Draco Malfoy y El Árbol de Los Malfoy

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y El Árbol de Los Malfoy
Summary
Draco Malfoy tuvo un primer año complicado y sobre todo: nada planeado.Desde que hizo un trato con un anciano completamente desconocido en Askaban para viajar el pasado y así lograr un mejor futuro (salvar a sus padres de morir sobre todo), su vida se ha visto en vuelta en situaciones que no planeo y tiene que solucionar sobre la marcha.Ahora, en su segundo año en Hogwarts, tiene que lidiar con el heredero de su casa Slytherin para evitar que Hermione Granger (su querida amiga leona) sea petrificada mientras trata de evitar ser quemado de su árbol familiar y cumplir con la parte del trato que le corresponde con el anciano.
Note
Este libro como cada uno de los capítulos va dedicado a mi querida beta:Majo <3
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Una carta para Draco

8. Una carta para Draco

Las clases comenzaron con normalidad. Draco no observó en ningún momento el anillo que llevaba en la mano derecha. Se dedicó a estudiar y ayudar a Millie en transformaciones junto a cuidar a Luna de posibles pestes que quieran aprovecharse de una niña dulce para reírse a costas de un claro dolor que causaban.

Draco podía recordar que, en estas épocas, el rumor de Hermione siendo petrificada habían comenzado por su desaparición. Draco nunca supo por qué la niña había estado ausente por demasiado tiempo de las clases y el mundo en general, pero sea lo que haya sucedido en esta nueva línea no había sucedido y estaba aliviado.

La niña parecía radiante mientras los dos idiotas parecían miserables siguiéndola en silencio como perritos regañados. Deberían estarlo. Culpar a alguien sin pruebas por algo tan horrible debía hacerlos sentir miserables.

“Parece que estas disfrutando esto” dice Theo mirándolo con una sonrisa.

Millie deja de comer para mirar a Draco y reír maliciosa.

“Por favor, tiene que disfrutarlo. Esos idiotas creyeron que Draco era el heredero. Es estúpido” dice Millie en voz alta, para que los de la mesa escucharan “Todo el mundo sabe que el árbol familiar Malfoy no está conectado a Salazar Slytherin” añade con una sonrisa muy sangre pura de su parte.

“Además, Draco se estaría pavoneando de su mejorado linaje. Un sangre pura con la sangre de Salazar Slytherin, simplemente Draco no se callaría” agrega Theo con una sonrisa, comprendiendo perfectamente el intento de Millie.

Draco río mientras comenzaba a pavonear.

“Ya tengo suficiente pureza con ser el único heredero de los Malfoy y Black” hace una pose dejando que su anillo con su escudo brille como él “Todos deberían respetarme si quieren comer en su futuro”

Millie comenzó a reír mientras Theo solo suspiraba con una sonrisa y volvía a su lectura. Draco sintió la mirada de Potter. Miró al niño y este parecía frustrado en su mesa mirándolo como si no lo entendiera… o no se entendiera a él mismo al tratar de entenderlo.

No le debe de importar.

“¿Qué tipo de troll creen que serían si fueran uno? Los trolls de montaña se ven intimidantes” y así Luna saca un tema que deja atrás el anterior.

Las semanas pasaron. Draco observó a cada uno de los integrantes del equipo de quidditch en los entrenamientos. Millie con discreción les revisó a cada uno sus pertenencias, decepcionándose al no encontrar el dichoso libro maldito. Theo observó atento a cada uno, llegando a la conclusión que su comportamiento de idiotas con músculos no había sido cambiado por algún tipo de posesión extraña. Luna dijo que no veía ninguna criatura a su alrededor como para que indique algo.  

Draco gimoteo por ello. Era demasiado frustrante.

Si no era ninguno de los slytherin del equipo, solo quedaban Vincent, Greg, Blaise y Pansy. Sus amigos, lo cual no quería pensar ni por un momento. Le aterraba pensar que ellos estaban siendo poseídos en el mejor de los casos, porque sería demasiado triste que esos niños estuvieran haciendo esas petrificaciones porque lo desean.

No, debían seguir buscando con el equipo.

Con cada entrenamiento, Draco se estaba ganando el respeto del capitán. A pesar de haber fallado en atrapar la snitch, poco a poco estaba demostrando su verdadero valor como buscador. Nunca superaría a Potter, pero si le daría una buena competencia. Tenía que pelear como diera lugar.

