
Dolores Umbridge
El día pasó como un maldito sueño o pesadilla.
“Vuelvo a preguntar, ¿qué está sucediendo aquí?” comentó aquella mujer con la túnica rosa chillón, cambiando su sonrisa satisfecha a una de falsa amabilidad, aquella mueca daba más miedo que otra cosa, asco “¿No piensan responderme jóvenes?” era como una falsa víbora que se encontraba tanteando en terreno antes de atacar, era molesto y depredador.
“No está pasando nada profesora Umbridge” contestó Hélio guardando la varita en su túnica, mientras daba una leve inclinación que vanaglorio a la mujer frente ellos por el respeto que mostraba a su persona “Solo una pequeña discusión entre miembros de la misma casa, no volverá a suceder, lo prometemos.”
Ahora la tal Umbridge miró a Draco quien se encontraba confundido ante la amabilidad que presentaba Hélio ante esta mujer desconocida y con un horrible carácter “¿Malfoy? ¿Qué tiene que decir usted?” dio un paso hacia él, como si quisiera intimidar con su posición como profesora.
Frunció el ceño por aquella mirada altiva “Solo fue una discusión”
Aquel rostro que demostraba falsa amabilidad se transformó en uno enojado, no supo que le había hecho ahora “¿Cómo?”
Draco en realidad se encontraba perdido, no entendía qué le pasaba a la mujer y su cambio de comportamiento “¿Qué pasa?” susurró porque ahora el rostro de la mujer se volvía rojo de enojo.
“Se dice ‘solo fue una discusión, profesora Umbridge’ debes dirigirte a mi con respeto”
¿Qué mierda? pensó ante la actitud de esa mujer delirante.
“Se nota que no le han enseñado dirigirse correctamente con sus superiores, Malfoy, no me sorprende que al final de cuentas su familia lo haya desheredado con aquellos modales y falta de clase, después de todo un niño irrespetuoso y con actitudes desagradables es horrible” ok, a Draco le empezaba a caer mal aquella odiosa mujer, ¿qué tenía que ver su donadores de esperma y óvulo en esta discusión? “Así que repita sus palabras ahora con el respeto que merezco y guarde sus costumbres chabacanas que al parecer tiene al ser sido criado por un profesor que no tiene ni gracia ni una educación adecuada” ¿Costumbres chabacanas? ¿Estaba hablando de Severus esa maldita zorra?
¿Respeto que merece? Bueno le dará el respeto que aquella horrible mujer con aires de superioridad merecía.
“Solo fue una discusión, profesora cara de sapo” siseó porque nadie iba hablar sobre su padre como si fuera un pordiosero, no se lo permitiría a nadie, ni siquiera a esta loca. Hélio estaba sorprendido, por su parte la nueva profesora se estaba poniendo cada vez más roja de la ira y si podría estaba seguro de que le arrancaría la cabeza de un mordisco.
“¿¡Cómo te atreves…!?”
“¿Dolores? ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué los estudiantes siguen aquí y no en el comedor?” intervino el grito de la loca mujer el director quien tenía una sonrisa apretada en el rostro, siendo respondido por un grito por parte de la nueva profesora.
“¡Tus alumnos son unos irrespetuosos! ¿¡En este colegio no enseñan modales o qué!?” gritaba la profesora.
“No creo que debamos hablar a gritos frente a los estudiantes, Dolores, no les estas enseñando los buenos modales de esa forma”
No lo creía posible, pero el rostro de la mujer se volvió más rojo ante la reprimenda parecía una manzana brillosa, estaba lista para matar al directo y a Draco en cualquier segundo, soltó un bufido nada educado para dirigirse de nuevo al rubio “Castigo.”
“¿Qué? ¿Por qué?” sabía que era un descarado en preguntar eso, pero estaba disfrutando hacer enojar a aquella horrible profesora “Usted me insultó primero” era un desahogo de todo mal, internamente se reía ante las reacciones exageradas de Umbridge.
“Castigo por una semana ante su falta de educación hacia una nueva profesora, desde el día de mañana lo espero en mi despacho para que cumpla con la corrección que pienso aplicar” se giró a ver al director “Ahora le enseñaré a tus estudiantes los buenos modales y no creo que pueda evitarlo, ¿verdad?” fue un desafío, era muy obvio.
“Si su comportamiento hace que merezca un castigo, no lo evitaré por supuesto, pero debe estar dentro de los lineamientos de un adolescente de su edad.”
Draco rodó los ojos ante la hipocresía del director, es que acaso no recordaba como lo hizo limpiar toda la biblioteca, todos los días sin magia hasta que se desmayó por el esfuerzo y cayó de la escalera. Ridículo.
“Seguiré los lineamientos que usted trazó, director” empezó alejarse de los tres presentes.
“Joven Parkinson puede ir dirigiéndose al comedor” ordenó Dumbledore siendo rápidamente seguido por Hélio quien desapareció rápidamente del pasillo, dejándolos solos. Maldición “No llegaste ayer a mi despacho, ¿por qué terminaste en la enfermería?”
“Solo un pequeño problema con mi lobo” intentó no demostrar mucha importancia al tema para que no metiera sus narices en donde no le incumbe “¿Qué necesitaba?”
“Tu misión” dijo luego de haber percibido de que no había nadie escuchándolos, sus ojos celestes se encontraban decididos “Hablar sobre tu misión junto a Alastor, te necesitamos fuera del recinto para hacer trabajo de campo.”
¿Misión? Tal vez no debería sorprenderse que aquel hombre ya lo quisiera trabajando para él, hasta le sorprendía que no lo hubiera hecho desde hace meses, pero seguro sus padres lo habían mantenido fuera de contacto.
“Esta noche pasaré por tu despacho” susurró para empezar a caminar hacia el comedor, no podía demorarse más sin levantar sospechas o preocupación de los demás presentes. Dentro de él una emoción se acrecentaba en su pecho, estaba nervioso por regresar a misiones y esperaba que no fueran como las ordenadas por el doctor, pero al mismo tiempo su lobo estaba preparándose para moverse lejos de aquel castillo, correr en nuevas áreas, disfrutar el aire libre porque estuvieron encerrados por más de un mes en la casa de los Black.
Al llegar al comedor y a su mesa la penumbra lo envolvió. Era asfixiante estar ahí.
El pesar, la tristeza te absorbía.
Los miembros de su casa decidieron ignorarlo, era como regresar a sus primeros años en el colegio donde era como el nuevo fantasma de los Slytherin, que nadie topaba, ni quería cerca. No le hablaban, no lo miraban, no querían ni siquiera estar cerca de él, una peste. No importó cuanto intentó, cuanto habló con los otros, nadie le dirigió ni siquiera un suspiro.
Intentó sentarse con ellos en el desayuno, pero cerraron cualquier entrada, cualquier asiento a sus lados, así que fue obligado a sentarse en el área completamente solitaria a un extremo de la gran mesa.
Dolió, pero el sentimiento prominente era el enojo, odiaba esto, pero no podía detenerlos de ser unos idiotas. Si ellos querían odiarlo sin siquiera darle una jodida oportunidad para hablar, entonces que se jodan. Estaba cansado de intentar ser el bueno en la historia, el que perdona todo, el que siempre da una mano amiga. Si ellos no lo querían, bueno se lo perdían.
Que se jodan todos los Slytherin.
Que se jodan completamente.
Lastimosamente eso se decía, sin embargo, una voz dentro de él no podía dejar de estar preocupado por los compañeros serpientes que no se encontraban en el colegio, que supuestamente habían sido transferidos a Durmstrang. Alrededor del 20% de Slytherin habían desaparecido, ya los había contado y era muy horrible ver como la mesa de su casa estaba habitada por mucho menos estudiantes de lo que debería haber, a diferencia de las demás mesas.
Soltó un suspiro cansado, todo estaba mal.
Lo más probable es que fuera peor.
