuestro engaño y ejecutarnos, como lo hicieron con Bezewanst… ‘¡¡¡Maldición!!! Debí preparar una huida, un plan “B”. Pero ya es tarde para eso…’. Comencé a sentir miedo, porque vi que en mi plan había una enorme falla. ‘¡¡¡Diablos!!! ¿Cómo pude olvidar hacer un plan “B” ¡No, no, no Katy! No puedes pensar así, todo estará bien, y esto era solo para decirnos que lord Karstedt es nuestro verdadero padre...’. Tal era mi lucha mental, que podía sentir mi corazón latir tan fuerte y a toda prisa…. Intenté calmarme, pero yo sabía que si esto salía mal y nos descubrían, sería mi culpa y mi familia sería… ejecu…
"¡¡¡Katy!!!". Gritó Myne tapándome los ojos, luego me abrazó con fuerza.
Por un momento, mi maná se descontroló saliendo de su caja y mi mente se enfrió. Fue una sensación extraña, como si estuviera en calma, pero no mi corazón, él seguía latiendo sin control. El Sumo Sacerdote se detuvo casi al final de la carta, debido a mi leve aplastamiento, el cual Myne detuvo apresuradamente.
‘¡¡¡Maldición!!! ¿Qué estoy haciendo? Se supone que éste es mi plan y lo estoy arruinando yo misma…’.
“Todo estará bien, hermanita”. Dijo Myne poniendo una piedra negra en mi frente. “Estoy contigo… Si”. Ella decía palabras tranquilizadoras con la voz quebrada, y lágrimas en sus grandes ojos dorados llenos de preocupación.
Tuuli al vernos llorar, se unió al llanto con nosotras también, diciendo que nosotras éramos sus hermanitas. Por lo que papá y mamá estaban intentando consolarnos a las tres, sin éxito. En ese momento, papá muy preocupado y haciéndose el fuerte, continuó con la conversación, disculpándose con los nobles por mi arrebato.
Sin embargo, lord Karstedt respondió negando con la cabeza. “Por favor Gunther, no te disculpes por eso, es comprensible que ellas reaccionen así. Yo… cuando leí la carta también reaccioné igual. Además, son solo niñas…”. El dolor en la voz de lord Karstedt al decir esto, era evidente.
Pese a la complicada situación, el Sumo Sacerdote imperturbable siguió adelante con la conversación. El cual dijo con dureza. “Gunther”.
“Si, mi lord”. Papá respondió enderezándose como un soldado esperando una orden, en completa seriedad.
“Cuéntanos cómo encontraste a las gemelas, y no omitas nada”. Ordenó el Sumo Sacerdote con severidad.
Papá asintió con la cabeza y comenzó a narrar la historia de portada. “Mi lord. En ese entonces, mi esposa y yo habíamos perdido un hijo recientemente. Yo no me sentía bien, pero no podía detenerme por el dolor… Tenía que regresar al trabajo, porque todavía tenía una familia que alimentar…”. Cuando papá dijo esto, su voz se entrecortó, porque él realmente sentía dolor por los hijos que perdió. ‘Esta era una de las verdades a medias del relato…’.
Luego de una pequeña pausa, papá continuó con la historia. “Ese día tenía turno de noche y todo era como siempre. Pero en medio de una de mis rondas, oí el sonido de llantos de bebé. En ese momento pensé que el dolor me estaba volviendo loco, pero aún así, comencé a seguir el sonido del llanto desesperadamente. Fue entonces cuando encontré una pequeña cesta abandonada cerca de la puerta, yo al notar que el sonido venía de ahí, me apresuré a abrirla. Dentro, me encontré con dos hermosos bebés, eran tan pequeños y frágiles…”. Él dijo esto con nostalgia en sus ojos, de seguro recordando lo que sintió al vernos por primera vez.
“En aquel momento no sabía si eran niños o niñas, pero eso no me importó, porque ellas me miraron con sus hermosos ojos dorados. Y cuando acaricié sus delicadas y suaves mejillas, ambas tomaron mi dedo, con sus pequeñas manitas. Entonces lo supe, los Dioses me las habían obsequiado para que las protegiera y cuidara con mi vida. Al entender esto, yo me juré que no permitiría que nadie les hiciera daño jamás”.
“¡¡¡Papá!!!”. Gritamos las dos al unísono, saltando a los brazos de papá. Lo último que había dicho, no era una mentira, ni una verdad a medias, porque cuando nos vio por primera vez él debió sentirse así, y su juramento de protegernos con su vida, todo eso era muy real.
