
Charlas Francas
1. CHARLAS FRANCAS
Draco regresa a su hogar luego de un año difícil. El calor de las protecciones son un buen recordatorio que seguiría siendo bien recibido en esa mansión. Su madre había dado su palabra y aunque no era la misma confianza, Draco creía en ella. Su madre jamás le mentiría con eso.
“Ven, Draco” dice su madre “Vayamos al jardín”
Draco se dio cuenta que ella no quería estar dentro de la mansión. Era demasiado extraño, pero daba igual.
La magia de Nixie le hizo girar. La elfina lo observaba esperando que le dé su baúl.
No Dobby nunca más.
“Nixie será tu nueva elfina” aclara su madre “Alguien en quien confiar como Dobby. Si no le reclamaste a tu amigo Harry Potter por liberar a tu elfo, creo que está bien darte otro” explica con cariño.
“Dobby era mi amigo y quería ser libre” explica Draco “Gracias Nixie, está pesado el baúl, ten cuidado” le advierte a la elfina, quien chilla sonrojada antes de asentir.
“¿Amigo?” dice Narcissa totalmente sorprendida.
“Dobby es mi amigo, madre. No importa si es un elfo domestico o si fuera un troll, sigue siendo la persona que me cuidó durante años y ahora es libre de hacer lo que quiera y estoy feliz. Jamás le reclamaría algo a Potter si eso significa que le dio felicidad a mi amigo” dice directo.
Iba a dejar en claro eso desde ahora. Sus amigos también importaban.
“Por supuesto” dice Narcissa incomoda, pero guardándose sus opiniones “Dobby es tu amigo, está bien. Todo lo que te haga feliz” dice como si también se lo dijera a sí misma.
Draco solo asiente. No le pediría cambiar de la noche a la mañana a su madre. Él sabía que iba a ser difícil para ella. No fue como con Draco teniendo que ver como torturaban a nacidos de muggles para darse cuenta que son personas como él. Sienten y lloran como cualquiera.
Ella podría ver la luz antes de vivir la segunda guerra. Draco dejaría en claro de qué lado estaba.
Madre e hijo llegan a los jardines. Draco nota que una gran parte de las flores aún no estaban repuestas como creyó que estaría.
“¿Qué pasó? Pensé que plantarías rosas nuevas cuando me fuera” dice sorprendido.
Narcissa solo suspira. Se sienta en una de los asientos y se apoya en las mesas.
“Dragón, sé que no te debería decir esto porque son problemas que los niños no deben de saber, pero te darás cuenta y será más difícil si no te lo digo directamente”
Draco se acerca a ella. Toma asiento y la observa tomar valor.
“Tu padre… no estamos bien. Desde que supe que te estaba lastimando, yo… pensé que cambiaría por nosotros, pero está tan convencido que lo que está haciendo es lo correcto… lo siento tanto Draco. Él te quiere enviar a Durmstrang” dice mirando a su hijo “Pero me dejó a mí preguntarte lo que deseas. Podríamos irnos a Francia, que estudies en Beauxbatons y alejarnos de todo esto hasta que tu padre gane lo que tenga que ganar”
Draco no podía creer lo que escuchaba. Se levanta de la mesa y mira a su madre directamente a los ojos.
“Padre no ganará nada. Él perderá y seré su única salvación porque estaré en el lado ganador” dice serio.
“Cariño, sé perfectamente que crees eso y ya no te diré como pensar, pero estamos hablando del señor Tenebroso y un niño”
“Ese niño, Madre, tiene detrás suyo al supuesto mago mas poderosa de la época, tiene a Albus Dumbledore, dicho mago que se encargara de que el bien común sea quien salga victorioso” contradice a su madre sin dudar ni un segundo “Y no solo es Potter de quien hablamos. Mis amigos, todos ellos estarán del lado del bien porque ese es el camino correcto y ese señor oscuro que mencionas fue derrotado ya una vez y peor aún, por un simple bebe”
“¿Hablas de Theodore? ¿Millicent? El padre de Theodore está en el lado de tu padre y los padres de Millicent también” no parece molesta al decir eso, solo trata de entender a su hijo, como dijo que haría.
“Hablo de Hermione Granger, Luna Lovegood y Ronald Weasley” golpea el puño contra la mesa, estaba completamente molesto “Ellos, madre, son mis amigos también y lucharan al lado de Potter. No puedo simplemente irme y tampoco dejaré a padre solo cuando claramente pierda. Debo de estar aquí, luchando una guerra”
“No debes. No vas a luchar ninguna guerra” dice Narcissa seria “Solo eres un niño, Draco. No vas a luchar contra nada, para eso están las madres para proteger a sus hijos”
“¡MADRE, LA MAYORIA DE MIS AMIGOS NO TIENEN UNA MADRE QUE LOS PROTEJA!” grita Draco, haciendo saltar a Narcissa “Así que no, no huiré y luchare en una guerra en el maldito bando del mismísimo niño que vivió y te guste o no, Padre necesitara que alguien evite que su pomposo y orgulloso cuello acabe en Azkaban cuando todo esto se vaya a la mierda y teniendo en cuenta nuestro apellido y fama, la única persona capaz de eso, SERE YO, porque los amo, porque los amo demasiado para vivir una guerra (una guerra más, susurro aquella voz rastrera al fondo de su mente) y salvarlos. Y no importa si mis creencias no son sus creencias, los amo y los aceptare porque también quiero que acepten que yo peleare en su momento no con el bando oscuro, si no con el bando de la luz, así que solo espera el momento madre y lo veras, veras que cuando el infierno se abra paso en nuestras vidas, la única mano amiga no será solo la mía, si no la de todos mis amigos por protegerlos a ustedes que son el corazón de mi vida” Narcissa se queda callada, Draco se sienta y se cubre la cara y todo es como si una represa se hubiera abierto en estos momentos dejando solo los estragos después de la fuerza que la impulsa a romperse y deja todo muerto.
“Madre, dices que me dejarás hacer lo que crea correcto y me apoyarás” murmura alto “Esto es en lo que yo creo. Esto es lo que quiero ser. Un héroe”
Así, todo lo malo que hice será olvidado. Siendo alguien como Hermione y luchar en la guerra tal vez me hagan alguien bueno. Tal vez deje de odiarme así.
“Solo eres un niño” repite Narcissa “Bien, nos quedaremos, pero no estarás solo. Si tienes que luchar en una guerra, también lucharé a tu lado”
En ese momento en lo único que puede pensar Draco es en abrazar a su madre y en lo agradecido que se sentía, pero aun así con todo eso, aun no se podía sentir tranquilo. Pues las creencias de su madre no son genuinas al inclinarse al lado del bien, así como lo están las de Draco. Ella… Ella simplemente esta acá porque Draco lo estaba, pero, ¿eso no era mejor a que estuviera al lado de su padre? ¿al lado de todos eso mortifagos a los que en un futuro él tendrá que enfrentarse? No, definitivamente debía aceptar lo poco que tenía.
“Gracias” es lo único que dice.
Narcissa mira a su hijo y suspira.
“¿Cómo te fue en tus últimos días?” intenta preguntar. Desvía el tema para evitar ver un hecho claro.
Estarían yendo en contra de Lucius.
Y eso es algo que ni el, ni ella pueden permitirse aún, no ahora, pero si en algún momento.
Draco no responde la pregunta. Si abría la boca, seguiría discutiendo con su madre. No valía la pena eso.
Narcissa se siente fatal. Mira a su jardín y suspira al ver la falta de flores, parpadeando para darse una idea.
“¿te acuerdas cuando eras niño y me ayudabas a elegir las flores?” intenta mirar a su hijo.