Millie por su parte estaba brillando de manera natural. Los chicos al inicio parecían incomodos y molestos con tener a una mujer en su equipo, pero Millie demostró ser la chica más ruda que pudieran conocer. Ella podía patear traseros usando sus bonitos vestidos, como Draco podía sentirse muy varonil con los dedos pintados en distintos colores desde yule. Millie no se creía mejor solo por ser así de ruda y diferente, de cierta manera abrazaba su feminidad y solo estaba molesta con Pansy por ser un dolor de culo.

Sí, Draco se estaba soltando con sus pensamientos dirigidos a Pansy. Tal vez pronto dejaría de doler su situación… o tal vez nunca lo haga. Él aún cree que aceptaría dócil de regreso a su amiga si ella se arrepintiera.

Era extraño como con Pansy no podía simplemente odiarla, pero con Potter estaba más que enfadado. Quería venganza.

Las prácticas con Luna dejaron de ser serias en el primer momento en el que dejó que Luna eligiera pasarse el resto de las horas creando talismanes oscuros solo por diversión, incapaz de usarlos. Draco lo haría sin dudar si Luna le dejara quedarse con las creaciones.

“¿Qué creen que tomarán el próximo curso?” pregunta Millie en una de las tardes mientras están en la biblioteca.

“Millie, cállate” gruñe Theo leyendo seriamente un domingo en la biblioteca.

Tampoco habían parado de buscar sobre el horror desconocido. Millie ya se comenzaba a cansar de gastar un buen domingo en la biblioteca sumergida en libros de criaturas mágicas.

Así que Draco sacó a su precioso libro de Magia oscura a través del tiempo una vez más. Theo se lo quita para revisar dentro como un niño recibiendo un dulce. Draco lo deja ser él mismo mientras miraba como Millie parecía querer cortarse las venas con un separador de libros antiguo mientras se despedía de este mundo. Luna intentaba parar el dramatismo de mal gusto para algunas personas.

Esos idiotas sin duda eran sus amigos.

“¿Qué encontraste?” pregunta Draco mirando a Theo.

“La sección de pociones tiene un exagerado número de pociones venenosas, la señora Z estaría más que encantada de leer sobre esto” comenta solo diciendo la inicial de la madre de Blaise por si oídos curiosos llegaran a escuchar.

“¿Cómo va su caso?” pregunta Draco preocupado.

“¿No lees el profeta? La sentenciaron a diez años en Azkaban” dice Millie en voz baja triste “Pobre Blaise, debe sentirse devastado”

Draco se queda quieto al escuchar eso. Ahora entendía por qué el pobre niño parecía demasiado cansado, pálido y perdido en sus pensamientos. Si ese día hubieran sentenciado a su madre a pasar tiempo en Azkaban, él hubiera incendiado todo el lugar.

“Creo que no hablaremos de esto más por respeto” dice Draco incomodo.

No tienen que decir nada, porque ven como dos del trío de oro llega corriendo siendo regañados por la bibliotecaria. Draco notó por primera vez que no se había fijado en la presencia de Hermione. Se hubiera sentido mal si no hubiera visto en las manos de Potter el jodido diario que llevaban buscando por demasiado tiempo. Sabía que era ese, podía sentir la magia pesada que rodeaba el objeto y varita había comenzado a reaccionar como la vez que lo despertó para ver a su padre llegar a la mansión con ese objeto. Era como si una alarma se encendiera en su sistema cuando ese libro estaba en la misma habitación que él.

Joder.

“¿Draco?” dice Millie.

Draco se levanta sin pensar. Atraviesa la mesa sin quitar la mirada su objetivo.

“¿Malfoy?” pregunta Potter en un tono más agudo, nervioso por la presencia del mago rubio.

Draco ignora al idiota con cicatriz y le arrebata el diario para abrirlo mirar dentro las hojas vacías que caracterizaban al diario. La miró y en cuanto vio las letras que indicaban el dueño original del objeto maldito, Draco lo abrazó para suspirar aliviado.

Había regresado a él. Podría cambiar el futuro.

“¿Draco?” dice Hermione curiosa “¿Ese es tu diario?” pregunta la niña con duda.

Ronald y Potter lo miran con curiosidad al libro.  

“Mione, ¿quién encontró este libro?” habla Millie llegando también comprendiendo toda la situación.

Theo se acercó a Draco, pidió el diario y Draco se la dejó. Confiaba en Theo, todos esos meses le hicieron ver al niño castaño como alguien en quien confiar.

“Lo encontramos en el baño. Alguien golpeo con el libro a la Myrtle la llorona” explica Ronald aun mirando fijamente a Draco.

