Au-delà de la perfection

Harry Potter - J. K. Rowling
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Au-delà de la perfection
Summary
Regulus Black crece a la sombra de sus ilustres padres: un pianista reconocido y una cantante de ópera brillante. A medida que lucha por su atención y amor, su hermano mayor Sirius se convierte en su protector y único apoyo. Sin embargo, la rebeldía de Sirius lo lleva a ser expulsado de la casa familiar, dejando a Regulus atrapado en una vida que no desea. A los 17 años, Regulus se siente asfixiado por las expectativas de perfección que sus padres le imponen. Su vida da un giro inesperado cuando la danza entre él y James Potter comienza a revelar que detrás de los nombres Black y Potter, hay dos almas en busca de libertad y comprensión.
Note
Hola a todos!Este es el primer fanfic que escribo, me alegra que sea de uno de mis fandoms favoritos, esta temática y de lo que trata la historia no es completamente mía.El como esto surgió fue que en un momento de relajación entre a Tiktok, donde me apareció un video con la canción instrumental Black Swan de BTS con una descripción que sinceramente sentí como tatuo en mi corazón, y lo que decía es exactamente la idea de un Jegulus fic ballet dancer.Su user es: @li0nsofheartTodo es gracia a su mente brillante por imaginarse eso, ella dijo que no sabría como escribirlo por no tener conocimiento del ballet, yo tengo algunos conocimientos, así que haré mis esfuerzo para poder plasmar su idea.Disfrutenlo.
All Chapters Forward

Confesiones y Coreografías

El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una luz dorada. Regulus entreabrió los ojos, parpadeando ante el resplandor que le daba directamente en la cara. Intentó moverse, pero algo lo retenía. Giró ligeramente la cabeza y se dio cuenta de que era el brazo de Sirius, que lo envolvía en un abrazo firme y cálido.

Con esfuerzo, Regulus se giró lentamente hasta quedar de frente a su hermano. Observó su rostro dormido, tan tranquilo y sereno, una imagen que contrastaba con la energía habitual de Sirius. Sonrió para sí y levantó un dedo, tocando suavemente la mejilla de su hermano.

Regulus repitió el gesto varias veces, picando la mejilla de Sirius con suavidad. Sirius frunció el ceño y movió ligeramente la cabeza, emitiendo un sonido de protesta. Finalmente, sus ojos se abrieron lentamente y parpadearon mientras intentaba enfocarse.

"Buenos días", dijo Sirius con voz ronca, todavía medio dormido.

"Buenos días, dormilón" respondió Regulus con una sonrisa traviesa." ¿Te importaría soltarme ahora? No es que no aprecie el abrazo, pero me gustaría poder moverme."

Sirius aflojó el brazo y soltó a Regulus, quien se levantó de la cama estirándose y dejando escapar un suspiro de alivio. Se dio la vuelta y vio cómo Sirius se acomodaba boca abajo, enterrando la cabeza en la almohada, claramente dispuesto a seguir durmiendo.

"Oye, Sirius" dijo Regulus, dando un paso hacia la cama y cruzando los brazos. "Será mejor que te levantes. Hoy es tu presentación en tu antigua universidad."

Sirius murmuró algo incomprensible y se tapó más con la manta.

"No puedes seguir ignorándolo, hermano" insistió Regulus, dándole una ligera palmada en la espalda. "Ya sé que no estudias allí más, pero eso no ha sido impedimento para que tu último trabajo sea presentado. Todos están esperando verte."

Sirius gruñó y se giró lentamente, abriendo un ojo para mirar a Regulus con expresión de resignación.

"¿Qué haría yo sin ti, Reg?" dijo finalmente, incorporándose con esfuerzo y pasando una mano por su cabello despeinado.

"Probablemente seguirías durmiendo" bromeó Regulus, sonriendo. "Pero en serio, vamos. No querrás llegar tarde y decepcionar a todos, ¿verdad?"

Sirius asintió, rindiéndose a la insistencia de su hermano. Se sentó en la cama, estirándose y dejando escapar un largo bostezo.

"Está bien, está bien. Me levanto. Gracias por despertarme, Regulus."

Regulus le devolvió la sonrisa y mientras ve como Sirius sale de la habitación, mientras tanto él va al baño a alistarse. 

Regulus salió del baño con una toalla alrededor de la cintura, el vapor aún se dispersaba por el pasillo. Se dirigió a su habitación, sintiendo el frescor de la mañana sobre su piel. Frente al armario, abrió las puertas y examinó la ropa que colgaba ordenadamente.

No tenía ganas de ponerse lo que solía vestir. Quería algo diferente, algo que no fuera demasiado llamativo pero que rompiera un poco la monotonía de su vestuario habitual. Suspiró, agradeciendo mentalmente que Sirius siempre le regalaba ropa de colores variados.

Después de unos minutos de búsqueda, encontró la combinación perfecta: una camisa de botones de color azul oscuro con mangas largas que decidió enrollar hasta el antebrazo. La camisa tenía un cuello pulcro y un bolsillo visible en el lado izquierdo, lo que le daba un toque casual pero elegante. Acompañó la camisa con unos jeans de mezclilla de color azul claro, cómodos y versátiles.

Para completar el conjunto, se puso unos converse blancos, un clásico que nunca fallaba. Se miró en el espejo, ajustando la camisa y asegurándose de que las mangas quedaran bien enrolladas. Luego, se peinó un poco sus rizos, dándoles una forma más definida. Tomó su colonia favorita y se puso un poco, disfrutando del aroma familiar. Finalmente, se puso varios anillos en cada mano, añadiendo un toque personal y distintivo a su atuendo.

Se dio un último vistazo en el espejo, satisfecho con el resultado. Con una sonrisa de aprobación, salió de la habitación.

Sirius, ya más despierto y también vestido, lo esperaba en la cocina con una taza de café en la mano.

"Vaya, te ves bien, Reggie" comentó Sirius, levantando la taza en un gesto de aprobación. "El azul oscuro te sienta genial."

"Gracias, Siri" respondió Regulus con una sonrisa. "Y gracias por la ropa. A veces es bueno cambiar un poco."

"Para eso están los hermanos mayores" dijo Sirius con una sonrisa traviesa. "¿Listo para ir?"

"Listo" afirmó Regulus, tomando su propio café de la mesa. "Vamos a deslumbrar a esa universidad."

La moto de Sirius rugió mientras avanzaban por las calles en dirección a la universidad. El viento azotaba sus rostros, y Regulus se aferraba con fuerza a su hermano, disfrutando de la emoción del viaje. Llegaron al campus, y Sirius estacionó la moto en un área designada.

Regulus se bajó de la moto, quitándose el casco especialmente diseñado para él. "Es un buen detalle de Sirius tener un casco solo para mí", pensó con una sonrisa, mientras esperaba a que su hermano hiciera lo mismo. Cuando Sirius finalmente se bajó y guardó los cascos, ambos se dirigieron hacia la entrada principal de la universidad.

 

 

 

Regulus seguía a Sirius, ya que no conocía el lugar. Mientras caminaban, observaba los edificios y los estudiantes que se movían con prisa a sus clases. Finalmente, llegaron al área de la exhibición, un salón amplio y bien iluminado donde varias personas se reunían alrededor de diferentes presentaciones y proyectos.

Sirius buscó con la mirada a uno de sus amigos, escaneando el lugar con atención. Regulus, mientras tanto, exploraba el área con curiosidad. De repente, su mirada se detuvo en una figura familiar.

"Sirius, allí está Dorcas", dijo Regulus, señalando hacia donde estaba su amiga.

Sirius sonrió al ver a Dorcas y se dirigió hacia ella con Regulus siguiéndolo de cerca.

"Dorcas, ¡qué bueno verte!" saludó Sirius, abrazándola rápidamente.

"Sirius, Regulus, me alegra verlos", respondió Dorcas con una sonrisa amplia. "¿Listos para la gran presentación?"

"Más que listos", dijo Sirius, con una chispa de entusiasmo en sus ojos. "Vamos a impresionar a todos, ¿verdad, Reg?"

Regulus asintió, sintiendo la energía positiva que emanaba de su hermano y su amiga. La emoción en el ambiente era palpable, y estaba listo para ver a Sirius brillar en su antigua universidad.

Los tres se pusieron a recorrer la exhibición, observando cada obra con atención y comentando entre ellos. Las paredes estaban llenas de pinturas, fotografías y proyectos de todo tipo. La creatividad y el talento de los estudiantes eran evidentes en cada pieza que veían.

Mientras caminaban, se encontraron con Mary, Lily, Remus y Peter, quienes se unieron al grupo. Todos se detuvieron frente a una fotografía particularmente interesante, discutiendo sus detalles y técnicas.

"Es impresionante cómo el fotógrafo capturó la luz en esta imagen", dijo Lily, señalando los matices de color en la fotografía.

"Sí, realmente logra transmitir una sensación de calma y misterio al mismo tiempo", añadió Remus, inclinándose hacia adelante para ver mejor.

