Draco Malfoy y El Diario de R.A.B

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y El Diario de R.A.B
Summary
El segundo año para Draco Malfoy fue dificil. Vivir con el miedo constante de ser repudiado de su arbol familiar fue estresante, pero su tercer año no es mejor.Tener como tío a Sirius Black, un fugitivo de Azkaban, no es un paseo en el parque ni mucho menos un día tranquilo.Ahora, Draco tendrá que lidiar con el querer proteger a sus amigos leones, porque ¿Adivinen qué? Sirius Black va detrás de Harry Potter. Podrá no tener la mejor relación con el niño que vivió, pero Draco Malfoy es humano y su deseo de proteger a las personas que les importa siempre será su debilidad.Todo eso mientras lidia con preparar a sus amigos para la guerra, tener que seguir al pie de la letra ordenes que el estupido anciano le dejó a finales del año escolar y lidiar con ser un adolescente con sentimientos confunsos.
Note
Este libro va dedicado a mi querida Beta: Majo y a mi querida Gala, quienes me acompañaron en la escritora de este libro capitulo por capitulo :3
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El Celestino

7. EL Celestino 

 

Querido Primo:

Hola, es tu queridísima Tonks acá comunicándote mis aventuras como futura aurora para distraerte de tu triste realidad como estudiante de Hogwarts. Yo acepté mi realidad en cuarto año, échale ganas querido primo.

 ¡Me estoy ganando el aprecio de mi profesor Moody!

Sí, todo le sale bien a Tonks últimamente.

Draco, sé que pedirte escribirle a mi madre era una gran manera de ganarte mi perdón, necesito que hagas otra acción así de grande.

¿Podrías preguntarle a tu madre si le puede escribir a mamá?

Ella la extraña. Gracias a tus cartas, volvió a ver el álbum de fotos que ella se robó de la abuela cuando se escapó de casa para estar con papá.

Espero que logres unir a dos hermanas en conflicto. Sería buenos poder reunirnos en vacaciones o viajar como las familias funcionales hacen.

Con amor.

Tu prima Tonks.

Draco observó la carta de su prima. Era el desayuno de la segunda semana en Hogwarts. Podía sentir la mirada curiosa de sus amigos y el nuevo tejón que había adoptado el sábado y ahora comía con ellos.

“¿Draco?” pregunta Millie curiosa.

“Es Dora, quiere un favor” explica con una sonrisa.

“Sí, tener primos mayores apesta” reconoce Millie “Magna siempre hace que la ayude a limpiar su habitación, te entiendo” y vuelve a fijarse en su desayuno.

“Yo tengo el primo más maravilloso” alaga Luna a Draco con una bella sonrisa.

“Claro, dice eso porque no te tocó verlo cuando recién se levanta. Draco deja de ser encantador cuando quiere quedarse en cama” se burla Theo, esquivan un trozo de panqueques de Draco y volviendo a prestar atención a su propia carta.

Draco nota como los ojos de Theo pierden levemente el brillo cálido para dejar a la frialdad de un heredero analizando el peligro. Quiere preguntar, pero su tejón llama la atención.

“¿Ustedes dos son primos?” pregunta sorprendido Justin apuntando a Luna y luego a Draco repetidas veces. 

“Ay, no sé cómo pensé en pedirle a Draco que te botara del grupo, eres tan tierno” admite Millie, provocando que Draco la mirara severamente.

“Millicent, sé amable” gruñe Draco.

“No puede ser, creí que nunca llegaría el día en el que Draco Malfoy dijera a alguien que sea amable” se burla Millie con su dramatismo clásico.

Justin mira preocupado a Draco.

“Draco es amable” sale a defender el tejón a la serpiente, aunque estuviera temblando del pavor.

“Merlín” dice Draco sin poder evitarse llevarse la mano al corazón.

De esa manera dejó de pensar en la petición de su prima. Lamentablemente, no podía ayudar en nada. Conocía a su madre y sabía que la idea de contactarse con la hermana que la traicionó a ella y su familia era una completa locura.

Era demasiado pronto. Su madre aún tenía mucho por aprender. Mucho por descubrir para dejar atrás las enseñanzas tan radicales de su propia cultura sangre pura toxica.

“Así que eso es todo. Ya hablé con Parkinson, ella se encargará de ayudarnos a decorar. No confió en el gusto que tenga ustedes” termina Millie orgullosa por plantearse todo el plan para celebrar el cumpleaños de Hermione Granger el siguiente domingo.

Sí, domingo.

“No puedo creer que Luna haya podido distraer a Hermione todo este tiempo” dice incrédulo Potter mirando a lo lejos a ambas chicas.

Luna parecía tranquila hablando con Hermione. Su rostro perdido en algún punto de la biblioteca mientras se tambaleaba sobre sus pies, dándole una imagen más dulce.

Muy Luna.

Hermione en cambio, parecía a punto de tener una aneurisma por la expresión en su rostro. Sin duda alguna, sea lo que Luna le estuvo preguntando o hablando, había causado en Hermione demasiado disgusto y deseo por educar a la pequeña bruja rubia que parecía tener un concepto de las cosas demasiado fuera de los libros, lo cual, para la castaña era un insulto a ella y su futura descendencia.

Sí, fue perfecto enviar a Luna para distraer a Hermione. La bruja castaña no volteó en ningún momento hacia esa mesa.

“No lo dudes, Potter. Mi prima es un genio” dice orgulloso Draco.

Potter no parecía muy convencido por eso, pero no quería contradecir a Draco.

Buen chico.

“Hermano, ¿estás seguro que hablamos de Luna?” pregunta Ronald por Potter.

“¿Algún problema, Weasley?” pregunta Theo frio “Nuestra Luna es muy lista. Si van a estar con sus prejuicios…”

Draco suspira feliz, mirando con los ojos brillante a Theo.

Sí, ese chico era asombroso.

“Vale, Nott. No queríamos ofender” salta a Potter a defender a su mejor amigo “Sí, tienes razón, Draco. Luna fue perfecta”

“Oh, gracias” dice Draco contento con que reconozcan a su prima “Es una Ravenclaw, ella es más lista que ustedes par de idiotas”

“Sí, Draco. Ella es lista” dice sarcástico Ronald.

“no estes celoso, Ronald. También puedo alagarte si quieres” bromea Draco, apoyándose en la mesa y fingiendo devorar al pelirrojo con la mirada.

“Merlín, creí que dejarías de molestar a Ron así” se queja Millie “Lo vas a traumar”

“Ya me traumó” se queja el pelirrojo algo verde.

Draco ríe. Mira a Theo, quien alza una ceja curioso. No estaba celoso en lo absoluto. Draco se burlaría de Theo si realmente creyera que había una posibilidad de que él desee salir con Ronald Weasley.