“¿Es tuyo, Malfoy?” pregunta Potter sin ningún tono de sospecha, casi avergonzado de hablarle.

“Sí, Pansy lo robó” imaginando que lo encontraron en el baño de mujeres por alguna razón. La inagen del heredero cerca de la puerta del baño de mujeres intentando atacar a Hermione le llega por momentos “Seguramente lo tiró por ahí donde no lo encontraría”

“Bien, chico. Ya sabemos de quien es, ahora dejemos a Draco con su diario” habla Hermione con tranquilidad.

“Pero ese libro nos escribió” comenta Ronald “Nos dijo que Hagrid abrió la cámara de los secretos” mira a Draco “¿Qué sabes sobre eso, Draco?” no quiere acusarlo de nada.

Draco notó que las miradas de sospecha solo iban dirigidos al diario que tenía Theo.

Draco se queda sin palabras antes eso. Mira a Hermione, ella se encoge de hombros indicando que no sabía nada. Potter parece estar sumergido en la vergüenza, porque solo se concentra en juguetear con sus manos. Joder, no podía trabajar en mentiras así.

“¿Hagrid? Por favor Weasley” gruñe, aun molesto porque esos dos idiotas hayan creído que podría ser el heredero. El niño pelirrojo lució algo herido por nuevamente ser llamado Weasley “Él sería incapaz de hacer esas cosas, además solo el heredero de Slytherin podría abrir la cámara. Este libro no es confiable, solo lo estoy guardando hasta descubrir como destruirlo”

No hay acusaciones o miradas sospechosas. Ambos niños asienten antes de suspirar frustrados en sus asientos.

“Creo que debemos cuidar mejor tus cosas” habla Millie “Vamos, ocupémonos de eso en tu habitación” y así la niña saca a todos lejos de la biblioteca con naturalidad.

“Merlín en tanga” se queja Millie “No sé si Potter tiene demasiada suerte o es lo contrario. Nos solucionó los problemas sin saberlo”

“Debemos quemar ese diario” gruñe Theo.

Draco hace una mueca. No puede. Eso debe de ser trabajo de Potter, pero la cuestión era saber qué diablos era ese libro y así sabrían como destruirlo.

“¿Tu libro?” pregunta Millie.

Draco suspira y se da cuenta que dejó su libro en la biblioteca, pero Luna le muestra el libro con una sonrisa amorosa. Millie agarra el libro y comienza a buscar antes de rendirse para pasarlo a Theo. El castaño buscó y encontró una sección.

“Acá dice que cualquier objeto podría ser destruido con Fiendfyre o también conocido como fuego maligno” dice el niño serio “¿Draco?” pregunta Theo.

El niño mira el libro entre sus manos. Su corazón late… y si mejor le hubiera dejado el libro a Potter… pero había actuado. No podía simplemente arrojarlo al fuego. Tampoco quería estar cerca de ese hechizo.

“Esperemos a que termine el año” dice incomodo Draco. Theo entiende y se pacta el plan que Draco sabía nunca se cumpliría.

“Millie” dice Draco acercándose a la niña “Debemos hablar algo por la noche junto a Theo.

Draco se lleva el libro a su habitación. Parpadea al ver como en el cuarto estaban Vincent, Greg y un muy triste Blaise. Draco se siente mal por el niño. Se apresura a caminar, pero Libra se atraviesa haciendo que tropiece su el libro caiga a la vista de todos los niños. Draco maldice y se apresura a tomarlo y ocultarlo bajo la cama antes de cerrar sus cortinas con protecciones.

Los niños se quedan en la sala común sin Luna, ya que, ella se había ido a su sala común. Millie se encontraba cepillando a su adorable gato mientras Theo corregía el reporte de la serpiente. Draco miraba como el fuego de la chimenea danzaba.

“Se acerca el cumpleaños de Luna” dice Draco incomodo, porque sabía que eso no era lo que sus amigos esperaban escuchar.

Libra se remueve en su regazo antes de decidir ir a molestar a Theo. El niño castaño la recibe encantado a la vez que mantenía su mirada en Draco. Millie suspira.

“Helga en bicicleta, casi lo olvido” se queja Millie.

Draco no pregunta que es una bicicleta, solo siguió mirando la chimenea. Se sentía mal de que la niña pasara su primer cumpleaños conociendo a su primo teniendo que ocultar la verdad de su relación sanguínea solo porque Draco era un cobarde.

La niña no merecía ser oculta por el mundo. Ella debía ser reconocida como una Malfoy como él… pero significaba poner en problemas a sus padres.

“¿Qué piensas?” pregunta Theo notándolo perdido.

