
Caos en el ducado. (Parte 1)
Pdv: Ferdinand
Desde que entré al templo, mis días eran monótonos pero tranquilos, y me sumergí por completo en la rutina del trabajo. Aunque Bezewanst intentó deshacerse de mí en varias ocasiones, definitivamente esto es mejor que soportar el intenso acoso de esa odiosa mujer. Poco a poco mi trabajo comenzó a aumentar, ya que aceptaba trabajo del castillo para ayudar a Sylvester. En mi posición actual, esta era la única forma en que podía apoyarlo en su posición de gobierno, y junto con él al ducado. Yo debía cumplir la promesa que le hice a mi padre.
Pasaron los años sin novedad, solo los mismos problemas de siempre. Más durante todo ése tiempo, no solo me dediqué a hacer el papeleo del templo y del castillo, sino que también utilicé todos mis recursos disponibles, para recopilar información sobre los crímenes de Bezewanst y Verónica. Pero la viciosa mujer era demasiado meticulosa, siempre cubría muy bien sus huellas, ella operaba con tanta astucia que jamás dejaba nada al azar.
Sin embargo, esto fue así hasta este verano, cuando alguno de sus sirvientes la traicionó. Según lo que me informó Justus, alguien dejó el veneno en la entrada de la mansión Linkberg. Veneno, que estaba destinado a ser suministrado por algún secuaz de Verónica, en contra de la familia de karstedt.
'Todo esto era demasiado extraño. Por alguna razón me costaba trabajo creer, que Verónica cometiera un error tan tonto, después de tantos años haciendo todo a la perfección'.
Con esto en mente, le pedí a Justus que me trajera el veneno y la carta, para echarles un vistazo. Asimismo quería una muestra del nuevo veneno, para examinarlo y preparar varios antídotos, en caso de que en el futuro apareciera más de este veneno. Y al revisar la carta, pude comprobar que Justus tenía razón, al sospechar de que alguien del séquito de Verónica la había traicionado.
Pero aún así me faltaba una pieza, esto no encajaba correctamente.... conocía muy bien a la maliciosa mujer. Ella se deshacía de sus enemigos, antes de que tuvieran la oportunidad de actuar en su contra. Luego borraba muy bien sus huellas, infundiendo terror tanto en sus enemigos como en sus aliados, con esto se aseguraba de que nadie se atreviera a traicionarla.
No fue hasta que Justus me informó, que el plebeyo que había estado buscando, había subido las imponentes escaleras, antes de que pudiera encontrarlo. Entonces yo supe sin duda alguna que estos si eran los movimientos de Verónica, y una vez más, cubrió sus huellas, eliminando a Wolf.
Pero esta vez, lo hizo demasiado tarde, porque el veneno ya estaba en mis manos, junto con la carta, y esto era lo más cerca que tenía de verdaderas pruebas condenatorias en su contra. Aunque esto no era suficiente, ya que necesitábamos más pruebas o algún testigo.
Y es aquí donde aún tenemos una oportunidad de atraparla, y la pieza clave aquí es el testigo. Si el que entregó el veneno en la mansión Linkberg, aún está con vida, tenía que encontrarlo pronto, antes de que ella lo haga y se deshaga de él, como lo hizo con Wolf.
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Mas tarde, el mismo día en que recibí el informe de Justus, Sylvester me convocó al castillo. Al entrar en el despacho de Aub, lo primero que vi fue a un hombre lamentable, abatido y exhausto.
Para cuando le pregunté que había sucedido, él me informó que Verónica había enloquecido, diciendo que todos la habían traicionado y que su hija Georgine, junto con Bezewanst, querían tomar el ducado para sí mismos. Y luego de decirle esto, la mujer se encerró en su habitación oculta, y no a querido salir de allí.
