Draco Malfoy y el rapto

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y el rapto
Summary
Quinto año de Hogwarts y la noticia del resurgimiento de Voldemort junto con la aparición de un nuevo maligno ser no se ha esparcido por Inglaterra Mágica, por lo que comenzarán el año escolar con un gran dolor de cabeza, los ánimos decaídos, el dolor de la pérdida, el trauma por lo sucedido en aquel cementerio y siendo tachados como mentirosos cuando intenten advertir a todos sobre el mal que se acerca, sin embargo, los problemas no se detendrán ahí, nunca algo puede detenerse en sus vidas.
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Las pérdidas de Slytherin

Habían pasado varias semanas desde la confesión, todavía se sentía en las nubes de recordar aquel bello momento, cada vez que recordaba abrazaba su nuevo peluche, un Ewok que Harry le había también regalado. Ahora dormía con sus dos peluches: Jormün y Fenrir. Además, la reciente pareja habían acordado mantener la relación en secreto, aunque obviamente Harry estaba listo para declararlo a los siete vientos, pero entendió de que todavía estaban en un momento crítico con el regreso de Voldemort y el doctor.

Las semanas fueron pasando rápidamente en esa casa,

Lo más entretenido era poder arreglar una televisión muggles que el señor Weasley había traído, la desarmaron e intentaron hacerlo funcionar para reproducir los VHS de Star Wars que tenía, era el único medio de entretenimiento, además de escuchar de forma contrabandista información sobre los que estaba pasando afuera por parte de Black y Gilderoy, mientras que Lupin y la señora Weasley no estaban muy contentos de que lo supieran.

Al parecer en el mundo mágico no había pasado nada importante, solo que Cornelius Fudge seguía negando decir de que Voldemort había regresado así que todos estaban a oscuras sobre aquella información, pero lo importante estaba pasando en el mundo muggle. Las desapariciones han aumentado y son variadas, niños, adolescentes, adultos jóvenes, todos se esfumaron de sus colegios, casas, parques o algunos de penitenciarias o reformatorios. Era preocupante, pero los magos que fueron asignados a revisar no podían hacer nada porque las elecciones eran muy distintas y era imposible estar viendo todos esos lugares al mismo tiempo.

Esta información solo hizo que pusiera mucha más dedicación en sus entrenamientos con Moody quien lo felicitaba por sus progresos, aunque sus palabras de aliento eran muy toscos, pero era agradable saber que para el hombre era un estudiante rápido y muy capaz.

Las noches eran las favoritas de Draco ya que Harry se escabullía cuando los adultos tenían que irse a una misión nocturna para apoyar a los miembros de la orden a vigilar Londres muggle, evitar más secuestros, atrapar a los culpables, obviamente a ninguno de ellos se le permitió asistir por lo que esas oportunidades era visitado por su novio.

“¿No tienes miedo de que te descubran en mi habitación?” preguntaba mientras tomaba aire habían estado besándose por largos minutos, y ahora estaban descansando un poco, Draco con una sonrisa divertida acomodaba los lentes de Harry que estaban un poco chuecos.

“En la posición que estás cualquiera pensaría que tú me estás atacando, así que puedo salir impune” dijo el moreno divertido sin dejar de acariciar la cintura de Draco, éste se encontraba sobre Harry, sentado a horcajadas. Volvieron a besarse “Aunque estoy seguro de que dirán cualquier cosa para hacerme ver como un monstruo pervertido”

“Mi monstruo pervertido, ¿no?” sonrió Draco con un sonrojo por los besos, la posición que se encontraba y las palabras de cariño que se decían. Después de todo disfrutaba esto, creía que podía ser unos de los pocos momentos de felicidad que podía obtener con todo lo que les rodeaba.

“Todo tuyo”

Así llegó un día antes de que comenzaran las clases, junto con sus cartas con la lista de libros que debían comprar.

“Ya creía que no iríamos este año a Hogwarts” comentaba divertido Ron repartiendo las cartas a los presentes, recibiendo un gruñido por parte de Hermione ante el ‘sacrilegio’ dicho por el pelirrojo.

“¿Perder un año completo? Ni loca, hubiera ido de cualquier forma” abrió sus sobre “Me hubiera colado en el expreso” le creía muy capaz.

“Solo hay dos nuevos libros” comentó Harry luego de haber leído la carta, justo en el momento que los gemelos aparecían en la sala y empezaban a hablar sobre su curiosidad ante el nuevo profesor de Defensa “¿Nuevo profesor? ¿No será Remus?”

George alzó los hombros “Ni idea, solo que escuchamos de que al director le era difícil buscar a un profesor para cubrir la materia”

“Las noticias de que Moody estuvo encerrado por nueve meses en un baúl corrió como pólvora y atemorizó a los postulantes, creo que Remus no podrá asistir por algunas misiones que el director piensa mandarlo en aquellos meses de clase” complementó Fred ante lo dicho por su gemelo.

Draco solo decidió seguir acariciando las plumas de Hedwig, acariciarla le hacía recordar mucho a su pequeño y hermoso Aquiles, de como disfrutaba ser peinado y que jueguen con él, era extraño que en las vacaciones no estuviera volando alrededor suyo o queriendo picarlo cuando no le prestaba atención. Echaba mucho de menos a su búho.

Lo extrañaba mucho, pensaba mientras acariciaba su cabecita de la lechuza, por su parte la criatura estaba muy feliz de ser mimada, pero un grito la hizo emprender vuelo lejos de la sala, dejándolo con la mano extendida. Soltó un suspiro para prestar atención al bullicio.

“¡Oh, Ron, que maravilla! ¡Prefecto! ¡Cómo todos en la familia!” gritó la señora Weasley muy emocionada mientras abrazaba al pelirrojo y besaba toda la cara haciendo sonrojar a su hijo por las muestras de afecto frente a sus amigos y hermanos, se encontraba avergonzado, haciendo reír a sus amigos.

Los gemelos, de forma contraria, mostraron indignación en sus rostros ante lo dicho por su madre “¿Qué somos nosotros?” comentó Fred.

“¿Hijos del vecino?” siguió George, los dos estaban molestos debido a que su madre los había empujado porque se encontraban en el camino hasta llegar a su nuevo hijo prefecto, sin embargo, sus palabras quedaron en oídos sordos porque la señora Weasley estaba tan orgullosa de que su hijo hubiera alcanzado tal logro que no les estaba prestando atención.

Luego de varios minutos de más abrazos fueron dejados solos de nuevo porque la señora Weasley había ido a comprar los libros faltantes junto al regalo para Ron por ser prefecto, un premio por su logro.

“No te importará que nosotros te besemos, ¿verdad, Ron?” con voz maliciosa Fred se acercó a su hermano menor, provocando que Ron diera un paso para atrás.

“Podemos hacerte una reverencia si quieres” contestó su gemelo también acercándose y rodeándolo para evitar que escapara. Tanto Draco como Harry y Hermione fruncieron el ceño ante aquella acción.

Ron frunció el ceño y se soltó del agarre de uno de sus hermanos con fuerza “Déjenme en paz” siseó y de forma inconsciente los otros tres se tensaron, listos para intervenir si esto se ponía físico. Habían levemente inclinado su cuerpo hacia los gemelos para atacar si era necesario, se encontraban preparados para cualquier cosa si eso significaba proteger a uno de los suyos, para proteger a Ron.