Regulus, sin embargo, se desconectó de la conversación cuando su mirada se posó en alguien al otro lado del salón. James Potter estaba allí, charlando animadamente con un grupo de personas. Vestía una camisa de botones de manga corta de color negro, con los primeros botones desabrochados, dejando ver su tonificado pecho. Los pantalones beige y las converse altas en blanco y negro completaban su look informal pero atractivo. Su cabello rebelde, desordenado de manera casi perfecta, le daba un aspecto sexy y despreocupado.

Regulus no pudo evitar quedarse mirando, sintiendo un inesperado calor en su rostro. James tenía una presencia magnética que era difícil de ignorar. Trató de volver a centrarse en la conversación de su grupo, pero sus ojos se desviaban constantemente hacia James, quien seguía sonriendo y riendo con sus amigos, irradiando confianza y encanto.

"Regulus, ¿tú qué piensas?" preguntó Peter, sacando a Regulus de sus pensamientos.

"¿Eh?" Regulus giró la cabeza hacia el grupo, después de haber estado observando otra obra cercana. "Oh, sí, la fotografía es increíble. El uso de la luz es realmente impresionante."

Regulus hizo un esfuerzo por concentrarse, aunque parte de su mente seguía volviendo a la imagen de James. Sabía que pronto llegarían a la obra de Sirius, pero en ese momento, la presencia de James parecía eclipsar todo lo demás.

El grupo finalmente llegó al rincón de la exhibición donde estaban las pinturas de Sirius. Regulus se detuvo en seco, sorprendido al ver que no había una, sino dos pinturas colgadas en la pared. Solo tenía conocimiento de una, y esta inesperada duplicidad lo dejó perplejo.

"Wow, Sirius, ¿por qué no mencionaste que había dos pinturas?" dijo Regulus, girando hacia su hermano con una mezcla de asombro y admiración.

"Quería que fuera una sorpresa", respondió Sirius con una sonrisa traviesa.

Todos se acercaron para examinar las obras de arte más de cerca. La primera pintura mostraba a una persona descansando su cabeza sobre su mano, con la mano parcialmente cubriendo el rostro. La obra utilizaba una paleta de colores limitada, principalmente en tonos de marrón, negro y blanco. Los trazos del pincel eran visibles y le daban una textura única a la imagen. El cabello de la persona fluía a lo largo del lienzo, capturando la atención de inmediato. El estilo era suelto y expresivo, sugiriendo un enfoque artístico en el estado de ánimo en lugar de un realismo detallado.

"Me encanta cómo los trazos del pincel son tan visibles", comentó Mary, inclinándose para ver mejor. "Le da mucha profundidad y emoción."

"Sí, y esos tonos terrosos son muy evocadores", añadió Lily, cruzando los brazos mientras examinaba la obra.

La segunda pintura era igualmente cautivadora, aunque de un estilo completamente diferente. Mostraba a una persona sumergida en agua hasta el pecho, vista desde un ángulo ligeramente elevado. El rostro de la persona estaba oscurecido por un área rectangular borrosa, y sus manos estaban presionadas contra lo que parecía ser una superficie transparente, posiblemente sugiriendo un intento de atravesarla o romperla. Burbujas y ondulaciones rodeaban las manos y la parte superior del cuerpo, indicando movimiento en el agua. La escena transmitía una clara sensación de urgencia o lucha.

"Esta pintura es muy potente, Sirius", dijo Remus, tocándose el mentón pensativamente. "Esa sensación de lucha y desesperación es palpable."

"Es increíble cómo has capturado el movimiento del agua", agregó Peter, admirando las burbujas y ondulaciones en la pintura.

Regulus observaba ambas pinturas, impresionado por la habilidad y la visión artística de su hermano. A pesar de su sorpresa inicial, no podía evitar sentirse orgulloso de Sirius.

"Son realmente impactantes", dijo Regulus finalmente, mirándolo a los ojos. "Has hecho un trabajo increíble, Sirius."

"Gracias, Reg," respondió Sirius, sonriendo con modestia. "Significa mucho para mí que lo pienses."

En ese momento, James Potter se acercó al grupo, notando las pinturas de Sirius. Su presencia volvió a captar la atención de Regulus, pero esta vez, la admiración por el talento de su hermano compartía espacio con la fascinación que sentía por James.

"Vaya, Sirius, estas son impresionantes," dijo James, observando las pinturas con una mirada apreciativa. "Tienes un talento increíble."

"Gracias, James," respondió Sirius, estrechando la mano de su amigo. "Me alegra que te gusten."

Regulus sintió una mezcla de orgullo y nerviosismo mientras observaba la interacción. La tarde apenas comenzaba, y ya estaba llena de sorpresas y emociones.

Después de varios minutos recorriendo la exhibición, el grupo se dispersó para averiguar cuándo podían retirar sus obras. De repente, Regulus se dio cuenta de que él y James se habían quedado solos. La sensación de nerviosismo creció en su pecho. Recordaba las conversaciones con sus amigos sobre lo que había sucedido con James y la necesidad de hablar con él sobre ello, pero la duda lo invadía.

James sonreía, observando una escultura cercana, sin darse cuenta de la tormenta de pensamientos que atravesaba la mente de Regulus. Para Regulus, la posibilidad de que James quisiera ser algo más que un amigo parecía remota. Estaba convencido de que la cercanía de James se debía únicamente a su relación con Sirius.

"Entonces, ¿qué te parecen las exhibiciones hasta ahora?" preguntó James, rompiendo el silencio con su voz cálida y amigable.

"Son... increíbles," respondió Regulus, tratando de mantener la compostura. "Sirius y todos los demás realmente han hecho un trabajo asombroso."

James asintió, sus ojos brillando con entusiasmo. "Sí, es impresionante ver tanto talento en un solo lugar. Me alegra que hayamos venido."

Regulus miró a James, notando la forma en que su camisa de botones de manga corta se ajustaba a su figura, los primeros botones desabrochados dejando ver su tonificado pecho. El cabello rebelde de James le daba un aire sexy y despreocupado, algo que solo añadía a la confusión de Regulus sobre sus propios sentimientos.

"James," comenzó Regulus, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. "Hay algo de lo que... he estado queriendo hablar contigo."

James se volvió hacia él, su expresión se tornó seria pero amable. "Claro, Reg. ¿Qué pasa?"

Regulus dudó, las palabras atascadas en su garganta. ¿Cómo podría decirle a James lo que realmente sentía? ¿Y si James solo estaba siendo amable con él por ser el hermano menor de Sirius?

"Es solo que... a veces siento que te acercas a mí solo porque soy el hermanito de Sirius," dijo Regulus finalmente, mirando al suelo. "Y no sé si... si hay algo más detrás de eso."

James frunció el ceño ligeramente, dando un paso más cerca de Regulus. "Reg, no quiero que pienses eso. Sí, te conocí a través de Sirius, pero te considero mi amigo. Me importas por quién eres, no solo por ser el hermano de Sirius."

Regulus levantó la mirada, sorprendido por la sinceridad en los ojos de James. "¿De verdad?"

"De verdad," afirmó James, colocando una mano en el hombro de Regulus. "Eres una persona increíble, Regulus. Me gusta pasar tiempo contigo, y eso no tiene nada que ver con Sirius."

El corazón de Regulus se calmó un poco, aunque la duda aún persistía. Pero las palabras de James y el contacto de su mano le dieron una pequeña esperanza. Tal vez, solo tal vez, había una oportunidad para algo más.

"Gracias, James," dijo Regulus, sintiendo que una carga se aliviaba de sus hombros. "Realmente aprecio que me digas eso."

James sonrió, apretando suavemente el hombro de Regulus antes de soltarlo. "Siempre, Reg. Ahora, ¿qué te parece si exploramos un poco más antes de que los demás vuelvan?"

Regulus asintió, sintiéndose un poco más ligero mientras caminaban juntos, explorando la exhibición con una renovada sensación de compañerismo y, quizás, algo más.

 

 

James 

James entró al área donde se estaba llevando a cabo la exhibición, emocionado por ver el trabajo de los estudiantes. En su pequeño recorrido inicial, se encontró con varios conocidos y se detuvo a charlar con ellos, disfrutando de las conversaciones y admirando sus obras. Después de un rato, decidió buscar a sus mejores amigos.

Cuando finalmente localizó a Sirius, Remus, Peter, Lily, Mary y Regulus, estaban todos reunidos frente a un par de pinturas. Se acercó al grupo, notando que estaban viendo las obras de Sirius. Regulus, como siempre, se destacaba en medio del grupo, su mirada intensa centrada en las pinturas.

James se unió a ellos, observando las pinturas con una mirada apreciativa. La primera pintura mostraba a una persona descansando su cabeza sobre su mano, con la mano parcialmente cubriendo el rostro. Los tonos marrones, negros y blancos creaban una atmósfera melancólica y reflexiva, mientras los trazos visibles del pincel le daban una textura viva y realista. El cabello de la persona fluía a lo largo del lienzo, capturando la atención de inmediato.

"Vaya, Sirius, estas son impresionantes," dijo James, sintiendo una genuina admiración por el trabajo de su amigo. "Tienes un talento increíble."

Sirius sonrió con modestia. "Gracias, James. Me alegra que te gusten."

