
Tiempos de cambios
Pdv: Elvira
Después de aquel incidente de la caja con esos peligrosos venenos, todo comenzó a cambiar. Las cosas se pusieron más y más extrañas al pasar los días. Primero está la entrega de los venenos y la carta, y días después la muerte del contrabandista. La cual lamenté mucho, ya que perdimos la oportunidad de interrogarlo.
Casi al mismo tiempo de todo esto, está la locura repentina de Chaocipher, que puso en tensión a toda su propia facción y con ella a todo el ducado. Corrían todo tipo de rumores escandalosos de traición, dentro de su propia facción. Por último, y lo más importante de todo estos acontecimientos, fue lo que puso en movimiento a lord Ferdinand. Quien se había mantenido al margen de todos los asuntos políticos, durante todos estos años por el bien de su hermano y el ducado.
Me había enterado de los movimientos de lord Ferdinand, por medio de mi hija política Heidemarie. La cual estaba molesta con Eckhart, porque iría esa noche a una reunión con lord Ferdinand en su mansión, y ella quería estar ahí. Sin embargo, no le era posible en su estado.
Pero volviendo a la reunión de esta noche, entre los que asistirían estaba karstedt y lord Sylvester. Definitivamente algo grande está pasando en el ducado, si lord Ferdinand se ha involucrado. Esto solo quiere decir que pronto habrán grandes cambios.
‘Bueno solo queda esperar y ver, que noticias traerá Ordoschnelli mañana’.
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Y vaya que Ordoschnelli trajo noticias, el día de hoy. Por lo que nos dijo Eckhart, la noche anterior Karstedt arrestó al sumo obispo Bezewanst. Al parecer, lord Ferdinand interceptó una carta que estaba dirigida a él. En la cual, descubrió que el sumo obispo aceptaba pequeños cálices traídos de Ahrensbach para ser llenados con las bendiciones de Flutrane en Ehrenfest. Todo esto en beneficio de su sobrina, lady Georgine.
Estas noticias eran alarmantes, ya que si la facción de Leisegang se entera de esta traición, definitivamente pedirán la cabeza de Bezewanst. Y esto de seguro debilitará a Verónica y por consiguiente a su facción. ‘Me pregunto, ¿qué hará ése Chaocipher con estos acontecimientos?'.
Eckhart también nos informó que en la carta, estaban los nombres de Giebes de dos importantes provincias, que pertenecen a la facción de Verónica. Cuando los nombró, no lo podía creer, ya que ambos son pilares muy importantes dentro de su facción.
‘¡¿El vizconde Gerlach y vizconde Wiltord, traicionaron a Verónica?! Si esto es verdad, entonces no me extraña que la mujer esté paranoica y algo loca en estos días’. Yo pensé, mientras veía a mi hijo mayor muy feliz, diciendo que lord Ferdinand le había dado una importante misión.
Pero cuando le preguntamos de que se trataba, él respondió que era una misión secreta. A lo que Heidemarie se enfadó muchísimo, ya que ella también deseaba servir a lord Ferdinand. Aunque en realidad, le era imposible participar de esta misión, con su enorme vientre abultado con la carga de Geduldh, por esto no podría ir de todos modos. Eckhart para tranquilizarla, le prometió que vendría a verla y le dejó suficientes piedras mágicas con su maná, en caso de que no pudiera venir él mismo.
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Al tercer día del arresto del sumo obispo Bezewanst, se le llevó a juicio. Y por alguna razón lord Sylvester decidió hacer un juicio público, por lo que convocó de emergencia a todos los Giebes del ducado, junto a todos los nobles de la capital. A pesar de lo apresurado del juicio, todos los Giebes asistieron, y muchos más nobles de los que esperaba, sobre todo de Leisegang. Y por supuesto que también asistió lady Verónica.
Todos pensamos que defendería a su hermano, y que como siempre todo esto quedaría en nada. Pero todos nos equivocamos, ya que cuando trajeron las pruebas, de la larga lista de crímenes de Bezewanst, además de la carta con la traición a nuestro Geduldh, Verónica no dijo ni una sola palabra, en defensa de su hermano. Ella permaneció altiva y orgullosa como si nada de esto le importara, y como si estuviera por encima de todo lo que estaba sucediendo.
Cuando Bezewanst le rogó por su apoyo, ella se levantó de su asiento diciendo con frialdad, en respuesta. “No debiste traicionarme”.
Como nadie abogó por Bezewanst, lord Sylvester ordenó su ejecución. En ese momento, me pareció ver bajo el velo de Verónica un brillo de satisfacción en sus ojos, ante estos acontecimientos. ‘Eso me dio escalofríos. Los nobles que la traicionaron, no creo que permanezcan con vida por mucho tiempo’.