Era como un sentimiento instintivo, luego de tanto solo querían protegerse entre los cuatro.

“Si no te dejamos, ¿qué harás?” Fred se acercó a Ron de forma repentina y con una sonrisa cruel dijo “¿Vas a castigarnos?” los otros tres tomaron aire.

“Me encantaría ver como lo intenta” se burló George de la misma forma que su gemelo, los otros lentamente movieron sus manos hacia sus varitas enfundadas, a un solo centímetro para sacarlas si se acercaban más a Ron o lo ponían más incómodo.

La tensión en la sala fue mucha, nunca habían visto a los gemelos portarse de esa forma, no eran graciosos, era más bien un poco crueles como lo hablaban, burlándose de Ron y su logro como prefecto. Es verdad que nadie se esperó que fuera elegido como tal, pero otra cosa distinta es querer ¿intimidarlo? por eso.

Draco no podía soportarlo, no podía aceptar ver como intimidaban a su amigo, y tampoco podía soportar ver a dos personas que quería comportarse de tal forma. Estaban fuera de su personaje.

“Cualquiera pensaría que están celosos de su hermano menor, aunque no me sorprendería con lo increíble que es Ron” dijo Draco sin dejar de ver a los ojos a los gemelos quienes también lo observaban sorprendidos, sin creer que interviniera en la conversación de hermanos. Una parte de él estaba molesto por como trataban a Ron, por otro estaba confundido del porqué lo hacían, eran los gemelos, sus amigos quienes siempre tenían una sonrisa y mano amiga hacia ellos, pero ahora… pero ahora estaban actuando crueles con alguien que él amaba mucho más de lo que les quería a ellos.

Sintió también a Hermione y Harry dando un paso adelante, alejando a Ron de los gemelos quienes seguían sorprendidos ante el actuar de ellos.

Tanto Fred y George parpadearon ante sus palabras y luego cambiaron sus rostros a una sonrisa más sincera y levemente culpable “Creo que nos pasamos, lo sentimos Ron” dijeron alejándose por un par de metros de los cuatro estudiantes de que ingresaban a quinto año.

“Entonces Ron y Hermione son prefectos, ¿tú también, Draco?”

Negó con la cabeza, quería dejar atrás la tensión que se había formado en la sala.

“¿No eres prefecto? Cualquiera hubiera pensado que el profesor Snape te habría dado el puesto”

“Pero eres el mejor en tu casa, ¿por qué no te eligieron?” preguntaba Hermione confundida, también intentando continuar la conversación y bajar la tensión en su cuerpo, pasar de página la tensión de hace unos momentos, todos querían olvidarlo.

Alzó los hombros con indiferencia “Tal vez no quiere poner mucho peso en mí, después de todo el capitán me asignó como el nuevo capitán de Quidditch.”

“¿¡Qué!?” gritaron todos sorprendidos.

“¿No se los conté?” también se lo había dicho a Gilderoy para que lo ayude a comprar una nueva escoba porque la suya estaba completamente rota y enterrada bajo nieve en el Tíbet. Los presentes negaron con la cabeza “Bueno, Flint antes de acabar el año le dijo a Severus que me dejaba a mí como su ‘sucesor’, me imaginó que fue lo suficientemente dramático como es” para ser sincero ni siquiera sabía que hacer, suponía su primer paso sería hacer una nueva selección, ¿verdad? Después de todo, Lesath no cumplía la talla como Buscador, no había atrapado la snitch en toda una temporada completa.

Empezaron a querer que diga más, pero obviamente no sabía mucho, así que poco a poco dejaron el tema y se separaron a sus respectivas habitaciones temporales para terminar de alistar sus cosas para el colegio.

Para la cena cuando bajó se sorprendió del ambiente festivo de la sala. La señora Weasley había puesto su mayor esfuerzo para que el lugar se viera agradable, en el medio de la sala había una gran pancarta que decía: ‘¡Felicidades por ser prefectos, Ron, Hermione!’ fue adorable.

Las horas continuaron y con ella la llegada de kingsley shacklebolt y ‘Tornado’ Tonks, uno más animado que otro.

“Así que ahora estás bajo el aprendizaje de Ojo Loco, ¿eh?” se acercó Tonks con una sonrisa divertida, pero tropezando con el buró de madera en donde Draco estaba recostado, el rubio asustado intentó atraparla, pero Tonks terminó de estabilizarse al último segundo “Jajaja ese buró se interpuso en el camino, no fui yo” dijo divertida haciendo reír a Draco por las locuras de la joven auror.

“Por lo que veo sigues tropezando con todo lo que se te atraviesa” se acercó Moody con su siempre rostro gruñón, parecía grabado en su cara. Tonks sin miedo ni precaución por su vida pasó un brazo sobre los hombros de Moody y para su sorpresa no la maldijo “Igual de torpe que siempre, nunca puedo tener un aprendiz normal” su tono sonó a falso lamento.

“Oh, vamos, sabemos que nos amas así, todo anormales” le sorprendía la familiaridad de esas dos personas.

“Si, claro” sonó sarcástico “Una atolondrada y un kamikaze” señaló respectivamente a Tonks y a él ante cada palabra… ¿él era el kamikaze?

La joven auror solo se rio ante esto, Draco también rió porque la interacción era tan ridícula. Moody lo observó rápidamente para luego formar una sonrisa que parecía divertida en sus labios.

Poco a poco fue viendo bajo una nueva luz a su ¿mentor? No sabía cómo llamar a Moody que lo estaba entrenando y volviéndolo mucho más fuerte mágicamente.

Con el pasar de la noche se percató de que Severus no iba a venir, se sintió un poco decepcionado por ello ya que en toda las vacaciones solo lo había visto dos veces, fue doloroso, pero lo entendía, ser un espía y que mañana comiencen las clases debían ser difíciles. Solo esperaba que estuviera bien.

“¿Quieren que saque al boggart?” dijo Moody que en ese momento estaba conversando con Molly y lack mientras miraban un armario a lo lejos “No sería un problema para mi” por su parte Draco estaba hablando con su hermano y su nueva afición sobre la pintura, se encontraba emocionado que el mayor pudiera seguir descubriendo cosas de sí mismo, aunque por ahora se sentía avergonzado de mostrarla al público porque era muy malo dibujando, pero no pintando.

“Tal vez podamos pintar juntos antes de ir a dormir, será divertido y podemos darnos consejos porque yo no sé pintar mucho así que podrías enseñarme, mientras yo te ayudo con los dibujos” la emoción de su hermano fue mucha, haciéndolo feliz por esa reacción, ama tanto a su hermano mayor.

“Oh, no, no, no se preocupe, me encargaré yo cuando todos los niños se vayan a dormir, no quiero que estén en estos momentos frentes a un boggart” contestó amablemente la señora Weasley ante la pregunta de Moody, fue un alivio porque no deseaba estar frente a aquella criatura. No ahora, al menos porque sentía que su miedo había sido cambiado o agregado con más personas.

