Draco Malfoy y El Diario de R.A.B

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y El Diario de R.A.B
Summary
El segundo año para Draco Malfoy fue dificil. Vivir con el miedo constante de ser repudiado de su arbol familiar fue estresante, pero su tercer año no es mejor.Tener como tío a Sirius Black, un fugitivo de Azkaban, no es un paseo en el parque ni mucho menos un día tranquilo.Ahora, Draco tendrá que lidiar con el querer proteger a sus amigos leones, porque ¿Adivinen qué? Sirius Black va detrás de Harry Potter. Podrá no tener la mejor relación con el niño que vivió, pero Draco Malfoy es humano y su deseo de proteger a las personas que les importa siempre será su debilidad.Todo eso mientras lidia con preparar a sus amigos para la guerra, tener que seguir al pie de la letra ordenes que el estupido anciano le dejó a finales del año escolar y lidiar con ser un adolescente con sentimientos confunsos.
Note
Este libro va dedicado a mi querida Beta: Majo y a mi querida Gala, quienes me acompañaron en la escritora de este libro capitulo por capitulo :3
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12. Obliviate

12. Obliviate

 

Sirius le cuenta de absolutamente todo. Desde la profecía que rodea a Harry Potter, hasta como supo que el traidor era Peter Pettigrew de la boca de Severus Snape, pero no le creyó porque era uno de sus mejores amigos… su familia.

Draco hasta cierto punto empatizó con él. Si alguien viniera y dijera que Millie, Luna, Hermione o Theo estaban traicionándolo, no lo creería hasta verlo con sus propios y aun así buscaría la manera de comprenderlos… no aceptaría una traición sin tener una explicación. Perdería la cabeza tratando de justificarlos.

Sirius no le dijo de que trataba la profecía. Solo lo sabían Dumbledore, Trelawney, los padres fallecidos de Potter y su padrino, quien fue a contarle a Voldemort sin imaginarse que sería el hijo de Lily Potter quien se convertiría en el niño de la profecía. Draco sintió amargo al saber que su padrino fue uno de los responsables de que terminara todo de esta forma.

Pero así funcionaban las profecías. No había forma de romperlas.

Draco conocía lo suficiente a su padrino. Sabía que no era una persona buena, pero tampoco mala… era una mezcla extraña de ambos. Trabajando para la luz para enmendar sus errores y vengar a su amiga fallecida, aunque fuera uno de los responsables de su muerte. Siendo cruel con sus alumnos y con el mismo niño al que afectó directamente yendo a contarle a Voldemort algo así de importante. Había tantas cosas que volvían a Severus alguien totalmente único. Podías amarlo u odiarlo. Pero Draco lo quería. No importaba nada. Severus había demostrado que realmente importaba en su vida… a su manera.

Tal vez si Severus le dijera porque le dijo a Voldemort sobre la profecía, entendería mejor.

Otras cosas que supo fue que Peter Pettigrew era la rata de Ronald. Fue algo perturbador saber de eso, porque vio una vez como Ronald besaba la cabeza de ese feo animal y hasta donde sabía, dormían juntos. El pelirrojo adoraba a su rata.

Sí, debía comprarle una mascota. Ronald no se recuperaría de otra forma.

Lo que sí golpeó cerca de casa a Draco fue saber el motivo por el cual Sirius escapó de casa.

Su madre quería que Sirius tenga la marca tenebrosa. Escapó a los dieciséis para evitar tener la marca de Voldemort y volverse un mortifago. Dejó atrás todo para ser feliz en casa de los Potter…

¿Cómo podría juzgarlo ahora?

Draco que había recibido la marca, hubiera hecho todo para evitarlo.

Sí, ahora no podía sentir nada negativo en contra de Sirius. Tenía una nueva luz sobre el mago. Fue valiente en dejar su casa. Buscó su lugar donde brillar…

Ahora no tenía uno, pero Draco estaba seguro que Harry y Sirius se complementarían. Ambos sin un hogar. Sirius con mucho amor acumulado por su perdida y Harry necesitado de todo ese amor por una vida en completa soledad.

Ahora era seguro que Draco no solo se metería en todo eso por Hermione o Ronald, sino por ellos dos. Buscaría a esa rata y daría libertad a Sirius.

“No tengo la más mínima idea de cómo regresarte a Hogwarts” dice Sirius luego de permanecer en silencio por un largo rato luego de hablar “No pensé que me romperías la varita”

Draco bufa. No se arrepiente de eso de todas maneras. Pequeñas venganzas por ser llamado supremacista y haberse quedado sin gato por días.

Libra Malfoy estaría castigada cuando regresara.

“Nunca me llames supremacista” dice simple, ocasionando que Sirius riera como un idiota.

Draco mira alrededor de la habitación. Se fija en cada lugar y siente una fuerte magia gris en el armario limpio. En sí, toda la habitación estaba impecable.

Kreacher se había encargado de limpiar todo lo que tuviera que ver con su amo Regulus.

Draco se levanta y se dirige al armario. La abre y encuentra camisas, túnicas y pantalones colgados con cuidado.

