Draco Malfoy y El Árbol de Los Malfoy

Harry Potter - J. K. Rowling
F/F
M/M
Multi
G
Draco Malfoy y El Árbol de Los Malfoy
Summary
Draco Malfoy tuvo un primer año complicado y sobre todo: nada planeado.Desde que hizo un trato con un anciano completamente desconocido en Askaban para viajar el pasado y así lograr un mejor futuro (salvar a sus padres de morir sobre todo), su vida se ha visto en vuelta en situaciones que no planeo y tiene que solucionar sobre la marcha.Ahora, en su segundo año en Hogwarts, tiene que lidiar con el heredero de su casa Slytherin para evitar que Hermione Granger (su querida amiga leona) sea petrificada mientras trata de evitar ser quemado de su árbol familiar y cumplir con la parte del trato que le corresponde con el anciano.
Note
Este libro como cada uno de los capítulos va dedicado a mi querida beta:Majo <3
All Chapters Forward

Abraxas Malfoy

10. Abraxas Malfoy

 

Toda la tarde de ese día Draco se la pasa intranquilo. Primero recibe una carta de Theo preguntando por su estado y actualizaciones del caso del diario. La carta de Millie parece enfada con toda la situación del diario. Comenta sobre Blaise dejando de asistir a las comidas, lo cual hace que Draco sienta pena. Si su madre terminara en Azkaban, también se pondrían así.

Preguntaría a su madre si podrían darle un hogar a Blaise. Fue su mejor amigo en su vida pasada, no importaba si él lo había dejado para ir a Italia con su madre a principios del sexto año luego de ver la marca en su braza. Él podía entender el temor, no le obligaría a Blaise a pelear en una guerra por él. No esperaba esa lealtad de Blaise o de ningún hombre, por eso amaba tanto a Pansy. 

La carta de Luna fue como se esperaba. Habló sobre maneras de protegerse de los torposoplos, ya que, siempre aumentaban en funerales y momentos de estrés. Comentó sobre Potter preguntando por él cuando la niña se acercaba a gryffindor por Ginny. Draco respondió inmediatamente a esa carta pidiéndole a su prima que no dijera nada. Ese niño no tenía derecho a saber nada de él.

Cuando no tuvo nada que hacer, llamó a Dobby para que le curara la cara, el elfo con tristeza comentó sobre la orden de la ama Narcissa de que el moretón en la cara de Draco quedara al menos hasta que regresara a Hogwarts. Draco no entendió, pero dejó que su madre hiciera lo que quisiese.

Y luego notó lo peor.

Con un gimoteo, notó que era sábado.  Hermione solía ir a la biblioteca sola los sábados porque esos idiotas que tenía en gryffindor ocupaban su tiempo en Quidditch, como si no hubiera una bestia ataca niños nacidos de muggles en Hogwarts.

¿Confiar en el director? Por Merlín, este viejo no hizo casi nada según recuerda Draco. Prefirió morir antes de luchar para ayudar a Harry en la guerra.

Agarró su camisa blanca del uniforme del colegio con la vista puesta en el gemelo con la letra H. Brillaba en un intenso rojo. Sonrió sin gracia mientras llevaba esa parte de su vestimenta al pecho. Perdió las fuerzas y cayó al piso mientras la respiración comenzaba a faltarle.

Hermione iba a ser petrificada y él estaba aquí, en una casa fría y golpeado por su padre en vez de estar con alguien que en verdad lo quería... 

No iba a tomar ningún filtro de paz. Iba a recibir todo lo que le tenga que ofrecer un ataque de pánico. Su Hermione iba a ser petrificada en cualquier segundo. Lo más doloroso fue cuando el gemelo de su camisa dejó de brillar.

Ya estaba hecho. Ella ahora era una estatua de piedra.

Antes de caer abatido por todo, su mente estaba deseoso de matar a alguien.

Cuando volvió a abrir los ojos, estaba en su cama y su madre estaba en un asiento que antes no estaba ahí. Estaba completamente dormida. Miró por la ventana y notó que ya era muy tarde.

Draco se levantó de su cama, se quitó las sábanas y caminó descalzo fuera de la habitación con la mente vacía. Si comenzaba a pensar, recordaría a su amiga hecha piedra.

Iba a regresar a Hogwarts a lidiar con eso. Ya le importaba una mierda si estaba yendo contra los deseos de sus padres. Habían tocado a uno de sus amigos, no podía simplemente ignorar eso.

Era su culpa. Todo era su jodida culpa. Si no hubiera hecho un trato así de estúpido, hubiera destruido ese libro. Si no tuviera miedo a ser expulsado del árbol, no hubiera desperdiciado su tiempo con Hermione.

Era un imbécil.

Su caminata de media noche lo llevó nuevamente a estar frente el cuadro de su abuelo. El hombre no parecía impresionado con verlo ahí.

“¿Vienes por la charla, muchacho?” pregunta el hombre.

Se sienta en el frio piso. Observa en silencio a su abuelo hasta que asiente sin energía.

“Bien, comencemos con lo importante” comenta Abraxas acomodandose en su asiento "El árbol Malfoy fue creado con un motivo principal. Cuando se lo conté a tu padre, ya era demasiado tarde” suena arrepentido “Mi esposa se había metido tanto en su cabeza que simplemente no había nada bueno que rescatar en él. Demasiado odio a los muggles”

“Espera, ¿no crees en la supremacía de sangre?” pregunta sin palabras Draco.

“Lo hice. No lo niego. De los errores se aprende” bromea con una mueca “Dejé de hacerlo primero porque estaba herido. Mi primer amor se convirtió en la representación de la supremacía de sangre. Cuando me rompió el corazón, simplemente me alejé por rencor. Luego, Amelia me hizo comprender el verdadero motivo por el cual nadie debería creerse mejor solo por la sangre u otras cualidades con la que naces”

“La abuela de Luna” susurra Draco.

“¿Conociste a mi nieta, Luna?” pregunta sorprendido Abraxas.

“Va un año menos que yo a Hogwarts” responde.

“Por supuesto, siempre odié el hecho que Pandora fuera madre muy joven” murmura como un padre decepcionado de su hijo podría hablar. No esa decepción dura y cruel como la de Lucius, sino aquella que es más para el mismo progenitor por no haber sido el padre que sus hijos necesitaban.

“¿Amabas a tus hijos?” pregunta Draco queriendo saber si en verdad ese amor paternal existía.

Lucius le quitó tantas esperanzas. 

“Por supuesto, a mis tres hijos los ame. Fui un mal padre, pero en mi corazón siempre vivieron hasta mi muerte”

Y dolío. Ardió en lo más profundo del alma herida y sangrante de Draco. ¿Por qué su padre no lo amaba igual? 

