
El despacho de Lucius Malfoy
3. El despacho de Lucius Malfoy
El anuncio de Sirius Black escapando de Azkaban pega fuerte en Draco. Se queda observando en silencio la portada como el hombre parecía completamente sacado de sus facultades mentales. Por un momento cree verse usando ese uniforme tan nefasto con el cabello sucio y sin brillo, hecho un cadáver en vida por la pérdida de peso (en sí siempre había sido delgado) y la mirada sin vida.
No, no volvería a ese lugar. Su padre tampoco la pisaría como a finales de quinto cuando lo atraparon en el ministerio y tuvo que vivir en carne propia el juicio de su padre. No existía Harry Potter que lo protegiera en ese entonces, ni tal vez haya uno en este nuevo presente. No importaba si tenía que traicionar a Potter, dejándolo atrás para llevarse a su padre a un lugar seguro. Se aseguraría que ninguna de sus chicas estuviera ahí y huiría con su progenitor.
Potter era poderoso, podría arreglárselas solo. Además, no iba a estar solo. Recordaba perfectamente la presencia del director en esas noticias. Dumbledore jamás permitiría que su niño dorado terminara muerto.
Su padre, en cambio, estaba completamente solo.
“Cariño, no debes de temer. Sirius Black jamás lograría atravesar las defensas de la mansión” trata de tranquilizar Narcissa a su hijo con cariño.
“No, lo sé. Solo… ¿cómo lo hizo?” dice Draco “Es imposible” murmura.
Si él hubiera sabido como escapar, lo hubiera hecho llevándose a su padre en el proceso.
No, ya no importaba.
Siente la mirada de Blaise sobre él. Le regresa la mirada de la forma más triste que podía replicar y Blaise solo endurece la mandíbula que comenzaba a marcarse en su cara para mirar a su plato.
De tener la mejor semana a ser prácticamente ignorado por un viejo amigo, solo Draco podría vivir cosas así.
Querido Draco Malfoy:
Es un placer el poder recibir una carta de tu parte. Es bueno saber que las viejas costumbres de educación en la familia sigan vigentes. Suelo decirle a Nymphadora que debería mejorar su redacción, espero que tu presencia en su vida mejore con creces esos aspectos.
Me parece demasiado interesante tu mención sobre como la familia Black suele amar demasiado. En lo personal, creo que es más una búsqueda de la estabilidad. Un lugar donde sentirnos seguros, lo cual, es una manera de mantenernos con vida.
Es interesante ver otra manera de ver los patrones de comportamiento de la familia Black.
Consejos para sobrevivir. Por supuesto, querido. Soy tu tía y haré lo posible para guiarte por el camino que crea más correcto. Las nuevas generaciones no deben cargar con las cosas malas de las antiguas. La supremacía de sangre, la intolerancia y el odio en general no debería ser enseñado más. Estoy satisfecha con saber que mi único sobrino esté en ese camino.
Nunca dudes en escribirme, querido. Estaré siempre aquí.
La familia nunca se abandona.
Con amor,
Andrómeda Tonks.
Draco releyó más de una vez la carta. Su emoción de tener a alguien que lo guíe y esté del lado de la luz era sin duda demasiado emocionante y lo llenaba de esperanzas de un verdadero cambio.
Pasaron días para que Draco se animara a responder.
La mansión sin sus chicas había regresado a su frialdad natural. Sin sonidos más allá de los elfos trabajando de forma mecánica. Su madre caminando por pasillos con sus tacones altos y los sonidos de su vestido largo siendo arrastrando de forma elegante por el piso limpio.
Blaise ni su padre se dejaron ver en esos días. Draco solo decidió ignorar ese hecho por su salud mental.
Por su lado, siguió en la maldita búsqueda de la agenda con la lista de mortifagos. Debía de encontrarla y confirmar de una vez que Sirius era un mortifago para no dudar en asesinarlo si se pasaba de listo con su chicas o Potter.
Así, recordando la carta, llega a la conclusión que Andrómeda le diría sobre Sirius. Entre exiliados debían de conocerse.
Perfecto.
Emprende su camino a la lechuzería. La respuesta tal vez le llegue cuando esté en casa de Hermione, no importaba. Confiaba a en sus chicas.
Draco llega al lugar con ganas de redactar una respuesta. Se queda quieto por un momento mirando a una criatura extraña. Era una bella lechuza blanca esperando paciente a él con una carta claramente escrita con papel muggle.
¿Qué?
Draco camina para ver a la bella ave. Esta revolotea hasta quedar en su hombro y comenzar a hacer sonidos de satisfacción mientras mostraba una de sus garras. Quería que leyera la carta.
“Eres hermosa, toma” le ofrece un premio que planeaba darle a Pólux para que llevara su carta cuando terminara de redactarla.
No iba a usar el ave de su madre, Stella. Solo Pólux. No necesitaba enviar dos cartas.
Abre el sobre y nota una letra desprolija que ya antes había leído.
Querido Draco Malfoy:
Hola, recibí tu regalo.
Fue un detalle muy bueno. Te agradezco, usaré el libro para mejorar mis jugadas. No sé si fue buena idea regalármelo si somos competencia.
¿Eso significa que somos amigos?
No sé cómo funciona tu mente, lo siento.
Creo que debí usar mi tiempo en conocerte en vez de buscarte defectos.¿Podrías cuidar a Hedwig? No la puedo tener en casa una semana. Lo hubiera mandado con Ron, pero quería agradecerte por el regalo. De verdad me gustó mucho, Draco. Si no puedes, mándala con Ron, por favor.
Espero que podamos conocernos más de regreso a clases. Sé que no quieres ser mi amigo, pero yo sí y
no descansaré hasta tenertetrataré de reparar todo, porque yo fui quien se equivocó.Con cariño,
Harry. J. Potter.
Draco sintió que no podía pensar. Releyó la carta un par de veces y se sintió avergonzado de sentir que había ganado algo.
Jodido Harry Potter.
Abraza el pergamino y suspira. Siente que es observado y gira solo para ver a la lechuza.
“Ni una palabra, Hedwig. Te daré los mejores premios por tu silencio” propone mirando a la lechuza albina.
Hedwig suelta soniditos de aceptación, volando para descansar entre el resto de lechuzas.
¿Tenía que responder la carta?
Por supuesto que no. No le debía nada más que un regalo y cumplió.
Así que decidió escribir su carta e ignorar la carta que Potter le envió.
Querida tía Andrómeda Tonks:
Me parece maravilloso que crea que seré una excelente influencia para Dora. Ella sin duda es encantadora, pero le falta el toque de Draco Malfoy. No se preocupe, todas mis amigas no se quejan de mis influencias sobre ellas, mi querida prima tampoco lo hará. Créame, estoy completamente seguro.
Aparte de saber más sobre la familia Black, estoy interesado en saber mucho más sobre nuestro reciente miembro de la familia prófugo de la justicia mágica. Simple curiosidad y averiguar si debo mejorar mis habilidades en los duelos antes de asistir a Hogwarts.
Comprenderás mi falta de confianza en un anciano como director, no importa si haya ganado ya a dos magos oscuros en su larga (demasiada) vida.
Si no es por mi seguridad, hazlo por la de mis amigos. Mi mejor amiga Hermione Granger, que es nacida de muggles y desconoce realmente el alcance de los mortifagos, es mejor amiga del niño que vivió, Harry Potter. Desearía saber a qué me voy a enfrentar, porque sé lo suficiente como para deducir que irá a por la cabeza de San Potter.
Consejos más personales. ¿Qué hacer si creo que arruiné el matrimonio de mis padres con mi rebeldía en contra de la supremacía? Apreciaría mucho la cruda verdad y no palabras de “No es tu culpa”, por favor.