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Al día siguiente Bezewanst fue ejecutado, junto a varios de sus secuaces. Aunque los nombres de los Giebes involucrados, se mantuvo bajo el sudario de Verbergen, por ahora. Sin embargo, esto no terminó aquí, ya que todo el país está sufriendo por la escasez de maná. Este crimen de robo de maná de un gran ducado a un ducado menor por medio del templo, de seguro pondrá en alerta a Zent. Bueno, eso si lord Sylvester denuncia éste crimen, por supuesto.
‘Más vale que lo haga, porque con la ejecución de Bezewanst, no será suficiente para aplacar el creciente descontento de la facción de Leisegang. Los cuales detestan el ducado vecino Ahrensbach por causa de Gabriele, y lo más importante, todos hemos soportado por décadas la tiranía de lady Verónica’.
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Esa misma noche Karstedt vino a casa, y él se veía… abatido. Yo lo conocía muy bien, y esto no era por la carga de trabajo reciente, algo más había ocurrido.
“Elvira, ¿podemos hablar? Es importante”. Él preguntó con seriedad.
Lo sabía, algo más pasó. “Por la expresión en tu rostro, puedo ver que es algo importante. Ven esposo, vamos a hablar lentamente”. Dije guiándolo a mis aposentos. Será mejor tener esta conversación en privado, lejos de cualquier mirada indiscreta.
Cuando estuvimos en mi habitación, nos sentamos y pedí que nos sirvieran el té. Una vez que el té estuvo servido, pedí a mi asistente Janeth que instalara una herramienta mágica anti escuchas de rango específico. Luego les pedí a todos que se retiraran de la habitación.
Para cuando estuvimos solos en la habitación, comencé a hablar. “Bueno Karstedt, puedo ver que el asunto del que quieres hablar, no tiene nada que ver con los recientes acontecimientos, verdad?”.
Ante mi pregunta, Karstedt me miró con culpa y arrepentimiento en sus ojos azules. “Eso es… bueno el asunto en cuestión está relacionado. Pero no tiene nada que ver con la traición de Bezewanst a nuestro Geduldh”. Él respondió.
“Bien, entonces evitemos bailar con Grammaratur en este asunto. Creo que lo mejor será hablar claramente desde el principio, no es así Karstedt?”. Yo pregunté tomando un sorbo de té, para calmar mi creciente ansiedad.
“Si Elvira, tienes toda la razón. Será mejor ser claros en esto, desde el principio”. Al decir esto Karstedt, sacó un pergamino del bolsillo de su chaqueta. “Verás Elvira, junto con la carta que interceptó Ferdinand, había una segunda parte… aunque creo que será mejor que la leas, así entenderás la gravedad del asunto. Porque siendo sincero, no creo poder explicarlo correctamente, yo mismo”.
Al terminar de decir esto, Karstedt me tendió la carta. Yo la tomé con nerviosismo y ansiedad creciendo en mi interior. Cuando la abrí, pude reconocer de inmediato la letra del contrabandista de los venenos. En ese momento, comencé a leer la carta rápidamente, y mientras leía, un escalofrío recorrió mi espalda.
‘¿Cómo podía ser esto posible? Esa estúpida mujer, ¿cómo pudo hacer algo así? ¿Tanta era su ambición de escalar en la sociedad noble? Jamás imaginé que llegaría tan lejos como para descartar a sus propias hijas... Bueno, Trudeliede estaba dispuesta a matarnos a todos, con tal de tomar mi lugar, y asegurar a su hijo como heredero’. Mi mente se llenó de preguntas, todas igual de horrorosas.
Siendo sincera, yo siempre pensé que Rozemary era una mujer manipuladora, ambiciosa y lo suficientemente estúpida, como para enemistarse con una esposa mayor. Sin embargo, nunca la creí capaz de algo así, aunque…
‘Bien, para salir de dudas, primero vamos a corroborar la veracidad de la carta con mis registros. Los cuales tengo guardados en mi habitación oculta, y luego comparar los tiempos, para ver si coinciden con la información de la carta’. Pensando en esto, me puse en pie y me dirigí a mi habitación oculta para ir por mis registros.
“Elvira, a donde vas?”. Karstedt preguntó sorprendido por mis repentinas acciones. Pero yo no le respondí, en cambio me moví rápido y entré en la habitación, luego me dirigí al lugar donde guardo los registros de administración de la propiedad.
Cuando encontré el que necesitaba, volví con el registro y lo puse sobre la mesa. Había tomado el registro de hace 5 años atrás. Y mientras lo revisaba, pude ver que realmente coincidían los tiempos y el estado de salud de Rozemary.