¿por qué tuvo que terminar todo así? 

No, no había terminado. Faltaban dos años para la venida de Lord Voldemort. Tal vez si él... si él... 

“Sé lo que estás pensando, deja de hacerlo. Mi padre también me golpeaba de niño. Alguien que te lastima no puede ser bueno. Hay amor, pero uno que te destruye. Deja de creer que Lucius podrá cambiar. Eres joven” se cruza de brazos “Narcissa te ama, puedes aferrarte a ella, pero aléjate de mi hijo. No quiero más Malfoy’s infelices en el futuro. Suficiente mala suerte ya estás cargando. Comienza a quererte más, nieto” añade con preocupación.

"Continua con lo del arbol, por favor” dice Draco tratando de desviar la conversación.

“El árbol Malfoy solo era para asegurarnos de que todos los miembros en nuestra familia sean reconocidos. Nuestra sangre al ser pura y mágica, debía ser respetada. Cosas como ser quemados del árbol no era bien visto, hasta que nació el primer Squib en la familia. Creo que ahí la mala suerte en nuestra sangre comenzó a propagarse. Un castigo divino creo yo”

Draco siente un nudo en el estómago al escuchar eso. Alguien no había elegido nacer sin magia había sido castigado como si tuviera la culpa. No era justo, pero así eran las cosas. Ser exiliado por traer vergüenza al apellido.

Sin duda Draco no tenía opción. No quería ser olvidado o visto como la basura de su familia.

“Cuando lo quemaron, el árbol perdió su significado. De algo bello como Malfoy ante todo, pasó a ser un medio para manipular a las futuras generaciones. En vez de que los Lord acepten su error en su crianza, decidieron recurrir a lastimar cada rama. La sangre dejó de tener la importancia. Puedo notar en tu cara que ya has pensado eso” comenta con una sonrisa.

“Hipócritas bastardos” gruñe Draco.

Abraxas suelta una risa.

“Eres tan parecido a Narcissa, pero tienes mucho de mi hijo también” comenta “Sacaste lo mejor de ambos”

“¿Qué?” pregunta avergonzado Draco.

“La lealtad de un Black y la lengua afilada de un Malfoy” comenta con una sonrisa “Lamento que ahora veas a ambas familias en decadencia. Estoy seguro que si sigues por ese camino, logres mejorar las ruinas que quedan de ambas casas y no hablo de la mansión”

Draco hace una mueca. Mejorar no era lo mismo que salvar.

“Como decía. El árbol Malfoy ahora solo es un tapiz que tiene los nombres de los desafortunados en nacer con la sangre. Los quemados pueden ser vistos como la vergüenza de la familia, pero solo en aquellos con la mente tan pequeña que no ven más allá”

“Explícate” exige Draco.

“Tal vez el primer quemado fue por vergüenza. De tantos años con puros magos y brujas, un ser no mágico sí avergonzaba, pero ¿qué hay de los que no son squib? No todo puede ser igual, nieto. Detrás de cada nombre borrado hay una vida y un significado propio de su destierro. En mi caso. Mis hijos están quemados no porque me avergonzara, sino porque deseaba protegerlos”

“¿Qué?” pregunta Draco sin tener ni idea.

“Lo que oíste, nieto. Yo le di un significado diferente a ser quemado del árbol. Si ellos no están en el árbol, fue para darles una vida mejor que mi apellido no podría darles. Lamentablemente, la sangre no se puede negar. La suerte de la familia los persiguió y se fueron muchos años antes que yo” suena triste pero resignado. Tuvo muchos años para hacer las paces con la muerte de sus hijos, eso recuerda Draco incómodo “Dicen que los padres no deberían enterrar a sus hijos y yo enterré a dos en menos de diez años” comenta con la voz cansada “Al menos mi Pandora no se fue por causa de un imbécil”

Esa última frase es escupida con tanto rencor, como si hubiera conocido al responsable. Un sentimiento así de ácido solo podía ser causado por alguien que te conoció por completo y te hirió de la manera más rastrera posible. Un odio que solo podía provenir del amor.

“¿Conociste a Voldemort?” pregunta Draco, porque eso era el único motivo.

Abraxas ríe, pero no hay humor en cada carcajada. Luego, lleva su mano a su brazo cubierto.

“Voldemort, así se hace llamar ese bastardo en este tiempo. Por supuesto, la representación de la supremacía de sangre no deberá usar un nombre que se relaciona con un muggle, como si así pudiera borrar ese lado de su sangre” despotrica agarrándose el brazo con rencor y una fuerza que parecía tener la capacidad de arrancar una parte de la piel de la pintura.

Draco no quiere decir nada. No entiende lo que dice, pero su mente trabaja hasta llegar a la ridícula conclusión de que Voldemort es un mestizo, lo cual hacía más ridículo toda la guerra. ¿Como los sangre puras como su padre o el padre de Theo pudieron seguir a alguien con sangre de lo que más odian? Sería como seguir a Umbridge. Draco odia demasiado a esa perra mestiza.

“¿Qué tanto conoces a Voldemort?” es lo siguiente que pregunta Draco.

¿Podría usar al cuadro como una fuente de información? Eso era bueno, se adelantaría a muchas cosas que por estar lamentándose de su vida no tuvo tiempo de conocer y ahora se arrepiente. Cuando planes que desconoce por lloriquear en los brazos de su madre.

“Tom” dice con odio “Ese bastardo se llama Tom Ryddle” comenta.

Draco siente un hueco en el estómago. Su mente viaja a solo unos días cuando tenía nuevamente en su poder un libro negro con iniciales que tenían ese apellido. Si esa cosa maldita era de Voldemort, explicaría la mierda de año que estaba viviendo Hogwarts. Incluso sin tener la presencia de Voldemort, se las ingeniaba para joder a las nuevas generaciones.

“¿T.M Ryddle? ¿Eran sus siglas?”

“¿Como sabes eso? ¿Qué tanto te estás metiendo en esto, nieto?” ahora el que parece curioso es Abraxas.

Draco hace una mueca.

“¿Qué hay con el árbol?” cambia el tema, podría sacar la información más adelante en la conversación.

“Bien, el árbol y los significados. Cada exiliado tiene su propia historia. De mis hijos, podría decirte el significado que les di. Ellos podrían haber tenido el propio, pero lamentablemente no están para contarlo” eso lo dice con tristeza y aceptación.

“¿Cómo superaste que ellos ya no estén?” pregunta Draco.