El aroma era agradable.

Draco abre la pared de ropa y encuentra compartimientos cerrado. Sigue sus instintos ignorando el llamado de Sirius. Abre cada cajón y encuentra lo que le estaba llamando la atención.

La varita de Regulus Black.

Draco la toma entre sus manos. La magia revoloteaba sobre aquel objeto.

“Sirius” dice sin poder creer que sus instintos lo hayan llevado a encontrar ese objeto.

Sirius se levanta para acercarse a su llamado. Draco se da la vuelta y muestra la varita.

“No” dice Sirius serio “No voy a usar algo de mi hermano”

Draco nota dolor en esas palabras. Aprieta la varita entre sus manos.

Él no podría usarla. Lamentablemente estaba ligado a la varita de Thestral. Él único que podría usar esa varita era Black.

“¿Estás loco? Podrías aparecernos en Hogsmeade” gruñe Draco “Necesitamos usar la varita”

“no, prefiero llevarte en mi lomo y correr hacia escocia que usar esa varita” se niega Sirius.

Draco quiere decirle que es un idiota, pero su mente piensa en otras opciones.

Dora.

Dora jodida Tonks.

“¿Tienes búhos?” pregunta.

Sirius deja de verse devastado para mirar a Draco con una ceja alzada.

“Te consigo una si no me vuelves a pedir usar esa varita” dice Sirius con seriedad.

Draco sonría maliciosamente.

“Me parece justo” responde simple. Deja la varita en la mesa. Cierra el armario y gira para ver como Sirius agarra la varita de Regulus y la esconde entre sus túnicas.

No dice nada al respecto.

Dora.

No le muestres esto a nadie o no me verás.

Vete al 12 de Grimmauld Place en cuanto leas esto. Es importante. Debemos ayudar a la familia. No le digas a nadie, por favor.

Estoy confiando en ti. Prima, hablo en serio.

Te explicaré todo.

Draco L. Malfoy.

Draco deja que el búho vuele al siguiente día a primera hora.

Era navidad.

Su primera navidad sin sus amigos o sus padres. Solo con un tío desquiciado.

“Bien, si tenemos suerte Dora estará en su casa cerca de aquí y aparecerá en un par de horas. Si tenemos mala suerte, aparecerá hasta la noche porque estará en Escocia buscándome”

Está seguro que su cara en este día estaría en cada periódico de El Profeta. Su madre debía de estar muy devastada imaginándose que cosas horribles le deberían de estar haciendo.

Tendría que darle un gran abrazo después.

“Te ves terrible” dice Sirius viéndolo ahora con la luz de un nuevo día.

Draco se sentía terrible. Sus heridas no habían sido tratadas. Algunas partes quemaban y si pasaba su mano estarían calientes. Si fuera un experto en medimagia, diría que estaba teniendo infecciones por las heridas más sucias y profundas.

“Estoy bien” dice serio.

Black saca la varita de Regulus.

“Te curo las heridas” dice serio.

Draco se niega. Era mejor así. Daría una mejor imagen de ser secuestrado y ningún adulto sospecharía. Él se encargaría de que las personas correctas sepan de Sirius Black siendo inocente.

Incluso pensó en Dumbledore.

Sirius guarda la varita.

“Kreacher le hizo el desayuno al joven amo Draco” dice el elfo domestico apareciendo.

Draco nota como el elfo parecía haber intentado darse un mejor aspecto. Tenía mucho menos suciedad y no parecía ser aquel elfo gruñón y enojado que vio. Estaba tranquilo y dispuesto a servir a Draco.

“¿Qué? ¿Cómo es que conseguiste…?” no termina de hablar porque Kreacher le dedica la peor de las miradas a Sirius

“El amo canalla que rompió el corazón a mi ama” dice Kreacher con rencor, sorprendiendo a Draco “Oh, mi pobre ama. Si ella supiera que su hijo malagradecido está en su noble casa contaminando el lugar, lloraría”

Sirius parece enfurecerse con las palabras del elfo.

“¡Va! ¡lárgate!” gruñe molesto.

“Kreacher no obedece a traidores de sangre. Kreacher tiene nuevo amo. Kreacher sirve a Draco Malfoy” dice el elfo mirando mal a Sirius.

Draco hace una mueca. Se acerca y mira a Kreacher con una sonrisa.

“Kreacher, ¿hiciste suficiente para mí y mi tío?” pregunta tranquilo.

Kreacher parece agriarse con esa pregunta.

“Kreacher irá a cocinarle al canalla asesino solo porque el amo lo pide” y con una reverencia desaparece.

“Elfo infeliz” gruñe Sirius mirando agrio el lugar donde antes estaba el elfo “Mi madre no puede tener el corazón roto, ni siquiera tenía uno. Ella vivía de pura maldad” despotrica.

“Eso es…” Draco dice sin saber realmente que pensar.

Jamás creyó conocer a alguien que pudiera odiar a su madre así. Hasta Millie parecía tener un trato respetuoso a sus padres.