James se volvió hacia la segunda pintura. Esta mostraba a una persona sumergida en agua hasta el pecho, vista desde un ángulo ligeramente elevado. El rostro de la persona estaba oscurecido por un área rectangular borrosa, y sus manos estaban presionadas contra lo que parecía ser una superficie transparente, como si intentara atravesarla o romperla. Las burbujas y ondulaciones en el agua daban una sensación de movimiento y urgencia.

"Esa sensación de lucha y desesperación es palpable," comentó Remus, tocándose el mentón pensativamente.

James asintió, su mirada fija en la obra. "Es increíble cómo has capturado el movimiento del agua y la emoción de la escena. Realmente impactante."

Regulus estaba junto a él, observando las pinturas con una mezcla de sorpresa y admiración. James notó cómo los ojos de Regulus brillaban con orgullo por el trabajo de su hermano.

"Son realmente impactantes," dijo Regulus finalmente, mirando a Sirius. "Has hecho un trabajo increíble, Sirius."

James sintió una oleada de calidez al ver la interacción entre los hermanos. Se alegraba de que Regulus estuviera allí, compartiendo este momento con Sirius y el resto de sus amigos.

Después de varios minutos de admirar las pinturas y discutir sobre ellas, el grupo decidió continuar su recorrido. James caminaba al lado de Regulus, disfrutando de su compañía. Pronto, el resto del grupo se dispersó para averiguar cuándo podían retirar sus obras, dejando a James y Regulus solos.

James aprovechó la oportunidad para iniciar una conversación con Regulus, esperando romper cualquier barrera que aún pudiera existir entre ellos. Notó que Regulus parecía nervioso, pero dispuesto a hablar.

"Entonces, ¿qué te parecen las exhibiciones hasta ahora?" preguntó James, rompiendo el silencio con su voz cálida y amigable.

"Son... increíbles," respondió Regulus, tratando de mantener la compostura. "Sirius y todos los demás realmente han hecho un trabajo asombroso."

James asintió, sus ojos brillando con entusiasmo. "Sí, es impresionante ver tanto talento en un solo lugar. Me alegra que hayamos venido."

Mientras caminaban juntos, James no pudo evitar notar la tensión en Regulus. Quería asegurarle que su amistad era sincera, que lo valoraba por quien era, y no solo como el hermano de Sirius. Observando la manera en que Regulus se esforzaba por encontrar las palabras, decidió que, más tarde, tendría una conversación más profunda con él para aclarar cualquier malentendido y fortalecer su vínculo.

Por ahora, estaba contento de estar allí, compartiendo el momento con Regulus, explorando la exhibición y disfrutando de la creatividad y el talento que los rodeaba.

Después de terminar su recorrido por la exhibición, James y Regulus decidieron esperar afuera a los demás. Se encontraron un lugar tranquilo y se sentaron recostados de un árbol cercano. El sol de la tarde brillaba sobre ellos, creando un ambiente cálido y relajado.

James observaba a Regulus con fascinación mientras charlaban sobre las diferentes obras que habían visto. Notó cómo el azul oscuro de la camisa de Regulus resaltaba sus ojos, dándole un brillo especial. Siempre había visto a Regulus usando ropa negra o gris, por lo que este cambio le sorprendió gratamente.

Regulus hablaba con entusiasmo sobre sus impresiones de la exhibición, y James no podía evitar sonreír ante su energía. Pero lo que realmente llamó la atención de James fueron los anillos en los dedos de Regulus. Cada uno parecía tener su propia historia, su propio significado. James no podía apartar la mirada de ellos, sintiendo una extraña atracción hacia esos pequeños detalles que adornaban las manos de Regulus.

De repente, James se dio cuenta de algo más profundo. Se dio cuenta de que le gustaba mucho Regulus. Más que un amigo. Más de lo que alguna vez había imaginado. Se sintió abrumado por la realización, pero también emocionado por lo que podría significar.

Mientras Regulus seguía hablando, James luchaba por mantener su compostura. Su mente estaba llena de pensamientos y emociones contradictorias. No estaba seguro de cómo abordar esta nueva revelación, pero sabía que tenía que hacerlo con cuidado y respeto.

En silencio, contempló el rostro de Regulus, tratando de encontrar la valentía para expresar lo que estaba sintiendo. Tal vez, solo tal vez, Regulus sentía lo mismo. O tal vez no. Pero James sabía que tenía que intentarlo, porque la idea de perder la oportunidad de descubrirlo era demasiado dolorosa.

Decidió esperar el momento adecuado para compartir sus sentimientos con Regulus, pero por ahora, solo disfrutaría de su compañía, de la calidez del sol y del susurro de las hojas en el viento. Y, secretamente, esperaría que el azul del cielo y el verde del pasto les brindaran la suerte y la serenidad necesarias para lo que vendría después.


El tranquilo momento entre James y Regulus fue interrumpido por la llegada de los demás, quienes propusieron ir a un lugar al aire libre para comer y celebrar el éxito de la exhibición. James se levantó rápidamente y extendió su mano hacia Regulus, invitándolo a levantarse. Cuando Regulus tomó su mano, ambos sintieron una extraña electricidad recorriendo sus cuerpos, recordándoles el encuentro del día anterior.

Regulus miró a James con una mezcla de sorpresa y confusión al sentir esa chispa nuevamente. James, nervioso por la intensidad del momento, soltó rápidamente la mano de Regulus, tratando de disimular su incomodidad.

El grupo se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida, con Regulus tratando de procesar lo que acababa de suceder y James tratando de ocultar sus propios sentimientos. Aunque el momento se había desvanecido, la sensación de conexión entre ellos permanecía en el aire, dejando a ambos preguntándose qué significaba realmente.

Una vez en el estacionamiento, el grupo se detuvo y comenzó a debatir sobre cómo irían al restaurante. James mencionó que tenía su Jeep, mientras que Sirius ofreció llevar a Remus en su moto. Lily también tenía su auto, y Dorcas, con una sonrisa traviesa, tomó el mando de la situación.

"Creo que Remus se irá con Sirius, Lily nos llevará a Mary, Peter y a mí, y Regulus se irá en el Jeep de James," dijo Dorcas con determinación, mirando a cada uno de ellos con una chispa de complicidad en los ojos.

El resto del grupo asintió, comprendiendo la intención de Dorcas de darles a James y a Regulus la oportunidad de estar juntos a solas. No le dieron la oportunidad de hablar; rápidamente se separaron, dejando a James y a Regulus solos al lado del Jeep de James.

James miró a Regulus, notando la sorpresa y la incertidumbre en su rostro. Sabía lo que Dorcas estaba intentando hacer, y aunque se sentía nervioso por lo que podría suceder, también se sentía emocionado por la posibilidad de hablar con Regulus sin distracciones.

"Supongo que nos toca ir juntos," dijo James, tratando de sonar casual mientras abría la puerta del Jeep.

Regulus asintió, siguiéndolo y subiéndose al lado del conductor. El silencio entre ellos era tenso, cargado de emociones no expresadas. James arrancó el motor del Jeep, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros mientras comenzaban el viaje hacia el restaurante.

Mientras conducían, James buscaba las palabras adecuadas para romper el hielo, pero cada intento parecía quedarse atrapado en su garganta. Regulus miraba por la ventana, perdido en sus propios pensamientos, y James se preguntaba si alguna vez tendrían la oportunidad de hablar honestamente sobre lo que estaba sucediendo entre ellos.

El camino se extendía ante ellos, lleno de posibilidades y preguntas sin respuesta. Pero una cosa era segura: Dorcas había puesto en marcha un plan para acercarlos, y ahora dependía de James y de Regulus el decidir qué hacer con ella.

 

 

Cuando Dorcas tomó las riendas de la situación y decidió cómo cada uno llegaría al restaurante, Regulus sintió una oleada de nervios. No había tenido la oportunidad de expresar su preferencia, y ahora se encontraba destinado a pasar un tiempo a solas con James en el Jeep. Mientras el resto del grupo se dispersaba, Regulus se quedó junto a James, sin saber cómo sentirse al respecto.

Nunca antes había experimentado esta sensación de nerviosismo al estar cerca de alguien, especialmente de James. No entendía completamente qué significaba ese extraño zumbido en su estómago o por qué su corazón latía con tanta fuerza. No sabía si era simplemente la emoción de la situación o si había algo más profundo en juego.

Regulus se encontraba en territorio desconocido. Nunca había experimentado el amor romántico, ni siquiera había dado su primer beso. La idea de tener sentimientos más allá de la amistad era nueva para él, y no sabía cómo manejarla.

Mientras James conducía, Regulus se sumió en sus pensamientos, mirando por la ventana con la mente dando vueltas. Quería decir algo, quería romper el incómodo silencio que se había instalado entre ellos, pero no sabía por dónde empezar. Se sentía atrapado en una neblina de incertidumbre, sin saber qué hacer o qué decir.

El camino se extendía ante ellos, y Regulus se aferraba a la esperanza de encontrar las palabras adecuadas antes de que fuera demasiado tarde. Mientras tanto, solo podía esperar y reflexionar sobre los sentimientos desconcertantes que James despertaba en él.

