Au-delà de la perfection

Harry Potter - J. K. Rowling
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Au-delà de la perfection
Summary
Regulus Black crece a la sombra de sus ilustres padres: un pianista reconocido y una cantante de ópera brillante. A medida que lucha por su atención y amor, su hermano mayor Sirius se convierte en su protector y único apoyo. Sin embargo, la rebeldía de Sirius lo lleva a ser expulsado de la casa familiar, dejando a Regulus atrapado en una vida que no desea. A los 17 años, Regulus se siente asfixiado por las expectativas de perfección que sus padres le imponen. Su vida da un giro inesperado cuando la danza entre él y James Potter comienza a revelar que detrás de los nombres Black y Potter, hay dos almas en busca de libertad y comprensión.
Note
Hola a todos!Este es el primer fanfic que escribo, me alegra que sea de uno de mis fandoms favoritos, esta temática y de lo que trata la historia no es completamente mía.El como esto surgió fue que en un momento de relajación entre a Tiktok, donde me apareció un video con la canción instrumental Black Swan de BTS con una descripción que sinceramente sentí como tatuo en mi corazón, y lo que decía es exactamente la idea de un Jegulus fic ballet dancer.Su user es: @li0nsofheartTodo es gracia a su mente brillante por imaginarse eso, ella dijo que no sabría como escribirlo por no tener conocimiento del ballet, yo tengo algunos conocimientos, así que haré mis esfuerzo para poder plasmar su idea.Disfrutenlo.
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Encrucijadas y encuentros

Hace tres días que el matrimonio Black llegó a Londres. Por suerte, Regulus ya estaba en el "hogar" desde que tuvo esa discusión con Sirius. En esos días, Regulus andaba con un humor terrible. Incluso había ignorado la mayoría de las cosas que Walburga le decía. Sirius lo llamaba constantemente, incluso había llamado a la mansión. Afortunadamente, nunca decía nada que lo delatara cuando Orión o Walburga contestaban el teléfono. Le envió varias cartas, todas leídas pero sin respuesta.

"Regulus, me han llamado de la academia", interrumpió Orión mientras Regulus ensayaba. "Han dicho que comenzarán a hacer presentaciones. Aún no han decidido si será en Londres o en algún otro país. Más te vale obtener un papel principal".

Regulus detuvo la música y respondió: "Siempre obtengo el papel principal, no es necesario recordármelo, padre".

Orión lo miró con seriedad. "Un recordatorio no está de más. Y vete a dormir, mañana tienes que estar allá temprano", dijo, saliendo del salón de ballet que habían construido en casa para obligarlo a ensayar.

Regulus se dio un baño antes de ir a la cama. Como siempre, Sirius le envió un mensaje de buenas noches. Así, Regulus se durmió, con la mente llena de expectativas y tensiones.

 

 

 

Al día siguiente

Regulus despertó temprano al sonido del reloj de la mesita de noche. La luz del amanecer se filtraba por las cortinas, pintando su habitación en tonos suaves de azul y dorado. Se estiró, sintiendo los músculos tensos por el ensayo de la noche anterior. El ballet no siempre había sido su pasión, pero aprendió atesorarla, lo que lo haría más feliz es no sentirse presionado por sus padres.

Se levantó con cuidado y se vistió con una camisa blanca de manga corta y unos jeans negros. El espejo frente a él reflejaba su rostro serio y concentrado. Regulus era meticuloso en todo lo que hacía, y el ballet no era la excepción.

Bajó las escaleras en silencio, encontrándose con Anne en la cocina. La sirvienta le sirvió un tazón de avena caliente y una taza de té. Regulus agradeció con un gesto y se sentó a desayunar. El tiempo apremiaba; no podía permitirse llegar tarde a la academia.

El camino hacia la academia de ballet fue tranquilo. Regulus caminaba con paso firme, el aire fresco de la mañana acariciando su rostro. A medida que se acercaba al edificio de piedra, la emoción y la ansiedad se mezclaban en su pecho. ¿Qué papel le asignarían esta vez?

Al entrar al vestuario, saludó a sus compañeros con una sonrisa educada. Se vistió con su traje de ballet negro y ajusto las cintas de las zapatillas de puntas, sintiendo la tela satinada contra su piel. El espejo frente a él reflejaba a un Regulus decidido, con los ojos oscuros llenos de determinación.