“¿Quieren ver un lugar?” evita responder, mirando a ambos chicos dejando atrás esos pensamientos.

Lleva a ambas serpientes hasta el séptimo piso prometiendo un buen lugar para decorarlo y así celebrar la fiesta de Luna. Antes de abrir la puerta, piensa mejor hacer una pequeña celebración en los jardines cerca del bosque para que Luna disfrutara más con las flores y la frescura de los árboles.

“¿vas a abrir la puerta?” pregunta Millie con curiosidad.

Draco abre la puerta y se sorprende al ver una copia más simple de la sala de slytherin.

“¿Qué?” dice Draco siendo empujado por Millie para que ella pudiera pasar.

La niña explora el lugar observando cada detalle. Theo entra también solo para observar todo con más discreción que la pelinegra.

“¿Deberíamos preocuparnos que te tomaras el tiempo de crear una versión de la sala común en un salón abandonado?” pregunta Theo.

Draco rueda los ojos ante eso. Entra al cuarto.

“En primer lugar, yo no hice nada de esto. Este es un cuarto mágico que cambia según tus necesidades” explica cruzándose de brazo “Y en segundo, podríamos reunirnos aquí a planear el cumpleaños de Luna”

“Ni al caso, Draco. Solo somos cuatro. Podríamos pasarlo en la sala común” dice Theo.

“Hombre, no lo entenderías” gruñe Millie “Gracias a Merlín Draco no es alguien común. Bien, planeemos el cumpleaños de Luna” sonríe decidida.

“Podríamos ir a la cocina a pedir postres un día antes y celebrar un picnic cerca del bosque” comenta Draco.

“¿Conoces la cocina?” pregunta Theo con una ceja alzada.

Draco ríe recordando los siete años que vivió y como estaba lleno de secretos de este castillo y de muchos compañeros.

“Créeme Theo, te sorprendería las cosas que sé” presume.

“No, la verdad lo idiota que puedes ser lo compensa”

El trece de febrero llegó con rapidez. Draco emocionado esperó junto a sus serpientes a la llegada de Luna al comedor. La niña usaba su uniforme con la característica de llevar un sombrero de fiesta peculiar pero que gritaba haber sido hecho por Luna Lovegood.

“¡Feliz cumpleaños!” dice Millie para que todos escuchen.

La niña es abrazada con amor. Draco le dio una caja que contenía la joyería que había tenido en su mente desde que conoció a la niña. Luna observó el logo de la casa Malfoy colgando en el lazo como el regalo de navidad de Draco lo tuvo. La niña se encargó de quitarle el papel evitando arruinarlo y guardó el decorado en el bolsillo de su túnica mientras dejaba ver unos brillantes aretes redondos que tenían grabado la inicial de la niña junto a la constelación de su signo zodiacal de fondo.

“La familia Black suele adorar demasiado las estrellas” comenta Draco con una sonrisa “Como no eres una Black, quería darte algo que te relacionara con esa parte de mi familia. Tengo otra prima llamada Dora Tonks” recuerda a la chica sin sentirse mal de haber roto su promesa, ver a Luna contenta era suficiente para evitar la tristeza ese día “Si pudiera darle un regalo, también le hubiera regalado algo así, pero más al estilo de ella”

“¿Por qué no le puedes dar un regalo?” pregunta la niña con curiosidad mientras se colocaba los aretes.

Draco se queda quieto. Había dicho más cosas de las que pensó.

“No está bien. Ella fue sacada del árbol familiar” habla como si fuera lo más normal del mundo “Como heredero, debo respetar las decisiones que tomaron los jefes de mis dos familias en el pasado. Hablarle sería ofender más a mi familia y como heredero, no debo actuar así”

“Pero hablas conmigo y pareces no ser feliz” dice Luna terminando de poner sus aretes con emoción.

“A veces uno debe hacer cosas que no le haga feliz por la familia y la diferencia entre ustedes es que tu bueno… no tienes como padre a un nacido de muggles” responde avergonzado Draco recordando como viajó en el tiempo por sus padres. Bueno, estaba siendo infeliz en ese momento y solo quería volver a ver a sus padres.

“Sí, pero ¿qué pasa cuando es la familia quien te hace infeliz?” pregunta Luna.

Draco no responde. Deja que la niña siga abriendo sus regalos en la mesa mientras Millie solo le da un empujoncito y susurra que no se sienta mal.

Luego de comer, le dice a Luna que vaya al lugar de siempre cerca del bosque prohibido cuando terminen sus clases. Draco y sus serpientes corrieron a sus clases con emoción.