Mamá al ver esto, nos tomó de los brazos de papá, para que él pudiera seguir con la historia. “Hacía mucho frío, y ya era tarde en la noche, las pequeñas niñas estaban frías y parecían hambrientas. Por lo que tomé la cesta con las bebés y la escondí, luego fui rápidamente a hablar con mi capitán, para pedirle que me dejara retirarme antes del trabajo. Le dije como excusa, que no me sentía bien. A pesar de que eso no era aceptable, mi capitán me miró con lástima, y me permitió ir a casa antes de que terminara mi turno. Entonces regresé por la cesta con las niñas dentro, y me fui en medio de la noche a toda prisa de regreso a casa”.
En realidad, esta parte tampoco era una mentira del todo, ya que papá nos había contado que un año después de que naciéramos, ellos habían perdido un niño, más o menos por la misma fecha. Al igual que en la historia, el se fue antes a casa para ayudar a mamá, quien estaba convaleciente por el reciente parto y nosotras estábamos enfermas. Por esta razón, si los nobles investigan no encontrarán ninguna inconsistencia en el relato, ya que todo encaja perfectamente.
El Sumo Sacerdote miró a su asistente para confirmar algo, y el hombre de cabello gris asintió con la cabeza. ‘Lo sabía, ya nos habían investigado’. Yo pensé, mientras el Sumo Sacerdote cuestionaba a papá. “Entonces, ¿estás diciendo, que encontraste a las dos bebés y te las llevaste a casa, sin dudarlo? ¿Ni comprobar si alguien las estaba buscando? o ¿las reclamaba? Y además, ¿sin obtener ningún beneficio, de cuidar a dos niñas que no son de tu misma sangre?”. Preguntó el Sumo Sacerdote con mirada aguda escudriñando a papá, en busca de cualquier engaño.
“¿Quién podría reclamarlas, después de que las abandonaron a su suerte, y como si no fueran nada? ¿Beneficio? Y a quien le importa los beneficios, ¿cuando la vida de las niñas estaba en peligro? Yo sabía en mi corazón, que si me tardaba en alimentarlas y ponerlas en un lugar cálido, las niñas morirían. Y jamás las traería al templo, traerlas aquí habría sido lo mismo que matarlas. El único lugar cálido y con el alimento que ellas necesitaban, estaba en mi hogar. Donde nadie las dañaría y sin importar quién las reclamara, no se las devolvería. Tendrían que pasar sobre mi cadáver para tener a mis niñas”. Papá dijo todo esto en forma desafiante, apretando los puños sobre su regazo.
“¡Gunther!”. Exclamó mamá para calmarlo y luego dijo. “Señores disculpen el arrebato de mi esposo, pero el tiene razón. Al principio no estaba muy segura de esto, yo aún estaba convaleciente por el parto y la pérdida de mi niño… Pero en cuanto Gunther las puso en mis brazos, lo supe. Los Dioses se habían apiadado de nosotros y de nuestro dolor, por el niño que nunca veríamos crecer. En su lugar, nos bendijeron con las dos niñas más hermosas y adorables. Ellas eran tan pequeñas y fuertes a su vez, frágiles pero lucharon cada día para sobrevivir… ¿Cómo no amarlas? Entonces, decidimos esconderlas y las criamos como nuestras”.
“¡¡¡Mamá!!!”. Gritamos las dos al unísono y nos aferramos fuertemente a ella, que aún nos sostenía en su regazo.
‘¡Maldición! No puedo dejar de llorar… No puedo detenerme ahora, debo continuar con el plan’.
“Ya veo”. Dijo después de una pausa, el Sumo Sacerdote. “Entiendo lo que dicen, pero ahora deben ser conscientes, de que las niñas son nobles y tienen maná. Por lo que veo, su salud está deteriorándose cada día más. Sin mencionar el peligro que representa que su maná se salga de control y terminen dañándose a sí mismas, junto con todos los que las rodean. Como sucedió hace un momento y no siempre será suficiente, una piedra mágica. Lo entienden, verdad?”. Preguntó el Sumo Sacerdote persuadiendo a nuestra familia de dejarnos ir…
“Si mi Lord, ahora lo entendemos, la razón de su enfermedad, sus fiebres constantes… eso se debe a ese maná del que habla”. Dijo papá con dolor en su voz, comenzando a darse por vencido. Y eso, no me gustó nada.
“De lo único que nunca pude protegerlas, fue de esa fiebre. Solo podía pedir a los Dioses que no fuera la última… y que me dieran más tiempo con mis niñas…”. Habló papá con la voz quebrada por el dolor y la tristeza, de no poder protegernos de nuestra condición como niñas con maná. Por lo que él, ante esta situación debe haber decidido junto a mamá, dejarnos ir con los nobles si las cosas se ponían difíciles.