No había, solo era divertido ver las expresiones de Ronald cuando le coqueteaba. Era brillante.

Humor del bueno.

“Creo que Luna y Hermione se están acercando” murmura Justin, como la campanilla de la mesa.

“Bien, el que habla sobre esto, muere” amenaza Millie.

“Pensé que no mataríamos a nadie” chilla Justin preocupado.

“Es una amenaza vacía, Justin. Tenemos tanto por enseñarte” se resigna Millie a tener que convivir con el Hufflepuff.

“Siendo honesto, ustedes ya necesitaban algo de moral” murmura Ronald mirando a las serpientes “Gracias Justin por evitar que Hogwarts sea quemado en el futuro”

“Siendo honesto, Ronald” habla Draco “Es más probable que la mala suerte de Potter queme este lugar que nuestras mentes prodigiosas”

“Draco” dice Potter mirando a Draco con determinación “Creo que tú también tienes una gran posibilidad de quemar el lugar con tu suerte” dice orgulloso de poder decir eso de Draco, porque es verdad.

Draco alza las manos declarando su rendición, provocando que Potter se regocije de que el rubio acepte su broma.

Tierno.

“touche” dice Draco sin poder decir algo al respecto.

“Me alegra que se lleven bien” dice Hermione brillante al escuchar la última parte de la conversación.

Draco y Potter se miran. El pelinegro parecía satisfecho con su pequeño avance en ser amigo del rubio. Draco sentía como su corazón se aceleraba.

No, no iba a recaer.

“Estoy siendo amable, ¿Dónde está mi premio?” pregunta Draco, rompiendo el contacto visual para sonreírle a su leona.

Hermione solo rueda los ojos y deja caer todos los libros. Mira a Luna severa y le apunta a un asiento vacío.

“No te moverás de ahí hasta que aprendas que el color azul no proviene del cielo” dice severa.

Ronald y Potter miran a Draco como tratando de demostrar que Draco podría estar algo equivocado. Ronald más que Potter.

No entendían aún la genialidad Lovegood. Su mente trabaja más allá de los simples mortales.

“Uhm, creo que quiero pudín” dice Luna con una sonrisa sin darle importancia a Hermione y sus libros.

“Yo te lo traigo” dice Draco, huyendo de la mesa solo para evitar matar a dos idiotas si seguían dudando de su prima “Vamos Justin” llama al Hufflepuff, porque irían a las cocinas.

Así, el plan para el cumpleaños de Hermione se activó.

“Creo que dejar el estudio de lado para tomarnos un descanso es un desperdicio de tiempo, Draco Malfoy” dice molesta Hermione, siendo guiada por el nombrado.

“Vamos, Mione. Si nos falta tiempo, solo usamos el giratiempo y ya está” responde simple.

“Claro que no, Draco Malfoy” trata de detenerse, pero Draco la jala para seguir caminando “Nos dieron el giratiempo solo para asistir a las clases. Si los usamos para otros fines y nos descubren, no sabemos que castigo nos podrán o peor aún…” hace una pausa y Draco tiene que girar la cabeza para ver a su amiga verse devastada “¡nos podrían expulsar!”

Draco no cree que el director sería capaz de expulsar a la mejor amiga de su niño dorado. Es más, si Draco fuera el director, buscaría ganarse la confianza de los mejores amigos de su niño dorado para así tenerlo controlado.

“Bien, Mione. Nos develaremos. Pero ahora tomemos un descanso. Es tu cumpleaños y la pasamos toda la mañana en la biblioteca”

“Es perfecto. Que los chicos no quieran estar con nosotros ya es su problema. No necesito celebrar mi cumpleaños si puedo pasármela leyendo”

Draco hace una mueca por eso. Ignora las ganas de rodar los ojos por lo terca que podía llegar a ser Hermione y continúan con su camino.

A lo lejos ve a Pansy. Ella estaba de brazos cruzados esperándolos.

Draco saca de su túnica un lazo y de forma ágil cubre los ojos de Mione, provocando que ella saltara del susto, pero eso impidió al rubio amarrar el pedazo de tela para que su leona no se lo pudiera quitar.

“Están tarde. Potter quería salir a buscarlos” dice la pelinegra con una ceja alzada “no sé qué hiciste con ese chico, pero parecía un león enjaulado porque no lo dejábamos salir. Creo que mató dos veces a tu Hufflepuff con la mirada cuando él dijo que nadie saldría por órdenes tuya”

Draco rueda los ojos. Potter, no entendía como estaba tan perdidamente enamorado de ese bobo.

“¿Hablan de Harry? ¿Qué está pasando? ¿Eres tú, Parkinson?” pregunta Hermione con los brazos extendido.

“No puede ser” comienza a reír Pansy “Suerte, Draco. Me voy”

“¿No te quedarás? Justin ayudó con el pastel. Es buen cocinero” dice recordando a su tejón brillando en las cocinas con los elfos.

“No tengo a ningún amigo dentro, Draco. Disfruten ustedes. Tal vez el próximo año” responde Pansy resignada “Es lo que recibes por ser un grano en el trasero por dos años” dice mirando a sus pies con los ojos tristes.

Draco quiere decir que no. Que Potter también fue un tema delicado y estaba dentro… pero el niño que vivió era mejor amigo de su leona.

Pansy… sí, era mejor así.

“¿Estarás con Blaise?” no puede evitar preguntar.

“Oh, cariño. Es demasiado pronto aún. Te diré cuando él esté listo para que vayas a arreglar tu desastre”

Así Pansy se aleja con elegancia. Draco vuelve a agarrar a su leona y se va directamente a la sala de menesteres. Abre la puerta y ahí estaban muchos leones, sus serpientes, su águila y su tejón.

Las cuatro casas juntas… wouh.

Simplemente Wouh.

Draco comienza a desatar la venda a su leona. Con cuidado deja caer la tela, mientras con sus manos se encargaba de volver a tapar a su amiga.

“Feliz…” dice Draco contento.

Cuando le quita las manos de los ojos de su amiga, todos completan la frase alegres.

“¡Cumpleaños!” los que más gritan son Millie, Luna y Longbottom junto a un nervioso Justin.

Hermione observa a todos lo que estaban en esa habitación. Eran más de las que se imaginó. Ronald, Potter, Millie, Luna, Ginny, Theo, Longbottom, Justin y Draco. Ella nunca había tenido tantos amigos.

Y comenzó a llorar.

“Ve, Mione. Este es tu momento”

Hermione se dejó abrazar por todos los que vinieron a felicitarla y darle un regalo. Ella tuvo que abrazar a Ronald, quien se sonrojó levemente por la fuerza que la bruja usó. Con Potter fue parecido, pero en vez de un sonrojo, solo estaba tenso e incómodo.