“Que aburrido de que nos estén ignorando, ¿no?” susurró Thuban sentándose a su lado para el desayuno, no sabía donde podría haber estado, pero al menos se alegraba de no estar solo “Ni siquiera un buenos días he recibido de mis compañeros de habitación.”
“¿Tampoco te hablan a ti?” no entendía porque a Thuban tampoco le dirigían la palabra, no tenía sentido ya que desde que ingresó al colegio el año pasado fue un estudiante muy popular por ser un ‘estudiante extranjero’.
“Para nada, creo que puedo pasar desnudo frente a ellos y no les importaría” dijo burlón haciéndole reír, haciendo que la mañana de mierda sea más pasable con su sola presencia.
“Ni se te ocurra hacer eso, tonto” empezaron a comer intentando también ignorar a los que les rodeaban “¿Qué cursos crees que debo tomar para mis T.I.M.O.S?” preguntó recordando cada una de las asignaturas que había tomado en el transcurso de los años, no creía poder tomar todos si Dumbledore pensaba mandarlo a misiones, debía ser consciente cuales tomar para al menos no decepcionar a sus padres.
“No me acuerdes de los T.I.M.O.S., solo pude pasar cuatro: Pociones, Transfiguración, Cuidado de Criaturas Mágicas y Herbología, los pasé a las justas. Herbología y Transfiguración pasé con un Aceptable, Criaturas Mágicas con un Supera las Expectativas y Pociones con un Extraordinario” gruñó dándole una mordida a su pan “Los demás puros Insatisfactorios”
“Lo bueno es que aprobaste Pociones con un Extraordinario o sino te hubieran colgado” Severus hubiera hecho eso y más por ser esa su asignatura de enseñanza “¿Qué carrera te han dicho que puedes seguir?” se preocupaba por sus T.I.M.O.S. aprobados eran muy pocos y solo uno fue con un sobresaliente y dos rozando aprobó.
“Magizoologia” alzó los hombros sin muchas ganas “Quien sabe, tal vez termine como un guardabosque como Hagrid o investigando sobre las criaturas mágicas, creo que es interesante… especialmente saber más sobre los hombres-lobos” nuestro origen, fue lo que no dijo, pero se entendió “¿Y tú, qué carrera piensas seguir?”
Se quedó pensativo por unos largos segundos, para al final susurrar un “No lo sé” con el regreso del doctor Novak a su vida solo pensaba que todo podía ser tambaleante, ni siquiera estaba seguro de si tendría un futuro.
Era extraño y pesimista, pero muy realista.
Todos los muertos que aquel hombre cargaba no le dejaba en duda de que hasta Draco daría su propia vida para acabar con el doctor, daría todo de sí para al fin acabar con él, aunque esto sea su futuro.
“Creí que te gustaría ser medimago, has estudiado mucho sobre esa área de la magia” susurró Thuban intentando cambiar su estado de pesimismo.
“¿Medimago?” susurró, siempre había sido una alternativa, varios creían que podía seguir aquella carrera, pero… pero no quería pensar en su futuro con una guerra respirandole la nuca “Solo no quiero pensar muy adelante”
Thuban apretó sus puños ante sus palabras, desesperado de que tuviera planes a futuro, como un salvavidas de que Draco daría todo para sobrevivir después de la guerra inminente “Y… y… Harry, si, tú y Harry, ¿cuándo comenzó aquello?”
Draco, ¿quieres ser mi novio sin importar el futuro incierto?
Debía pensar en un futuro, ¿verdad? Si no es por sí mismo, al menos por las personas que lo aman, que él ama.
“Hemos empezado a salir desde hace menos de un mes” susurró tocando en anillo que estaba colocado en su anular, era hermoso verlo ahí, especialmente cuando grabado en un extremo, en letras muy pequeñas estaba ‘H+D’ dentro de una pequeña snitch. Lindo. “Es… Harry es muy lindo conmigo.”
“¿Y qué planes tienes con él? ¿Solo es un amor adolescente o será algo más?”
Con curiosidad vio a su hermano quien parecía compungido por la conversación, no quería tenerla, pero al mismo tiempo la tenía para que hablaran más sobre el futuro. Pero la vena en su sien se intensificó más al ver el anillo que Draco tocaba con tanto cariño.
“¿Te… te pidió matrimonio?” la sorpresa inundó su voz, para luego susurrar “Ese maldito, ni siquiera habló con nosotros, tu familia para pedirnos su mano” Draco no pudo evitar soltar una leve risa ante la reacción celosa de su hermano.
“No es de matrimonio, sino de promesa” dijo para calmar la reacción de su hermano y no vaya a la mesa de los Gryffindor para atacar a Harry “Una promesa de que daremos todo de nosotros para que la relación florezca bien, que no se marchite” y si en un futuro se transformaba en un anillo de compromiso, él no detendría ese camino.
Se sonrojó de solo pensar estar casado con Harry.
Sacudió la cabeza porque eso era pensar muy adelante, demasiado.
Tuvieron que despedirse para ir a sus respectivas clases, se sintió feliz de saber que el día de hoy tenía dos clases con sus amigos, Pociones y Defensa contra las Artes Oscuras, al menos no estaría completamente solo en todo el día, aunque estaba preocupado por Thuban, no sabía si tenía más amigos aparte de los Slytherin, esperaba que sí.
La primera clase que tuvo fue Transfiguración la profesora McGonagall a inicio de clases les dio una advertencia sobre la profesora Umbridge, la nueva profesora de Defensa Contras las Artes Oscuras “Bajen la cabeza en su presencia, no pierdan el tiempo en sus castigos, es muy ‘sensible’ e intentará meterse bajo su piel para sacar lo peor de ustedes, no caigan en sus insinuaciones” Draco gruñó porque hubiera sido agradable tener esa conversación con anterioridad, sin embargo, había sido un poco divertido meterse en la piel de aquella mujer “¿Pasa algo, Malfoy?” al parecer lo escucharon.
“Nada profesora, solo que ya me han castigado”
La profesora alzó la ceja “¿Tan rápido? ¿Está rompiendo récord, Malfoy?” Draco no pudo resistirse reír ante eso de igual forma que los Ravenclaw “Supongo que a veces no puede evitarse” dijo para calmar las risas, aunque la mitad del salón estaba en silencio. Sus ojos cansados se dirigieron directamente a Draco “Si el castigo se vuelve mucho para usted, no olvide que puede hablar con los demás profesores, estamos ahí para ayudar.”
“Gracias profesora” la mujer asintió con una pequeña sonrisa para empezar a impartir su clase, fue muy agradable poder escuchar a alguien de su lado.
El día siguió avanzando y con ello el cambio de curso, ahora le tocaba Pociones con los Gryffindor, se sintió emocionado de poder hablar con sus amigos leones quienes le devolvieron la sonrisa de verlo de nuevo, se encontraban en un pasadizo mientras caminaban a las mazmorras.
“Chicos” dijo acercándose con una pequeña sonrisa “¿Cómo ha ido el día de hoy?” al menos esperaba que para ellos fuera mucho mejor.
“Tuvimos Historia de la Magia” se quejó Ron “Y te apuesto de que cada año Binns se vuelve más aburrido.”
Hermione bufó molesta ante las palabras del pelirrojo “No sé de qué te quejas si al final terminas durmiendo en sus clases y me obligas a pasarte mis apuntes.”
“Oh, vamos, Hermione, no querrás tener en tu consciencia que desaprobemos ese curso, ¿verdad?” siguió Ron provocando más el enfado en la chica.
“Al menos deberías hacer el intento de quedarte despierto en toda la clase”
“Solo tú tienes la voluntad de no dormirte” se quejaba el pelirrojo.
Los dos siguieron hablando entre ellos “¿Cómo has estado, Harry?” susurró mirando a su novio quien se veía cansado.
“Mal… hay algunos compañeros de casa que me creen un loco por decir que Tom regresó. Ni siquiera quieren hablarme” gruñó mirando directamente a Finnigan que aceleró el paso hacia las mazmorras.