Su mente viaja al pasado, cuando había tenido esos sueños donde sus padres morían. No podía simplemente no recordar lo horrible que se sintió y lo desesperado que estaba como para vender su alma sin siquiera preguntar a quien se la estaba dando.

“No lo haces. Simplemente aprendes a vivir con ello” comenta el hombre “Y en el camino haces las paces con eso. Uno primero puede sentir tanta negación. Me negué a aceptar que estaban muertos. Cuando dijeron que mi Evan murió sirviendo a ese imbécil y cuando acepté su muerte, solo podía sentir enojo. Sentí tanta rabia, la culpa de saber que tal vez tuve algo que ver con eso. Dos de mis hijos terminaron siendo mortifagos, cualquiera notaría que ahí hay algo que une ambos hechos”

Por supuesto. Que suceda eso dos veces no era coincidencia. Draco sabía bien eso. Potter era la maldita prueba. No pudieron ser amigos, porque Draco fue el problema. Siempre será el problema.

“Luego, negocié con mi hija. Le ofrecí tantas riquezas para que se alejara, pero regresó porque su mejor amigo Regulus Black murió y se sintió tan culpable y luego se casó. Pasaron tantos años que creí estúpidamente que la mala suerte de los Malfoy solo estaba en mi cabeza, hasta que murió y se repitió todo hasta que me invadió la tristeza. Tanta fue mi tristeza que no pude continuar siendo el Lord. Me jubilé cuando usualmente los hijos solo ocupan el puesto de los padres al morir. Dejé mis responsabilidades a tu padre”

Draco recuerda bien eso. Tenía seis años y estaba tan orgulloso de su padre el Lord Malfoy. Lloró bastante cuando le arrebataron a su amoroso padre Lucius.

“Lloré mucho. Sentía tanta soledad en mi corazón, que me alejé de todos y me mudé a escocia. El país donde fui feliz por primera vez”

Amelia Rosier. Ella fue su felicidad.

¿Cuál sería la nueva felicidad de Draco si no son sus padres?

“Y cuando acepté mi vida, habían pasado ya muchos años. Intenté reparar mi vida, pero era demasiado tarde. Tu padre estaba molesto conmigo, porque se enteró de la muerte de Pandora y no es tonto. Destruí sus esperanzas en que le di mi puesto porque lo creía digno. Cualquiera odiaría a su padre si se enterara que todas las responsabilidades que asumió sin aviso previo fueron porque su padre le estaba llorando a los hijos que tuvo fuera del matrimonio” comenta con una mueca “Sumando al hecho que piense que si no estuve presente en su vida fue porque ocupaba todo mi tiempo en esos otros niños”

“¿No fue así?” pregunta Draco interrumpiendo el discurso de victimización de su abuelo.

“No, mocoso. Nunca fui el padre que necesitaron mis tres hijos. Es algo que me llevó a la muerte. La culpa mata, nieto. Si sientes culpa, busca la manera de quitártela. No es sano para la presión” comenta con una mueca.

Solo un Malfoy podría reírse de sus desgracias.

“Bien. Así que pasaste por muchos pensamientos. Fuiste un cretino de padre ¿Eso cómo me ayudará a superar muertes?” pregunta molesto Draco.

Abraxas ríe.

“Todo un niño” comenta con una sonrisa “Cuando seas Lord, sácame del corredizo de los cuadros de Lords y Ladys, quiero conocer a tus hijos. Te lo digo para que entiendas que no es sencillo si lo haces solo”

Draco gruñe. Eso no fue de ayuda. 

“Así que, como decía. De todo lo que viví, te puedo asegurar, nieto” se estira como gato “Es que no deberías vivir acondicionado por un árbol. Yo lo hice toda mi juventud y terminé asesinando a mi padre porque la paranoia de ser quemado me enloqueció” Draco se queda helado “Deberías vivir como quieras, si eres quemado al menos habrá sido por algo que valga la pena ¿No? Deja de vivir solo por tus padres. Ellos deberían vivir para darte todo, no al revés”

“No si eso significa que mis padres me odiarán y desearán que esté muerto” comenta simple “No todos odiamos a nuestros padres y queremos matarlos. Yo los amo demasiado”

Abrazas niega con la cabeza.

“Terco como tu padre. Bien. No quería hablar de esto, pero te contaré toda la historia. Tú decides lo demás”

Draco asintió.

“Comencemos desde un inicio poco favorecedor para mí. Acababa de ser desechado por la persona que creí iba a ser el amor de mi vida. La culpa de haber asesinado a mí padre creyendo que así tendría mi final feliz con ese hombre idiota”

“¿Te enamoraste de un hombre?” preguntó Draco con interés.

Se sentía bien no ser el único Malfoy que permitió a un hombre romperle el corazón.

“Por tu cara veo que lo mismo te pasó. Hablaremos de eso después” comenta Abraxas serio “Estaba completamente solo en una enorme mansión. El recuerdo de mi padre no me dejaba ni respirar, así que pensé tontamente que cumpliendo uno de sus mayores deseos la culpa se iría. Me casé con una sangre pura. Tu abuela fue una mujer muy difícil desde antes de casarnos”

<<Solo habían pasado cuatro años desde que acabé Hogwarts y acepté mi vida solitaria que decidí retomar las cosas como el Malfoy que era. Asumí mi puesto de Lord y exigí mi herencia junto a mi asiento. Comencé a estudiar para ocupar el rol que tenía mi padre en el ministerio y el que luego heredé a Lucius.

Y decidí casarme.

Desempolvé las viejas agendas que me quedaba de mi padre para ver qué cosas planeaba para mí y vi el nombre de tu abuela ocupando el primer puesto de prometidas perfectas para mí. Fue sencillo contactarme con su familia y comenzar con el cortejo. A finales de ese año me casé, pero me arrepentí al convivir con aquella mujer.

Comprendí porque mi padre la quería conmigo. Fue como ver una versión femenina de él en ella. Tan recta, distante y amante de las reglas como lo fue él. En cada oración que decía terminaba maldiciendo a los muggles. Opinaba que todos los nacidos de muggles merecían morir. Como yo estaba superando a alguien con esa mentalidad, desprecié por completo a los supremacistas. A diferencia de los magos que creían en la igualdad para oponerse al odio de seres no mágicos, yo me oponía por puro rencor. Ver que me había casado con una mujer con los mismos pensamientos de la persona que me desechó, volvía sentirme perdido.

Y hui.

Abandoné a mi mujer en aquella mansión enorme. No me interesó en lo más mínimo dejarla por los posibles rumores. Viajé por el mundo, cuidando no gastar demasiado para evitar que ella exigiera mi regreso. Conocí culturas que jamás creía interesantes.