Cuando Draco y Hermione se abrazaron, las palabras de Hermione hicieron reír a Draco.

“Draco. Si el próximo año no celebramos tu cumpleaños, te mato”

Así, al final de la tarde. Hermione fue la bruja más feliz de Hogwarts. Recibiendo una de las cosas que más deseaba de niña, una fiesta con todos sus amigos.

Querido Dragón:

Ya cumpliste un mes en Hogwarts. Te mandé dulces como en los viejos tiempos. Lamento tanto no haberte enviado demasiadas cartas estos años. Estoy corrigiendo mi error. Estoy enviando suficientes dulces para todos tus amigos.

Estaré esperando ansiosa una carta tuya contándome todas tus vivencias en este mes de escuela. Sé que elegiste llevar todos los cursos junto a la señorita Granger, pero si es demasiado para ti. No dudes en decirme.

Con respecto al hipogrifo. Recibí tu carta al respecto. No entiendo tu afán en querer defender a un salvaje animal y un profesor tan negligente. Es simplemente inaceptable, pero respetaré tu decisión. Tu padre parece que va a hacer algo al respecto, pero hablaré con él

El hipogrifo vivirá. De eso estoy encargándome.

Las cosas en la mansión han sido pacificas. Tu padre se ha visto de un humor renovado con lo cerca que están los huevos de los nidos de nuestros pavos reales a punto de eclosionar. Si pudieras avisarle a la encantadora Luna que su pavo real albino Altair está cerca de conocer el mundo, sería de gran ayuda.

Podría intercambiar cartas, si ella quiere saber del ave.

Espero que te cuides mejor. Cualquier cosa que necesites, no dudes en decirme. Mamá siempre estará ahí, Dragón. Nunca te voy a abandonar.

Con amor,

Narcissa Malfoy.

Como la carta de su madre indicaba, había pasado ya un mes.

Un mes de total estrés.

El asunto del diario de Regulus quedó de lado porque después del cumpleaños de Hermione, los trabajos aumentaron.

Draco de cierta manera estaba aliviado de haber derretido al Boggart. Hubiera comenzando a arrepentirse de querer estudiar todos los cursos con su leona si el asunto del Boggart de Longbottom hubiera sucedido. Su padrino no estuvo contento por mucho tiempo, dejando tareas abismales y acosando al pequeño león por semanas.

Sí, era mejor haber traumado a un montón de adolescentes a tener que pasar más horas en la biblioteca estudiando.

Hablando del asunto del Boggart. Simplemente comenzó a ignorar al hombre lobo. Yendo a clases de DCAO a la hora y saliendo rápido.

Todos sus amigos (incluyendo a Potter) se encargaron de que el maestro no tuviera oportunidad de hablar con él a solas, en vista de que Draco no deseaba eso. Si no era Hermione avisándole amablemente al profesor que tenían una agenda apretada o Pansy siendo pasiva agresiva con el maestro, era Potter parado en la puerta esperando paciente a que Draco saliera, mirando al profesor con sus grandes ojos verdes y como la mayoría de maestros, Lupin claramente tendría una preferencia por Potter.

Sí, Draco podría acostumbrarse a los privilegios de Harry Potter.

En los únicos momentos en los que Draco podría darse un descanso mental era en Adivinación y Estudios Muggles. En el primero, simplemente dejó de intentarlo para comenzar a mentir como un experto. Fingiendo ver cosas que realmente no veía y jugando con la mente de la chiflada profesora, quien, si lo notaba o no, no hacía realmente un escándalo. Si no podía sacar buenas notas de forma correcta, era mejor ahorrarse el tiempo y usar las dulces mentiras para llegar a sus objetivos. Con referente al segundo curso. El mundo muggle era tan llamativo, que simplemente no podía evitar prestar atención a la clase de la maestra con total admiración.

La moda, joder. Necesitaba poner sus manos en un conjunto muggle y modelarlo, como en sus pijamadas con sus chicas en vacaciones.

Con sus amigos, las cosas estaban tranquilas. Theo seguía ignorando cartas que Draco sospechaba eran del señor Nott. Luna seguía siendo acosada por su casa, pero Ginevra o sus serpientes junto a él se encargaban de estar el mayor tiempo con ella. Millie y el Quidditch eran lo más común. Parecía que su serpiente había logrado obtener la simpatía de Flint, porque el chico acaparaba mucho tiempo de Millie en crear jugadas más inteligentes. Hermione comenzaba a verse muy triste, comentando que Ronald y su rata era lo que más le preocupaba. Draco no creía que eso fuera posible, hasta que lo vio dentro la sala común de Gryffindor.

Otro asunto que en el mes simplemente fue natural para Draco fue ingresar a la sala común de Gryffindor,

Solo él. Sin sus serpientes, su águila y tejón.

La primera vez en ese año fue por la falta de tiempo en para hacer los pergaminos en la biblioteca. Tuvo que quedarse a dormir en la sala común en una esquina llena de almohadas con su leona y muchos hechizos calentadores porque el invierno se estaba acercando.

Ahora mismo, estaba con Hermione y Ronald en la sala común trabajando en la tarea de astronomía. Él lo trazaba con tanta naturalidad. Era un Black, si no sabía del arte de la Astronomía, fallaba como el único heredero.

“¿Qué ha pasado?” pregunta Potter llegando luego de entrenar.

Draco tuvo que fijar su mirada en los trazos de su mapa para evitar ver Potter todo sucio y sudado por en entrenamiento. Tiene trece, debe controlarse.

“Primer fin de semana en Hogsmeade” responde Ronald con emoción “Finales de octubre, Halloween”

Draco deja de trazar. Mira a Hermione y ella lo mira curioso. En sus labios le dice que luego hablaran de eso.

Sirius Black.

No podían seguir postergando la lectura al diario de Regulus. Comenzaría esa noche.

Tal vez Sirius no era un mortifago, pero aún no sabían realmente la verdad o porque buscaba a Potter. Draco no podía confiar en un Black con locura. Su tía Bella era suficiente advertencia de lo peligrosa que podía ser la magia familiar sumergida en la locura.

“Estupendo” responde uno de los gemelos.

Hasta ahora Draco había podido ignorar a ese par de gemelos. No le interesaba crear más lazos con héroes de guerra, mucho menos con unos posibles psicópatas de las bromas pesadas. Para nada graciosas, demasiado odiosas.

Para Draco era mejor tener lejos a ese par.

“Harry” habla su leona. Draco mira a Potter y lo mira algo devastado “Estoy segura que podrás ir la próxima vez” trata ella de consolar a su amigo “Van a atrapar a Black enseguida. Ya lo han visto una vez”

Draco cree recordar a Potter en Hogsmeade usando la capa de invisibilidad. No, era un hecho. El asunto de la cabeza flotante de Potter jamás se borraría de su mente. Tuvo pesadillas por días.

