
3 años después
3 años después del Sekai Taikai
El lugar permanecía en un silencio absoluto. Tal vez por eso siempre volvía allí cuando necesitaba reflexionar con profundidad y escuchar con claridad las respuestas que buscaba. Sin embargo, el motivo de esta visita era diferente.
Primero, Daniel limpio un poco. Hizo a un lado las hojas secas y colocó el ramo de flores sobre el pasto.
"Ha pasado un tiempo desde mi última visita… fue después del divorcio", comenzó Daniel. "Pero esta vez no vengo por un consejo. Estoy aquí para despedirme... será temporal, aunque no sé cuánto tardaré en volver."
Hizo una pausa. Su voz estaba al borde de quebrarse, pero se obligó a mantener la compostura. Si se derrumbaba ahora, quizá no encontraría el valor para irse.
“Amanda es quien me convenció de tomar estás vacaciones, ella ha estado amenazandome con arrastrarme hasta el aeropuerto para asegurarse de que realmente me vaya”, dijo riendo. “Pero la entiendo, ahora somos amigos y como buena amiga se preocupa por mi. Si tan solo pudiera amarla como antes”, de nuevo se detiene para respirar y continua cuando logra calmarse. “Creo que ahora puedo entender lo difícil que fue para usted dejar ir a Yukie, no solo una, sino dos veces. Recuerdo perfectamente lo que me respondió cuando le pregunté por qué no trajo a Yukie con nosotros al volver de Okinawa”.
“Miyagi no ser capaz de pedirle a Yukie dejar toda su vida para vivir en lugar desconocido donde no tener nada y estar lejos de amigos. Daniel-San, amor más puro es no pensar en felicidad de uno solo. Por eso Yukie tampoco pedir a Miyagi quedarse en Okinawa”.
"Debo confesar que en su momento no lo entendí, pero ahora sí. Por eso acepté ir con el señor Han a Nueva York para entrenar a su mejor estudiante. Luego viajaré a Okinawa para conocer al hijo de Chozen y Kim. Y, por último, iré a Nueva Jersey. Pasar un tiempo en el lugar donde crecí me ayudará a encontrar la paz que necesito."
Escucha pasos acercándose. Al girarse, ve al señor Han, quien saluda con respeto la tumba del señor Miyagi.
“No quería interrumpir, pero es hora de irnos”.
“Está bien", dice Daniel, poniéndose de pie.
“Hasta pronto, señor Miyagi.”
“Cuidaré muy bien de su estudiante”, promete el señor Han.