Au-delà de la perfection

Harry Potter - J. K. Rowling
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Au-delà de la perfection
Summary
Regulus Black crece a la sombra de sus ilustres padres: un pianista reconocido y una cantante de ópera brillante. A medida que lucha por su atención y amor, su hermano mayor Sirius se convierte en su protector y único apoyo. Sin embargo, la rebeldía de Sirius lo lleva a ser expulsado de la casa familiar, dejando a Regulus atrapado en una vida que no desea. A los 17 años, Regulus se siente asfixiado por las expectativas de perfección que sus padres le imponen. Su vida da un giro inesperado cuando la danza entre él y James Potter comienza a revelar que detrás de los nombres Black y Potter, hay dos almas en busca de libertad y comprensión.
Note
Hola a todos!Este es el primer fanfic que escribo, me alegra que sea de uno de mis fandoms favoritos, esta temática y de lo que trata la historia no es completamente mía.El como esto surgió fue que en un momento de relajación entre a Tiktok, donde me apareció un video con la canción instrumental Black Swan de BTS con una descripción que sinceramente sentí como tatuo en mi corazón, y lo que decía es exactamente la idea de un Jegulus fic ballet dancer.Su user es: @li0nsofheartTodo es gracia a su mente brillante por imaginarse eso, ella dijo que no sabría como escribirlo por no tener conocimiento del ballet, yo tengo algunos conocimientos, así que haré mis esfuerzo para poder plasmar su idea.Disfrutenlo.
All Chapters Forward

Memorias y Reflexiones

Regulus y Sirius caminaron en silencio por las calles de Londres, con el bullicio de la ciudad envolviéndolos. El aire fresco y el sonido de los coches y las personas les brindaron un breve respiro de la tensión que sentían en casa y en la academia. Aunque no hablaron, ambos sabían que había mucho por decirse.

Finalmente, Sirius rompió el silencio. “Regulus, lamento mucho todo lo que ha pasado. Sé que he cometido errores, pero quiero arreglar las cosas. Quiero que volvamos a ser hermanos, no solo por obligación, sino porque nos importamos el uno al otro.”

Regulus suspiró, deteniéndose para mirar a su hermano mayor. “Sirius, sé que lo intentas. Pero no es tan simple. Nuestras vidas son complicadas, y nuestras decisiones han creado barreras que no se pueden derribar fácilmente. Y ya te dije que tienes una oportunidad”

“Lo sé,” respondió Sirius, su voz llena de determinación. “Pero quiero intentarlo. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.”

“Está bien,” dijo Regulus, después de una pausa. “Pero tienes que entender que necesito tiempo. No puedes esperar que todo vuelva a la normalidad de la noche a la mañana.”

Sirius asintió, aliviado por el pequeño avance. “Gracias, Reggie.”

“No me llames así,” respondió Regulus, con una leve sonrisa.

Ambos continuaron caminando, dejando que el silencio se volviera cómodo.

 

 

Mientras tanto, James salió de la academia de ballet y se dirigió hacia el café donde había quedado de encontrarse con su padre. El aire fresco le ayudaba a despejar la mente después de la intensa clase y el incómodo encuentro con Regulus. Aunque se sentía un poco frustrado por la frialdad del hermano de Sirius, no podía evitar sentir una chispa de curiosidad y desafío.

Al llegar al café, vio a su padre esperándolo con una taza de café y un periódico. “Hola, papá,” dijo James, sentándose frente a él.

“Hola, hijo. ¿Cómo te fue en la clase?” preguntó su padre, levantando la vista del periódico.

“Interesante,” respondió James, sonriendo. “Fue más difícil de lo que recordaba, pero me gusta el desafío. Además, me encontré con Sirius y su hermano menor, Regulus.”

“¿Regulus Black? Es un joven interesante y muy talentoso en ballet,” comentó su padre, sorprendido.

“Sí, lo es. Pero también es… complicado,” admitió James, recordando la fría recepción de Regulus.