“Al menos son unos pocos. imagínate tener toda una casa jugando de que eres invisible” dijo con una risa seca, al siguiente segundo los demás Slytherin también aceleraron el paso con fuertes pisadas “Siempre los apartados de Hogwarts, ¿eh?”
“Me gusta más los rebeldes de Hogwarts para ser sincero” lo tomó suavemente de la mano para dejar que los demás estudiantes de quinto año siguieran avanzando, estaban solo a un par de metros del salón de clases, todos los demás habían ingresado.
“¿Harry?” le pareció curioso que se detuvieran, no era propio no entrar a clase, además de que era imposible faltar siendo que Severus era el profesor y los buscaría hasta debajo de las rocas solo para evitar que estuvieran solos y… sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Harry se acercó a besarlo.
El moreno tomó con sus callosas manos el suave rostro de Draco para que levantara la cabeza y pudiera besarlo con libertad. Aquel beso dejó sin aliento al rubio, pero recibió gustoso el beso. No se habían besado desde ayer, pero de alguna extraña forma sentía que fue hace mucho tiempo.
Podía sentir la tímida lengua de Harry queriendo entrar en su boca, por lo que con leve dudar y vergüenza abrió lentamente su boca, sin demora aquella lengua se introdujo en su boca quitándole completamente el aire. Fue intoxicante este tipo de beso, húmedo, necesitado. Un calor sin igual empezó a correr por su cuerpo.
Harry lenta y suavemente lo recostó en la pared mientras ahora sus manos le sostenían la cintura, los cuerpos se presionaron y eso solo provocaba más excitación a la situación. Draco sin saber donde poner sus extremidades superiores, solo decidió rodear el cuello de su novio con ellas.
Dejaron de besarse para tomar aire, pero no pudieron alejarse mucho por lo que solo juntaron las frentes mientras tomaban aire. Draco quedó hipnotizado ante el brillo sin igual en aquellos ojos verdes, acarició la mejilla morena que tenía un leve color rojizo.
Lindo, Harry se veía completamente adorable, sexy. ¿Eso era contradictorio?
“No sabes cuanto te he extrañado” susurró Harry sobre los labios de Draco, embriagándose.
“Eres un tonto” susurró Draco de vuelta, provocando que Harry riera mientras le daba un leve golpe en el hombro de forma juguetona.
“Uno siendo amoroso y recibe insultos por eso, me lastimas, cariño” aún sentía pena cuando Harry le decía así, ‘cariño’, nunca creyó que su novio sería tan cariñoso con palabras y apodos cursis, pero no lo cambiaría por nada.
De forma rápida le dio un suave beso en los labios “También te extrañe y será mejor ingresar al salón a menos que quieras a mi padre sobre ti” empujó al moreno para empezar a caminar hacia el salón de pociones justo en el momento de que Severus salía con un ceño fruncido y la mirada fija en Harry quien tragó audiblemente por el enojo que el profesor transmitía.
“Potter” siseó y la pronunciación de aquel apellido solo prometía dolor y caos si no ingresaba inmediatamente al salón “Adentro” Harry inmediatamente hizo caso, no porque tuviera miedo, sino porque sabía que no pasaría nada bueno si discutía con su suegro.
Su padre cerró la puerta dejando a los dos fuera del salón.
“Sigo sin entender tus gustos tan…” Draco no pudo evitar fruncir el ceño preparado para defender a Harry “... exóticos” no esperó esa palabra, ¿era algo bueno o no? “Pero al menos controla a ese maldito perro en celo que tienes, a menos que quieras que yo ponga mis manos sobre ese para tranquilizarlo y te juro que no será algo agradable para él”
Los ojos fijos de Severus le demostraron que no estaba mintiendo así que prometió intentarlo.
Así que lastimosamente no pudieron hablar mucho cuando fueron lanzados de picada hacia el filtro de paz, una de las pociones que serán tomadas en los T.I.M.O.S. por lo que debían repasar con mucha pericia para que todos puedan aprobarlo. Él estaba muy tranquilo haciendo la poción, pero los demás estudiantes se encontraban sufriendo ante la dificultad que tenía, por lo tanto, divirtiendo a Severus ante sus constantes fallos.
“No puedo creer que ya tu poción este verde” se quejó Hermione mientras sujetaba su cabello en una cola de caballo debido a que la humedad de la habitación lo había esponjado mucho más sus cabellos chocolates haciéndola sudar “Eres muy bueno en esta clase” felicitó mientras añadía la mandrágora cocida a su caldera.
“Los dos son buenos, yo no sé si mi poción va bien” susurró Ron mientras su poción empezaba a lanzar chispas celestes “Maldición, no creo que esto sea normal”
Harry se recostó en la mesa “Debo botar mi poción, ¿no?” susurró cuando su poción desprendió un humo gris. Hermione y Draco solo asintieron ante lo dicho, no había salvación del brebaje.
Al final de todo el calvario solo pocos, contados con los dedos de una mano pudieron presentar un frasco de su poción a Severus, quien regañó a los demás estudiantes que no lograron nada bueno, dejándoles una tarea extra.
“Potter, quédese unos minutos, por favor” susurro entre dientes su padre quien con un movimiento de cabeza ordenó a los demás que salieran.
“Te veré en clase de Adivinación, Ron y a ustedes dos en Defensa” dijo Harry sin temor en su voz por quedarse a solas con Severus Snape.
“¿Estás seguro?” susurró Ron, siendo la voz de los otros dos porque no estaban muy conformes en dejarlo ahí.
“Si, no se preocupen” se retiraron con mucha precaución, solo oraban a Merlín de que protegiera a Harry de la ira de Severus.
Su siguiente clase era Runas Antiguas con Hermione, las clases fueron normales y aburridas, pero decidió seguir atendiendo a los que decía la profesora Bathsheda Babbling quien estaba dando un repaso a todo lo aprendido para que sus estudiantes aprueben los T.I.M.O.S.
Al final del día les tocó Defensa Contras las Artes Oscuras.
“Esa mujer es parte del Ministerio, seguro la han enviado para monitorear todo lo que pasa aquí” susurraba Hermione mientras iban a la clase “No me agrada Dumbledore, pero tampoco me agrada en Ministerio, especialmente porque es seguro que la han mandado para espiarnos, sobre todo a Harry”
“La profesora McGonagall nos ha advertido a mantenernos fuera de su vista, que no debemos caer en sus provocaciones” llegaron al salón donde ya se encontraban Ron y Harry quienes habían apartado asientos a sus lados para ellos. Rápidamente se acercaron para estar preparados para la bomba ‘Dolores Umbridge’. Nadie tenía fe en aquella mujer, al parecer su discurso en la noche anterior había ocasionado desconcierto y molestia en los demás, según Hermione.
Después de tres minutos de ansias, la mujer ingresó con una sonrisa de falsa dulzura a todos los presentes.
“¡Buenas tardes a todos!” gritó, solo unos pocos regresaron el saludo “Vamos, no sean tímidos y salúdenme correctamente” la segunda vez más alumnos saludaron a viva voz, por su parte Draco miró confundido a sus amigos quienes también se encontraban así, especialmente cuando la mujer se acercó a ellos con su sonrisa característica “¿No piensan saludarme, jóvenes?”
“¿Eh? ¿Buenas tardes?”
“Supongo que buenas tardes”
“Buenas tardes profesora Umbridge”
“Ya nos vimos en la mañana”
Un tic nervioso apareció en la ceja de la mujer, para su sorpresa no indagó más en los saludos, tal vez descubrió que era una completa tontería. Se dirigió a la pizarra empezando a escribir los ‘objetivos del curso’, solo permitió el uso de la pluma, ordenó que guardaran la varita porque no iban a usarlo en su clase.
Les mandó a leer el capítulo 1 del libro ‘Teoría de defensa mágica’, a su parecer fue una pérdida de tiempo esta clase si solo los mandaba a leer, mejor hubieran hecho eso en la biblioteca que en un salón de clase. No creía que aquella mujer tuviera alguna idea sobre la enseñanza.