Media hora después fueron mandados a dormir, así que todos los menores estaban subiendo a sus habitaciones luego de despedirse de todos (él iba a ir a la habitación de Thuban, así que lo lamentaba por Harry) cuando la chimenea volvió a activarse, una pequeña esperanza en él creyó que podía ser Severus, pero lamentablemente fue Albus Dumbledore, así que decidió seguir subiendo. Lamentablemente el hombre no tenía la misma idea.

“Draco, por favor baja, necesito preguntarte algo” dijo y le dio un escalofrío que siguiera usando su nombre con tanta naturalidad, era horrible, pero para que se vaya rápidamente bajó.

“¿Qué necesitas?” preguntó mientras bajaba desganado hasta encontrarse frente al hombre, sus amigos y hermano detuvieron también su ida a sus habitaciones para escuchar el intercambio.

Fue imperceptible, pero notó como la ceja del hombre tembló con un tic seguro por el tono usado “Me he percatado de que tu nombre no está escrito en la pancarta, ¿acaso Severus no te mandó tu insignia de prefecto?”

“¿Mi insignia?” eso era raro “No, no fui elegido como prefecto”

Para la sorpresa de Draco, el director sacó del bolsillo de su túnica una insignia de prefecto color verde y plata con una ‘P’ en el medio, se la entregó. Escuchó muchos jadeos a su alrededor, además de que Gilderoy frunció el ceño muy notoriamente ante lo que estaba pasando.

“Tú y la señorita Parkinson han sido elegidos como prefectos, seguro a Severus se le olvidó, después de todo ha estado muy ocupado”

¿Qué? No quería ser prefecto, ya que estaría muy ocupado con todo el paquete que se le había cargado. Intentó justificarse de que sería el capitán, además de que necesitaba averiguar sobre la presencia del doctor porque no estaba feliz con la desapariciones, pero un brillo en aquellos ojos celestes le hizo creer que había algo oculto, especialmente que cuando se fijó bien en la insignia se percató de un pequeño papel doblado.

Tomó la insignia justo en el momento que Gilderoy sin importarle que Dumbledore sea uno de los magos más poderosos mágicamente del mundo lo tomó del brazo y lo arrastró a una habitación ante la mirada perpleja de los invitados que quedaban.

“Ese hombre en verdad me da miedo” dijo Black observando la puerta cerrarse con fuerza detrás de los dos adultos.

“¿Albus?” preguntó Lupin a su lado.

“¿Albus? ¡No! Estoy hablando de Gilderoy, aún recuerdo cuando usó una ilusión para aterrarme y nadie me creyó porque supuestamente es imposible que él haga cosas malas. ¡Ni tú me creíste, Lunático!”

“Fue una pesadilla Sirius, no sé cuántas veces tengo que repetirlo” se quejó Remus recibiendo un gruñido por parte de Black.

“Vamos Sirius, Gilderoy es muy amable, seguro ahora está hablando con Albus para agradecerle en darle este puesto a Draco” dijo ingenuamente Molly Weasley para luego mirar a Draco con una sonrisa amorosa y orgullosa. Hasta Draco no creía eso, pero le sorprendía como su padre había envuelto en una mentira sobre su personalidad, fue divertido “Felicidades Draco, mañana te daré un pastel de manzana para festejar también que seas prefecto, pero ya es hora de dormir y todos deben subir a sus habitaciones”

Rápidamente subió, pero guardó la insignia con la nota en sus bolsillos porque la voz de Thuban llamándolo para ir a su habitación para hablar sobre técnicas de dibujo y pintura sintió que era de prioridad. Mañana ya leería lo que le había escrito aquel loco hombre.

Pasado 45 minutos Draco y Thuban escucharon un grito ahogado a un piso abajo, se miraron para luego bajar rápidamente de la habitación.

Cuando llegaron a aquella zona de la casa se percató de que la señora Weasley estaba en shock mientras observaba en el suelo a los gemelos. Muertos. Eso no podía ser cierto, ¿verdad? Hace menos de una hora estaban haciendo contrabando con Mundungus en la fiesta, no podían estar muertos.

Luego cambió a Ron, Ginny.

“¡Ri… riddikulus!” gritó la señora Weasley, pero la imagen de Ginny solo se desvaneció para darle paso al cuerpo sin vida de Harry, por su parte Draco y Thuban estaban pasmados por lo sucedido, luego de todo lo vivido era muy traumático, especialmente para su hermano que no sabía nada sobre los boggarts.

De Harry, cambió a Hermione y al final quedó el cuerpo de Draco tirado en el suelo. Muerto.

Thuban se desesperó más.

Así que Thuban estaba gritando aterrado susurrando que era una pesadilla, ya ni siquiera parecía darse cuenta que el verdadero Draco estaba a su lado intentando que no se desmayara, sus ojos azules, iguales a los de Gilderoy, estaban fijos en el cuerpo sin vida de Draco. Su grito fue horrible, y se escuchó los pasos corriendo hacia ellos, hacia aquella habitación.

Su hermano cayó al suelo y empezó a llorar desgarradoramente.

Mierda. Mierda.

La señora Weasley al percatarse de la presencia de los dos adolescentes al parecer tomó valor “¡Riddikulus!” y el bogart terminó desapareciendo dejando un camino de humo “Oh, no, lo siento, lo siento” decía la mujer acercándose a Thuban y abrazándolo, su hermano había entrado en un estado catatónico ante lo visto después de todo estuvo un poco sensible ante la muerte de Nhung, y ahora con la vista de los cuerpos muertos de las personas que estuvo tratando los últimos años fue como un catalizador de sus sentimientos.

Gilderoy ingresó rápidamente igual que los otros adultos, su padre corrió para abrazar a Thuban que solo estaba ahí, sin gritar, solo llorando en silencio. Le rompió el corazón. A todos en realidad porque su hermano era el reflejo de alguien que al fin se había roto.

Fue difícil poder llevarse a Thuban a su habitación, junto con las lágrimas de disculpa de la señora Weasley porque se culpaba del estado del niño, pero al fin pudieron poner a Thuban en su cama quien se aferró a Gilderoy para que no se vaya, que se quede ahí porque tenía miedo.

Fue doloroso ver como su hermano estaba llorando en el pecho de su padre, suavemente acarició los cabellos de Thuba y decidió dejarlos solos, después de todo al parecer que verlo en ese momento le hacía recordar el boggart en el suelo. A él en el suelo.

 

:::

 

Al día siguiente todo fue un caos en la casa Black, como siempre pasaba cada vez que iba con los Weasley al expreso Hogwarts, era una tradición a estas alturas.

Los gemelos casi noqueaban a Ginny con sus baúles voladores, Kreacher gritaba por todo el desorden que dejaban atrás, Walburga Black se había despertado y les gritaba a todos de que se largara de su casa mientras Black también le gritaba de que se callara de una vez por todas. La señora Weasley estaba llamando la atención a los gemelos por lastimar a su hermana aunque hubiera sido un accidente, Draco curaba a Ginny que sangraba de la frente y tenía un leve dolor en el tobillo ante el tropezón en la escalera, Thuban se había pegado a Gilderoy y no pensaba soltarlo por nada haciendo que el hombre no pudiera moverse mucho, además de que su hermano tenía la mirada baja sin querer ver a nadie. Harry seguía sobándose la frente, Remus estaba intentando mantener tranquilo a los gemelos que ahora estaban molestando a Ron, mientras Hermione miraba todo con cansancio.

