Luna Lovegood Rosier (Malfoy)
3. Luna Lovegood Rosier (Malfoy)
El día para regresar a Hogwarts llega.
Draco se siente aliviado. Sus padres no dijeron nada al respecto de su salida al callejón. Draco sospecha que su madre le contó a su padre sobre la clara humillación que Draco hizo sentir a Hermione. El niño rubio no pensó demasiado en eso. No quería perder la cabeza con solo horas para abandonar la mansión.
El ataque de pánico en la noche mientras abrazaba a Libra fue lo único que Draco se permitió sentir, a la fuerza, con respecto a Hermione.
Preparar el baúl es lo único que distrae a Draco. Dobby parece nervioso al respecto. Draco sabe que es la última vez que verá a su elfo en casa. Duele, pero así deben ser las cosas.
“Dobby” dice llamando la atención de la criatura.
“¿Sí? Joven amo Draco” responde con nerviosismo.
“Cuídate y perdóname por todo lo que hice antes para herirte”
De cierta manera, siente que le dice esas palabras a Hermione. Recuerda a la niña defendiendo los derechos de los elfos domésticos.
“Dobby no tiene nada que perdonar. Dobby está para servir al amo Draco” habla apresurado el elfo.
Draco asiente. Dobby parecía contento con sus palabras y eso bastaba.
Su madre lo lleva. Su padre tenía aun leves marcas de la pelea. Se negaba a ser curado, pero tampoco quería que el mundo lo viera en ese estado. Argumenta que si Arthur es capaz de curarse sin medicinas (al no tener dinero ni para comprar alimentos), Lucius Malfoy era perfectamente capaz de lo mismo.
Su madre lo despide con amor cuando llegan a andén 9 ¾. Le acaricia el cabello y antes de que Draco fuera a buscar a Millie, ella le sujeta de los hombros para decirle con seriedad lo siguiente.
“No más errores, dragón. Te amo y me dolería ver que mi hijo se está saliendo de nuestras enseñanzas. Acabas de demostrarme que sí te importa la familia, sigue así” con eso besa su frente. Un gesto de amor así de público no era natural en ellos, tenía un claro propósito y el niño rubio solo sonrió dolido.
Draco siente ganas de llorar. Era tan injusto todo. No tenía la más mínima idea de cómo cambiar los prejuicios de su familia y no podía hacer nada al respecto para demostrar que personas como Hermione no eran malas sin tener la consecuencia de ser quemado.
Permanecer en el árbol Malfoy. Seguir siendo el heredero. Eso es lo que debía de hacer durante el año ignorando el libro maldito en su maleta.
“Sí, madre” es lo único que dice.
Mientras camina con su baúl, porque Dobby al parecer estaba ocupado en otras cosas (no sé lo dijo, pero lo notó y no le pidió que viniera). Sintió la mirada de Hermione sobre él. Millie se apresuró a saludarlo acompañado de Theo y su elfo doméstico.
“Vamos. Potter y Ron aun no llegan, escojamos compartimiento para bloquearlo” dice Millie seria.
Theo ordena a su elfo que se llevaran los baúles de todos. Draco le agradece para sorpresa del niño castaño. Las gracias no eran para su amigo, sino para el Elfo. Si Theo lo notó o no, solo asintió inexpresivo al estar rodeado de personas.
Los tres niños caminan. Pasan por cada compartimiento. Draco está un poco frustrado, porque a cada uno al que van, parece tener al menos un ocupante.
Y luego, la ve.
Luna Lovegood estaba sentada sola en un compartimiento. Usaba el uniforme con ese toque extraño que solía rodear todo lo que tenía que ver con Luna y el Quisquilloso en sus piernas. Draco siente su estómago hundirse.
¿Podría ser amigo de Luna? ¿Eso estaba permitido?
Ella era una sangre pura. Sus padres no tendrían argumentos para ir en contra de su amistad. No lo hicieron después de pasar todo el día con Millie en el callejón Diagon.