Después de unos minutos donde estaba leyendo el tonto libro, Hermione levantó la mano siendo vilmente ignorada.
Hubo varios estudiantes que la miraban muy curiosos por la intervención que quería hacer, pero la profesora ni la topaba. Ron tosió en su mano para llamar la atención de la mujer quien al percatarse que la mitad del salón observaba a la Gryffindor decidió preguntar que necesitaba.
“No tengo dudas sobre el capítulo,…” la profesora abrió la boca para interrumpir, pero Hermione fue más rápida “... es sobre los objetivos del curso, no hay nada sobre la práctica de los hechizos”
“¿Práctica? ¿Por qué debería practicarlo? ¿Acaso en mi salón serán atacados?”
“¡Entonces no usaremos magia!” grito indignado Ron levantándose de su asiento.
“Por favor, levante la mano si desea intervenir en la conversación” la sonrisa del rostro de aquella mujer se volvía más falsa “Así que…” se detuvo ante las manos alzadas de Ron, Hermione y Harry “¿Sí señorita?” dijo mirando a Hermione, ignorando a los otros dos.
“El objetivo de este curso es practicar hechizos defensivos, así que por qué nos lo están quitando”
“¿Acaso usted es una experta docente del tema? ¿Es parte del Ministerio que regula los programas escolares?” dijo acercándose a la joven, dándole una mueca desagradable.
“Por supuesto que no, pero…”
“Entonces no opine en algo que no es su especialidad, deje eso en la mano cualificadas de expertos y…”
“Entonces para qué sirve este curso si no vamos a practicar la parte de defensa” interrumpió Harry provocando la ira de la mujer que gritó:
“¡La mano, señor Potter!”
La discusión implosionó. Los demás leones también empezaron a discutir sobre el cambio del curso, de que se vuelva completamente teórico dejando de lado lo práctico, también señalaban de que los T.I.M.O.S. tienen una parte práctica de los hechizos y que al no practicar lo desaprobarían. Umbridge siguió gritando de que ellos eran unos incultos que no sabían nada sobre el tema, que el Ministerio había acreditado de que la enseñanza de este curso sería mejor si solo se enseñaba lo teórico y si lo conocían muy bien, entonces lo práctico lo harán correctamente.
Ante cada intervención la mujer iba perdiendo la falsa sonrisa y una mueca furiosa la iba reemplazando.
“¡Debemos practicar los hechizos, debemos saber defendernos!” gritó Harry sin levantar la mano, pero a estas alturas Umbridge ya estaba cansada de pedirle a los estudiantes que lo hicieran.
“¡¿De qué se van a defender?! ¡No hay nada peligroso afuera para que tengan que defenderse!” gritó de vuelta la profesora, perdiendo poco a poco la compostura.
“Déjeme pensar…” Harry dijo mirando el techo como si en verdad lo estuviera analizando “No sé, tal vez Voldemort” aquel nombre solo provocó que los Gryffindor jadearon o se sobresaltaron, sin embargo, Draco quien estaba intentando ignorar la discusión que se había generado se sorprendió ante la reacción de los Slytherin.
Palidecieron en un segundo, las pupilas de sus ojos se dilataron ante la mención del nombre, sus hombros se tensaron y sus manos temblaron de forma abrupta. ¿Era su idea o esta reacción era demasiada exagerada? Como si en verdad lo hubieran conocido y supieran el mal que llevaba consigo.
“¡Diez puntos menos para Gryffindor!” el grito molesto de Umbridge le regresó a la discusión que estaba pasando frente suyo “Y será mejor que se calle si no quiere que esto empeore señor Potter”
Draco no pudo evitar enojarse ante esto “¿Eso es una amenaza profesora?” gruñó porque le pareció como tal y no iba a permitir que nadie amenazara a los miembros de su manada.
“Tómelo que desee joven Malfoy” siseó como una verdadera serpiente “Será mejor que controle a su amigo a menos que quiera que sus días en Hogwarts se vuelvan malos.”
“Pero no está mintiendo, afuera del colegio está Voldemort” soltó Draco levantando la ceja.
“¡Diez puntos menos para Slytherin!”
“¡No es mentira, Voldemort regresó!” gritó Ron molesto.
“¡Otros diez puntos menos para Gryffindor!” empezaban a sacar más de las casillas a la profesora “¡Y les advierto de que si…!”
“¡Pero es cierto, si usted y el Ministerio no quieren verlo entonces…!”
“¡Otros diez puntos menos para Gryffindor!” gritó roja de la ira para luego mirar a los demás estudiantes “¡Cierto mago oscuro no ha resuci…!”
“Nunca estuvo muerto…”
La profesora decidió ignorar a Harry para seguir hablando con el alumnado y tenerlos de su lado “¡... Así que estamos en una época de paz y no debes dejarse llevar por los pensamientos de tontos y paranoicos que les gusta mentir para atemorizar a las masas!”
“¡No estamos mintiendo, lo vimos regresar, estuvo frente a mi y me lanzó un imperdonable!” gritaba Harry mirando a los Gryffindor para convencerlos a creerle.
“¡Solo quieren infundirles temor poder superarlos en este año difícil, poder conseguir mejores notas!”
“¡¿Qué?! ¡Eso es ridículo, no lo hacemos por los T.I.M.O.S.!” gritó Hermione golpeando la mesa muy enojada porque estuviera acusándolos de sabotear a otros en los exámenes.
“¡Queremos advertirles para que estén alertas y sepan defenderse!” intervino también Ron muy molesto por las mentiras que la mujer lanzaba a los estudiantes quienes no sabían a quién creer.
“¡Están en las calles asustando a todos, no podemos dejar a los estudiantes indefensos! ¡Usted debe enseñarles a defenderse, tiene la responsabilidad de enseñarles a menos eso!” Draco miró fijamente a la profesora Umbridge quien tomó aire y gritó.
“¡Castigo para ustedes cuatro!” los señaló casi escupiéndoles en la cara “¡Irán mañana mismo a mi despacho!” miró fijamente a Draco “¡Y para ti el castigo aumentó una semana más!” el rubio rodó los ojos, ¿en serio creía que le importaba? “¡Este tema queda zanjado, ya no digan nada más!” gritó furiosa Umbridge.
“Nada más” se burló Draco ganándose una mirada incrédula por parte de sus amigos y los demás Gryffindor junto a los Slytherin.
“¡Tiene una semana más de castigo Malfoy!”
“He tenido castigos más largos” dijo Draco quitado de la pena, estaba cansado de aquella nueva profesora, ya no le divertía sus reacciones, solo estaban cansados y molestos.
“¡Ahora son cuatro semanas Malfoy, un mes completo!” iba a volver a hablar para discutir con aquella horrible mujer, pero Hermione intervino.
“Profesora…” lo que sea que iba a decir fue callada por el grito de Umbridge.
“¡Otra semana para usted señorita Granger!” la profesora estaba loca.
“¿¡Qué!? ¡Ella no dijo nada!” Ron gruñó.
“¡Otra semana también para usted!”
“¿No puede estar hablando en serio?” preguntó incrédulo Harry. ¡Cállate!
“¡Dos semanas para usted Potter!”
“No puede hacer eso profesora, está abusando de su poder” habló diplomáticamente Hermione, controlando su rabia por la injusticia, pero queriendo que se bajen los ánimos en aquel salón de clases “Sentimos si…”
“Una más señorita Granger” su amiga soltó un jadeo.
“¡Ella se estaba disculpando por todos noso…!”
“¡Otra semana más señor Potter!”
Conteniendo su enojo por lo injusto de la situación Ron decidió callarlos “Mejor guardemos silencio” dijo rechinando los dientes.