“Sí, ninguna de mis elecciones terminaba siendo plantada” dice sin pensar, antes de morderse el labio y suspirar “Pero no importaba, porque podía pasar el tiempo contigo eligiendo en los catálogos de flores mientras padre estaba fuera de la mansión” intenta ver los recuerdos buenos.
Narcissa sonríe al recordar eso también.
“Solías intentar plantar flores del pensamiento todo el tiempo. Siempre creí que la señorita Pansy y tú serían como Lucius y yo. No tendrías que pasar por un matrimonio forzado” comenta recordando el pasado antes de Hogwarts.
Draco hace una mueca. Él quería plantar esas flores porque Pansy siempre fue su amiga especial. Su única confidente en su vida pasada. La única que lo había querido siendo así de cretino. No había amor romántico de ninguna manera.
“Podríamos plantar flores de Narcisos blancos, Alpiste cinta, prímula sieboldii azul, agrimonia velluda de china, flores del pensamiento y lirios rojos ” dice recordando las flores de nacimiento de sus amigos y la flor de la madre de Potter.
Podían llamarlo cursi por escoger flores que tuvieran una relación con sus amigos y Potter, pero estaba tan agradecido con todos por el momento que no podía simplemente ignorar sus deseos de tener algo de ellos en el jardín de su hogar.
“Son plantas muy particulares” dice impresionada su madre por sus conocimientos.
Draco parpadea. Recuerda que esos conocimientos de flores de nacimiento se lo dieron Pansy al ser algo que provenía de Asia. La niña siempre comentando lo romántico que sería que, si algún día se casara, la pareja de Draco llevara la flor de nacimiento del mago rubio casi albino.
Draco discretamente se había ilusionado con la idea.
“Luna, siempre tan interesada en aprender cosas. Toda una Ravenclaw. Encontró un libro sobre flores de nacimiento coreano y lo leímos juntos”
Narcissa asiente.
“Bien, pediré a los elfos que las consigan y tú eliges donde las van a plantar” comenta con calidez.
Draco frunce el ceño.
“¿Podríamos plantarlos a mano?” pregunta.
Su madre parece escandalizarse por eso. Protectoramente lleva sus manos a su pecho y niega.
No se siente decepcionado, solo está triste ver cuanto tenía su madre por trabajar para ver el mundo como lo hace Draco.
“Cariño, creo que no me siento cómoda con eso” intenta justificarse Narcissa.
“Sí, lo siento ¿qué tal si invito a mis amigos a hacer el trabajo duro? Sería bueno que Luna conociera la mansión, porque cuando sea Lord ella será mi Lady. Digo, no es como que exista una bruja con la que quiera casarme” comenta más para sí mismo.
Idiota.
Draco deja de hablar al notar que dijo otra vez algo demás.
La homosexualidad en la comunidad mágica era recibida con naturalidad, pero no era lo común de ver. Además, nunca había existido un Malfoy heredero que sea abiertamente homosexual. Draco no le molestaría ser el primero, pero aún no estaba listo para salir del closet con su madre.
Bueno, estaba el rumor de la carta de Theo, pero sus padres nunca dijeron nada al respecto.
De todas maneras, seguiría siendo el hijo heterosexual por el momento. Fácil.
“Oh, cariño. No te sientas mal. Eres joven, Encontraremos a la candidata adecuada”
Encontraremos.
Draco notó que su madre se incluía en esa decisión tan personal. No podía molestarse, así era como criaron a su madre. Que los padres se metieran en las elecciones de los hijos era parte de la educación purista.
“Sí, adecuada” murmura.
“¿A quiénes invitarás? Para ir preparando las habitaciones”
Draco comienza a emocionarse. Sus chicas visitarían su hogar.
“Millie, ya quiero ver su cara cuando vea el campo de Quidditch. Como voy a disfrutar verla suplicar para quedarse solo por el campo” comienza a frotarse las manos fingiendo pensar planes malvados.
Su madre ríe. Esas risas son como un bálsamo para el corazón de Draco. Pequeños recordatorios de que nada estaba realmente perdido con ella.
“Luna. No hay duda de que quiero a Luna” añade con una sonrisa.
“¿También Theo?” pregunta su madre curiosa.
Draco se imagina a Theo y Hermione peleando por los mejores libros de la biblioteca o debatiendo con buenos argumentos temas controversiales… pero no quería a Theo. Sí, lo apreciaba como un amigo al igual que con Blaise, pero no era así de intenso que como se sentía con Millie y Hermione.
“No, él no” dice “Solo quiero a mis mejores amigas”
Su madre frunce el ceño por eso.
“Pensé que con el joven Theo podrían investigar sobre la manera de plantar de manera muggle. Siempre fue un niño muy inteligente”
“No, ya tengo a mi maestra estrella” dice emocionado Draco “Bueno, aunque Longbottom la superó en Herbología” piensa sobre ese mago rubio.
Sería interesante también relacionarse con el pequeño león. Otro héroe de guerra y el asesino de Nagini.
“¿Longbottom? ¿Hablas del pequeño Neville Longbottom?” pregunta su madre.
Draco sonríe recordando a ese pequeño mago que pidió su ayuda. Alguien que a pesar de su casa no dudó en pedir su ayuda a falta de una Hermione Granger para guiarlo.
“Sí, me agrada” comenta simple “Pero acá necesitamos a la futura mejor bruja de todas, Mione” aplaude “Invitaré a Hermione, madre. Amará la biblioteca, explorar y leer sobre plantas. Ama tanto aprender que, si no fuera porque le falta creatividad, sería una digna Ravenclaw”
Su madre parece incomoda por como su hijo se expresa de la bruja.
“Cariño, dime la verdad ¿no hay nada entre ustedes? ¿Qué hay de Millicent? Ella también es bonita y más…” se queda callada.
Draco deja de sentirse cómodo una vez más.
“No, madre. Ambas son como hermanas” dice serio “Sabrás cuando esté enamorado” dice simple.
Si todos se dieron cuenta que tenía sentimientos por Potter, solo era cuestión de tiempo que su madre lo notara.
Adiós imagen de hijo heterosexual, hola imagen de hijo bisexual.
“Lo siento, mi error” se disculpa Narcissa “Es solo que hablas tan bien de esa bruja”
“Madre, la amo, pero no de esa manera ¿bien?” responde cansado.
“Sí, ahora lo veo” asiente la bruja con alegría de conocer una nueva faceta de su hijo.
“Sí, creo que ellos son todos” retoma el hilo principal.
Nada de Ronald, Theo y Potter. Solo sus chicas y él explorando la mansión.
“Perfecto, arreglaré todo” comenta su madre, sonriéndole a su hijo con cariño.
Draco respiró la tranquilidad del jardín Malfoy. Esperaba que el resto del año sea así.
Draco Lucius Malfoy Black:
¡¿CÓMO PUDISTE?! ¡¿Con qué huevos me escribes luego de ignorarme todo un año?!
¡¡Pensé por un momento que tus padres te mataron o te moriste como el pequeño mocoso dramático que tengo de primo!!
¡¿Cómo te atreves a romper una promesa de meñique?!
¡Vergüenza sobre ti! ¡Vergüenza sobre tu familia! ¡Vergüenza sobre tu gata!
Por Dios, Draco Malfoy ¿Qué clase de heredero eres? ¡Rompiste un trato! Ya vi la fortuna Malfoy cayendo en picada.