Después de estacionar el auto en el estacionamiento del restaurante, James rompió el incómodo silencio que había reinado durante el viaje.

"Regulus, ¿te importaría si hablamos después de la celebración?", preguntó James con suavidad, mirando a Regulus con seriedad.

Regulus se sorprendió por la solicitud y quedó en silencio por un momento, procesando la inesperada petición. James, notando la reacción de Regulus, se apresuró a añadir que no estaba obligado a querer hablar, que simplemente quería compartir algo importante con él.

"No estás obligado a querer hacerlo, solo quiero decirte algo importante," agregó James, nervioso pero determinado.

Regulus, finalmente reuniendo sus pensamientos, asintió con cautela, aceptando la propuesta de James.

"Está bien," respondió Regulus, mirando a James con curiosidad y un poco de incertidumbre.

Una sonrisa de alivio cruzó el rostro de James al recibir la respuesta afirmativa de Regulus. Descendieron del auto juntos y entraron al restaurante siguiendo al resto del grupo. Remus tomó la iniciativa de hablar con el camarero, dando indicaciones sobre el tamaño del grupo y las preferencias de asiento.

Todos siguieron al camarero hacia el área al aire libre, donde se encontraba una mesa grande perfectamente ubicada para acomodar a todos. James y Regulus tomaron sus asientos, sintiéndose más relajados ahora que estaban rodeados por el bullicio y la animada conversación del grupo. Aunque la conversación pendiente pesaba en sus mentes, ambos estaban dispuestos a dejarla a un lado por el momento y disfrutar de la compañía de sus amigos.

Mientras esperaban la comida, el ambiente en la mesa se llenó de risas y anécdotas divertidas. Cada uno compartía historias y recuerdos, haciendo que el tiempo pasara rápidamente mientras disfrutaban de la compañía del otro. 

Sirius observaba discretamente a James, notando cómo no podía apartar la mirada de su hermano. Deseaba fervientemente que Regulus abriera su mente y se diera cuenta del impacto positivo que James podría tener en su vida. Sabía que su hermano merecía ser feliz, y veía en James la posibilidad de que eso sucediera.

Finalmente, la comida llegó, trayendo consigo una variedad de platos deliciosos. Todos se sirvieron un poco de todo, compartiendo y probando cada uno de los platos con entusiasmo. El ambiente festivo continuaba mientras disfrutaban de la comida y la compañía del otro, esperando que esta celebración fuera solo el comienzo de momentos felices por venir.

 

 

Después de haber disfrutado de la deliciosa comida, decidieron complementar la experiencia con unos helados de postre. Regulus se encontraba indeciso entre el sabor a Algodón de Azúcar y el de Medalla de Oro. James notó su dilema y, dispuesto a compartir, pidió ambos sabores.

Cuando los helados llegaron, James extendió una cuchara con un poco de helado de Medalla de Oro hacia Regulus, invitándolo a probar. Regulus, sintiéndose un poco cohibido pero halagado por el gesto, aceptó tímidamente. Luego, con un rubor en las mejillas, Regulus hizo lo mismo con su helado, ofreciéndole a James un poco del sabor que había elegido.

El intercambio tímido y dulce entre ellos no pasó desapercibido para el resto del grupo, quienes observaban con una sonrisa los pequeños momentos compartidos entre James y Regulus. Estaba claro que algo especial estaba sucediendo entre ellos, algo que iba más allá de una simple amistad, y todos esperaban con anticipación ver cómo se desarrollaba esa conexión en el futuro.

 

Después de pagar la cuenta entre todos, se levantaron de la mesa para irse. Regulus se acercó a Sirius para informarle que estaría con James el resto del día.

"Oye, Sirius, solo quería decirte que estaré con James el resto del día," dijo Regulus.

"Claro, Reg, no hay problema. Si necesitas algo, solo mándame un mensaje o llámame," respondió Sirius con una sonrisa.

"Gracias, lo aprecio. Nos vemos después," dijo Regulus.

"Nos vemos," se despidió Sirius.

Luego, todos intercambiaron despedidas y se separaron. Regulus se dirigió hacia donde estaba James, quien le abrió la puerta del copiloto gentilmente. Regulus entró al auto con una mezcla de nerviosismo y anticipación, mientras James daba la vuelta para entrar al auto por su lado.

"¿Listo para irnos?" preguntó James.

"Sí, gracias," respondió Regulus.

Se prepararon para partir y James continuó:

"¿Sabes? Realmente no tengo un plan sobre a dónde ir. Pero creo que lo que quiero hablar contigo no es algo que debamos discutir en cualquier lugar. ¿Te importaría si te llevo a mi casa?"

Regulus consideró la propuesta por un momento y luego respondió:

"Hmm... Supongo que está bien. Sí, llévame a tu casa."

"Perfecto. Creo que estaremos más cómodos allí para hablar tranquilamente," dijo James.

"Sí, suena bien," asintió Regulus.

El viaje continuó en silencio mientras James conducía hacia la casa de Regulus. Ambos estaban sumidos en sus propios pensamientos, preparándose para la conversación que tendrían una vez que llegaran a su destino.

 

Una vez estacionados frente a la casa de James, ambos bajaron del Jeep. James abrió la puerta de su casa y gestó a Regulus para que entrara primero. Regulus pasó y James cerró la puerta tras ellos.

"¿Tus padres están en casa?" preguntó Regulus, visiblemente nervioso por la posibilidad de ser interrumpidos durante su conversación.

"No, están fuera por el día, así que podemos hablar tranquilamente en la sala si prefieres," respondió James.

Sin embargo, Regulus, preocupado por la posibilidad de que sus padres regresaran en cualquier momento, sugirió tímidamente: "¿Podríamos hablar en tu habitación? Me sentiría más cómodo."

James, sorprendido por la petición pero comprensivo, asintió. "Claro, sígueme."

James guió a Regulus hasta su habitación. Una vez dentro, James le indicó a Regulus que podía sentarse donde quisiera.

Regulus eligió un rincón acogedor junto a la ventana, donde había un banco acolchado construido en un hueco. Había varios cojines y una manta, lo que hacía que el espacio fuera especialmente acogedor. La ventana proporcionaba luz natural y una vista de los árboles afuera, lo que sugería que era un lugar ideal para relajarse o leer. Regulus se sentía cómodo y reconfortado en ese espacio.

Mientras tanto, James se sentó en su cama, preparado para comenzar la conversación que habían postergado por tanto tiempo.

James respiró hondo antes de comenzar a hablar, sintiendo la tensión acumulada en su pecho mientras se abría a Regulus.

"Sabes, desde que conocí a Sirius, siempre he escuchado hablar de ti. Durante estos dos años, he sentido una especie de curiosidad sobre quién eres realmente. Y ahora que finalmente tenemos la oportunidad de conocernos mejor, quiero que sepas que me gustaría ser tu amigo."

Regulus escuchaba con atención, sin interrumpir a James mientras hablaba. Cuando James mencionó que se sentía diferente últimamente en su presencia, Regulus levantó una ceja con curiosidad.

"¿Diferente en qué sentido?" preguntó Regulus, intrigado por la revelación de James.

James tomó aire, sintiendo el peso de sus palabras antes de confesar con sinceridad: "Últimamente, cuando estoy contigo, siento algo diferente. Y estoy seguro de que es porque me gustas, Regulus."

Hubo un breve silencio mientras las palabras de James resonaban en la habitación. Regulus se quedó sin habla por un momento, procesando la confesión de James antes de responder.

Regulus se quedó en silencio por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Al principio, pensó que James estaba bromeando, pero la seriedad en su expresión le hizo dudar. 

"No hagas esa broma, James", dijo Regulus, tratando de ocultar la sorpresa en su voz.

James negó con la cabeza con determinación. "No es ninguna broma, Regulus. Es la verdad. Realmente me gustas."

Regulus frunció el ceño, aún sin poder creer lo que estaba escuchando. "Pero apenas nos conocemos. ¿Cómo puedes decir eso?"

James suspiró, buscando las palabras adecuadas. "Sé que no nos conocemos tan bien, pero de alguna manera siento que sí te conozco. Y de los pocos mensajes que hemos intercambiado en estos días, puedo decirte que me agradas. No estoy esperando que me correspondas, Regulus. Solo quería decírtelo porque no podía seguir guardándolo en la oscuridad."

Regulus se quedó en silencio, procesando las palabras de James. Era una revelación que no esperaba, pero de alguna manera, sentía que era sincera. Aunque le costaba asimilarlo, apreciaba la honestidad de James y la valentía que había mostrado al compartir sus sentimientos.

 

 

A medida que Regulus escuchaba las palabras sinceras de James, una sensación cálida y reconfortante comenzó a crecer en su interior. Era agradable escuchar a alguien expresar sus sentimientos de esa manera, y aunque se sentía confundido por la revelación, no podía negar que algo en su corazón respondía positivamente a las palabras de James.

"Últimamente, siento algo cada vez que estoy contigo, James", admitió Regulus, buscando las palabras adecuadas para expresar sus propios sentimientos. "Es agradable, pero confuso. No puedo decirte que siento lo mismo, porque apenas nos conocemos. Pero... podría estar dispuesto a intentarlo."