“Uno más señor Weasley” detuvieron a Ron antes de que se lanzara sobre la mujer quien al verlos callados siguió con su querido monólogo “No deben hacer caso a estas mentiras que algunos esparcen, hay magos quienes desean hacerles daños asustándolos así que si escuchan a personas hablar sobre magos tenebrosos resucitados informenme, seré una amiga para ustedes, un oído amable y un lugar seguro. Ignoren las mentiras que se están fomentando, no las crean, sigan mis palabras y con ellos sus vidas con normalidad porque el Ministerio ha confirmado que el supuesto resurgimiento de cierto mago tenebroso es una falsedad creada por un grupo de magos y brujas que desean desestabilizar el sistema” sus ojos castaños brillaron con una falsa amabilidad y cariño mientras miraba al resto de Gryffindor y Slytherin “No olviden que soy su amiga, mi despacho siempre estará abierto para todos, no teman. Crean en mí, no en aquel grupo que desea envenenar su mente para hacerlos fallar y volverlos temerosos de la vida. Son mentiras, puras mentiras desagradables.”
“Con esas amigas, no quiero enemigas” pensó Draco ya cansado de la discusión ya que era como hablar con una pared, pero era obvio de que para Harry no había acabado.
Mientras Umbridge se volvía a dirigir a su escritorio, Harry gruñó “¿Mentiras? ¿Desestabilizar el sistema?” susurró ganándose de nuevo la atención de la profesora quien intentaba controlar su rabia, pero al parecer el enojo de Harry era mayor “¿Crees que nos importa siquiera un poco el Ministerio para desestabilizar? ¿Crees que buscamos aquel poder?” la incredulidad se combinaba con la ira “¿Me está diciendo que todos los muertos muggles que aparecieron en aquel cementerio fue algo inventado para esparcir miedo? ¿Qué la muerte de Cédric Diggory es una mentira fabricada para poder destituir a los miembros del ‘poder’? ¿Qué nosotros deseamos hacer algo con el inútil del Ministerio de Magia?”
“Esos muertos muggles fueron desenterrados…”
“Estaban frescos, lo que dice es una tontería” susurró Draco molesto, pero siendo oídos por todos.
Umbridge decidió seguir hablando como si el rubio no hubiera interrumpido “... Y la muerte del joven Diggory fue un terrible accidente”
Recordó los bellos ojos de Cédric perdiendo el brillo de la vida luego de recibir la maldición asesina. Tan joven, con un largo futuro por delante que se le fue arrebatado en un simple hechizo. Intentó mandar aquel recuerdo a lo más lejos de sus recuerdos, solo deseaba recordar a Cédric con aquella sonrisa llena de vida y no en sus últimos momentos de existencia.
Dolía, siempre iba a doler.
Su mano de forma inconsciente sujetó el dije que estaba guardado en su túnica, siempre lo llevaba consigo.
“¡Fue un asesinato!” gritó Harry furioso “¡Lo mató Voldemort y no puede negarlo!”
El salón quedó en silencio, los demás estudiantes no sabían qué decir, mientras tanto Ron, Hermione y Draco volvieron a recordar aquella noche, aquella horrible y desastrosa noche que todavía no habían superado, quisieron ignorarlo, quisieron fingir de que no pasó nada, pero volver a mencionarlo traía todo de nuevo.
El llanto, el terror, las lágrimas, la sangre.
La muerte.
“Potter entrégale esto a la profesora McGonagall” le entregó un pergamino, Harry terminó yéndose del salón pisando con fuerza el suelo.
La clase quedó en completo silencio, nadie volvió a hablar y se quedaron leyendo el maldito libro, aunque para ser sincero Draco, Hermione y Ron solo se quedaron leyendo la misma línea una y otra vez, sus cerebros no podían entenderla porque solo podía recordar esa noche. Una y otra vez.
No se presentaron en la cena.
Estaban en la ‘Habitación Necesito’ que conjuraron una pequeña sala con balcón para mirar las falsas estrellas en el cielo, sintiendo el clima frío del otoño en silencio, habían pedido un favor a Dobby si les podía dar algo para comer… Al menos para Ron que era el único con hambre, los otros tres se encontraban inapetentes.
“Lo siento” susurró Harry rompiendo el silencio incómodo que se había entre ellos “No tuve que haber mencionado esa noche.”
Al final, Harry también había sufrido aquella noche. Había sido secuestrado, casi ahogado, le lanzaron la maldición cruciatus, estuvo frente a frente del mismo Voldemort y rodeado por los mortífagos, completamente solo. También observó las distintas personas que cayeron muertas, desconocidos que murieron en el acto, y tuvo que cargar con el cuerpo de alguien muerto. Además, que después de todo ese infierno casi es llevado por el falso Moody de regreso a Voldemort.
“No debes disculparte… solo que hemos intentado esconderlo, ¿no?” susurró Draco volviendo a ver las falsas estrellas, era una conversación difícil.
“Fue una noche muy larga” dijo Hermione mirando sus manos “Dura y dolorosa”
“Todavía me duele las cicatrices” Ron dejó de comer para hablar “Pero hemos estado ignorando el tema como si fuera nuestra culpa”
“¿Nuestra culpa?” Harry susurró mirando confundido a Ron.
“Yo me siento culpable de no poder ayudar … me dolió mucho lo que pasó y me sentí inservible por salir lastimado sin haber podido liberarme del calamar. Pasé toda la noche desmayado mientras ustedes tenían que pelear contra Tom, viendo como los demás morían a su alrededor. Me siento culpable de no estar ahí, de no haber dado más de mí, de haber sido una carga” susurró Ron mirando aquel pedazo de pie de manzana en su mano a medio comer.
“Me siento culpable de también haber sido una carga… siempre soy la ‘damisela en apuro’ que ustedes deben ayudar” Hermione apretó los puños impotente “En primer año ustedes salieron lastimados mientras yo solo me quedaba apartada, fui petrificada en el segundo año y el año escolar pasado Draco me empujó para que no me atacaran” lloriqueo “Me quedé quieta, no sabía que hacer, ustedes tuvieron que recordarme la señal de ayuda. No he podido ayudarles nunca.”
“Es mi culpa que estén involucrados en todo esto” comenzó Harry “Ustedes deberían tener años normales, no peleando contra Tom o siendo lastimados, pero cuando decidieron estar cerca de mi fueron envueltos en el mal que mi nombre y apellido envuelve. Me siento mal de que sus vidas cambiaran por mi culpa, a veces pienso que si nunca les hubiera hablado tendrían más paz, tranquilidad, aunque me duele porque no puedo pensar en una vida donde ustedes no esten. Me siento egoísta.”
Recordó esto, era como cuando tenía sus sesiones de terapia con Madame Pomfrey “Me siento culpable de no ser lo suficientemente fuerte para salvarlos, de perder a las personas que amo, de que un día todos ustedes ya no estén a mi lado. No quiero perderlos, no quiero perder otra manada e intento hacer de todo hasta explotar mi propio cuerpo para poder ser más fuerte para salvarlos, pero qué pasaría si nunca es suficiente.”
El silencio volvió a envolverlos, analizando las palabras que cada uno dijo, la culpa que sentían ante su papel en aquella noche.
Las lágrimas volvieron a brotar por la culpa que los demás sentían.
No era su culpa, ni de Ron ni de Hermione ni de Harry ni de Draco, ninguno tuvo culpa esa noche, hicieron lo que podían.
Sobrevivieron.
Los cuatro se abrazaron.
“No fue tu culpa.”
“No eres una carga.”
“No te consideramos como una damisela en apuros.”
“Eres nuestro amigo, nunca cambiaríamos todo lo vivido.”
“Ya eres fuerte, date un descanso y déjate ayudar.”
“Hubo momentos buenos y malos, pero prometimos siempre estar juntos.”
Las palabras entre ellos siguieron, queriendo demostrar de qué estaban juntos, de que no importaba lo que sucediera siempre se tendrían uno al otro.
Quedaron arrodillados en el suelo mientras seguía susurrándose palabras de cariño. Se querían, se amaban, estaban felices de estar juntos y esta conversación de alguna forma fue un desahogo sobre aquella noche. Sobre las inseguridades, sus miedos y preocupaciones.