“Dale tiempo. No todas las personas son fáciles de conocer de inmediato,” aconsejó su padre. “Además, si quieres ganarte su confianza, deberás ser paciente y mostrarle que tus intenciones son buenas.”

James asintió, sabiendo que su padre tenía razón. “Lo intentaré.”

 

 

 

Regulus no sabía si volver a la mansión o quedarse con Sirius y Alphard hasta la noche. El dilema le ocupaba la mente mientras caminaban juntos.

“¿Qué pasa?” le preguntó Sirius, notando su batalla mental.

“No sé si ir contigo o ir a casa,” respondió Regulus, dándose cuenta de que solo quedaba una calle para llegar a la mansión.

“Bueno, hoy mis amigas junto con los chicos irán para planificar un trabajo en grupo,” dijo Sirius, con la esperanza de que Regulus aceptara. “Las chicas no te conocen y me gustaría que las conocieras.”

“No quiero estar ahí si está Potter,” replicó Regulus con firmeza.

“Bueno… Está bien, no pienso presionarte. Él no forma parte del proyecto, pero irá a pasar un rato,” dijo Sirius, desanimado.

“¿No forma parte? ¿Qué significa eso?” preguntó Regulus, curioso.

“James es estudiante de gastronomía, no de arte. Tampoco lo son algunos del grupo, pero mientras más mentes brillantes, mejor terminaremos el trabajo,” explicó Sirius con una sonrisa.

“¿Gastronomía? ¿Y qué hace en una academia de ballet?” preguntó Regulus, sorprendido.

“Muchas palabras y preguntas. ¿Qué le hiciste a mi bebé?” dijo Sirius despeinándolo cariñosamente.

“Olvídalo, me dio curiosidad,” admitió Regulus, sin darse cuenta de que ya habían llegado a la casa de Alphard.

“Y eso no está mal, Reggie. Para no agradarte, vaya que te causa curiosidad,” comentó Sirius, abriendo la puerta con su llave.

“Ni una palabra a nadie sobre esto,” advirtió Regulus mientras entraban.

“Para nada. ¡Hagamos galletas!” exclamó Sirius, saltando emocionado.

“Sirius, las galletas no son almuerzo,” dijo Regulus, riéndose.

“Está bien, también hagamos algo de comida, pero sin duda tenemos que hacerlas,” respondió Sirius, arrastrando a Regulus a la cocina.

 

 

 

Para cuando Alphard llegó a casa, Regulus y Sirius estaban lavando los platos manchados de harina y chocolate.

“Veo que se divirtieron,” dijo Alphard, sonriendo al ver el desastre en la cocina.

“¡Joder, qué susto! Lo hicimos. ¿Tienes hambre? Hicimos risotto,” respondió Sirius mientras le pasaba platos a Regulus para que los secara.

“Gracias. Deberían ir a bañarse, especialmente tú, Sirius. Tus amigos deberían llegar en unos 30 minutos,” dijo Alphard, poniendo su comida en el microondas.

“Oh, no puede ser. Báñate tú primero, Reg. Yo termino de limpiar,” dijo Sirius con una sonrisa. Regulus, sin protestar, se fue a bañar.

“Me alegra que estén conviviendo,” comentó Alphard mientras observaba a Sirius limpiar la mesa.

“Hoy conoció a James,” dijo Sirius mientras terminaba de recoger.

“¿De verdad? ¿Cómo fue?” preguntó Alphard, interesado.

“Bueno, Regulus no se dirigió mucho a él. James claramente está interesado, pero sabes, Regulus siente curiosidad sobre James,” dijo Sirius, finalizando la limpieza.

“¿En serio? Bueno, eso es impresionante. Alguien como James le vendría bien a Regulus,” comentó Alphard, recordando cómo conocer a Fleamont y Euphemia había cambiado su vida.

“¿Eso crees? James es mucho para alguien como Regulus. Apenas puede conmigo, y su mejor amigo Barty también es muy enérgico,” dijo Sirius.

“Realmente lo creo. Ahora ve a bañarte,” dijo Alphard, terminando de comer. Sirius asintió y se fue al baño.