‘Esto solo quiere decir, que realmente alguien traicionó a Verónica. Según parece, no fue una sola persona, sino que varias ¿Pero Georgine y Bezewanst? Esto se ha vuelto más grande de lo que esperaba, porque para perturbar así a la siempre tan segura y orgullosa Verónica, hace falta más que un plebeyo eliminado y un posible traidor entre sus filas’. Yo pensé, mientras masajeaba mis sienes por el creciente dolor de cabeza que se estaba gestando, por esta situación.
Pero en especial, por la repentina locura de ese Chaocipher. 'Si es peligrosa calmada, no puedo imaginar lo peligrosa que se volverá, en su estado actual'.
Por esta razón, tuve que hablarle a Sylvester sobre el veneno, la carta, junto a todo lo sucedido con la muerte del maestro del gremio de tinta Wolf. Lo mejor aquí, era mantener a Aub al tanto de todo lo que estaba sucediendo en el ducado.
Y mientras hablaba de todo esto, pude ver a karstedt detrás de Sylvester frunciendo el ceño con molestia, ante el asunto en cuestión. Ya que fue su familia la que estuvo muy cerca de subir las imponentes escaleras, a manos de la maliciosa mujer.
Pero las preocupaciones de Sylvester estaban en otra parte. Y como Aub Ehrenfest, que se preocupara por la política del ducado era lo correcto. "Ferdinand, ¿qué debo hacer? Si madre enloquece... Mi principal apoyo está en su facción". Él dijo con una expresión de preocupación, mientras se rascaba la cabeza con frustración.
"Cálmate Sylvester, eres Aub Ehrenfest, compórtate como tal. Si te derrumbas ahora, entonces los nobles entrarán en pánico, y se perderá la poca estabilidad del ducado". Regañé a Sylvester por mostrar su debilidad tan abiertamente.
"Pues eso no me hace sentir mejor, Ferdinand. ¿Qué pasaría, si madre comienza a enemistarse con los nobles de su facción? O peor…. ¿si los envía a saludar a la pareja suprema?". Preguntó Sylvester, ahora palideciendo ante la idea.
"Esa es una posibilidad, pero no creo que lo haga". Yo respondí, reflexionando un poco sobre los acontecimientos recientes.
Hasta el momento solo se ha deshecho de un esbirro insignificante como Wolf, y de nadie más. Eso quiere decir, que los nobles que la han traicionado son piezas claves dentro de su facción, además de su hermano Bezewanst. Vale decir, que no eliminará a nadie, a menos que sea absolutamente necesario. Pero si lo hiciera, eso le restaría apoyo y por ende poder. Eso la debilitaría, dándole a los Leisegang, un margen de maniobra e influencia en Ehrenfest. De esta manera la balanza del poder se inclinaría peligrosamente hacia esta facción, haciendo que el ducado entre en un conflicto, que escale a una guerra civil.
'Esto es malo... Si en el peor de los casos, pasara algo como esto. Sylvester quedaría en medio, y no podría protegerlo ni a él ni al ducado... Y yo le habría fallado a mi padre...'.
No puedo permitirme pensar así, tenía que solucionar estos problemas. Por esta razón, alejé estos sombríos pensamientos, mientras daba golpecitos en mis sienes para concentrarme y ordenar mis ideas. Una vez aclaré mi mente, dije. "No te preocupes demasiado por esto, Sylvester. Verónica puede estar inestable y algo paranoica en este momento. Pero no es tonta, ella sabe muy bien, que si se resta poder a sí misma, entonces eso les daría poder a la facción de Leisegang y ella no permitirá que suceda eso".
"En serio crees eso, Ferdinand? Estás diciendo que madre no hará nada, con los que la han traicionado?. Conozco a madre y no creo que se quede tranquila y sin hacer nada al respecto". Preguntó Sylvester con una expresión sombría en su rostro.