Hablando más en serio, por favor no vuelvas a callar algo así. Mi madre dijo algo parecido y que te dejara resolver tus problemas solo, pero no lo veo correcto. Nunca entenderé a los Slytherin y su forma de pensar. Si necesitas algo, cualquier cosa… somos primos y soy ahora un adulto. Te puedo ayudar.
Ahora, el chantaje :D
No, estoy completamente molesta con mi pequeño primo. Creo que la única manera de perdonarte es si tú le escribes a mi madre. Ella deseaba tanto hablarte el año pasado. Si quieres mi perdón, haz eso.
Lo tienes sencillo. Si fuera por mí, te llevaría a conocer el mundo muggle como castigo. El pobre bebé sangre pura no sobreviviría solo en el metro de Londres en hora punta. Morirías o matarías por no respetar tu espacio personal.
Espero que esto no vuelva a pasar o me tendrás en tu puerta con mi traje de auror que robé a algunas personas del servicio de lavado para asustar a tus estirados padres.
Con amor,
La bellísima Tonks.
Draco solo suspira mirando la carta.
¿Escribirle a la tía Andrómeda?
Por supuesto que no, pero quería.
¿Qué le diría?
Draco consideró simplemente vivir una vida con una prima molesta. Sus hijos se encargarían de endulzar la amargura de Dora.
Pero ella no iba a vivir una larga vida. Como él tampoco la viviría si hubiera seguido queriendo obedecer a su padre.
Sí el cambio eso, la muerte de Dora también sería cambiada. No permitiría que su prima dejara de brillar encantadoramente.
Se quedó observando el pergamino vacío sin tener una idea.
Libra saltó a su mesita y comenzó a jugar con la pluma que antes estaba usando. Draco la observó jugar.
“¿Qué hago, Libra?” pregunta.
La gata solo lo mira y maúlla. Vuelve a prestar atención a la pluma blanca.
“¿Por qué me cuesta?” se pregunta a él mismo.
Suspira y decide dejar eso para después como muchos de sus problemas. Disfrutaría sus vacaciones luego de un año terrible y agobiante. Sería un adolescente de trece mientras pudiera. Elegiría ser egoísta o se volvería loco como su lado Black.
Las palabras de su abuelo Abraxas sobre ser el mismo. Iba a serlo.
Hablando de los Black. Este año su tío Sirius se iba a escapar para intentar cazar a Potter. Tendría que lidiar con eso porque Potter sería capaz de meterse con un montón de dementores si lo dejaba ir solo. No iba a permitir que el responsable de acabar con el imbécil sin nariz muera. Draco se encargaría de matarlo antes de que algo o alguien lo hiciera.
“Nixie” llama en voz alta.
“¿Si, amito Draco? ¿En qué puede ayudar Nixie?” aparece la elfina con una dulzura que le recordaba a su águila favorita.
“Dile a madre que no bajaré a cenar” comenta “Tomé demasiado té, me quedaré a revisar mis pertenencias”
“Nixie le dirá a la ama Narcissa” asiente Nixie obediente.
“Gracias, Nixie”
La elfina lo mira sorprendida. Se sonroja feliz y desaparece.
Draco mira su baúl vacío.
Era tan extraño. Terminar un año de tanto estrés para abrazar la tranquilidad era peculiar, demasiado para su gusto.
Draco caminó al cuaderno que el anciano usaba para comunicarse. Quiere gritar cuando mira frases nuevas.
¿Cómo no lo notó? ¿Aparecieron ahí cuando fue petrificado?
“Si ese viejo me pide que deje a Hermione sola” murmura enojado “Quemaré el maldito libro”
La letra dorada parece brillar, como si hubiera entendido las palabras de Draco. El niño solo bufa molesto.
No hables con Sirius Black.
Eso era sencillo para Draco, no necesitaba contactarse con esa parte de su familia que fue repudiada. No porque no formara parte del árbol Black, sino por tratar de matar a Potter. Solo Draco y Voldemort tenían ese derecho de amenazar la vida del niño que vivió.
Además, no habría tiempo para hablar mientras Draco lo esté enterrando.
No uses un giratiempo para ayudar a Sirius Black.
Bien, eso era ridículo. ¿De dónde sacaría un jodido giratiempo?
Solo dos oraciones y ambas comenzaban con no. Se sentía un niño pequeño al que le prohíben saltar en la cama porque se iba a caer.
Maldito anciano con calvicie y dudosa limpieza.
Libra se acurruca a su lado. Draco la acaricia y deja que le muerda los dedos mientras piensa en el giratiempo. No podía comprender realmente que pasaba en la cabeza de aquel anciano, pero eran cosas sencillas de hacer. Podría vivir fácilmente sin hacer ninguna de esas dos cosas. Solo hablaría con Sirius si este se presentara directamente para matar a Potter, porque Hermione claramente estaría cerca de aquel cuatro ojos con cicatriz. Lo único que le diría era que haga su maldito testamento porque moriría si se atrevía a tocar a Potter.
No podía simplemente dejarlo sin un escudo protector cuando su padre la jodiera al regresar a las tropas de Riddle.
“Sí, este será un año tranquilo” termina por decir aliviado “Solo tendré que cuidar a Mione”
Todo estaría bien.
Draco no podía dormir. El mensaje en el libro le dejó pensando en Black. Más de lo esperado o para su gusto. Trató de cerrar los ojos un par de veces, pero la noticia del cuerpo de Black siendo encontrado en quinto año junto a la noticia de Voldemort reviviendo no lo dejaban en paz.
¿Realmente era malvado?
¿Por qué estaba buscando a Potter?
Draco recordaba perfectamente el día previo a Samhain, llamado Halloween para los muggles. Black había logrado burlar a los dementores y colarse en el castillo llegando hasta la torre de Gryffindor. Pansy tuvo que abrazarlos toda la noche porque estaba aterrado. Ahora, podía entender que no estaba aterrado por su seguridad, sino la de Harry.
Sí, por razones como esa era incapaz de odiar a Pansy. Ella en su otra vida fue su pilar para no caer en la locura.
“Libra” llama a su mascota.
La gata que ahora había alcanzado todo su tamaño para convertirse en una bella gata negra de ojos verdes y muy peludita maulló para ir con el mago y acurrucarse bajo su brazo. Comenzó a ronronear, devolviéndole la calma a Draco.
No se arrepentía para nada haber comprado a su bella Libra Malfoy. No sabe cuántas veces sus ronroneos calmaron su ansiedad.
Retomando lo de Black. No entendía.
Pero iba a hacerlo.
Su abuelo tenía razón. Los sangre puras tenían la costumbre de tener agendas con los nombres de sus aliados. Su padre, aunque sea una estupidez, seguramente tenía apuntado y bien escondido una agenda con todos los mortifagos de la primera guerra.
Debía encontrar esa agenda. Eso sería una gran ventaja estratégica para cuando iniciara la guerra. Existía la posibilidad de que aquellos que no fueron descubiertos sean un problema.
Debían de tener todas las herramientas.
“Sí, creo que robar a mi padre será mi gran travesura” intenta bromear y calmar el horror que sentía al hacer eso.
No podía dudar. Era un Slytherin y haría todo para ganar, aunque eso implicara hacer algo tan bajo como robar. La victoria iba a ser satisfactoria.
Las cartas a sus amigos son enviadas por la mañana temprano. Narcissa le ayuda a poner la cera para sellar cada carta con el escudo Malfoy.
Ella lucía triste. Draco temió preguntar, porque sentía que tenía que ver con su padre.
“Draco, ni un día más” rompe el silencio Narcissa “Se quedarán siete días, ni un día más. Tu padre estará viajando por negocios”
Draco entiende. Su madre logró convencer a su padre de irse antes de armar una escena. Le dolió pensar en que su madre se estaba peleando con su padre, el amor de su vida, por él. Él, si fuera padre, haría lo mismo, pero la culpa estaba ahí.