“Pensé que ya estaría muerto a este punto. No sé cómo Regulus quería a ese despreciable elfo. No merece nada. Si pudiera sacarlo de esta casa” gruñe.

“Creo que deberías ser más amable o terminará delatándote” responde Draco “Y no creo que puedas luchar contra aurores sin varita”

Toma asiento y sonríe al notar la mesa de la cocina completamente limpia.

Era perfecto.

Sirius toma asiento con él con brazos cruzados.

“¿Cómo lo hiciste? Ese elfo es maldad pura. Si supiera que eres un futuro traidor de sangre, te odiaría”

Draco rueda los ojos por eso “No lo creo. Tengo un amigo elfo, se llama Dobby. Es un elfo libre y me adora” dice recordando a Dobby.

Había olvidado que iba a ver la manera de traer a Dobby al castillo.

“¿Qué? ¿El hijo de Lucius Malfoy siendo amigo de elfos? Sin duda alguna, eres una caja de sorpresas querido Draco” dice sarcástico Sirius.

“Y no seré un traidor de sangre” dice “Amo mi cultura. Siempre la amaré y honraré”

“Bien, busquemos a un nacido de muggles para que purifiques su sangre” responde Sirius con asco “porque ese es el tipo de costumbres que familias como las nuestras celebran. Asquerosos puristas. Sangre mala y oscura que piensa que son mejores que el resto. Una vergüenza”

Draco no parpadea por esas palabras. Mete su pan untando en mantequilla fresca en su café con crema.

“¿Realmente crees que todo se resume a eso?” pregunta Draco.

“¿Qué más harían? Eso es lo que son los sangre puras”

“No, te equivocas. Estás siendo un imbécil” responde simple Draco, antes de partir su pan remojado y ofrecerlo a Sirius “Que hayan contaminado nuestra imagen con esas prácticas horribles es otra cosa. Personas como tú también son parte del problema”

El elfo llega con comida podrida y sucia. La pone en la mesa y hace una reverencia a Sirius.

Sirius parece querer decir algo, pero Draco habla antes.

“Kreacher, gracias. Ve a buscar un tronco. Velas, flores, sal y prende la chimenea, por favor. Es Yule. Debemos celebrar yule” dice con una sonrisa.

Kreacher parece emocionarse por eso.

“Al fin, un amo que no es un traidor de sangre. Oh, mi ama debe de estar realmente orgullosa. Alguien que quiere celebrar Yule. Han pasado tantos años” lloriquea el elfo, desapareciendo.

“Somos más que puristas supremacistas. Nuestra cultura no se debería de reducir a esas cosas malas, Sirius” dice tranquilo.

Sirius frunce el ceño. Acepta el pan y se lo mete a la boca.

Draco observa la chimenea que antes tenía telarañas y polvo estar ahora impecable. El fuego era cálido y abrazador, muy distinto a como lo había encontrado cuando llegó.

Draco no dudó en sentarse en el piso a decorar la madera con flores y pequeños lazos que Kreacher dejó en la mesita que movió solo para él. Sirius en cambio estaba en el sofá mugriento con un vaso de whisky de fuego y la varita de Regulus entre sus dedos.

“Kreacher, coloca las velas por favor” pide amablemente “Pon… uhm.. Hermione, Millie, Luna, Theo, Justin, Ronald, Potter, Dora, Tía Andy, mamá, papá, Severus, Pansy, Blaise, Sirius. Sí, dieciséis velas, por favor”

“Lo que pida el amo, Kreacher estará feliz de cumplir. Kreacher nació para servir a la noble casa de los Black” dice el elfo apresurándose a colocar las velas.

Draco termina de decorar el tronco. Toma las flores y comienza a trenzarlas entre sí para crear coronas como Luna le enseñó. Estaba tan concentrado que ignoró las miradas de Sirius sobre él hasta que acabó dos coronas algo extrañas, pero lo suficiente resistentes como para mantenerse unidas en la cabeza de cualquiera.

“Yo que sepa, ni en tu familia ni en la mía está esa tradición. Usualmente cantamos canciones tan lindas sobre degollar nacidos de muggle y bailar en sus tumbas” dice Sirius agrio.

Draco rueda los ojos. Pone uno en la cabeza de Sirius y luego se coloca él una.

“Mi prima Luna me enseñó esa costumbre. Pertenece a su abuela, junto a bailar y tocar instrumentos como panderetas” comenta.

Sirius no dice nada al respecto. Se queda pensando.

“¿Hablas de la pequeña Dora? ¿Ella te enseñó?” pregunta curioso.

Draco parpadea por eso.

“no, no hablo de Dora” dice con una sonrisa “Luna, ella es mi prima por parte de mis padres. Mi abuelo Abraxas tuvo otra familia” explica simple.

Sirius silba por eso.

“Todo un escándalo familiar. No me sorprende para nada. Familias como los Black o los Malfoy se jactan de ser tan perfectos, pero son una mierda. Todos ellos. Dan asco”

Draco se gira, camina a las velas y las prende. Una por una deseando lo mejor a cada vela que representaba a una persona que quiere. Se detiene en la vela de su padre. Se arrodilla, junta las manos y se queda un gran momento dedicando a pedirle a la magia protección para él. Su mano tiembla cuando retoma su recorrido, la llama de su padre casi se extingue, pero Draco logra salvarla. Con la vela de Potter, se detiene para pensar en el mago.