Draco pasó el resto de la mañana esperando el final de las clases de la mañana para correr al séptimo piso, agarrar todo e ir al lugar donde le dijeron a Luna para decorar todo. Theo le murmuró que se controlara, que el golpeteo de sus dedos en la mesa lo desconcentraba.

Millie fue la primera en llegar al séptimo piso en la carrera. Ella se llevó la canasta con la manta y las decoraciones. Theo llevó los alimentos más pesados y le gruñó al rubio cuando este intentó ayudarlo, dejando a Draco con los platos y los cubiertos. Millie bromeo sobre Theo y su caballerismo, antes de casi caer por las escaleras por el empujón de un avergonzado Theo. Draco fingió no haber escuchado eso.

Prepararon todo y Draco usó su varita para que las sombras de los árboles se llenaran de luces en pequeñas esferas que flotaban asemejándose a luciérnagas. No tuvieron que esperar para ver llegar a Luna acompañada de nadie más ni nadie menos que la niña Weasley. Draco quiso maldecir a la mocosa.

¿Qué más podía quitarle Ginevra Weasley? Joder.

“Hola chicos, les presento a mi amiga Ginny” dice con una sonrisa Luna.

La niña se puso tensa al notar sus corbatas verdes. ¿Cómo es que ella no sabía que su Luna había estado con ellos durante todo el año escolar? La niña frunció el ceño al notar a Draco.

Perfecto, notó que era un Malfoy.

“Hola” dice incomoda Ginny.

“Hola, soy Millicent Bulstrode, él es Theodore Nott y tenemos a la abeja reina llamada Draco Malfoy” bromea la niña siendo la más sociable del grupo.

Theo parecía incomodo, pero revolvió el saludo. Draco no lo hizo.

“Ven Luna, siéntate aquí” apunta a una almohada que decoraron especialmente para la cumpleañera “Le pedimos amablemente a los elfos que te prepararan tus platos favoritos” comenta destapando cada platillo mientras Luna tomaba asiento pidiendo a Ginny que se sentara con ella.

“¿Y cómo se conocen?” pregunta Millie.

“Oh, Ginny está en mí mismo año” habla Luna “Ella logró que unos Ravenclaw de mi edad dejaran de hablar que los nargles no existen. Comenzaba a ser molesto que no respetaran mi espacio personal” explica con tranquilidad “¿Eso es cerveza de mantequilla?” dice curiosa.

“Merlín” gruñe Millie, mientras Theo arruga la cara.

“Sí, Luna. Traída solo para ti” comenta tratando de lucir tranquilo.

“¿Por casualidad no sabes sus nombres, Ginny?” pregunta Millie con los ojos enfadados.

“No, pero ya los puse en su lugar” comenta la leona con orgullo.

“¿Quieres que te enseñemos hechizos para ayudar?” pregunta Theo sorprendiendo tanto a Millie como a Draco. Debía estar bastante molesto como para querer hablar con un gryffindor sumando al hecho de que era una clara Weasley.

“No, mis hermanos mayores George y Fred me enseñaron más de lo necesario” sonríe Ginny.

Era encantadora, Draco no lo podía negar. Digna esposa para Harry Potter.

“Me encanta, si no fueras Weasley te adoptaríamos” chilla Millie.

Draco se lleva la mano a la cara mientras Theo mira al cielo en busca de paciencia.

“¿Qué tiene de malo que sea una Weasley?” pregunta ofendida la pequeña pelirroja.

“Oh, no es por ofenderte Ginny” habla Luna tranquila “Draco no puede hablar con personas que lo hagan ver como traidor de sangre”

La niña mira al rubio con enojo. Draco podía entender el enojo, en toda su cara estaba el reclamo “¿qué le estas enseñando a esta niña dulce?”

“No entiendo como Hermione puede defender a un supremacista de sangre” dice con veneno.

Millie deja de mirar con cariño a la pelirroja para verla con la mueca que siempre dedica a Pansy.

“Niña, cierra la boca y piensa mejor donde y cuando pelearte” habla Theo “Si no lo notaste, somos tres contra ti” no cuenta a Luna.

 “Mira Ginevra” habla Draco poniendo final a este conflicto por el bien de la felicidad de Luna “Estas aquí solo por Luna, así que tratemos de olvidar el hecho que sea un Malfoy y tu una Weasley o que seamos serpientes y leones. Luna importa, lo demás puede continuar mañana”

Ginny parece entender. Saca de su túnica un paquete y se lo entrega a Luna. Ella lo abre y encuentra un suéter con su inicial bordada. Era de un color café hermoso, pero como Draco hizo con el regalo de Millie, usó su magia para cambiarla a un celeste que aumentara el aura pacifico de la niña Ravenclaw. Ginny no se quejó, solo sonrió cuando Luna usó el regalo con una bella sonrisa.