¿Qué debía hacer?
Piensa en Andromeda. Su tía había huido de su familia. Vivió los últimos años cosas completamente extrañas para Draco. Si ella siendo una Black llevaba una vida feliz, podría acudir a pedir ayuda.
Estaba desesperado.
Agarró un pergamino en blanco, lo dobló y lo puso en su bolsillo. Escribiría la carta cuando su madre no estuviera.
“Blaise vendrá la primera semana de Julio” su madre le saca de sus pensamientos “Tiempo suficiente para que te visiten tus amigos. Me gustaría que te quedaras a ayudar a Blaise a adaptarse” pide mirándolo con cariño.
Blaise. Él ahora estaba en un albergue de niños huérfanos mágicos. Todas las cuentas de su tía Bel habían sido congeladas, mientras investigaban el resto de las muertes de sus anteriores maridos. La fortuna que obtuvo del último había sido devuelta a siguiente heredero de dicha familia sangre pura. Su amigo prácticamente no tenía absolutamente nada.
Como estaría Draco si su madre no lo amara tanto.
“Sí, no pensaba dejarlo solo” dice serio “Adoro cuidar a mis amigos” aclara. Su madre solo sonríe ya conociendo esa faceta.
Millie, Hermione y Theo. Sus amigos. Luna era su prima, no la contaba por ese motivo.
Ronald y Potter eran un caso totalmente aparte. Con el pelirrojo había cariño, pero simplemente Draco también estaba resentido por ser parte de los dedos que lo apuntaron como el heredero. Potter… sí, no había nada que hacer. Estaba herido.
Demasiado.
Podía ver ahora claramente las diferencias entre su Harry y Potter. Uno había ido en contra del mundo mágico para cuidar a su familia, el otro arruinó su plan principal de volverse su amigo para bañarse en la futura gloria como Hermione y Ronald hicieron.
Era un Slytherin, no estaba en su naturaleza aceptar sus fracasos.
Además, Potter había herido su orgullo al rechazarlo por segunda vez. Había picado en esa herida por haber sido una persona horrible en su antigua vida en Hogwarts. Sí, no se pondría a lloriquear por eso, pero no significaba que no le afectaba.
No se podía perdonar haber sido un abusivo, por eso defendió a Hermione en primer año cuando el par de trols la hirieron diciendo que nadie la querría por ser una sabelotodo (bueno, no fue exactamente así, pero la esencia estaba) Por eso protegía tanto a Luna y Millie. Por eso explotó con Pansy en el primer entrenamiento de Quidditch cuando dijo esas mismas palabras que él dijo en su anterior vida en ese mismo momento y lugar. No podía cambiar el pasado, por eso estaba tan desesperado en pagar sus pecados.
Por eso, estaba todavía más enojado. Podría estar enamorado de Harry Potter, pero simplemente no podía olvidar.
El camino iba a ser largo. Draco no podía darse el lujo de estar peleado con Potter todos estos años que le quedaba. Debía darle una oportunidad. No por él, por sus padres. Ser amigo de Potter debía ser su prioridad.
Además, debía superar su enamoramiento. Tal vez viéndolo como un amigo, olvide sus sentimientos.
Iba a hacerlo.
“Hijo” la voz de su madre lo sacó de la ensoñación “¿En qué tanto piensas?” pregunta preocupada.
“Potter” dice sin pensar, como si quisiera una excusa para hablar de él.
“¿Qué hay con tu amigo Potter?” pregunta su madre tratando de ser el adulto que Draco necesitaba.
Pero no era así.
Draco no podía confiar en su madre. La amaba, pero simplemente esa calidez que siempre sintió por su madre. Esa confianza absoluta… estaba rota.
En el futuro se repararía, Draco estaba seguro.
“Nada, son cosas absurdas” toma un sorbo para darle tiempo a pensar delicadamente sus problemas “Tiene que ver con Hermione” decide usar a su leona como protección.
Su madre hace una mueca y decide cambiar el hilo de la conversación. Draco se sintió todavía más derrotado al ver ese comportamiento en su madre. Estaba intentándolo, pero no como Draco deseaba.
Pero era mucho mejor que la situación de su padre.
Dolía
Extrañaba a sus amigos. Ellos hubieran hecho que dejara de doler demasiado.
Draco trata de explorar por la mansión mientras esperaba que llegara el día en el que vinieran sus amigas. Intenta ir por los lugares más obvios para esconder una agenda. Era estúpido, pero no podía dejar ningún lugar por revisar. Regla básica para encontrar cosas.
Primero comenzó con los lugares más polvorientos de la biblioteca. Solo encontró las agendas de su abuelo Abraxas, el cual tenía varias direcciones de exportadores de vino y whiskey de fuego, lo cual interesaría a Draco si no tuvieran ya demasiadas décadas que hicieran dudosas las posibilidades. ¡Ah! Y tenía trece años. Le faltaba dos años para que el consumo de alcohol deje de ser un escándalo y sea más una etapa de rebeldía adolescente.
Sí, podía esperar a tener su primera borrachera. En ese tiempo ya Voldemort se alzaría, más motivos para llevar al niño que vivió una botella de whiskey de fuego. Sería interesante ver que cosas extrañas haría Harry Potter de quince años.
Hermione los mataría, pero valdría la pena si sacara material de chantaje a Ronald o al mismísimo Harry Potter estando borrachos. Sí, era perfecto.
Pensando en Voldemort, ¿cómo carajo es que había obtenido un cuerpo? ¿cómo funcionaba el mecanismo de los horrocruxes?
Se sentía enfermo pensando en cómo Voldemort pudo haber dejado el mundo de los espíritus para tener un cuerpo físico. Nunca preguntó realmente a Potter que pasó con Quirrell. Solo se sintió satisfecho de que lo haya acabado como en la versión original y nada más.
Siguió en su búsqueda, dejando de lado otra cosa que debía de leer. A este punto estaba harto, cansado y muchas cosas más que le provocaban meterse a su cama, pero debía de seguir.
Una guerra no se ganaba sin luchar.
Comenzó a revisar los libros, con la esperanza de que alguno tenga una tapa falsa. Comenzó con las secciones de libros más pequeños y que su forma se asemejaba a las agendas comunes entre magos de su estatus social.
No había nada.
Pensó en usar su habilidad y buscar los libros que tengan la magia de su padre más impregnada, pero no encontró nada. Parecía que su padre no había pisado el lugar por demasiado tiempo como para que quedara algún rastro mágico. Hasta la magia de Dobby se sentía en pequeñas cantidades. Eso deprimió a Draco.
¿Dobby sobrevivió a la primera guerra? Si era así, esperaba poder contratarlo cuando todo acabe y necesiten limpiar la mansión.
Sí, quería a ese elfo como el niñero bien pagado de sus hijos, si es que tenía algunos.
“¿Por qué necesitan tantos libros de romance?” gruñe al ver otra novela de amor.
“Porque tu madre aun le gusta ese tipo de lecturas, gracias por apreciar mis gustos, cariño” murmura Narcissa con una sonrisa mirando a su hijo rodeado de libros que lo único que tenían diferente eran las portadas, porque en tamaño y la cantidad de hojas eran casi idénticas “Veo que nuevamente estás obsesionado con la lectura, ¿Estás seguro que no te ofrecieron ir a Ravenclaw?” pregunta la bruja con cariño.