Y llegué a Escocia.

Volví a las tierras donde se encuentra Hogwarts solo para superar fantasmas del pasado no me funcionó. Por varios meses me quedé en Hogsmeade tratando de pretender que podría ser algo más que un Malfoy. Fue la primera vez que trabajé en algo más allá de un trabajo de oficina. Usaba muchos hechizos para ocultar mi identidad y conseguí hacerme un nombre como Bastián Dupont.

No me gustó. Odié vivir en Hogsmeade antes del medio año.

Regresé a la mansión. Me quedé allí para cumplir con mis pendientes y me fui en cuanto nació Lucius. Solo me quedé lo suficiente para modificar las protecciones y apreciar la rama recién crecida de mi hijo. Lucius siempre fue un bebé demasiado silencioso. Me sentía terrible porque todo parecía ser tan asfixiante. No era el hijo que esperaba tener como para que me naciera el deseo de quedarme.

Volví a huir.

Regresé a Escocia con una mochila y suficientes galeones para quedarme perdido por allí por muchos meses más. Entre las rutas, llegue a un pueblo mágico. El pueblo de Abedul me recibió como jamás hizo otro lugar. Dejé de sentirme perdido y creí poder comenzar de nuevo. Y ahí la conocí.

La bruja más asfixiante que puedas imaginarte. Era pequeña casi de un metro sesenta, cabello pelirrojo como la de un Weasley y de cierto modo me asustó ese detalle. Ojos amarillos verdosos y varios lunares. Una belleza que compensaba lo molesta que llegó a ser.

Ella era una de las brujas encargadas de cuidar a los extranjeros hasta que crean adecuado recibirlos en el pueblo. Me enseñó mi labor como mago. Me explicó la historia del pueblo y la importancia de la naturaleza. Nunca supe si era su trabajo o simplemente estaba mal de la cabeza, pero me seguía a todos lados.

Una vez en navidad casi se mata con unos dementores, esa fue la primera vez después de muchos años que volví a usar mi patronus. Me sentí satisfecho al ver que no estaba tan podrido como para no poder usar ese hermoso hechizo.

Pasaron los meses y me acostumbré a su presencia. Era una molestia, pero me hacía sentir menos solo. Con ella aprendí sobre plantas curativas, la magia de los elementos y de criaturas que jamás creí que existirían. Simplemente dejé de sentir ese vacío y con la guardia baja me enamoré.

No puedo decirte que existió un momento en específico o una acción que me cautivo. Fue un cumulo de sentimientos y experiencias que me cautivaron. Sí te puedo decir que me di cuenta el primero de noviembre. Verla bailar en las festividades de Samhain frente a la fogata fue como verla con otros ojos. Esa bruja debía quedarse en mi vida.

No fue así, pero creí que podría.

El resto de los años fue con naturalidad. Fluir como el río como ella diría. Comencé a ser un hombre distinto. Mi hijo aprendió a escribir y comenzó a mandarme cartas. Quedé sorprendido porque se suponía que en esos momentos tendría cinco años. Cualquier padre estaría orgulloso de su hijo prodigio, yo me sentí aterrado de que mi burbuja se rompiera.

Y luego, vinieron Pandora y Evan.

Fui un idiota. Me quedé pensando que podría vivir sin tener que afrontar mi pasado. Huir de casa debía ser más que solo agarrar mis cosas y unos cuantos galeones.

Los mellizos eran todo lo que siempre desee. Me siento terrible de no haber experimentado ese amor por Lucius, no lo negaré. Ambos niños tenían las características de un buen Malfoy, pero tenían la energía de Amelia. Llenaban la casa de ruidos que alejaban la soledad que tanto llegué a odiar. Todos en el pueblo amaban a esos niños y me sentía orgulloso.

La carta de mi esposa destruyó todo.

Aún recuerdo las palabras. La leí tantas veces pensando que hacer.

Ella había entrado al corazón de la mansión. Al parecer a la mansión nunca es bueno alejar a los miembros recién nacidos de la familia, porque comenzaría a presentar problemas con sus protecciones. Nunca supe de eso. Claro, maté a mi padre antes de que me pudiera contar todos los secretos de la mansión.

Mi esposa se enteró de la existencia de mis mellizos. Furiosa era poco lo que sentía esa mujer. Una slytherin con corazón de piedra, me exigió mi regreso de inmediato con la promesa de no denunciarme ante todos y arruinar el apellido. Lo único que tenía de mi padre.

Le conté todo a Amelia. Ella no se molestó, simplemente mi historia la hizo comprender un lado de mí que creí nunca notaría. Ella agarró a los niños y dijo que se iría a una de las casas Rosier que sus padres le dejaron. Tendría protecciones que podrían protegerla en mi ausencia.

Creíamos que sería por corto tiempo. Le di la pulsera de mi madre con la promesa de que volvería, pero mientras tanto tendría un pedazo de mi alma.

Regresé y fue la primera vez que vi a Lucius en muchos años. Un niño demasiado serio y frio para solo tener casi nueve años. Parecía molesto con mi llegada. Su madre le contó sobre mi otra familia y lo usó para ponerlo en mi contra. No hice nada para corregir eso.

Continue como el Lord Malfoy por meses. Comencé a enseñarle a Lucius para cuando tuviera la edad pudiera dárselo y así tener más libertad.

Todo lo que me hubiera ahorrado si hubiera esperado. Nunca hagas eso, Draco. Cásate por amor. Nada bueno sale de matrimonios por obligación.

Luego, uno de las personas que contraté para tener a raya a mi mujer me avisó que ella había contratado magos para ir tras la cabeza de Amelia y los niños. Era evidente que esa mujer no descansaría hasta deshacerse de la supuesta competencia de Lucius.

Y tomé mi decisión.

De todas maneras, nunca había planeado darles a mis mellizos la triste vida de un Malfoy.

Regresé al salón de protecciones y eliminé los nombres de Pandora y Evan del árbol. Borré todo trasto de ellos tanto en los libros de historia que se llenan solos y de las protecciones bloqueé su entrada. Hice todo lo posible con la magia familiar para alejarlos de esto.

Se lo mostré a tu abuela. Ella pareció satisfecha con mis acciones. Dejó de buscar su muerte. Demasiado esfuerzo para dos bebés recién repudiados de su árbol familiar.

No fue suficiente para mí.