Mientras Sirius se duchaba, Alphard pensó en cómo la presencia de James podría influir positivamente en Regulus. Si bien había desafíos por delante, él tenía esperanza de que esta nueva dinámica podría ser beneficiosa para todos ellos.

 

 

"Solamente vas a hacer un trabajo en grupo, no irás a una fiesta. Solo ponte una pijama," dijo Regulus, recogiendo del suelo las camisetas que Sirius había descartado.

"Moony vendrá," respondió Sirius mientras se peinaba.

"A Remus no le importa cómo andas vestido," dijo Regulus, pasándole una camiseta negra de Queen.

"Pero no puedo estar desnudo frente a los demás," replicó Sirius, poniéndose la camiseta. En ese momento, alguien detrás de Regulus se rió.

"Estoy segura de que todos te hemos visto desnudo, Sirius," dijo una chica pelirroja con una sonrisa pícara.

"¡Lily! Siempre la primera en llegar. Te presento a mi hermano Regulus. Regulus, esta es Lily. Lily, este es Regulus," dijo Sirius, haciendo las presentaciones.

"Awww, al fin te conozco. Sirius no para de hablar de ti, incluso ya nos mostró todo tu álbum de fotos," dijo Lily, extendiendo su mano con una sonrisa, mientras ambos hermanos se sonrojaban.

"Un placer. Ya me lo imaginé," dijo Regulus tímidamente, estrechando su mano.

"Oye Sirius, tu hermano es demasiado bueno para ser el menor," dijo Lily, mirando a Sirius y a Regulus con incredulidad.

"Sí, lo sé, pero el universo me hizo el mayor. A Reggie le encanta eso," dijo Sirius, intentando darle un abrazo a Regulus, quien lo esquivaba.

"Yo me iré. Llámame si me necesitas, Sirius," dijo Regulus, saliendo de la habitación.

"Hola, Regulus. ¿Cómo estás?" dijo Remus, sonriéndole en el pasillo.

"Hola, Remus. Bien, supongo. ¿Y tú?" respondió Regulus.

"Bien. Estaba a punto de cancelar, pero alguien tiene que ser el lógico del grupo," dijo Remus, haciendo reír a Regulus.

"Me alegra que hayas venido. Sirius siempre habla de lo mucho que aprecia tenerte aquí," dijo Regulus, sintiendo un poco más de comodidad con Remus.

"Sí, es bueno estar aquí. Y no te preocupes, no dejaré que Sirius haga demasiadas tonterías," bromeó Remus, guiñándole un ojo.

Regulus sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud por la presencia calmante de Remus. Mientras se alejaba, escuchó a Sirius y Lily riendo en la habitación, lo que le hizo sentir que quizás no todo era tan complicado como pensaba.

 

 

Cuando todos los amigos de Sirius llegaron, este fue a buscar a Regulus a la biblioteca.

"Reggie, ya llegaron todos," dijo Sirius con una sonrisa.

"¿Realmente tengo que ir?" preguntó Regulus, nervioso.

"Hey, no son como esos idiotas del jardín de niños. No te juzgarán ni fingirán si les agradas; son sinceros, y tú también puedes serlo," dijo Sirius abrazándolo.

"Pero son tus amigos, no me gustaría que sucediera lo mismo que antes," dijo Regulus correspondiendo el abrazo.

"No me importa. Haré lo mismo que en el pasado. No son mis amigos si no te respetan. Te prometí no decepcionarte, pero puedes confiar en que ellos no son como esos mocosos," dijo Sirius, mirando a Regulus.

"De acuerdo, no me quedaré mucho tiempo," dijo Regulus, jugando con las mangas de su suéter.

"Comme tu veux, mon étoile," respondió Sirius mientras subían las escaleras.

"Combien sont-ils?" preguntó Regulus.