“O podría usar la capa de invisibilidad” responde simple Draco “Podría escabullirse fácil y Black no lo atrapará porque nadie realmente sabrá donde está, ese es la función de las capas de invisibilidad ¿no?”

Potter lo mira comprendiendo sus palabras.

“Eso es brillante, creo que lo haré” dice emocionado Potter “Gracias, Draco”

“Nada de gracias Draco, eso es peligroso y va en contra de las reglas. Draco, deja de incentivar el romper las reglas. Tú siempre dices que ellos dos son unos tontos”

“Oye” se quejan los dos trols a la vez, pero Hermione seguía mirando severa a Draco.

“No puedes simplemente decirle esas ideas a Harry. Si algo le pasa. Debe de estar a salvo aquí”

Draco se muerde el labio. No estaría a salvo en Halloween. Black vendría ese día, era mejor que este en Hogsmeade con ellos.

“Solo era mi humilde opinión, Mione” trata de justificarse.

“Vamos, Mione. Black no está tan loco como para intentar nada en Hogsmeade. Que Harry le pregunte a McGonagall, seguro le da permiso”

“Sí, eso haré” afirma Potter, solo para calmar a Hermione.

Pero Draco reconocía es brillo.

Él lo haría. Usaría la idea de Draco.

“Ustedes tres” murmura molesta Hermione, pero no puede decir más, su mascota junto a Libra llega a ellos.

Libra detrás de Crookshanks, quien tenía una araña en la boca.

“¿Por qué no puede ser como Libra?” se queja Ronald en voz alta “ella no ha intentado atacar a Scabbers como tu gato”

Draco rueda los ojos. El asunto de la fea rata y el gato de Hermione ya comenzaba a cansar. A este punto era demasiado para él.

Potter bosteza. Parecía demasiado cansado, pero busca su mochila para sacar un pergamino, pluma y tinta, comenzando a realizar su mapa. Parecía que en cualquier momento se caería sobre su propio pergamino en un sueño profundo de lo somnoliento que se veía.

“Solo tú, Potter” dice Draco rodando los ojos “venga, copia mi mapa, pero escribe algunas cosas mal. La profesora claramente notaría un trabajo tan esquicito como el mío” se pavonea con orgullo.

Hermione parece complacida por eso. No hizo ninguna mueca o comentario en contra de copiar las tareas de los otros.

“Claro, Draco” responde Potter aceptando la ayuda.

Draco quiere decir algo más, pero el grito de Ronald distrae a todos. Observa como el gato de Hermione junto a su bella Libra intenta abrir la mochila del pelirrojo. Su Libra jamás fue así de brusca.

Algo extraño había en la jodida mochila.

“¡Suelta, Estúpidos animales!” grita Ronald desesperado por salvar la mochila.

Draco intenta alejar a su Libra del caos, pero la rata de Ronald sale volando. Ronald grita que sostengan a los gatos, porque perseguían al feo animal.

“¡Libra Malfoy!” chilla Draco “No te comas eso. Tendré que llevarte a vacunar después” advierte indignado.

Se para atrapar a su princesa. Termina lanzándose sobre la mesa, pero solo consigue lastimarse. Es Potter quien consigue sujetar a su bella gata, mientras Crookshanks sigue en la persecución.

“Merlín, gracias” dice Draco yendo a sujetar a su princesa “No vuelvas a hacer eso, Libra Malfoy. No debes perseguir mascotas feas de otros. No sabes que enfermedades te puede pasar la rata”

Potter ríe. Draco solo lo mira cautivado por eso. Se queda observando a Potter, pero sus ojos se enfocan por un instante detrás del futuro héroe del mundo mágico.

Era Ginevra.

La niña pelirroja destinada a estar con Harry.

No puede volver a poner su atención en Potter, porque el recuerdo de Harry mintiéndole sobre estar destinado quema.

No tanto como antes, porque tenía esperanza en su relación con Theodore, pero el fracaso en algo que quieres, pero no logras conseguir estaba ahí. Era un Slytherin, claramente odiaría perder… sobre todo en un deseo tan puro como era tener una relación de amor como sus padres tuvieron. Era demasiado lamentable que su corazón haya pedido a Harry, pero con Theo esa posibilidad se había abierto una vez más.

Y su mente pensó… si no era él, le gustaría que sea Ginevra.

La única bruja que le ganó incluso si realmente no hubieran competido. Su orgullo solo permitiría a esa bruja terminar con Harry… le dolería en el alma que sea otra persona.

Qué tal si…

“¡Hay algo extraño en ese animal!” grita Ronald, provocando que Draco dejara de ver a la niña.

Vuelve a mirar a Potter, quien también estaba viendo a Ginevra para luego mirarlo a él.

“Vaya, que tontería”

“Potter, creo que es momento de detener esto” murmura Draco solo para Potter.

Pero no es necesario, porque Ronald sale con su rata poco después. Hermione comienza a llorar sosteniendo a su gato. Draco se apresura a abrazar a su amiga.

Eso sí que había sido un desastre.

Al día siguiente, Hermione decidió pasar el día con Draco y su grupo que había ganado moralidad con Justin Flinch-Fletchley dentro. De cierta manera, todos se encargaron de que Hermione dejara de sentirse culpable por el suceso de Scabbers. Millie dijo que las ratas estaban destinadas a ser comidas por los gloriosos gatos. Theo dejó de lado su apatía por Hermione, para darle la razón sobre los instintos, solo para decirle a Ronald con una sonrisa de superioridad que podía agarrar libros en la biblioteca si no sabía lo básico de animales. Luna, en cambio, parecía levemente interesada en crear una especie de terapia entre la rata de Ronald y el gato de Hermione, ya que, ella no había conocido realmente a ninguno. Justin, en cambio, trató de simpatizar con Ronald, porque él tenía un ratón de mascota que no sacaba de su habitación.

Mucho más inteligente que Ronald. Punto para Hufflepuff.

Luego, pasa lo del conejo de Brown.

“¡Solo era una cría!” había chillado la niña llorando entre los brazos de su mejor amiga.

Hermione trató de consolar a la niña a su manera, Draco lo tenía claro. La Gryffindor trató de darle lógica a la situación y desmentir las tonterías de la chiflada profesora junto a la adivinación, pero no lo estaba logrando. Draco, que llevaba la mayoría de clases con Hermione para facilitar a los maestros en crear su horario, estaba a punto de hacer callar a su amiga porque estaba quedando fatal, (incluso aunque él estaba de acuerdo)

“No le hagas caso, Lavender” se mete Ronald con rencor “Las mascotas de los demás no le importan en lo absoluto”

“¿Podrías dejar de ser un imbécil?” pregunta molesto Draco, sin notar a McGonagall entrando y escuchándolo.