En Harry.

La prende con tristeza. Sigue y tiene que retroceder para prender de nuevo la vela de su madre y de Millie, las cuales se apagaron al tener las mechas más cortas. No importaba, Draco siempre las prendería.

Cuando queda solo la vela de Sirius, se gira para verle y extender el encendedor antiguo.

“Vamos, el Yule no es malo. Es nuestra fiesta. Festejamos el invierno y la magia”

Sirius se acerca. Mira el encendedor y lo pone en la mesa.

“No voy a festejar esas cosas” dice serio.

Draco prende la vela por él. Casi se apaga porque la mecha es corta, pero la luz persiste.

Draco se queda viendo las velas. Si sus amigos hubieran estado ahí, ellos le hubieran reclamado por no pedir una vela para él…

“Kreacher, tráeme una vela más” pide.

Él lo haría. Si sus amigos no estaban para ver por él, él lo haría hasta volver a estar con ellos.

Kreacher le entrega otra. Draco la coloca por el mismo y la prende.

No pide deseo alguno, solo observa la vela.

La vela de Potter se apaga y suspira, vuelve a prenderla. Luego, se apaga la suya.

“Esas velas están viejas” dice Sirius con humor.

Cuando la vela de su padre se apaga, Draco le tiene que dar la razón.

“No importa, las prenderé las veces que sean necesarias” dice con el ceño fruncido. “Es mi cultura”

Cuando llega el momento, Draco pone el tronco en la chimenea. Comienza a arrojar sal y gotas de agua alrededor, sobre Sirius, Kreacher y él.

Es deprimente sin tener la música del año pasado, las risas de sus chicas o la mano de Theo tomando la suya. Pero debía seguir.

Cuando el tronco se consume, Kreacher se encarga de enfriar las cenizas, para que Draco las agarre y comience a recorrer todo el lugar acompañado de Sirius esparciendo las cenizas y recitando religiosamente los hechizos que se recitaban en ese momento. Cada cuarto recibió un poco de las cenizas. Una tradición para renovar las protecciones.

Su padre solía entrar al corazón de la mansión para esparcir la mayoría de cenizas dentro.

Cuando se acaba, Draco está sucio y las heridas duelen más.

Comienza a sentirse mareado.

“Creo que en verdad te debemos de curar” dice serio Sirius “Elfo inútil, ayuda” gruñe.

“Kreacher no obedece asesinos que rompieron el corazón de su amada ama. Si la ama supiera como me ordenas”

Draco rueda los ojos. Camina al único lugar limpio del lugar aparte de la habitación de Regulus y se sienta en el piso libre de suciedad. Se hecha y cierra los ojos.

Había cumplido con su festividad. El Yule, algo importante para su cultura mágica.

“Estas muriéndote de infección y decidiste desperdiciar tu energía en celebrar esta idiotez” dice Sirius.

“Como tú dices que no te entiendo, tú no me entiendes. El Yules es importante. Soy un mago. No importa de qué lado esté. Si soy un mago oscuro o uno de la luz, al final del día soy un mago. La magia ha sido celebrada por siglos, no dejaré de hacerlo nunca. Mis hijos serán criados con esta cultura, porque sé la verdad. Sé que cosas deben ser recordadas”

 Sirius no dice nada. Draco cierra los ojos y se queda dormido.

Draco abre los ojos cuando siente como lo sacuden. Mira alrededor y está oscuro. Las lámparas de aceite no brillan lo suficiente y nota que sus velas ya estaban completamente consumidas, lo que indicaba que había dormido por mucho tiempo.

“Creo que sea a quien sea que contactaste ya está aquí, está que grita afuera” dice Sirius, quien se había encargado de despertarlo.

Draco quiere moverse, pero su cuerpo se había relajado tanto que había comenzado a intentar curarse. El moverse había provocado que las partes que estaban sanándose sean movidas. El dolor lo consume, pero no se detiene.

Bellatrix se había encargado que sea así.

Como puede camina. Baja las escaleras, camina por el gran corredizo y mira la puerta que estaba siendo tocada con desesperación.

“Es momento” dice serio.

Va, agarra el picaporte y abre la puerta dejando ver a una mujer con el cabello rizado y negro. Estaba pálida y con ojeras.

Nymphadora Tonks entra con rapidez a la casa de los Black. Mira alrededor y grita de alivio cuando mira a Draco para correr a abrazarlo.

Draco suelta su gemido de dolor, pero recibe a su prima como puede.

“Idiota, idiota. ¿qué pasó?” dice Dora con dolor “¿Cómo te atreves a hacernos esto? Cuando dijeron en el entrenamiento que Sirius Black había robado a un niño de Hogwarts jamás pensé que serías tú hasta que vi tu estúpida cara en El Profeta”

Dora saca de su ropa el periódico.