‘Es por eso que se veían tan tranquilos, al parecer ellos ya habían tomado esta difícil decisión’. Cuando yo entendí la situación, comencé a desesperarme, sobre todo cuando el Sumo Sacerdote continuaba machacando y persuadiendo a nuestros padres para que nos dejaran ir. “Así es Gunther. Además no deben preocuparse, ya que ellas tienen a su verdadero padre, quien está dispuesto a cuidar de ellas. Nosotros nos ocuparemos de su salud y también…”. Ya no podía seguir escuchando este montón de basura.
Por lo que yo grité. “¡¡¡No!!!”. Entonces me sequé las lágrimas y me bajé del regazo de mamá. Luego me planté en frente de los nobles, que me miraban sorprendidos e incrédulos.
Y comencé a soltar toda mi frustración e ira sobre ellos. “¡¿Por qué dejaríamos a la familia que nos acogió y nos colmó de amor?! ¡¿Que nunca hizo diferencia entre nosotras?! ¡¿Que nos amaron y criaron como suyas?!”. Todo lo que dije aquí, es justo lo que mi yo como Hanna, ha sentido todo este tiempo por mi nueva familia.
“Cambiaríamos todo eso, para ir con alguien que ni siquiera sabía que existíamos? ¿Que nunca nos buscó? ¿Qué clase de padre abandona a sus pequeñas hijas?”. Esto último, era yo reclamándole a lord Karstedt, lo que siempre quise reclamarle al padre de Hanna. Sé que no era justo para Karstedt. Pero no pude evitar abrir viejas heridas en mi corazón, ante éstas circunstancias…
“Y una madre que… que nos…”. No pude continuar hablando, porque esto estaba siendo más difícil de lo que creí.
‘Acusar a una persona, que no está viva para defender su posición. No es justo… y creo que eso chocó con una parte de mí, que no me dejó continuar... Bueno, de todos modos creo que eso fue suficiente’.
Miré a todos los nobles en la habitación, luego mis ojos se encontraron con los de lord Karstedt. Al ver su rostro contraído por el dolor que le infringieron mis palabras, yo sentí una punzada de culpa en mi corazón. Pero por el bien de Myne y mi familia, no podía retroceder aquí, era todo o nada. “Usted… es nuestro padre, verdad?”. Yo pregunté algo incómoda y con todo el valor que pude reunir.
“Si Katy, yo soy su padre y...”.
“¡No!”. Exclamé interrumpiéndolo. “Ya no importan tus razones…”. Yo dije negando con la cabeza, al dolido lord Karstedt.
“Aún así, te daré una oportunidad como padre, y nos iremos contigo, solo si me haces una promesa. De lo contrario, jamás te aceptaré”. Yo dije esto último, mirándolo con frialdad y con toda mi determinación que pude reunir. Ya que aquí no estaba mintiendo, él se ganaría todo mi desprecio si se niega a hacerme esta importante promesa.
Ante mis palabras lord Karstedt, solo asintió con la cabeza, abatido. “Karstedt espera antes de…”. Intentó detenerlo el Sumo Sacerdote.
Sin embargo, lord Karstedt lo interrumpió, diciendo. “Tranquilo Ferdinand, está bien. Porque, ¿cómo podría llamarme padre, si no soy capaz de hacerle una promesa a mi hija? Por favor adelante Katy, dime, ¿qué es lo que quieres que te prometa?”. Cuando él preguntó esto, se veía devastado.
Pese a ver esto, yo no me detuve, y continué a delante. “Promete que nunca le harás daño a nuestra familia adoptiva”.
“Hijas yo nunca haría…”.
“¡Promételo!”. Grité sin dejar que diera excusas.
“Lo prometo, hijas. Pero yo….”.
“¡También promete, que no nos separarás de ellos!”. Yo continué interrumpiéndolo. “¡Y que no nos impedirán verlos y llamarlos familia!”. Pedí empujando con todo lo que tenía.
“Eso no es posible, será un riesgo para la familia que tanto desean proteger”. El Sumo Sacerdote, intentó protestar y detenerme sin éxito. Porque yo estaba decidida a tomarlo todo o nada.
Por lo que yo no retrocedí, y seguí mirando a lord Karstedt a los ojos, luego grité. “¡Promételo!”.
Entonces él se levantó de su asiento e hincando la rodilla en el suelo, dijo. “Lo prometo por mi honor de caballero y como padre, que te protegeré a ti y a tu hermana, junto con todo lo que aprecian”. Prometió lord Karstedt frente a mí, colocando un puño en su pecho, del lado de su corazón. “Y no podría separarlas de las personas que las criaron y amaron tanto, es más estoy agradecido”. Él dijo esto, viéndose supergenial en este momento.
“Ok, tengo tu palabra entonces”. Dije con alivio y le di mi más enorme, genuina y brillante sonrisa. Entonces lord Karstedt abrió mucho los ojos y me miró, como papá Gunther siempre lo hacía, como si fuera lo más bello que habían visto sus ojos. Yo al ver esto, lo supe, él estaba en la bolsa, y haría cualquier cosa por sus pequeñas hijas.