“Hola, Draco Malfoy” dice la niña, porque sus amigos no se habían movido al ver a su amigo quieto.
“Luna Lovegood” saluda dudoso, usando su nombre, aunque no debería de mostrar que sabe cómo se llama.
¿Por qué la niña lo llamaba como si fuera un viejo conocido?
“Oh” parece sorprendida la niña, para sonreír contenta “Veo que mi madre no fue la única en querer contar sobre su lado oculto de familia. Que maravillosa coincidencia”
Draco no entiende. Sus ojos analizan a la niña. La chica sonríe. Por un momento, su rostro es cubierto por mechones rubios tan parecidos a los suyos.
Joder. Su mente se iluminó ante la posibilidad y se odió por pensar en ello. Mierda, no.
“Oh, hay tantos torposoplos alrededor tuyo, primo” comenta la niña mientras parecía perdida observando las criaturas que Draco estaba seguro que no existían. No era la primera vez que la niña mencionaba criaturas que no existían. Él había escuchado muchos de sus locos datos mientras la acompañaba en los calabozos de la mansión. Una agradable compañía a su soledad.
Primo.
No… De todos los magos y brujas del maldito mundo mágico. Luna Lovegood tenía que ser su prima.
¿Tanto la vida parecía querer atormentarlo con su pasado? Ella era demasiado pura como para estar contaminada con su sangre. No podía permitir que ella se vea afectada por ser una Malfoy. Él debía ser el único en cargar con la cruz.
“¿Qué dices, lunática?” dice Theo antes de que Millie dijera algo.
Draco empuja a ambos de sus amigos dentro del compartimiento. La niña parpadea y mira su amigo.
“Bueno-” la niña es interrumpida.
“Los únicos Malfoy en Gran Bretaña es la familia de Draco. Su abuelo, su padre y él” Millie explica a la niña, pensando que la pobre muchachita rubia estaba confundida.
“Oh, no” dice Luna. Joder, no “Mi madre es hija ilegitima de mi abuelo Abraxas Malfoy. El abuelo tuvo hijos con mi abuela aun casado con la abuela de mi primo” dice risueña “Mi mamá, Pandora Rosier de soltera, junto a mi tío Evan Rosier son Malfoy que fueron quemados del árbol familiar”
Draco se sienta sintiéndose mareado. Siente el suspiro de Millie, mientras Theo solo lo mira a él. Demasiado por procesar en tan poco tiempo. No esperaba eso para nada, su mente comenzó a trabajar en posibles consecuencias y formas de resolverlas.
“Puedo ver que sabías esto, Draco. ¿Por eso no te reíste con el chiste de Millie de que su prima era tu familiar?” cuestiona Theo analizando todo de él. Toma asiento a su costado.
Draco apoya su cabeza en el respaldar. Asiente mirando al techo. Theo siempre tan observador.
“Padre me amenazó con sacarme el árbol como mi abuelo hizo con dos de sus hijos. Lo que no sabía era quienes fueron esos hijos” decide ser honesto. No había manera que pudiera solucionar esto sin involucrar a sus amigos.
Luna tararea con una sonrisa compresiva.
“Ya veo, el tío Lucius te dijo” no parece afectada “Conocí al abuelo. Bueno, solo le saludé en el funeral de mamá. Un mago tan triste y solitario” se lleva el dedo índice a los labios mientras piensa mejor.
Millie mira a Draco con una expresión clara de “¿Qué mierda le pasa a esa chica?” Theo parece recolectar toda la información.
“Evan Rosier” interviene Theo, llamando la atención de todos “Leí de él. Fue un mortifago que murió en la primera guerra. El heredero de la familia Rosier”
Un mortifago. ¿Acaso todos los Malfoy estaban destinados a relacionarse con el idiota calvo y sin nariz? Y estaba muerto. Eso no lo ayudaba para nada. Lo estaba hundiendo más en aceptar un destino que no quería ver.