Draco la sostiene y mira el título en grande.

Escándalo de Hogwarts: Sirius Black secuestra a heredero de la familia Malfoy-Black.

La fotografía que eligieron era una muggle, Draco lo sabía porque estaba completamente inmóvil y, además, sabía de qué cámara la tomaron. Draco salía posando como un modelo ropa muggle dando su mejor perfil. Era una de las muchas fotos que Millie le había tomado en la última pijamada que tuvieron en junio de ese año.

Era obvio porque eligieron esa fotografía. No recordaba cuando fue la última vez que tuvo un retrato propio o con sus padres. Una gran diferencia con su vida pasada, donde todas vacaciones terminaba siendo pintado junto a su madre y su padre. A veces, solo siendo él y su padre, quien parecía estar siempre orgulloso de él.

Ahora, ni una pintura de él le dedicaban. Solo fotografías que una de sus mejores amigas se dedicó a tomarle.

“Oh, un escándalo. La foto con la que identifican al heredero de los Malfoy se muestra que está usando ropa muggles” dice Sirius de forma burlona “Que desgracia”

Draco hace una mueca. Es empujado hacía atrás y nota como Dora estaba en posición de ataque. Parecía estar completamente colérica.

“¡Tú!” grita Dora molesta “Sirius Black, quedas detenido” gruñe y usa un hechizo para dejar a su tío en el piso.

La varita de Regulus vuela y cae en las manos de Dora, quien está en una posición usual para los aurores entrenados.

“¡no!” dice Draco “Dora, escucha. Es inocente. Sirius es inocente”

Dora deja lo mira.

“Te ha lavado el cerebro” no duda en decir.

Draco es inmovilizado. Es alzado y Dora comienza a aplicar hechizos para quitarle supuestos controles mentales.

“Listo, vamos Draco. Dime que te hizo” ordena Dora molesta.

“Nada, en verdad es inocente, Dora. Pregúntame lo que sea, soy yo”

Dora parece desconcertada.

“¿Qué te pedí que hicieras?” gruñe.

“Que hable con mi madre para que contacte a la tuya” dice sin dudar.

Siente un bufido por parte de Dora.

“Y no lo hiciste, maldito mentiroso” le acusa molesta “Tú madre parecía totalmente sorprendida cuando lo mencioné”

“¿Hablaste con mamá?” dice Draco sin palabras.

Dora bufa de nuevo.

“Claramente. En cuanto vi el jodido anunció corrí a Hogwarts a ayudar con tu búsqueda. Dios, si vieras cuantos mocosos están devastados. Harry Potter está siendo vigilado por dos aurores, porque el muchacho intentó escapar de Hogwarts para buscarte”

Draco siente su corazón latir por eso.

“Ese es mi león” dice Sirius con orgullo “Igual a su padre, James hubiera hecho lo mismo”

“¡Callaté, ladrón de primos!” grita dora molesta.

Draco trata de que su sonrojo bajara y suspira.

“¿Qué dijo?”

“¿Eso importa? Eres un mentiroso, me diste un susto. Mi madre también está en Hogwarts, por cierto” añade.

Draco siente que se le corta la respiración. No se esperaba eso para nada. Estaba jodido.

“Dora, ya no importa. Vete. Me quedaré a morir aquí. Mi madre estará furiosa” dice devastado.

Dora rueda los ojos.

“Ya, princesita. Deja de dramas. Ambas se unieron para buscarte. Están que revisan cada terreno de los Black para ver si a este ladrón de primos se le ocurrió llevarte ahí”

Draco parpadea sorprendido por eso.

“Debiste secuestrarme hace dos meses” dice Draco mirando a Sirius.

“¡Draco!” gruñe Dora “No es gracioso, mocoso. De verdad me asustaste. ¿Qué es eso de que Sirius Black es inocente?”

El mago rubio suspira cansado.

“Libéralo, no es peligroso. Lo inculparon. El verdadero asesino de los Potter está en Hogwarts como una rata”

Dora frunce el ceño.

“Deja te vuelvo a revisar la cabeza” pide cansada.

Draco rueda los ojos.

Draco había olvidado lo adorable que era su tía abuela Walburga Black. En cuanto Dora grito sorprendida por una de las partes que Sirius le contó, el cuadro de aquella molesta mujer se activó, comenzando a gritar totalmente colérica por tener a una mestiza en su hogar.

Dora colocó un hermoso hechizo silenciador alrededor del cuadro de su tía abuela. Sirius suplicó que acabara con el recuadro, pero Draco se negó. Quieran o no, era parte de su historia.

Esperaría a que la bruja llamara sangre sucia a Hermione para que él mismo haga mierda al cuadro.

Kreacher dejó pastelillos recién hechos en la mesa, adorando a Draco como una deidad. Llamó sucia mestiza hija de una traidora de sangre a Dora, pero la bruja parecía más interesada en escuchar a Sirius que prestar atención al elfo.