La idea de explorar esta nueva conexión con James lo llenaba de nerviosismo y emoción al mismo tiempo. Sabía que sería un camino lleno de incertidumbre, pero también estaba intrigado por la posibilidad de descubrir qué podría surgir entre ellos si se permitían abrir sus corazones el uno al otro.

 

 

 

 

A medida que el tiempo transcurría, Regulus y James se sumergieron en una conversación profunda y significativa. Se hacían preguntas mutuamente, compartiendo sus pensamientos, sueños y experiencias. Regulus se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que disfrutaba la compañía de James, y cómo su percepción inicial de él había cambiado completamente. Aquella persona que al principio le caía mal por haber "robado" la atención de su hermano, ahora se revelaba como alguien genuino y sincero, diferente a todas las otras personas que se habían acercado a él por razones superficiales.

Mientras hablaban, el tiempo parecía desvanecerse, y ambos se sumergían cada vez más en la conexión que estaban construyendo. Sin embargo, la realidad los llamó de vuelta cuando Euphemia entró en la habitación, sorprendida de ver a Regulus allí.

"¡Regulus! ¡Qué sorpresa verte por aquí!", exclamó Euphemia con alegría. "¿Piensas quedarte a cenar con nosotros esta noche?"

Regulus asintió con una sonrisa. "Claro, me encantaría quedarme. Gracias, Euphemia."

Euphemia sonrió con aprobación y les aseguró que les avisaría cuando la cena estuviera lista antes de salir de la habitación, dejándolos solos una vez más.

James se disculpó con una sonrisa apenada. "Lamento haberte retenido aquí tanto tiempo. De seguro tenías otros planes."

Regulus negó con la cabeza con una sonrisa suave. "No te preocupes, James. En realidad, no tenía ningún plan más que encerrarme en mi habitación esta noche."

James asintió, observándolo con atención. Regulus se sintió nervioso por el pequeño silencio que siguió y empezó a jugar con un anillo en sus dedos. De repente, el anillo resbaló y cayó al suelo, rodando hasta los pies de James.

James lo recogió y se levantó, acercándose a Regulus. Se sentó a su lado y tomó su mano, deslizando el anillo de vuelta al dedo donde antes estaba. Sus ojos se encontraron y ambos sintieron una conexión intensa entre ellos.

James se acercó un poco más a Regulus, tan cerca que Regulus podía sentir el aroma a lavanda que James desprendía. Parecía que iba a besar a Regulus, pero en cambio, levantó su mano y acarició los labios de Regulus con su pulgar, arrancándole un suspiro involuntario. La electricidad entre ellos era palpable, y ambos se quedaron mirándose a los ojos, sintiendo la tensión crecer entre ellos con cada segundo que pasaba.

 

 

 

Después de una agradable cena en compañía de los padres de James, Regulus se encontraba sentado en el comedor, conversando animadamente con Fleamont. Hubo momentos en los que las manos de James y Regulus se rozaron mientras ambos alcanzaban algo en la mesa, como la sal o algún otro condimento. A pesar de la sutilidad del gesto, cada roce parecía enviar una corriente eléctrica entre ellos.

Cuando terminaron de cenar, Euphemia trajo una deliciosa cazuela de tiramisú. Regulus no pudo contener su emoción al verlo, ya que era uno de sus postres favoritos desde la infancia. Recordaba cómo Sirius le había comprado un pedazo de tiramisú cuando cumplió cinco años, y desde entonces se había convertido en su dulce preferido.

Mientras saboreaba el tiramisú, Regulus expresó su entusiasmo a Euphemia, elogiando el delicioso postre. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando James, sonrojado, confesó que él había sido el responsable de prepararlo. Regulus lo miró con sorpresa, agradeciéndole sinceramente por el gesto. James le respondió con una sonrisa, iluminando la habitación con su calidez.

Después de los intercambios de agradecimientos y despedidas con Euphemia y Fleamont, Regulus recibió una bolsa con un recipiente de tiramisú para llevar. Agradecido, se despidió cordialmente y salió de la casa junto a James, llevando consigo el dulce sabor del tiramisú y la calidez de la velada compartida.

 

 

Mientras conducían de regreso a la mansión Black, James y Regulus compartían algunas canciones de su gusto, creando un ambiente relajado y cómodo en el auto. Finalmente, James estacionó el auto frente a la puerta de la mansión.

Regulus miró a James con gratitud y le agradeció por todo lo que habían compartido esa noche. 

"Lo disfruté mucho, James. Gracias por invitarme," dijo Regulus.

James le devolvió la sonrisa y le expresó que había sido un verdadero placer. 

"Ha sido una noche increíble, Regulus. Realmente disfruté pasar tiempo contigo." Entonces, aprovechando el momento, James expresó su deseo de invitar a Regulus a una cita en el futuro.

"En realidad, quería preguntarte algo…” dijo James.

"¿Qué es?" preguntó Regulus.

 “Bueno, ¿te gustaría salir en una cita conmigo en algún momento?” le preguntó James.

Regulus se sonrojó, pero no pudo contener su emoción al aceptar la propuesta de James. "Claro." Intercambiaron las últimas palabras de despedida y Regulus se preparó para salir del auto. Sin embargo, antes de hacerlo, decidió sorprender a James con un gesto inesperado: le dio un beso en la mejilla.

James se quedó paralizado por un momento, sorprendido por la dulzura del gesto. Mientras Regulus se alejaba, James captó el sutil aroma a menta que dejaba a su paso. Regulus salió rápidamente del auto, sin darle oportunidad a James de reaccionar, y se apresuró a entrar en la mansión.

Desde la ventana cercana, Regulus observó cómo James se alejaba después de despedirse. Sin embargo, su momento de tranquilidad se vio interrumpido cuando sintió una presencia detrás de él. Al darse la vuelta, se encontró con Sirius, quien con una sonrisa traviesa le preguntó si ya eran novios.

“¿Entonces, ya son novios, o qué?” preguntó Sirius con una sonrisa pícara.

Regulus se sonrojó aún más ante la pregunta de Sirius y le explicó que aún no habían llegado a ese punto. "Aún no hemos llegado a ese punto." Decidió cambiar de tema y se dirigió hacia la cocina, con Sirius siguiéndolo de cerca. Guardó el recipiente de tiramisú en la nevera, mientras ambos hermanos continuaban conversando animadamente sobre la noche que acababa de pasar.

 

 

 

Habían pasado dos semanas desde aquella noche en la casa de los Potter. Regulus y James habían estado en constante comunicación, hablando por llamadas y mensajes todos los días. Las conversaciones eran ligeras y llenas de risas, pero también había momentos de profundidad y conexión que sorprendían a ambos. A menudo, James esperaba a Regulus afuera de la escuela, saludándolo con una sonrisa brillante que siempre lograba hacer que el corazón de Regulus latiera un poco más rápido.

Las clases de ballet también habían tomado un nuevo giro. Aunque cada uno estaba trabajando en su propia pieza para el festival, habían comenzado a practicar juntos. James, con su habitual entusiasmo y determinación, se esforzaba por alcanzar el nivel de gracia y precisión que Regulus mostraba naturalmente. Regulus, por su parte, encontraba en James una fuente inesperada de inspiración y motivación. La presencia de James a su lado le daba una nueva perspectiva sobre su propia danza, y poco a poco, esa compañía se estaba volviendo indispensable.

En cada clase, mientras se concentraban en sus movimientos, había momentos en los que sus miradas se encontraban en el espejo, compartiendo una sonrisa o una expresión de complicidad. A veces, James hacía comentarios graciosos que hacían que Regulus soltara una risa suave, relajando la tensión del ensayo. Otros días, cuando las cosas se ponían difíciles, James le ofrecía palabras de aliento que lograban mantener a Regulus enfocado y motivado.

La rutina de sus días se había vuelto casi como un baile en sí mismo: encuentros rápidos antes y después de las clases, mensajes intercambiados entre las tareas y los ensayos, y llamadas nocturnas en las que hablaban hasta que uno de los dos se quedaba dormido. Para Regulus, estos momentos eran un recordatorio constante de la presencia cálida y alentadora de James en su vida.

Una tarde, después de una sesión particularmente agotadora de ensayos, James se volvió hacia Regulus mientras se secaban el sudor de la frente.

"¿Sabes, Reg?" dijo James, con una sonrisa. "Cada día te veo mejorar y me impresiona lo dedicado que eres. ¿Cómo haces para mantenerte tan concentrado?"

Regulus, aún respirando con dificultad, sonrió tímidamente. "Supongo que es porque realmente amo lo que hago. Además, tenerte aquí... ayuda."

James se rió y le dio un suave empujón en el hombro. "Pues déjame decirte que tenerte a mi lado me motiva a ser mejor cada día."

Ambos compartieron una mirada de entendimiento, sabiendo que estas dos semanas habían sido solo el comienzo de algo mucho más grande.

 

 

Mientras los estudiantes se reunían en el salón de la Academia después de sus ensayos, el director entró con una presencia imponente pero amable. Saludó a todos con una sonrisa y un gesto de la mano.