"Eso sería correcto, si sus enemigos fueran de la facción contraria o neutral. Pero los enemigos a los que se enfrenta, son de su misma facción, y eso la mantendrá a raya por un tiempo, pero alerta. Lo más probable es que mantenga las apariencias y el statu quo, mientras resuelve los problemas internos de su facción". Yo expliqué mi razonamiento y los posibles movimientos de Verónica, ante esta crisis.
Entretanto yo decía esto, Sylvester me miraba esperanzado, luego preguntó. "Entonces, ¿qué hacemos ahora, hermano? No podemos esperar a que esta situación, se nos salga de las manos".
"Pues ya lo sabes, Sylvester. Debemos sacar del poder a tu madre, antes de que haga algo drástico”. Ante mis palabras, pude ver como Sylvester ponía cara de circunstancias. Más yo no me detuve, y continué enumerando los futuros movimientos que debemos realizar. “Asimismo, debemos investigar, qué tiene que ver Georgine y Bezewanst en todo esto".
"Pero Ferdinand, sabes perfectamente que madre tiene a Wilfried bajo su protección... Además, mi apoyo político principal, es el de mi madre".
"Lo sé, es por eso que necesitamos recopilar toda la información que podamos para hacer nuestros movimientos. Lo siguiente es atraer apoyo político de tú lado, durante los próximos años. Sylvester, con lo que está sucediendo, ya no puedes seguir dependiendo de Verónica". Yo dije con seriedad tratando de persuadir a mi tonto hermano que abandone la idea de mantenerse bajo la protección de Verónica.
"P-pero madre.....". Sylvester intentó poner excusas tontas, pero no pudo, porque él sabía que yo tengo razón.
Por eso, yo presioné un poco más. "Sylvester, un conflicto interno causado por tu madre, no es el único peligro al que nos enfrentamos. Ya que también está, Georgine. Si Verónica está asustada y preocupada por esto, eso quiere decir, que Georgine tiene intenciones traidoras y un apoyo político importante dentro de Ehrenfest". Yo expuse esta sospecha, que me había estado dando vueltas en la cabeza, mientras hablaba con Sylvester.
"G-Georgine.... Crees que tenga apoyo político dentro de la facción de madre? Pero ella no es ahora la segunda esposa de un gran ducado? ¿Por qué querría un ducado medio y rural como Ehrenfest? Eso no tiene sentido. A menos que... todavía nos guarde rencor... y ahora que tiene verdadero poder, esté planeando tomar el ducado por la fuerza". Sylvester dijo todo esto con una expresión aterrada en su rostro. Se puso de un extraño color azul y se apretaba el estómago, como si fuera a vomitar en cualquier momento.
Yo no conocí a Georgine, así que no puedo decir nada con seguridad con respecto a este asunto. "No lo sé Sylvester, pero tenemos que estar en guardia con respecto a este asunto. También le pediré a Justus que recopile toda la información que pueda sobre Georgine. Tú deberías hacer lo mismo, envía a tus eruditos a recopilar información dentro del castillo. De igual forma, habla con Verónica y ve si puedes sacar más información de ella, sobre esta traición. Cualquier cosa que te suelte servirá". Yo le di instrucciones.
"Bien lo haré". Dijo Sylvester no muy seguro.
Luego de ésa conversación con Sylvester, y mientras regresaba al templo, pude notar el ambiente tenso que se sentía en el castillo. 'De seguir esto así, tendré que tomar cartas en el asunto y planear una estrategia para sacar del poder a Verónica pronto'.
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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉
Debo reconocer que en esta parte escribir al sombrío y melancólico Ferdinand, fue todo un desafío para mí, ya que no pude meter comedia aquí, pero si habrá mucha diversión en el futuro, cuando Ferdinand conozca a nuestros traviesos Shumil🐰. Jajajajaa🤣
¡Las gemelas están sembrando el caos entre sus enemigos, pero también entre sus aliados!🙉
Próximo capítulo: “Caos en el ducado. (Parte 2)”
Y sin nada más que decir, travesura realizada ¡Gracias por leer mi fic! 😘