“Madre siempre dijo que los regalos hechos a manos tienen el doble de amor” habla “Junto a los regalos que las personas escogen pensando en ti” mira a las tres serpientes.

“Oh, Luna” chilla Millie “ven, prometemos darte una mejor fiesta el próximo año” va y la abraza “Con más amigos, porque eso es lo que mereces”

“Pero ya tengo muchos más amigos de lo que me imaginé tener” replica la rubia “Y un primo maravilloso” mira a Draco.

Draco sonríe con el corazón doliendo. Si el mundo solo supiera de que compartía sangre con esa maravillosa niña. Nadie se metería con ella al ser una Malfoy. Podría protegerla por siempre, aunque no estuviera, porque se encargaría de que el apellido siga siendo importante y poderoso.

“Tú eres la prima más maravillosa que tengo” dice siendo jalado para el abrazo.

Theo y Ginny observaron todo. Millie se une al abrazo. Draco jaló a Theo, mientras Luna lo hacía con Ginny para hacer un solo abrazo dedicado a la niña rubia.

“No sabía que eras una Malfoy” dice Ginny tiempo después.

Draco maldice olvidando ese detalle.

“Ginevra, si pudieras guardar el secreto”

“¿Por qué? ¿Te avergüenza ser primo de Luna?” pregunta molesta.

“Oh, no Ginny” dice Luna “Mi madre fue una hija fuera del matrimonio del abuelo de Draco. Draco dice que, si el mundo supiera eso, irían en contra de mí y mi padre. Él solo me está protegiendo” habla con una sonrisa.

Draco vuelve a sentirse fatal, pero no baja la cabeza al ver a Ginny parpadear totalmente anonadada. Mira a Draco y este asiente.

“¿Por qué? El abuelo de Draco fue el infiel”

“Porque mi familia da miedo, Ginevra” comenta Draco “Y se irían en contra del eslabón más débil. Así funciona el mundo”

Pasan el resto del almuerzo y parte del descanso comiendo, cantándole por su cumpleaños y escuchando los comentarios de la niña sobre su madre, las criaturas de su mente y la felicidad en su sonrisa.

“Ginevra” dice Draco mientras Luna estaba distraída con Theo y Millie “Ni una palabra a los demás de que soy primo de Luna” pide.

La niña asiente incomoda.

Al siguiente día, Draco se remueve incomodo. Nota a Libra en su pecho.

Era catorce de febrero.

Draco se queja de todo lo que pasaría hoy. Lockhart crearía un circo en el día más cursi del año. Draco sentía que iba vomitar si nuevamente escuchaba la poesía que le dedicaron a Potter. Él hubiera escrito algo mejor, más poético.

No, la verdad que no lo haría. Siempre fue malo expresando sus sentimientos. Acosó a la persona que le gusta por cinco años, eso era señal de que apestaba en el amor… pero escribió una buena canción para joderle la vida a Ronald Weasley. Bueno, podría ser mitad y mitad.

Una vez arreglado, va al desayuno solo porque recuerda que debe traerle comida a Libra. Camina por el lugar tarareando una canción de Madonna, cuando se topa con Luna y Millie.

“No vas a querer entrar ahí” dice Millie con la voz perdida, como si hubiera visto algo que la dejó traumada de por vida “Es horrible”

“A mí me pareció algo muy romántico” comenta Luna con la voz risueña.

“Mi alma de slytherin no lo soportó” parece recuperarse Millie.

“Ridícula, no es tan malo” gruñe Theo también apareciendo.

Draco ríe con una sonrisa. Entra junto a Theo solo para observar el lugar. Draco no recordaba lo tétrico de la escena. Las flores grandes y de rosa chillón fue un buen indicador de que iba a ser el día más pesado en Hogwarts, eso que tener que buscar al heredero y libro fue tan pesado como estudiar para los exámenes. Draco observó a Theo con el cabello lleno de confeti de corazones. Theo también parece notarlo en su cabello, pero el niño no quita su mirada en el niño rubio con un brillo que asusta a Draco.

“Sí, esto es traumático” se queja Draco, girándose para huir.