“Dios mío” dice Dora “Compremos raticida y vayamos a por es rata. Somos familia. Entre rebeldes nos apoyamos” dice con una brillante sonrisa “Robemos una rata”

“Robemos una rata” dice Draco.

“Matemos a la rata” termina por decir Sirius, solo para que los tres Black rían maliciosamente.

Draco mira a dora.

Ella había cambiado mucho. Se había cortado el cabello hasta tenerlo rapado de un lado. Tenía piercings en la oreja y el maquillaje que usaba le daba un toque casi de rockera juvenil. Su ropa era una extraña mezcla entre lo muggle más oscuro y lo mágico. Le quedaba bien, se notaba claramente que era una Black.

“Te extrañé, Dora” dice Draco sin poder evitarlo.

Sirius deja de hablar, mira a su sobrino curioso.

“Vamos, princesa. Con una carta pidiendo mi presencia, podía haberme aparecido en Hogsmeade para verte”

Draco obre la boca. No lo había pensado.

“Está bien, lo haré”

“Lamento ser lechuza de malas noticias, pero no lo harás. Tú madre dejó en claro que no te quiere en Hogsmeade cuando te encuentren. Créeme, Draco. Lucius Malfoy está cerca de destituir al director Dumbledore si sigues sin aparecer. La prensa está ahí cubriendo todo. Realmente todos queremos saber ¿cómo pasó? Nadie dijo nada realmente. La tía Narcissa sabe, porque es la única que no ha estado hostigando a tus amigos a que hablen”

Draco termina por contarle a Dora como es que Sirius logró sacarlo de Hogwarts. Ella comenzó a reír. Se secó las lágrimas que salieron y abrazó a Draco.

“Oh, rubia. Siempre supe que eras un dramático, pero poner a buscar al profesor Snape y al director a tu gato, ¿qué poder te manejas?”

Draco bufa.

“El de la ansiedad” dice simple.

Dora rueda los ojos.

Los tres se quedan ahí en medio.

“¿Cómo haremos?” pregunta Dora “¿Tienes un plan?”

“Ahora, regresar a Hogwarts. Afrontar todo con un Obliviate para que nadie sepa que hablamos. Luego, planearemos todo mejor”

Quería incluir a sus amigos. Hermione, Millie, Luna, Theo y Pansy.

“¿Qué?” dice Dora.

Draco lo había pensado claro. Dumbledore usaría su habilidad para leer mentes. Si no era el director, sería un auror. Debía asegurarse de que nadie supiera todo esto. Si la rata se enterara que iban tras de ella, sería todo en vano. Draco debía agarrarla desprevenida.

Sirius sería libre si tienen a la única prueba existente en esos momentos. Demostrar que Peter estaba vivo era el billete dorado para la libertad.

Sacrificar sus recuerdos por un par de días a cambio de todo lo que ganaría. Sí, no dudaba en que era una grandiosa idea.

“Estas loco ¿quieres que te borre la mente? ¿No es mejor que el mundo sepa que Sirius es inocente?”

“Primero, nada asegura que Sirius esté diciendo la verdad para ellos. Segundo, si se ponen a buscar a la rata, esta puede escapar. Tercero, no quiero que Dumbledore esté viendo mis recuerdos” gruñe.

Dora niega.

“Te apoyo, sea lo que quieras lograr con esto. Está bien. Pero ¿sabes lo que significa esto?” pregunta sería.

“Será temporal, existen hechizos que borran la memoria de forma temporal. Te enseñaré el hechizo y el contrahechizo” dice Draco.

Dora dice que lo harán mañana, porque levantaría sospechas si no aparecía en la búsqueda.

Draco se queda nuevamente con Sirius. Ambos mirando el espacio vacío de Dora.

“Ella es un rayo de sol” dice Sirius incomodo.

“Es un Hufflepuff y me asustó” dice Draco “Creo que les tengo un nuevo respeto a esa casa”

Sirius ríe por eso.

Draco se acomoda en el piso nuevamente. Cierra los ojos y vuelve a dormir.

Draco abre los ojos cuando siente unas manos sobre su cara. Intenta levantarse, pero su cuerpo duele demasiado. Los cortes seguían sin ser tratados y llevaba tantos días sin bañarse. Estaba apestando y sentía calor en todas partes.

“tienes fiebre” dice Dora midiéndole la temperatura “Vamos, a usar hechizos curativos en ti”

Draco niega. Cierra los ojos y cuenta hasta tres para sentarse. Se queda quieto hasta dejar de sentir que el mundo gira.

“Es mejor que me vean así. Será más creíble un secuestro”

“¿Y sumarle más años a Sirius?” pregunta Dora con una ceja alzada.

Draco rueda los ojos.

“Cuando tengamos a Peter Pettigrew, no habrá nada con que culparlo. Yo no lo demandaré”

“La tía Narcissa tiene mucho que decir al respecto” se burla “Debiste verla, es increíble. Una mujer tan hermosa pero letal. Lloró en los brazos de tu padre, pero no dudó en apuntar su varita en contra de uno de los aurores que trató de dar a entender que lo más probable era que encuentren tu cadáver. Bueno, eso y que tu amiga Slytherin de cabello corto y rizado le lanzó un zapato mientras lloraba”

Draco siente que su corazón se hunde.