"¡Buenas tardes, jóvenes bailarines!" anunció el director, captando de inmediato la atención de todos. "Tengo una noticia emocionante que compartir con ustedes. La fecha del Festival ha sido fijada. Será dentro de una semana."

Hubo un momento de silencio antes de que estallara una oleada de gritos y aplausos de emoción. Los estudiantes se abrazaban y felicitaban entre ellos, sintiendo la energía vibrante del anuncio. Regulus, sin embargo, sintió un nudo de nerviosismo formarse en su estómago. La realidad del festival, con todo su peso y expectativas, de repente parecía mucho más real y cercana.

James, notando la expresión en el rostro de Regulus, le lanzó una sonrisa alentadora desde el otro lado del vestíbulo. Esa simple sonrisa, llena de apoyo y confianza, ayudó a Regulus a relajarse un poco. Antes de que pudiera reaccionar, Pandora y Evan se acercaron rápidamente y lo envolvieron en un abrazo conjunto.

"¡Esto es increíble, Regulus!" exclamó Pandora, su voz llena de entusiasmo. "Vamos a hacerlo genial, lo sé."

Evan asintió, dándole unas palmadas en la espalda. "Tienes todo lo que necesitas para brillar, Reg. Y nosotros estaremos aquí para apoyarte."

Regulus sonrió, sintiendo el calor del apoyo de sus amigos y de James. "Gracias, chicos. Realmente lo aprecio."

"Vamos, Regulus," dijo James acercándose finalmente, colocando una mano sobre su hombro. "Vamos a darlo todo en este festival. Estoy seguro de que vas a ser increíble."

Regulus tomó una respiración profunda y asintió. "Sí, lo haremos. Estoy listo."

Con el apoyo de sus amigos y la confianza renovada, los nervios de Regulus se desvanecieron gradualmente. Mientras todos en la Academia se preparaban con renovada energía para el festival, Regulus sentía que estaba listo para enfrentar el desafío que se avecinaba, sabiendo que no estaba solo.

 

 

Después de los ensayos de la tarde, Regulus decidió que una ducha rápida le ayudaría a relajarse y a despejar su mente de los nervios del festival. Entró en los vestuarios, tomó sus cosas y se dirigió a una de las duchas individuales. El agua caliente le ayudó a calmarse, y se tomó unos minutos extra para disfrutar de la sensación antes de salir.

Cuando terminó, se envolvió en una toalla y salió de la ducha, dispuesto a vestirse. Justo en ese momento, vio a James, también con una toalla en la cintura, dirigiéndose a su propia ducha. Regulus sintió cómo sus mejillas se encendían de inmediato y desvió la mirada, tratando de enfocarse en cualquier otra cosa. Agradeciendo internamente que había decidido llevar su ropa a la ducha, metió sus cosas en su bolso con movimientos torpes pero rápidos. Sentía la mirada de James en él, aunque esta no era de juicio sino de simple curiosidad y quizás un poco de diversión.

"Hola, Regulus," dijo James, sonriendo al pasar junto a él.

"Hola," respondió Regulus rápidamente, evitando el contacto visual mientras metía su ropa en la bolsa.

Con su bolso al hombro, Regulus salió de los vestuarios tan rápido como pudo sin parecer demasiado obvio. Una vez fuera, respiró hondo, tratando de calmar su ritmo cardíaco acelerado. El encuentro inesperado había sido más de lo que esperaba, pero también se dio cuenta de que, a pesar de la incomodidad, había algo en la presencia de James que lo hacía sentir seguro y tranquilo.

Regulus estaba esperando en la entrada de la academia, su mirada perdida en el horizonte mientras aguardaba a que Sirius pasara por él. La tarde se enfriaba y el aire fresco le ayudaba a relajarse después de los ensayos.

"Regulus," escuchó una voz familiar. James se acercaba con una sonrisa. "¿Necesitas que te lleve a casa?"

Regulus apenas tuvo tiempo de considerar la oferta cuando Sirius apareció en su moto, deteniéndose junto a ellos. "¡Ni se te ocurra, Potter!" dijo Sirius, fingiendo indignación. "¡Tengo que compartir a mi hermanito contigo ya bastante tiempo!"

James se echó a reír, contagiando a Regulus con su buen humor. "Está bien Pads. No quiero causar un conflicto familiar."

"Más te vale," bromeó Sirius, mientras se ponía serio un instante para mirar a su hermano. "Vamos, Reg."

Regulus aceptó el casco que Sirius le ofrecía y se lo puso, asegurándose de que estaba bien ajustado antes de subirse a la moto detrás de su hermano. "Gracias, James. Nos vemos luego."

"Cuídense," respondió James, despidiéndose con un gesto mientras observaba cómo los hermanos se alejaban en la moto.

El viento golpeaba suavemente el rostro de Regulus mientras Sirius conducía, el rugido del motor llenando el aire. Se dirigían a la casa de su tío Alphard, donde habían acordado ir a cenar esa noche. La moto se movía con agilidad a través del tráfico, y Regulus, sentado detrás de Sirius, se sentía seguro y protegido.

Finalmente, llegaron a la casa de Alphard. Sirius apagó el motor y ambos se quitaron los cascos. Regulus miró a su hermano con una sonrisa. "No desaprovechas el molestar a James, Siri."

"Es divertido molestar al novio de mi hermanito," respondió Sirius, dándole un ligero golpe en el hombro antes de dirigirse a la puerta. "Vamos a ver qué nos tiene preparado el tío Alphard para la cena."

Sirius y Regulus entraron en la casa de su tío Alphard, donde los recibió con una cálida sonrisa. La casa tenía un aire acogedor, con el aroma a comida casera flotando en el ambiente.

"¡Sirius, Regulus! Me alegra tanto verlos," exclamó Alphard, abrazándolos uno por uno. "Pasen, la cena está casi lista."

Se dirigieron al comedor, donde una mesa estaba elegantemente puesta. Se sentaron mientras Alphard traía los últimos platos de la cocina, llenando la mesa con una variedad de deliciosos platillos. La conversación comenzó a fluir naturalmente.

"¿Cómo han estado, muchachos?" preguntó Alphard, sirviéndose un poco de vino y ofreciéndoles también.

"Bien, tío," respondió Sirius, tomando un sorbo. "La verdad, bastante ocupados. Entre mis clases, los ensayos y todo lo demás."

Regulus asintió. "Sí, y además, hemos estado pasando tiempo con amigos. Aunque, te extrañamos mucho."

Alphard sonrió, sus ojos brillando con cariño. "Yo también los extraño, chicos. Pero me alegra escuchar que están haciendo tantas cosas interesantes."

Mientras comían, los tres compartieron historias y recuerdos, riendo y disfrutando de la compañía mutua. Sirius contó algunas anécdotas divertidas de la escuela y sus aventuras con James y los otros amigos, mientras Regulus hablaba sobre sus ensayos de ballet y sus planes para el festival.

"Me alegra escuchar que están disfrutando y aprovechando al máximo," dijo Alphard, sirviéndose un poco más de comida. "¿Y cómo les va con el ballet, Regulus? Sirius me ha contado que ya tienes fecha para tu gran solo."

Regulus se sonrojó ligeramente, sonriendo. "Gracias, tío. Estoy trabajando duro para el festival. Es un poco estresante, pero también emocionante."

"Estoy seguro de que lo harás de maravilla," lo animó Alphard. "Y recuerda, siempre estaré aquí para apoyarte."

La noche continuó con risas y conversaciones profundas. Alphard les contó algunas historias de su juventud, y Sirius y Regulus disfrutaron de escuchar sobre las aventuras de su tío. Mientras disfrutaban el postre, Alphard, con una sonrisa curiosa, dirigió la conversación hacia la vida personal de sus sobrinos.

"Entonces, Sirius, cuéntame, ¿cómo te va con tu relación?" preguntó Alphard, sirviendo un poco más de vino.

Sirius sonrió ampliamente, sus ojos brillando con entusiasmo. "¡Oh, tío, va increíble! Remus es maravilloso. Siempre tiene una forma de hacerme sentir especial, y nos entendemos muy bien. Estamos planeando un viaje juntos este verano."

Alphard asintió, encantado de escuchar las buenas noticias. "Me alegra tanto por ti, Sirius. Remus parece ser un buen muchacho."

Sirius asintió con emoción, pero luego, con una sonrisa traviesa, agregó, "Y hablando de relaciones, parece que nuestro querido Reggie está interesado en alguien también."

Regulus, que estaba tomando un sorbo de agua, casi se atraganta y le gritó a su hermano, "¡Sirius! ¡No era el momento de decir eso!"

Alphard levantó una ceja, sorprendido y curioso. "¿De verdad, Regulus? ¿Y quién es la afortunada?"

Regulus, muy sonrojado, evitó la mirada de su tío por un momento antes de responder tímidamente. "Bueno... Es afortunado realmente y es James. Nos hemos estado conociendo mejor últimamente, y él me ha propuesto salir juntos. Estoy considerando darle una oportunidad."