"Tu connais déjà Remus, Peter, James et Lily, donc il te reste trois personnes à rencontrer. En tout, nous sommes neuf," dijo Sirius antes de entrar en la habitación. "Ya volví. Este es mi hermano Regulus; algunos ya lo conocen," dijo Sirius, guiando a Regulus a un asiento libre entre Remus y una chica morena de trenzas africanas.

"Hola, me llamo Mary, soy estudiante de medicina," dijo Mary con una sonrisa.

"Regulus, aún estoy en secundaria," dijo Regulus, extendiendo su mano que Mary aceptó.

"Permítanme. Ya sabes que soy Lily, estudio fotografía. Peter estudia escultura," dijo mientras señalaba a Peter, quien le devolvió la sonrisa a Regulus. "Remus ya lo debes conocer porque Sirius no se calla sobre él, pero Remus estudia artes visuales," continuó señalando a una chica rubia con un corte mullet. "Marlene es multitodo: está en dibujo, fotografía y música. Si pudiera, hasta sería atleta," dijo haciendo reír al grupo. "Por último, Dorcas, que está a tu izquierda, es diseñadora de moda," añadió Lily.

"Ah, creo que te he visto antes... Espera, ¿eres el chico de la fiesta?" dijo Dorcas, mirando a Regulus con curiosidad.

"Oh, tú eres la que golpeó a ese idiota. Estoy bien, gracias por haberme ayudado," dijo Regulus con una sonrisa.

"Me alegra mucho. Me preocupé cuando te fuiste así," dijo Dorcas, acariciando la mejilla de Regulus, lo que calentó su corazón.

"¿De qué hablan? Oye, Lily, se te olvidó presentarme," dijo James.

"Soy consciente de eso," dijo Lily riendo.

"Lo llevé conmigo a la fiesta del viernes, pero lo he ignorado toda la noche que alguien lo drogó. Gracias, Dorcas, por haberle ayudado. ¿Sabes quién lo drogó?" preguntó Sirius.

"¿Pero cómo te atreves a llevarlo a una fiesta como esa? Es menor y no deberías ignorarlo. Mulciber es una mierda de persona, pudo haberlo lastimado," dijo Dorcas, enojada. Si no fuera por Mary, Sirius podría haber terminado con un ojo morado o la nariz rota.

"Lo siento, no volveré a cometer el mismo error," dijo Sirius, adolorido por el reproche.

"La próxima vez que lo lleves a una fiesta, Regulus estará bajo mi supervisión. No es que no confíe en que aprendiste de tu error, sino que, siendo un grupo grande, podemos cuidarnos mejor entre todos," dijo Dorcas, y los demás asintieron, de acuerdo con la idea.

"Gracias," respondió Regulus, con un leve sonrojo en las mejillas.

"Bien, a trabajar. Ah, este es James, el chef del equipo," dijo Lily, señalando a James, quien le sonrió a Regulus. La sonrisa no fue correspondida.

"Odio este trabajo. No me agrada la idea de hacer una pintura de mi infancia," dijo Sirius, frunciendo el ceño.

"¿Exactamente qué les pidieron que hicieran?" preguntó Mary, sacando una libreta.

"Tenemos que hacer una representación de nuestra infancia, pero enfocada en los aspectos negativos, con la técnica que queramos," explicó Peter.

"¿Y eso lo exhibirán?" preguntó Regulus.

"No, a menos que queramos," dijo Marlene, jugueteando con un lapicero.

Regulus asintió, tratando de procesar la idea. "Bueno, suena... interesante," dijo, aunque no estaba seguro de cómo se sentiría al exponer las partes más oscuras de su infancia.

"Es más terapéutico de lo que parece," comentó Remus, notando la duda en el rostro de Regulus. "Nos permite confrontar y comprender mejor esos momentos."

"Sí, pero sigue siendo difícil," replicó Sirius, todavía incómodo con el tema.

"Podrías enfocarte en algo simbólico," sugirió Lily. "No tienes que ser explícito si no quieres. A veces, una imagen metafórica puede ser más poderosa."

Sirius suspiró, pero asintió. "Supongo que tienes razón. Tal vez pueda usar algo de mi experiencia con la familia Black... pero de una manera más abstracta."