“¿Cómo están ellos?” no evita preguntar.

Dora hace una mueca.

“Tus amigos están realmente devastados. Princesa, en verdad todos los profesores están haciendo lo posible para vigilarlos. No solo Harry Potter intentó escapar. Tus amigos realmente dan miedo y esa niña rubia, la pobre tuvo que ser medicada, porque no paraba de llorar”

Draco se cubre la cara. Siente la mirade Sirius sobre él, pero no importa. Comienza a tratar de calmarse para no romperse.

“Vamos, al diablo. Usa obliviate. Bórrame la mente. Me dejaré una carta a mí mismo para saber todo que me entregarás cuando dejen de cuestionarme”

“No seas un dramático. Enséñame el hechizo que quieres usar”

“No, mis amigos están sufriendo. Vamos, bórrame la mente y regrésame con ellos”

“No seas terco” dice Dora con los brazos cruzador.

“Obliviate” escucha la voz de Sirius decir.

Draco solo alcanza escuchar el grito de Dora reclamándole a Sirius, antes de perder el conocimiento.

Draco abre los ojos. No sabe dónde está y solo ve la cara de Dora mientras sentía que era cargado.

Draco mira alrededor y nota muchas casas conocidas.

Estaba en Hogsmeade.

¿Por qué estaba en Hogsmeade?

¡Era verdad! ¡Estaba buscando a su Libra! Mira al perro negro y gruñe.

“Dora, detén a ese perro” exige, queriendo bajarse de los brazos de Dora, pero no puede.

Estaba siendo llevado por un hechizo para levitar su cuerpo.

“Dora, ¿qué haces? ¿Dónde está Severus? Yo salí con Severus”

Dora no le responde. El perro solo ladra y se va por otro camino. Quiere gritar que detengan a ese perro. Quiere decir que es Sirius Black, pero Dora comienza a gritar.

“¡Lo encontré! ¡Lo encontré!” grita.

Draco quiere preguntar que encontró, pero se queda quieto al ver a muchas personas.

El profesor Lupín y Severus son los que corren hacía ellos.

Draco es depositado en el piso. Quiere levantarse, pero cae al piso. Siente un gran dolor en todas partes y su cabeza duele. Hacía calor y frío a la vez.

¿Qué le estaba pasando?

“¡Traigan a la enfermera!” ordena Severus desesperado.

“¡Mi hijo!” escucha a su madre gritar con desesperación y alivio “¡Lucius, nuestro hijo está aquí! ¡Lucius!”

Draco quiere hacer muchas cosas, pero solo es cargado por su padrino y llevado a donde diablos sea. Está a punto de quejarse, pero pierde el conocimiento porque su cuerpo colapsa por la fiebre y la infección.

Draco abre los ojos y nota que está en la enfermería. Se sienta y hace una mueca al notar que está completamente vendado.

Severus está ahí al costado de madame Pomfrey.

“Draco, tranquilo. Estás a salvo” dice Madame Pomfrey con calma y una poción que tiene el claro aroma a filtro de paz.

“¿A salvo de qué?” pregunta “¿Por qué estoy en la enfermería? Severus, estábamos llegando a Hogsmeade. Aún me queda un día para encontrar a Libra” reclama molesto, tratando de sentarse mejor.

Debía encontrar a su Libra.

Severus retrocede dos pasos, frunce el ceño y se acerca.

“Mírame a los ojos y responde que es lo último que recuerdas” demanda furioso.

Draco parpadea. Mira a esos ojos negros.

“Caminamos al bosque… luego despierto en brazos de Dora y el perro negro estaba detrás de ella” dice “Severus” se detiene al recordar que no estaban solos.

“Usaron Obliviate en ti” gruñe “Ese imbécil” lo último lo dice con tanto enojo.

Draco quiere preguntar, pero Severus sale de la habitación con su capa hondeando por la rapidez en la que caminaba.

Draco quiere preguntar, pero Madame Pomfrey comienza aplicarle hechizos en la cabeza antes de gimotear y también sale apresurada.

Draco permanece solo por mucho tiempo. Se mira el cuerpo vendado.

¿Qué pasó?

La siguiente vez que la puerta se abre es el director Dumbledore avanzar con su varita en una mano y un guardapelo en la otra.

Draco frunce el ceño.

“Director, ¿qué hace con mi varita?” pregunta tratando de controlarse.

Dumbledore se sienta.

“Dicen que usaron Obliviate sobre usted, joven Malfoy” comenta con paciencia “Usted fue secuestrado. Sirius Black lo secuestró cerca del sauce boxeador. Se adentró demasiado al bosque y eso aprovechó Sirius Black. Noqueo al profesor Snape y se lo llevó. No se preocupes, los testimonios del joven Nott y las señoritas Parkinson y Bulstrode fueron suficientes para asegurarle que no está en problemas, pero me temo que por su seguridad no podrá volver a Hogsmeade por lo que queda el año. Además, cuando fue encontrado por Nymphadora Tonks, fue encontrado con este guardapelo ¿tal vez lo recuerde?” pregunta curioso “Parece repeler cualquier hechizo aplicado. Incluso los míos”

Draco siente la magia negra desprender de ese objeto. Su corazón late al sentir como esa magia negra era encapsulada por la magia de su propia varita. Era demasiado extraño que Dumbledore no notara eso.