“Señor Malfoy, no se permite insultar a ningún compañero. Cinco puntos menos de Slytherin” regaña la jefa de casa de la casa del león.

Draco quiero decir algo al respecto, pero realmente no lo sentía. Que se jodiera Ronald, estaba siendo cruel. Acompaña a su leona en darle miradas asesinas a Ronald.

Al final de la clase, Draco se quedó esperando con Hermione a Potter, quien regresó decaído de su charla con McGonagall.

“No me dio permiso” explica Potter triste.

“Bueno, siempre puedes usar la capa” dice Draco en cambio, provocando que Hermione le pegue con su libro como en los viejos tiempos.

“Basta, Malfoy” dice seria.

Potter le sonríe agradecido. Draco se encoge de hombros y van todos a la mesa de Gryffindor. Millie se une junto a Luna, quien se apresura a sentarse con su amiga pelirroja.

“Nunca nos dijiste por qué no quisiste volver a ser buscador” comenta Hermione notando ese detalle.

Draco ya no era más parte del equipo, a diferencia de Millie que volvió a ser llamada para ser la golpeadora del equipo.

Ahora, Blaise Zabini había tomado su lugar. Draco intuía que era por influencia de su padre. La saeta de fuego que recibió el mago día antes de iniciar los entrenamientos era una gran prueba de eso.

Iba a fingir que no le dolió.

“No tengo tiempo para eso. Mi primer puesto está en peligro” responde Draco con los brazos cruzados.

“Nerd” se burla Millie, provocando que Ronald riera luego de todo un día de estar en malas miradas con Hermione.

“Pensé que podríamos practicar juntos” comenta triste Potter.

“Millie es una muy buena opción” responde en cambio Draco.

Por un momento observa como Ginevra quiere ofrecerse, podía verlo en su comportamiento corporal.

Una sombra de la confiada Gryffindor que Draco recordaba. En definitiva, iba a necesitar ayuda la pobre bruja.

Y una idea llegó a su mente.

“Ronald, ¿quién en tu familia a parte de las dos copias es buena en Quidditch?” pregunta Draco curioso.

“Amigo, yo también juego” dice ofendido Ronald.

“Sí, ajá. Lo que digas” recuerda la canción a Weasley vamos a coronar.

Una obra maestra.

“Eres imposible. Ginny también juega” responde Ronald cansado.

“Oh, Ginevra” dice Draco fingiendo inocencia “¿Qué opinas, Potter? Tienes a las dos copias pelirrojas, a tu comadreja personal y la niña Weasley para que te ayuden a practicar ¿No es verdad, querida Ginevra?” pregunta mirando a la pelirroja.

La niña se sonroja, pero asiente emocionada.

“no… quería jugar contigo” dice Potter, ignorando el claro deseo de Draco de que jugara con la pelirroja.

Sí, el trabajo que tendría Draco iba a ser complicado.

“Uno ya no puede resolver los problemas de otros” se queja, cruzándose de brazos.

“No sé si seas el mejor haciendo eso, Draco” habla Theo haciendo presencia en la mesa con el cabello desordenado y la camisa sucia “Problemas con Herbología, si no fuera por Longbottom creo que hubiera perdido todo mi almuerzo tratando de salvar mi nota”

Draco nota recién al Gryffindor mencionado, quien había llegado detrás de Theo sonrojado por las palabras de su serpiente. Era tan tierno.

Sin dudar, el mago rubio agarra una servilleta y comienza a limpiarle la cara a Theo con paciencia. Le arregla el cabello en el proceso y quita las arrugas de la camisa para luego aplicar hechizos de limpieza.

“Ay, el amor” murmura Millie emocionada.

“¿Draco y Theo salen?” pregunta Longbottom.

Draco no conocía muy bien al mago, por eso evita pensar que esa pregunta salía de forma decepcionada.

“No, pero lo harán. Son tan tiernos” responde Millie por ellos.

Theo luce contento. Draco solo rueda los ojos y sigue tratando de limpiar a su serpiente.

“16 de junio de 1979- 16 años.

Hogwarts acaba de terminar. Madre está orgullosa de mis logros. Espera que pronto me una junto a Bella y el prometido de Cissy a las tropas de Voldemort. Es de esperarse que pronto me confíen cosas importantes, soy un Black, no debo recibir menos.

No me llegó ninguna carta de ellos dos felicitándome.

Evan y Barty comenzaron a practicar hechizos y maldiciones. Bella es su maestra. Creo que Barty está teniendo un pequeño interés por mi prima loca. Pobre Evan, espero que ellos dos tengan, aunque sea un jodido beso.

Pandora… no sé nada de ella.

La guerra pronto comenzará. Espero que Voldemort salga vencedor. Mi hermano ni sus estúpidos amigos pondrán contra el ejército de Lord Voldemort.

Los sangre sucias van a caer. Esa sangre sucia…

Basta, Regulus.

Sirius es un auror entrenado. Debo ser mejor que él. Debo demostrarle a ese imbécil que no dejó a un niño atrás, que soy mejor… Mucho mejor que él”

“23 de junio de 1979- 16 años.

 

Pronto seré mayor de edad y podré a comenzar a entrenar con mis amigos. Ellos ya tuvieron un enfrentamiento con el grupo de idiotas de los merodeadores.

Lo que comprendo aquí es que Sirius y James pelean como los jodidos aurores que son. No atacan a matar, lo cual es una clara ventaja para nosotros. Si no hay temor a la muerte, podremos centrar nuestra mente en mostrarles que ese es su error.

Uno de los aurores corruptos nos traerá su guía básica de entrenamiento a los aurores. Debemos conocer al enemigo antes de enfrentarlos apropiadamente”

“Así que… ¿Sirius vendrá en Halloween?” pregunta Hermione pálida.

Draco asiente luego de leer ambas hojas en voz alta. La varita no estaba nada contenta por eso.

“No podemos dejar a Potter solo” dice Theo serio “Pero sería sospechoso si simplemente elegimos quedarnos. Sobre todo, con Weasley sin que sepa el plan”

Draco asiente. No sabe que tan explosivo o inteligente pueda ser Ronald.

Y una cabellera pelirroja llegó a su mente.

“Yo me encargo de que Potter tenga compañía” dice Draco.

Todos lo miran con una ceja alzada. Theo comenzó a arrugar la nariz.

“Draco” dice Hermione “Hace solo unos días le estabas proponiendo a Harry usar la capa de invisibilidad”

“Esa será la idea de emergencia” responde simple “Tengo otra. No se preocupen, no seré yo quien lo acompañe o lo terminaré matando y ocultando su cuerpo en el lago negro”

Todos creen eso. Draco no se ofende por eso.