Con amor,
Draco Malfoy.
Querida Hermione Granger:
Creo pertinente escribirte algo muy diferente a nuestra interesante conversación sobre los distintos métodos de investigación para pociones. Créeme, no descansaré hasta que aceptes que el uso de animales es una manera más rápida de avanzar en las investigaciones. No hay espacio para los sentimientos mientras conseguimos el conocimiento.
A lo que venía.
La lechuza de tu amigo cara rajada, San Potter, el niño que vivió para ser un inútil, cuatro ojos y muchos nombres más que me encanta ponerle, está en mi lechuzería descansando. Déjame mencionar que es una bella lechuza y estoy tentado a quedármela.
No es que me preocupe por tu amigo el trol de campo con lentes feos, pero creo que deberías asegurarte que siga respirando o lo que sea.
Con amor,
Draco Malfoy.
Sí, no pudo resistirse.
Va a buscar premios para las dos aves. Mira a Stella y Pólux. Siente que ambas se burlan de su debilidad por el niño de lentes y gruñe sonrojado.
Ata las cartas y ve como las aves se alejan. Hedwig lo mira y alza la garrita esperando una carta mientras le daba la mirada más profunda como si leyera su alma.
“Potter recibirá una carta cuando deje de ser Potter” gruñe Draco ofendido “Así que habla con tu dueño para que deje de ofenderme cada año y lo consideraré”
Pasan sus días en la mansión buscando la bendita agenta. Estaba comenzando a planear la manera de colarse al jodido despacho de su padre y hurgar hasta el último cajón.
Sí, haría eso si seguía fracasando.
Lo iba a planear de forma perfecta. Su padre no descubriría que estuvo allí, pero la cuestión era ver como diablos lo iba a hacer.
La única opción sería traer de nuevo a sus amigos. Su padre en el mejor de los casos estaría fuera de la mansión.
¿Pero si nunca se iba en realidad y solo se encerraba en su despacho?
Debía pensar cada posibilidad. No podría haber fallas.
Necesitaba a Theo y Millie. Tres serpientes piensan mejor que una.
“Mierda, ¿cómo me volví dependientes de ellos?” se queja, pero realmente no está molesto.
Pasa el resto del tiempo buscando. Su madre a veces lo llamaba para tomar el té con Blaise, siendo la cosa más incomoda que estaba haciendo en esas vacaciones.
No era la calidez que sus chicas habían logrado crear. Su madre parecía notar la clara diferencia, también teniendo que colocar su mascara para que Blaise no se sintiera mal.
“Blaise, cariño ¿te interesaría plantar cosas en el jardín? Draco quería iniciar un pequeño proyecto plantando sin magia distintas flores. Podrías tu ayudarle” murmura Narcissa esperanzada de sacar alguna palabra de la boca de su ahijado.
“¿Por qué no podemos simplemente pedirles a los elfos?” pregunta Blaise “Para eso están. No podemos ensuciarnos las manos de esa manera”
Draco observa como su madre parece desconcertada por esa respuesta. Era de cierta manera demasiado gracioso, porque hace un par de meses atrás ella misma hubiera dado esa respuesta. Tal vez era la falta de emoción lo que sorprendió a la bruja rubia.
De todas formas, su madre parecía frustrarse más con la frialdad del mago moreno.
“¿Qué cursos elegiste para este año, querido?” pregunta Narcissa de forma tranquila.
“El estudio de runas antiguas y Aritmancia” dice tranquilo “Es lo que mi madre hubiera deseado que estudiara” explica, apagándose más.
Draco hace una mueca.
“¿Cuándo llegará mi carta para mandar mis nuevas asignaturas, madre?” pregunta Draco.
Podría librarse de seguir cuidado de criaturas mágicas. Adiós pollos mutantes y salvajes con falta de clase. Hola números y el futuro. Elegiría las opciones que lo relajara.
Venía del futuro, adivinanza sería como un día de campo con flores que Luna podría usar para adornar su cabello en crecimiento.
“No lo sé, cariño. Espero que llegue pronto” murmura su madre cálidamente.
Draco mira disimuladamente como las facciones de Blaise se agriaban en un claro gesto de celos.
¿Cómo diablos iba a reparar eso?
Con Pansy al menos ella le gritaba. Buscaba hablarle. Con Blaise era el completo silencio. La jodida indiferencia.
¿Cómo reparar algo así?
Querido Draco:
Te agradezco profundamente tu carta. En cuanto leí la carta, corrí a mostrársela a mis padres y fuimos a averiguar cómo estaba Harry en su hogar.
¡Escapó!
No te preocupes. Ya reprendí a este tonto cabeza de caracol por haber hecho tal horror ¡Usó magia para inflar a su tía! ¿Puedes creer ese horror? ¡Pudo haber sido expulsado! ¡Una total pesadilla!
Lo encontramos en el callejón Diagon vagando, sin ni una tarea hecha y con muchas cosas compradas. Algunas para ti, por cierto. Espero las recibas con respeto, por favor Draco. Sé bueno, pasó por mucho.
Gracias de nuevo por mandarme la carta. Usualmente no me molestaría porque es Harry, pero eres tú quien se preocupó y eso sí es de prender alarmas. Ahora está en casa. Mis padres tuvieron que hacer mucho trabajo, pero ahora está a salvo en casa con aurores cuidándolo. Dicen que es por Sirius Black fuera, pero no estoy tan segura.
Creo recordar que mencionaste algo sobre no tener ninguna asignatura optativa. Yo tomaré todas, espero que pueda pasar esa bella búsqueda de conocimientos a tu lado. Solo el primer lugar de nuestra generación podría igualarme. Si no, encantada tomaré tu lugar. La búsqueda de conocimiento nunca debe de parar.
Además, creo que, con Sirius Black suelto, será mejor no reunirnos. La seguridad siempre es lo primero y me perturbaría el hecho de que estés andando por ahí en el mundo muggle. Somos menores de edad, no podemos usar la magia.
Con amor,
Hermione”
Draco rió media hora leyendo la parte de la tía inflada. En su cabeza se imaginaba una mujer flotando como un globo por los cielos de Londres muggles.
¿Quién diría que el niño dorado podría hacer tales cosas? Era jodidamente brillante.
Tuvo que correr a contárselo a su madre, quien solo miró curiosa como Draco se volvía a partir de la risa, comenzando a secarse las lágrimas antes de comenzar a ser la mímica de un Harry despidiéndose de su tía o siendo llevado por aurores. Cualquiera donde quedara como un tonto.
Esos aurores custodiando la puerta de Mione no eran por Sirius, era para evitar que Harry me gusta inflar tías Potter parara de sumar victimas infladas a su lista en los cielos de Londres.
Hilarante.
Cuando se fijó en el resto de la carta, se sintió amargo de que no pudiera ver a su leona en Julio.
Querido Draco:
Estás perdonado. Luego de bastantes semanas en entrenamiento intensivo para ser una grandiosa aurora, llego a casa para ver a mi madre brillar leyendo tus cartas.
Eres el mejor primo. Sigue rompiendo promesas para que mis brillantes ideas mejoren a este país y al mundo.
Hablando en serio. Estás más que perdonado, querido primo. Espero que podamos reunirnos, sé que ahora están de vacaciones. No esperé por siete años estos meses cuando iba a Hogwarts como para olvidarme de las bellas vacaciones de verano. Mi cama tiene los mejores recuerdos de esta belleza durmiendo sobre ella.
En fin, espero estés bien. Estamos a casi dos semanas de acabar Julio.