En secreto, fui a la mansión de los Rosier a hablar con el Lord. Alguien tan bajo como para que haya sido progenitor de Amelia. Un hombre vulgar y sin clase. Un cretino de poca monta. Parecía brillar cuando supo que su hija despreciada logró poner las manos en un miembro tan importante en Gran Bretaña. Aceptó devolverle sus derechos de heredera a Amelia con la promesa de recibir dinero a cambio. Fundé una empresa a nombre del anciano y mis gemelos quedaron en la rama principal de los Rosier.

Le informé eso a Amelia. No estuvo contenta, pero entendió que con la sangre que tenían los niños, era necesario darles esa vida que perdieron por protegerlos. Ahí, cortamos caminos>>

“Como verás. Mis hijos que no están en ese árbol no fueron cortados porque me avergonzaran o los odiara. Simplemente debía protegerlos de mi pasado. Darles una oportunidad de brillar lejos de todo esto” suspira “No lo logré. Amelia murió años después y ellos fueron criados por su abuelo. Supongo que contaminaron la mente de Evan y Pandora siendo tan parecida a su madre, fue la única que siguió las enseñanzas que queríamos para ambos”

Draco no dijo nada, estaba en completo silencio.

“Con todo esto, solo quiero que sepas que, si vas a ser quemado, hazlo por algo que valga la pena. Dale tu propio significado. Los padres no pueden decirte como vivir. Ellos solo te dan las herramientas para seguir. Tú decides si usarlas o ir por tu cuenta” aconseja el anciano “No cometas los errores que hice. Solo sé tú mismo. Comienza a ser independiente, porque los padres no son eternos. Si haces tu mundo alrededor de ellos, serás infeliz”

Draco cierra los ojos por un momento.

Piensa en sus padres. Piensa en su realidad y todo lo que está viviendo.

No podría cambiar lo que son, entonces ¿Por qué el debería cambiar lo que es por ellos?

Una de sus mejores amigas estaba petrificada. Desperdició tiempo valioso en ayudarla con el misterio del heredero por querer complacer a sus padres. Estaba tan molesto por eso.

Además, ¿Ser quemado por buscar lo mejor para su familia?

Sí. Eso sonaba mucho mejor que ser solo la vergüenza.

Si iba ser quemado por alejarse de esas creencias horribles, tal vez podría aceptarlo.

Piensa en el futuro que tenía. Ser expulsado también significaba quedar en la calle.

No, sus amigos no permitirían ello. Millie estaría dispuesta a todo con darle un techo. Podrían arreglárselas en equipo.

Ser quemado por amor.

Y ahí aceptó su futuro.

A la mierda ser un Malfoy si implicaba volver a ser un cretino.

Con la confianza en sus amigos, aceptó que tendría que abandonar sus esperanzas en sus padres. Tendría que salvarlos por su cuenta. No podía depender de ellos en su nueva vida, no mientras sigan en ese lugar oscuro de la comunidad mágica. Mientras pensaran que solo importaba la sangre y la supremacía, sería solo Draco contra el final horrible.

Y se sintió libre. Dolía, pero dejó de sentirse atado.

“¿Ser expulsado por ser amigos de nacidas de muggles y dejar de ser el heredero perfecto?” pregunta Draco.

“No, ser expulsado por querer mejorar a la familia diría yo” responde Abraxas con una sonrisa “Sabía que cuando mi hijo trajo a Narcissa a casa, tendrían la esperanza de esta familia. Los valores de los Black quitando toda la basura, es muy hermosa. La familia es importante. Lamentablemente, aquí miran más el honor. Sabía que serías algo mejor si Narcissa te criaba. Ella puede tener muchos defectos, pero te ama mucho. Solo la criaron así”

“Mi madre es encantadora” dice orgulloso Draco.

“Y muy lista. No te preocupes, verá la luz pronto. Te ama más que a nada, entenderá tu punto y te apoyará sobre las ordenes de Lucius. Si tienes su apoyo, será fácil lidiar con Lucius” comenta Abraxas “Ahora que resolvimos ese dilema tuyo con el árbol Malfoy, vamos por otro punto ¿Qué tienes que ver con Tom?” pregunta Abraxas.

Draco suspira. Se acomoda mejor, más relajado. Sin un peso en los hombros.

“Tuve su libro. T.M. Ryddle. Era un libro negro y con una magia muy oscura. Al parecer, con eso está manipulando a un niño para que habrá la cámara de los secretos” explica serio.

Abraxas frunce el ceño ante esas palabras. Hace una mueca mientras escuchaba todo, antes de suspirar.

“Ese maldito diario. Creí que cuidaría mejor esas cosas” dice amargo “Veo que sigue siendo igual de altanero. Busca escapar de la muerte, pero hace tantas estupideces”

“¿Qué?” pregunta Draco.

“Lo que te encontraste, nieto, fue un horrocrux” comenta.

Draco parpadea. Recuerda una sección de su libro que hablaba sobre Horrocruxes, pero en esos momentos no podría decir con certeza su definición.

“¿Eso es?” pregunta Draco.

Abraxas no parece molesto por la ignorancia de Draco.

“Me preocuparía si supieras. Los horrocruxes son objetos en los cuales un mago coloca un pedazo de su alma para evitar a la muerte. Lo que tuviste en tu poder, es un diario que poseía el alma de Tom” comenta “Por eso, cuando dijeron que el bebé de los Potter acabó con Tom, estuve seguro que regresaría. Tiene demasiadas almas esparcidas en este mundo como para que acaben con él” comenta con una mueca “Ni siquiera Dumbledore supo de esa posibilidad, estoy seguro. Tom era muy inteligente para salirse con la suya”

“¿Un pedazo del alma de Voldemort estuvo en ese libro maldito?” pregunta Draco sin aliento, recordando las veces que sostuvo ese libro.

¿Estaba a tiempo de lavarse las manos?

“Sí, una de las particularidades de los horrocruxes es la capacidad que tienen para poder poseer a las personas que estén en contacto con esos objetos. Tom es heredero de Salazar Slytherin, eso lo sé bien. Conocí la cámara de los secretos”

Draco siente que pierde la estabilidad en las piernas. Siente su mente perdida en muchas cosas.

“¿Sabes dónde queda?”

Si supiera, podría bajar y acabar con el monstruo. Su tía Bella había entrenado lo suficiente a Draco como para enfrentarse a una guerra sin morir. Bueno, Draco nunca peleó más que en los baños de prefectos cuando Harry lo sorprendió en uno de sus ataques de ansiedad y perdió. Pero mierda, no podía negar que tenía habilidades más avanzadas que un niño de doce.

“Lo lamento, fui ahí con la vista tapada” comenta Abraxas “Confiaba tanto en Tom que nunca busqué más allá de lo que me permitía. Mi mayor error. A veces el amor nos vuelve idiotas a los Slytherin”

Draco asiente frustrado. Se lleva la mano a la cara y gruñe cansado. Tiene un punto.  