La segunda guerra teniendo a los Malfoy en el lado perdedor.
“Sí. El tío murió antes de que naciera” afirma todo, la pequeña niña.
Theo sonríe al ver que la niña no parecía afectada. Draco rueda los ojos por eso. Por supuesto, Theo también solía ser un idiota insensible en esos aspectos al decir la verdad de manera incomoda. Si se veía proyectado en Luna, Draco lo iba a matar. Ella era demasiado tierna como para que tenga algo en común con el idiota de Theo.
“Así que padre tenía razón. Los dos quemados del árbol están muertos” dice serio.
“Papá me dijo que no debería llamarte primo” comenta la niña “Hay demasiados torposoplos cerca de ti”
“¿Torposoplos?” dice Millie mirando alrededor de Draco.
“Luna” dice Draco “¿Qué te dijo tu madre sobre mí?”
Quiere saber si Luna sabe algo de la historia familia que su padre no le dijo. Cualquier cosa que lo pueda ayudar a futuro.
“Mamá siempre me comentaba sobre la posibilidad de conocer a mi primo Draco Malfoy. Una vez vino el tío Lucius. No sé nada de lo que hablaron, pero papá me dijo que no te llamara primo nunca más. No volví a ver al tío, ni siquiera en el funeral de mamá” es lo único que dice.
Draco asiente.
Podría usar a Luna. Podría ir con Hermione y volver a ser amigos simplemente con enviarle una leve amenaza a su padre con filtrar la información de la infidelidad de su abuelo Abraxas al mundo. El escándalo sería suficiente para protegerlo de ser quemado, porque obviamente su padre no se atrevería a repudiarle con el ojo de la sociedad sobre la familia.
Mira a Luna. No, no podía hacerle eso.
Es su prima, al parecer. Su madre siempre le enseñó sobre cuidar a la familia. Además, sentía que debía proteger a esa niña quitando el hecho de que ahora están unidos por sangre. El pasado de una Luna siendo torturada en sus mazmorras lo perseguía como para ignorar su oportunidad de redimirse con ella, de dejar la culpa atrás.
“¿Qué crees que te espera en Hogwarts?” pregunta Draco.
“¿Es en serio?” gruñe Millie. Ella deseaba seguir con la conversación.
Theo solo suspira, comentando bajo que el drama y Draco iban de la mano.
Draco escuchó a la niña el resto del viaje. La muchacha le habló sobre criaturas que el niño rubio estaba seguro no existían. Le habló del Quisquilloso y su padre. Parecía que la niña evitaba hablar de su madre y Draco iba a respetar eso. Tampoco hablaría de su madre si ella muriera.
Indica a Luna donde ir para que conozca Hogwarts con la misma magia que él hizo. Luna se despide, encantada con el caballero que tiene como primo.
Millie le indica que tomaran un carruaje. Draco suspira al ver a lo lejos a Hermione sola acompañada de Longbottom. Ella estaba mirando hacia ellos. Draco siente un pesar al notar que con ella completarían cuatro personas para subir al carruaje. Millie dice que Lily se uniría a su viaje, también afectada por las miradas de la leona.
Draco se va a la zona de carruajes. Mira por un momento a los thestral esperando por ellos estando sujetos a los carruajes. Piensa en su varita y el hecho de que un pelo de cola de esa criatura es su núcleo. El camina hacia ellos y se sorprende al ver como muchos de esas criaturas de acercan a él.
Millie y Theo lo miran con curiosidad. Hermione hace lo mismo desde la lejanía. Cuando uno de los thestral logra desestabilizar al mago rubio para que este cayera en su lomo y así la criatura lo empujara para que se subiera. Los gritos de los niños que no podían ver a los animales hacen que Draco se dé cuenta que estaba llamando demasiado la atención.
Al joven Malfoy le cuesta bastante que los thestral lo dejaran irse a ocupar un carruaje. Millie le indica con el dedo que se arregle el cabello y así Draco lo hace. Antes de cerrar el carruaje, Blaise ocupa el espacio faltante.