La suerte no está de su lado, porque termina cayendo junto a Potter. Draco se apresura a levantarse solo para quedar quieto al ver al niño de oro en el suelo con los lentes chuecos colgando de la punta de su nariz mientras en su cabello siempre desordenado reposaban el confeti de corazones que destacaban al contrastar con el negro profundo en cada mechón.

Mierda. No iba a soportar quedarse encantado con este Potter. El Potter que dejó atrás ya lo atormentaba demasiado.

“Draco” saluda con una sonrisa Hermione radiante llenándose de confeti rosa en el cabello.

Draco gimotea, tampoco podía dejar que el mundo lo veo hablar con Hermione. No tiene que huir, porque Theo le agarra de la mano diciendo que era mejor ir a ver a Millie afuera. Ambos niños huyen juntos agarrados de la mano.

Cuando salen del comedor, Draco se suelta la mano y va a la pared más cercana para apoyarse y lentamente sentarse mientras la mente reproducía como una desgraciada la imagen de Potter y el confeti en forma de corazón. Cerró los ojos y trato de regularizar su respiración.

“Salazar bendito, te afectó más a ti que a mí esa decoración maligna” dice Millie.

“No, Millie. No fue la decoración” escucha la voz triste de Theo.

Draco no dice nada, se queda ahí el resto del desayuno antes de levantarse e irse a la clase del día.

Millie gimoteaba cada que un enano con alas interrumpida las clases para dar un poema cantando, mientras que Theo extrañamente se encontraba escribiendo en una libreta totalmente ajeno a los libros o a la clase.

El almuerzo fue incomodo. Draco no pudo saltarse la comida de nuevo si no quería a una Millie molesta. Theo desapareció por un momento y luego regresó rojo. Draco decidió ignorar lo obvio que estaba siendo por su paz mental. Tenía demasiados hechizos para maldecir a cualquier enano que lo intentara dedicar una carta.

“Debemos pasar por encantamientos” se queja Millie mientras se dirigían a su clase.

“Eso ya sabemos, Millie. No es la primera vez que pasamos por ahí” dice Draco.

Y vio a Potter junto a un enano.

Draco quiso darse vuelta, pero al ver como Millie se acercó maliciosa, solo la siguió como el amigo fiel que debía ser. Notó a Luna cerca con Ginny. Perfecto, la autora del poema estaba aquí.

“¡Aquí no!” chilla cararajada con vergüenza mientras trataba de huir, volviéndose pálido cuando se da cuenta de la presencia del rubio.

“¡Párate!” gruñe el enano.

“Esto será una joya” dice Millie con una sonrisa.

“Draco” saluda Hermione dejando un espacio para que la pelinegra tenga una mejor vista “Veo que Millie al menos se divierte”

“Créeme, Granger” dice inexpresivo “Ella disfrutará haciendo papilla la poca dignidad que le quede a Potter luego de la poesía”

Ronald murmura algo sobre como Draco también lo va a disfrutar. Draco no niega ni acepta nada, solo observando como derribaban a Potter en silencio.

“Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche

Y el pelo negro como una pizarra cuando anochece

Quisiera que fuera mío, porque es glorioso,

El héroe que venció al Señor Tenebroso”

Muchos se rieron a carcajadas. Potter parecía intentar reírse de manera muy falsa. Draco iba a retomar su camino a su aula, cuando notó como un enano se paraba frente a él. Draco parpadeo antes de maldecir en voz alta llamando la atención de las personas.

“¡A Malfoy también le dedicaron una poesía!” chilla una niña que cree es Brown. Maldita chismosa.

“¡Que romántico!” escucha la voz de Ronald decir con humor.

“Te doy la mitad de mi herencia si solo te vas y no me dices la carta que me dedicaron” susurra desesperado.

“Solo hago mi trabajo” gruñe cansado el enano.

Draco está a punto de recibir la canción con toda la vergüenza del mundo, pero solo observa como el enano le da una carta sellada. Podía ver su nombre escrito con la letra de Theo. La agarra con nerviosismo y un sonrojo. El enano se aleja. El niño rubio gira para ver al responsable, sorprendiendo al ser que Theo no se había escondido avergonzado como la niña Weasley hizo cuando Potter demostró estar avergonzado de su dedicatoria. El sello de la familia Nott en la carta también era una clara indicación que Theodore Nott estaba decidido a mostrar sus sentimientos al público.

“¿Theo?” pregunta totalmente rojo.

“¡La Carta se lo escribió Theodore Nott!” chilla Brown al deducir rápidamente la situación.

El ruido en todo el lugar solo hizo sonrojar tanto a Draco como a Theo. Millie pidió que se callaran, siendo ayudada por el prefecto Percy Weasley.