“¿Cómo destruyo el libro?” pregunta Draco.

“Los horrocruxes solo pueden ser destruidos con veneno de basilisco o fuego maldito. Tienes suerte, el horror del heredero es un basilisco ¿No es eso una maravillosa coincidencia?” se burla Abraxas.

Un basilisco. Un jodido Basilisco.

“Luna dijo que podría ser uno” comenta Draco sin poder evitarlo.

“Esa es mi nieta, toda una pequeña genio” sonríe orgulloso Abraxas.

“Es una Ravenclaw” añade Draco.

Abraxas parece brillar con esas palabras.

“Pandora y Evan fueron a slytherin, al fin alguien con la sangre Malfoy que de algo nuevo” comenta satisfecho.

Draco suspira. ¿Cómo se mata algo que no podrías ver por el peligro a verle los ojos y morir?

“Potter puede hablar parsel” dice en voz alta.

Si Potter ordenara al basilisco, podría ser más sencillo acabar con ella.

“¿Hablas del bebé Potter? ¿Son amigos?” pregunta Abraxas impresionado “Me siento muy orgulloso que mi nieto sea amigo del responsable de acabar con ese infeliz”

El niño suspira triste. Baja la cabeza avergonzado.

“Me odia, nunca podremos ser amigos. Lo superé, pero gracias por hacérmelo recordar” se queja Draco volviendo a mirar a su abuelo frustrado “Ese idiota de Potter. Lo detesto tanto. No sé cómo encuentra la manera de verme como el malo. Me está culpando de ser el heredero, pero es él quien habla parsel. Obviamente no es él. Es tan buena persona que odia a los acosadores y supremacistas. El niño dorado del director. Por supuesto que no querría algo conmigo”

“Bien, te gusta el niño Potter” comenta Abraxas “Me preocupa lo parecidos que somos en gustarnos personas que hablen ese idioma”

Draco gimotea y se cubre la cara.

“No te preocupes, pronto lo olvidaré. Tengo planeado olvidarlo en el futuro… ¡¿por qué te estoy contando esto?!” chilla Draco.

Abraxas sonríe enternecido.

“Solo eres un niño, después de todo. Disfruta su vida, Draco. No te estreses por los problemas de adultos. Se una serpiente y deja que el resto resuelvan tus problemas mientras vives tu drama de amor”

Su abuelo era un completo ignorante de su situación. Draco no intentó corregirlo. Solo miró en silencio al anciano con una mueca. Asintió incomodo.

“Así que el horrocrux ¿Cómo sabes de eso?”

“Yo hice uno” comenta “bueno, fui el primero en crear uno entre los dos. Conocí a Tom en la escuela”

<<Era un mestizo en Slytherin. Las posibilidades que nos hiciéramos amigos eran muy escasas. Me acuerdo perfectamente como se acercó para intentar ser amigos, pero me negué. Era un mestizo que provenía del mundo de los muggles, ser amigos causaría demasiados problemas con mi padre. También, me pareció muy arrogante para ser un pobre huérfano.

Odiaba a Tom. Parecía empecinado en hacerme la vida miserable. Primer puesto en todos los años, mientras yo quedaba en el segundo puesto recibiendo los golpes de mi padre por permitir que un ser inferior me derrotara,

Por eso, se lo dije a tu madre. En esos años siendo golpeado por mi padre desee tanto que mi madre me salvara.

Así, las vacaciones se volvieron un infierno. Que ese niño me ganara en todo solo empeoraba todo. Hasta que no pude más y me rompí a finales de cuarto. Compartíamos cuarto, así que obviamente me descubrió llorando.

En ese momento, pensé que era un ángel. Tantos años insultándolo y acosándolo parecieron ser olvidados mientras me consolaba. Solo un alma pura podría perdonar así. Ahora con mi experiencia, puedo decir sin equivocarme que aprovechaba mi vulnerabilidad para manipularme. Lo logró. Fui un idiota que le comenzó a creer ciegamente desde ese momento.

Tanto se metió a mi corazón, que no me molesté cuando no me llegó mi insignia de prefecto. Solo aplaudí de que alguien mejor como Tom sea el encargado de llevar ese puesto.

El quinto año solo me hizo conocerlo mejor, hasta tal punto que noté que me gustaba. Fue tan aterrador, pero dejó de importarme cuando él comenzó a compartir sus secretos conmigo. Me enamoré cuando me confió el secreto de los Horrocruxes. Ambos comenzamos a investigar sobre ellos.

Lo llevé a mi mansión a final de año. En esas vacaciones, matamos a mi padre y luego creamos el Horrocrux. El primero fui yo. Me hizo creer que era el mago más excepcional y debería ser el primero en obtener la vida eterna. Como el idiota que fui, no vi la clara intención de usarme como muñeco de pruebas. Cuando vio que no me morí en la elaboración, fuimos en búsqueda de su padre muggle porque quería que su primer Horrocrux sea algo de aquel hombre.

Y lo mató a sangre fría.

Cuando maté a mi padre. Yo quedé destruido. Con los años descubrí que Tom quería que matara a mi padre para tener a un Lord de mi nivel como su perro faldero. Nuevamente, fui utilizado sin notarlo.

La creación de ese Horrocrux me causó estos ojos rojos. Una marca eterna de mi idiotez. La pulsera en la cual guardé mi alma, pertenecía a mi madre. Se la regalé a Amelia porque sabía perfectamente que, si llegaba a morir antes que ella, podría traerme a la vida y así viviríamos finalmente justos. Si ella moría primero, me prometió sería cremada en Fiendfyre con la pulsera para dejar libre esa parte de mi alma y así poder encontrarnos en la otra vida.

Eso casi no sucede, porque estuve tan cerca de dárselo a Tom.

El sexto año, el idiota comenzó a abrir la cámara de los secretos para exterminar a los nacidos de muggles. Una niña murió y me sentí fatal. Le reclamé que parara y quedamos ambos en inculpar a el pobre semigigante llamado Hagrid para limpiarnos las manos. Si le preguntas a la fantasma de la niña que creo se llamaba Myrta o algo así, podrían saber la ubicación>>

Draco frunció el ceño. No conocía a ninguna fantasma con ese nombre. Myrtle, debía ser ella. Le preguntaría.

<<Así séptimo pasó en un cerrar y abrir de ojos. Creí que solo seriamos él y yo, pero una mañana me despierto en la mansión completamente solo con la mi pequeña caja fuerte completamente vacía y la agenda de contactos de mi padre desaparecido.