Después de media hora llegaron a King 's Cross.

Se encontraban con el tiempo apretado porque el tren estaba a un par de minutos de salir “¿Qué pasó? ¿Por qué tardamos tanto en salir?” estuvieron como 10 minutos listos en la puerta de la casa, pero los adultos les hicieron esperar hasta que ya no pudieron hacer más porque o sino perderían el tren.

Moody solo le contesto “Sturgis no se presentó, él también debería estar aquí para brindar su información de que nadie los esté siguiendo, va una semana sin presentarse”

Sturgis Podmore lo había visto un par de veces, pero siempre era serio con sus actualizaciones “Es muy extraño, ¿estará bien?” con todo lo que pasaba estos días no quería imaginar lo peor, pero podía ser posible con los sucesos actuales.

“Luego de esto iré a inspeccionar su posición, pero por ahora debo decirte que no debes flaquear en tu entrenamiento, intenta buscar un lugar en ese viejo castillo para que mejores tus movimientos y en las vacaciones tendremos una pelea para ver tu avance” le susurró señalando con el dedo “Así que no me decepciones, kamikaze, y mantente en vigilancia porque ahora estamos caminando en cuerda floja, tienes mi dirección para escribirme y si no respondo escríbele a la atolondrada”

Sonrió ante lo dicho “Nos vemos luego Moody” se despidió mientras subía al tren, se percató de que en ningún momento Thuban se separó de Gilderoy eso le preocupaba mucho por la dependencia que tenía, pero tal vez todavía seguía un poco triste por lo sucedido.

“Vamos a buscar nuestro compartimiento” propuso Harry con una pequeña sonrisa mientras tomaba su baúl y a Hedwig, pensaba seguirlo, sin embargo, Ron  y Hermione dijeron que ellos debían al vagón de los prefectos Fue arrastrado contra su propio deseo, pero al final llegaron y ahí había varios estudiantes quienes tenían un rostro engreído y superior por tener aquella insignia en su pecho.

Asqueroso.

Un prefecto de Hufflepuff de sexto o séptimo año le gruñó “¿Dónde está tu insignia? ¿Eres o no un prefecto? ¿O solo te estás colando aquí?” un grupo de tejones asintieron ante esto, eran hostiles con Draco y eso le sorprendió. Ni siquiera había comenzado el año escolar y ya les caía mal a un grupo de estudiantes de Hogwarts, tal vez era un nuevo récord para él.

Del bolsillo de su túnica sacó la insignia y ahí se percató del papel que todavía no había leído.

 

En la noche, después de la cena en el Gran Comedor, visita mi despacho, necesitamos hablar sobre lo que necesito que hagas.

Contraseña: Cucurucho de cucarachas.

 

Frunció el ceño ante la nota. Le daba mala vibra, ¿lo que necesita que haga? ¿Qué pensaba obligarlo hacer aquel viejo y loco hombre?

Guardó rápidamente el papel cuando otro prefecto, esta vez de Ravenclaw se quejó de la falta de prefectos de la casa de Slytherin. Levantó la cabeza para ver alrededor y tenía razón, solo había pocas serpientes, con él serían solo dos estudiantes, ¿dónde estaban los demás prefectos?

“Malfoy, ¿dónde está Parkinson?” soltó el prefecto mayor, Draco solo alzó los hombros porque no lo sabía “Tampoco está su hermano mayor, Hélio Parkinson siempre fue muy responsable y puntual para nuestras reuniones” Draco intentó sacarle una respuesta del otro prefecto de las serpientes, pero su rostro estaba muy mal. Unas grandes ojeras debajo de sus ojos, una palidez fantasmal y el sudor evidente en sus frentes, Draco frunció el ceño porque estaba actuando extraño, nada ácidos ni contestones.

“Sigamos la reunión, acabemos esto rápido” dijo sin el siseo natural el prefecto de Slytherin de último año, su voz era rasposa y cuando los ojos negros de aquel joven se posaron en Draco la ira y odio era palpable.

Frunció el ceño porque no sabía ahora que se traían con él.

El prefecto de Ravenclaw de último año empezó a decirle a los nuevos prefectos sus obligaciones en su nuevo cargo escolar, Hermione estaba muy atenta a todas las palabras dichas, Ron estaba cabeceando por el sueño, Draco solo se encontraba preocupado por la falta de presencia de Pansy quien el año escolar pasado decía lo emocionada que estaría si era elegida como prefecta, así que era extraño que no estuviera ahí vanagloriándose por su logro y de poder tener vía libre de caminar en las noches sin tener un castigo y castigando a todo alumno que se encuentre.

“Vigilen en grupo de dos los vagones y compartimientos, de que los alumnos estén comportándose bien” ante lo dicho rápidamente salió del vagón porque necesitaba llegar al vagón de sus amigos Slytherin para saber porqué su amiga no se acercó, a paso rápido verificó cada compartimiento que pasaba por la ventanilla para encontrar a sus serpientes. Llegando al vagón final se percató que sus compañeros de casa tenían un aura lúgubre, todos los estudiantes desde segundo al séptimo año se encontraban deprimidos, con un rostro sin emoción, sin sonrisas, en completo silencio.

Como un funeral.

Estaba triste, pero no entendía porque se encontraban así.

¿Qué había pasado en las vacaciones?

Levemente se animó al observar en un compartimiento a Blaise así que entró rápidamente saludándolo con una incómoda sonrisa que no fue devuelta.

Blaise había bajado varios kilos, su rostro envejeció mucho en las vacaciones y la palidez enfermiza también estaba grabada en su rostro, de igual forma que los demás estudiantes de Slytherin de su año.

Nott, Crabbe, Goyle, Greengass y Tracey Davis estaban ahí sentados en silencio, pero sus ojos, igual que el prefecto Slytherin, lo miraban con enojo, ira, desprecio … dolor. No había rastro ni de Pansy y de Bulstrode niña, sus aromas no estaban en el aire, ni sus baúles en las rejillas del portaequipaje. Era imposible que ellas estuvieran en otro compartimiento porque todos eran amigos cercanos desde infantes, así que ¿dónde estaban?

“Blaise… ¿Dónde está Pansy?” algo se rompió en los ojos castaños de su amigo moreno que saltó sobre él, si Draco no fuera lo suficientemente veloz tal vez el Slytherin más grande lo hubiera arañado y sacado un ojo con sus largas y negras uñas, pero solo terminó cayendo para atrás mientras sujetaba con fuerza las muñecas de su amigo, ¿podía siquiera seguir llamándolo así después de este intento de ataque?

“¡Eres un imbécil! ¡Un desgraciado! ¡Una maldición para todos! ¡Nunca tuviste que venir a Hogwarts!” gritaba sobre él intentando soltarse de su agarre sin tener éxito, gritaba lleno de ira como nunca lo había escuchado antes, pero lo que tal vez le tocó más fue las lágrimas que corrían por las mejillas de Blaise y que caían en el rostro de Draco.

Iba a empujarlo para poder sentarse y hablar porque ver tan roto a Blaise fue doloroso, no sabía qué pasaba, no sabía que dijo para terminar detonando esta rabia, no sabía que le había pasado, pero antes de que pudiera hacer algo Nott también se lanzó sobre él junto a Crabbe y Goyle, mientras Greengas y Davis gritaban insultos contra él, llamándolo ‘traidor de sangre’ ‘bastardo’ y más.