¿Quieres ayuda extra para cargar tus cosas, primito? Podríamos reunirnos para guiarte en el arte de encontrar cosas a mitad de precio. Aprenderás conmigo las habilidades del ahorro para que con ese dinero sobrante puedas comprarte pircings o hacernos un tatuaje a juego… ¿Cuántos años tienes? Bah, no me puedo detener a mí misma y los aurores no me podrán arrestar porque se perderían de la futura promesa de la seguridad mágica.
Espero que te estes divirtiendo y pronto puedas darme la bella noticia de que llevas una estable relación de manito sudada con Harry Potter.
Con cariño,
Dora tu reina auror Tonks.
Querido sobrino Draco:
Tu carta me trajo muchas cosas interesantes que pensar.
Comencemos con lo más importante.
Sé que pediste que no lo dijera, pero es la verdad. No tienes la culpa de nada de lo que estén atravesando tus padres. No tengo demasiado contexto al respecto y me gustaría seguir fortaleciendo esta relación para que me puedas contar con mayor libertad. Pero, aun así, estoy completamente segura que no tendrías ninguna culpa, porque eres solo un niño, Draco.
Los niños no pueden cargar con los problemas de los padres.
Puedes creer que sí, pero no es así. No tienes ni la madures ni la estabilidad mental como para si quiera entender el mundo de los adultos.
El mundo de los adultos es totalmente diferente. No es blanco ni negro.
Si tus padres se encuentran en un conflicto, no deberías hurgar ahí. Sé que eso tarde o temprano afectan a los hijos, pero es mejor no buscar donde no te llaman ¿Bien?
Repito, no eres culpable de nada.
Llevo dos décadas sin saber nada de mi hermanita Narcissa, pero puedo asegurarte que es la mujer más lista que conozco. Ella sabrá perfectamente como manejar esta situación. Ella fue mucho mejor manejando a nuestros padres como la bella dama de la alta sociedad para lo cual nació y aprendió con tanta naturalidad. Si ella está permitiendo tener una pelea con tu padre, tendrá sus razones. No te preocupes. Solo concéntrate en la escuela, tienes trece años y una larga vida.
Estarás bien. Si necesitas un lugar, acá tendrás todo. No te preocupes.
Con respecto a Sirius.
¿Qué podría decir de Sirius?
No me agrada el tener que decírtelo, pero tiene un punto. Hogwarts jamás fue realmente seguro.
El Sirius que conocí temo que no te ayudará en nada para enfrentar al actual. Si las fotos que salieron en El Profeta me dicen algo, puedo decir con seguridad que la locura de los Black ya invadió su mente y nadie estará realmente seguro cerca de él. Es doloroso porque él escapó de casa para evitar sucumbir a ese lado malo de nuestra sangre.
Demasiadas desgracias para esta familia.
Sirius Black fue padrino de Harry Potter. Eso es lo principal, por eso jamás me imaginé que él sería el responsable de las muertes de Lily y James Potter. Si me preguntas por un lado más subjetivo, podría afirmar con seguridad que él no tiene nada que ver. Como en tu primera carta dijiste, Sirius amaba demasiado a James Potter como para traicionarlo. En cambio, traicionó a su familia.
Es demasiado lamentable el final de todo esto.
Con todo esto, quiero decir que como no sé exactamente tan peligroso es mi primo, tampoco es seguro si podrías contra él. Repito, tienes solo trece. Usa el cerebro y estarás bien. Sirius antes de todo fue un auror.
Esperando una nueva carta,
Con amor,
Andrómeda Tonks.
Draco se quedó completamente callado al ver la carta de Andrómeda.
La parte de Sirius Black abandonando a su familia por seguir a James Potter le estaba perturbando. ¿Qué carajo tenían los Black para fijarse en los Potters? Si Sirius Black estaba enamorado de James Potter, Draco necesitaría demasiados filtros de paz para poder lidiar con un familiar cercano viviendo lo mismo que él.
Al final del día, James Potter se terminó casando con una pelirroja como Potter se terminó fijando en una en sus últimos años en Hogwarts.
Perturbador. Nada romántico.
¿Y si era por eso que Sirius Black había traicionado a los Potter? ¿Y si quería deshacerse de la esposa y el bebé para quedarse con el padre?
Eso es algo que un Slytherin desesperado haría, pero ¿un Gryffindor?
Demasiadas preguntas que tal vez nunca serían resueltas.
Draco volvió a releer la carta de su tía. La parte de la locura Black en Sirius también era peligrosa. Bellatrix era ya era un peligro, ¿cómo será enfrentarse contra Sirius?
¿Por qué los Black tenían que cargar con esos problemas mentales?
No, en definitiva, debía investigar sobre Sirius. Fue el padrino de Potter y murió en el ministerio en quinto año. Debía tener algo de importancia en ese suceso ¿verdad?
“Carajo” dice Draco, al darse cuenta que su cabeza comenzaba a dolerle de tanto estar pensando.
Lo que sí tenía seguro es que, si Potter se enterara, iría tras Sirius Black. Le romperían el corazón al niño que vivió y Draco no podría hacer nada para evitarlo.
¿O tal vez sí?
Como sea, mandó una carta agradeciendo a su tía y preguntándole sobre cosas muggles, ya que, tomaría el estudio muggle. Por ahora, no pediría consejos sobre su situación familiar. Tenía mejores cosas en que pensar.
Tomaría todos los cursos, solo para estar cerca de Mione.
Los siguientes días de Julio se la pasa en la mansión aburrido. La búsqueda de la agenda no quedó en absolutamente nada. El único lugar que no había ingresado a buscar era el despacho de su padre.
No podía hacerlo. No sabía si su padre estaba o no dentro del despacho. La magia de su padre estaba tan impregnada en aquel lugar como para que Draco pudiera saber si su progenitor estaba dentro.
Estaba jodido.
Debía encontrar la forma de entrar. No podía perder tiempo. Debía averiguar realmente si Sirius era alguien a quien temer. Su tía Andrómeda le dejó con muchas más dudas.
Hasta que, en un desayuno con su padre presente, una posibilidad se abrió.
“Termina de desayunar rápido, Blaise. Tus clases como el nuevo miembro de esta familia no deben ser interrumpidos”
Draco mira a su madre, quien suspira y le dice con la mirada que estaba al tanto de eso.
Su padre estaba educando a Blaise para tener las costumbres de la mansión.
Algo en su estómago se hundió. Las palabras de Pansy diciendo que su padre le buscaría un reemplazo llegan. Aprieta fuertemente la cuchara para evitar verse vulnerable. Fuerza una mirada de póker, para evitar revelar todas las inseguridades que esa frase le provocaron.
Antes era él quien era educado con paciencia por su padre. Era Lucius quien le decía a Draco con ese tono que se apresurara a terminar de comer para que le siga enseñando.
Era Draco quien pasaba tiempo con Lucius y no Blaise.
No tuvo tiempo de entristecerse, porque la idea de pedirle a Blaise que le avisara cuando Lucius no esté en su despacho le viene a la mente.
Una parte de él lo estaba regañando por querer utilizar a Blaise así. Debían de reparar esa amistad porque realmente quería Blaise. Tal vez no con esa intensidad que llegó a sentir por Pansy y ahora con sus chicas, pero era el mismo que sentía por Theo… bueno, también con Theo las cosas se estaban poniendo más intensas.
No había tiempo de sentimentalismos. Debía encontrar esa agenda. El tiempo se estaba agotando. Ya sería agosto.
Iba a hacer lo que tenga que hacer para tener esa maldita agenda, aunque eso implicaba usar a un amigo. Él sabía lo que quería y no dudaría en tomarlo.
“Blaise” llama al muchacho cuando lo ve caminar a su habitación.
Blaise solo lo mira en silencio.