Al final quedaron recostados en el suelo, viendo las falsas estrellas.
Después de llorar un cansancio reconfortante les había envuelto. Sus amigos estaban planeando hacer un entrenamiento para mejorar sus habilidades mágicas, Ron y Hermione estaban especialmente entusiastas sobre este tema. Draco no estaría en contra, pero había un pequeño inconveniente. El tiempo.
“No sé si podría entrenarlos” susurró sin mirarlos, aunque percibía los ojos curiosos de sus tres amigos ante su negatividad, sabía que preguntarían la razón, así que decidió no ocultar más su conversación con Dumbledore “El director y yo tenemos un ‘trato’ o algo así”
Lo que dijo ganó la total atención de sus amigos, sus rostros demostraban su incredulidad, no podía culparlos.
“Quiere que haga algunas misiones para él y …”
“¿Misiones? ¿Estás loco?” Harry se veía enojado luego de salir de su aturdimiento “¡Es Dumbledore! El maldito hombre que el año pasado estuvo que no moleste y moleste” sus otros dos amigos también empezaron a regañarlo por aceptar esta tontería, lo aceptó completamente, fue un idiota total.
“Es que no ves que ese hombre parece tener mala leche, no puedes confiar en él.”
“Su juicio ha sido puesto en duda muchas veces, Draco, ¿cómo puedes ponerte en sus manos directamente?”
Tomó decisiones cuando se sentía vulnerable y ahora se arrepentía, no tuvo que haberlo hecho.
“Esta noche quiere que nos reunamos, al parecer quiere darme información sobre la misión”
“No irás, ¿verdad?” dijo Ron.
“¿Qué piensan el profesor Snape y Lockhart sobre esto?” siguió Hermione notando la culpa en sus facciones “No les has dicho nada” no fue una pregunta, fue una afirmación.
“Él tiene información o puede tener los medios para obtenerla, necesitamos saber lo que está pasando allá afuera” sus palabras los silenciaron para escuchar, no parecían muy felices de que él se sacrificara, pero podían entenderlo un poco “Si estoy de su lado, tal vez podamos descubrir donde están escondidos y acabar con esto. No me agrada el hombre, pero es necesario tenerlo de nuestro lado.”
“Mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos aún más cerca” dijo Hermione con un rostro molesto porque la situación cabía muy bien con esa frase.
Harry lo tomó de los hombros “Tendrás que decirnos lo que ese hombre pida de ti, no deberás mantenernos a oscuras, no confío en él, mucho menos confío en él sobre tu seguridad y sé que no te vas a retractar en ir, así que al menos prometenos eso”
“También debes prometer que si es algo muy malo, una misión muy peligrosa tendrás que decirnos para evitar que vayas, no queremos que te mande a la primera fila en la guerra, no eres un soldado, no eres su soldado” afirmó Ron.
“Debemos prometernos que los secretos deben ser nulos entre nosotros” dijo Hermione tomando de la mano a Draco “Somos una manada, ¿verdad? Debemos confiar entre nosotros” sus ojos castaños mostraban un ruego para que se cumpliera. Draco se sintió culpable de hacerlos preocupar tanto.
Cerró los ojos porque le dolía ver el ruego de sus amigos, de su manada.
“Lo prometo” los tres lo abrazaron con fuerza “Lo siento” susurró y el peso de estar ocultando esta información fue desapareciendo de sus hombros poco a poco.
Cuanto amaba a los miembros de su manada, le rezaba a cualquier deidad que quisiera escucharlo de que los mantenga a salvo, que sin importar el cruel mundo que les tocará vivir puedan salir adelante, juntos, fuertes y sanos. Que nada sea capaz de hacerles daño y si lo hiciera poder enfrentarlo en compañía.
Era su único deseo.
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Dumbledore se encontraba frente suyo revisando documentos. No lo miraba, pero había reconocido su presencia cuando llegó a su despacho así que estaba aburriéndome del silencio, ¿debía irse? ¿Esto era una completa pérdida de tiempo? No lo sabía, pero decidió esperar por cualquier información importante, aunque no se iba a quedar callado mucho tiempo. Si aquel hombre no le hablaba en cinco minutos haría la más grande discusión de la historia en esta vieja habitación y el único testigo sería Fawkes.
Casi a los tres minutos de perder su paciencia, de la chimenea apareció Moody quien se notaba malhumorado.
“¿Moody? ¿Qué haces aquí?” le pareció raro verlo, creyó que estarían en contacto por cartas hasta las vacaciones de Navidad “¿Todo bien?”
El hombre que fue su maestro durante las vacaciones solo dio un asentimiento de forma brusca a su respuesta, sin embargo , su ojo estaba fijo en Dumbledore, lo veía de forma diferente hasta el ambiente que los rodeaba a esos dos era más pesado, espeso, incómodo.
“Que bueno que has llegado Alastor” Dumbledore se levantó para acercarse al hombre que había puesto una distancia prudente entre ellos, pero cuando el mayor se fue acercando no se alejó se mantuvo erguido, pero la incomodidad era mucha, especialmente cuando rodeó sus hombros con un brazo, un signo de camaradería, pero aquí se veía mal. Muy mal “Estábamos esperando tu llegada para poder hablar”
“Ya estoy aquí, empieza” dijo soltándose y yendo a sentarse en la silla frente al escritorio. Impaciente.
Dumbledore alzó la ceja hacia el otro hombre mayor para luego negar con la cabeza ante su reacción, intentando olvidarlo o ignorarlo
“Uno de mis hombres pudo seguir el rastro de los dementores” comenzó tensando a Draco, mientras Alastor solo frunció el ceño esperando que continuara “Esto lo llevaron a una zona, la antigua residencia de los Avery”
Moody se inclinó hacia Dumbledore “¿Avery? ¿Crees que se encuentren en esa mansión? Sabía que ese mocoso era igual a su padre, un mortífago, pero el Ministerio nunca encontró nada sobre su unión a Voldemort.”
“Quiero que vayan a inspeccionar la zona” Dumbledore entrelaza los dedos “Avery protegió la zona para evitar que cualquier mago o bruja pueda ingresar sin que se le avise, si solo pones un pie en su terreno, él lo sabrá”
“¿Deseas que lo traigamos a ti? ¿Obligarlo a confesar?” se burló Alastor “Si tiene esa seguridad no podremos ingresar sin que seamos capturado, debemos tener a alguien adentro, un espía, para romper el hechizo” bufó para cruzarse los brazos “A menos que tengas a alguien así no sé como quieres que hagamos el trabajo, y no me digas que Severus es tu espía, Avery nunca le daría permiso de ingresar a su mansión, le teme.”
Dumbledore sonrió “Alastor no te mandaría a una misión si no supiera que podrías hacerlo” sus ojos celestes al fin se fijaron en Draco “Muy bien sabes que tenemos el mismo hechizo aquí en Hogwarts, especialmente en las habitaciones de las niñas para evitar cualquier inconveniente en los jóvenes y hace unos dos años atrás, para mi sorpresa, hubo alguien capaz de contrarrestarlo” ¿Hace dos años? ¿Qué pasó en 1993?
Lo recordó, recordó como lo lanzaron a la habitación de las niñas y ninguna alarma se activó, era como si ni siquiera lo reconocieran como un humano, un varón, por lo que nada pudo detener su paso a aquella ‘zona prohibida’, en cambio cuando Flint intentó ingresar a la misma habitación creyendo que podía estar descompuesta se activó la alarma, avisando a Severus de su interrupción.
“Yo puedo ingresar” susurró, provocando que ahora Alastor también lo mirara.
“Exacto, Draco podrá ingresar a la mansión, hará una inspección de la zona para desactivar la alarma y con tu guía podrá descubrir la forma de cómo evitar que Avery este alerte de la desactivación. De ahí solo se quedaran a investigar la zona.”