Bueno, Draco no sabía si el anciano tenía su habilidad de sensibilidad a la magia.

El director le pasa su varita y el guardapelo. Draco las agarra con la mano derecha, sintiéndose incomodo cuando Dumbledore ve su nueva cicatriz tan particular del triángulo, el circulo y la línea al medio. Toda pregunta en Draco se va en cuanto sostiene su varita. Su mundo se detiene.

Todos sus recuerdos por arte de magia regresan. Puede ver todo. Desde él corriendo en el bosque hasta llegar al prado. La batalla entre su padrino y Sirius. Los sucesos dentro la casa de los Black. Dora. El guardapelo siendo un Horrocrux.

Absolutamente todo.

En ese momento, Draco alza sus escudos mentales. Agarra fuertemente en guardapelo para ponérselo en el cuello.

“Sí, es una reliquia familiar. Le pertenecía a mi tía abuela fallecida. Creo que, si Sirius Black me secuestró, me habrá llevado a la casa Black. Existe una, pero está cubierta por un hechizo de ocultación” explica fingiendo demencia con su reciente recobramiento de memoria “Lo habré tomado. No lo sé, me duele la cabeza” finge una mueca de dolor “Y sobre lo demás, no es justo. Me quedaba un día más para gustar a mi Libra”

El director no parecía dudar de sus palabras. Parecía más complacido de que Draco estuviera colaborando en brindarle información.

“No se preocupe, tu mascota fue encontrada. Está siendo cuidada por tus amigos. Unos chicos muy fieles, le felicito. Sobre el guardapelo, no noté nada peligroso así que se lo puede quedar” Draco sintió que la varita parecía complacida por eso. Claramente ella había hecho algo al respecto. “Lamentablemente, también le debo de informar que no podrá continuar sus estudios de todos los cursos. Lo que ha pasado es demasiado traumático y no quisiéramos que perjudicara sus notas, así que puede elegir dos cursos o no llevar ninguno, entenderemos. También, con eso se le prohíbe el uso del giratiempo”

Draco abre la boca. De manera disimulada oculta bajo sus ropas el horrocrux mientras la magia de su varita encierra nuevamente la oscuridad que deprendía el objeto haciendo que dejara de sentir la magia negra que lo caracterizaba. Era como tener un guardapelo común y corriente.

“No, estoy bien así. Gracias. No recuerdo nada. No estoy traumado” dice serio “Así que, quiero conservar mi horario”

“Lo lamento, no puedo permitir eso. Espero que entienda mi preocupación por todos mis alumnos” dice el director con una sonrisa “Madame Pomfrey le podría explicar perfectamente porque tomamos esa medida”

Draco quería negarse, pero nota cuando alguien no está dispuesto a ser flexive. Aprieta la sabana. Mira a la varita y la deja de lado.

Bien, iba a ganar algo de esto.

“Si lo plantea así, debió ser grave como me secuestraron” dice fingiendo miedo “Ahora tengo mucho miedo, me gustaría mucho que alguien me cuide”

“Por supuesto, su padre nos exigió eso también” dice Dumbledore con una sonrisa “Estará bien cuidado por los profesores”

Draco niega.

“Un elfo, me gustaría que un elfo me cuide. Son poderosos y listos. Además, no tendrá responsabilidades como los profesores”

Dumbledore parpadea.

“Sí, tenemos muchos en este castillo”

“No, quiero uno en quien confió”

Dumbledore se cruza de brazos y alza una ceja de forma humorística.

“Bien, podríamos aceptar eso”

“Es un elfo libre. Pertenecía a mi hogar, pero lo liberaron. Se llamaba Dobby y siempre me ha cuidado, me gustaría aprovechar esto y que lo contrate al final del año”

Decide ser honesto en eso.

Dumbledore le dedica una larga mirada. Parecía querer meterse en su mente, pero la oclumancia está alta.

Al final, Dumbledore asiente.

“Póngase en contacto con su amigo” dice Dumbledore “Es agradable de ver las nuevas generaciones tener esas consideraciones por especies como Dobby. Sin duda alguna, tiene un gran corazón, Draco”

“Malfoy, por favor director. Solo Malfoy” corrige.

El director no se sorprende. Acepta y se levanta.

“Bien, en casos como el de usted, no sacaremos nada con preguntarle. Está claro que aplicaron un obliviate sobre usted y al ser tan joven, es mejor no ponerlo bajo más estrés. Descanse y disfrute el resto del año”

Draco asiente.

Dumbledore sale. Draco suspira, se mete en su cama y cierra los ojos. Lleva su mano al pecho donde la el objeto descansaba.

Sí, no sabía que mierda acaba de pasar.

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