"Eso suena bien," dijo Marlene. "Yo planeo usar una técnica mixta. Un poco de collage con pintura. Tal vez podríamos inspirarnos mutuamente."

"¿Y tú, Regulus? ¿Te gustaría intentar algo?" preguntó Peter, curioso.

"Bueno, yo no soy tan talentoso como ustedes, pero podría intentarlo," respondió Regulus, encogiéndose de hombros. "Aunque, honestamente, no sé por dónde empezar."

"No te preocupes," intervino James. "Podemos ayudarte a encontrar una dirección. A veces, solo necesitas un empujón inicial."

"Sí, y estamos aquí para eso," añadió Dorcas con una sonrisa cálida. "Nos apoyamos entre todos."

"Está bien, intentaré algo," dijo Regulus, sintiéndose un poco más seguro rodeado de personas que parecían genuinamente interesadas en ayudar.

"Perfecto. Entonces, ¡manos a la obra!" exclamó Sirius, tratando de infundir un poco de entusiasmo en el grupo.

Mientras todos se acomodaban y sacaban sus materiales, Regulus no pudo evitar sentirse agradecido por estar rodeado de personas tan comprensivas. Tal vez, pensó, esta experiencia no sería tan mala después de todo.

 

 

Después de una hora trabajando, el ambiente en la habitación se había vuelto relajado y productivo. La música suave de fondo, elegida por Marlene, ayudaba a concentrarse mientras cada uno se sumergía en su propio proyecto.

Sirius estaba trabajando en una pintura abstracta con tonos oscuros, representando la opresión y la rigidez de su hogar. Utilizaba pinceladas fuertes y texturas rugosas, tratando de canalizar su frustración y dolor en el lienzo. A pesar de sus quejas iniciales, parecía encontrar cierto alivio en el proceso.

Regulus, con la ayuda de Dorcas y Remus, había comenzado un collage. Recortaba imágenes y palabras de revistas viejas, creando una mezcla de recuerdos y sentimientos que representaban su infancia. Aunque todavía se sentía un poco inseguro, apreciaba la compañía y el apoyo.

Lily estaba enfocada en una serie de fotografías que había traído. Su proyecto era una combinación de fotografía y pintura, superponiendo imágenes de su niñez con pinceladas que distorsionaban y transformaban las escenas en algo más simbólico.

Peter había elegido la escultura. Estaba moldeando una figura que representaba la lucha interna de crecer bajo las expectativas de su familia. A su lado, Mary tomaba notas detalladas en su libreta, planeando cómo su conocimiento médico podría integrarse en su obra.

James, aunque no participaba directamente en el arte, iba de un lado a otro ofreciendo palabras de aliento y pequeños bocadillos que había preparado. "¿Qué tal una pausa para comer algo?" sugería cada tanto, recibiendo agradecimientos y sonrisas.

Marlene, con su habilidad para multitarea, trabajaba en un dibujo detallado mientras también ayudaba a Dorcas a seleccionar telas y patrones para su proyecto de moda. Dorcas, por su parte, estaba creando un vestido que simbolizaba la transformación y el crecimiento personal, con colores y texturas que cambiaban a lo largo del diseño.

La habitación estaba llena de murmullos de conversación y risas ocasionales. "No puedo creer lo concentrados que estamos," comentó Remus, levantando la vista de su dibujo. "Es como si hubiéramos encontrado nuestro ritmo."

"Es porque estamos todos juntos," dijo Sirius con una sonrisa. "Siempre es más fácil cuando tienes a tus amigos apoyándote."

"Estoy de acuerdo," añadió Lily. "Además, es interesante ver cómo cada uno de nosotros interpreta el tema de manera diferente. Aprendemos unos de otros."

Regulus miró a su alrededor, observando el progreso de cada uno. A pesar de sus dudas iniciales, se sentía parte del grupo y valoraba la experiencia. "Gracias por esto," dijo en voz baja, más para sí mismo que para los demás. "Realmente lo necesitaba."