“Bien, ¿Qué fue eso?” pregunta Theo sin importarle si Draco se sentía cómodo hablando con Blaise dentro.
“Te cuento luego” dice Draco mirando sin cortesía a Blaise.
Ni una sola carta en todas las vacaciones. Draco es demasiado rencoroso como para olvidar. El niño tampoco parecía decepcionado, sumergido en sus pensamientos mirando el camino en completo silencio.
Llegan al gran comedor. Draco ignora todo y solo aplaude cuando a Luna la seleccionan a Ravenclaw como era de esperarse. La niña lo saluda mientras caminaba a su mesa. Draco debía decirle a la niña que no le dijera a nadie que eran familia.
No podía permitir un escándalo así.
Corre a escoger la cama más alejada. Theo toma la que está a su costado, porque las otras tres camas se encontraban al otro lado. Draco se toma una ducha y deja descansar su cabello del gel. Va a la sala común para hablar con Millie y Theo lo sigue.
Los tres niños se sientan en una esquina apartada. Draco coloca hechizos silenciadores para evitar que la información se libere. Libra había salido con él para jugar con el gato de Millie, por lo tanto, ambos felinos ayudaban a hacer menos incomodo el momento.
“Theo” dice Draco mirando al niño “¿Me das tu palabra de todo lo que te voy a decir será guardado?” pregunta.
Theo lo mira a los ojos.
“¿Quieres un juramento inquebrantable?” pregunta sin dudar.
Draco mira al chico y alza la mano derecha que tenía la marca que le recordaba su trato. Extiende el meñique y Theo lo mira confundido.
“Es una manera muggle de prometer cosas. El significado es más poderoso que un hechizo” explica el muchacho.
Una última prueba para ver si Theo valía la pena como confidente. Si se asqueaba por hacer algo que los muggles hacen, Draco simplemente se llevaría a Millie a otro lugar. Había roto su amistad con Pansy y Hermione, Theo no era nada comparado a ellas o Millie.
“Lo prometo” dice Theo con la misma intensidad, imitando la acción de Draco y sellando el trato de promesa de meñique.
Draco siente alivio. Theo parecía alguien diferente. Si él podía… tal vez Pansy… Sí, había posibilidades.
“Bien. Me quieren sacar del árbol familiar. Bueno, mi padre no dudará en hacerlo si sigo comportando como un traidor de sangre”
“Lo cual es ridículo, porque tú nunca serías un sucio Weasley” dice Theo.
Draco hace una mueca al respecto. Solo él podía burlarse de los Weasley, porque Ronald le había confiado su amistad. Que Theo lo haga… no se había ganado ese derecho. No se sentía correcto.
“Theo” dice.
“Bien. Cortaste tu amistad con los leones, pero los seguirás defendiendo. Comprendo” comenta Theo evitando molestar al rubio.
“Gracias” le sonríe. Si solo Pansy hubiera reaccionado así “Bien. La amenaza hace que no pueda estar cerca de Mione. Mientras mi padre me amenazaba, me mostró el árbol familiar. Ahí descubrí que mi abuelo le fue infiel a mi abuela y tuvo dos hijos ilegítimos que al parecer son Pandora y Evan Rosier”
“Eso hace a Lovegood tu prima directa” dice Millie “¿Ella podría reclamar sus derechos en el Wizengamot?” pregunta dudosa. Al no ser una heredera directa, desconocía esos temas.
“No, personas repudiadas pierden sus derechos y hasta el apellido. Solo podría hacerlo en el caso de que no quedara otro Malfoy vivo. Se haría hechizo de confirmación de herencia y se le devolvería el apellido en caso de que hubiera sido Evan su padre y no Pandora” dice Draco.
“Cosa que no va a pasar” añade Theo serio.
Sí pudo pasar, en otra vida.
Draco mira su mano.