 

 

 

James Potter, de 19 años, entró al edificio con una mezcla de curiosidad y nerviosismo. Alto, de cabello desordenado y ojos llenos de vida, James no parecía encajar en el mundo disciplinado del ballet. Había decidido unirse a las clases de ballet como una forma de relajarse y encontrar un equilibrio en su vida.

"¡Atención, clase!" anunció Monsieur Lefèvre, llamando la atención de todos. “Quiero presentarles a James Potter, nuestro nuevo estudiante"

James saludó con una mano y una sonrisa mientras el instructor continuaba.

"James, busca un lugar libre y ponte cómodo. A continuación, iniciaremos con las posiciones básicas."

James asintió y se acomodó en un rincón del estudio. Mientras se preparaba, Regulus lo observaba con escepticismo. ¿Qué hacía alguien como él en una academia de ballet tan exigente? ¿Y por qué le suena familiar? Pero antes de que pudiera reflexionar más, Monsieur Lefèvre comenzó la clase.

"Primera posición, todos" ordenó el instructor.

James imitó a los demás, tratando de seguir las instrucciones lo mejor que podía. Aunque su técnica era torpe, había una determinación en su rostro que Regulus no pudo evitar notar.

Monsieur Lefèvre comenzó a guiar a la clase a través de una serie de ejercicios en la barra. Primero, los estudiantes trabajaron en los pliés, doblando las rodillas con los pies en la primera posición.

"Pliés, y... uno, dos, tres, cuatro..." contó Monsieur Lefèvre mientras los estudiantes bajaban y subían con precisión.

James miraba atentamente, tratando de replicar los movimientos. Aunque le costaba mantener el equilibrio, se esforzaba por seguir el ritmo.

"Muy bien, ahora pasamos a los tendus" anunció Monsieur Lefèvre.

Los tendus consistían en deslizar el pie por el suelo, extendiendo la pierna y manteniendo el pie en punta sin levantarlo del todo.

"Détendre, y... uno, dos, tres, cuatro..." continuó Monsieur Lefèvre.

Regulus ejecutaba los movimientos con una facilidad que venía de años de práctica, sus pies se deslizaban con una precisión impecable. James, en cambio, luchaba por mantener la alineación correcta de su cuerpo, pero no se daba por vencido.

"¡Potter!" llamó Monsieur Lefèvre. "Asegúrate de mantener el pie en contacto con el suelo durante todo el movimiento. No levantes la punta del pie"

James asintió, agradecido por la corrección, y trató de ajustar su técnica. Los siguientes ejercicios incluyeron rond de jambe y fondu, cada uno más desafiante que el anterior. Los rond de jambe implicaban dibujar un círculo con el pie en el aire mientras mantenían el equilibrio en la otra pierna. Los fondu requerían que ambos pies se doblaran y estiraran al mismo tiempo, trabajando en la sincronización y la fuerza de las piernas.

A medida que la clase avanzaba, James empezó a entender mejor los movimientos, aunque su ejecución aún estaba lejos de ser perfecta. Finalmente, Monsieur Lefèvre indicó que era hora de practicar los pirouettes, uno de los movimientos más desafiantes del ballet.

"Pirouettes desde la cuarta posición" dijo el instructor. "Recuerden, el equilibrio y la alineación son esenciales. Y sobre todo, mantengan el enfoque en un punto fijo para evitar marearse"

Los estudiantes se posicionaron en la cuarta posición, con un pie delante del otro y las rodillas ligeramente dobladas. Regulus ejecutó un giro perfecto, su cuerpo girando con una precisión impresionante. James, por otro lado, tropezó en su primer intento, pero se levantó rápidamente, decidido a intentarlo de nuevo.

Regulus observó a James, notando su determinación a pesar de las dificultades. Había algo admirable en su perseverancia.

Al final de la clase, los estudiantes comenzaron a dispersarse, algunos conversando en pequeños grupos. En ese instante, Sirius entró al salón, decidido a recuperar a su hermano a toda costa.

"¿Sirius?" dijo James, mirándolo sorprendido.

"¿James? ¿Qué haces aquí? Oh no, yo, James, necesito hacer algo. Luego podemos hablar", dijo Sirius, mirando en dirección a Regulus.