Draco sonríe por eso. Era ridículo. No tenía la creatividad o la sed de curiosidad de un águila. Él solo tenía una meta con toda esa lectura y era una jodida agenda con todos los mortifagos que pueda saber sus identidades. Si leía, era porque el conocimiento es poder y el poder asegura una victoria sobre tus enemigos.
“Madre, sangro verde y plateado. Nada de azul. Merlín se salve de tenerme en Ravenclaw” piensa burlón.
Sería una cosa sedienta de conocimiento. Se veía siendo más irritante que Hermione si fuera de esa casa. Una curiosidad que lo metería en aún más problemas de los que ya tenía. No, ya suficientes problemas tenían.
Era mejor así. Ser una serpiente protectora.
“Claro dragón” murmura su madre “¿Quieres ir a tomar el sol mientras comemos pastelillos en casa de la señora Crabbe?” pregunta amable.
Draco había olvidado que era natural en su madre llevarlo a esas fiestas de té. De cierta manera que nuevamente le extienda esa invitación le provocó un despertar de recuerdos dulces cuando tenía trece y pasaba sus veranos en casa de alguna de sus serpientes escuchando los chismes de alta sociedad o dirigiéndolos como el príncipe de las serpientes que fue.
Ahora no era un príncipe al que deban de obedecer.
“Sí, ¿por qué no?” dice, solo queriendo pasar tiempo con su madre.
Que nuevamente su madre lo invite a esas fiestas era solo una prueba más de que Narcissa iba a cambiar. Que ella lo iba a aceptar así, aunque todos estuvieran hablando mal de Draco a sus espaldas. Ella lo sacaría demostrando que no se avergonzaba de su hijo con antes.
Draco iba a ayudarla en eso acompañándola.
“Bien, te espero en dos horas. Ponte muy guapo, Dragón”
Draco con un hechizo acomoda todo. Eso le hace recordar como su varita dejó de funcionar.
Lamentablemente, no podía hacer nada. Toda su magia dependía de ella y era molesto. Demasiado.
Querida tía Andrómeda Tonks:
Esta carta es dirigida a su persona, por parte del heredero de las sagradas casas Malfoy y Black y su sobrino.
Me presento. Soy Draco Malfoy. Un Slytherin de trece años. Futuro Lord Malfoy y Black. Primo menor de su hija.
Espero poder contar con su cariño en el futuro. Apreciaría tener una buena relación con esta parte de mi familia.
La familia nunca se abandona.
También, consejos para entender una parte de mí que no puedo negar. ¿Qué es amar realmente para un Black? Apreciaría tener más de un punto de vista, si no le molesta. Además, consejos para cómo sobrevivir en una familia sangre pura, porque creo que lo necesito.
Espero una respuesta positiva.
Con Amor.
Draco L. Malfoy.
Llegan a la mansión de los Crabbe’s a la hora acordada. Draco usaba un conjunto de la moda de los sangre pura para su edad. Estaba comenzando la etapa de la adolescencia, debía ir acorde a su edad.
Comenzar con la edad de la famosa punzada. Hormonas, baja autoestima y muchos sentimientos asfixiantes apartes de los problemas que ya cargaba. Magnifico.
Sí, eso era parte del crecimiento. Joder, existir siempre fue así de difícil.
Draco se queda callado al ver a Daphne, Pansy y Astoria.
Era verdad, Astoria Greengrass iba a comenzar su vida escolar en Hogwarts este año. Era demasiado extraño verla ser tan pequeña, cuando la recordaba siendo la bruja más paciente y madura del grupo después de Pansy. Ella no había alcanzado a estar en el mismo nivel de importancia en el corazón de Draco solo porque no hubo demasiado tiempo con ella. Si hubieran tenido un poco más de tiempo, tal vez en estos momentos su corazón estuviera latiendo y pidiendo a gritos hablarle como pasó con Pansy.
Sí, era confuso como sus sentimientos solían desbordarse por algunos y no por otros. Un gran ejemplo era Theo. Lo quería como un amigo, pero no lo amaba como a Hermione o Millie.
¿Acaso ser gay tenía algo que ver?
Sí, tal vez solo podía amar así a la persona que quiere como pareja, después de todo con Harry eran así de asfixiantes sus emociones.
“Draco” saluda Daphne, ya que Pansy parecía insegura en acercarse.
“Ve, cariño” dice Narcissa en modo de orden.
Haz amigos sangre puras.
Draco asintió incomodo. De todas formas, iba a acercarse.
Draco se acerca y nota a Greg y Vincent de fondo comer galletas. ¿También comenzaría a tratar con ellos? Era extraño como la distancia que tuvo con ellos ni siquiera le afecto ahora que lo notaba. Vivió tantos años con ellos como sombra que no tenerlos debió de haber hecho un impacto en su vida, pero no fue así.
Triste. Muy triste.
“Señoritas” saluda en general, haciendo una reverencia.
La pequeña Astoria suspiró encantada por eso.
Oh, era verdad. También Astoria había tenido una fuerte atracción por él por muchos años.
Ahora que lo pensaba, Daphne también se había sentido atraída por él. ¿Era algo así como un hombre de ensueño para las Slytherin? ¿Millie también se habrá sentido así?
No, no iba a pensar en eso. Sería algo así como incesto y no quería sentirse enfermo de pensar que su bruja amante de la violencia y el Quidditch se haya sentido así por él o por algún hombre. No, ella no podía salir con nadie.
¡Sobre su cadáver!
“¿En qué tanto piensas?” pregunta Daphne curiosa.
“En que, si haré de Millie una monja, porque nadie la merece” gruñe frustrado. Tanto había sido su enojo que lo dijo en voz alta.
Daphne se mordió el labio para no reír, pero Astoria era menos discreta, comenzando a soltar risitas mientras se sujetaba al brazo de su hermana.
Draco mira a Pansy, quien rueda los ojos al escuchar como había nombrado a la bruja responsable de su nariz rota en el pasado. Parece hacer un esfuerzo para no insultar a Millie y lo agradecía. No iba a ayudar nada en reparar su amistad si seguía ofendiendo a una de sus mejores amigas.
“¿Quieres té negro? Podemos pedir algo mejor, solo queríamos algo sencillo” dice Daphne, encargándose de integrarlo.
Draco mira a su madre, quien se estaba luciendo entre todas las señoras sangre pura del lugar con su belleza y habilidades sociales bien desarrolladas.
Sí, debía aceptar por ella, aunque en realidad no quería.
“Claro” sonríe y se sienta.
“Si no quieres, podrías ir al jardín. Ahí está Theo” murmura Pansy decaída “También los hombres están en una reunión y el padre de Theo lo trajo como siempre. Tu padre también está ahí”
Draco parpadea. Su madre no había mencionado eso. Otra señal más de que algo no estaba bien con sus padres. Usualmente ambos salían juntos cuando tenían que ir al mismo lugar.
“Creo que me quedo” decide quedarse.
Si salía y los socios de su padre comenzaban a hablar de él, arruinaría el momento de su padre. No quería darle motivos para que esté enojado con él más de lo que ya estaba.
“¿Pastelitos?” pregunta Astoria tímida.
Draco siente ternura por la pequeña Astoria.
“Claro” agarra un pastelito.
Comienza a tomar de su té. Pasan diez minutos en completo silencio solo con el sonido de la porcelana chocando a veces entre sí o de fondo Vincent y Greg hablando en su propia burbuja.
Era extraño ver eso. Usualmente ellos no hablaban mucho entre sí…
Draco miró al par curioso y la risa de Daphne lo regresó a la mesa con las chicas Slytherin.