Querida Tonks:

Prima, si recién respondo tu carta, es porque estuve pensando seriamente sobre tu carta.

Hagamos un bello intercambio.

Necesito libros sobre entrenamiento de aurores. Para mi desgracia, Potter es ahora un blanco seguido por nuestro querido tío prófugo de Azkaban. Necesito que mis amigos estén preparados para todos y un libro guía de aurores sería de mucha ayuda.

A no ser que bueno, quieras que eduque a mis niños con magia oscura. La opción es bastante tentadora.

Así que, si tú me proporcionas esos libros educativos para todas las edades, pueda tal vez conseguir que nuestras madres terminen tomando el té el próximo año en vacaciones mientras nos ponemos al día con galletas.

Con amor,

Draco L. Malfoy.

La carta a Dora tenía algo de verdad y algo de mentira blanca. Draco trataría de forma subliminal enviarle el mensaje a su madre de predicar el perdón a hermanas fugitivas, pero no haría grandes cosas. Esperaría a que su madre siguiera avanzando en el camino del cambio antes. Era mejor así.

Por ahora, lo único que unía a ambas hermanas eran las cartas que enviaban a Draco. Ambas tan parecidas y llegando en los mismos días. Era devastador ver como ambas a pesar de los años seguían reflejando eso… que fueron criadas en el mismo hogar que ya no existía más.

Los siguientes días previos a Halloween, Hermione y Ronald lograron solucionar sus conflictos. Millie tuvo que amenazar al pelirrojo con su varita junto a un frío Theo sobre evitar ser tan cruel con la leona del grupo, de forma amable. Justin estaba ahí para evitar un asesinato.

Draco y Hermione siguieron estudiando. A veces tratando de reunir información de aurores, terminando por aceptar que era inútil. Solo había conocimiento teórico y ellos necesitaban lo práctico.

Draco estaba tentado a sacar su preciado libro de magia oscura a través del tiempo para ello, pero temía que Hermione se opusiera duramente.

Era mejor esperar la carta de Dora.

Así llegó Halloween.

“Te traeremos un montón de golosinas de Honeydukes” asegura Hermione a un deprimido Potter.

“Sí, montones” se une Ronald a la promesa.

“no se preocupen por mi” Draco quiere burlarse del pésimo mentiroso que era Potter, pero no podía “Nos vemos en el banquete, diviértanse”

“Draco” llama Millie “Nunca nos dijiste realmente que harás con Potter” murmura solo para él.

“¿Viste a Luna?” pregunta Draco ignorando lo dicho por su pelinegra.

“Está en el lago con Ginny” responde “No” balbucea después “Tú, idiota desteñido. Si pensaste en Luna como la acompañante para Potter, juro que te maldigo. No puedes exponer así a tu propia prima”

“¿Luna era tu opción?” pregunta Theo totalmente sorprendido “¿Estás bien de la cabeza? Si algo le pasa a Luna”

Draco rueda los ojos y se cruza de brazos.

“¿Cuándo he fallado en todo lo que me propongo?” pregunta Draco molesto.

“Te petrificaron” responde Millie con el mismo tono.

“Terminaste en enfermería el primer año. Perdiste un libro dos veces, cuando lo natural es solo equivocarte una vez. ¿Quieres que hablemos de tu viaje al pasado, Draco?” pregunta Theo de manera seria.

Draco arruga el entrecejo. Golpe duro por parte de Theo, pero era verdad.

“Los odio, adiós” gruñe Draco.

“¿No irás a Hogsmeade?” pregunta Potter mirando al chico sin estar vestido como el resto.

“No, la pasaré con Luna” murmura Draco “Ella no irá a Hogsmeade, así que quiero estar con mi prima” responde.

“¿Puedo acompañarlos?” pregunta Potter esperanzado de no estar solo.

Draco lo ignora y sale corriendo. Podía sentir la mirada de sus amigos sobre él. Daba igual.

“Hola señoritas” saluda Draco a ambas niñas que estaban en el lago negro alimentando a los peces con migajas de pan.

“¡Draco!” saluda Luna con una sonrisa “¡Hola! ¡hola!”

Draco ríe y mira a la persona que más le interesaba, Ginevra.

“Hola, Malfoy” saluda incomoda la pelirroja.

“Ginevra” devuelve el saludo con una sonrisa “Vaya, alimentan peces. Interesante”

“Sí, no sé qué podrá comer el calamar gigante. Sería interesante poder aprender su idioma ¿no lo crees? ¿Cuál hablará? Espero que no sea tan difícil” habla Luna emocionada.

Draco agarra un puñado de migajas y las tira. Observa como los peces comienzan a comer.

“En estos días con el trío de oro, he notado en ti querida Ginevra que estas muy interesada en el niño que vivió” murmura siendo directo.

No podía dejar a Potter solo durante mucho tiempo.

“Yo, bueno… Quiero decir, sí… ¡no le digas a Harry!” chilla la niña avergonzada.

Draco mira a Luna, ella tiene el ceño fruncido mirándolo a él. Una pequeña advertencia para él con respecto a su mejor amiga Ginny Weasley.

Lamentablemente, eran primos. Si Draco no podía ignorar esas miradas de Luna, fracasaba totalmente como el primo mayor.

“Tranquila, Ginevra. De cierta manera, me causas ternura. Potter siendo el héroe del mundo mágico, venciendo a un señor tenebroso a la edad de un año. Demasiadas chicas en su futuro”

Era parcialmente una mentira. Su Harry había equilibrado ese destino con su mala suerte y la pobre reputación que se ganó en sus años a consecuencia de las extrañas aventuras que vivió con sus dos leones.

Pero Ginevra no sabía eso.

“Ya lo sé… pero es que no sé cómo me voy a ganar su atención” admite la le leona con tristeza.

“Te falta esa chispa. A Potter le gustan chicas con carácter, querida Ginevra. Valientes y leales”

Algo que él no era.

“¿Cómo sabes? ¿Por qué me dices todo esto?” pregunta Ginevra mirando a Draco.

Draco tenía dos motivos. El primero, que Ginevra esté con Potter toda la tarde. El segundo y mucho más personal, ayudar a la niña a conquistar a Potter, así asegurarse que su orgullo esté intacto frente a otras chicas que puedan terminar con el niño que vivió… y tal vez así también ayudarlo a olvidar al chico con cicatriz.

¿Se notaba que estaba desesperado?

“Porque eres mejor amiga de mi prima Luna y de cierta manera, me das pena” responde tranquilo “Así que, soy tu mejor opción, querida Ginevra. Podría ayudarte a conquistar al niño que vivió”

La pelirrojo mira a Draco con otra luz. Para ella, ahora Draco era su esperanza de vivir su romance más deseado.