En aquel entonces, se agravó y se retiró a la casa de su familia, y poco después de eso, subió la imponente escalera. Esto solo quiere decir, que lo que está escrito en la carta es cierto. Rozemary realmente descartó a sus pequeñas hijas, porque no le servían para sus planes.
‘¿Qué clase de monstruo era en realidad?’. Me pregunté horrorizada.
“Elvira, ¿qué estas haciendo? Hablarás conmigo o no?”. Preguntó Karstedt con el ceño fruncido visiblemente molesto.
“Lo siento Karstedt, pero necesitaba corroborar la veracidad de la carta, comparándola con mis registros”. Yo respondí disculpándome con mi lamentable Dios oscuro.
“Entiendo, entonces según tu información, coincide la carta o no?”. Cuando él hizo esta pregunta, parecía casi esperanzado de que todo esto no fuera real, y todo fuera un error.
“Lo lamento mucho Karstedt, pero según mis registros, los tiempos coinciden perfectamente con la carta. Además, según la información que poseo, los sirvientes de Rozemary fueron enviados a las alturas imponentes, poco después de la muerte de su señora”. Yo le entregué la información que yo poseía, sobre los sucesos de aquel entonces.
En realidad esos sucesos no son extraños, ya que la muerte de los sirvientes, a menudo sucede tanto para ocultar los secretos de su señor, o también para ocultar las pruebas de un posible asesinato. En éste caso yo creo que fue una venganza de Trudeliede, aunque también pudo ser un intento de destruir cualquier prueba, de un posible asesinato…
‘Esta es la forma en que se mueve la facción de Verónica después de todo, con ellos cualquier cosa es posible’.
“Ya veo”. Karstedt dijo esto desplomándose en la miseria y desesperación. Jamás lo había visto así, tan devastado y vulnerable. “¿Cómo pudo deshacerse de sus propias hijas así? Habían otras formas de solucionarlo”.
“Karstedt, ¿si me permites ser franca contigo?”. Yo pregunté.
A lo que Karstedt respondió asintiendo con la cabeza. “Si bien es cierto, que tenía otras alternativas, ninguna de ellas le servían para sus planes, serían peso muerto para ella. Dos niñas con poco maná, además débiles y enfermizas. Piénsalo Karstedt, en realidad ella no es la primera mujer noble, que hace esto”.
Es bien sabido en la nobleza, que en el caso de niños con poco maná, se suelen abandonar en el templo o son criados como sirvientes, y en el peor de los casos, son descartados. Esto suele suceder con los gemelos o mellizos, ya que ambos nacen con poco maná, o uno tiene más maná que el otro.
Pero dejando esto de lado, yo continué hablando. “Y debo agregar, que tu querida Rozemary, fue la que comenzó el conflicto en aquel entonces, recuerdas? Yo se lo advertí, le dije que no se enemistara con Trudeliede, pero ella me ignoró y de igual forma desafió a una esposa mayor. Debió saber que Trudeliede, no la dejaría en paz después de desafiarla...”. Comencé a sacar todo el veneno que tenía guardado por años en mi corazón, descargando toda mi frustración, dolor e ira sobre Karstedt. “Rozemary era demasiado ambiciosa para su propio bien, y siempre te manipuló…”.
“Lo sé, Elvira, ahora lo sé, y créeme cuando te digo, que lo aprendí de la peor manera, y demasiado tarde…”. La voz de Karstedt se quebró en las últimas palabras. “Si te hubiera consultado en aquel entonces, las cosas habrían sido diferentes? Ahora entiendo que no debí involucrarme, ni mostrar favor a Rozemary. Lo siento tanto Elvira, si tan solo hubiera tomado las decisiones correctas, Trudeliede no habría amenazado la vida de Rozemary. Entonces ella me habría dicho que llevaba la carga de Geduldh y mis niñas no…”. Por primera vez vi llorar a Karstedt, sus lágrimas eran de arrepentimiento y amargura… Mostrar este nivel de vulnerabilidad para un noble es realmente impensable… Ni siquiera lo vi tan mal para cuando la misma Rozemary, subió las imponentes escaleras.
‘Creo que fue la decisión correcta, el haber hecho esta reunión en privado’.
“Karstedt, si bien cometiste errores en el pasado, aun así no puedes culparte por las decisiones y acciones de alguien más. Lo que hizo Rozemary es culpa solo de ella, entiendes?”. No podía seguir viendo como se desmoronaba frente a mis ojos, al padre de mis hijos y la cabeza de esta familia.
“Gracias por tu apoyo Elvira, y lamento profundamente todo el daño que te causé”. Se disculpó Karstedt, y esto era algo que jamás pensé que haría alguna vez. Pero lo hizo, y sus palabras sinceras de alguna forma sanaron mi corazón.