Draco se guardó la carta en la túnica, se acercó a Theo. No sabía que hacer, eso no había pasado en su pasado. Había recibido cartas, pero eran de admiradoras que el niño nunca puso atención.

Theo es su amigo.

“Sé que te gusta un estúpido niño con cicatriz, pero me gustaría intentarlo” confiesa el niño castaño en un susurro.

Draco asiente, aunque en esos momentos estaba entrando en pánico. 

“Yo... dame tiempo" es lo único que alcanza a decir, con la mente perdida en miles de gritos de pánico que sabía manejar perfectamente.

Estar tranquilo. Con los sentimientos bajo control. 

"Bien" responde Theo con los ojos llenos de esperanza en ellos dos. 

Mientras ambos niños se miraban, no notaron a un niño con cicatriz mirar toda la escena confusa, siendo arrastrado por sus dos mejores amigos que no quisieron sacar a su amigo del trance en el que estaba.

Draco abrió la carta en la soledad de su cama. Libra estaba en su regazo jugando con los botones de su ropa de dormir. La mano del niño temblaba mientras rompía el sello de la casa Nott y comenzaba a leer el contenido.

Estaba consciente que los rumores tal vez llegarían a oídos de sus padres, pero no importaba. Era mejor que los rumores del año pasado donde decían que estaba con una nacida de muggles. En el mundo mágico no importaba, mientras hubiera herederos a los cuales criar con los mismos ideales enfermos. La magia había avanzado tanto como para permitir tener herederos entre el mismo sexo, solo que preferían ahorrarse el trabajo duro y casarse a la manera tradicional entre hombre y mujer.

 

Ladrón de corazones con rostro de ángel,

Belleza incomparable a una veela

Ojos grises brillantes que me apresan como una cárcel

Eres el pensamiento constante que vive en mi cabeza

Deseo una oportunidad para demostrarte

Lo que realmente significa amarte.

 

 

Draco, no sé qué pueda pasar más adelante. Tu eres el mago que vive en mi corazón. Soy consciente que tu corazón tiene a alguien más ocupando espacio, pero si me das una oportunidad, podríamos tener un futuro hermoso juntos. Te seguiré hasta el fin del mundo, solo si tú me lo permites.

¿Me dejarías ser tu novio?

Con amor, Theodore Nott

 

 

Draco parpadeo si palabras. Observó la carta y cerró los ojos mientras se recostaba.

“Ay, Libra” dice Draco mirando el techo “No sé que haré, no lo quiero lastimar”

Libra maúlla y se acomoda en su parte de la cama mientras Draco observa el techo del cuarto pensando que hacer.

La verdad, tendría que decirle la verdad. No podía permitir que Theo siga perdiendo su tiempo en él. Ni siquiera sabía que vio alguien como Theo en él. Podría ser lindo, carismático y con mucho dinero, pero eso era todo. No tenía nada bueno. Solo era un triste niño rubio que estaba destinado a la desgracia si no hacia algo para rescatar a sus padres. No podía condenar a Theo a vivir un infierno.

No quería que Theo se sienta como él lo hizo con Potter. No quería herir como lo hirieron sin querer. 

“Theo” dice Draco en el desayuno.

“¿Sí?” dice el niño.

Draco mira al frente. Mira a Pansy que parecía pálida y triste mientras escuchaba a Daphne. Blaise se encontraba a su costado de la niña jugando con su comida. Por un momento mira detrás a Potter siendo reprendido por Hermione mientras la niña apuntaba a su libro.

“Fuiste muy dulce con tu carta. Me encantó la poesía, pero…” Draco bajó la cabeza mirando a la marca en su mano.

“Lo sé, Draco. Sé que te gusta Harry Potter” dice Theo “Pero quiero intentarlo de todas formas. No quiero vivir arrepentido y con los que tal si más adelante” responde serio.

Draco lo entendía. Él a veces pensaba en los que tal si.

Que tal si hubiera sido amigo de Potter desde el inicio antes de viajar en el tiempo.

Que tal si nunca se hubiera enamorado.

Era tortuoso. Nadie debería hundirse en esos pensamientos que al final del día eran muy autodestructivos para tu paz mental. Pero, no podía permitirle eso a Theo. No iba a aceptar. Las verdades a veces son dolorosas.

“No, Theo. No te hagas esto. De verdad, te lo digo como tu amigo” lo mira a los ojos “Estas perdiendo el tiempo conmigo”

Theo no dice nada, solo se levanta de la mesa y abandona el comedor.

 

 

 

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