“¿Quieres mandar al niño, solo, a la mansión Avery? ¿Acaso te olvidas que para ingresar debes enfrentar a las diversas criaturas que se esconden en el bosque que rodea la propiedad? Los Avery son una jodida familia sangre pura que crían a peligrosas criaturas mágicas para hacer la ‘caza mensual’, son criaturas furiosas con los magos” gruñó Moody, apretó con fuerza su puño, parecía listo en golpear a Dumbledore, aunque un antiguo respeto lo retenía de hacerlo.
“Entonces espero que tu entrenamiento durante estas vacaciones haya servido” soltó Dumbledore.
“Eres un …”
Draco interrumpió lo que iba a decir Moody “Puedo hacerlo” dijo de forma decidida “Yo puedo lograrlo, ya he peleado con algunas criaturas, podré con esto.”
“¿Me estás diciendo que puedes pelear con una gran cantidad de criaturas mágicas? ¿Qué podrás enfrentarte a los Escondedetrás, Kappas, Graphorns y quién sabe qué más hay en ese bosque?” nunca había escuchado de dos de esas criaturas, tal vez debería averiguar sus puntos débiles.
“Tal vez …” susurró “... si uso a mi lobo no me ataque por creer que soy una criatura”
“Oh… el lobo” Moody no pareció muy contento “Ayer Albus me contó toda la historia, ¿crees que tu lobo les hará resistir atacarte? ¿Crees que no se sentirán invadidos ante una nueva criatura, especialmente un hombre-lobo que son considerados agresivos?”
“No soy agresi…”
“No lo eres, pero las feromonas de los hombre lobo son únicas y las demás criaturas mágicas se sentirán amenazados, volviéndose más violentos, especialmente si han creado una jerarquía en aquel bosque” Moody dijo con una voz calmada mirando a Draco, para luego volver a hablar con Dumbledore “Estoy en contra del plan, estás mandando a un menor a pelear en esta guerra, ni siquiera tiene 17 años, cuando tenga esa edad recién lo pensaré en ponerlo en mis filas, pero antes no.”
“Alastor estás siendo ilógico, Draco ya a estado en una ‘guerra’ peleando con este ‘mago’ que busca modificar los cuerpo de muggles y magos para volverlos criaturas mágicas, lo conoce y debe saber cómo piensa” habló el directo de forma calmada “Draco quiere derrotar a este hombre que le arrebató mucho, ¿no?”
“Si, debemos derrotarlo para que ya no haya más sufrimiento, él es mi principal objetivo” el más grande de todos porque mientras siguiera libre muchos estarían siendo torturados por sus diversas experimentaciones, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, nadie se salvaría porque ahora secuestraba a todos indiscriminadamente, debían detenerlo para acabar su arrastre del dolor, además que si seguía libre aumentaría más el ejército de Voldemort. Eso no podían permitirlo.
No supo que habrá visto Moody en él pero al cabo de medio minuto soltó un suspiro.
“Solo aceptaré esto si el entrenamiento sigue, no pienso llevarlo ahí con su conocimiento actual, no lo permitiré” fue el ultimátum de Moody “No me harás cambiar de decisión, Albus.”
El director lo analizó para luego asentir “Entiendo, solo espero que ese entrenamiento sea rápido, Alastor, el tiempo es algo que no tenemos cómo debes saber” sentenció para levantarse y empezar a caminar hacia la puerta del despacho “Necesito irme, tengo una reunión con los demás profesores de Hogwarts, pueden retirarse cuando quieran” se despidió con un asentimiento de cabeza.
“Ahora Kamikaze, ¿me puedes explicar qué significa eso de ‘tu principal objetivo’?” Draco se quedó un largo rato conversando con Moody sobre las implicaciones de Novack con Voldemort, su verdadero origen y sus deseos. Al parecer Dumbledore le había dado una información muy general de la verdadera situación, por lo que la información extra fue muy útil para él.
“Entonces es un muggle” susurró mirando el techo “¿Qué hace ese desquiciado con un muggle?”
“No tengo idea, ni siquiera sé cómo se conocen, pero parecen ser buenos amigos. Tal vez la locura los unió. Es como dicen los muggles: Dios los crea y ellos se juntan, aunque creo que en su caso sería el diablo” Moody soltó una leve risa luego de la tensa conversación.
“Intentaré mover a mis amigos dentro del Ministerio para que me den toda la información recolectada de los Avery, para saber con que nos enfrentamos allá adentro. Desde hace muchos años Avery Junior ha desaparecido de la faz de la tierra luego de salvarse de su sentencia como mortífago” se levantó caminando alrededor de la habitación “Se encerró en su mansión y al no ser considerado involucrado en el ‘lado oscuro’ le dejaron hacer todo lo que quisieran en la propiedad. No pienso dejarte entrar ahí a oscuras.”
“¿Crees que no pueda ingresar?” susurró Draco, ya le había contado que las misiones eran el pan de cada día en sus tiempos en el laboratorio así que le parecía ridículo de que no le tuviera fe para ir ahora mismo.
“No es eso, Kamikaze” susurró revolviendo los rubios cabellos de Draco, esa simple caricia le transmitió mucho, todo lo que en palabras nunca dijo. ‘Lo siento por lo que te sucedió, no lo merecía, lamento que tengas que regresar a ese infierno de nuevo’ de los labios de Moody no salieron, su rostro seguía igual de frío, pero ese toque transmitió lo que adentro había “Solo que antes de ingresar a cualquier zona de conflicto uno debe hacer una investigación previa con los datos que se tenga o sino irás a ciegas y el porcentaje de victoria disminuye considerablemente y no queremos que algo malo te pase ahí, debes regresar para tus T.I.M.O.S.” empezó a caminar hacia la chimenea del despacho “Nos veremos el fin de semana para ponerte al tanto de lo que obtenga, además ya tengo que irme porque todavía no acaba mi guardia”
Antes de que desapareciera con los polvos flú Draco solo pudo decir “Tenga cuidado” recibiendo un asentimiento del hombre mayor. Se sintió de alguna forma respetado por ese arisco ex-auror ‘Tal vez por eso Tonks lo aprecia tanto’ pensó recordando como ella siempre hablaba muy bien de Moody, con tanto respeto, aunque sin dejar de bromear con él
Le agrada tenerlo como mentor y esperaba poder acabar esta guerra teniéndolo a su lado.
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A la mañana siguiente antes de salir de su sala común colgó un afiche sobre las pruebas para las diversas posiciones de Quidditch que se iban a tomar el sábado en la mañana. Solo esperaba que el hambre de victoria de los Slytherin sea mayor a su resentimiento, lo dudaba, pero esperaba estar en un error. Severus le había comentado que si el puesto se volvía muy pesado ante la actitud de las serpientes podría declinar a la posición sin ningún problema, pero Draco no quería hacerlo debido a que el puesto se le fue entregado directamente por Flint, su capitán confió en él para poder dirigir a los Slytherin a la victoria y quería cumplir sus deseos.
Mientras pegaba el afiche notó como diversas serpientes fruncieron el ceño al descubrir que él era el nuevo capitán. Se sorprendió de que no lo supieran.
Varios lo observaron con desagrado por querer que participaran en Quidditch cuando estaban tan deprimidos y enojados, pero para Draco con este deporte se podía sacar todos esos sentimientos negativos, una forma de quitar el peso de los hombros aunque sea por unas horas.
Frunció el ceño ante su pensamiento.
Quedando solo en la sala común se tiró en el sillón.
Se recriminó porque su desprecio sobre la actitud de las serpientes solo duró un día, ayer los estaba maldiciendo mentalmente, pero ahora… ¿buscaba que se desahogará con el Quidditch? Al parecer era malo guardando rencor ante situaciones ¿insignificantes? No lo sabía, pero en realidad no quería tener más rencor en su corazón, ya era suficiente contra el doctor y Voldemort. Unos niños que se desquitaban contra él no era doloroso, tal vez molesto si, pero no algo que le hiciera sufrir.
Se levantó del sillón para dirigirse al Gran Comedor pensando que simplemente haría sus funciones como capitán y prefecto, nada más. Una amistad es algo que ya no buscaba en los Slytherin. Nunca más.