“Basta de eso Karstedt, ahora lo importante es encontrar a tus hijas, y reparar el daño que se les ha causado”. Yo dije para levantar el ánimo de mi desmoronado esposo.
“Siempre fuiste fuerte y leal, Elvira. La mejor Diosa de la luz que pude pedir”. Ante estos repentinos elogios y reconocimientos de mi Dios oscuro no pude evitar ruborizarme un poco.
Entonces cubrí mis ardientes mejillas, pintadas con el noble color de Geduldh con mis manos, diciendo. “Oh mi, y tú en estos momentos eres un Dios oscuro lamentable, debo decir. Pero ahora dime, qué información tienes de tus hijas?, y veremos que podemos hacer”.
Karstedt ante mi pregunta, con una débil sonrisa respondió. “Bueno, Ferdinand envió a Justus y a Eckhart a buscarlas. En éste momento, deben estar en la ciudad baja recopilando información sobre ellas. Solo espero, que las encontremos antes de que sea demasiado tarde”.
“Mmm…? Has dicho lord Ferdinand? Y envió a lord Justus y a Eckhart a buscarlas? Entonces no te preocupes Karstedt, de seguro las encontrarán muy pronto”. Yo le aseguré.
Con la excelencia de lord Ferdinand, y el talento de lord Justus para recopilar información, no pasará mucho tiempo para que las encuentren. Y ahora entiendo porqué Eckhart se veía tan feliz, y no era solo por poder servir a su lord después de tanto tiempo. También era, porque iría a buscar a sus pequeñas hermanitas.
“Eso espero Elvira, pero… luego qué? Con su bajo nivel de maná, no podré bautizarlas como mis hijas. Además, como se criaron con plebeyos, ni siquiera sé qué repercusiones tendrá éste hecho en su salud y reputación en el futuro. Y sin herramientas mágicas para niños, es un verdadero milagro que aún estén con vida”. Se lamentó Karstedt frotando su frente con preocupación.
Este panorama, era demasiado incierto y desolador como para pensar en ello, en éste momento. “Karstedt, primero tienes que esperar a que las encuentren, y luego ver como se desarrollan las cosas para tomar decisiones en el futuro”. Es más que seguro, que la vida de esas pobres niñas será muy difícil… y Karstedt no se perdonará nunca si les pasa algo malo, a sus pequeñas hijas.
“Si necesitas mi apoyo en este asunto, puedo proporcionarte consejo y ayuda. Independientemente de que si puedo o no, ser la Wiegenmilch de las niñas en el futuro”. Por alguna razón, la perspectiva de tener un par de pequeñas y adorables hijas, para mimar y vestir con hermosos vestidos me llenó de entusiasmo.
Ante mi ofrecimiento, Karstedt me miró con un brillo de admiración y gratitud en sus ojos, mientras decía. “Estoy verdaderamente agradecido contigo, Elvira. Y si fuera posible, me gustaría mucho que mi Diosa de la luz se convirtiera en la Wiegenmilch, de mis hijas”.
“¡Oh mi Dios! Karstedt que cosas dices de pronto”. Dije ruborizándome por segunda vez está noche, por todos los elogios y reconocimientos, que me a dado mi Dios oscuro. “Me alegra saber, que confías en mí, tanto como para ofrecerme ser la Wiegenmilch de tus hijas. Pero no es necesario que me lo agradezcas. Como tu Diosa de la luz y señora de esta casa, mi deber es apoyar a mi Dios oscuro”. Yo respondí a Karstedt con sinceridad. Quien pareció sorprendido y avergonzado, por mis palabras de completo apoyo, ante la difícil situación.
Justo en ése momento, un Ordonnanz entró volando y se dirigió hacia Karstedt, hablando con la voz de lord Ferdinand. “Karstedt, aquí Ferdinand, tengo noticias, ¿puedes venir ahora al templo?”.
Karstedt rápidamente se levantó, y envió el ordonnanz con la respuesta. “Voy en camino”.
“Elvira, yo…”. Comenzó a excusarse.
Pero yo lo interrumpí. “Vete ya Karstedt, lord Ferdinand te está esperando”.
“Gracias, luego te informaré sobre las noticias”. Él dijo antes de marcharse a toda prisa.
‘Solo espero que sean buenas noticias, por el bien de Karstedt y de esta familia’.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Espero hayan disfrutado de éste punto de vista de Elvira, y su conversación con Karstedt.😊👍
El par de Shumil alborotadores🐰están destrozando al pobre Karstedt,😅pero también están uniendo y sanando a la dividida familia Linkberg.
Próximo capítulo: “Buscando a las gemelas Linkberg”, con un punto de vista de Justus.
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