"Y todavía nos queda mucho por hacer," dijo Dorcas con una sonrisa. "Pero creo que estamos en el camino correcto."

"Sí, definitivamente," coincidió Marlene. "Ahora, ¿alguien quiere un poco de té?"

La tarde continuó con más trabajo, risas y momentos de reflexión. Cada uno avanzaba en su proyecto, pero también en su comprensión y aceptación de su propio pasado. Para Regulus, esa noche marcaba un antes y un después, un paso hacia adelante en un camino que ya no parecía tan solitario.

 

 

A medida que la tarde avanzaba, el ambiente en la habitación seguía siendo productivo pero algo más introspectivo. Regulus se encontraba absorto en su collage, cada recorte y pegado de imágenes evocaba una ola de recuerdos. Sin embargo, fue cuando sus ojos se posaron en la pintura de Sirius que un torbellino de emociones lo invadió. Las pinceladas oscuras y los tonos opresivos le recordaron momentos amargos de su infancia, momentos que había intentado enterrar profundamente.

Sin decir una palabra, Regulus se levantó lentamente y salió de la habitación, buscando un respiro del peso que sentía en su pecho. Caminó por el pasillo hasta llegar a una pequeña sala de estar vacía, donde se dejó caer en un sillón, cerrando los ojos y respirando profundamente.

Apenas unos minutos después, escuchó pasos suaves detrás de él. Abrió los ojos y vio a James entrando en la habitación. Sin decir nada, James se sentó en un sillón cercano, respetando el silencio de Regulus. Su presencia era reconfortante, un recordatorio de que no estaba solo.

Pasaron varios minutos en silencio, con Regulus mirando al suelo y James observando tranquilamente el entorno. Finalmente, Regulus habló, su voz apenas un susurro. "Es difícil... ver esa pintura. Me trae demasiados recuerdos."

James asintió lentamente. "Puedo imaginarlo. A veces, el arte tiene una manera de desenterrar cosas que hemos intentado olvidar."

Regulus levantó la vista y miró a James, agradecido por su compañía. "No es solo la pintura. Es todo. Estar aquí, con todos ustedes... es abrumador pero también me hace sentir... visto."

James sonrió ligeramente. "Eso es algo bueno, ¿no? Saber que tienes a personas a tu alrededor que te entienden y te apoyan."

"Sí, lo es. Solo que no estoy acostumbrado," admitió Regulus. "Sirius siempre ha sido más fuerte, más abierto. Yo he aprendido a ocultar lo que siento."

James asintió de nuevo. "Todos tenemos nuestras maneras de lidiar con las cosas. Pero no tienes que hacerlo solo. Estamos aquí para ti, Regulus."

Regulus se permitió una pequeña sonrisa. "Gracias, Potter. No pensé que alguien como tú pudiera entenderme."

"Más de lo que crees," respondió James, su tono serio pero amable. "Todos tenemos nuestras luchas. Y estar aquí, con este grupo, es una forma de afrontarlas juntos."

Regulus asintió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. "Supongo que tienes razón. Solo necesito un poco de tiempo."

"Tómate el tiempo que necesites. No hay prisa," dijo James, levantándose. "Cuando estés listo, volveremos juntos. No tienes que hacerlo solo."

Regulus asintió y se levantó lentamente. "Gracias por estar aquí."

James le dio una palmada en el hombro. "Siempre, Regulus."

Juntos, regresaron a la habitación donde los demás seguían trabajando, y aunque los recuerdos amargos aún pesaban en su mente, Regulus se sintió un poco más fuerte, sabiendo que no estaba solo en su viaje.

 

 

Después de varias horas de trabajo y conversaciones, el grupo comenzó a recoger sus materiales. Lienzos, pinceles, lápices y cuadernos fueron guardados cuidadosamente en mochilas y estuches. El ambiente en la habitación era relajado, lleno de risas y bromas mientras todos se preparaban para irse.

"Ha sido una buena sesión," dijo Marlene, estirándose y guardando su cuaderno de bocetos. "Estoy emocionada por ver cómo terminamos todos estos proyectos."