A las 9 de la mañana fue bombardeado de preguntas por parte de sus amigos. Estuvieron muy en contra de que se infiltre a esa casa de mortífagos, pero cuando les dijo que Moody también estaba reacio al plan, por lo que buscaría mantenerlo lo más a salvo posible con las limitaciones que lastimosamente tenían, entonces sus reproches fueron disminuyendo.
“¿Estás seguro de que hará lo posible para buscar tu protección?” susurró Harry mirándolo con mucha preocupación. Los cuatro estaban caminando atrás del gran grupo que iban hacia la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.
“Eso dice, Moody es muy serio y no creo que esté mintiendo” respondió con una pequeña sonrisa “Estoy muy nervioso” asustado. Las misiones son impredecibles, uno no sabe qué podría salir mal… quien puede morir “Todavía no saldremos en un buen tiempo porque quiere seguir entrenándome así que no deben preocuparse. Les diré cuando sea el momento.”
Al llegar a la clase se percataron por primera vez de que no estaba Hagrid, en cambio una nueva profesora estaba presente. Grubbly-Plank quien fue muy amable en la clase, además de competente, pero la falta de su amigo medio gigante era confuso. ¿Qué le había pasado a Hagrid? ¿Estaba bien? ¿Cuándo volverá? La profesora, cuando le preguntaron sobre el paradero de su profesor, solo les respondió que pronto regresaría, que no se preocupen, le creyeron, pero la voz fría fue un poco preocupante.
Solo esperaban que estuviera bien.
Con mucho escepticismo llegó la hora de su castigo. No sabían lo que aquella horrible mujer les haría hacer, así que esperaban que fuera algo simple, aunque por su actuar lo dudaban mucho.
“Yo apuesto de que nos va a obligar a limpiar todas las escaleras de nuevo, ser los esclavos de Filch” se quejó Ron pateando una piedra inexistente con fuerza, queriendo expulsar de esa forma su enojo.
“Odio ese castigo, mi espalda me dolió por semanas al estar agachado por restregar los escalones” se quejó Harry mientras estiraba su espalda en un arco, como si recordara ese dolor.
“Como es aquella mujer nos mandaría por toda la noche al bosque prohibido para atormentarnos” bufó Hermione “Aunque mal para ella porque hemos pasado un gran tiempo de nuestra vida escolar ahí.”
Draco solo alzó los hombros “¿Qué es lo peor que podría pasar?”
“Lo peor es que Angeline me mate por faltar a la prueba del nuevo guardián” se quejó Harry provocando que Ron detuviera sus pasos y se pusiera pálido.
“¡Las pruebas! ¡Maldición, maldición!” gruñó muy molesto.
“¿Ron?” preguntaron los tres muy preocupados por la reacción “¿Qué pasa?”
El adolescente se puso igual de rojo que sus cabellos “Es que me inscribí para las pruebas, quería que fuera sorpresa, pero ahora no podré ni siquiera asistir”
“Oh, Ron” susurró Hermione tomándolo de la mano muy triste por el pelirrojo “Intentaremos hablar con Umbridge para que al menos tú puedas asistir a las pruebas, si debemos rogarle lo haremos.”
“Si, amigo, no permitiremos que faltes a la prueba. Será genial poder jugar juntos al fin oficialmente” comentó Harry dándole una palmada en la espalda de Ron “Al fin tendremos a alguien para tapar los puntos de Draco, llegó tu momento cariño” le guiñó el ojo a Draco quien se sonrojó.
“En tus sueños Potter” el rubio fulminó con la mirada a Harry quien tuvo el descaro de reírse. Sus ojos grises siguieron a Ron “No importa lo que pase, tú no perderás tu oportunidad de ser parte del equipo de Quidditch de Gryffindor porque es obvio que esos mancos te necesitan para que el juego sea divertido.”
Se pararon frente al despacho de la profesora quien tenía una placa dorada grabada colgada en su puerta.
Dolores Jane Umbridge
Subsecretaria del Ministro de Magia
Profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras
“No puede ser tan difícil, ¿verdad?”
Una sonrisa malvada fue la bienvenida a aquella habitación, tal vez si iba a ser difícil.
EXTRA
Ron se encontraba curioso por lo que estuvo haciendo Harry en el momento que iban avanzando los deberes escolares, el pelinegro había podido engañar a Hermione de que los estaba haciendo, pero él pudo notar claramente que hacía cálculos en una hoja. ¿De qué? No tenía idea. Así que cuando ya se estaban dirigiendo a sus camas para dormir, se percató de que seguían haciendo sumas y restas “¿Qué estás haciendo, amigo?”
“Estoy financiando mi futuro con Draco, ya he revisado cuánto dinero tengo en Gringotts y comparando el costo de diversas casas que tienen un bosque adjunto a ellas” dijo sacando un fajo de fotos móviles de muchas casas y que mostraban un bosque atrás de estas. Detrás de las fotos estaba escrita las características de las casas y sus precios.
“¿Estás comprando una casa?” Ron no pudo evitar que su voz saliera con unos decibeles superiores ante su sorpresa “Amigo… eso es pensar muy adelante, recién van un mes de relación, creo” se sentó en la misma cama que Harry.
“Nunca es muy temprano para empezar a planear el futuro, además sigo pensando que carrera seguir … Creo que Draco será medimago, aunque él todavía está indeciso de si seguir o no esa carrera, aunque si desea ser amo de casa, no me molestaría ni sería un problema, por mi parte debo buscar un trabajo lo suficientemente rentable para que podamos criar a nuestros hijos correctamente, con la comodidades necesarias” Ron solo había visto así de serio a Harry contadas veces, cuando hablaba de su futuro con el rubio.
Desde que conoció a Harry este siempre tuvo como meta un futuro con Draco, era algo inamovible para el pelinegro, no importa los obstáculos que la vida les pusieran este haría lo posible para que se cumpliera … obviamente no forzará al rubio, pero si lo cortejaría para tener una relación seria y estable, pero si al final Draco no lo quería de esa forma Harry se retiraría. Afortunadamente Draco también estaba enamorado de Harry y era muy obvio, así que estaba feliz de que estuvieran juntos al fin de cuentas.
“Si, todo por James Cyan Potter y Lily Alani Potter, sé más sobre ellos que de Percy y eso que todavía no existen” se sentó junto a su amigo para empezar a leer las características de las casas.
“No hablo mucho de ellos” la vergüenza se plasmó en el rostro moreno de Harry.
“Amigo, de que ya tengas sus nombres es drástico” le dio un golpe en el hombre para que supiera que si era muy extremo sus reacciones “Esta no me parece una casa perfecta, solo tiene una habitación principal y dos secundarias, no creo que te quedes solo con dos hijos, ¿verdad?” dijo divertido provocando que también riera Harry “Me lo imaginé.”
Pasaron al menos media hora más descalificando algunas casas para la futura familia Potter.
“Espero que después de tanta ayuda al menos me hagas padrino de uno de tus hijos, ¿eh?” comentó mientras estiraba su espalda adolorida por haber estado encorvado leyendo.
“Serás mi padrino de boda, ¿quieres acaparar más?” las palabras de Harry calentaron su corazón. Saber que era tan importante para su amigo que lo haría su padrino en una celebración que con tantas ansias esperaba era un honor para él.
“Gracias, Harry” dijo con la voz entrecortada “Cuando me case también serás mi padrino de bodas, es una promesa.”
Podía imaginar claramente a sus dos amigos casados, era notorio el amor que se tenían. Las miradas, los leves toques, las sonrisas, sonrojos, como se hablaban, era obvio del amor que había entre ellos. Así que era fácil poder imaginarlos casados, con niños y viviendo en una hermosa casa… deseaba algo así en su futuro también, un amor así.
No sabía con quién sería, pero esperaba con ansias poder amar como Harry.
Solo esperaba que la guerra no les quitara ese futuro.