“Bien, lo siento” decide iniciar con eso “Sé que fui un idiota por no haberte hablado todo ese año, pero… no hay excusas, pero también tuve un año de mierda”
“Vamos Draco, los dos sabemos que no te importa realmente la muerte de tu abuelo. Teníamos ocho cuando nos dijiste sin titubear que lo único que extrañarías de tu abuelo serían los regalos que te daba por yule” dice Blaise “Mientras que yo sí amo a mi madre y viví completamente solo todo su juicio, mientras tú eras abrazado y mimado por tu grupo de amigos”
Draco siente que se puede encoger en su lugar.
No, debía seguir.
“Lo siento tanto, pero no solo era lo de mi abuelo… mi padre me amenazó con exiliarme. Dejarme sin mi herencia y mi apellido”
“Y aun así seguiste ahí queriendo conservar tu amistad con Granger mientras ni un saludo en la sala común por educación me diste. Encantador” suelta venenoso Blaise, haciendo que Draco se encogiera.
La carta de ser amenazado no estaba funcionando.
“Lo sé, lo siento. Pero es que mi abuelo enfermo, mis padres furiosos y las amenazas del heredero me consumieron” decide usar todo a la vez “Y sobre todo el descubrimiento de mi prima Luna… simplemente no… estaba asustado. Seguimos siendo niños”
Blaise se queda callado.
Él no sabía sobre Luna. Nadie que no haya escuchado de boca del propio Draco sabía que Luna Lovegood era prima de Draco. Que Blaise supiera no iba a ser peligroso. Blaise jamás lo traicionaría.
Podría estar molesto, pero no lo traicionaría.
“No Draco, ahora somos adolescentes y seré un idiota al decirte que me importa una mierda tus problemas como a ti te importó una mierda preocuparte por mí”
“Lo estuve. Siempre estuve al pendiente de ti. Por eso le pedí a mamá que te trajera a casa. No podía dejar que te quedarás en un lugar tan espantoso como un orfanato. No sabes que cosas te pueden pasar ahí sin un adulto en quien confiar. No quería… Blaise de verdad estaba preocupado” murmura Draco siendo honesto.
Blaise se queda parado ahí. Mira a Draco por un largo momento.
“¿De verdad?” pregunta Blaise totalmente vulnerable.
La culpa consumió a Draco. No podía hacerle eso a Blaise.
“De verdad. Si no, no estaría aquí queriendo que me perdones. Te di tu espacio, porque Luna dice que es importante dejar que las personas sanen… pero ya no quería que sigamos así. Te extraño, Blaise” y lo hace de todas formas.
Draco se siente miserable cuando Blaise se acerca y lo abraza. Besa la cabeza de su amigo para tratar de tranquilizarse.
Días. Esperaría días para seguir con su plan de preguntarle a Blaise.
Eso no lo hizo sentir mejor.
Lo siguientes días, Draco dejó que Blaise siguiera con sus clases especiales con su padre. Su madre notó que la tensión entre ambos había desaparecido parcialmente, provocando que la bruja le agradeciera con la mirada.
Ella también estaba preocupada por su ahijado.
Su padre por otro lado, cada vez estaba más tranquilo en la mesa. Al principio solo se mostraba sin el entrecejo fruncido, pero después comenzó a hablar con Blaise.
Y sorprendentemente, Blaise lo incluía en las conversaciones y Lucius no se molestaba por eso. En cambio, parecía satisfecho por ver a ambos chicos hablar.
Muy diferente a ese día cuando Theo lo llevaba de la mano y le toqueteaba las mejillas. Era como si aprobara a Blaise y no a Theo.
Claro, Blaise no le había dedicado una carta romántica en San Valentín.
Querido Draconis Malformado:
Primer día de agosto, se acerca mi glorioso cumpleaños.
Te hago entrega por lechuza express de esta invitación a mi cumpleaños número trece. Regalo en efectivo es bien recibido.
Es una pena que la reunión en casa de Hermione no se haya podido realizar. Maldito Sirius Black, lo detesto. Lo sé, es tu familiar, pero detalles sin importancia. Igual no se parecen en nada.
Sé que ahora Blaise está en tu hogar. Tráelo, quiero conocerlo realmente. Si quiere ser parte de nuestro exclusivo club, debe conocernos en nuestros momentos más locos.
Invité a Potter. Me daba cosita solo invitar a Mione y que se quedara solo en casa de los Granger arrepintiéndose de sus acciones y como si te hubiera aceptado como amigo, sería bien recibido en nuestro rincón de diversión.
…
Hermione me obligó. No me puede culpar de querer consentir a esa bruja.
En fin. Claramente estará Theo. Vamos galán, conquista más al chico.
Con amor,
Millie.
Draco le preguntó a Blaise si quería ir. El cumpleaños de Millie era el veintiuno. Llevar a Blaise a esa fiesta no le haría sospechar de sus oscuras intenciones.
Era perfecto.
Blaise aceptó inseguro, pero con los ojos brillando de ser parte nuevamente de un grupo.
Sí, la culpa volvió.
Los días previos al cumpleaños de Millie se resumieron en Draco y Blaise compartiendo juntos, realizando las tares que dejaron. Recordando viejos momentos, evitando tocar los últimos dos años y, sobre todo, practicando magia.
Blaise jamás le ganó en los duelos que tenían juntos. Su madre como la encargada de supervisarlo y su padre viéndolos desde su balcón se quedaban sin palabras al ver a su único hijo ser tan natural en los duelos.
Claro, no sabían que la mismísima Bellatrix lo había educado en el arte de la guerra como un peón más para su amado señor Tenebroso. No como un estratega (de todas maneras, Draco jamás usaría el cerebro para ayudar a ganar a la cosa sin nariz que buscaba matar a su Harry) sino como un soldado más de su ejército.
Draco había aprendido a ignorar el dolor (razón por la cual siguió caminando a pesar de estar recibiendo crucius por parte de su varita en primer año) y doblarse como si no tuviera huesos, pero por la falta de costumbre en ese cuerpo tan joven no podía presumir su antigua flexibilidad.
Debía entrenar. No podía perder más el tiempo. Era en serio.
Blaise en cambio era como todo niño Slytherin de esa edad. Con las enseñanzas de magia oscura por parte de su madre, porque él nunca conoció a su padre. Con el suficiente conocimiento para sobrevivir, pero no para siquiera tocar una hebra de cabello rubio platinado de Draco. Lo único que podía aspirar a causarle al niño era sudor.
Su madre estaba completamente orgullosa, su padre… sus ojos brillaban a pesar de estar en la lejanía. A Draco eso lo perturbó. Si por algún segundo su padre creyó que serviría como soldado para Riddle, estaba muy equivocado.
Aparte de los duelos, estaba también la lectura. Terminó el libro que Hermione le regaló con el título de “Orgullo y prejuicio”. Avanzó su lectura del libro de magia negra, ahora disfrutándola y no leyéndola por partes como lo hice el año pasado. Estaba cerca de llegar a la sección del mago oscuro Rasputín y su final a manos de armas muggles. Práctico muchos hechizos para satisfacer sus deseos de usar magia oscura.
No buscó más la agenda. El único lugar donde no buscó era el despacho de su padre. Hasta en el cuarto de sus padres había revisado de forma discreta.
Su madre llevó a Blaise y él a la casa de Millie. Nuevamente Draco se dejó sumergir en la ausencia de magia y corrió cuando notó la magia de Millie y Magna revolotear levemente en la casa de la pequeña rama olvidada de la familia Bulstrode.
Draco tocó la puerta y fue rápidamente abierta por Millie.