"No, puedes hablar con él. Ahora recuerdo por qué me parecía familiar", dijo Regulus de mal humor.

"Reggie, no, por favor. Vine a verte, no me iré de aquí sin antes resolver las cosas", dijo Sirius, evitando que Regulus se fuera.

"Hey, deberían hablar de sus asuntos en otro lado. Tienen un público chismoso aquí", dijo Pandora, preocupada.

Sirius notó que aún había estudiantes en el salón, así que agarró a Regulus y lo llevó a otro lado donde no pudieran escucharlos.

"Eres mi mayor tesoro. Desde que te vi, fue imposible no haberte amado. James es importante para mí, no lo puedo negar, pero tú, Regulus, eres mi alma. No volveré a dejarte de lado, lo prometo", dijo Sirius, agarrando las manos de Regulus con miedo a que este se fuera.

"Está bien, voy a dejarte dos cosas en claro. Primero, me cae mal tu amigo James. Es muy diferente a Peter y a Remus, y me da celos lo que James significa para ti", dijo Regulus con vergüenza.

"No deberías estarlo. ¿Y cuál es la segunda cosa?" preguntó Sirius, más animado.

"Otra decepción y no creo ser capaz de perdonarte", dijo Regulus mirándolo fijamente.

"No volverá a suceder. Oye, tampoco tengo idea de qué hace James aquí", dijo Sirius, asustado de que esto molestara a Regulus.

"Lo vi, te sorprendiste cuando lo viste. Al parecer voy a tener que soportarlo, aunque es extraño. ¿Por qué en esta clase? Tiene una técnica pobre", dijo Regulus, pensativo.

"Tomaba clases de ballet en verano cuando era niño, solo por diversión", dijo Sirius sonriendo.

"Es raro. Iré a bañarme, te veré afuera", dijo Regulus, yéndose a los vestidores de chicos.

 

 

Para cuando Regulus salió arreglado del vestuario, vio que James estaba hablando con Sirius en la entrada. Sin decir nada, se puso al lado de Sirius.

"¿Él es Reggie?" preguntó James con una sonrisa.

"Sí, pero..." Sirius no pudo terminar la frase porque James lo interrumpió.

"Hola, Reggie, mucho gusto. Soy James. He oído mucho de ti", dijo James, extendiéndole la mano a Regulus con una bonita sonrisa.

"Regulus Black. Un placer conocerlo, joven Potter", dijo Regulus sin molestarse en aceptar su mano.

"No le gusta que le llamen Reggie, así que evita molestarlo, James", dijo Sirius, mirando a su amigo.

"Oh, entiendo. Espero que nos llevemos bien", dijo James sin borrar su sonrisa, lo cual molestó a Regulus.

"Sirius, estoy cansado. ¿Nos vamos juntos o prefieres quedarte con él?" preguntó Regulus, acomodando su bolso en el hombro.

"Nos vamos juntos. Hasta luego, James", dijo Sirius, abrazando a Regulus por los hombros.

"Adiós", dijo James, agitando su mano.

"¿No le duele sonreír?" preguntó Regulus, mirando a James con extrañeza mientras salían de la academia.

"Él dice que no", respondió Sirius, riéndose.

 

 

 

James Potter

Desde una temprana edad, James demostró tener múltiples talentos. Dominaba las matemáticas con facilidad y aprendió a tocar el piano en tan solo un mes. También tomó clases de ballet durante algunos veranos. A los seis años, ya sabía dos idiomas además de su lengua materna: español y francés. Además, desarrolló buenas habilidades en la cocina debido a que siempre ayudaba a su madre, una escritora muy famosa de novelas y cuentos. Su padre, un empresario de renombre internacional, era uno de los mejores conocidos en su campo. Las vacaciones de James eran las mejores, siempre viajaban a cualquier parte, lo que le permitía sacar a flote su lado explorador.

Para cuando llegó a la adolescencia, James pensaba constantemente en su futuro y en cómo dejar su huella en el mundo. Aunque sus padres le decían que no era necesario hacerse cargo de la empresa familiar, lo que le aliviaba mucho, James tenía claro que quería ser chef. Sin embargo, últimamente se sentía muy estresado, y su madre le sugirió que buscara un hobby que lo distrajera un poco.