"Sí, definitivamente ha sido productivo," agregó Remus, cerrando su laptop. "Gracias por el espacio, Sirius."

Sirius sonrió ampliamente. "Siempre es un placer tenerlos aquí. Además, cualquier excusa para pasar tiempo con ustedes es buena."

Regulus, quien había permanecido en silencio la mayor parte del tiempo después de su breve retiro, se encontraba terminando de guardar sus cosas cuando Dorcas se le acercó con una sonrisa amigable.

"Regulus, me ha gustado mucho conocerte hoy," dijo Dorcas sin preámbulos. "Eres más fuerte de lo que piensas, y me gustaría que fuéramos amigos."

Regulus, sorprendido por la franqueza de Dorcas, levantó la vista y vio la sinceridad en sus ojos. "Gracias, Dorcas. Yo también disfruté conocerlos a todos. Sería bueno tener más amigos."

Dorcas sacó su teléfono y lo extendió hacia él. "Aquí, anota tu número y yo te doy el mío. Así podemos mantenernos en contacto y salir alguna vez."

Regulus tomó el teléfono, introdujo su número y se lo devolvió a Dorcas. "Me encantaría."

Dorcas sonrió mientras guardaba el teléfono. "Perfecto. No dudes en llamarme si necesitas algo, o simplemente si quieres charlar."

Los demás comenzaron a despedirse uno a uno. Marlene le dio un fuerte abrazo a Sirius, mientras que Lily y Remus ofrecieron cálidas palabras de despedida a todos. Peter y Mary se unieron a las despedidas con sonrisas y abrazos.

James, quien había permanecido cerca de Regulus desde su momento de silencio, le dio una palmadita en la espalda. "Ha sido un placer, Regulus. Espero verte más seguido."

Regulus asintió, sintiéndose un poco más cómodo con cada despedida. "Gracias, Potter. Lo mismo digo."

Finalmente, cuando todos se habían ido, Sirius se acercó a Regulus con una sonrisa. "¿Ves? No fue tan malo, ¿verdad?"

Regulus sonrió ligeramente. "No, no lo fue. Gracias, Sirius. Por todo."

Sirius le dio un abrazo fraternal. "Siempre, Reg. Siempre."

Mientras la puerta se cerraba detrás del último amigo, Regulus sintió que había dado un paso importante. Había encontrado un grupo de personas que lo aceptaban y lo apoyaban, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió parte de algo significativo. Con un nuevo número guardado en su teléfono y una promesa de amistad, Regulus supo que no estaba solo en su camino.

 

 

Después de despedirse de todos, Regulus se sintió agotado, tanto física como emocionalmente. Alphard, quien había estado esperando pacientemente en la sala, se levantó cuando vio a Regulus acercarse.

"¿Listo para irnos?" preguntó Alphard con una sonrisa cálida.

Regulus asintió, respondiendo con una leve sonrisa. "Sí."

"Vamos, ya vuelvo Sirius," dijo Alphard, poniendo una mano en el hombro de su sobrino y guiándolo hacia la puerta.

El trayecto en coche fue tranquilo. Alphard encendió la radio a un volumen bajo, permitiendo que la música suave llenara el espacio mientras avanzaban por las calles iluminadas por las farolas. Regulus miraba por la ventana, su mente divagando sobre los eventos del día. La sesión de arte había sido intensa y abrumadora, pero también había sido un paso importante para él.

Cuando finalmente llegaron a la mansión de los Black, Alphard estacionó el coche y apagó el motor. Se volvió hacia Regulus, notando el cansancio en sus ojos.

"¿Estás bien?" preguntó con preocupación.

Regulus asintió lentamente. "Sí, solo estoy cansado. Fue un día largo."

"Lo entiendo. Que descanses," dijo Alphard con una sonrisa.