Draco estaba en shock ante esto porque creyó erróneamente que habían superado las asperezas cuando se quejaron sobre Moody el año escolar pasado, pero ahora estaban ahí lastimándolo con golpes e insultos, lo que más sorpresivo era que lo atacaran estilo muggle. Rápidamente tanteo su bolsillo para buscar su varita porque los demás Slytherin solo salieron para observar el enfrentamiento, pero no hacían nada, solo miraban sin una expresión en sus rostros.

¿Qué mierda estaba pasando aquí?

Tocó su varita y con un rápido movimiento lanzó lejos a sus compañeros de año, logrando que se golpearan con las paredes del tren o con otros estudiantes.

Levantó la mirada y se sintió como un ciervo siendo cazado por una leona, todos los ojos se encontraban fijos en él con una sed de ¿venganza? sobre su persona, como si caminara en cuerda floja. Fue terrorífico porque creía que habían llegado a una tregua cuando fue seleccionado como el campeón de la casa de Slytherin, pero al parecer no.

¿Qué hizo?

Rápidamente huyó de aquel vagón y ante cada paso que daba solo podía sentir la afilada mirada de las serpientes, por primera vez creyó estar en verdadero peligro con estas personas.

“¿Malfoy está todo bien?” susurró una joven rubia, si no se equivocaba era Hannah Abbott, una Hufflepuff de su año que también fue seleccionada prefecta, a su lado estaba Ernie Macmillan, también prefecto quien ni siquiera se dignaba a verlo, lo trataba como si fuera invisible.

Asintió ante la pregunta de la tejón “Si, gracias Abbott, no hay nada que revisar en este vagón, está todo listo” susurró empezando a alejarse de ellos dos, no necesitaba hablar más con ellos.

La joven le tomó del brazo “¿Estás seguro? Te encuentras todo sucio y desarreglado”

“Estoy bien, gracias por la preocupación” fue su respuesta rápida y educada porque necesitaba alejarse debido a que todo se sentía cada vez más pequeño. Se soltó y siguió su camino, ni siquiera sabía dónde ir, se sentía perdido y confundido. Así que terminó entrando al baño y escondiéndose ahí.

Sin siquiera percatarse las lágrimas empezaron a salir de forma arrolladora. Estaba llorando por el trato de Blaise, no creyó que todo el avance que habían hecho todos esos años hubiera terminado de una forma tan desconcertante y desconocida.

¿Dónde quedaron todas las sonrisas, las bromas, la amistad que habían forjado? ¿Qué había hecho para que su amigo lo tratara tan mal? ¿Qué pasó para que lo atacara y dijera todas esas horribles palabras?

Se sentía desconcertado y mal por haber perdido así a su amigo, a Blaise.

Se abrazó a sí mismo en aquel baño, solo dejó fluir sus lágrimas hasta que acabaran para luego intentar recobrar las fuerzas para poder volver a acercarse al moreno y tener una necesaria conversación sobre su actuar y arreglar lo que sea que hizo, pero era difícil hacerlo cuando su corazón se encontraba roto.

Había considerado a Blaise como parte de su manada desde hace mucho tiempo, alguien cercano y amado para él… ahora sentía que le habían quitado algún órgano suyo porque se sentía incompleto cuando fue rechazado.

Este rechazo era horrible, cegador, doloroso.

Se sentía vacío.

Frío.

¿Así se sentía cuando sufrías un rechazo? ¿Así se sintió Thuban cuando lo rechazó en el tercer año, cuando no quiso que formara parte de su manada?

Siguió llorando, las lágrimas no se detenían y sentía sus extremidades entumecidas, su corazón frío y roto.

¿Cómo pudo hacer sentir así a su querido hermano? ¿Cómo pudo siquiera perdonarlo y seguir a su lado?

Dolía. Dolía demasiado.

El tiempo siguió y el frío se extendía por todo su cuerpo de forma estrepitosa.

Entumecido.

Perdido.

Solo.

“¡Draco!” escuchó a lo lejos, pero su voz no podía salir de sus labios para responderle, para decirles ‘estoy aquí’, ningún ruido, ningún jadeo, nada. Una presión se había instalado en su cuello, quitándole aire, quitándole la voz.

“¡Draco!” su visión se iba volviendo negra, estaba perdiendo el conocimiento.

Sufría.

Alguien abrió la puerta del baño de forma violenta, rompiéndola en el proceso “¡Mierda, Draco!” unos brazos lo rodearon “¡Mierda, mierda!” una mano fría pasó por su frente igual o más fría. El dueño de aquella voz lo cargó con mucha facilidad y lo sacó del baño.

Lo cargaron por todos los vagones del expreso Hogwarts, alguien se unió a ellos mientras susurraba ‘¿Qué pasó?’ hasta llegar a un vagón individual donde lo depositaron en aquel asiento acolchado.

“¿Qué está pasando? Está demasiado pálido y sudando, pero se encuentra completamente frío” la voz tocaba suavemente su rostro mientras secaba el sudor.

“Es el rechazo, alguien que consideraba parte de su manada lo acaba de rechazar, se está desvinculando”

“¿Desvincular?”

Su mente flotó en la inconsciencia después de eso.

Recordaba sobre la desvinculación, aunque lo hubiera escuchado una vez. Thuban le había dicho que era la única forma para salir de la manada que formaban, su hermano había decidido desvincularse de su manada cuando él lo había rechazado, cuando le dijo que no lo quería.

Le sorprendía todo lo que había soportado estando completamente solo, esto era doloroso.

Ahora le tocaba estar del otro lado de la moneda. Antes rechazó, hoy le tocaba ser rechazado y lloraba por eso, especialmente porque no conocía la razón del odio y tristeza de Blaise.

Dolía, sentía que siempre iba a doler.

Había perdido a alguien más.

Siempre tenía que perder a los que amaba.

No fue suficiente, tal vez nunca lo fue.

Dos cuerpos se pegaron a él y aunque estuvieron levemente fríos, de alguna forma extraña calentó su ser, muy lento, pero calentándolo.

Era agradable, fue amoroso, pero no era suficiente. Necesitaba más.

Un sonido fuerte se escuchó y al siguiente segundo un calor mucho más grande lo envolvió, tanto a su cuerpo como a su corazón.

 

Harry.

 

Sabía que era Harry porque su aroma, su calor, su presencia era única para él. Nadie nunca podría compararse con aquel sentimiento que Harry James Potter le hacía sentir con solo un toque.

Su nariz inmediatamente se enterró en el pecho de su novio, intentando inhalar todo el aroma de él para poder llenarse de Harry. Fue reconfortante, agradable, amoroso.

Harry acarició con cariño su espalda, susurraba palabras sobre su cabeza, pero no entendía lo que decía, aunque solo escuchar el sonido de su voz era suficiente para poder calmar su roto corazón. Harry lo era todo, siempre sería su inicio, su para siempre, su ancla cuando se sintiera perdido, alguien que lo sujetaba y su sola presencia le daría la estabilidad que su lobo necesitaba.

Lo amaba.