Ella estaba hermosa con maquillaje ligero y su cabello ahora con pechones negros que le quedaban preciosos.
“Draco” saluda Millie, abrazándolo “Ustedes dos faltan. Incluso Luna ya está aquí… Señora Malfoy. Un gusto volver a verla” saluda cantarín la niña, yendo a abrazar a Narcissa con más delicadeza.
Narcissa recibe a la niña con cariño. Le acaricia los cabellos sin asco o temor. Blaise es el único que parece totalmente asombrado de ver ese color en el cabello de Millicent.
No lo culpaba realmente.
Cuando Blaise y Draco entran, se nota realmente la diferencia en ambos niños.
Luna y Hermione van corriendo a abrazarlo con cariño. Draco se deja sumergir por el afecto.
Nadie saluda a Blaise así de bien. Solo Theo se acercó a darle la mano como si fueran solo conocidos.
No viejos amigos.
“Creciste tanto en todo este mes” se queja Hermione.
Draco rueda los ojos. No era su culpa tener los genes así de bien.
“Es verdad, estás más alto. Pronto podrás ayudarme a bajar fruta de los árboles y no tendré que esperar a que ellos amablemente decidan caer” celebra su prima brillante.
Draco ríe y besa la cabeza de Luna por lo dulce que era.
“Ellos no caen amablemente, de hecho” Hermione quiere corregir a Luna, pero Draco la distrae besándole la cabeza a medio trenzar “hola” dice sonriente la niña luego de dejar de sentir los labios de Draco en su cabeza.
“Draco” llama la atención Theo “Hola”
Draco se sorprende de la falta de formalidad. Ríe y se acerca.
“hola” dice nervioso.
Theo alza una ceja al verlo actuar extraño, pero no puede decir más porque le ofrece una mano para saludarlo.
“Creciste” susurra Draco mirando a Theo.
En esos dos meses sin verlo se podía notar claramente que estaba dejando de verse como un niño para comenzar a ser el adolescente rompecorazones que recordaba. Draco seguía siendo el más alto de todos en esa habitación por la ausencia de Ronald, pero no era tanta la diferencia entre ambos Slytherin.
Theo podría decirse que iba a ser hermoso. No había duda.
“Ya lo perdimos” se burla Millie de fondo.
“Te vez bien” dice Theo mirándolo de arriba y bajo.
“Tú también” dice cariñosamente Draco.
Theo sonríe. Lo abraza por los hombros y junta sus cabezas hasta que sus orejas se toquen.
“¿Crees que midamos lo mismo? ¿Luna que dices?”
Luna tuvo que acercarse a verlo.
La cálides en el pecho de Draco se expandió más cuando Luna comenzó a poner sus manos sobre ambas cabezas.
“Draco sigue siendo más alto” dictamina la bruja.
Theo suelta a Draco para darle palmaditas amistosas en la cabeza de Luna.
Sí, eso no ayuda al corazón de Draco.
“Eh… Hola Draco”
Esa voz.
El cuerpo de Draco no disimula en nada al girarse para ver a Harry Potter ahí incomodo esperando su turno para ser saludado.
Y joder. Él si había cambiado.
No era ese chico delgado que siempre veía al inicio de cada año. Había aumentado de peso y había crecido más de lo esperado. Seguía teniendo los ojos grandes como cualquier niño, pero la mandíbula más marcada de lo que recordaba.
Draco era consciente de que el Harry Potter del futuro iba a ser sexy, pero verlo crecer era totalmente otra experiencia.
La risa de Luna y Theo lo sacan de su ensoñamiento.
“Potter” dice frío, volviendo a poner su atención en Theo y Luna, quienes observaban esa pequeña interacción en silencio. Decidió dejar de verlos por lo incomodo que se sintió.
Sus ojos se posan en Blaise, sintiéndose mal de verlo en una esquina mirando todo. Siendo ignorado.
“Chicos” dice en voz “Les presento a Blaise Zabini. Mi amigo” aclara orgulloso.
Blaise se acerca y asiente con la cabeza como un saludo cortés para todos.
“Lo sabemos, Draco. También vamos a Hogwarts” rueda los ojos Millie, pero acercándose “Hola Zabini. Es bueno verte mejor. Espero que lo pases bien en mi fabuloso cumpleaños” menea el cabello. No se mueve por lo corto que es, pero eso no le quita lo engreída que quería verse.
“Draco, podemos hablar a solas” pregunta Hermione en un susurro.
Draco asiente confundido.
“Volvemos en un minuto” dice Hermione.
Ambos caminan hasta el baño. Draco la abre y espera que Hermione cruce primero para luego hacerlo él.
“Draco” Hermione no se espera y habla “¿Qué sabes de Sirius Black?”
Draco parpadea curioso. No se esperaba eso.
“¿Por qué quieres saber de él?” pregunta Draco confundido.
“A mis padres le dijeron algo. No tengo ni idea, porque dijeron que eran cosas de adultos, pero se veían muy ansiosos las primeras semanas con Harry en casa. Sé que es sobre ese criminal, ¿qué otro peligro existe en estos momentos en Londres?”
Draco piensa en Riddle, pero realmente no sabe cómo está eso.
“¿Draco me estás escuchando?” eso hace saltar al nombrado “Sabes algo, por favor dime. Harry y yo estamos preocupados… bueno, yo lo estoy. Él está más en una actitud “Si no lo sé, no es para mí” y es frustrante porque debemos anticiparnos a todo”
Draco se lleva la mano a la mejilla de la niña.
“Mione, estaré con ustedes todo este año y les aseguro que, si Sirius fuera un problema, los cuidaría. Nada les pasaría”
“¿Y quién te cuida a ti? ¿Quién te va a proteger? Draco, tenemos treces. No sabemos nada de duelos reales y él es un criminal”
Draco se queda callado. No había pensado en cuidarse en ningún momento.
“Es mi tío exiliado y un posible mortifago” decide decirle cosas breves para tranquilizar sus deseos de información “No lo sé realmente. Hablé con tía Andy y ella dijo que no estaba segura que fuera malo realmente, por eso estaba averiguando. Necesito entrar al despacho de mi padre para eso”
“Bien, entremos”
Draco abre la boca totalmente sorprendido por eso.
“Con Ron quedamos la última semana ir de compras. Podríamos ir a tu casa la siguiente semana y buscar. No tocamos para nada tu jardín, podríamos usar esa excusa” murmura Hermione.
Draco está totalmente sorprendido. Comienza a reír y sin dudar la abraza.
“Hablemos esto con los chicos. Ellos también querrán ayudar” dice.
Hermione no parece segura realmente, pero no detiene a Draco.
“¿Quieren ser parte de un atraco?” pregunta Draco llegan a la mesa, sentándose al costado de Blaise.
“¿Qué robaremos?” pregunta Millie sin lucir sorprendida.
“¿Es en serio? ¿No preguntarán?” pregunta Hermione sin palabras.
“Granger” dice Theo serio “Si supieras todo lo que hicimos el año pasado para encontrar el diario de Riddle”
Draco mira a Potter hacer un puchero, mientras en sus labios se formaba aun “Yo lo encontré y ni siquiera me agradeció”
Adorable.
“La misión es entrar al despacho de mi padre, robar una agenda que necesito o cualquier documento que tenga que ver con Sirius Black y salir victoriosos para comer pastelillos con madre” resume Draco decidido “El que quiera participar, tendrá que venir la próxima semana a la mansión”
“Es brillante” habla Blaise “¿Cómo sabías que tu padre estaría los primeros días en Italia viendo los viñedos de tu familia?” pregunta Blaise sorprendido “¿Cuánto tiempo llevas planeando esto?”
Draco se encoge de hombro, pero decide decir un número menor al que lleva teniendo una mejor relación con Blaise.
