Feliz navidad
—¡Feliz navidad, Draco! —exclamó Hermione, saltando a sus brazos una vez que encendió con su varita, la estrella sobre el árbol.
—¡Feliz navidad! —respondió él abrazándola con firmeza debajo de sus glúteos, mirándola con amor.
—¿No te parece increíble? ¿Nuestra primera Navidad juntos en nuestra casa? —Hermione lo veía enamorada, con los ojos brillantes, emocionada, ilusionada...
—Lo sé... ¿Quién lo diría, verdad? Un Malfoy y una Granger juntos.
Draco se acercó a su rostro y la besó.
—Dos Malfoy ahora —musitó con picardía, sonrojándose un poco. Draco la puso con delicadeza en el piso para luego acariciar con suavidad sus mejillas calientes.
Un ruido detrás de ellos los hizo girar para ver a Crookshanks, que al fin había logrado soltar una de las bolitas navideñas, la cual rodaba por el suelo.
—Tres Malfoy —aclaró Draco sonriendo de lado—. Él también es parte de la familia.
—Tienes razón, y por lo visto, el más travieso —rió Hermione.
—Eso es porque no me conociste de niño —rió a su vez Draco con nostalgia—. Una vez, con siete años, Theo me retó a alcanzar el adorno más alto. Y bueno, ya sabes que nadie reta a un Malfoy. Sí o sí tenía que alcanzarla, pero… por supuesto, me traje el árbol abajo.
—¡No! —exclamó Hermione tapándose la boca para contener una carcajada.
—Padre estaba furioso, pero madre y Theo no dejaban de reír.
—Bueno, entonces, oficialmente, serás el más travieso de los tres —le dijo dándole un suave pellizco en su pálida mejilla.
Draco se inclinó para besarla de nuevo, justo cuando un triunfante Crookshanks, luego de dar un salto preciso, maullaba por haber derribado otra bolita más.