“Así que… ¿qué haremos?” pregunta Millie.
“Por ahora nada” dice Draco serio “Solo ayúdenme a alejarme de Hermione y a mejorar mi reputación” mira a sus amigos “Hablaré con Luna al respecto. Si es inteligente y sé que lo es, esto se quedará en el olvido”
“¿No intentarás nada con el tema? Ella es tu prima. Podrías hablar con tu padre” sugiere Millie, sonando como algo que diría Hermione.
Draco hace una mueca. Hacerlo implicaba arriesgar. No podía.
“La cuidaré, pero el asunto de los primos no se mencionará” lo dice en un tono que le indica a Millie que eso era todo.
“Qué vergüenza das Theo” la voz de Pansy asusta a los tres niños.
Draco mira a su amiga. Ella había crecido y se había cortado el cabello hasta casi llegarle a nuca. Se veía bonita con sus túnicas para dormir y estaba acompañada de Daphne y Blaise. El niño parecía distante de la situación.
“Piérdete, Pansy. No es tu asunto” dice Theo rodando los ojos.
“Claro que es mi asunto cuando veo a un buen slytherin manchándose con traidores de sangre que adoran a sangre sucias” dice la niña con el mentón en alto. Greg y Vincent ríen de fondo.
Draco suspira y se levanta.
“Pansy, déjanos en paz y busca tu vida” dice Draco cansado.
La niña lo mira con odio.
“Hago lo que se me dé en gana. Traidor de sangre”
Las risas de algunas serpientes en la sala común no se hacen esperar. Algunos aplauden el comportamiento de Pansy. Todos unos mocosos odiosos.
Que el pollo de Hagrid los picotee de castigo… no, que el estúpido perro de tres cabezas los muerda y les de rabia.
“Perra” dice Millie levantándose.
“No, Mills. No busquemos más problemas” detiene Draco. Millie lo mira dolida por eso “Vamos, mañana hablamos” agarra a Libra para llevársela.
Pansy camina hacia él y de un manotazo hace que Draco deje de sostener a su princesa. Draco no hace nada cuando Libra salga a morder la mano pálida de la pelinegra. Solo cuando ve que están a punto de lastimar a su gata, la sostiene y vuelve a alejarse.
En el desayuno. Draco se apresura y camina hacia la mesa Ravenclaw. Ignora la mesa de los leones en el proceso. Mira a la niña rubia sentada sola, mientras otras niñas hablaban y apuntaban en dirección a Luna.
Mocosas idiotas.
“Luna, vamos. Ven come con nosotros” dice Draco.
La niña lo mira con sus ojos grandes y saltones. Se levanta y lleva su plato. Draco piensa que podría haber dejado el plato ahí y elegir otro en su mesa, pero no comenta nada.
Siente la mirada de tres personas.
“En la mesa gryffindor nos observa Harry Potter y sus dos amigos” dice la niña con tranquilidad. Mirando a la mesa y saludando haciendo que Draco mire para ver la mirada intensa y molesta de Hermione.
Teme por su vida. Es muy joven como para morir.
“Deja, no entienden” no intenta explicar lo que dice y Luna parece más interesada al mirar alrededor de los leones.
“Harry Potter y su amiga con el cabello esponjoso están repletos de torposoplos” dice la niña “Deberíamos acercarnos a decirles para que se protejan. Parecen que quieren hablarte”
“Luego, Luna” sostiene su brazo y apresuran la llegada a la mesa.
Millie la mira.
“Creo que no me presenté, soy Millicent Bulstrode. Puedes decirme Millie” dice la chica con calidez y algo incomoda por cómo era Luna.
A veces debías tomarte más de un día para encariñarte con Luna. Merlín era testigo como le costó a Draco entender la manera risueña y honesta que era Luna.
“Theodore Nott” se presenta Theo serio.
“Luna Lovegood” dice la niña con una sonrisa.