Los sangre pura y sus manías de apuntar a sus aliados en una libreta.

Al principio creí que volvería, pasaron los meses y no regresó. Preocupado salí a buscarlo. Intenté en tantas partes hasta que llegué a Hogsmeade, donde lo vi por última vez. Me dijo que solo se quedaría por corto tiempo y luego ser iría. Se burló en mi cara de cómo me engañó y que nunca sería nadie sin él. Fui ridiculizado de tantas maneras, que mi mente se quebró. Me encerré por años en la mansión, hasta que un día simplemente me levanté y decidí rehacer mi vida.

Y mira cómo me llevaron las cosas.

El maldito se convirtió en Voldemort, regresó a Gran Bretaña en búsqueda de aliados. Buscó a mi hijo que en ese entonces tenía unos veinte años. Yo le advertí que no se uniera, pero lo hizo de todas maneras. Pedí a Narcissa, su prometida en ese entonces, que hablara con él. Ella no pudo hacer mucho y lo comprendí. Mi hijo sería un mortifago.

Y vi ese dibujo en su brazo. La marca tenebrosa.

Yo cree esa marca. Entre las noches en la mansión, cree su marca personal y me la hice en el brazo para mostrar mi lealtad. Solo un simple dibujo de amor y devoción se convirtió en un signo traumático para muchas personas. Al ser algo que yo mismo me hice, no me afectó como lo hizo con Lucius. Al parecer, usaba esa marca para llamar a sus mortifagos.

Me sentí culpable por eso. Sentía que mis acciones maldijeron a esa familia. Atreverme a matar a mi padre provocó todo esto. Cuando Evan también adquirió esa marca, sentía que condené a esta familia a vivir bajo los pies de un monstruo.

Luego, naces tú y la guerra comienza a ser más fuerte.

Yo protegí a Narcissa. Voldemort volvió a mi casa. Estaba tan cambiado. Igual de arrugado como yo estaba, pero con mayor fortaleza. Teniendo a mis dos hijos detrás de él, como si él hubiera nacido para ser el dueño de los Malfoy. Me sentí fatal, pero estabas tú ahí recién nacido. Tuve que ser fuerte por tu madre y por ti, ya que, Lucius no parecía preocupado de que un lunático estuviera viviendo en el mismo techo que su hijo recién nacido. Tan parecido a mí en ser un padre de mierda.

Tom no me dirigía la palabra. En las comidas, se comportaba como si fuera el dueño de la mansión. Me concentré en Narcissa, ya que, tenía de la soga atada a mis dos hijos como para que pudiera hacer algo con eso.

Y luego, murió. Trajeron el cuerpo de Evan y le confesé a Lucius, sobre todo. Le conté sobre Pandora y Evan. Le advertí que se alejara de este mundo de la supremacía por su hijo, por ti. No me escuchó. Está tan convencido de que sus ideales traerán gloria.

Una mierda>>

“Así que, si mi hijo no me escuchó, siendo su padre, tú no tenías posibilidades. Deja de perder el tiempo con eso. Eres inteligente, comienza a ver el mundo real. Eres un niño, pero es tiempo de crecer. Voldemort regresará y debes estar en el lado ganador, aunque eso implique no tener a tus padres. Bueno, tienes a Narcissa, esa bruja te ama demasiado”

Draco asiente incomodo. Tiene razón.

“Así que, si Tom no cambió nada, puedo asegurarte que más de un Horrocrux debe existir. Solo vi la creación de uno, pero no era el diario. Busca un anillo. Fue el anillo de su padre. Ese fue su primer Horrocrux, nieto”

Draco siente incómodo. Mira su mano y nota su marca.

“¿Existe información de Horrocruxes en la mansión?” pregunta incomodo.

“Lo lamento, todo se lo llevó” confiesa Abraxas.

Draco asiente.

“Gracias, abuelo. Necesitaba escuchar todo esto” sonríe.

“Vete a la cama, nieto. Solo espero que no cometas los mismos errores que yo. Te pareces tanto a un joven que conocí. Regulus Black. Pobre muchacho”

“¿Por estar medio loco?” pregunta Draco. No quería pensar en que se parecía a su tío muerto y mortifago.

“Eso y que se condenó por quedarse en su casa y no huir con su hermano. Vete cuando tengas la oportunidad o solo quédate a luchar por lo que crees realmente y no por lo que dice Lucius. Pobre muchacho. Nunca encontraron su cuerpo”

Draco no entendió, pero no importaba.

“¿Cuántos Horrocruxes crees que creó?” pregunta Draco pensando en el futuro.

¿Potter destruyó esos Horrocruxes? ¿O en el futuro tendría que enfrentarse a Voldemort hasta que este se acabe los pedazos de alma?

“Siete. Siempre tuvo tanta confianza en ese número. Existen siete Horrocruxes seguramente, lo cual es lamentable porque con toda el alma que tiene el cuerpo de Tom, serían ochos trozos y se rompería el numero poderoso” comenta Abraxas “Sí, es perfecto que sea muy arrogante”

Draco suspira.

“Bien, puedo ver claramente tu rencor, abuelo” rueda los ojos.

Draco despertó en su cama. Luego de su charla con su abuelo, regresó a su habitación para seguir durmiendo.

“Joven amo Draco, la ama Narcissa pide que vaya a desayunar” dice Dobby.

Draco asiente. Va a su closet y se lleva una camisa simple y unos pantalones de vestir con sus zapatos negros y brillantes al estar completamente limpios. Se dirigió al baño, miró el bote con el gel. Lo observó, lo sostuvo y lo tiró a la basura, donde se quedaría hasta que los elfos limpiaran su baño y se deshicieran de la basura.

Se puso la camisa y su reflejo le hizo sentirse nuevamente él mismo. El vacío estaba, pero el miedo había desaparecido.

Ser el mismo. Iba a ser demasiado extraño.

Camino hacia el comedor tratando de imitar el caminar saltarín de Luna. Su madre parpadeo al verlo llegar. Draco le besó la mejilla antes de tomar asiento cerca de ella. Agradeció en voz alta a Nixie por la comida y comió en silencio.

Su padre no había dicho nada al respecto.

“Cariño, tu padre y yo hablamos ayer. Regresarás a Hogwarts por la tarde. Creemos que será bueno para ti regresar con tus amigos a lidiar con el luto con ellos” comenta su madre con cariño “Antes, te llevaré al jardín para curarte ese moretón. Nunca más volverá a pasar ¿Está bien, dragón? Mamá se encargó”

Su padre dejó de leer el periódico. Lo doblo en silencio y se alejó del comedor sin hablar. Su madre parecía triste por eso.