“¡¡¡Katyyyy!!!”. Gritó Myne saltando a mis brazos, y por poco la tonta me derriba, arrojándonos a ambas al suelo. “¡Eres la mejor hermana gemela del mundo!”. Exclamó Myne emocionada, porque esta vez no fue separada de su familia y el peligro del Santa malvado, ya no estaba en el templo. Hasta yo estoy sorprendida de que todo saliera tan increíblemente bien, incluso obtuve la promesa de lord Karstedt para seguir llamando familia a nuestra familia plebeya.
Ante la felicidad de mi hermanita, yo dije en un susurro en su oído. “Te lo prometí, verdad?”. Myne al oír mis palabras, me miró con un brillo de admiración en sus ojos. “Hermanita tonta”. Y yo no pude evitar golpear su frente con mi dedo.
“¡Ay! ¿Y eso porqué?”. Preguntó Myne haciendo un puchero, mientras sobaba su frente.
“Eso fue por casi tirarme tonta…”. Yo respondí con diversión. Luego besé su frente y dije. “Y esto es para que se vaya el dolor”. Y ante mi travesura Myne se puso roja como tomate.
“¡¡¡Katyyyy!!!”. Gritó Myne mirándome con reproche, cubriendo sus sonrojadas mejillas, retorciéndose de vergüenza.
“Jajajaja…”. Me reí a carcajadas de la reacción tan divertida de Myne, ante éstas muestras de afecto.
‘Mi hermanita era tan tierna y adorable. Jejejejee…. Eso hace que sea tan divertido molestarla, que me olvidé por completo de donde estábamos. Ah, bueno lo que sea’.
Entretanto molestaba a Myne, oí resoplar a Tuuli a nuestro lado con las manos en las caderas. “¡Caray! Ustedes dos realmente… No tienen remedio”. Ella quería parecer molesta, pero la linda sonrisa de orgullo y alegría, que tenía en su rostro, decía que en realidad no estaba nada molesta.
“Lo hicieron muy bien, mis lindas hermanitas”. Ella dijo acariciando nuestras cabezas.
“¡¡¡Gracias Tuuli!!!”. Gritamos las dos al unísono, arrojándonos a los brazos de nuestra hermana mayor.
Entonces papá preguntó. “Jajajaja... lord Karstedt, verdad que nuestras niñas son lo más lindo y adorable que ha visto?”.
“Estoy absolutamente de acuerdo con eso Gunther, ellas son realmente adorables”. Respondió lord Karstedt mientras se levantaba, mirándonos con una sonrisa cálida en su rostro y un brillo de alegría en sus ojos, al saber que se había ganado el respeto de sus hijas y que no lo odiábamos.
“Me quedaré mucho más tranquilo, sabiendo que mis niñas están bajo su cuidado, lord comandante Karstedt. También es un alivio para mí, que mis niñas puedan estar saludables, algo que yo no podría hacer por ellas...”. Dijo papá con frustración y tristeza.
“Por favor cuide bien de mis preciosas hijas… mi lord” . Pidió papá levantándose de su asiento e hincando la rodilla en el suelo frente a lord Karstedt.
“Por favor, levántate Gunther”. Ordenó lord Karstedt impidiendo que papá permaneciera arrodillado ante él. “No necesitas pedírmelo, porque no volveré a fallarles nunca más a mis hijas, las cuidaré y protegeré con mi vida, como tú lo has hecho hasta ahora”. Luego dijo esto lord Karstedt, dándose dos golpecitos en su pecho en respuesta. Algo que papá respondió también dándose dos golpecitos en el pecho. Y con estas palabras y acciones, ambos hombres de honor, habían llegado a un común acuerdo de protegernos.
“Ejemm…”. Se aclaró la garganta el Sumo Sacerdote. “¿Podemos continuar con la reunión?”. Después preguntó para que volviéramos a la conversación importante. Por lo que papá y lord Karstedt volvieron a sus asientos.
‘Esto aún no a terminado, todavía no se ha definido nuestro futuro en la sociedad noble, y si nos dejarán en el templo o no. Pero como veo las cosas lo más probable es que así sea’.
********************************************
¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
En este capítulo, quise mostrar el lado más inseguro de Katy, y traumas de su vida anterior chocando con ese momento decisivo para su futuro y el de Myne.
Fue un capítulo muy tenso 😬 pero emotivo, donde se enfrentó así misma, más que a los propios nobles. Pero al final todo salió bien, y nuestros traviesos 🐰🐰Shumil lograron lo que querían.🤭
Próximo capítulo: “Convocatoria al templo. (Parte 3)”
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