Así, James escogió el ballet. Aunque estaba oxidado, tenía una corazonada de que era lo que necesitaba. Decidió no decírselo a Sirius y optó por tomar clases solo los sábados.

El primer día de clases llegó y James se esforzó por seguir el ritmo de la clase. Para cuando terminó, notó a su mejor amigo entrar al salón.

“¿Sirius?” dijo James, mirándolo sorprendido.

“¿James? ¿Qué haces aquí? Oh no, yo, James, necesito hacer algo. Luego podemos hablar”, dijo Sirius, mirando en dirección a un chico que se parecía mucho a él.

“No, puedes hablar con él. Ahora recuerdo por qué me parecía familiar”, dijo el chico de mal humor.

“Reggie, no, por favor. Vine a verte, no me iré de aquí sin antes resolver las cosas”, dijo Sirius, evitando que se fuera.

“Hey, deberían hablar de sus asuntos en otro lado. Tienen un público chismoso aquí”, dijo una chica rubia, preocupada.

James se quedó observando cómo se alejaban. Se sintió un poco culpable por no haber previsto la tensión entre ambos. Sin embargo, la clase había sido un desafío interesante, y a pesar de las dificultades, sentía que había tomado una buena decisión al regresar al ballet. Mientras recogía sus cosas, sonrió para sí mismo, pensando en cómo este nuevo hobby podría ayudarlo a encontrar el equilibrio que tanto necesitaba.

 

James se dirigió a los vestidores y, cuando terminó, salió a la entrada a esperar a su padre. Allí vio a Sirius.

“Hola, Sirius”, dijo James, parándose a su lado.

“Hola, ¿desde cuándo estás tomando clases de ballet?” preguntó Sirius, curioso.

“Pues, sabes que me ando estresando en este periodo de clases, así que estoy retomando el ballet como hobby”, respondió James, encogiéndose de hombros.

“Oh, sí, me habías contado de ello, pero te han puesto en una clase avanzada, James”, dijo Sirius, sorprendido.

“Lo sé, no es difícil. Estoy oxidado, pero me sé los pasos y es divertido”, dijo James, sonriendo.

En ese momento, el chico de cabello oscuro se puso al lado de Sirius sin decir nada. James lo reconoció de inmediato: era Regulus, el famoso hermano menor de Sirius. Se acercó con una sonrisa, dispuesto a romper el hielo.

“¿Él es Reggie?” preguntó James, tratando de sonar casual.

“Sí, pero…” Sirius no pudo terminar la frase antes de que James se adelantase.

“Hola, Reggie, mucho gusto. Soy James. He oído mucho de ti”, dijo, extendiéndole la mano con una sonrisa amigable.

“Regulus Black. Un placer conocerlo, joven Potter”, respondió Regulus, sin molestarse en aceptar su mano. Su tono era frío y formal, claramente no impresionado.

“No le gusta que le llamen Reggie, así que evita molestarlo, James”, intervino Sirius, mirándolo con una mezcla de advertencia y disculpa.

“Oh, entiendo. Espero que nos llevemos bien”, dijo James, manteniendo la sonrisa aunque sentía que Regulus no compartía el sentimiento.

“Sirius, estoy cansado. ¿Nos vamos juntos o prefieres quedarte con él?” dijo Regulus, acomodando su bolso en el hombro. Su tono dejaba claro que prefería la primera opción.

“Nos vamos juntos. Hasta luego, James”, dijo Sirius, pasando un brazo por los hombros de su hermano.

“Adiós”, respondió James, agitando la mano con una sonrisa que esperaba transmitir cordialidad.

Mientras los veía alejarse, no pudo evitar sentirse un poco incómodo. Era obvio que Regulus no confiaba en él ni lo quería cerca de su hermano. Pero algo en la actitud de Regulus hizo que James quisiera intentarlo más, demostrarle que sus intenciones eran buenas.

“¿No le duele sonreír?” escuchó que Regulus preguntaba a Sirius mientras salían de la academia.

“Él dice que no”, respondió Sirius, riéndose.

James se quedó un momento más, reflexionando. Ganarse la confianza de Regulus sería un desafío, pero estaba decidido a hacerlo por Sirius. Al fin y al cabo, la familia era importante, y él estaba dispuesto a demostrar que podía ser parte de la suya.

 

 

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