Draco agarró la mano de su madre. Ella parpadeo ante esa acción, pero su hijo simplemente le sonrió.

“Gracias, mamá” dice Draco.

Narcissa se lleva la mano libre a la mano, antes de abrazar a su hijo con fuerza.

“En vacaciones, haremos lo que tú quieras” aclara.  

Draco suspira, aprieta el abrazo y respira el perfume de su madre. Al menos, aún tenía el lujo de poder abrazar a su madre.

Draco llegó por la tarde a Hogwarts como su madre dijo. Llegó para sorprenderse de no ver a Dumbledore como director. Su padrino le explicó cansado sobre como su padre llegó como un loco exigiendo destituir al director por su incompetencia. Draco hizo una mueca.

Así que ahí fue después del desayuno. 

Draco preguntó que tuvo que pasar para que sacaran al director. Su padrino no dijo nada, simplemente le ordenó que acomodara sus cosas antes de aparecerse en el comedor. Draco obedeció, porque sabía que cuando pisara ese lugar la noticia de Hermione petrificada sería real. Su corazón dolió, pero se concentró en la orden.

Llegó a las mazmorras. Era la hora del almuerzo, por lo tanto, estaba casi vacío el lugar. Se quedó quieto al ver a Pansy en el sofá en posición fetal. Por el temblar de sus hombros, la niña se encontraba llorando.

Sintió la necesidad de ir a consolar a su amiga, pero una voz en su cabeza le hizo recordar que debía dejar en paz a Pansy.

Siguió con su camino. Llegó a su habitación y respiró el aroma de su habitación. Dejó la maleta en su cama y sacó a Libra de su cajita transportadora. La gatita chilló de alegría al regresar nuevamente a un ambiente menos pesado. La mansión parecía haberla asfixiado y el niño rubio comprendía perfectamente eso.

Draco acomodó todo. Observó su libro de magia oscura. Buscó entre las páginas la sección de Herpo el Loco. Podía ver claramente una parte de su biografía como mencionaba su logro de crear el primer Horrocrux. Avanzó las páginas y llegó a esa sección. Una pequeña definición de que se trataba esa magia y luego los requisitos y procedimientos que debía de seguir.

Voldemort hizo todo lo que se narraba en esa parte.

Cerró el libro. Debía afrontar la situación de Hermione, para avanzar en su venganza en contra del heredero.

No más perder el tiempo en tonterías. Cada vez eran menos los años que quedaban para que Voldemort se alzara. El próximo año comenzaría a entrenar a sus amigos.

Ya se derrumbó, ahora solo te tocaba juntar sus pedazos y seguir adelante para vengar a su amiga. No iba a perdonar a la persona que se atrevió a tocar a su leona. Iba a ser el mismo Draco protector de sus amigos.

Ignoró a los alumnos que llegaban de comer. Caminó por los corredizos con la cabeza en alto. Avanzó furioso hasta llegar al comedor. Observó a sus serpientes y Luna en su lugar habitual. Luego, miró hacia la otra mesa. Potter y Ronald parecían enfermos y completamente perdidos sin Hermione. Ronald apenas y picaba su plato, mientras Potter ni siquiera hacía el intento de comer.

Niños. Ellos eran niños perdidos sin su mamá gallina.

Los murmullos comenzaron cuando notaron su presencia. La noticia de su abuelo muerto había sido anunciada en el profeta, todos de seguro debían de estar hablando del tema.

Caminó directo a la mesa de los leones. Ignoró el llamado de Millie. Cuando estuvo frente a ese par de tontos, golpeo la mesa para llamar su atención.

“Idiotas” saluda con cordialidad “Hermione fue petrificada y ustedes en vez de hacer algo están deprimidos. Inútiles. Tenían un solo trabajo, cuidar de Mione” toma asiente y se cruza de brazos “Ahora coman, necesitarán la energía suficiente para todo lo que vendrá.

“¿A qué te refieres?” pregunta Ronald incomodo.

“Me fui por muchos meses, es momento de ponernos al corriente” comenta mirando al pelirrojo “No volverá a pasar. Aprendí mi lección. Dejarlos solos implica cosas como Mione siendo petrificada y sobre mi cadáver eso le volverá a pasar a mi mejor amiga. Ahora, coman animales o los obligaré”

Ronald gimotea antes de comer regañado y a la vez ocultando alivio. Potter solo le dedica una mirada larga de arrepentimiento. Draco soporta esa mirada un minuto. Pasado ese tiempo, mira mal al niño con cicatriz.

“No quiero tus disculpas, cara rajada. Come, iremos a la biblioteca después. Si uno de ustedes se queja de que es domingo, juro que-“

“Draco” dice furiosa Millie “¿Qué diablos haces aquí?” pregunta la niña.

Draco nota sus ojos con ojeras. Podía ver que había estado llorando. Su corazón se ablanda y se permite ser vulnerable con su mejor amiga ahí.

“Millie, Mione fue petrificada” comenta.

Millie comprende su tono, yendo a abrazar a Draco. Draco mira a Luna y la jala para unirse en el abrazo.

“Lo sé, Draco. Pero estamos cerca de que las mandrágoras maduren. Estará de regreso”

“Pero antes de eso, mataremos al maldito heredero de Slytherin” gruñó Draco alejándose de Millie “Biblioteca, ahí hablaremos” eso es todo lo que dice.

“¿Comiste algo?” comenta Theo sentándose a su lado “¿Cómo fue el funeral?”

Draco parpadea. Era la primera vez que el niño mostraba su preocupación después del rechazo. Un pequeño sentimiento de calidez se extendió en su pecho por eso y Theo comenzó a verse más brillante. 

Miró a los Gryffindor’s. Ronald rueda los ojos por eso.

“Oh, por favor Draco” comenta con la boca llena “Todo el mundo sabe que son novios”

“¡No es verdad!” niega sonrojado Draco.

“Yo creo que es tierno. Todos siente cariño y amor, incluso las piedras... ¿cómo se cumunicarán las piedras?” comenta Luna con una sonrisa, mirando a Millie quien se encoge de hombros. 

“¿Podemos concentrarnos en Mione? Ella es mi prioridad ahora” comenta Draco incomodo. No iba a revelar a todos que había rechazado a Theo. Sería cruel.

“Sí, de nosotros también” habla Potter nervioso “Gracias, Malfoy. Contigo podremos hacer algo”

Draco asiente. Su corazón late, pero la mano de Theo hace que deje de ver a Potter.

“Come, Draco” ordena.

Forward
Sign in to leave a review.