Las siguientes horas hablan sobre posibles planes de distraer a los elfos y a su madre para que no notaran la ausencia de Blaise y Draco, para que ellos pudieran buscar el tiempo suficiente. El mago italiano había pasado el suficiente tiempo en el despacho de su padrino para saber dónde podrían buscar para agilizar la búsqueda.
El resto del tiempo se la dedicaron a Millie, quien repitió las actividades de la vez pasada. Todos terminaron con los dedos pintados y Magna se unió para el karaoke. Draco tuvo que fingir que no le importaba como Harry Potter no dejaba de ver a la bruja nuevamente rubia.
Así, el cumpleaños de Millie terminó, pero volverían a verse la próxima semana.
Querido Draco Malfoy:
Estas a dos semanas de comenzar Hogwarts.
El tercer año siempre es complicado, pero seguir todos los cursos no lo recomiendo. No importa la búsqueda de conocimiento. Es demasiado desgastante a su edad, pero siempre es bueno dejar a los jóvenes ganarse sus propias experiencias mientras no los lastimen realmente.
Espero poder recibir cartas de mi sobrino en los meses de clases y que vivas este año como se debe.
Con amor,
Andromeda Tonks.
Narcissa no le reclama sobre sus amigos viniendo la próxima semana. De cierta manera, parece brillar por esa idea.
Sin duda, su madre había extrañado esa calidez que sus chicas habían traído a la mansión.
Y serían más. Era maravilloso.
Blaise, Draco y Narcissa comenzaron a organizar todo. Blaise se la había pasado bien. Millie con su encanto natural hizo que el mago no se sintiera apartado y Luna sin duda fue de gran aporte, siempre incluyéndolo cuando Blaise permanecía en silencio demasiado tiempo.
Potter parecía frustrado viendo como “el nuevo miembro” del grupo era mucho más aceptado por parte del grupo de Draco que él.
Sí, no es como que Draco disfrutara de eso (realmente lo hacía)
Así llegó el día de la llegada de todos, incluyendo Potter.
Luna llegó primero como la primera vez. Esta vez su padre no parecía tan nervioso, pero volvió a hablar con su madre, quien esta vez lucía menos intimidante con el mago rubio.
“Será divertido” habla Luna entre los brazos de Draco.
Draco la acuna mejor. No pasa mucho cuando la puerta es tocada.
Él abre y ve a Magna llevando a el resto. Millie traía nuevamente una caja, pero no parecía tener problemas para cargarla, así que no la fue a ayudar o ella se ofendería. Hermione usaba una bonita jardinera roja y Potter tenía el cabello extrañamente peinado.
Sí, no iba a preguntar.
“Pasen, mamá está hablando con mi tío… ¿cómo dice que se llamaba tu papá, Luna?”
Eso provoca que Hermione boqueara sorprendida, Millie comenzara a reír y Potter se apretara los dientes para tratar de ocultar la gracia que le dio eso.
Luna no alcanza a responder porque la chimenea se prende, saliendo de ahí Theodore con un ramo de lirios blancos y detrás un elfo con sus cosas para quedarse días como el resto.
“Perdón la tardanza” saluda Theo, saliendo con elegancia de la chimenea “Tía Cissa” saluda a la bruja.
“Theo, cariño” saluda Narcissa, quien había entrado nuevamente a la habitación acompañada del mago rubio “No se preocupe, mi sobrina estará a salvo de Sirius Black. No se le ha visto en estos meses que lleva prófugo, es imposible que llegue a pisar mi jardín sin que las protecciones tengan algo que hacer para evitarlo”
“Eso es un alivio” murmura Magna “Ser seguida por aurores no fue nada agradable”
“lo siento” dice Harry avergonzado.
Draco frunce el ceño. Abre la puerta y ve a lo lejos dos puntos de colores parecidos al uniforme de auror.
Sí, no iban a dejar que el niño que vivió caminara solo por Londres.
“¿Aurores?” pregunta Narcissa.
“Es por mí, Señora Malfoy. Sirius Black me está buscando a mí. Me lo dijeron cuando Hermione y los señores Granger me quisieron llevar a su hogar” explica mirando a la bruja rubia.
“Oh, Harry. Hola querido” saluda Narcissa con calidez.
Draco no quiso saber por qué su madre haría eso. Dejó que su tío saliera de la mansión y se despidió de Magna, quien le acarició el cabello y le dijo que volvería por sus pulgas cuando terminara el tiempo que dijeron que se quedaría.
Miércoles por la tarde. Antes de que su padre regresara por la noche.
“Sí, señora Malfoy. Un gusto volver a verla”
Draco se acerca a Theo, quien muestra el ramo de flores e indica a su madre. Draco entiende y se derrite por eso. Cualquier regalo que le hicieran a su madre era bien aceptado en su corazón.
¿Cómo no querer a Theo?
“Madre, Theo te tiene un presente” dice Draco brillante.
Narcissa deja de ver al niño que vivió para prestarle atención a su hijo y su amigo.
“Oh, querido. No debías” murmura halagada.
“Tía Cissa, estas flores no son nada. Las mereces por criar a alguien como Draco” dice Theo con el pecho inflado “Es un muy buen amigo”
“Lo soy” se pavonea Draco
Narcissa solo ríe y acepta el regalo.
“Me alegra que mi hijo tenga amigos tan educados. Vengan, vayamos al jardín”
Draco y su madre guían el camino, teniendo a Luna en el medio.
“¿Podemos ir al campo de Quidditch?” pregunta Millie mucho más confiada.
“Claro” dicen Draco y Narcissa a la vez.
Draco ríe cuando Potter parece emocionarse por ello. Tierno.
Draco volvió a sacar escobas del armario de escobas de su hogar. Le pasa uno a Potter, quien agradece feliz por ello.
“¿Jugaremos?” pregunta Potter.
“Pregúntale a Millie, yo me quedaré en tierra acompañando a Theo y Hermione” explica Draco por simple respeto al tener a su madre ahí.
“Pero quiero jugar contigo” murmura Potter entristeciéndose.
“Dragón, hace tiempo que no te veo volar. Sería agradable” murmura Narcissa, ayudando al niño que vivió por alguna razón.
“Pero quiero estar con Theo y Hermione” insiste Draco.
No se negaría si estuviera seguro que no volvería a caerse de su escoba por los recuerdos de la sala de menesteres en llamas.
“Theo” escucha que Potter dice con tanta rabia.
“Dragón, por favor. Tendrás el resto de la tarde para estar con ellos” insiste su madre.
Draco suspira y asiente.
“Buscaré la snitch de entrenamiento” se rinde.
“¿Tienen una snitch de entrenamiento?” pregunta Potter curioso.
“Potter, ¿viste donde vivo? Claramente tendría una Snitch para entrenar” responde cortante.
“Draco, sé amable” dice Hermione.
“Déjalo, acaba con él Draco” interviene Millie.
“¿Es así siempre?” la voz de Blaise preguntándole a Theo también se escucha.
“Te acostumbras. Créeme, llegas a extrañar esto” responde Theo permitiéndose sonar contento.
Draco y Potter se miran. Las manos de Draco picaban por beber un frasco de filtros de paz.
“¿Asustado, Draco?” reta Potter con una sonrisa emocionada.
“Ni un poco” responde Draco defendiendo su honor.
“Las reglas básicas son quien atrape la pelotita dorada es el ganador” habla Luna, sacando la snitch de su caja, dejando que esta se active y comience a mover sus alas “Cuidado con las nubes” y así suelta el objeto.
Draco mira a su escoba. Su estómago le dolía y sentía que vomitaría.
“No puedo” dice, arrepintiéndose.