Si alguien le pregunta cuánto tiempo pasó, no podría responder, pero poco a poco su mente dejó de estar nublada y el frío en su cuerpo se calentaba, ayudando a sanar su corazón, no completamente… creía que nunca estaría bien alguna vez.

Habrá sufrido mucho en su tan corta vida. La muerte de varios miembros de su manada junto con el rechazo de uno.

Un suave beso en su frente le hizo abrir sus ojos, no se había percatado que lo había cerrado, pero una pequeña sonrisa con unos hermosos ojos verdes preocupados lo recibieron “Ey, cariño, ¿cómo estás?” susurró Harry mientras acomodaba un mechón rubio detrás de la oreja de Draco.

El rubio se percató de que se encontraba sentado en el regazo de su novio, mientras este lo abrazaba y miraba con tanto amor.

“Cansado” susurró para enterrar su rostro en el cuello de Harry. Inhalar su aroma fue tan relajante, calmante. Una mano fuerte, pero cariñosa acarició sus cabellos, logrando que se quedara dormido.

 

:::

 

Se despertó en la muy conocida enfermería, conocía muy bien este salón del castillo porque siempre debería estar pasando días internados ahí por diversas lesiones en el transcurso de los años, sin embargo, para su sorpresa en la misma cama se encontraba Harry Potter completamente dormido.

“¿Harry?” estaba conmocionado de saber que su novio estaba durmiendo con él, especialmente cuando madame Pomfrey y sus padres no lo permitirían por nada en el mundo. ¿Se coló con la capa de invisibilidad? ¿Quería morir a manos de Severus y Gilderoy?

Necesitaba levantarlo para que se fuera antes de que alguien lo notara, pero un viento fresco llevó a él el aroma tan conocida de Severus Snape, su padre, quien lo miraba con el ceño fruncido y un tic en la ceja cuando el brazo del moreno apretó con más fuerza la cintura de Draco. Su padre está sentado en una silla al lado de la camilla e intentaba transmitir con su mirada que ‘apartara el brazo de ese sinvergüenza de su persona’.

“Potter…” sonó lleno de molestia el nombre del moreno que ni se dignó a despertarse ante el aura asesina del hombre “... se quedó a tu lado porque te descomponías cuando se alejaba aunque sea unos centímetros, además de que fue difícil separarlos, lo rodeaste como un koala o un pitón, lo rodeaste con tus brazos y piernas.”

“Yo… yo…” no sabía qué decir, estaba avergonzado de que se haya comportado así, y confundido porque no recordaba que haya hecho eso.

“Él ya nos contó todo” ¿todo? ¿qué era todo? “Sobre la relación que tienen ustedes dos” Draco sintió su alma salir de su cuerpo, de forma discreta escaneó el cuerpo de Harry para saber si fue lesionado y por eso también estaba en la enfermería “Aunque fue fácil suponerlo cuando lo besaste al llegar a la enfermería, obviamente no lo hubiera creído si no fuera Gilderoy que confirmó lo que mis ojos vieron” soltó un suspiro entre cansado y frustrado “Te advertí que todos menos él, ¿por qué Potter? ¿Por qué siempre debe ser un Potter?” enterró su rostro en sus pálidas manos, su padre parecía tan cansado y sus manos tenían un temblor característico de los constantes ataques de la maldición cruciatus.

Es por eso que no quería decir nada, cómo podía disfrutar de su nueva relación cuando los demás sufrían. Se sintió cruel “So… solo pasó… de un momento a otro supe que sería Harry, siempre Harry”

“Eres un niño…”

“No lo soy… desde hace mucho dejé de serlo y lo sabes”

“Estás seguro de que él es lo que quieres…”

“Si, quiero una relación con Harry”

“¿Si te hace daño?”

“Nunca lo hará, Harry nunca me lastimaría” Draco estaba seguro de eso, Harry preferiría hacerse a sí mismo daño que a él.

Los ojos negros de Severus se conectaron con los grises de Draco, intentando obtener alguna mentira en sus palabras, pero no lo encontró, por lo que después observó al moreno dormido a su lado, seguro intentando comprender que ya había una relación entre los dos y probablemente no habría forma de romperlo.

Es toda esa inspección Draco tenía sujetado con fuerza la túnica de su novio, como una forma de mantenerse cuerdo y a su lado, de sentirlo ahí con él, además de que esa acción le hizo comprender de que era verdad lo dicho por Severus, el de que no quiso soltarlo en ningún momento en su estado de inconsciencia.

Quiso soltarse, pero su lobo no lo permitió.

Su lobo quería seguir pegado a Harry. Fue un poco extraño.

“Supongo que lo único que me queda hacer es aguantar mis ganas de hechizar a ese tonto, todavía no entiendo porque no eligiste alguien académicamente más inteligente o al menos menos problemático” siseó Severus y en verdad creyó que pelearía más, pero se notaba cansado, tal vez por eso se detuvo “Thuban me contó sobre la desvinculación” Draco se estremeció ante aquella palabra.

Desvinculación.

“¿Por qué Blaise hizo eso? ¿Dónde está Pansy?” susurró preocupado por lo sucedido “Todos los Slytherin estaban muy hostiles, violentos conmigo”

Severus soltó un suspiro “No estoy en una buena posición dentro de los mortífagos, así que me han mantenido a oscuras en varios de sus planes… pero, pero varios Slytherin no han regresado a este año escolar.”

“¿No han regresado?”

“En la tarde de hoy le empezaron a llegar varias cartas a Albus diciendo que los estudiantes han sido retirados, que los trasladaron a otros colegios mágicos debido a que lo sucedido al final de la tercera prueba no podían confiar la seguridad de sus hijos a Hogwarts” eso se escuchaba muy lógico, pero porque de un momento a otro, tenían todo el verano para poder advertir el retiro de sus hijos de colegio, ¿por qué hacerlo al comienzo del año escolar? “Todas las cartas fueron de familias pertenecientes a Slytherin, debes saber que esto es muy curioso y extraño, además cuando te percatas de que no sacaron a todos sus hijos”

“¿Quiénes?”

“De quienes conoces: Pansy Parkinson, Millicent Bulstrode, Astoria Greengrass, sin embargo, sus hermanos mayores todavía siguen aquí, Hélio Parkinson, Gowry Bulstrode y Daphne Greengrass siguen estudiando en Hogwarts.”

“Esos son todos …”

“... los segundos hijos”

“Las monedas de intercambio” recordó como se había establecido entre los sangre pura que los segundo hijos son solo un intercambio entre familias, los segundo hijos no heredan nada de la familia en la que nacieron y se les compromete con los primogénitos de una familia sangre pura aliada e importante, de esa forma los apellidos se mantienen junto con las alianzas, sin embargo, eso no significa que los hermanos mayores no amen a sus hermanos menores, eran adorados como había visto entre Pansy y Hélio, Astoria y Daphne, para ellos sus hermanas menores no eran aquella moneda de intercambio, eran sus grandes amores.

“Varios estudiantes han sido retirados y se los ‘inscribió’ en Durmstrang o al menos eso dicen las cartas, aunque es difícil confirmar aquel cambio con el colegio ante el desorden que están sufriendo por el despido de Karkarov ante sus faltas continuas, nadie lo ha vuelto a ver desde el final del torneo”

“Crees… crees que se los llevaron” susurró, sabía que Severus entendería de lo que estaba hablando, de que se los llevaron para experimentar con ellos.