“Bien, Luna. Antes que nada, quisiera pedirte que me hicieras un gran favor” dice Draco confiando en que la niña no dijera nada.
“Sí, primo. Adelante” dice la niña, comenzando a jugar con su comida.
“No me llames primo. No si estamos en lugares llenos” dice Draco para comenzar con todo “No es que me avergüence de ti, pero el mundo de la sangre pura es muy peligroso de manejar. Una mala acción puede arruinar la vida de tu padre y la tuya. Te estoy protegiendo al ocultar el hecho que seamos familia” dice Draco.
No mentía, aunque más protegía a sus padres y a su abuelo. El mundo vería con pena a los Lovegood.
“¿Por qué son peligrosos?” pregunta la niña curiosa.
“Porque pueden hablar y arruinar la imagen al apellido. Una mala imagen trae malos negocios y relaciones diplomáticas poco poderosas” explica Draco repitiendo lo que su padre le respondió una vez cuando él hizo la misma pregunta de niño.
“Mamá decía que el poder que tienen las palabras de las personas son el resultado de lo que tu permites que te afecten” dice la niña antes de meter una cuchara de pudín a la boca para luego sonreír “Este pudín es delicioso” añade con la boca algo llena.
“Sí, tu mamá puede que tenga razón” decide seguirle la corriente, aunque esas palabras le llegan un poco al corazón. Si tan solo fuera más fuerte como para no permitir que las palabras de su padre no tuvieran ese poder en él.
“Pero está bien, Draco” dice la niña “No diré a nadie que somos familia”
Draco sonrió. Se sentó y comenzó a contarle a Luna como era la escuela de Hogwarts. Millie se unió con consejos para defenderse y Theo solo dijo un par de libros que podría leer. Ninguno tomando importancia al rumor de Potter y Ronald usando un carro volador.
“Aun no dijiste porque estabas flotando frente a los carruajes” dice Millie notando esa falta de información que no pudieron cubrir por la interrupción de Pansy.
“Eran Thestral” dice Draco.
“Oh, tú también puedes verlos” dice contenta Luna “Son criaturas muy incomprendidas. Las personas suelen temerlas, pero en realidad son muy amables. Cerca de casa hay una manada que siempre ronda para que pueda alimentarlos” comenta la niña
Draco no pregunta por eso. Sabe que la niña vio morir a su madre siendo pequeña. La niña le había contado eso en su tiempo en los calabozos.
“¿Qué? ¿Thestral?” dice confundida Millie.
“Leí de ellos. Son criaturas que solo se ven cuando el mago o la bruja ven con sus ojos a la muerte” le aclara Theo serio “¿Por qué puedes ver a los thestral, Draco?” dice sin tacto.
Draco no tiene una explicación clara. En esta nueva vida no había visto a ninguna persona morir, pero en su anterior vida vio a demasiadas personas mientras vivía con el señor sin nariz en la mansión. Si aún conservaba sus ataques de pánico, también conservaría esos recuerdos para atormentarlo en algunas pesadillas.
“Theo, eso es insensible. No tienes que decir nada Draco” dice Millie mirando comprensiva al niño rubio.
“¿Por qué?” pregunta Luna “La muerte no debería ser un tema malo” mira su cuchara con una porción llena “La muerte solo es la siguiente aventura que uno da. Mamá decía que lo que perdemos, de alguna manera llegará a nosotros. Solo que no como pensamos”
Draco le sonríe a Luna. Ella siempre había sido así. De una manera extraña transmitía su sabiduría.
Millie parece mirar mejor a la pequeña niña de Ravenclaw. Theo, por su lado, solo lo mira curioso y algo preocupado. Draco ignora y siguen comiendo. Todo se queda olvidado cuando un vociferador con la voz de Molly Weasley interrumpe la tranquilidad.
Así Luna se volvió un constate en la vida de Draco. Él niño rubio planeo incorporarla a su vida conociendo el acoso que la niña sufrió, pero nunca de esa manera.