Potter deja de mirar la snitch para mirar.
“¿Draco?” pregunta Potter.
“Potter… no puedo…” dice dándose cuenta de que realmente no quería eso.
Potter se queda callado. Draco mira a sus amigos, quienes lo miraban. Luna parecía ser la más preocupada.
“¿Tan mal te caigo como para que no quieras competir?” pregunta Potter.
Draco frunce el ceño.
“No todo se trata de ti, Potter” dice enojado, sin importar que lo escucharan “¡También tengo mis propios problemas! Nada puede girar en torno a ti. Ni mi… ¡Agh” se para, suelta la escoba y se aleja del jardín.
Estúpido Potter.
¿Por qué piensa que el mundo de Draco giraría en torno a él?
“Draco” escucha que lo llaman.
“Harry, ve a disculparte” ordena Hermione.
“¡No! Claramente Draco no va a querer hablar con Potter, Mione”
“Niños, basta”
Draco los ignora a todos, avanza.
Se seca el sudor de la frente y se sienta a observar los rosales estando seguro que estaba solo.
Su mundo no giraba en torno a Potter. No quería que girara en torno a él. Que Potter creyera que todo lo que dejara de hacer sea por él… no sabe porque se enojó así. Tal vez solo quería ser tranquilizado por Potter o alguien y solo le hicieron recordar que muchas veces sus pensamientos giraban en torno a Potter.
Se abrazó las piernas y siguió viendo las flores.
“Draco” la voz de la persona que menos quería ver se escucha “Lo siento. No quise decir que todo se tratase de tu odio hacia mí. De hecho, creo que últimamente todo mi mundo gira en torno a ti y solo pensé en eso, porque en verdad quiero agradarte”
Draco puede notar cuando alguien está teniendo un vomito verbal y Potter estaba teniendo uno muy fuerte en esos momentos.
“Claro, debe ser horrible que tu mundo gire en torno a un ser despreciable y potencial posible heredero petrificador de nacidos de muggles, aunque tenga una amiga ahí” escupe molesto.
Harry suelta un gimoteo culpable. Acercándose para sentarse a su costado.
“¿Así te hice sentir?” pregunta el gryffindor con la voz más culpable que poseía.
“¿qué esperabas, Potter? ¿Qué ignorara tus ofensas? También tengo corazón, uno que heriste con tu rechazo y que piensas que gira en torno a ti, cuando también tengo problemas reales”
“Lo sé, es solo que en ese momento las palabras de ron… lo que dijiste de Hagrid… como te llamabas mejor amigo de Parkinson, cuando es una persona horrible… lo siento”
“Potter, deja de justificarte” gruñe Draco “Eso ya lo sé, pero pensé que te dejé claro mis ideales en ayudarte con la piedra” gruñe Draco “Así que basta, no podemos ser amigos. Ya tuvimos esta conversación”
“Sí, lo sé. Dejaste bien claro eso en las tuberías”
“¿Entonces por qué no paras, Potter? Deja de humillarte, búscate amor propio y déjame en paz” responde cortante Draco cruzándose de brazos.
“Porque” Harry parpadea un momento y suspira “No lo sé, solo sé que eres increíble y yo te lastimé y me siento muy mal”
“Entonces es eso. El niño dorado quiere dejar de sentirse mal. Te disculpo, ahora vete”
“¡No!” dice frustrado “No es solo eso. No lo hago por la culpa. Yo de verdad quiero ser tu amigo… tú amas demasiados a tus amigos y yo…”
Si Draco conociera bien a Potter, pensaría que el niño también quería ser amado por Draco.
No lo conoce, así que es estúpido.
“Potter, yo amo a mis amigos. Tienes razón. Punto para Gryffindor” decide ayudar a Potter en evitar el silencio.
Harry suspira y se abraza las piernas también.
“¿por qué eres así?” pregunta Potter.
“¿Cómo? ¿Fabuloso, increíblemente guapo y millonario? Nací así, Potter. Lamento que mi perfección te intimide”
“no” responde Harry rodando los ojos “Así… cuando tengo una idea de cómo eres, tú la cambias por completo. Cuando creo que no eres alguien horrible, haces llorar a Hermione y te alejas de ella justo el año en la que están petrificando a niños como ella” Draco le concede eso, Draco también hubiera desconfiado de alguien que se hubiera comportado así “Creo que eres amable y dices comentarios como esos. Creo que eres lin- Agh” se cubre la cara.
Draco alza una ceja. Rueda los ojos al ver que Potter no seguía con su discurso.
“Lo lamento Potter. Lamento que en tu cerebro de maní no comprendas que no puedes conocer todo de una persona, pero sí saber cómo es su esencia. Cambiamos, Potter. No todo es blanco y negro, cara rajada. Mientras tu sepas como es esa persona, no importa lo demás” siente la mirada de Potter sobre él y suspira “Cómo yo sé que eres una buena persona, aunque me hayas tratado mal. No te conozco, pero sé que saltarías al fuego para protegerme, porque eres una buena persona”
Potter lo mira por un largo tiempo.
“Creo que ahora sé cómo eres” dice el niño de oro del mundo mágico “Y creo que me gusta”
Draco se sonroja por esas palabras. Mira a Potter, pero él le está sonriendo.
“Sé que es tarde, pero no imposible. Me ganaré el derecho de ser tu amigo” dice confiado “Serás mi amigo, Draco Malfoy”
“Por favor, no me hagas eso” dice Draco rojo.
Potter no lo escucha, se para y le extiende la mano.
“Creo que la mejor manera es comenzar de cero. Hermione me dijo eso y tiene razón. Sin prejuicios, solo tú y yo”
Draco mira la mano extendida de Potter en silencio. Ya la había rechazado antes.
¿Debería hacerlo de nuevo?
“Bien” actúa sin pensarlo.
No, no iba a rechazarlo. Estaba cansado. Iba a ocultar sus sentimientos. Debía alejarse, pero también la posibilidad de conocer al real Harry Potter, podría dejar de sentirse así. Tal vez solo necesita desencantarse de Potter para dejar ir sus sentimientos. Iban a ser amigos. Draco nunca se ha enamorado de una persona que ve como amigo.
Bueno, solo se enamoró una vez.
“Soy Draco Malfoy” dice serio.
“Harry Potter” dice Potter con una sonrisa “Un gusto, Draco”
“Sí, como digas Potter” responde Draco en cambio.
Eso no hace que el niño dorado se desaliente. Teme por un momento al ver como ese brillo en esos ojos verdes se intensifica.
“Gracias por darme una oportunidad”
“No te estoy dando nada, vete” dice entre dientes Draco.
Potter se va casi saltando de la felicidad, pero parece pensar en algo mejor, porque lo siguiente que sabe Draco es que era jalado y subido a una escoba.
“Sujétate”
Draco se sujeta una vez más a Potter. Puede sentir el deja vu pegarle. El mundo se prendió en llamas nuevamente, pero no sentía miedo.
Nuevamente sintió la seguridad que su Harry le había dado en ese momento, pero esta vez era Potter. No importaba, volvía a sentirse seguro sobre una escoba.
Potter se encarga de llevarlos a los dos a donde estaba el resto.
“Me tenían preocupada” es Hermione quien ayuda a Draco a bajar.
“Hablamos” dice Potter orgulloso.
Draco rueda los ojos. Se va a tomar su escoba
“Vamos, Potter. Tengo una Snitch que ganar”
Perdió ese partido, pero en ningún momento el miedo regresó. En su cabeza solo estaba ese sentimiento de protección.
El día para ayudar en el jardín comenzó.
El plan era sencillo.