“No podemos confirmar nada, aunque espero que no. Estoy haciendo todo lo posible para que el director sustituto de Durmstrang me conteste, pero hasta ahora no he recibido nada, todas mis cartas han sido devueltas y los intentos de llamadas por flú han sido bloqueados”

“Intentaré hablar con Víktor para que vaya a su colegio y revise si …”

“Sería imposible, cuando uno se gradúa de Durmstrang se les borra la memoria sobre la ubicación del colegio. Krum no sabrá a dónde ir y menos donde mandar las cartas, tal vez si tuviera un amigo de grados inferiores podría comunicarse con ellos en las vacaciones de navidad, pero para serte sincero no sé si los dejarán salir ante el desorden actual de la institución.”

“Hablastes con los Sly…”

“Nadie me ha dicho nada” una leve vergüenza se plasmó en el rostro de su padre, dejándolo sorprendido “Intenté leer sus mentes, pero las serpientes son muy astutas, han sido entrenados desde muy pequeños en oclumancia y legeremancia, no podré ingresar a sus recuerdos sin que se percatan de la invasión, si eso pasa podrían hablar con sus padres y mi posición sería descubierta”

Draco tembló en ese momento, se sentía atado porque no había forma para saber qué estaba pasando. Envolvió su cuerpo al de Harry, se sentía muy mal y abrazar a su novio lo haría sentir mejor.

Sin despertarse el moreno pareció darse cuenta de su inquietud por lo que besó con cariño su frente y arrulló con cariño.

Su corazón preocupado se fue calmando.

“Intentaré hablar con los Slytherin, deben decirnos la verdad para ayudar” tal vez podría hablar con Hélio, él siempre fue el más sensato de todos los estudiantes de su casa. Solo esperaba que no lo odiara como los demás.

Severus frunció el ceño “Intenta mantener un perfil bajo, Draco, no sabemos lo que está pasando y si los acorralas, los harás atacar” ante lo dicho el rubio comprendió de que su padre no sabía que hubo un ataque físico en el vagón de las serpientes. Era obvio de que no iban a decir nada las serpientes, después de todo son una frente unido… decidió callar también porque estaba seguro de que si hablaba sobre el ataque Severus podría apartarlo del grupo. Necesitaba averiguar lo que estaba sucediendo con sus serpientes.

“Entiendo” susurró volviendo a recostarse en la camilla, cerca del lado de Harry. Notó como su padre se tensó ante su acción y creyó que podría estar tocando fibras muy sensibles, pero necesitaba sentir de cerca el calor y aroma de su pareja.

‘Compañero’ susurró una voz dentro suya.

Volvió a quedarse dormido sintiendo que tenía que hacer algo, pero estaba tan agotado que decidió ignorarlo.

A la mañana siguiente fue difícil separarse de Harry, pero los dos debían prepararse para ir al Gran Comedor, aunque obviamente el moreno no se fue sin darle un beso, afortunadamente solo estaban los dos ahí.

“No puedo creer que ahora sepan que estamos juntos” dijo Draco empezando a salir de la enfermería.

“No todos lo saben, aunque me gustaría gritarlo a los cuatro vientos” Draco se sonrojó ante lo dicho por Harry, le creía muy capaz de hacerlo “¿Cómo te encuentras? Todavía sigues muy pálido” acarició suavemente su mejilla.

“Bien, estoy mucho mejor que ayer. Gracias, Harry”

“De nada, cariño, estamos aquí los dos para el otro, ¿no?” asintió ante lo dicho “Ahora me gustaría preguntarte con que te referías con compañero… no parecía con el mismo significado que lo dice Ron”

Compañero.

Su lobo se vanaglorio ante lo dicho, se sentía tan orgulloso de que sea nombrado compañero. Fue un poco vergonzoso para ser sincero.

“No… no lo sé” huyó rápidamente cuando su lobo quería volver a restregarse con Harry, era completamente horrible esta sensación, nunca creyó que tendría que mantener a raya su lado animal que para su horror era más difícil que las hormonas.

Llegando a la sala común de Slytherin caminó con mucho cuidado alrededor de los miembros de su casa, una parte de él todavía deseaba seguir a lado de Harry porque estar rodeado por él era muy reconfortante, especialmente ante la frialdad que estaba recibiendo con los Slytherin, de Blaise.

“Hélio” interceptó el camino del joven quien simplemente se detuvo frente suyo para luego ignorarlo y seguir su camino, como si Draco fuera un ser invisible para él, saliendo de la sala común, los demás estudiantes ya habían partido hacia el Gran Comedor “Hélio, ¿qué pasa?”

El adolescente mayor no se detuvo, no volteó, ni quiso reconocer su presencia.

Corrió para alcanzarlo y tomar su brazo, Hélio se detuvo, pero tensó todo su cuerpo para al siguiente segundo zafarse de su agarre como si su simple toque le quemara la piel “No vuelvas a tocarme” siseó para verlo por primera vez en la conversación, aquellos ojos azules cielo estaban nublados con enojo.

De nuevo aquella presión en su pecho se intensificó, era como si lo estuviera rechazando. Desvinculando.

Le sorprendía que a los otros no les molestara esta desvinculación, recordaba cuando rechazó a Thuban sintió una tristeza inmensa, pero ellos parecían no sentirlo… bueno, aparte de la tristeza que los envolvía estos días. No sabía si era algo de los licántropos, pero aún así dolía mucho.

“Hélio, por favor” susurró, rogó para que lo escuchara. Intentó acercarse, pero el mayor lo esquivó y lo miró con tanto odio… dolor. ¿Cuándo Hélio Parkinson también formó parte de su manada? No lo sabía, pero dolía también, no tan fuerte como dolió con Blaise, pero dolía.

Entonces la desvinculación tenía intensidad según la persona que decida rechazarlo, no quería imaginarse si Harry, Ron, Hermione, Severus, Gilderoy o Thuban un día lo hagan, tal vez moriría.

“Hélio…” intentó volver a sujetarlo, pero el joven sacó su varita y la apuntó a su persona, era fácil poder esquivar cualquier ataque, pero saber que Hélio estaba preparado para atacar con magia solo porque deseaba hablar fue triste.

¿Qué pasó? ¿Qué les hicieron a sus Slytherin? Todos se encontraban tan desgastados, deprimidos, pálidos, llenos de ira.

“¡No te me acerques, no me toques, tú… tú…!” los ojos azules de Hélio se llenaron de lágrimas, pero con una decisión firme en ellas de querer atacar y empezó a mover la varita para conjurar un hechizo.

“¿Qué está sucediendo aquí?” una mujer con cara de sapo caminó hacia ellos con una mueca llena de satisfacción de atraparlos en ‘medio de una pelea’.

Sin saber quien era comprendió que esa mujer solo iba a traer problemas.

Que jodido año escolar iba a tener, pensó cuando a lo lejos observó a Albus Dumbledore caminando hacia ellos.

Ya recordó lo que había olvidado, tenía que haberse reunido con el hombre ayer en la noche.

Que mal.