“Es claro que estuviste muy desconectado con nuestra casa” comenta con cariño “Lo cual es triste porque eres un miembro y todos debemos estar unidos. Una sola unión” hace una mímica con las manos de forma tan elegante que causó gracia en Draco.
Había olvidado como era estar en presencia de damas de su edad. Millie… ella tenía clase, pero solía opacarlo con su energía y calidez tan distinto a la educación sangre pura.
Extrañaba a su serpiente.
“Sí” dice sin saber que más decir.
No es como que pueda explicar que el año pasado vivió cosas tan pesadas que no tuvo energía de intentar convivir con toda su casa. El asunto del libro maldito, las amenazas de ser expulsado de su casa y las investigaciones del monstruo de Slytherin habían consumido la mayoría de su tiempo.
“Cuando Pansy se cansó de ser la abeja reina de los pobres niños, tuvieron que arreglárselas solo siendo ellos dos. El asunto de Blaise había hecho a nuestro Zabini un cascaron” comenta triste “Nos ocuparemos de él este año” aclara decidida “Ni un Slytherin debe estar así. Todos con la cabeza en alto”
Draco asiente.
“Contigo no había problema. Eres Draco Malfoy. Puedes haberte vuelto extraño en estos dos años, peor ya construiste tu grupo solo” aclara Daphne “Pero Blaise no es tú, así que no encargaremos. Pansy ya tiene algunas ideas, ¿verdad, Pans?” mira a la bruja.
Draco mira a Pansy. Ella estaba con la mirada en los panecillos sin intentar fingir que estaba bien.
Ella no iba a decirle nada. Era como él. Pésimos en comunicación si alguien no les preguntaba directamente que pasaba.
“Pansy, hablemos” dice serio.
Iba a ser un buen amigo. Comunicarse. Intentar escuchar a Pansy.
La nombrada mira a Draco y asiente.
“¿Por qué tienen que hablar, Daph? ¿Están peleados?” pregunta Astoria mirando a su hermana.
“Tory, calla”
Draco y Pansy caminaron a una parte del jardín libre de otros magos. Draco observó las flores. Eran menos preciosas que las flores en su jardín, pero no podía juzgar. La mansión Malfoy siempre había tenido mucha más magia que cualquier mansión sangre pura de Gran Bretaña.
“Draco” dice Pansy, quien quiere decirle algo, pero parece arrepentirse.
Draco suspira.
“Pansy, sé que dije que no te perdonaría por el momento… pero no podemos estar así de incomodos. Si queremos que esto funcione-”
“¡No sé cómo hacerlo!” explota Pansy “Lo siento, no soy Bulstrode y su carisma o Granger y sus libros. No soy ellas, así que no sé cómo voy a agradarte ¿bien?”
“¿Quién diablos te dijo que necesitas ser ellas para que me agrades?” comenta Draco totalmente sorprendido.
Pansy se sonroja, bufa y se cruza de brazos mirando al rosal más cercano.
“Porque tú lo dijiste en los entrenamientos. Te doy asco. Draco, yo no soy extraña como Millicent Bulstrode ni una cerebrito como Granger. Solo sé usar mi lengua afilada para hacer mierda a las personas… yo te hice llorar por esta misma lengua. No soy como tus amigos, no soy buena… soy un monstruo y no sé cómo voy a reparar lo que destruí”
“¿Quién carajo dice que eres un monstruo?” pregunta Draco molesto.
“Deja, no importa. No soy como tus amigas, no sé cómo voy a conseguir reparar todo” murmura frustrada.
“Pansy, ¿por qué piensas que eres un monstruo?” insiste.
Iban a hablar de eso. No cometería el error dos veces. Pansy debía abrirse con él, aunque tenga que insistir.
“¿No lo ves? Yo fui quien abrió la cámara… yo fui… petrificaron a Granger por mi culpa” la niña deja de tener sus brazos cruzados para abrazarse “Te hice llorar en navidad”
Draco suspira. Se acerca a ella y Pansy se aleja.
“Mira, no es por eso que no te puedo perdonar y no creo que seas un monstruo… créeme que sé cómo son realmente los monstruos y eso no eres tú”
Pansy no le cree.
“Pansy, no quiero que cambies… realmente no es por eso que no acepté tus disculpas. No las acepté porque lastimaste a mis amigos. Adoro cuando eres así de filosa, pero usaste ese filo contra mis amigos y arruinaste los negocios de mi familia y eso es todo lo que amo. No tengo ningún problema. Sé cómo eres, nunca pediría que cambies. Solo no lastimes a mis amigos”
“Me asusta que no te incluyas… la mayoría de mis insultos fueron contra ti y tu solo te enfadas cuando insulté a Granger o a la… Bulstrode” se corrige con rabia “¿Por qué no te incluyes? Draco, deberías estar más molesto porque te herí el orgullo ¿Dónde quedó mi Draco que se ofendía porque no le dedicaban una reverencia perfecta? ¿Qué pasó con mi amigo que creía que todos deberían girar en torno a él?”
Draco baja la mirada y mira su brazo donde antes descansaba la marca tenebrosa… mira su mano con la nueva marca del triángulo, el circulo y la línea al medio.
“Solo me importan ellos, Pansy” murmura.
Pansy parece enojarse por eso. Parece querer decir algo, pero se queda callada.
“No volveré a ofenderlos y le pediré a mis padres que arreglen los negocios. Nunca más haré algo en contra de ti o ellos” dice honesta.
“Y deja de pensar que eres un monstruo” agrega Draco “No lo eres. Jamás serás uno. Solo estabas herida”
“¡Eso no justifica como te traté! ¡¿Es que no lo ves?! Yo… yo vi cuando petrificaron a Granger… era mi regalo, Riddle creía que eso me alegraría… ¿qué tan horrible fui como para que creyera que me alegraría eso?”
“Cuéntame todo, Pansy. No te voy a juzgar y eso te va ayudar” asegura desde su experiencia. Siempre que le decía todo a sus amigos se sentía mejor.
Pansy se sienta en el jardín ignorando que su vestido se ensuciara. Draco la imita y escucha la historia de Pansy.
Pansy le cuenta todo. Desde como robó la caja con el libro al sentirse atraída a revisar bajo la cama del niño mientras el resto se encargaba de destrozar las cosas de Draco y Blaise observaba con la pequeña Libra entre sus brazos.
Habla como en su habitación la misma caja se abre para ella. Como revisa y comienza a escribir en el libro palabras de odio para Draco. Tenía en mente llenar cada hoja con mensajes de odio para el niño rubio, pero luego es respondida por un ser que la hacía sentir comprendida como antes lo hacía Draco. Comienza a escribir en el diario todos los días al sentirse acompañada una vez más. No hay soledad, solo una persona paciente que la escucha. Un reemplazo para su perdida.
En ese diario pone sus miedos. Su corazón roto por su primer amor que la cambió por un ser inferior a ella (como ella pensaba) y una serpiente menos hermosa que ella. Comienza a llenar demasiadas hojas con cosas de odio a Draco Malfoy. Cada una siendo recibida por ese ser que la endulzaba con frases que su antiguo Draco hubiera dicho. El odio comienza a cambiar a una terrible pena, comenzando a escribir sobre las aspiraciones de Draco. Habla sobre el sueño del niño rubio de volverse mejor amigo de Harry Potter, comenzando a describir al niño que vivió por petición del ente.
Deposita todos sus pensamientos.
Luego, comienzan las petrificaciones.