Alphard sonrió ampliamente, mostrando su apoyo. "Eso suena fantástico, Regulus. James es un buen chico. Me alegra escuchar que estás abriendo tu corazón. Es importante encontrar a alguien con quien puedas compartir y crecer."

Regulus asintió, todavía un poco nervioso pero aliviado por la reacción positiva de su tío. "Gracias, tío. Realmente estoy tratando de darme la oportunidad de conocerlo mejor y ver a dónde nos lleva esto."

"Eso es lo mejor que puedes hacer," dijo Alphard con calidez. "Tomarse el tiempo para conocerse y construir algo genuino es muy importante."

La conversación continuó, con Alphard dando consejos y mostrando su apoyo tanto a Sirius como a Regulus. La cena se llenó de risas y una sensación de cercanía, mientras los hermanos se sentían cada vez más comprendidos y respaldados por su tío. La cena fue un éxito, y los tres se sintieron más unidos que nunca.

Al final de la noche, después de despedirse con abrazos y promesas de volver pronto, Sirius y Regulus salieron de la casa de Alphard sintiéndose más conectados y apoyados que nunca, listos para enfrentar los desafíos y alegrías que les esperaban en sus relaciones y en la vida.

 

 

A la mañana siguiente, la familia Black se encontraba desayunando en silencio. Cada uno inmerso en sus propios pensamientos. El silencio fue interrumpido por Anne, la ama de llaves de la familia, que entró en el comedor con una expresión de disculpa en el rostro.

"Perdón por interrumpir el desayuno, pero un cartero acaba de dejar esto para el joven Regulus," dijo Anne, sosteniendo un hermoso ramo de rosas blancas con pequeñas flores moradas.

Regulus levantó la vista sorprendido. "Gracias, Anne," dijo, tomando el ramo con cuidado. Su curiosidad se despertó al buscar alguna nota entre las flores. Finalmente, encontró una pequeña tarjeta que decía: "Para mí, eres como estas rosas: puras y elegantes. Att: James Potter."

Un brillo de alegría iluminó el rostro de Regulus al leer la nota. Sin embargo, su felicidad fue bruscamente interrumpida cuando su madre, Walburga, notó su distracción. Se levantó rápidamente y le arrebató la nota de las manos.

"¿Qué es esto?" exigió Walburga, su voz llena de enojo. "¿Quién es James Potter y por qué te envía flores?"

Regulus, tratando de mantener la calma, respondió: "Es solo un amigo, madre."

Walburga no le creyó y frunció el ceño. "No mientas, Regulus. Esto no es apropiado."

Antes de que la situación pudiera escalar más, Sirius intervino. "Déjalo en paz, madre. No es asunto tuyo."

Walburga dirigió una mirada fulminante a Sirius, pero decidió no decir nada más, sabiendo que enfurecer a Sirius no le convenía. Con un suspiro exasperado, arrojó la nota sobre la mesa y se sentó nuevamente, tratando de recuperar la compostura.

Regulus recogió la nota y las flores, agradecido por el apoyo de su hermano. Aunque el ambiente seguía tenso, la breve confrontación había terminado, y el desayuno continuó en un silencio incómodo.

 

Al terminar el desayuno, ambos hermanos se despidieron de sus padres y se dirigieron a sus respectivas actividades. Regulus subió a su habitación, aún sonriendo por las flores que había recibido. Al entrar, notó un florero con agua en una de sus mesitas de noche. Sabía que había sido Anne quien lo había dejado ahí. Con cuidado, puso las flores en el florero y, sonrojado, decidió llamar a James.

James tardó en contestar, y cuando lo hizo, su voz sonaba curiosa. "¿Regulus? ¿A esta hora no deberías estar en la escuela?"

Regulus, sintiéndose un poco nervioso, le explicó, "Hoy han cancelado las clases." Tomó una respiración profunda antes de continuar, "Quería decirte que las flores fueron demasiado... también atrevido."

James rió suavemente al otro lado de la línea. "Cariño, respira profundo y relájate."

Regulus hizo lo que le pidió, tomando una respiración profunda para calmar sus nervios. "Es que... no me lo esperaba. ¿Qué te llevó a hacer algo así?"

"Realmente no pude evitar hacerte ese regalo," confesó James con sinceridad. "Cuando vi esas flores esta mañana, pensé en ti de inmediato. Hasta estoy sorprendido de que el arreglo haya llegado tan rápido."

Regulus, con un sonrojo evidente en su rostro, respondió, "Me han encantado mucho, de verdad."

"Me alegra escucharlo," dijo James con calidez. "Ha sido un placer."

La conversación fluyó con una naturalidad que a ambos les resultaba reconfortante. Regulus se dio cuenta de que, a pesar de sus nervios iniciales, hablar con James siempre lo hacía sentir mejor, y las flores eran solo una muestra más del afecto genuino que empezaba a florecer entre ellos.

 

 

Unas horas después, Regulus regresó del jardín a su habitación, habiendo pasado un buen rato jugando con Blue. Al entrar, se sorprendió al ver a James subiendo a su balcón. Las cortinas estaban abiertas, por lo que tenía una vista clara de él. Regulus cerró la puerta de su habitación y se acercó para abrir las puertas del balcón.

"¿Otra vez te equivocaste de balcón?" le preguntó a James con una sonrisa.

James, devolviéndole la sonrisa, respondió, "Esta vez no, pero si te molesta puedo irme al balcón de Sirius."

Regulus se rió. "No, está bien. ¿Qué haces aquí?"

"Estaba aburrido," confesó James. "Así que pensé en venir a verte."

"Pues entra," dijo Regulus, abriendo más la puerta del balcón e invitándolo a pasar.

Ambos entraron y se sentaron uno al lado del otro en la cama de Regulus. James notó el florero con las flores que le había enviado y sonrió.

"Veo que encontraste un buen lugar para las flores," comentó James, su tono lleno de satisfacción.

"Sí, Anne me dejó un florero con agua, así que solo tuve que ponerlas ahí," respondió Regulus, sonrojándose un poco. "Gracias de nuevo por ellas, realmente me sorprendieron."

"Me alegra que te hayan gustado," dijo James, acercándose un poco más. "¿Qué tal ha sido tu día?"

"Tranquilo, he pasado el tiempo jugando con Blue en el jardín," explicó Regulus. "Y tú, ¿cómo has pasado el día?"

"Aburrido, hasta que decidí venir a verte," respondió James con una sonrisa traviesa.

"Bueno, ahora ya no estás aburrido," dijo Regulus, devolviéndole la sonrisa. 

James asintió, mirándolo con calidez. "No, definitivamente no estoy aburrido ahora."

La conversación fluyó con naturalidad mientras ambos se acomodaban en la cama de Regulus, disfrutando de la compañía del otro y compartiendo pequeños detalles de su día. La presencia de James en su habitación hacía que Regulus se sintiera extrañamente en paz, como si todo estuviera en su lugar justo en ese momento.

James le pidió a Regulus que le leyera en voz alta, y Regulus, queriendo compartir algo especial, eligió "Harry Potter y la piedra filosofal". Al principio, se sentaron uno al lado del otro, pero a medida que los capítulos avanzaban, sin darse cuenta, se acomodaron de manera más íntima. James se recostó contra el respaldo de la cama, y Regulus se apoyó en su pecho, sintiéndose cada vez más cómodo.

 

El momento mágico fue interrumpido abruptamente por el sonido de alguien intentando abrir la puerta de la habitación. Regulus se asustó aún más al escuchar la voz de su madre, Walburga, llamándolo y preguntando por qué la puerta estaba cerrada con seguro. 

Regulus se levantó rápidamente, seguido por James, quien le dedicó una sonrisa tranquila, tratando de calmarlo. James escondió sus zapatos debajo de la cama de Regulus y salió al balcón, cerrando las puertas detrás de él y ocultándose a un lado de uno de los muros. Regulus cerró las cortinas al ver lo que James hacía, asegurándose de que su madre no pudiera ver nada fuera de lo común.

Regulus quitó el seguro de la puerta y abrió, encontrándose con la mirada molesta de Walburga.

"¿Qué quieres, mamá?" preguntó, tratando de mantener la calma.

"¿Por qué tienes la puerta con seguro?" demandó Walburga, con una expresión de desaprobación.

"Es normal poner seguro a la puerta cuando no quieres ser interrumpido o si no estás vestido," respondió Regulus, tratando de sonar natural.

Walburga lo miró con desdén. "Llame a ese perro, está molestando mi ensayo."

Regulus llamó a Blue en voz alta, y después de un momento de silencio, escucharon el correteo del perro. Blue llegó corriendo hacia Regulus, muy contento de verlo.

Walburga, aún molesta, se giró y se marchó sin decir más. Regulus cerró la puerta con seguro una vez que Blue estuvo dentro de la habitación, dejando escapar un suspiro de alivio.

Regulus caminó hacia el balcón y abrió las puertas. James apareció con una sonrisa tranquilizadora.

"¿Todo bien?" preguntó James, entrando nuevamente a la habitación.

"Sí, solo era mi madre," respondió Regulus, todavía recuperándose del susto.

James se acercó y le puso una mano en el hombro. "No te preocupes, estamos bien."