 

EXTRA

Una sensación horrible en su pecho se instaló mientras hablaba con Lovegood, Neville y Ginny sobre la nueva planta que a su compañero de habitación le regalaron para su cumpleaños. Sentía como le desgarraban el corazón y alguien pedía ayuda, un frío que no era suyo lo envolvía.

Solo pudo pensar un nombre.

Draco.

¿Estaba alucinando? Era imposible que pudiera sentir que algo le pasara a su novio, ¿no?

Los murmullos fuera de la habitación lo alertaron y la sensación de que algo estaba muy mal fue aumentando en su pecho, en su corazón.

Draco.

Su novio debía estar bien, ¿verdad? Solo se encontraba revisando el buen comportamiento de los estudiantes en los vagones. Otra presión fuerte se intensificó en su pecho, llamándolo, pidiendo su ayuda, que lo necesitaba en ese momento.

No pudo seguir ignorando aquella sensación cuando el llanto de Draco sonó en su cabeza, se levantó ignorando la sorpresa de sus demás compañeros de compartimiento, no le importaba porque su mente solo pensaba en Draco, en su dulce y hermoso Draco que era capaz de mantenerlo lúcido, que su solo presencia le traía tanta paz ante la horrible noche que había vivido, ante los obstáculos que la vida le había lanzado.

Rápidamente salió del compartimiento para empezar a buscarlo, tocó con suavidad aquel pin que estaba sujetado en su pecho para descubrir dónde se encontraba, fue algo extraño, pero lo supo en menos de un segundo a dónde debía dirigirse.

Como los mosquitos a la luz sus pies corrieron hacia donde sentía que estaba Draco. Corrió hacia aquel lugar, abriendo la puerta y notando de cómo el profesor Lockhart y Thuban abrazaban a Draco que parecía ido y enfermo. ¿Qué le había pasado? ¿Qué le sucedió si hace menos de una hora estaba gruñendo por tener que ir a la reunión de prefectos?

Aquellos hermosos ojos grises se fijaron en él, pero se encontraban nublados “Compañero” susurró Draco estirando su mano hacia su persona queriendo tocarlo. se acercó a su dulce novio quien al tenerlo a un metro se soltó de su familia para rodear a Harry con sus brazos y piernas, no dejándole espacio para escapar, aunque obviamente eso no iba a querer nunca el moreno.

“Todo estará bien amor” susurró sobre su cabeza rubia, tocando su mejilla y preocupándose más a sentirla tan fría, así que lo abrazó con más fuerza, intentando transmitirle calor corporal, aunque pareció que sus palabras no fueron escuchadas “¿Qué pasó?” susurró mirando a los otros dos presentes que tenían la sorpresa grabada en sus rostros “¿Qué pasó?” volvió a preguntar asustado ante la reacción de Draco por lo que no pudo evitar mostrar autoridad en su voz para que respondan de una buena vez.

En ese momento no eran el padre y pseudo-hermano de Draco, solo eran dos desconocidos que podrían tener alguna idea de lo que le estaba pasando a su novio y esa era su mayor prioridad, saber lo que le pasaba a Draco para poder curarlo, para poder volver a ver una bella sonrisa en su hermoso rostro.

“Está sufriendo un rechazo” salió de su estupor Thuban intentando tocar a Draco, pero este solo enterró más su rostro en el pecho del moreno, no queriendo salir de ahí más, no queriendo que nadie más lo toque. Harry no iba a negar que su parte posesiva se encontraba feliz por esto, pero su lado que le gustaba darle libertad a Draco le parecía extraño que no buscará el toque de alguien de su manada, siempre le gustó ser tocado por uno de ellos.

Aunque ahora solo tenía otra duda: “¿Qué significa eso?” ¿un rechazo? ¿habían rechazado a su novio? ¿Draco se había confesado a alguien?  No, no, debía sacar conclusiones rápidas, Draco nunca le haría eso, además puede ser otro tipo de rechazo, ¿no?

“Alguien de su manada se está desvinculando con él, está sufriendo su rechazo.”

“¿Quién?” Harry no fue quien preguntó para su sorpresa, sino que lo fue el profesor Lockhart que pensaba en todas las personas que Draco consideraba como parte de su manada, pero no había nadie que buscara separarse de él. Todos lo amaban.

“No lo sé, pero le ha calado”

“¿Qué podemos hacer?”

“Lo que estás haciendo está bien, está siendo reconfortado ante la ruptura” Thuban susurró intentando no perturbar el sueño de Draco quien había quedado dormido colocando su rostro en el cuello de Harry.

El moreno acarició su espalda con cariño mientras seguía susurrando palabras de amor para que supiera que está ahí para él, que nunca lo dejaría para nada.

Ir a la enfermería fue difícil, no porque Draco se aferró a él como un koala a un árbol sin querer soltarlo, sino porque por una razón desconocida intentaron hacerlo pasar desapercibido entre la masa de estudiantes, no supo la razón hasta que el profesor Lockhart susurró un jodido y reconocido nombre ‘Doloress Umbridge’. Esa maldita mujer se encontraba en el colegio como la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, iba a ser una pesadilla completa junto con un gran dolor de cabeza. ¿Por qué tuvieron que contratar a tan horrible mujer?

En la enfermería fueron alcanzados por el profesor Snape quien le había dado la orden de ir al Gran Comedor con el rostro más asesino que le había visto hacerle, Harry quiso darle la contraria porque estar abrazado con Draco era increíble para él, pero también sabía que a estas alturas ya había tocado demasiado las fibras de los padres de su novio. A él no le importaba, sin embargo, a Draco si por lo que decidió querer desenvolverse de su adorable novio, tomando sus brazos envueltos alrededor de su cuello intentó hacer que lo soltara, pero casi fue estrangulado cuando el rubio lo abrazó con más fuerza.

Fue divertido ver el tic en la ceja de los dos profesores, listos para asesinarlo, pero sin poder hacerlo con Draco en el medio, sin embargo, tenía un problema mayor cuando su novio empezó a restregar más su cuerpo al suyo, pudiendo de esa forma sentir cada parte de su cuerpo rozando con el suyo propio.

Mierda, empezaba a calentarse, a excitarse.

No, Harry, estás frente a los padres de Draco, no puedes ni siquiera dejarte llevar por tu imaginación o deseos si deseas un día en el futuro tener adorables bebés con tu dulce novio. Hazlo por James Cyan Potter y Lily Alani Potter. Contrólate, mierda, contrólate o te van a castrar.

Cerró los ojos intentando concentrarse en ayudar a Draco a calmarse.

“¡Tú…!” gruñó Snape molesto apuntándole con un dedo, Harry estaba seguro de que el mayor desearía estar apuntándole con su varita “¡Te voy a cas…!”

“Severus, por favor, no nos gusta esto, pero Draco quiere estar cerca de Harry, según Thuban lo está ayudando a recuperarse de la desvinculación” Lockhart tomó del brazo a Snape antes de que saltara al cuello de Harry y lo desangraba ahí mismo por atreverse a tocar a su hijo menor.

Lo dicho calmó un poco al profesor de pociones, pero aquella calma se desvaneció cuando para sorpresa de todos Draco levantó el rostro para darle un beso a Harry directamente en los labios.

Obviamente el moreno disfrutó de este beso, muy al contrario de los dos adultos en la habitación que estaban listos para decapitarlo.

Mierda, estaba jodido.

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