"Gracias, tío. Buenas noches," respondió Regulus. Bajó del auto y entró a la mansión en silencio, con las sombras alargadas del vestíbulo envolviéndolo. Regulus sintió el peso del día caer sobre él con cada paso que daba hacia su habitación. Al llegar, cerró la puerta detrás de él y se dejó caer en la cama por un momento, disfrutando de la tranquilidad. Después de unos minutos, se levantó y se cambió rápidamente de ropa, poniéndose su pijama favorita. La suavidad del tejido le ofrecía un poco de consuelo mientras se preparaba para dormir.

Se lavó la cara y los dientes, realizando su rutina nocturna con movimientos automáticos. Cuando finalmente se metió en la cama, apagó la luz de su lámpara y dejó que la oscuridad llenara la habitación.

Los recuerdos del día aún giraban en su mente: la calidez de los nuevos amigos, la incomodidad de los recuerdos dolorosos, y la promesa de un futuro más brillante. Cerró los ojos y respiró profundamente, permitiendo que el cansancio lo envolviera por completo.

Mientras se sumía en el sueño, una sensación de esperanza se afianzó en su corazón. No estaba solo, y por primera vez en mucho tiempo, eso le daba una paz indescriptible.

 

 

 

"Regulus, quiero que me digas la verdad. Hoy en día se pueden hacer pruebas falsas, así que por eso te lo voy a preguntar," dijo Walburga, mostrándole unas fotos de él y Sirius afuera de la academia, abrazándose, riendo, y hablando. En algunas fotos, también aparecía Potter. Regulus sintió que le iba a dar un ataque de pánico. "¿Te estás viendo con Sirius?" preguntó Walburga, enojada.

"No," respondió Regulus con firmeza.

"¡No me mientas! ¡Un heredero no le miente a sus padres!" gritó Walburga, agarrándolo fuertemente de la mandíbula.

"¡No estoy viendo a Sirius!" Regulus gritó, intentando mantener la calma a pesar de su nerviosismo por mentir.

"Bien. Estos detectives hacen lo que quieren por dinero. A partir de ahora, tendrás un guardaespaldas. Necesito tu teléfono; tendrás uno nuevo," dijo Walburga, extendiendo la mano.

"¿Qué? ¿Por qué? Te dije la verdad," respondió Regulus, mirándola incrédulo.

"Es por la seguridad de la familia," dijo Walburga fríamente. Regulus le entregó su celular con una tranquilidad sorprendente, y Walburga sonrió. "Perfecto, esto es porque te amamos," dijo, dándole un beso en la frente.

"Con permiso, madre," dijo Regulus, alejándose de la sala.

Subió a su habitación, cerrando la puerta detrás de él. Se dejó caer en su cama, tratando de calmar su respiración agitada. Los recuerdos del encuentro con Walburga giraban en su mente, pero sabía que tenía que mantener la calma y pensar en su próximo paso.

 

 

Cuando Regulus salió del espiral de recuerdos, el cielo estaba teñido de un intenso color naranja.

"Necesito a Sirius. No puede quitármelo otra vez," pensó, la desesperación creciendo en su pecho."¿Por qué no me dejan ser feliz? ¿Por qué? ¿Por qué?"

La rabia y la tristeza se mezclaban en su mente, arremolinándose en un torbellino de pensamientos oscuros.

"¿Por qué tengo su sangre? Jamás seré como ellos," se repetía, el resentimiento ardiendo dentro de él."¿Y si elimino su sangre? A lo mejor seré feliz si dejo de ser parte de su linaje."

Estos pensamientos lo empujaron a buscar frenéticamente algo, cualquier cosa, que pudiera usar para arrancar la sangre de sus padres de su cuerpo, como si eso pudiera liberarlo de la prisión que sentía que lo asfixiaba. Su respiración se volvió irregular mientras rebuscaba entre sus cosas, su mente nublada por la desesperación.

La habitación parecía cerrarse a su alrededor, el aire volviéndose denso. La sensación de estar atrapado bajo el peso de las expectativas y las exigencias de su familia lo sofocaba. Buscaba una salida, un alivio, algo que le permitiera sentirse libre, aunque solo fuera por un momento.

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