Una especie de celestino rubio, Slytherin y amigo de Potter… aunque lo último ella no sabía que era mentira.

Ellos aún no eran amigos.

“Yo… ¿Qué tengo que hacer?”

Draco sonríe. Luna agarra un puñado de migajas y las tira resignada, dejando a su primo hacer lo que le haga feliz. Ella se encargaría de limpiar el desastre después.

“No puedo” dice Ginevra temblando mirando a lo lejos a Potter hablando con Flich.

“Ginevra” dice cansado Draco “Si quieres al menos ser amiga de Potter, le debes de comenzar a hablar. Es básico en la comunicación. Deja de ser una cobarde y anda, niña. Háblale” ordena.

 Potter comienza a caminar hacia ellos, porque por esa dirección era su sala común. No los veía porque estaba mirando al piso frustrado.

“Ve, pequeña comadreja. Usa tus encantos femeninos y consigue al león” dice Draco apuntando a Potter como si ordenara aun elfo doméstico.

La niña miró a Potter por un largo momento. Respiró profundo y dio un paso adelante… para segundo después gritar llamando la atención de Potter y huir del lugar.

“Ay, Draco” suspira Luna cansada “La tendré que buscar ahora y tener que deshacerme de los torposoplos, porque estará repleta de ellos” se queja mientras se aleja.

“¿Draco?” pregunta Potter mirándolo solo a él.

Maldita seas Ginevra Weasley. Ahora debía ser él quien se quedará con Potter. Maldición.

“Cara rajada” saluda casual, aunque por dentro quería enterrar viva a una comadreja “Me acaban de abandonar dos niñas, lo cual está afectando terriblemente a mi ego” pretende que su plan no ha fracasado.

Podía escuchar las carcajadas de Millie junto a un suspiro de Theo. Sí, los odiaba.

“Oh, creí que eso era imposible. Eres de una de las personas más seguras que conozco” dice Potter.

Draco sonríe por eso. Pobre cosita. Si supiera que todas sus amigas se unieron para darle amor propio… bueno, era mejor. Que Potter pensara eso le subía muchos puntos a su actuación.

“Así que… ahora estas solo” comenta Potter.

“Sí, luego me encargaré de dos niñas traidoras” murmura mirando detrás de él donde había corrido ambas chicas “Ser amable nunca me sale”

Potter ríe por eso.

“Estaba pensando en ir a la lechuzería, ¿quieres venir?” pregunta esperanzado.

“Guía el camino, Potter. Tal vez le envíe una carta a mi tía para aprender a cómo tratar con niñas con su ayuda” responde simple.

“Tienes demasiadas amigas, creí que ya sabrías” comenta Potter curioso. Ambos comienzan a caminar juntos.

“Nunca dejas de aprender de las mujeres, Potter. Crees conocerlas y te sorprenden. Gracias al cielo soy gay, jamás podría lidiar con una”

“Sí” dice Potter rascándose la nuca incomodo.

“¿Qué? ¿Te incomoda mi sexualidad?” pregunta Draco levemente a la defensiva.

Los recuerdos de Potter juzgándolo de los años pasado no iría así de fácil.

“no” se apresura a responder “Es solo que en mi mundo no está bien visto, mis tíos… bueno, siempre creí en las cosas contrarías que ellos dicen y tío Vernon realmente odia a las personas homosexuales”

“Merlín, cada vez que hablas de tus estúpidos tíos, siento que quiero embrujarlos” gruñe Draco.

Ambos llegan a otro pasillo.

“Sí, yo también deseo que lo hagas” responde Potter mirando a Draco a los ojos.

Hasta ese momento, Draco no había notado lo bien que habían hablado. No acusaciones horribles, insultos hirientes o silencios incomodos.

Parecían… amigos. No podía permitirlo, su corazón no soportaría.

“¿Harry? ¿Draco?” una voz se escucha provenir “¿Qué hacen? ¿Dónde están Ron y Hermione?”

Ahí estaba su boleto de huida.

“En Hogsmeade, profesor Lupin”

“Ah” dice Lupin “Bueno, ¿por qué no pasan? Acabo de recibir un grindylow para nuestra siguiente clase”

“No, gracias profesor. Tengo trabajos por realizar, pero Potter puede quedarse. Sé que le gusta su clase” dice Draco, buscando alejarse del niño que vivió y simplemente observarlo de lejos.

Como un cobarde.

“Gracias, profesor, pero creo que acompañaré a Draco” dice Potter decidido a seguir a su lado.

Draco mira a Potter. Ahora tendría que quedarse con el hombre lobo, porque no quería estar a solas con el niño que vivió para robarle el jodido corazón.

“Creo que la tarea puede esperar, veamos lo que tiene el profesor Lupin”

El hombre lobo mira con humor al mago rubio. Deja que ambos chicos entren a su despacho. Comienza a explicarle de las criaturas que le llegaron con profesionalismo. Draco se tomó un tiempo en tener que acostumbrarse a escuchar a una criatura tan peligrosa.

“¿Desean té?” pregunta Lupin “iré a prepararlo”

“No gracias” es Draco quien se niega luego de que Potter aceptara algo avergonzado.

No iba a beber nada que proviniera de un hombre lobo.

Lupin muestra tener un cierto grado de interés en Potter. Eso Draco lo notó cuando el maestro demostró conocer algo de Potter sobre té en bolsita y el té suelto. No debía ser bueno.

Debía alejar al hombre lobo del niño que tiene mala suerte de Hogwarts. Sí, debió elegir pasar el resto de la tarde con Potter a solas, fue un idiota.

“¿Estás preocupado por algo, Harry?” pregunta Lupin.

Draco se puso alerta. Potter no podía ser un bobalicón en responder con la verdad a Lupín. El hombre lobo no podía saber las debilidades de Potter.

“no” Draco sonrió aliviado, chico listo “Sí” olvídenlo, Potter era un idiota “¿Recuerda el día que apareció el dementor?”

Puede sentir los ojos de Lupín sobre él. Draco se cruza de brazos y se acomoda en el asiento.

“Sí” responde Lupín.

“¿Sabe porque me he desmayado?” pregunta el niño levemente molesto y avergonzado “Nadie más lo hizo. Hasta Draco salió de su compartimiento para buscarnos y no se desmayó en el camino, ¿por qué solo me pasó a mí?”

“Bueno, hay veces que a algunos le toca una vida muy difícil” responde Lupín con una sonrisa “De hecho, ese es el motivo por el cual no quería que vieras al Boggart, pero que Draco lo haya derretido de cierta manera ahorró esos inconvenientes” trata de bromear Lupín, aunque Draco podía notar como la pálides del hombre de por sí ya pálido aumentaba.