Pansy siente miedo. Ella no es tonta. No era normal una pérdida de memoria con un suceso así de terrible como eran los ataques. Comienza a sentirse desconfiada, pero se lo guarda para ella sola. Era una Slytherin, no iba a dejar pasar síntomas tan extraños. Su mente astuta culpa rápidamente al diario, porque ese diario siempre le había respondido con frases que demostraban su claro odio a los nacidos de muggles. Un nivel de odio que solo su Draco del pasado llegó a decir varias veces con la cabeza en alto mientras disfrutaba de las carcajadas de todos sus aliados. Motivo por el cual, Pansy se enamoró.
¿Quién no caería por alguien así de lindo y carismático?
Y Pansy se deshizo del libro maldito. Lo arrojó al baño de mujeres, deseándole suerte a la siguiente víctima del heredero. El sueño que tuvo de ella intentando petrificar a Hermione Granger junto a un fuego azul tan intenso y asfixiantes son el principal motivo para tomar esa decisión sin pensarlo demasiado.
Creyó estar a salvo. Su miedo lo cubre perfectamente molestando a Draco y su grupo de amigos. Demasiado celosa de ver como otros podían disfrutar de la amistad de Draco. Demasiado arrepentida de todo, comenzando a comprender el mundo de Draco. Esas petrificaciones que ella misma provocó eran demasiados terribles. Mucha culpa para una niña tan pequeña.
Y luego, hace llorar a Draco en épocas navideñas.
Pansy se siente una mierda. Decide ignorar a Draco desde ahora en adelante. Jamás Draco se había permitido lucir así de indefenso, lo cual mata a Pansy. Comienza a aislarse para reflexionar sus acciones. Comienza a intentar ver sus errores y se siente fatal con cada día que pasa. El odio y rencor que sentía por Draco desaparecieron en el momento que el niño se rompe a llorar. Al tener libre su corazón de esos sentimientos, la claridad comienza a llenarla. Es capaz de ver sus errores.
Cuando mira Draco con el diario responsable de todo lo que sucedía. Pansy cree que estará bien, porque Draco fue quien trajo ese objeto a la escuela en primer lugar. Sabría cómo manejarlo. Cuando Lockhart anuncia la muerte del abuelo de Draco, cambia de opinión. Draco no podría lidiar con un problema así con una perdida así. Roba el libro y le desee suerte a Draco cuando se lo topa en su camino a guardar el diario.
Y lo extraña. Extrañaba demasiado a su amigo. No parecía ser el mismo, pero él seguía viéndola como siempre. Dolía.
Pansy lidia con el libro. Le escribe que ella ahora lo tendrá controlado. El libro le responde que estaba triste por los tratos de Pansy. Le propone darle un regalo especial para ganarse nuevamente el cariño de la niña pelinegra.
Lo siguiente que sabe es que su cuerpo se mueve sin que ella tuviera poder sobre eso. Lo ve todo como una simple espectadora. Observa con terror como aquel monstruo alargado sale de las tuberías y la sigue buscando a Hermione Granger, quien se encontraba sola en la librería. Pansy como puede, grita que mirara a un reflejo, ganándose un terrible dolor por eso. Pierde más autonomía. Hermione parece obedecerla porque mira a cualquier lugar con reflejo y luego queda petrificada con un rostro de terror puro y un papel en la mano.
Las risas de Riddle anunciando que ahí tenía su regalo la hacen comprender todo.
Ahora entiende que el mundo es de tonos grises. Su odio por los muggles y los magos que provienen de ellos había provocado eso. Draco tenía razón al cambiar. Ahora, Granger estaba petrificada por su culpa y solo quiso morir del arrepentimiento.
No eran simples palabras de odio. Todo se había acumulado hasta ese momento.
Los siguientes días vive con miedo. Se aísla de todos porque no quiere que nadie hable con un monstruo. Draco regresa y el pánico solo aumente. Sabe que, si Draco no la odiaba, con eso dejaría de tener una oportunidad de volver a ser su amiga.
Finalmente, despierta en un lugar totalmente extraño, sucio y maloliente. La niña intenta moverse, pero la cara de Draco petrificado la hace gritar. Harry Potter llora sosteniendo un libro totalmente destruido en su pecho frente a la figura petrificada de Draco. Pansy reconoce que era el diario de sus pesadillas. No le da tiempo de sentirse aliviada, porque se encuentra ocupada gritando y llorando mientras abraza el cuerpo de Draco. Pidiendo perdón entre el llanto y los mocos solo fue visto por un lloroso Potter que también se disculpaba.
Ambos niños llevan con mucho cuidado a Draco petrificado, el resto es historia. Pero para Pansy siempre le quedaría entre sus recuerdos más horribles como Draco parecía estar cuidándola por la forma como despertó entre los brazos del niño. No importaba si su vida estaba en peligro, él nunca la abandonó.
“Joder” dice Draco cuando mira a Pansy llorar “No debiste haber vivido eso, solo eres una niña”
“Me lo merezco, Draco… eso es lo que merecen los monstruos” murmura lo último, pero Draco alcanza a escuchar.
“No, deja de decir que eres un monstruo” dice furioso “Eres Pansy. Sí, actuaste mal, pero ¿quién no la jode a nuestra edad? Solo hiciste lo que nos enseñaron a hacer con personas como Ronald Weasley o Hermione Granger”
“Pero tú eras mi mejor amigo e igual te lastimé”
“Lo hiciste porque estabas herida y eres una Slytherin, claramente no te quedarías llorando o elegirías el camino más sumiso. Joder, hasta yo te hubiera dicho que me intimides si hubieras elegido ese camino”
“¿Draco te escuchas?” dice Pansy “Parece como si quisieras que te traten mal… Merlín, ahora me siento peor” se queja Pansy, escondiendo su rostro.
“Lo que quiero decir es que dejes de verte como un monstruo. No lo eres. Hiciste cosas mal, pero puedes cambiar. No estas tarde. Si lastimaste, solo te toca sanar esas heridas y cuando lo hagas, créeme que será mejor para tu salud mental” dice seguro.
“El mejor de nuestra generación” gruñe “que habla de salud mental pero no la aplica a él mismo”
“No pensé que conocieras ese término” bromea con una sonrisa.
Pansy boquea ofendida. Se cruza de brazos y mira a otro lado para luego sonreír y mirar a Draco con sus ojos verdes y brillantes.
“Te extrañé” dice la bruja.
“Yo también. Pans. Demasiado”
Pansy y Draco caminaban de regreso. El jardín era mucho más extenso de lo que pensaba y no querían admitir que estaban perdidos.
Draco se sentía nervioso. La magia negra estaba comenzando a ser muy fuerte con forme avanzaban, lo cual le ponía en alerta.
Y luego vio a Theo con un libro de la cultura mágica de Sudamérica, un vaso de limonada rosa y con un peinado ridículo que le recordaba a su peinado del año pasado, solo que con menos gel.
“Theo” saluda Draco sin poder evitarlo.
Era su amigo después de todo.
El mago castaño deja de leer para mirar a Draco y Pansy. Frunce el ceño al reconocer a la bruja. Sí, Theo no estaba nada contento con Pansy.
“Theodore” escucha la voz del Señor Nott retar a su hijo.
Draco deja de avanzar para notar a todos los sangre pura del círculo social de su padre.
Mortifagos.
La varita comienza a rodear a Draco con magia protectora y a ponerse nerviosa. Draco la sostuvo entre sus dedos, dejando que las túnicas que vestía impidieran que sea notable su pose en guardia. Disimuladamente jala a Pansy más a su lado.
“Draco” saluda Theo, ignorando a su padre y parándose de su asiento para acercarse a él.
“¡Theodore!” vuelve a gritar el señor Nott.
Theo abraza a Draco. Mira mal a Pansy en el proceso.