Draco pidió a su madre la mayor ayuda posible, así que su madre no dudó en llamar a todos los elfos disponibles de la mansión.
Blaise se sabía el encantamiento que su padre usaba para abrir la puerta, así que tenían que ir con cuidado. Millie se encargaría del drama para que su madre no notara la ausencia de dos de sus niños. Theo sería quien observaría a su madre y mandaría señales si ella intentaba alejarse del jardín a buscarlos. Potter y Luna en encargarían de llamar la atención de todos los elfos. Hermione era la que tenía que guiar la misión de plantar las flores, quedando descartada en el plan.
Si tenían que incendiar el jardín para que nadie se moviera del lugar, Millie se encargaría de hacerlo.
Así que así estaban todos en sus papeles. Draco y Blaise se movieron por toda la mansión rápidamente. Blaise abrió la puerta y el estómago de Draco se hundió al ver nuevamente ese lugar.
Donde su padre lo golpeó por primera vez.
Blaise lo jala para que entre.
Draco observa la pintura de sus padres y él cuando tenía cinco años. Eran una familia tan feliz y unida.
¿Qué les pasó?
“Draco, ahí está todo lo relacionado con magia oscura” apunta Blaise.
Draco está a punto de preguntar cual, pero Blaise mueve un objeto y el mueble que había apuntado de cambia rápidamente por un tipo de armario de puertas de cristal.
Podía sentir la magia negra ahí.
Draco avanzó. Abrió el mueble y se queda quieto al reconocer lo que más destacaba.
La varita de Bellatrix, su querida tía Bella.
No duda en agarrarla. Estaba tentado en romperla en dos.
Su padre lo notaría.
Su varita vibra. Draco la saca y por instinto pega la punta de su varita a la varita torcida. Deja que su magia fluya sobre el objeto y cuando siente que se acabó, aleja nuevamente su varita.
No sabe que pasó, pero confiaría en la varita.
“¿Qué hiciste?” pregunta Blaise.
Draco no responde. Deja el objeto en su lugar y sigue mirando.
Ahí, la agenda con el símbolo de la marca tenebrosa.
Draco la agarra. Está tentado a llevársela, pero nuevamente no puede.
La abre y rebusca en ella. Agradece que esté en orden alfabético y se va directo a la sección de los magos con el apellido con la inicial “B”
Regulus A. Black.
Era el único en esa lista. Frunce el ceño por eso.
Eso significaba que…
“Sirius Black no era un mortifago” dice Draco sin palabras “Blaise… lo hicimos”
¿Qué debía hacer con esa información?
No lo sabía, pero lo pensaría después.
“Vaya, lo han encerrado siendo inocente. Que idiota” dice Blaise sin dudar “No podemos llevarnos la agenda, lo notará”
Draco piensa lo mismo. Ya sabe cómo es la agenda, creará una réplica para cambiarla. Con Blaise podría entrar una vez más. Está a punto de cerrar el armario, pero observa entre las agendas algo empolvado.
Un diario parecido al de Riddle.
Su mente en automático le hace agarrar el objeto.
No hay magia así de pesada como con el anterior objeto, pero no lo tranquiliza.
Sopla el diario y las iniciales “R.A.B” se visualizan mejor. La abre y lee la primera hoja.
“Querido diario, no sé porque te estoy escribiendo. Si Sirius supiera, se reiría de mí como el tonto que es, pero eres un regalo de mamá y ella casi nunca me da regalos.
Soy Regulus A. Black, un placer. Tu nuevo dueño. Tengo ocho años…”
El diario de su tío fallecido.
“¿Sabes si mi padre notará la ausencia de este libro?” pregunta Draco a Blaise.
“No, realmente nunca abre ese armario, solo lo admira. Aunque una vez dijo que estaba esperando el día para abrirlo una vez más”
Draco asiente.
“Me lo quedo” dice serio.
Tanta información. Si su padre lo tenía, significaba que hallaría cosas de la guerra que le sirvan.
Ambos chicos salen del despacho asegurándose de que todo estuviera en su lugar original.
“Merlín, sí. Todas las vacaciones buscando esa jodida agenda. Al fin algo bueno” se alivia Draco caminando con el diario en su pecho.
“¿Todas las vacaciones? ¿No que comenzaste a buscarla hace solo semanas?” pregunta Blaise.
Draco se detiene. Gira a ver como Blaise comenzaba a encajar todo en su mente de Slytherin. Su corazón se detuvo.
“Tú… ¿solo quisiste reparar las cosas conmigo porque sabías que tú padre me daba clases en su despacho? Claro, solo me hablaste después de que mi padrino mencionara las clases en el desayuno… que idiota”
“Blaise. No ¿por qué piensas eso?” intenta ocultar sus emociones “jamás haría algo así”
“Draco, crecimos juntos. No solo Pansy sabe cuándo mientes… ¿por qué no lo pensé?” Blaise retrocede y se apoya a la pared “Era más que obvio”
“Sí quiero reparar las cosas. Realmente no me amisté contigo con dobles intenciones. Blaise, créeme”
“Somos Slytherin, Draco. ¿Qué quiere que te diga?”
Draco intenta acercarse, pero Blaise se aleja.
“Así que vete a la mierda. Tú y tus amigos perfectos. Si solo querías usarme así, lo hubieras dicho en vez de jugar con mis sentimientos ¿Quién más sabe de esto? ¿Millicent?” hace una pausa para mirarse lastimado “¿Theo? Por supuesto que sabe. Está tan desesperado en tener una oportunidad contigo que no dudaría en traicionarme así. Ya lo hice siguiéndote todo un año y no hablándome. Váyanse a la mierda”
“Blaise, por favor” suplica Draco.
“No te preocupes. No le diré a nadie tu sucio secreto de que eres un pésimo hijo, pero no me culpes si tu padre desea reemplazarte conmigo. No dudaré en quitarte eso, porque es lo único que no aprecias realmente. Tienes un padre brillante, pero por ir detrás de gentuza no lo notas”
Draco siente temor.
No.
“No me hagas esto. Por favor, hablemos. Blaise” suplica “Puedo repararlo. Déjame repararlo”
“Púdrete, Draco Malfoy. Tú y tu gente. Pero no coy como tú, así que duerme tranquilo. Nada saldrá de mi boca. No quiero que con esa mente horrible planees silenciarme. Suerte en tu vida, porque no quiero ser parte de ella”
“Blaise, Blaise” intenta acercarse, pero Blaise le lanza un hechizo y cae de rodillas.
Draco se siente la peor persona del mundo.
Va a su cuarto, guarda el diario de Regulus. Se limpia las lágrimas y regresa al jardín, donde todos intentaban apagar un incendio en crecimiento.
Fingió que todo estaba bien.
“¿Lograste encontrar la agenda?” pregunta Theo por todos cuando están nuevamente solos, porque su madre estaba ocupada observando su jardín levemente quemado con dolor.
Draco mira sus manos. Mira la marca permanente y derrama una lagrima, haciendo que todos se callaran.
“No quiero hablar de ninguna agenda” dice con la voz rota.
Sus amigos no lo cuestionan. Potter no lo cuestiona. Todos en cambio lo miran sin comprender. Luna es la primera en abrazarlo fuerte.
“No importa, nos dirás cuando estés listo” dice ella por todos.
Draco la sostiene fuerte. Theo se une, Millie le sigue y luego se une Hermione.
Draco dejade sentirse miserable entre todos esos brazos. Abre los ojos para ver a Potter apartado mirando la escena con anhelo.
No eran amigos, pero por un momento cree ver a Blaise así… solo que en la sala común mientras sus serpientes, su águila y él se preparan en su pequeño fuerte.
Y vuelve a doler.
Siempre va a doler.