“¿Qué? ¿Por qué? No soy alguien débil” dice Potter algo avergonzado y molesto.

“Potter” Draco arrastra la lengua al pronuncia el apellido del pelinegro “Es por Ry- Voldemort. Viviste cosas difíciles por ese idiota sin nariz, claramente los dementores irían detrás de ti. Cualquiera que se vea relacionado, aunque sea con lo mínimo con ese monstruo, es un bocadito preciado para esas cosas. Los dementores se alimentan de los malos recuerdos, es por eso que existen los patronus que están a base de recuerdos felices para poder defenderse de los dementores”

“Muy buena observación, Draco. Cinco puntos para Slytherin” dice con una sonrisa el profesor.

Eso no hizo que Draco lo vea mejor. Hombre lobo siempre será un hombre lobo.

“Como decía. Tu amigo tiene razón. Creo que no hubiera sido una buena idea que Voldemort se materialice en un salón de clase. Gracias Draco, si estas listo para hablar sobre el suceso del Boggart, podríamos hablarlo aquí con Harry si deseas a un amigo”

“Muchas gracias por la oferta, profesor” se apresura a hablar “Pero prefiero guardarme ese suceso y nunca más volver a abrirlo”

Lupín sonríe y asiente. Draco se muerde el labio. No era ciego, claramente Remus Lupín era guapo. Esas cicatrices en su rostro solo mejoraban su apariencia. El equilibrio entre tener una mirada amable y peligrosa… como un buen depredador capaz de engañarte y cazarte minutos después cuando bajas la guardia.

“Mi puerta siempre estará abierta”

“Creo que mi Boggart no sería Voldemort” dice Potter para cambiar el tema. Draco suspira agradecido “Pensándolo bien, me vino a la mente los dementores”

Temer a la representación de miedo. Era algo muy Potter de su parte. No pudo evitar reír bajito, captando la atención de Potter.

“Ya veo. Estoy impresionado. Eso nos dice que lo que más miedo te da es el miedo. Muy sensato, Harry”

Draco ríe más alto por eso. Eso mismo pensó.

Potter no dice nada. Draco mira a Potter y descubre que él lo estaba viendo solo a él. No pudo evitar sonrojarse por eso.

“¿Así que pensabas que no te creías capaz de enfrentar a un Boggart?” pregunta Lupín.

Potter no responde. Sus ojos siguen en Draco.

“Potter, te hablan” dice Draco para así dejar de sentir la mirada intensa del niño con cicatriz.

“Ah, yo… ¿Cuál era la pregunta?” pregunta Potter avergonzado.

Draco esta vez no ríe. Solo escucha al profesor y Potter hablar un rato más antes de que su padrino entrara con una poción extraña.

Draco podía reconocerla con solo el olor. Era la poción matalobos. Lo interesante era que su padrino la estuviera preparando para Lupín.

¿Eso que significaba?

Draco tuvo que bajar la mirada para evitar sentir la mirada penetrante y molesta de su padrino. Sintió la mano de Potter sujetar la suya y apretarla. Una manera de darle valor. Se apresuró a rechazar la mano, pero ya era tarde. El toque de Potter ahora quemaba en su piel.

Potter y Lupín hablaron de la poción. Cara rajada intentó decir de una manera nada disimulada que esa poción podría tener veneno.

“Apreciaría demasiado que dejaras de intentar hacer ver a mi padrino como un villano, Potter” dice molesto Draco.

No iba a permitir que hablaran así de su padrino. Tal vez tenía algo de verdad, pero era su padrino. Lo defendería, aunque Severus terminara matando a alguien.

“¿Severus es tu padrino?” pregunta Remus sorprendido, para luego suspirar “Tiene sentido, Severus era uno de los amigos más cercano del primo de Narcissa Black”

“¿Conoció a mi madre?” pregunta Draco sin poder evitar ablandarse por eso.

“Tú madre fue una de las prefectas de la casa de las serpientes más justa que conocí. Una mujer muy inteligente y sensata” admite el profesor con una sonrisa amable “Ya veo de quien sacaste más cosas”

Draco se sintió orgulloso por eso. Dejó de ver a Lupín como un peligro por un momento.

“Sí, mamá es una de las mejores brujas que el mundo ha visto” dice sin poder evitar.

Lupín minutos después pidió que se retiraran. Potter miró curioso a Draco.

“¿Alguna vez me dirás qué paso con el Boggart? Hermione no nos dijo nada cuando regresó de hablar con ustedes, pero lucía pálida y preocupada” dice frustrado.

Draco mira a San Potter por un largo tiempo.

“¿Tiene que ver con tu varita?” pregunta el niño en otro intento de saber.

Draco suspira y asiente. Una ventaja de que Potter no lo conociera era esa. Podría mentirle y salirse con la suya.

“Sí, es muy protectora. Solo sentí como me quitaba energía y la expulsaba a ese Boggart” intenta decir mucho y a la vez nada en realidad.

Pero Potter se lo cree.

“Como cuando te atacó el día que fuimos a salvar la piedra. ¿no has intentado cambiar tu varita?”

“No, es imposible. Si quiero seguir siendo un mago, estoy condenado a tener esta cosa” dice sacando su varita.

Siente como ella se resiente entre sus dedos. Draco la guarda en su cinturón con la promesa interna de limpiarla después.

“¿En verdad?” pregunta Potter mirándolo preocupado.

“Sí, pero ya no quiero hablar de esto” decide cortar la conversación.

“Crecí como un tipo de elfo domestico para mis tíos” suelta de la nada.

“Discúlpame, pero ¿qué dijiste?” pregunta Draco incrédulo.

Potter se detiene para mirar a Draco.

“Creo que, si tú me cuentas algo tan personal, debo decir algo así de personal ¿verdad? Tratar de ser amigos”

“La amistad no se basa en contarse traumas, Potter” responde Draco con una sonrisa.

“Pero te hice sonreír” declara orgulloso Potter.

“Vale, ahora cuéntame de tu vida como elfo. Dame más motivos para embrujar a tus estúpidos tíos”

Así, pasaron el resto de la tarde con Potter contándole sus desastres cuando intentó cocinar las primeras veces con pocos años. Draco comenzó a odiar a los tíos de Potter y entendió mucho mejor a Potter.

Luego, llegaron todos. Millie y Theo le miraron con una ceja alzada.

“Mi plan fracasó” les susurra.

Millie se rompe a reír mientras Theo solo suspira cansado. Draco se la pasa el resto del banquete mirando mal a Ginevra, quien lucía demasiado avergonzada picoteando su plato.

Mendiga niña pelirroja. Ella no evitaría que triunfara como Celestino.

Luego de la cena. Draco avisó a sus serpientes que regresarían al Gran Comedor para pasar la noche por el ataque de Black.

 

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