Regulus asintió y se permitió relajarse nuevamente. Blue, ajeno a la tensión, se acomodó a los pies de la cama, contento de estar cerca de su dueño.

"¿Seguimos con la lectura?" sugirió James, tomando el libro de donde lo habían dejado.

Regulus sonrió, sintiéndose agradecido por la calma que James siempre lograba transmitirle. "Sí, sigamos," respondió, volviendo a su lugar junto a James mientras retomaban la historia que habían estado disfrutando juntos.

Para cuando Regulus terminó de leer el libro completo, ya era la hora de la cena y James tenía que irse. James buscó sus Converse rojas y se sentó a ponérselas mientras Regulus lo miraba, una mezcla de satisfacción y tristeza en sus ojos.

Cuando terminó, James se acercó a Regulus, que seguía sentado, y le dio un beso en la mejilla. "Amé pasarla contigo hoy," dijo James con una sonrisa, "y definitivamente amo leer."

Regulus se rió suavemente. "Más bien amas escuchar cómo te leen un libro."

James le devolvió la sonrisa. "Tienes razón. Realmente amo que me leas en voz alta."

Regulus se sonrojó intensamente, sintiendo su corazón latir más rápido. James parecía que iba a besar a Regulus, pero se contuvo en el último momento. En lugar de eso, se levantó y dijo, "Bueno, ya me voy. Me mantendré en contacto contigo."

Regulus asintió y se levantó para acompañarlo al balcón. Observó cómo James se preparaba para bajar. Antes de irse, James le sonrió una vez más, y Regulus le devolvió la sonrisa con calidez.

Regulus no volvió a entrar a su habitación hasta que vio que James ya se había ido. Se quedó un momento en el balcón, respirando profundamente el aire fresco de la noche, sintiéndose feliz y a la vez ansioso por lo que el futuro pudiera traer. Después de unos minutos, regresó al interior, cerró las puertas del balcón y se preparó para la cena, sabiendo que pronto tendría noticias de James y que su relación estaba avanzando de una manera que nunca había imaginado.

 

 

 

 

 

 

El día de las presentaciones de ballet de la Royal Academy of Dance había llegado finalmente. Los nervios estaban a flor de piel en los vestidores del London Coliseum, donde todos los participantes realizaban sus últimos preparativos. Dos participantes ya habían realizado sus presentaciones, y ahora, por orden alfabético, era el turno de Regulus.

Regulus estaba rígido y tenso. Las palabras crueles de su madre, recordándole que solo era una marioneta, resonaban en su mente. Ninguna de las palabras de ánimo de sus amigos ni de Sirius había logrado calmarlo, y ni siquiera permitió que James se le acercara.

Con el corazón latiendo rápidamente, Regulus se dirigió al centro del escenario. El reflector lo iluminó, destacando su figura. Brillaba en ese escenario, con su vestuario rojo como la sangre, una elección que sabía enfurecería a su madre, quien había insistido en un vestuario blanco. La pieza musical tampoco era del agrado de Walburga, pero Orión no le dio importancia y no lo obligó a cambiarla.

La música comenzó a sonar: "Shatter Me" de Lindsey Stirling ft. Lzzy Hale. Regulus respiró hondo, cerró los ojos por un breve segundo, y cuando los abrió, dejó que la música lo guiara.

 Coreografía de Regulus

Inicio:

Regulus comenzó con un plié profundo, sintiendo el suelo bajo sus pies, y se levantó en una línea elegante. Sus brazos se extendieron suavemente en un port de bras, y su cuerpo se movió al compás de la música con una gracia natural.

Primer Verso:

En el primer verso, Regulus ejecutó una serie de pirouettes, girando con precisión y velocidad. Cada movimiento era fluido, y su técnica impecable. Sus brazos se movían con la música, extendiéndose y recogiendo con un control absoluto.

Estribillo:

Al llegar al estribillo, realizó una serie de grand jetés diagonales, saltando con una ligereza que parecía desafiar la gravedad. Su vestuario rojo se movía con él, creando un efecto visual impresionante.

Segundo Verso:

Durante el segundo verso, se enfocó en movimientos más interpretativos. Bajó al suelo en un pas de chat, luego se levantó con un arabesque extendido, mostrando una increíble flexibilidad y fuerza. Su expresión reflejaba la pasión y la intensidad de la música.

Puente:

En el puente de la canción, la música se volvió más intensa, y Regulus realizó una serie de fouetté turns, girando con una precisión y energía que dejó al público sin aliento. Sus movimientos eran poderosos y emocionantes.

Clímax:

Al llegar al clímax de la canción, Regulus hizo un grand battement alto, sus piernas se extendieron en una línea perfecta. Continuó con una secuencia de petits battements rápidos, moviéndose con una velocidad impresionante.

Final:

Para el final, Regulus ejecutó una serie de tour en l'air, girando en el aire con una precisión magistral antes de aterrizar suavemente en una posición perfecta. Terminó con un attitude derrière, una postura elegante y fuerte que mostraba su control y gracia.

La música se desvaneció, y Regulus mantuvo su pose final por un momento antes de bajar lentamente sus brazos. Respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y euforia. Había dado todo de sí en esa actuación, bailando con pasión y entrega.

El público estalló en aplausos, y aunque sabía que su madre no estaría satisfecha, Regulus se sintió orgulloso de lo que había logrado. Miró hacia el set de atrás del escenario, buscando rostros familiares, y sus ojos se encontraron con los de James, quien lo miraba con admiración y apoyo. James le sonrió y asintió con la cabeza, transmitiéndole una oleada de confianza. Fue en ese momento que Regulus supo que había hecho lo correcto, bailando como realmente quería, sin importar las expectativas de los demás.

Regulus salió del escenario, respirando con dificultad pero lleno de satisfacción. James lo estaba esperando tras bambalinas, y sin decir una palabra, lo abrazó con fuerza. En ese abrazo, Regulus encontró el consuelo y la validación que necesitaba.

 

 

James, junto con Regulus, se dirigió a los vestidores para que Regulus pudiera descansar después de su intensa actuación. Al llegar, se sentaron en un sillón que había allí. James, preocupado, le preguntó a Regulus si quería algo de comer o de beber, pero Regulus negó con la cabeza y simplemente lo abrazó. James le correspondió el abrazo, brindándole consuelo y apoyo.

Estuvieron así, abrazados, hasta que llegó el momento del solo de James. Regulus, aún con su vestuario rojo, se levantó para ir a las bambalinas y observar el baile de James. La pieza que James había elegido era "In the Grey of the Sky" de Maxence Cyrin, una pieza melancólica y emotiva que demandaba una interpretación llena de sentimiento y técnica.

Coreografía de James

Inicio:

La música comenzó con una suave melodía de piano. James entró al escenario con pasos ligeros y gráciles, su postura impecable y sus movimientos elegantes. Inició con un plié profundo, seguido de un port de bras que mostraba su control y fluidez.

Primer Verso:

James realizó una serie de arabesques, cada una perfectamente sostenida, su pierna extendida hacia atrás en una línea elegante. La música se intensificó ligeramente, y James respondió con una serie de pirouettes, girando con una precisión y gracia que dejaron a Regulus cautivado.

Estribillo:

Al llegar al estribillo, James ejecutó un grand jeté que lo hizo parecer como si volara por el escenario. Sus movimientos eran tan fluidos y llenos de emoción que parecía estar contando una historia solo con su cuerpo.

Segundo Verso:

Durante el segundo verso, James se enfocó en movimientos más introspectivos. Bajó al suelo en un pas de chat, levantándose con un développé que mostró su increíble flexibilidad. Sus expresiones faciales reflejaban la tristeza y la esperanza que la música transmitía, y cada movimiento estaba cargado de sentimiento.

Puente:

En el puente de la canción, la música se volvió más intensa y dramática. James realizó una serie de fouetté turns, girando con una energía impresionante. Sus movimientos eran poderosos y llenos de una emoción cruda que resonaba en cada rincón del teatro.

Clímax:

En el clímax de la pieza, James hizo un grand battement alto, su pierna extendida en una línea perfecta, seguido de una secuencia de petits battementsrápidos y precisos. Regulus, observando desde las bambalinas, no podía apartar la vista de James, totalmente hipnotizado por su técnica y la emoción que transmitía.

Final:

Para el final, James ejecutó una serie de tour en l'air, girando en el aire con una precisión magistral antes de aterrizar suavemente en una posición perfecta. Terminó con un attitude derrière, una postura elegante y fuerte que mostraba su control y gracia.

La música se desvaneció, y James mantuvo su pose final por un momento antes de bajar lentamente sus brazos. Respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y euforia. Había dado todo de sí en esa actuación, bailando con pasión y entrega.

Regulus, desde las bambalinas, sintió cómo su corazón latía más rápido. La actuación de James había sido sublime, llena de técnica, emoción y belleza. Cuando James salió del escenario, Regulus estaba allí para recibirlo, y sin dudarlo, lo abrazó fuertemente.

James sonrió, sabiendo que había dado lo mejor de sí y que, al igual que Regulus, había bailado con todo su corazón.

 

 

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