“No pensé que estarías acá, sino te hubiera buscado” dice agarrándolo de la cara para verlo mejor a los ojos.
El corazón de Draco se calentó por eso. Aprieta el agarre de sus manos en los hombros de Theo, dejando su varita de paso. Era extraño sentirse así, pero le agradaba. Cada vez se sentía más cómodo con Theo.
“Perdón, quería hablar con Pansy primero” aclara.
“Theodore, ven para acá” escucha la voz del señor Nott ordenando de forma enojado a su hijo alejarse de Draco.
Theo frunce el ceño, pero no parece querer obedecer en ningún momento, eso hace que Draco se sienta más contento.
Apreciaba la lealtad.
“Tu padre te está llamando” murmura.
“¿Y? No es como me pueda desheredar por hablar con otro heredero” dice desinteresado.
“¿Tu padre tiene algún problema conmigo?” pregunta Draco desconociendo por completo eso.
“No es algo que importe” Theo dice serio.
Draco asiente. Vuelve a abrazar a Theo solo porque estaba agradecido con Theo por su lealtad.
“Vamos hombre, deja a los chicos divertirse” dice una voz que Draco reconoce como la del señor Goyle “Además es el cachorro de Lucius, no hay nada de malo. Te conviene, ¿no, Lucius? Mejoran los negocios con una unión así”
Draco sabe que no se trata de eso. Se separa de Theo y este le toma de la mano para sacarlo de ahí.
Draco mira a su padre, quien está con el ceño fruncido mirando a las manos unidas de Theo y él. Draco siente la necesidad de soltar la mano de Theo solo para satisfacer a su padre… no lo hace, solo porque debe seguir firme con su nueva vida sin tratar de hacer todo lo que su padre quiera. Aprieta más el agarre solo para convencerse así mismo que estaba bien.
Theo los lleva a la sala donde las mujeres sangre pura hablaban de los cotilleos. Draco mira a su madre seguir siendo la reina del lugar y se sintió contento de verla feliz luego de muchos días teniendo a su madre triste y pálida.
“Bien, hablemos” dice Theo con una sonrisa.
Claro, la costumbre de Hogwarts de hablar en un rincón solo siendo Millie, Theo, Luna y él.
“Iré con Daphne” dice Pansy con una sonrisa.
Draco la mira alejarse y por primera vez siente que todo estará bien con ella.
“¿La perdonaste?” pregunta Theo mientras caminaban al sofá más alejado.
Draco frunce el ceño al reconocer el enojo en la voz de Theo.
“No” se sincera “Pero ella necesitaba hablar las cosas con alguien y esa alguien fui yo”
“¿Secuelas del diario?” pregunta Theo sin tacto.
Draco asiente.
“Sí, necesitaba entender que no es un monstruo” murmura.
“Pero no es una buena amiga” bufa Theo “No entiendo como le puedes seguir hablando después de todo. ¿Qué hay de tu orgullo?” pregunta molesto.
“Theo” dice cansado Draco “Tengo orgullo, sino, hubiera aceptado la mano de Potter” se defiende.
“¿Cómo es que siempre buscas la manera de meterlo en tus conversaciones?” pregunta frustrado Theo antes de suspirar “No importa, supongo que siempre será él ¿verdad?”
Draco no responde, solo rueda los ojos.
“lo mencioné porque sí tengo orgullo” se defiende “Con Pansy es diferente. La amo demasiado. Siempre será especial por todo lo que hizo por mi”
Recuerda su antigua vida con cariño.
“Lo sé, solo quiero que te cuides más” Theo no puede evitar acariciar la mejilla de Draco con cariño.
Draco vuelve a sentir ese calor y se sonroja por eso. Acerca más su mejilla a la mano de Theo y mira por un breve momento a la mesa donde está su madre mirándolo curiosa. Por un breve momento quiere empujar a Theo, pero no lo hace.
Era Theo y solo estaba preocupado por él.
“¿Qué hay con tu padre?” pregunta Draco curioso.
“nada, solo que los rumores de que eres un traidor de sangre llegaron a sus oídos y no le agrada la idea de que seamos amigos” dice tranquilo.
Pero Draco lo conocía perfectamente.
“Theo” dice en advertencia.
“Y también se enteró de mi carta de san Valentín” no puede evitar sonrojarse por eso “Lo cual, bueno… no sería un problema si no fueran por los rumores que hay sobre ti y tu amistad con Granger. Él está molesto con tu reputación, no importa si quererte como mi pareja le trajera cosas buenas.”
Draco suspira. Sí, tenía un punto. Si él tuviera mejor reputación, tal vez el señor Nott hubiera celebrado los buenos gustos de su hijo y una posible unión con la familia Malfoy.
“No me importa” esas palabras hacen que Draco mirara a su amigo “Lo que piense mi padre. Ustedes son lo mejor que me pasó. Ahora te entiendo mejor, mataría por ustedes. Son mis amigos. Si el me piensa desheredar por eso, que lo haga. Tengo la herencia de mi madre y una casa a las afueras de Londres con conexiones de red Flu”
Draco siente que ese calor lo quema. No puede evitar abrazar a Theo y este le regrese el abrazo. Ese cariño que siente por Theo se intensifica y algo dentro de sí reclama protegerlo para siempre.
Su amigo Theo… joder. En su vida pasada ni siquiera fue así de cercano.
“Te aseguro Theo, que yo también haría lo mismo por ustedes”
Y no miente.
Draco regresa a la mansión junto a sus dos padres solo para las apariencias.
Su madre parecía más relajada con la cantidad de margaritas en su sistema. Su padre estaba de la misma manera, lo que indicaba que también tenía alcohol en su sistema.
“Cariño” dice Narcissa “¿Por qué no mencionaste nada de Theo? Podríamos haber expandido la lista de posibles pretendientes. No hay nada de malo que también te interesen los chicos, es maravilloso. Más posibles alianzas en la bolsa”
“Madre” dice avergonzado Draco.
Escucha a su padre bufar. Sí, alguien mátelo.
“Mi hijo merece más que un Nott, Narcissa. Nott es un idiota, su hijo debe ser igual” dice Lucius de manera agria, antes de comenzar a alejarse.
Adiós imagen de hijo heterosexual. Hola imagen de hijo bisexual.
No le duró mucho.
“Dragón” su madre le sujeta de las mejillas, ignorando a su esposo para dedicarle palabras bonitas a su hijo “vi cómo te trató, es todo un caballero. Me encanta Theo para ti, se nota que serás tratado como un príncipe” alaba Narcissa a su amigo con energía de una madre emocionada de ver el primer romance de su hijo.
Su padre vuelve a bufar y caminar todavía más rápido para alejarse de la escena que estaba haciendo su madre.
Draco podría saltar del techo de su mansión en estos momentos. No, iría al jodido Hogwarts y se lanzaría de la torre de astronomía.
Cualquier cosa.
“Madre, no. Theo y yo no seremos eso” dice totalmente rojo.
“Cariño vi como lo mirabas, no me engañas. Estabas brillando” se burló con cariño.
Eso dejó desubicado a Draco.
¿Cómo miraba a Theo?
Todos sus amigos se habían dado cuenta de sus sentimientos por Potter por la manera en la que él miraba al niño con cicatriz.
¿Era posible…?
¿Podría superar a Potter realmente?
Draco se quedó totalmente emocionado por eso. Comenzó a sonreír como un idiota antes esa posibilidad.
Narcissa aplaudió.
“Ahí está, te gusta” afirma Narcissa.
Y Draco por primera vez consideró la posibilidad de que sí fuera verdad.
Tal vez le pueda gustar Theo.